Más allá de mis límites Marcos 8: 14-21 Por: Aníbal Vélez – Decanato de Administración “Mi visión fue llegar más allá de los límites de mi tierra natal y cumplir con el mandato Divino de llevar la luz del mundo. Mi misión al llegar hasta la Isla del Encanto, no fue engrandecerme, pero sí, engrandecer a otros, no fue para gloriarme, pero sí, para glorificar a otros, no fue para enriquecerme, pero sí, para que otros pudieran tener riquezas, ante la pobreza en que vivían.” Estoy seguro de que fue el sentir que prevaleció en la mente del Rdo. John Will Harris. precursor de un sueño que hoy es una realidad. Hoy nos congregamos para reflexionar y celebrar los valores cristianos que son los cimientos de nuestra Institución. Valores que han redimido a miles, porque educar es redimir. De la ignorancia se aprovecharon muchos para obtener sus riquezas y de esa manera empobrecieron, aún más a otros. Por tanto, esta Institución ha dado riquezas a muchos que antes vivían en las tinieblas, y que al recibir la luz de la sabiduría y el conocimiento, hoy gozan de riquezas físicas y sobre todo riquezas espirituales. Porque ¿De qué le vale al hombre ganar el mundo y perder su alma? La riqueza que provee nuestra Institución a nuestra comunidad es integral y comprende los valores que sujetan nuestra mente, entre el cielo y la tierra. Durante mucho tiempo hemos recibido los valores cristianos. Algunos desde los cimientos de su hogar, otros los han recibido de algún compañero, otros a través de los medios de comunicación y algunos los han recibido de parte de nuestra Institución. Muchos los atesoran y los ponen en práctica, los comparten con su prójimo, otros los olvidan o no valoran las riquezas que pueden traer a sus vidas. Los fariseos y Herodes estaban desenfocados de las sanas doctrinas y se habían contaminado con la levadura del pecado. Sus leyes humanas los habían separado de la sustancia real de la ley Divina, que era una ley de amor, de sana convivencia y creada para beneficio de la raza humana. En la barca, los discípulos estando con Jesús discutían porque habían olvidado traer pan. Jesús les advertía que no se contaminaran con las prácticas de estos líderes, que sólo buscaban su propia complacencia. Sorprendido Jesús ante la discusión sobre el pan, les recordó sobre el milagro de los panes y los peces. ¿Cómo era posible que no comprendieran todavía que navegaban en su barca con el Pan de Vida? Y les dijo:¿Cómo aún no entendéis? Sencillo, también estaban contaminados y desenfocados. Aunque tenían en su barca la Fuente de Vida Eterna, no podían ver más allá de lo que veían sus ojos. Nosotros hemos recibido los valores cristianos. Durante mucho tiempo ha estado la semilla asentada bajo tierra fértil y mucha sombra. Es tiempo de dejar que la luz penetre y arrebate las sombras, para que pueda germinar la buena semilla que es nuestro corazón. Necesitamos que esa luz quiebre esa dura corteza para que nazca en nosotros la tierna planta. Necesitamos un nuevo corazón, blando, que pueda ser moldeado por Jesús. Necesitamos ser semejantes a Él y andar como Él anduvo en la tierra. Seremos las plantas que han de alimentar a otros con el amor Divino. Celebremos el privilegio de ser llamados a servir en esta Institución, como sirvió a nuestra comunidad el Rdo. John Will Harris, más allá de los límites. Seamos instrumentos guiados por el Espíritu de Dios . Que siempre reine entre nosotros la paz, el amor, la misericordia y la bondad. ¡Dios les bendiga!