Asunto C-62/06 Fazenda Pública — Director Geral das

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Asunto C-62/06
Fazenda Pública — Director Geral das Alfândegas
contra
ZF Zefeser — Importação de Produtos Alimentares, L.da
(Petición de decisión prejudicial
planteada por el Supremo Tribunal Administrativo)
«Reglamento (CEE) n° 1697/79 — Artículo 3 — Recaudación a posteriori de
derechos de importación — Acto que puede dar lugar a la incoación de un proceso
judicial punitivo — Autoridad competente para proceder a la calificación del acto»
Conclusiones de la Abogado General Sra. V. Trstenjak, presentadas el 3 de
mayo de 2007
I - 11998
Sentencia del Tribunal de Justicia (Sala Primera) de 18 de diciembre de 2007 I - 12026
Sumario de la sentencia
1. Cuestiones prejudiciales — Competencia del Tribunal de Justicia — Límites
(Art. 234 CE)
I - 11995
SUMARIO — ASUNTO C-62/06
2. Recursos propios de las Comunidades Europeas — Recaudación a posteriori de derechos de
importación o de exportación
[Reglamento (CEE) n° 1697/79 del Consejo, arts. 2, ap. 1, y 3]
1.
Si bien el órgano judicial nacional es el
único competente, habida cuenta del
reparto de competencias en el marco
del procedimiento prejudicial, para definir el objeto de las cuestiones que desea
plantear al Tribunal de Justicia, en casos
excepcionales corresponde a este último
examinar las circunstancias en las que el
juez nacional se dirige a él, con objeto de
verificar su propia competencia. Así
sucede, en particular, cuando el problema sometido al Tribunal de Justicia
es de naturaleza puramente hipotética,
como en una situación en la que, dado
que el Ministerio Fiscal formuló acusación ante un órgano judicial nacional,
una cuestión prejudicial relativa a las
consecuencias que se derivarían de la
inexistencia de tal acusación carece de
utilidad a efectos de la resolución del
litigio principal
(véanse los apartados 14 a 16)
2.
La calificación de un acto como «acto
que puede dar lugar a la incoación de un
I - 11996
proceso judicial punitivo», en el sentido
del artículo 3, párrafo primero, del
Reglamento n° 1697/79, referente a la
recaudación a posteriori de los derechos
de importación o de los derechos de
exportación que no hayan sido exigidos
al deudor por mercancías declaradas en
un régimen aduanero que suponga la
obligación de pagar tales derechos, es
competencia de las autoridades aduaneras a las que corresponda determinar la
cuantía exacta de los derechos de
importación o exportación controvertidos. En efecto, de dicho precepto se
desprende expresamente que las autoridades competentes para calificar un
acto de «acto que puede dar lugar a la
incoación de un proceso judicial punitivo» son las mismas que, debido a la
comisión de tal acto, no pudieron
recaudar los derechos de aduana devengados y, en consecuencia, pretenden
recaudarlos a posteriori. Tal y como se
establece, en particular, en el artículo 2,
apartado 1, del Reglamento n° 1697/79,
la determinación de la cuantía de tales
derechos y el inicio de una acción para
su recaudación corresponden a las autoridades aduaneras de los Estados miembros. Por otro lado, el artículo 3, párrafo
primero, del Reglamento n° 1697/79 no
hace referencia ni a una condena penal
ni siquiera a la incoación de acción penal
alguna, sino que, de modo unívoco, se
refiere a la mera comisión de un acto
que pueda dar lugar a la incoación de un
proceso judicial punitivo. Dicho precepto no exige que las autoridades
ZF ZEFESER
penales de un Estado miembro incoen
efectivamente un proceso penal que
aboque en la condena de los autores
del acto ni, a fortiori, que la acción penal
no haya prescrito.
Esta conclusión no queda desvirtuada
por consideraciones relativas al respeto
del principio de seguridad jurídica y de
la presunción de inocencia de los
deudores de tales derechos. En efecto,
la calificación de un acto por las autoridades aduaneras como «acto que
puede dar lugar a la incoación de un
proceso judicial punitivo» no constituye
una constatación de que se haya cometido efectivamente una infracción penal,
sino que se efectúa en el marco y a los
efectos de un procedimiento administrativo, cuyo único fin consiste en
permitir a tales autoridades subsanar
una recaudación incorrecta o insuficiente de los derechos de importación
o exportación. Dicha calificación opera
sin perjuicio del control que puedan
ejercer los órganos judiciales de los
Estados miembros sobre las decisiones
de las autoridades aduaneras y no afecta
en absoluto al conjunto de consecuencias, incluido el eventual reembolso de
los derechos exigidos indebidamente por
dichas autoridades, que el Derecho
nacional aplicable atribuya a las resoluciones de los órganos judiciales, en
particular a aquellas resoluciones que
constaten el desistimiento de la acción
penal o que absuelvan a los imputados.
Por consiguiente, ante la inexistencia de
una normativa comunitaria en la materia, corresponde al ordenamiento jurídico de cada Estado miembro establecer
las condiciones en que los deudores
pueden oponerse a la aplicación de la
excepción prevista en el artículo 3 del
Reglamento n° 1697/79, en lo relativo a
la prescripción de la acción para la
recaudación de los derechos no percibidos, y solicitar que se ejecuten las
eventuales consecuencias de las resoluciones judiciales a este respecto, siempre
que dichas condiciones no sean menos
favorables que las aplicables a recursos
semejantes de naturaleza interna ni
hagan imposible en la práctica el ejercicio de los derechos conferidos por el
ordenamiento jurídico comunitario.
(véanse los apartados 22
y 24 a 31 y el fallo)
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