sabiduría autóctona y el medio ambiente

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la revista del PNUMA para los jóvenes
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TUNZA
la Revista del PNUMA para los Jóvenes
www.ourplanet.com
Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA)
PO Box 30552, Nairobi, Kenia
Tel (254 20) 621 234
Fax (254 20) 623 927
Télex 22068 UNEP KE
E-mail [email protected]
www.unep.org
ISSN 1727-8902
Director de publicación Eric Falt
Coordinador Wondwosen Asnake
Editor Geoffrey Lean
Redactora invitada Caroline Ang
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6
7
Directora de suscripciones Manyahleshal Kebede
Colaboradores juveniles Conrad Feather, Reino
Unido; Victoria Gardo, Estados Unidos; Irina Gavriloaea,
Rumania;Cristi Gerlach, Venezuela; Ishita Kaur, India;
Medha, Kenia; Paola Parra Cordero, Costa Rica; João
F. Scarpelini, Brasil; Deia Schlosberg, Estados Unidos;
Maria Sterniczuk, Canadá; Hayley Stewart, Reino Unido;
Alan Wu, Australia
Otros colaboradores Francis Alfred; Cathy Freeman;
Niyara Gafarova; Jennifer Koinante Kihoro; Upaluk
Poppel; Ngwe Soe; Sheila Watt-Cloutier; Rosey
Simonds y David Woollcombe, Peace Child International
Traducción Michelle Marx
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Producción Banson
Jefe, Dept. Infancia y Juventud/Deportes y Medio
Ambiente del PNUMA Theodore Oben
Medicinas silvestres
Protejan el Artico, salven el planeta
Tunza contesta vuestras preguntas
Héroes del medio ambiente
Escuchando a la naturaleza
Riqueza viva
¿Qué queremos decir cuando
hablamos de poblaciones
autóctonas?
Carrera libre — Cathy Freeman
9
¡Paguemos el precio justo!
El mundo en nuestras manos
“¡Mátenme a mí, no al árbol!”
Arboles sabios
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Diseño Jana Vodickova, Deia Schlosberg
Editor de la red Graham Barden
Viviendo con los nahua
Reacciones químicas
Coordinadora en Nairobi Naomi Poulton
Colaborador especial Nick Nuttall
7
Anden con pisadas ligeras
sobre el planeta
Desde una perspectiva amplia
Historias de la Creación
Soluciones del Pacífico Sur
Héroe de los sami
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7 maravillas — pueblos
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autóctonos
Impreso en el Reino Unido
Diseño de la portada Jana Vodickova
El contenido de esta revista no refleja necesariamente las
opiniones ni las políticas del PNUMA, ni de los editores, ni
constituye un boletín oficial. Las designaciones utilizadas y la
presentación no implican la expresión de ninguna opinión por
parte del PNUMA sobre la situación legal de ningún país,
territorio o ciudad o sus autoridades, ni sobre la delimitación de
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forma gratuita, siempre y cuando se cite TUNZA y se nombre el
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TUNZA acepta artículos, reseñas, ilustraciones y fotografías
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Cambio de domicilio: Rogamos envíe su etiqueta de dirección,
junto con su nueva dirección, a Manyahleshal Kebede, Directora
de suscripciones, TUNZA, UNEP, PO Box 30552, Nairobi, Kenia.
Esta revista está impresa en papel totalmente fabricado
con desechos reciclados. La etapa de blanqueo utiliza un
sistema no nocivo para el medio ambiente.
El PNUMA y Bayer, la empresa
internacional con sede en Alemania
dedicada a la atención sanitaria, la
ciencia de cultivos y la ciencia de
materiales, están trabajando juntos
para fortalecer la conciencia
medioambiental de los jóvenes y
atraer a niños y jóvenes para
participar en asuntos ecológicos en
todas partes del mundo.
Un acuerdo de asociación establece
las bases para el PNUMA y Bayer,
que han venido colaborando en
proyectos en la región de Asia y el
Pacífico durante casi diez años, para
intensificar los proyectos actuales,
transferir iniciativas exitosas a otros
países y organizar nuevos programas
juveniles. Los proyectos incluyen: la
Revista TUNZA, el Concurso Infantil
Internacional de Pintura y Dibujo
sobre Temas de Medio Ambiente, el
Joven Enviado Ambiental Bayer en
Alianza con el PNUMA, la Conferencia
Juvenil Internacional PNUMA TUNZA,
Tomo 2 No 2
anden con
pisadas ligeras
sobre el planeta
sabiduría
autóctona y el
medio ambiente
16
22
Illustración: Deia Schlosberg
editorial
14
Sin embargo, hay pueblos que a través de muchos
milenios han desarrollado culturas, estilos de vida y
tradiciones que existen en íntima armonía con sus
entornos naturales. Estos pueblos disfrutan de una
profunda relación con la tierra y con la naturaleza.
Tradicionalmente se dedican a la caza y la
agricultura para satisfacer sus necesidades — y
nada más. Si quisieran, podrían producir más y
utilizar más de sus recursos, pero eligen no
hacerlo porque respetan la tierra y saben que, a la
larga, tal curso acabaría por destruirlos. A
diferencia de la mayoría de la gente hoy día,
especialmente en Occidente, consumen con
cuidado, desperdiciando lo menos posible, y
reutilizan sus recursos para asegurar el bienestar
colectivo de todo el grupo.
Es mucho lo que el resto del mundo puede aprender
de estos grupos autóctonos. En cambio, en vez de
seguir su ejemplo, los hemos marginado y los hemos
perseguido. Cuando Cristóbal Colón emprendió su
primer viaje a las Américas, entre 6 y 9 millones de
habitantes indígenas vivían en Amazonia — hoy día
sólo quedan 200.000, y muchos de ellos
actualmente se ven presionados para abandonar su
estilo de vida tradicional, y el peligro de perder el
derecho a sus tierras y sus costumbres. Es
necesario que los apoyemos en su esfuerzo de
preservar la sabiduría y los conocimientos
autóctonos, tan valiosos para todos nosotros.
redes juveniles sobre medio
ambiente en Asia-Pacífico, el
Eco-Foro en Polonia, y
un concurso fotográfico
—“Enfocando la Ecología”—
en Europa oriental.
Este número de la Revista
TUNZA es el primero
producido bajo la alianza
PNUMA-Bayer.
Nuestro planeta gime bajo la presión de una vida
insostenible. Día tras día, año tras año, sacamos
más recursos del planeta de los que puede dar, y
lo contaminamos más aceleradamente de lo que es
capaz de limpiarse y renovarse. Este es un camino
que lleva al seguro desastre — para nuestra propia
generación y las generaciones futuras.
Queremos recibir tus
noticias, tus opiniones,
tus novedades y tus ideas.
Mándanos un e-mail a:
[email protected]
Nadie pretende que todos los habitantes en el
mundo adopten los estilos de vida de los pueblos
autóctonos. Pero si todos adoptásemos su filosofía
de andar con pisadas ligeras sobre el planeta y
vivir de una forma sostenible, aseguraríamos la
supervivencia de nuestra preciosa Tierra y, por
cierto, nuestra propia prosperidad.
las personas
también pueden
estar amenazadas.
foto: Shebitz/PNUMA/Topham
hay muchas CULTURAS
cuyas formas de vida están
AMENAZADAS por nuestro
mundo moderno.
estos PUEBLOS poseen una
SABIDURIA ambiental que
ha sido TRANSMITIDA
a incontables generaciones,
pero muy pronto podría
PERDERSE PARA SIEMPRE.
Viviendo con los nahua
Conrad Feather
foto: Doolittle/Topham/ImageWorks
ace cuatro años, cuando yo era un
estudiante de antropología de 20
años, una mañana de lluvia entré en
una librería y encontré un poema sobre
el Parque Nacional Manú —situado en
una de las partes más remotas de la
selva del Amazonas en el Perú— que lo
describía cómo “vibrante con especies
de fauna y flora silvestres”.
H
Yo ya estaba soñando con la idea de obtener
experiencia de primera mano de asuntos
medioambientales y sociales en Amazonia, y
la frase me cautivó. ¿Cómo sería un lugar que
vibra con especies de fauna y flora silvestres?
Empecé a investigar la región y descubrí que
estaba habitada por el pueblo de los nahua,
de los cuales sólo 250 habitantes sobreviven
hoy día en la selva. Hasta hace unos 20 años
habían rechazado ferozmente cualquier
intento de contacto con el mundo exterior.
En marzo de 1982 sus flechas habían
obligado a retroceder a un grupo élite de las
fuerzas armadas peruanas que estaba
investigando la posibilidad de construir una
carretera a través del parque. La carretera
nunca llegó a construirse.
El mundo al revés
También lucharon contra los leñadores que
trataban de entrar a su territorio. Pero en 1984
unos leñadores capturaron a cuatro nahuas, y
los llevaron a la ciudad local antes de
mandarlos de vuelta a sus aldeas. Los hombres
volvieron trayendo devastadoras epidemias de
enfermedades respiratorias que dentro de un
año exterminaron más de la mitad de la
población. Los nahua ahora también dependían
cada vez más de gente externa para apoyo
médico y mercancías como sal, vestimenta,
medicinas, escopetas y motores. En un
espacio de apenas 20 años, su mundo ha
dado un vuelco total.
Encontré cuatro amigos estudiantes —tres
chicas y un muchacho— dispuestos a venir
conmigo y tratar de vivir con los nahua, y luego
emprendí un viaje de reconocimiento para
averiguar si nos permitirían ir a visitarlos. Era un
plan totalmente descabellado: yo no hablaba
español — ¡y ni digamos el idioma nahua! Todo
lo que tenía era el nombre de un posible
contacto, Federico. Finalmente lo localicé y los
dos navegamos durante cuatro días en una
piragua para encontrarnos con los nahua.
Una situación compleja
Los nahua celebraron una reunión comunal y
acordaron que Federico, mis amigos y yo
podríamos volver. Así que pasamos tres
meses viviendo y trabajando con ellos en su
aldea, Serjali. Formamos una fantástica
relación con ellos y estudiamos el impacto
social y ambiental de la tala de caoba en su
territorio. Llegamos a comprender la
complejidad de una situación en la cual los
nahua reconocían los efectos perjudiciales
de la tala sobre el bosque y su fauna y flora
silvestres pero al mismo tiempo necesitaban
permitir una pequeña cantidad de tala a fin
de poder obtener las mercancías modernas
de las cuales habían llegado a depender.
Pero no fue tan sólo una experiencia de
aprendizaje que únicamente favoreció a una
de las partes — nosotros pudimos informar a
los nagua de que, aunque no lo supieran,
estaban viviendo en una reserva y la tala por
gente de afuera era ilegal.
Un año más tarde, después de haberme
licenciado, volví a Serjali para descubrir que
el territorio nahua había sido invadido por
250 leñadores. Los nahua habían tratado de
proteger su tierra, pero los habían
amenazado de muerte. Así que, armados con
lo que nosotros les habíamos dicho sobre la
reserva, emprendieron un viaje de más de
tres semanas para protestar ante las
autoridades locales. Pero el gobierno central
ni siquiera había reconocido sus quejas y los
leñadores continuaban cortando árboles.
Los nahua me pidieron ayuda y yo les
acompañé a protestar directamente al
gobierno central. El gobierno envió una
comisión de alto nivel a Serjali y estableció
puestos de guardia temporales a la entrada
de las tierras amenazadas. Finalmente, los
leñadores se retiraron de la reserva, dieron su
garantía de que no volverían jamás, y pagaron
una suma de compensación a los nahua.
Yo y mis colegas establecimos una
organización en el Perú llamada “Shinai
Serjali” (literalmente: “Pensar en Serjali”) para
continuar ayudando a los nahua. Trabajamos
con ellos para trazar mapas detallados de su
territorio, ayudándoles a utilizar dispositivos de
GPS (global positioning system – sistema de
posicionamiento global). Ahora están usando
los mapas para reclamar un título de propiedad
de la tierra que les dará mayor protección
legal contra los leñadores y otras industrias;
en un acto sin precedentes, recientemente
utilizaron el título a fin de modificar una
concesión para una prospección petrolífera
que invadía ilegalmente su territorio.
También les ayudamos a colocar postes
indicadores en puntos de entrada clave a su
territorio, anunciando que es tierra de su
propiedad. Muchos leñadores emprenden la
retirada al ver los postes, y ello también ha
contribuido a dar confianza a los nahua para
obligar a los leñadores más persistentes a
dar marcha atrás. Además les ayudamos a
usar una cámara digital para que pudieran
sacar fotografías de otra invasión en masa y
hasta enviar las fotos por correo electrónico
a las autoridades desde la ciudad más
cercana.
Los retos más grandes
La vida está cambiando rápidamente para los
nahua: se están enfrentando con nuevas y
difíciles opciones. Nuestro objetivo a corto
plazo es proveerles de seguridad contra
presiones externas y concienciarles de modo
que puedan tomar decisiones críticas respecto
a su propio futuro, en su propio momento y en
sus propios términos. Uno de los grandes
retos es asegurar que posean la capacidad de
comunicar estos problemas y preocupaciones
al mundo exterior y de tratar con el gobierno
de forma efectiva, sin nuestra ayuda.
5
Medicinas silvestres
Dicen que cuando la esposa de uno de los Virreyes
españoles del Perú cayó enferma con malaria en el siglo
XVII, un curandero indígena la trató con la corteza de un
árbol llamado quino. Si la historia es cierta o no, la
droga fue adoptada luego por los europeos, que la
llamaron “quinina”, y desde entonces ha venido
usándose para tratar la enfermedad hasta nuestros días.
Los grupos autóctonos, que poseen
conocimiento íntimo de los ecosistemas a
su alrededor, dependen de la naturaleza
para muchos aspectos de su
supervivencia diaria, incluso sus
medicinas. Los médicos occidentales
deben mucho más a estos pueblos de lo
que generalmente reconocen.
Al otro lado del mundo, una sustancia
llamada rauwolfia —producida de una
planta polígola que crece en los bosques
de la India— lleva usándose miles de años
para el tratamiento de enfermedades
mentales y nerviosas. Los científicos de
Occidente adoptaron esta cura autóctona
en los años 40.
Los pueblos amazónicos en el Brasil y el
Perú, por ejemplo, llevan mucho tiempo
usando las raíces de la enredadera
Chondrodendron para el tratamiento de
fiebres y mordeduras de serpiente, y como
arma. Los cazadores usan flechas
sumergidas en un líquido extraído de sus
raíces. Cuando es herida, la presa cae
desplomada al suelo y muere en cuestión
de segundos. Los científicos occidentales
han adaptado la droga, llamada curare,
para fabricar anestésicos modernos, y
para el tratamiento de esclerosis múltiple y
la enfermedad de Parkinson.
Cultivando para la salud
Las medicinas locales pueden cultivarse, o
pueden recolectarse como plantas
silvestres. Muchas tribus de los bosques
tropicales mantienen jardines para cosechar
plantas importantes, y en Sudáfrica la gente
cultiva árboles turbintos y jengibre africano
para uso medicinal. En Indonesia no hay
necesidad de cultivar campos de alangalang (usado para el tratamiento de
hepatitis), ya que esta variedad de hierba
o juncia (Europhorum) es una de
las plantas más comunes que
cubren el suelo de los
bosques del país.
Aproximadamente el 25 por ciento de las
drogas farmacéuticas usadas en
Occidente hoy día provienen de plantas, y
muchas otras están desarrollándose como
medicinas del futuro. Por ejemplo, los
científicos creen que el veneno de la rana
Epipedobates tricolor, que los habitantes
de Ecuador usan para hacer flechas
envenenadas, podría dar origen a un
calmante para reemplazar la morfina.
Curas locales
Alrededor del 80 por ciento de los
habitantes del mundo dependen de los
conocimientos de su propia cultura sobre
medicinas obtenibles de la naturaleza.
Muchos no se pueden permitir el lujo de
usar medicinas químicas modernas, pero
los tratamientos locales a menudo pueden
ser igualmente eficaces o mejores. Una
investigación llevada a cabo en
Madagascar reveló que unas curas locales,
tales como el uso de jengibre para el mareo
y Burasaia sp. para la fiebre, eran más
efectivas que sus alternativas químicas.
La riqueza de biodiversidad en los lugares
más silvestres de nuestro planeta bien
podrían ofrecer a la medicina moderna
muchas de las curas del futuro, a la vez
que siguen sirviendo a quienes viven en
esta biodiversidad y la conocen
mejor que nadie.
De igual manera, los pueblos autóctonos
del Brasil llevan mucho tiempo empleando
el jaborandi para fines medicinales,
dándole el apodo de “la planta de la boca
babeante” porque induce la rápida
producción de saliva y sudor. Actualmente
se la usa en la medicina occidental para
tratar pacientes de cáncer que sufren de
sequedad en la boca y la garganta a
consecuencia de la radioterapia, y se usa
en personas con síndrome de Sjögren,
que les impide producir saliva suficiente.
La planta ayuda a relajar los músculos
oculares, y ha sido adaptada para uso en
cirugía oftálmica y en el tratamiento de
enfermedades de la vista.
6
Illustración: Jana Vodickova
Remedios antiguos
foto: Willard/PNUMA/Topham
Protejan el Artico, salven el planeta
Sheila Watt-Cloutier se crió en la pequeña comunidad inuit de Kuujjauq en las costas meridionales de
la Bahía de Ungava del helado norte de Canadá. Hasta los diez años de edad no había viajado en ningún
vehículo más veloz que un trineo tirado por perros.
Hoy es la líder electa de los 150.000
habitantes que integran el pueblo inuit,
dispersos alrededor del Artico en Alaska,
Canadá, Groenlandia y Chukotka, Rusia.
Junto con el PNUMA, desempeñó un
importante rol en la tarea de lograr que los
gobiernos del mundo acordaran la
supresión gradual de una “docena sucia” de
productos químicos persistentes que
estaban contaminando a su pueblo.
También emprendió una campaña en contra
del calentamiento de la Tierra. Este es un
extracto editado del testimonio que
presentó ante el Congreso de los Estados
Unidos en septiembre de 2004.
mar para el sustento de nuestras familias.
Nuestros mayores y nuestros cazadores tienen un
íntimo conocimiento de la tierra, el mar y el
hielo, y han observado unos alarmantes cambios
en el clima, el medio ambiente y la fauna
silvestre del Artico. Estos cambios incluyen:
1. derretimiento de permafrost
2. estaciones más largas sin hielo marino
3. nuevas especies de aves y peces —lechuzas,
petirrojos, patos de cola ahusada y salmón—
están invadiendo la región
4. invasiones de mosquitos y jejenes
5. condiciones de hielo marino impredecibles
6. derretimiento de glaciares, lo cual crea
torrentes en vez de arroyos.
“Nos encontramos al borde de un momento
decisivo en la historia del planeta. La Tierra se
está derritiendo y debemos reunirnos, todos,
para abordar de forma eficiente el problema del
cambio del clima.
Nuestras observaciones son confirmadas por una
evaluación científica oficial llevada a cabo por
más de 300 científicos y numerosos habitantes
autóctonos del Artico. El estudio concluye que
es muy probable que nuestra antigua relación
con nuestra cultura de caza desaparezca — en el
período de la vida de mi nieto.
Mientras que el calentamiento de la Tierra afecta
al planeta entero, existe un consenso científico de
que está impactando en el Artico con mucha
mayor celeridad. Nuestros mayores han venido
experimentando estos cambios desde mediados
de los años 70. La relación de los inuit con el
medio ambiente sigue siendo fuerte, y muchos de
nosotros todavía dependemos de la tierra y del
El cambio del clima está sucediendo primero y
más rápidamente en el Artico. Mi tierra natal
es el barómetro de salud para el planeta.
Al observar lo que ya está sucediendo en las
remotas aldeas inuit en Alaska —como en
reacciones quimicas
Viviendo en uno de los entornos menos
hospitalarios de la Tierra, los inuit en el
Artico son un pueblo sumamente ingenioso.
En su mayor parte se alimentan con lo que
les brinda la fauna silvestre local: caribú,
buey almizclero, osos polares, focas,
ballenas, morsas y diversos tipos de peces.
Los inuit necesitan calorías adicionales para
mantenerse activos y en calor y estos
alimentos locales les proveen los aceites
esenciales y nutrientes de los cuales carecen
los alimentos importados del Sur. Por otra
parte, también valoran el estilo de vida
tradicional de sus antepasados, incluso las
prácticas de caza y pesca.
No obstante, sus alimentos también los están
exponiendo a productos tóxicos —productos
orgánicos persistentes (POPs)— traídos de
países lejanos por el viento. Estas sustancias
químicas peligrosas tardan mucho tiempo en
descomponerse, y en consecuencia se
acumulan en la cadena alimentaria. Los POPs
debilitan el sistema inmune del organismo,
trastornan los sistemas hormonales, y pueden
causar cáncer y otras enfermedades. Se han
encontrado niveles de POPs 10-20 veces
más altos en los inuit que en habitantes de
regiones más templadas. En respuesta a la
creciente amenaza para la salud de sus
comunidades, los inuit desempeñaron un
papel importante en la tarea de asegurar el
acuerdo de un tratado internacional —el
Convenio de Estocolmo, preparado por el
PNUMA— que planea eliminar gradualmente
el uso de los 12 POPs más peligrosos.
Shismaref cerca de su extremo oriental, que
literalmente está siendo azotada hasta tal punto
que se está cayendo al mar— se nos revelan los
futuros peligros para regiones más pobladas
como Florida, Luisiana o California.
Si logramos invertir a tiempo la emisión de
contaminantes que causa los cambios climáticos
para salvar el Artico del impacto más devastador
del calentamiento de la Tierra, podremos ahorrar
incalculable sufrimiento para cientos de millones
de habitantes alrededor del globo.
El calentamiento de la Tierra nos une a todos.
Usemos lo que está sucediendo en el Artico —
la Historia Inuit— como un vehículo para
restablecer esta asociación entre todos nosotros,
de forma que comprendamos que el planeta y
sus habitantes son uno. El cazador inuit que
cae a través del imprevisible hielo marino en
disminución está vinculado con los automóviles
que conducimos, con las industrias de las
cuales dependemos, y con el mundo desechable
en el que nos hemos convertido.
El cambio del clima es una cuestión de
supervivencia de la humanidad. Es el
problema mundial más apremiante con que
nos enfrentamos hoy día. ¡Protejan el Artico,
y salvaremos el planeta!”
3
2
1
Destilación mundial: cómo migran los POPs
1/ productos químicos entran en el ciclo de
circulación atmosférica en latitudes más
bajas donde hay mayor contaminación
2/ estos productos tóxicos permanecen en las
corrientes de circulación durante largo
tiempo y acaban viajando hacia el norte
3/ las toxinas finalmente salen de la atmósfera y
se depositan en las capas de hielo polar
7
la sabiduría autóctona
TUNZA
contesta vuestras
P R E G U N TA S
8
¿Tienes alguna
pregunta sobre
asuntos de medio
ambiente y desarrollo
que quisieras te
contesten los
expertos del
PNUMA? Te pedimos
enviar todas las
preguntas que tengas
a [email protected],
y trataremos de
contestarlas en futuros
números de la revista.
Para este número de la revista, Tunza pidió a cinco
personas de pueblos autóctonos que contestaran
vuestras preguntas. Así que: muchas gracias a
Upaluk Poppel (inuit, Groenlandia), Jennifer
Koinante Kihoro (masai laikipiak, Kenia), Niyara
Gafarova (tártara de Crimea, Ucrania), Francis Alfred
(tolo, Islas Salomón) y Ngwe Soe (karenní, Myanmar).
P: Se dice muchas veces que los pueblos autóctonos saben mucho mejor cómo usar los recursos del
mundo con moderación. ¿Por qué, y cómo puede ser eso, considerando que ellos tienen un conocimiento
mucho más limitado del mundo? Caroline Ang, Estados Unidos
R:
Esta pregunta refleja un estereotipo común
respecto a los pueblos autóctonos. Estos pueblos han
luchado pacíficamente por sus derechos —y para
preservar sus conocimientos tradicionales— durante
siglos. Al perder acceso a sus propios recursos, se vieron
obligados a sobrevivir en entornos muy hostiles, haciendo
uso creativo de lo que quedaba. Esto nada tenía que ver
con limitación de conocimiento sino con la dificultad que
tenemos, como pueblos autóctonos, de obtener acceso a
educación, tecnología informática, etc., debido a políticas
discriminatorias que nos excluyen de las escuelas y las
universidades. Los pueblos autóctonos no acostumbran a
derrochar recursos, ya que tienen una relación espiritual y
cultural con su medio ambiente.
P: ¿Hay cosas que podemos aprender de los pueblos autóctonos?
R: Sí, muchas. Los pueblos autóctonos tienen culturas
muy ricas e interesantes, y la mayoría de las comunidades
todavía hablan su lengua nativa y cultivan la costumbre de
narrar cuentos y practicar música y danzas tradicionales.
Poseen conocimientos tradicionales sobre cómo coexistir
Cristi Gerlach, Venezuela
con la naturaleza, la tierra y los recursos, con pericia en
cazar fauna silvestre y recolectar hierbas medicinales para
el tratamiento de infecciones y otras enfermedades. Por
otra parte, conocen maneras pacíficas de solucionar
conflictos y por lo general son buenos negociadores.
P: ¿Qué podemos aprender de la medicina alternativa practicada por los pueblos autóctonos? ¿Acaso
podría ayudar a curar muchas de nuestras enfermedades modernas? João F. Scarpelini, Brasil
R:
Sí; pero aún más importante es respetar los derechos
de los pueblos autóctonos a sus tierras, de las cuales
cosechan plantas medicinales, y sus derechos a utilizar tales
plantas. Nos enfrentamos con la intrusión de investigadores
que se llevan nuestros recursos genéticos y naturales, sin
pedirnos permiso. Creen que copiando medicinas autóctonas
podrán encontrar curas, pero rara vez nos consultan o
comparten con nosotros los beneficios comerciales
subsiguientes. Por supuesto esperamos que muchas
enfermedades modernas puedan curarse usando nuestros
conocimientos autóctonos, pero para que esto suceda tendrá
que existir una mejor cooperación y comunicación con las
poblaciones autóctonas, y será necesario que nuestros
conocimientos y nuestros recursos se respeten y se protejan.
P: ¿Acaso es posible preservar una cultura “original” frente a la creciente influencia de modelos culturales
más dominantes tales como los occidentales/estadounidenses? ¿Acaso alguna cultura autóctona ha sido
capaz de mantenerse intacta? Maria Sterniczuk, Canadá
R:
Resultará sumamente difícil mantener nuestras
identidades autóctonas originales. Pero algunos de
nosotros todavía somos dueños de territorios tradicionales,
o estamos en proceso de recuperarlos. Por otra parte,
sabemos que pertenecemos a grupos autóctonos, lo cual
nos da un incentivo para conservar y practicar nuestras
culturas y tradiciones originales. Como cualquier otra
cultura, las culturas autóctonas están desarrollándose y
cambiando constantemente, pero creemos que nos
correspondería a nosotros decidir cuándo y cómo.
P: ¿En qué forma la degradación del medio ambiente – la deforestación, la desertificación, la pérdida de
biodiversidad – ha afectado la capacidad de los pueblos autóctonos para vivir de la tierra? Irina Gavriloaea, Rumania
R: La degradación del medio ambiente refleja una falta de
comprensión acerca del sustento y los modos de producción
de los pueblos autóctonos. La tierra y los recursos naturales
son fuentes de conocimiento vitales que representan nuestra
vida espiritual, y proveen espacio para nuestros rituales.
Nosotros consideramos el bosque como parte de nuestra
madre, la Naturaleza — no como una mercancía que puede
venderse y explotarse en exceso en nombre del llamado
“desarrollo” para beneficios económicos. Los ecosistemas
se están agotando con celeridad, y sin embargo nuestra
supervivencia física y cultural depende de ellos. El derecho a
la vida está intrínsicamente vinculado a la posibilidad de tener
acceso a nuestros recursos y control sobre ellos. Los
proyectos de desarrollo deben estar basados en los
principios de libre determinación y el autogobernanza de los
pueblos autóctonos.
héroes del medio ambiente
Yosepha Alomang, una líder anciana del pueblo
amungme de Irian Jaya, Indonesia, fue torturada
durante seis semanas y detenida por una semana
sin alimento ni bebida en una celda llena de agua y
excremento humano que le llegaba a las rodillas,
después de haber expresado preocupación por las
prácticas de minería en la zona. Las minas en su
región – uno de los lugares más biológicamente
diversos en el mundo – han destruido el bosque
pluvial, han contaminado ríos y han desplazado
comunidades enteras. A pesar de los maltratos a
que fuera sometida, continuó expresando su opinión
y logró que se estableciera una investigación
gubernamental para averiguar estas prácticas.
Harrison Ngau Laing, miembro de la tribu
dayak de Sarawak en Malasia, dirigió a su pueblo
en un bloqueo de campamentos de leñadores
para tratar de detener la tala de sus bosques,
que estaban cortándose más aceleradamente en
Sarawak que en cualquier otra parte del mundo.
Por sus esfuerzos fue encarcelado y puesto bajo
arresto domiciliario durante casi dos años.
Galardonado con un Premio Goldman para el
Medio Ambiente en 1990, usó el dinero para
presentarse como candidato en el Parlamento de
Malasia. Ganó un escaño ese mismo año,
derrocando al Viceministro de Obras Públicas.
Hoy día, como coordinador de programas para
un centro de recursos legales, continúa luchando
contra la deforestación y a favor de los derechos
de su pueblo.
Benito Kuwaru’wa es miembro de los u’wa, un
pueblo tradicional que vive en los bosques de
altura de Colombia. Los u’wa han tenido muy
poco contacto con el mundo exterior. Creen que el
petróleo es la sangre de la Tierra, y que extraerlo
es como matar a su propia madre. En 1992, una
de las grandes empresas petroleras intentó
realizar prospecciones petrolíferas en su territorio.
Kuwaru’wa organizó una campaña contra estas
operaciones y —junto con 5.000 miembros de su
pueblo— amenazó con cometer suicidio en masa
si se llegase a extraer petróleo en la zona.
En julio de 1997 fue golpeado por una banda
de hombres armados y encapuchados,
que lo arrojaron a un río para ahogarlo. Benito
Kuwaru’wu sobrevivió el ataque y ganó una
limitada victoria sobre la empresa petrolera.
JoAnn Tall, una india americana perteneciente
a la tribu oglala lakota, vive en una reserva en
el condado más pobre de todos los Estados
Unidos. Guiada por sueños proféticos y
experiencias espirituales, se convirtió en una
activista del medio ambiente — a pesar de que
la artritis reumatoide la tuviera casi
inmovilizada y de ser madre de ocho hijos.
JoAnn frustró los planes para construir un
centro de pruebas de armas nucleares y un
vertedero e incinerador de desechos en tierras
de indios americanos.
Luis Macas, un indio quechua del altiplano
andino en Ecuador, encabezó una huelga general
de más de un millón de indios en su país en una
campaña para el reconocimiento de sus
derechos. A resultado de estos esfuerzos, el
Gobierno concedió el título de propiedad de
casi 1,25 millones de hectáreas a 148
comunidades de poblaciones autóctonas en
Amazonia, la más grande devolución singular de
tierras en el Amazonas. En 1996, Luis Macas se
convirtió en la primera persona autóctona jamás
electa al Congreso Nacional ecuatoriano.
Eileen Kampakuta Brown y
Eileen Wani Wingfield, ambas mujeres
aborígenes australianas mayores de 70 años,
condujeron a sus comunidades en una
campaña para combatir la propuesta
construcción de un vertedero nacional de
desechos nucleares en sus tierras en el
desierto en el sur de Australia. Pese a su
frágil salud, las dos mujeres lucharon
incansablemente hasta que finalmente el
Gobierno de Australia abandonó los planes
en 1994.
fotos: El Premio Goldman para el Medio
Ambiente
El Premio Goldman para el Medio Ambiente es el galardón más prestigioso del
mundo para héroes del medio ambiente en la base. Reconoce a las personas que luchan por el medio
ambiente — con frecuencia a gran costo personal. El premio es concedido por la Fundación Goldman
para el Medio Ambiente a seis recipientes cada año, e incluye un importante premio financiero.
Las personas cuyas historias se cuentan en esta página son todas ganadoras del Premio Goldman.
9
ESCUCHANDO A LA NATURALEZA
L
—formado por indios hidatsas, mandans y arikras— desarrollaron
a imagen hollywoodiense de los indios americanos—
culturas que coexistían en perfecta armonía con su entorno.
pueblos guerreros que vivían en tipis y cazaban bisontes
en las llanuras norteamericanas— sólo podía describir una
Al plantar sus cuatro cultivos principales —maíz, alubias, girasol y
pequeña parte de los pueblos autóctonos de América del Norte.
calabazas— usaban prácticas que obraban en conjunto, como por
Los indios americanos eran, y siguen siendo, un grupo
ejemplo plantando alubias junto a los
enormemente diverso, con una
tallos más altos del maíz para su
amplia variedad de estilos de
soporte y protección de los elementos.
vida, que reflejan los diferentes
Usando todas las partes del animal
También desarrollaron variedades de
ecosistemas en los cuales viven y
maíz especialmente adaptadas a la
su comprensión de cómo vivir en
> Carne — comida y conservada
corta estación de crecimiento y las
armonía con ellos. Los grupos
> Huesos — leznas/punzones, cuentas, dados para juegos
escasas precipitaciones en las Llanuras
del noreste boscoso se han
> Grasa — jabón, tintes, suavizantes para cueros
del Norte.
adaptado a sus circunstancias en
> Paredes del corazón y del intestino grueso —
diferentes maneras que los de las
artefactos para almacenar líquidos como grasa y aceite
Durante la temporada de caza, toda
Grandes Llanuras. Del mismo
> Piel/cuero — cubiertas para viviendas, cascos para
la comunidad jugaba un papel en la
modo, los grupos en los
botes, reutilizados más tarde como mocasines
preparación de la presa para diversos
inhóspitos desiertos del sudoeste
> Costillas — patines para trineos
usos prácticos. Casi todas las partes
tienen estilos de vida muy
> Sobras de piel/cuernos/pezuñas — hervidos para
del animal eran destinadas a algún
distintos de los de los pescadores
fabricar cola
propósito, dado que el desperdicio
que viven en los bosques a lo
> Huesos porosos — pinceles
de cualquiera de sus partes violaría
largo de Pacífico al noroeste.
> Fibras de tendones (de la columna vertebral y
los valores espirituales básicos (ver
las patas) — hilo extra fuerte
recuadro).
Puesto que comprenden que
> Vejiga — baldes
dependen de la naturaleza para su
> Sobrantes de piel y pelos — muñecas, pelotas para
Los preparativos para el largo
propia supervivencia, la mayoría de
deportes
invierno eran abundantes y variados,
los indios americanos se consideran
> Dientes — cuentas/decoraciones en vestidos y togas
destinados a preservar el bienestar
como parte de la Tierra misma.
> Vértebras — piezas para juegos
de todo el grupo más que enfocados
Muchos también consideran la
en familias individuales. Las
pérdida de tierras tribales como una
legumbres y las semillas se echaban en pozos cavados en el suelo (con
pérdida de identidad indígena, ya que históricamente sus culturas, sus
el propósito de protegerlos contra la humedad); la carne era cortada
valores y sus creencias se han centrado en el entorno que les rodea.
en tiras y secada sobre un fuego o al sol. La tribu aprendió cuánto
Por ejemplo, el grupo de las tribus de Knife River en Dakota del Norte
LOS ANASAZI
Los indios anasazi vivían en el altiplano de la región de los
Cuatro Rincones de los Estados Unidos, que consiste de un
desierto rocoso y montañas cubiertas de matorrales. Los
recursos eran escasos, y los anaszi creaban sus refugios de la
protección natural de los altos acantilados de la zona,
construyendo viviendas directamente con las laderas de
piedra. Este dibujo muestra cómo los pueblos que las
construían no estaban imponiendo su propio orden a la
naturaleza, sino que escuchaban el orden natural para
descubrir cómo podían construir sus casas.
“Vivienda de acantilado” anaszi en Cañón de Chelly en Nuevo México
10
Foto: PNUMA/Topham
LAS TRIBUS DE KNIFE RIVER
Mapa: www.motherplanet.com, modificada por Deia Schlosberg
convenía cultivar y cuánto cazar de manera que todos tuvieran
suficiente que comer durante todo el año, sin las derrochadoras
prácticas de muchos de los actuales métodos de agricultura y
distribución de alimentos.
Aunque son considerados como Indios de las Llanuras, los pueblos de
Knife River sólo usaban tipis como albergue temporario cuando se
encontraban en excursiones de caza. La mayor parte del año vivían en
cabañas de tierra, que eran casas construidas en terrazas por encima del
río, y establecidas en el suelo para ofrecer refugio de condiciones
extremas. Estas viviendas de tierra estaban destinadas a aislar a los
habitantes del frío en invierno y del calor en verano. Para soportar las
temperaturas muy frías del invierno, los grupos solían mudarse a zonas
más protegidas del bosque y viviendas más pequeñas, que retenían el
calor con mayor eficacia, hasta que habían pasado los meses más fríos.
LOS PEQUOT
El pueblo de los pequot vivía en lo que hoy es Connecticut
occidental, y su estilo de vida era similar al de otros grupos
que habitaban los bosques. Vivían en tiendas indias—
pequeñas viviendas ovaladas hechas de árboles jóvenes
flexibles que se doblaban y recubrían de corteza. Eran hábiles
pescadores —tanto en ríos como en el océano— y cazaban
animales del bosque como ciervos, alces y osos. Desarrollaron
eficaces técnicas agrícolas para el cultivo de maíz y alubias.
En su apogeo había cerca de 8.000 indios pequot, dispersados
por 650 kilómetros cuadrados.
Riqueza viva
Los bosques son la riqueza viva de la Tierra — la base
para el desarrollo, proporcionándonos el aire que
respiramos, los alimentos que consumimos, los
materiales que necesitamos... y nuestras medicinas.
foto: Christia/PNUMA/Topham
Aldea hidatsa, tiendas cubiertas de tierra sobre el Río Knife, por George Catlin
Foto: Smithsonian American Art Museum, donación de la Sra Joseph Herrison, Jr.
Las numerosas especies de árboles de Costa Rica protegen al
suelo de la erosión, sujetando la tierra con sus raíces, mientras que
mediante el fenómeno de la fotosíntesis, que tiene lugar en sus
hojas, proveen el oxígeno que respiramos. La copa da refugio a
diversas especies de pájaros, y las raíces sirven de madriguera a
zorros, conejos, ratas de campo y otros animales.
Cada árbol constituye una comunidad de seres vivos. Los bosques
tropicales lluviosos, que cubren sólo un 8 por ciento de la superficie
de la Tierra, contienen el 50 por ciento de las especies del mundo.
Desde hace más de 3.000 años, los nativos aborígenes que
habitan en Costa Rica han llevado un estilo de vida que se
desarrolla en armonía con este medio ambiente. Ellos toman del
bosque lo que necesitan y nunca les falta nada: sanan su cuerpo,
se alimentan y abrigan gracias a la naturaleza.
¿Y el resto de nosotros? Desde el tiempo de la Revolución Industrial
empezamos a tomar de la Tierra más de lo que en realidad necesitamos,
agotando muchos de sus recursos sin ninguna consciencia de
conservarlos para futuras generaciones. La deforestación ha disminuido
enormemente la superficie boscosa del planeta, poniendo en serio
peligro la supervivencia de miles de especies de flora y fauna. Debemos
educar sobre su importancia y una utilización sostenible de los recursos,
e incluir a los habitantes autóctonos en el proceso del desarrollo de
planes de conservación, ya que ellos poseen un profundo respeto por
todos los seres vivos. Conservación significa cuidar, comprender y usar
nuestros recursos naturales de una manera sostenible.
Son pocos los países del planeta que aún poseen bosques
tropicales. Los sistemas de producción de los cuales dependemos
hoy día están poniendo en peligro la vida sobre la Tierra. La
explotación indiscriminada ha destruido más del planeta en los
últimos 100 años que en toda la historia anterior de la humanidad.
Es responsabilidad de todos salvar nuestros bosques, pues de
ellos depende nuestra supervivencia sobre la Tierra.
foto: LCPS Photo Gallery
Paola Parra Cordero (18 años), Costa Rica
La familia de Paola Parra Cordero ha vivido de forma sostenible en los
bosques de Costa Rica durante generaciones, manteniéndose con la
agricultura, y más recientemente, como guías de expediciones de ecoturismo.
11
¿Qué queremos decir cuando hablamos de
poblaciones autóctonas?
Las Naciones Unidas a menudo
usan una definición del Informe
Martínez-Cobo para la
Subcomisión de la ONU sobre la
Prevención de Discriminación
contra las Minorías (1986):
Comunidades, pueblos y naciones autóctonos
son aquellos que, teniendo una continuidad
histórica con sociedades precoloniales y
anteriores a las invasiones que fueron
desarrolladas en sus territorios, se consideran
a sí mismos distintos de otros sectores de las
sociedades que hoy día prevalecen en dichos
territorios, o partes de ellos. Hoy día forman
sectores no dominantes de la sociedad y
están determinados a preservar, desarrollar y
transmitir a las generaciones futuras sus
territorios ancestrales, y su identidad étnica,
como la base de su continua existencia como
pueblos, de acuerdo con sus propias pautas
culturales, sus instituciones sociales y sus
sistemas legales.
Inuit (150.000)
Sami
Norteamérica 1,5 millones
Tribus de Knife River
Oglala Lakota
Pequot
Iroqueses
Anasazi
Africa Occidental
Nómades (8 millones)
México y América Central 13 millones
Dogon
Africa Central
U’wa
Yanomami
Quechua
América Latina 18,5 millones
Densidad de población
(por kilómetro cuadrado)
>10
150–299
10–49
300–499
50–99
<500
100–149
División de Población de las Naciones Unidas
El mapa muestra la ubicación de
grupos autóctonos que aparecen en
este número de Tunza además de
las cifras correspondientes a
pueblos autóctonos en algunas de
las mayores regiones continentales
del mundo.
12
Con agradecimiento a la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para
Derechos Humanos y Supervivencia
Internacional por su valioso consejo, y al
Grupo de Trabajo Internacional sobre Asuntos
Autóctonos (IWGIA) por proveer los datos.
Nahua
Hay alrededor de 150 millones de habitantes
tribales que viven en 60 países alrededor del
mundo. Podrán ser autóctonos pero
específicamente aún viven en grupos o
sociedades tribales. De los 70 grupos que
nunca han tenido contacto con el resto del
mundo, se calcula que 50 de ellos viven
aquí, en la cuenca del río Amazonas.*
Esta región también es hábitat de más de la
mitad de las especies de plantas y animales
del mundo. Muchos grupos autóctonos
viven en este tipo de ecosistemas aislados
y diversos.
Numerosas plantas utilizadas en la medicina
moderna fueron encontradas en los hábitats
de pueblos autóctonos, que habían venido
usándolas en su propia medicina desde
siglos.
* Survival International
Pigmeo
Población mundial
Pueblos autóctonos en el mundo
Pueblos tribales en el mundo
Grupos autóctonos distintos
6.301.463.000
300.000.000
150.000.000
5.000
Número de idiomas
hablados en el mundo
6.000-8.000
% del total de idiomas mundiales
hablados en:
Número estimado de grupos tribales
que no tienen contacto con
el mundo más amplio
*
**
***
*
**
***
**
70 ***
Cifra de la ONU para 2003
Fondo Internacional para Desarrollo Agrícola
Survival International
Europa 2%
Asia 32%
Américas 15%
Región del Pacífico 19%
Africa 30%
% de idiomas que se estima
desaparecerán en el curso
del próximo siglo 90%
i (80.000)
Rusia 1 millón
Inuit
% de idiomas que se
consideran autóctonos 85%
Unesco
Asia Oriental 67 millones
Tártaros
Beduinos
Bishnoi
Asia del Sur 51 millones
Karenni
Pacífico 1,5 millones
os (250.000)
Africa Oriental
Nómades (6 millones)
Dayak
Penan
Masai
Sudeste de Asia 30 millones
Amungme
Tolos
Sudáfrica
San y Basarwa (100.000)
Aborígenes (290.000)
San
Maorí (350.000)
Muchos pueblos autóctonos están
luchando por conservar algún
control sobre las maneras en que
sus hogares y su vida están
cambiando.
Carta de las Naciones Unidas y Acuerdo
Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos, y Acuerdo Internacional sobre
Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Artículo Común 1, párrafo 1.
“Todo los pueblos tienen el derecho
de libre determinación; en virtud de
ese derecho, determinan libremente
su condición política y persiguen
libremente su desarrollo económico,
social y cultural.”
13
Carrera libre
49,11 segundos
tal vez no
parezca mucho
tiempo, pero
es suficiente
para hacer
historia
Cuando Cathy Freeman cruzó la línea de meta de los 400 metros el 22
de septiembre de 2000, entre los vítores de su exultante público de compatriotas, se
convirtió en la deportista olímpica más importante de los tiempos modernos. En esos
pocos segundos Cathy, de 31 años de edad, se había convertido en la primera mujer
aborigen australiana ganadora de una medalla de oro para atletismo en una Olimpíada
— cuatro años antes, su compatriota Nova Peris-Kneebone había ganado una medalla
de oro en Atlanta como integrante del victorioso equipo australiano de hockey femenino.
Al correr su última vuelta de honor, Cathy Freeman mostró su patriotismo y su orgullo
cultural con las dos banderas —la australiana y la bandera aborigen— formando
pliegues sobre sus hombros. Para muchos de sus conciudadanos, autóctonos y noautóctonos por igual, esta demostración de unidad nacional y reconciliación se
convertiría en la imagen que definiría los Juegos Olímpicos de Sydney.
Cathy Freeman ya había logrado una primicia en 1992 en Barcelona cuando se convirtió
en la primera aborigen en representar a Australia en los Juegos Olímpicos. En 1996,
en los Juegos de Atlanta, ganó una medalla de plata, antes de coronar su carrera con
oro en Sydney — los Juegos Olímpicos más favorables al medio ambiente de todos.
Cathy Freeman anunció su retiro del atletismo competitivo en julio de 2003. Pero
sigue ejerciendo importante influencia en el ámbito internacional, trabajando a favor
del deporte, del medio ambiente y de los jóvenes.
De niña, ¿le resultaba difícil entrenar
como una seria atleta al mismo tiempo
que ir a la escuela?
En mis años de estudio en el colegio no
lo encontré demasiado difícil. Mirando
atrás, mi pasión siempre fue correr, y
correr superaba con mucho cualquier
otra cosa en mi vida. Mi deporte me
ayudó a aprender a ser sensata y feliz. Yo
estaba segura de que las personas que
me ayudaban y me guiaban sabían que yo
tenía el potencial de ser una campeona, y
por suerte pude demostrar que tenían
razón. Siempre conté con un fuerte apoyo
y aliento durante mis años escolares.
¿Alguna vez imaginó que podría ganar
una medalla de oro en los Juegos
Olímpicos?
¡Por supuesto que sí! A los diez años, mi
sueño era ganar una medalla de oro
olímpica. Solía pretender que estaba
recibiendo mi medalla en la tarima.
Imaginaba ganar tan vívidamente que
hasta lloraba, con sólo imaginar cómo
sería. Gracias a Dios, mi sueño se hizo
realidad.
¿Cómo se siente al ser una de las dos
únicas atletas aborígenes que han
ganado una medalla de oro en los
Juegos Olímpicos?
Me siento muy especial, honrada y feliz.
De verdad estoy muy orgullosa. ¡Mi
herencia autóctona incrementa mi
sentido de cumplimiento y alegría!
14
Australia le confirió el título de Joven
Australiana del Año en 1990 y volvió a
nombrarla Joven Australiana del Año
en 1998. Ahora será el símbolo, la cara
de los próximos Juegos de la
Commonwealth, que se celebrarán en
Melbourne en 2006. ¿Cómo se siente
en su papel de icono australiano?
Apenas me estoy acostumbrando a
aceptar tal condición y de ser un icono
aquí en Australia. Me asusta un poco y
me abruma, ¡pero también me hace
sentir orgullosa!
¿En qué asuntos ambientales está
especialmente interesada, y por qué?
Entre otros, puedo mencionar la gestión
de los desechos, la plantación de hierba
y árboles, el apoyo corporativo, político y
social para causas ecológicas, y —lo
más importante— la conciencia de la
comunidad. Esencialmente, preservar el
medio ambiente significa cuidarnos a
nosotros mismos y cuidar nuestro futuro.
Usted es embajadora para la iniciativa
Mitre 10 Landcare “Cuidando nuestras
vías fluviales”, que apoya proyectos
locales de recursos hídricos a través
de toda Australia. ¿Qué le motiva a
emprender el trabajo ambiental en el
que está involucrada actualmente?
Mi interés y mi pasión son impulsados
particularmente por mi imperecedero
amor a la naturaleza y mi interés por
darnos la mayor oportunidad, como
seres humanos, de ser y hacer lo mejor
que podamos ser y hacer. Nos debemos
a nosotros mismos convertir el lugar
donde vivimos en el hogar más hermoso
posible. “Somos lo que vemos” — creo
firmemente en este adagio. Por otra
parte, tengo demasiado respeto por la
vida como para no preocuparme.
¿Cree que todos podríamos aprender
algo de la estrecha relación que el
pueblo aborigen comparte con el
mundo natural?
¡Por supuesto! Mi pueblo,
la comunidad autóctona australiana,
ya lleva miles y miles de años
manteniendo un amor y un respeto
tradicional por el medio ambiente,
regocijándose y celebrando la Tierra a
través de todos los tiempos. El pueblo
aborigen goza de una conexión con la
tierra que también fomenta un auténtico
respeto y amor por la Madre Naturaleza.
Usted ha trabajado durante muchos
años con Inspire, una organización
que apoya y habilita a gente joven.
¿Qué puede decirnos de esa
actividad?
Básicamente, Inspire se concentra en el
problema del suicidio de adolescentes en
las zonas rurales. Utilizando la tecnología
de Internet, Inspire asegura que los
jóvenes tengan más oportunidades para
abordar sus problemas personales de
una manera confidencial y apropiada. Yo
soy una patrocinadora de Inspire, y estoy
muy orgullosa de la tarea que está
realizando, y del efecto que tiene Inspire
en la vida de la gente joven en todas
partes de Australia. Estoy encantada
de formar parte de una maravillosa
organización que ayuda a inspirar
nueva vida en nuestro recurso más
importante: los jóvenes. ¡Inspire me
recuerda que el futuro siempre es
brillante!
Ahora que se ha retirado del atletismo,
¿qué planea hacer en el futuro?
Simplemente espero seguir tratando de
ser la persona que realmente quiero ser,
fiel a mí misma y a los valores que
aprecio. Si yo pudiera mejorar las cosas
de algún modo sería maravilloso.
¡Absolutamente maravilloso!
foto: Empics
¡Paguemos el
precio justo!
Si quieren ayudar a los pueblos autóctonos,
¿por qué no apoyarlos comprando sus
artesanías, sus alimentos y otros productos a
través de una organización de “comercio justo”?
Las empresas comprometidas al comercio justo
—o fair trade— tratan de devolver entre un
cuarto y un tercio del precio que nosotros
pagamos para los artículos a la persona que los
produjo. Aunque algunos podrán quejarse de
que los productos fair trade cuestan un poco
más caros que los otros, muchos creen que
éste es un precio muy pequeño que pagar para
mejorar la vida de trabajadores que están
luchando contra la pobreza.
La mayoría de las organizaciones de comercio
justo compran cosechas, productos y
artesanías directamente de pequeños
agricultores y artesanos. Este ingreso adicional
puede ayudar enormemente a la gente en los
países más pobres a amortiguar y protegerse
contra las volátiles fluctuaciones en los precios
del mercado mundial. De esta forma, con su
sustento más asegurado, pueden alimentar,
vestir y albergar a sus familias, permitiéndoles
además invertir parte de sus ganancias para
expandir sus negocios.
Joyas bosquimanas
photo: www.survival-international.org
Entre los productos
autóctonos más populares
se cuentan los siguientes:
"
"
"
"
"
"
"
"
"
Cestas de agujas de pino de Nicaragua
Mermeladas de frutos tropicales de Ecuador
Tallas de hueso, marfil o esteatita de Canadá
Suéteres de lino y alpaca teñidos con
colores naturales de Australia
Chales de pashmina de Nepal
Miel de la República Democrática de Congo
Fundas para almohadones y colgaduras y
tapices de la India
Salmón de Rusia
Hierbas medicinales y plantas
de Sudáfrica
15
El mundo
en nuestras
manos
La Conferencia internacional de los niños
sobre el medio ambiente de TUNZA 2004
auspiciada por la Nación Tribal de Mashantucket Pequot
l 19 de julio de 2004, más de 450
jóvenes embajadores procedentes
de países tan variados como Colombia,
Irlanda, Líbano y Ghana acudieron a la
ciudad estadounidense de New London,
Connecticut, para la Conferencia
internacional de los niños sobre el
medio ambiente de TUNZA. En la
ceremonia inaugural —después de un
vibrante espectáculo de música y
danzas para dar la bienvenida a los
delegados— la famosa investigadora de
primates Jane Goodall dijo a su joven
público: “Ustedes no sólo pueden
cambiar el mundo — ustedes están
cambiando el mundo.”
E
Los embajadores —todos ellos entre 10 y
13 años de edad— representaban a 50
naciones de seis Continentes. La
conferencia les brindó numerosas
oportunidades para discutir qué podrían
hacer para proteger su planeta y conservar
recursos naturales para las generaciones
futuras. Acordaron que una de las cosas
más importantes que podrían hacer era
hablar con sus amigos y su familia. “Quiero
que todos sepan que es importante que
piensen en el medio ambiente,” dijo Ritsuya
Kishida, un chico de 13 años de Tokio,
Japón, que dirigía un proyecto de
recolección de basura en su ciudad natal.
16
Entre excursiones, talleres y espectáculos
artísticos de bailarines y cantantes
hip-hop, los delegados pusieron manos a
la obra para trabajar en serio, discutiendo
asuntos de medio ambiente actuales y
proponiendo soluciones viables.
Basándose en sus hallazgos, aprobaron
una serie de compromisos y retos
encaminados a un mejor cuidado de la
Tierra y sus recursos.
Michael Van Leesten, presidente de la
Coalición Internacional para los Niños y el
Medio Ambiente, expresó que la
conferencia daba un buen ejemplo a los
adultos. “Es prueba real de que lo que
está sucediendo en este mundo hoy día
es curable si podemos formar un grupo de
líderes totalmente nuevo para que se haga
cargo del mundo,” agregó. “¡Así de fácil!”
Al final de la conferencia, los delegados se
declararon orgullosos de lo que habían
logrado trabajando juntos. Lauren Kirk, de
13 años, oriunda de Queensland Central,
Australia, lo resumió en estas palabras:
“Son las cosas pequeñas lo que cuenta.
Pensar localmente — actuar
mundialmente. Es mi convicción que los
niños del mundo pueden unirse — cambiar
las cosas para mejorarlas y ayudar a
reducir nuestra huella ecológica.”
Los Compromisos
y Retos de 2004
Nosotros, los delegados de
la Conferencia internacional de
los niños sobre el medio ambiente
de TUNZA, nos comprometemos
a hacer lo mejor posible para:
" Respetar, apoyar, compartir y
celebrar las culturas y los
conocimientos de las poblaciones
autóctonas.
" No dañar ninguna planta o animal,
especialmente las especies
amenazadas.
" Establecer o ayudar en un refugio
para animales, ya sea para
animales domésticos o para
especies amenazadas, de estar
disponible.
" Crear conciencia sobre la
importancia de la biodiversidad.
" Usar nuestra agua, energía y otros
recursos sensatamente.
" Recolectar y volver a usar el agua
de lluvia.
" Educarnos a nosotros mismos y
educar a otros sobre el valor del
agua y el problema de la
contaminación.
" Participar en las operaciones de
limpieza de los riachuelos locales o
de la costa.
" Comprar y usar productos
de uso energético eficiente
y conservar energía siempre
que sea posible.
" Plantar árboles, plantas autóctonas
y especies poco comunes en
nuestras comunidades.
" Comer alimentos no cultivados con
productos químicos contaminantes.
" Escribir cartas y peticiones a
nuestros gobiernos y líderes
comunitarios para que tomen
medidas, citando los siguientes
retos:
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Nosotros, los delegados a la Conferencia
internacional de los niños sobre el medio
ambiente de TUNZA, desafiamos a los
líderes del mundo a que apoyen nuestra
acción comprometida tomando las
siguientes medidas:
la
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" Tratar a los pueblos autóctonos
con justicia y respetar sus
derechos, incluyéndolos en
la toma de decisiones y devolviéndoles
todo artefacto que les fuera
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y actividades turísticas.
el pro otra gen o
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" Poner fin a la apropiación de tierras
a!”
Ishita
Kaur,
de pueblos autóctonos y buscar
India
maneras de pagarles por su tierra en
caso de que no sea posible
devolvérsela.
" Proteger la biodiversidad natural en sus
regiones y establecer futuras reservas
en zonas conflictivas.
" Proveer fuentes alternativas de alimento
y empleo para la gente que actualmente
depende de la explotación de especies
amenazadas.
" Tratar el agua como un recurso mundial
y compartir el recurso.
" Hacer cumplir leyes que prohíben el
vertido de residuos en las vías
foto: la Nación Tribal de Mashantucket Pequot
fluviales. Asegurar que las multas
sean lo suficientemente altas para
obligar a las empresas a detener la
contaminación.
" Educar al público, usando los medios
de difusión, los planes de estudio de las
escuelas y otros métodos disponibles,
recordándoles que usen el agua, la
energía y otros recursos de forma
prudente.
" Apoyar e invertir en prácticas agrícolas
que no usan productos químicos
contaminantes.
" Invertir en fuentes de energía
alternativas, poniendo la energía verde
al alcance de todos.
" Apoyar grupos ecológicos locales.
Nuestro objetivo común
Durante la conferencia, todos tuvieron una
oportunidad de compartir su cultura. Tal vez no
todos hablemos el mismo idioma, pero nos
preocupamos por cosas similares. La manera
en que la humanidad trata el medio ambiente
nos afecta a todos, no importa de dónde
seamos. Todos tenemos algo en juego en lo
que sucede a la Tierra, puesto que, después de
todo, la Tierra es nuestro hogar compartido.
Tendremos que empezar a trabajar juntos con el
fin de encontrar soluciones a problemas como
la contaminación y para conservar preciosos
recursos si hemos de proteger el mundo natural
para nosotros y para nuestros futuros hijos.
Alex Lin y Christine Kong, dos de los delegados,
lo resumieron así: “El mundo está en paz aquí,
con todas las religiones trabajando juntas, todos
riendo juntos, divirtiéndonos juntos. Todos con
un objetivo común: ayudar al medio ambiente y
al resto del mundo. Ahora, nosotros, los
delegados, estamos haciendo algo que muchos
adultos en el mundo no pueden hacer: estamos
trabajando juntos en paz. Si el mundo entero
fuese así, no habría necesidad de más guerras.”
¡Muchísimas gracias! Expresamos
nuestra profunda gratitud a nuestros patrocinadores
fundadores de la conferencia, la Nación Tribal de
Mashantucket Pequot, sin quienes este increíble
acontecimiento no hubiera sido posible. También
deseamos agradecer a todas las personas y donantes
que nos ayudaron a montar la conferencia, así como a
la Coalición Internacional para los Niños y el Medio
Ambiente, al Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente y al Connecticut College.
Michael Thomas Presidente de la Nación Tribal
de Mashantucket Pequot
17
Era un martes
— el martes, 10 de bhadrapad (un mes lunar
en la India) de 1730. Amrita Devi estaba en su casa con sus hijas
en la aldea de Kherjali, cerca de Jodhpur, batiendo leche, cuando
oyó el sonido de un hacha cortando un árbol.
El ruido la alarmó. En su aldea nunca se cortaban árboles, porque ella y
sus vecinos eran bishnoi, pertenecientes a una religión que prohibía cazar
animales o cortar árboles. Estos eran dos de los 29 principios (la palabra
“bishnoi” significa 29) establecidos por el fundador de la religión, Guru
Jambho, en el siglo XV. Siguiendo estos principios, los bishnoi habían
convertido sus aldeas en lugares verdes y fértiles en medio del desierto
de Rajasthan. Resultó que la tala era ejecutada por hombres del maharajá
local, que quería leña como combustible para sus hornos de cal en un
nuevo palacio. Arita Devi corrió y abrazó el árbol que iban a cortar,
exclamando uno de los dichos del Guru: “Sar santey rookh rahe to bhi
sasto jaan” — “Vale la pena salvar un árbol aunque te cueste la cabeza”.
Los hombres decapitaron a Amrita. Sus tres jóvenes hijas —Asu, Ratni
y Baghu— la siguieron para abrazar el árbol, y sufrieron el mismo
destino que su madre. Los habitantes de Kherjali y las aldeas bishnoi
circundantes decidieron que uno de ellos daría su vida por cada árbol
cortado — y 363 de ellos murieron antes de que se pusiera fin a la tala.
El maharajá, avergonzado por el valor de los aldeanos, se disculpó, y
emitió un decreto real, grabado en una placa de cobre, por el cual se
prohibía la tala de árboles o la caza de animales en las aldeas bishnoi,
so pena de severo castigo.
Las aldeas siguieron siendo verdes en medio de un ambiente duro y
agreste a través de los siglos. Se dice que dondequiera que se
encuentran los 6 millones de bishnoi florecen flora y fauna. Los ciervos
pastan en sus campos sin temor; pueden contar con alimento y agua
hasta en los peores períodos de sequía.
Hay quienes dicen que estos primeros manifestantes ecologistas de
acción directa inspiraron a Mahatma Gandhi a desarrollar su exitosa
estrategia de desobediencia civil. No cabe duda de que dieron origen
al moderno movimiento de abrazar árboles llamado Chipki (que
significa “aferrarse” o “pegarse”), que se ha difundido a través del
Himalaya. Mediante el mismo, los habitantes locales —principalmente
las mujeres— han abrazado árboles para protegerlos contra los
leñadores, salvando muchos bosques e impidiendo así que la preciosa
tierra de la capa arable que sus aldeas necesitan para cultivar
alimentos fuera barrida de las laderas desnudas por las lluvias.
arboles sabios
18
El kauri de Nueva Zelandia se cuenta entre los árboles
más grandes y más antiguos del planeta: llega a tener
una altura de 50 metros y puede vivir hasta 4.000
años. Los kauris tienen tanta altura que recientemente
se descubrió que los kókako —unos pájaros que hacía
mucho se creían extintos— habían estado todo el
tiempo en lo alto viviendo sin ser vistos entre sus hojas.
Gracias a su madera increíblemente fuerte
y resistente al agua, los antiguos habitantes
maorí utilizaban estos extraordinarios
árboles para construir embarcaciones. En
efecto, su madera es tan durable que aún
hoy día es posible recuperar y usar kauri
de pantanos en los que habían caído miles
de años atrás. Cuando se hacen incisiones
en la corteza de un kauri, se filtra resina
de sus heridas constantemente, y nunca
llegan a cerrarse. En el curso de los siglos,
esta resina forma estalagmitas y
estalactitas en las ramas y en el suelo, que
luego se usan para fabricar pinturas,
barnices y hasta joyas.
Desde una
perspectiva amplia
Los moarí consideran a los
kauri como árboles sagrados y
sabios, porque han observado
tanta historia. El kauri más
grande de Nueva Zelandia –
llamado Tane Mahuta, el Señor
del Bosque – se encuentra en
el bosque de Waipoua en la
Isla del Norte, hábitat de la
mayoría de los kauri que
quedan en el país. Tiene una
altura de 51 metros, con una
circunferencia de 14 metros, y
se cree que tiene entre 1.250 y
2.500 años de edad.
Me llamo Alan Wu, y soy Asesor Juvenil Tunza del
PNUMA para Asia y el Pacífico. Mi visión es ver
comunidades participativas —locales, nacionales
e internacionales— que encuentran soluciones
sólidas para responder a las voces de todos sus
ciudadanos. Dedico mis esfuerzos al logro de esta
visión representando a gente joven y creando
conciencia de los asuntos y las opiniones de los
jóvenes en la toma de decisiones comunitarias.
Trabajo en pro de la participación juvenil y el
desarrollo de instituciones más receptivas para
facilitar dicha participación, y con el fin de formar
la capacidad de los jóvenes para participar en lo
que concierne a sus propias comunidades.
Pero pensamos que el primer paso en la tarea de
trabajar hacia el logro de la visión de participación
juvenil en la toma de las decisiones medioambientales
es fomentar los conocimientos, habilidades,
perspectivas y valores que habilitarán a los jóvenes
para asumir la responsabilidad de crear y disfrutar de
un futuro sostenible. De modo que nos resultó un
placer elaborar e implementar la propia estrategia de
participación juvenil del PNUMA, que incluye varias
interesantes iniciativas para jóvenes como nosotros
—tales como esta revista, el libro de Tunza,
conferencias y retiros regulares para jóvenes—
dirigidas con regularidad por el PNUMA, así como la
campaña de educación “youthXchange” (intercambio
juvenil) en torno a asuntos de consumo sostenible.
Miles de jóvenes en todas partes del mundo están
trabajando en pro de un cambio positivo en nuestras
comunidades locales — y poco a poco, este trabajo
está cambiando el mundo. ¡Participen con nosotros!
Alan Wu (20 años) es el Asesor Juvenil Tunza del PNUMA
para Asia y el Pacífico. Actualmente está completando un curso
combinado de Licenciatura (en Ciencias Políticas) / Licenciado
en Derecho en la Universidad de Melbourne,
Australia.
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Desde donde vivo, Australia, estoy dedicado a
numerosos programas nacionales e internacionales
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Internacional de Oxfam 2004.
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Soy fundador y coordinador de
“Wellspring”, una organización medioambiental sin
fines de lucro que se concentra en educar a gente
joven en asuntos de consumo sostenible.
En reconocimiento de mi trabajo con Wellspring, el
Gobierno de Australia me nombró Representante
Juvenil de la delegación australiana a la Cumbre
Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible de 2002, el evento más grande jamás
organizado por la ONU. En la misma estuve a
cargo de organizar la aportación juvenil a las
posiciones australianas sobre asuntos ambientales,
y escribí varios artículos que fueron publicados en
los medios de información internacionales, lo cual
aseguró que los jóvenes no presentes se
mantuvieran al tanto de las novedades.
En 2003, los participantes del Retiro Juvenil
Mundial del PNUMA me eligieron para integrar el
Consejo Asesor Juvenil Tunza del PNUMA, en el
cual también ejerzo las funciones de Enviado
Especial para Gente Joven ante el Director
Ejecutivo del PNUMA. Uno de los mayores éxitos
del Consejo ha sido nuestra representación de
personas jóvenes y la opinión juvenil en diversas
negociaciones ecológicas internacionales, en las
cuales, en varias ocasiones, nuestro equipo ejerció
presión a favor de la inclusión de texto sobre la
importancia de las alianzas con los jóvenes.
foto: Gobierno de Australia – Departamento de Servicios Familiares y Comunitarios
ilustración basada en una foto: Dutta/PNUMA/Topham
Un viejo proverbio de Kashmir dice: “No hemos
heredado el mundo de nuestros antepasados —
lo tomamos prestado de nuestros hijos”.
Cuando se trata de tomar decisiones respecto al
medio ambiente, los jóvenes tienen un derecho
especial a que se tomen en consideración sus
opiniones, puesto que ellos son quienes vivirán
con los resultados a largo plazo.
19
illustración: Deia Schlosberg
La historia iroquesa
de la Creación
Mucho tiempo atrás, un gran árbol florecía
y proveía a todo el mundo con todo lo que
necesitaban y la gente era feliz.
Pero el Concejal Regidor sabía que,
debajo de la tierra, existía un gran mar en
la oscuridad, y decidió darle luz,
desarraigando el árbol y cavando un gran
agujero en el suelo.
El Concejal Regidor envió a una mujer, Atenen-sic, a las profundidades del mar, envuelta
en luz. Los animales que vivían en las aguas
la vieron venir de arriba y supieron que
debían preparar un sólido pedazo de tierra
para su llegada. Primero, Castor nadó al
fondo del mar para tratar de agarrar un poco
de suelo, pero desapareció. A continuación,
Pato intentó hacerlo, pero también fracasó.
Finalmente, Rata Almizclada se sumergió y
volvió trayendo un trozo de tierra en sus
patas, y Tortuga se ofreció para cargar la
tierra en su espalda.
Historias de
la Creación
illustración: Jana Vodickova
La serpiente arco
iris: una historia de
Australia
Hace mucho, mucho tiempo, en la era de los
sueños, antes de que hubiera hombres y mujeres,
animales y plantas, el mundo yacía quieto, liso y
plano. La serpiente arco iris, que era la madre de
todos nosotros, yacía en el mismísimo centro de
la Tierra, sumida en un profundo sueño.
Un día, la serpiente arco iris de repente se
despertó, y penetró a través de la superficie
de la Tierra, regándolo todo con un polvo de
brillante color ocre rojo. Recorrió toda la
Tierra, formando con su cuerpo cordilleras y
profundos canales. Tal era su fuerza y tan
grande fue su efecto sobre la Tierra que
grandes lluvias empezaron a caer de los cielos
y a llenar los profundos canales por donde se
abría camino la culebra. Los lugares altos
crearon las montañas y los lugares bajos se
llenaron de agua para crear los ríos y los
mares. Los lugares que la serpiente no había
Ahora que Aten-en-sic tenía un lugar seguro
donde aterrizar, los pájaros fueron a buscarla
para colocarla en la espalda de Tortuga. Así,
Tortuga se convirtió en la portadora de la tierra
— y cada vez que está inquieta y se agita, el
fondo tiembla con grandes olas y terremotos.
La tierra muy pronto se convirtió en una gran
isla. Aten-en-sic dio a luz a dos hijos gemelos.
Uno era bueno y el otro era malo. Cada uno de
ellos reclamó la isla como suya. El hijo bueno
le dio árboles y animales y protegió los ríos
con colinas y montañas. El hijo malo retorció
Las religiones del mundo muestran una
notable unanimidad en sus enseñanzas
sobre la relación de la humanidad con
el medio ambiente. El Islam, por
ejemplo, nos enseña que nosotros
somos los guardianes de la naturaleza,
mientras que la tradición judeo-cristiana
recorrido permanecieron llanos, y se
convirtieron en desiertos.
Luego, la serpiente arco iris empezó a invitar
a todas las criaturas vivientes a salir del
centro de la Tierra y venir a poblar el
mundo. Invitó a los pájaros y a los otros
animales. Y por último llamó a las tribus
humanas. Les dijo que vivieran en paz y
armonía con el resto de las criaturas y les
recordó que debían respetar las rocas y los
árboles, y la tierra misma, ya que toda
creación tiene un espíritu.
los árboles, trajo tormentas y huracanes y
cambió el cauce de los ríos. Cuando su madre
murió, el hijo bueno creó el sol con su rostro, y
con su cuerpo creó la Tierra, de la cual vendría
toda cosa viviente. El hijo malo puso oscuridad
en el cielo de occidente para perseguir al sol y
obligarlo a bajar todas las noches.
declara que amar a Dios es amar a
toda Su Creación. Las religiones y las
tradiciones culturales de los pueblos
autóctonos ponen aún mayor énfasis en
esta relación entre la humanidad y el
mundo natural. Aquí hay dos ejemplos
de sus típicas historias de la Creación.
Les dijo que pasaran este conocimiento de la
Madre Tierra a sus hijos y a los hijos aún por
venir — pues los hombres y las mujeres eran
ahora los guardianes de la Tierra.
La gran serpiente luego descendió al vasto
océano, donde guarda a los peces y otras criaturas
marinas. Y los seres humanos saben que si sacan
más peces del agua de los que pueden comer, o si
matan por codicia o placer, o violan las leyes de
la Tierra de cualquier manera, la gran madre
serpiente saldrá de su escondite en el océano y
castigará a quienes hayan quebrantado sus leyes.
soluciones del
pacifico sur
L
comiendo una cantidad excesiva de
sus cultivos de alimentos feculentos.
En las Islas Salomón, por ejemplo, la
gente de Tikopia entierra tubérculos y
otros alimentos como precaución y
para protegerse contra cosechas
pobres u otras emergencias — como
el ciclón de categoría 5 que atacó la
isla en 2003. Ejercen estricta vigilancia
sobre el crecimiento de su población
mediante sistemas sociales
tradicionales que sólo permiten al hijo
mayor en cada familia contraer
matrimonio y tener hijos. Abandonaron
la práctica de la cría de cerdos cuando
descubrieron que los animales estaban
Los habitantes de Tikopia también se
cuentan entre muchas comunidades
isleñas comprometidas a conservar su
pesca. Los derechos de pesca
tradicionales aseguran que las zonas a lo
largo de las costas sean de propiedad
familiar: cada familia cosecha y cuida su
propia sección de la costa. Los tabúes
comunitarios impiden que la gente saque
peces pequeños prematuramente, y
aseguran que siempre arrojen de vuelta
al mar cierta porción de la pesca. La
pesca está prohibida en ciertas zonas y
durante ciertas estaciones particulares.
Estas restricciones son muy respetadas
y están basadas en el íntimo
conocimiento que tienen los pescadores
del hábito de reproducción de los peces,
dónde ocurre y cuándo.
os pueblos que viven en las
aisladas islas del Pacífico Sur
necesitan tener un cuidado especial
en el manejo de sus recursos
naturales: si estas fuentes de alimento
y refugio se agotan, no pueden
mudarse simplemente a otra parte.
foto: PNUMA/Topham
Al cabo de una larga y ardua lucha, el hijo
bueno ganó control sobre la isla y desterró a su
hermano a un pozo profundo bajo la tierra. Y
él continúa creando y protegiendo el mundo
hasta el día de hoy.
Héroe de los sami
foto: www.oloft.com
Olof T. Johansson, un pastor de renos
sami, ha sido el impulsor de la protección
de los antiguos bosques de Suecia y de la
salvaguardia de derechos a la tierra para su
pueblo. Miembro del partido verde del
parlamento sami, logró persuadir a los
grandes propietarios de bosques en Suecia
a que reconocieran derechos de pasto para
los pastores de renos y reservasen extensas
zonas de antiguos bosques no explotados
con el fin de permitir el desarrollo de
liquen colgante, esencial para los animales
en invierno.
21
7
Maravillas
— Pueblos
autóctonos
2 Los dogon, cuyas aldeas están situadas principalmente a lo largo de
los acantilados de Bandigara en el sudeste de Malí, han ajustado sus prácticas
agrícolas para adaptarse a su entorno rocoso y árido: llevan suelo a los lugares
donde más se necesita, y construyen muros de piedra y montículos de tierra para
evitar que los plantones sean arrasados por el agua o llevados por el viento. De
acuerdo a su mitología, su pueblo recibió conocimientos astronómicos
avanzados de unos guardianes espirituales del espacio sideral conocidos con el
nombre de “nimmos”. De estos seres anfibios, los dogon se enteraron de la
estrella Sirio B y su tamaño, densidad y movimiento, de la existencia de Venus y
los anillos alrededor de Saturno, y de la manera en que los planetas orbitan
alrededor del sol — adelantándose a descubrimientos posteriores hechos por
astrónomos con el uso de telescopios y otro equipo moderno de alta tecnología.
foto: Topham Picturepoint
3 Unos 27.000 miembros del pueblo de los san viven en Namibia y
Botswana. También llamados bosquimanos, están formados por numerosas
pequeñas tribus que hablan diferentes dialectos de idiomas khoisan o
“lenguas clic”. Son los habitantes más antiguos del sur de África,
calculándose que llevan viviendo allí de 2.000 a 3.000 años. Como
cazadores-recolectores usan su extraordinario conocimiento del medio
ambiente para sobrevivir. Son capaces de identificar cientos de especies de
plantas y juzgar la edad de un animal por su excremento. Pueden encontrar
agua en el tronco de los árboles, y extraerla de plantas que crecen bajo tierra.
foto: TopFoto/ImageWorks
4
Los miembros del pueblo penan viven en los bosques
tropicales de Borneo (Kalimantan), los bosques más antiguos y con la
biología más diversa en el mundo. Utilizan los recursos silvestres de la
selva para su alimento y su medicina, así como para material de
construcción para refugios, veneno para la caza, goma para atrapar
aves y madera para construir embarcaciones, herramientas e
instrumentos musicales. Los penan valoran el bosque y se consideran
a sí mismos como sus administradores o protectores. Al cazar y
recolectar operan bajo un código de “molong”, que les exige conservar
los recursos del bosque, que consideran sagrado. Después de
recolectar frutos de un determinado árbol, marcan la corteza y permiten
que la planta se recupere antes de volver a cosechar sus frutos. Por
ejemplo, el sagú silvestre (su principal fuente de carbohidratos) tiene
varios troncos: los penan generalmente cortan uno de ellos para harina
de sagú, pero dejan los otros intactos a fin de que puedan crecer para
uso futuro.
foto: Fukazawa/PNUMA/Topham
22
1 Los aborígenes llevan viviendo en Australia unos 4.000
años. Si bien están muy apegados a la tierra, que les provee su hogar
y su sustento, no se consideran como sus dueños — no hay historia de
guerras territoriales entre diferentes tribus. Como cazadoresrecolectores, los aborígenes han cultivado un conocimiento experto del
mundo que les rodea y han desarrollado notables habilidades para
encontrar alimento y agua. Con frecuencia extraen agua de árboles y
raíces, y hasta la obtienen de ranas que almacenan agua en su cuerpo.
Son capaces de seguir la pista de animales usando los rastros más
pequeños, por ejemplo dibujos en la hierba y ramitas rotas, como
claves, y de atraer su presa imitando los reclamos de los pájaros o
emulando el movimiento de un emú con palos y plumas.
foto: Topham Picturepoint
5 Los yanomami, que viven a lo largo de la frontera entre Brasil
y Venezuela, viven en comunidades aldeanas de entre 25 y 300 miembros
cada una, bajo el refugio de un enorme baldaquín construido de árboles de
la selva y hojas de palmera. Como muchas otras tribus de las selvas
tropicales, recogen frutos y cazan animales y peces para su alimento. Sin
embargo, a diferencia de sus vecinos, los yanomami también talan pequeñas
áreas de bosque para cultivar huertos de propiedad familiar. En ellos cultivan
bananas, plátanos grandes, mandioca, además de plantas para propósitos
medicinales y rituales. En vista de que la capa superior del suelo del bosque
pluvial suele ser bastante delgada, mudan sus huertos a un nuevo lugar cada
cinco a diez años para permitir que el suelo se reponga.
foto: PNUMA/Topham
6 Uno de los grupos autóctonos de Europa, los 80.000 miembros del
pueblo sami viven en el lejano norte de Noruega, Finlandia y Rusia. Como
cazadores y pescadores, viven de las tierras heladas y dependen en alto
grado de sus compañeros de larga data, los renos. Los sami han arreado
renos a través de la historia, apacentándolos sobre vastas áreas,
empleándolos para transporte, comiendo su carne y bebiendo su leche,
utilizando sus pieles para crear vestimenta y refugios. Si bien los sami están
más integrados a la sociedad escandinava que otros grupos autóctonos, y
son todos reconocidos como ciudadanos, alrededor del 40 por ciento de
ellos siguen viviendo de la tierra de maneras tradicionales.
foto: Farnsworth/Topham/Imageworks
7
Los beduinos —cuyo nombre significa
“habitante del desierto”— sobreviven en las áridas
tierras yermas que se extienden desde el Golfo Pérsico
hasta el Atlántico. Como nómadas constantemente en
movimiento, en busca de nuevas tierras de pastoreo
para sus camellos, cabras, ovejas y ganado, los
beduinos poseen un íntimo conocimiento del tiempo y
su entorno natural. Prestan mucha atención a los
patrones meteorológicos en los cielos, de manera que
pueden dirigirse a lugares donde han caído lluvias
recientes. Según lo establecido por tradición,
únicamente recorren sus propias tierras. A pesar de ser
sumamente territoriales, son generosos y hospitalarios
con los viajeros. Así por ejemplo, según la etiqueta de
la vida en el desierto, un forastero que se acerca a una
tienda de beduinos será atendido por tres días.
foto: Lang/PNUMA/Topham
23
Si escucháramos...
nos daríamos cuenta de que todos tenemos
algo en común: la tierra bajo nuestros pies.
foto: PNUMA/Topham
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