Poder Judicial de la Nación INSTRUCCIÓN.DENEGATORIA DE MEDIDAS DE PRUEBA.ART.199 CPPN.DERECHO DE DEFENSA El derecho a la defensa es una parte esencial del debido proceso consagrado por el art. 18 de la Constitución Nacional; el cual enfatiza que “(E)s inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos.” .Ello implica un conjunto de prerrogativas y derechos a ser informado, a ser asistido, etcétera y la disposición de los medios apropiados para ejercerla adecuada y efectivamente.La Convención americana, a su vez, aventaja en el asunto a la Convención europea y al Pacto de 1966 (PIDCyP [14.3, letra e]), con previsiones más desarrolladas y específicas.En el artículo 8.2. (CADH) dispone que “(D)urante el proceso, USO OFICIAL toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (...) c) concesión ...del tiempo y los medios adecuados para la preparación de su defensa; (...) y f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos...”.Esta última disposición que resalta el papel de la iniciativa del imputado en la búsqueda y aporte de medios de prueba también implica, acorde a la filosofía que inspira a la Convención, el ejercicio del derecho a la prueba en contrario como una posibilidad tendiente a destruir las imputaciones formuladas, derivada del principio de igualdad de armas o equilibrio entre partes que debe imperar en un proceso justo.la negativa a producir las declaraciones solicitadas cuando se prestaron antes de toda intervención de la defensa y sólo en uno de los casos en sede judicial conlleva un innecesario agravio a la defensa del imputado que no tuvo, empíricamente, oportunidad de controlar debidamente su producción.la decisión cuestionada, que no hizo lugar a la producción de prueba testimonial solicitada por la defensa, limitó injustificadamente su derecho de intervenir en el proceso, con afectación al ejercicio pleno y adecuado de su derecho a la defensa en juicio. (DR. NOGUEIRA,con adhesión del DR.VALLEFIN). El artículo 199 del CPPN contiene,la expresa irrecurribilidad de las decisiones atinentes a la producción de prueba.La mera disconformidad 1 con la calidad de las declaraciones testificales producidas no puede ser equiparada a una denegación de prueba que agravie garantías constitucionales.(DR. PACILIO en disidencia) PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN R.S.3T.63f*181 ///Plata, 11 de diciembre de 2008. VISTO: Este expediente 5058, “R., D. N. s/ Inf. arts. 89, 189 bis inc. 1 y 3 277 “c” C.P. Dte. G. Y.”, procedente del Juzgado Federal de Quilmes y CONSIDERANDO QUE: El doctor Pacilio dijo: I. Antecedentes. 1. (...), el defensor particular de R. solicitó, entre otras medidas, que se citara a prestar declaración testifical a (...). (...) el juez no hizo lugar a esa solicitud, con fundamento en que las personas mencionadas ya habían declarado de manera suficiente. 2. De esa decisión apeló el defensor(...). El recurrente alegó que la negativa del magistrado está en pugna con el carácter bilateral, contradictorio y acusatorio del moderno proceso penal, pues limita el control de la prueba por parte de la defensa. 3. (...)declaró (...) (sede policial) y (...) (sede judicial). En tanto que (...) declaró en sede policial (...) e (...) lo hizo a fs. 14 y vta. II. Tratamiento del recurso. 1. El juicio penal, tal como fue concebido por el legislador, se estructura en dos etapas bien definidas y diferenciadas: la etapa de la instrucción y la etapa del juicio. Contrariamente a lo sostenido por la defensa la instrucción no está prevista, en el ordenamiento adjetivo vigente, como una etapa de contradicción y bilaterlidad sino que está destina a indagar, averiguar y examinar y es en este sentido que exhibe matices inquisitivos. Así lo enuncia el artículo 193 del CPP: “La instrucción tendrá por objeto: 1°) Comprobar si existe un hecho delictuoso mediante las diligencias conducentes al descubrimiento de la verdad. 2°) Establecer las circunstancias que califiquen el hecho, lo agraven, atenúen o justifiquen, o influyan en la punibilidad. 3°) Individualizar a los partícipes. 4°) Verificar la edad, educación, costumbres, condiciones de vida, medios de subsistencia y antecedentes del imputado; el estado y desarrollo de sus facultades mentales, las condiciones en que actuó, los motivos que han podido determinarlo a delinquir y las demás circunstancias que revelen su 2 Poder Judicial de la Nación mayor o menor peligrosidad. 5°) Comprobar la extensión del daño causado por el delito, aunque el damnificado no se hubiera constituido en actor civil.”. Se trata pues de una etapa previa al juicio, destinada a reunir elementos de prueba que permitan afirmar que existió una conducta penalmente reprochable, que determinada persona muy probablemente haya sido su autor y que el caso es lo suficientemente sólido como para ser sometido a un juicio penal. Allí termina la función del juez instructor y de las partes en el proceso y se abre una nueva etapa, el juicio propiamente dicho. En consonancia con estos fines limitados las actuaciones tienen carácter secreto hasta el momento de la declaración indagatoria y la prueba ofrecida (art. 204, del CPP) y, de allí que el magistrado instructor no se encuentre obligado a agotar todo el espectro probatorio a su alcance, sino que debe realizar un juicio de USO OFICIAL pertinencia y utilidad de la prueba propuesta por las partes (art. 199, del CPP). 2. Aclarada la cuestión, cabe señalar que el citado artículo 199 contiene, además la expresa irrecurribilidad de las decisiones atinentes a la producción de prueba. De acuerdo con los términos del recurso y las constancias de la causa, en el caso no se verifican circunstancias excepcionales que justifiquen apartarse de esa regla pues la mera disconformidad con la calidad de las declaraciones testificales producidas no puede ser equiparada a una denegación de prueba que agravie garantías constitucionales. Por ello corresponde declarar mal concedido el recurso (...). El doctor Carlos Alberto Nogueira dijo: I. Que hago propios los “Antecedentes” de la causa relatados por el colega que me precede. II. Es menester considerar que, aunque (...) hayan prestado declaración, de ello no se infiere, necesariamente, que sus testimonios fueran ajustados a derecho, útiles y pertinentes (en los términos del art. 199 del C.P.P.), o “suficientes” (como consideró el magistrado a fs. 981 y vta.). 1. Para ponderar ello es preciso recordar ciertas circunstancias del caso, relacionadas a la petición y el recurso de la defensa (...). 1.1. (...) (conviviente del imputado) declaró en sede policial (...) y en sede judicial (...). La primera vez el 29 de diciembre de 2007, fecha en que según el acta inicial se materializó el allanamiento a la vivienda que compartía con R. y la segunda, al día siguiente, 30 de diciembre, a las 11 y 30 horas. 3 1.2. Los testigos (...), en cambio, sólo declararon en sede policial (....), el mismo día del procedimiento. Ambos dijeron que estaban allí, cuando llegó la policía, porque R. los había llamado para trasladar unas cosas en la camioneta. 1.3. R., imputado en la causa y detenido en el procedimiento, declaró el 30 de diciembre a las 15 y 55 horas. 1.4. Esta breve secuencia apoyada en la lectura del expediente muestra que, en los tres casos, las declaraciones pedidas por el recurrente se produjeron antes de que R. tuviera un defensor técnico; lo que sucedió en el día y horario antedicho, cuando prestó declaración indagatoria (....). Por otra parte, las declaraciones vertidas en sede policial, para tener algún valor, deben ser ratificadas en sede judicial, lo que no sucedió en el caso. 2. El derecho a la defensa es una parte esencial del debido proceso consagrado por el art. 18 de la Constitución Nacional; el cual enfatiza que “(E)s inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos.” . Ello implica un conjunto de prerrogativas y derechos a ser informado, a ser asistido, etcétera y la disposición de los medios apropiados para ejercerla adecuada y efectivamente. 2.1. La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) establece en su art. 11.1 que: “(T)oda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.”. 2.2. La Convención americana, a su vez, aventaja en el asunto a la Convención europea y al Pacto de 1966 (PIDCyP [14.3, letra e]), con previsiones más desarrolladas y específicas. En el artículo 8.2. (CADH) dispone que “(D)urante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (...) c) concesión ...del tiempo y los medios adecuados para la preparación de su defensa; (...) y f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos...”. Esta última disposición que resalta el papel de la iniciativa del imputado en la búsqueda y aporte de medios de prueba también implica, acorde a la filosofía que inspira a la Convención, el ejercicio del derecho a la prueba en contrario como una posibilidad tendiente a destruir las imputaciones formuladas, 4 Poder Judicial de la Nación derivada del principio de igualdad de armas o equilibrio entre partes que debe imperar en un proceso justo. 2.3. El C.P.P., a su vez, contiene en el artículo 73, el derecho del imputado de presentarse “(a)clarando los hechos e indicando las pruebas que, a su juicio, puedan ser útiles.”. Asimismo, desarrolla en los arts. 104 a 113 el derecho a la defensa técnica, propiamente dicho. 2.4. Así, la negativa a producir las declaraciones solicitadas cuando se prestaron antes de toda intervención de la defensa y sólo en uno de los casos en sede judicial conlleva un innecesario agravio a la defensa del imputado que no tuvo, empíricamente, oportunidad de controlar debidamente su producción. Y ello es así, aunque durante la instrucción penal no pueda hablarse de un juicio contradictorio pleno, porque se conecta a su dignidad como persona y hace USO OFICIAL a los derechos derivados de su calidad de parte legitimada en el proceso, que implican que pueda intervenir, alegar, replicar, fiscalizar los actos del juez y las partes contrarias, y también los elementos de prueba. Por lo demás, ésta pérdida de oportunidades puede ser fundamental para la suerte del imputado en la decisión definitiva de la causa. Piénsese, por ejemplo, que el cierre de la instrucción y la elevación a juicio implican un grado de convicción judicial que avanza sobre la presunción de inocencia. 3. Y ello, sobre la base fáctica y los elementos reunidos en la instrucción, lo que hace razonable además de congruente con el debido proceso garantizar durante esta etapa una amplia vigencia del derecho a la defensa en juicio. 4. Por tanto, la decisión cuestionada, que no hizo lugar a la producción de prueba testimonial solicitada por la defensa, limitó injustificadamente su derecho de intervenir en el proceso, con afectación al ejercicio pleno y adecuado de su derecho a la defensa en juicio. Por ello propongo al acuerdo: Revocar el punto II, de la decisión (...). El doctor Vallefín dijo: Que adhiere al voto del doctor Nogueira Por las razones que anteceden, el TRIBUNAL, por mayoría,RESUELVE: Revocar el punto II, de la decisión (...). Regístrese. Notifíquese. Devuélvase.Firmado Jueces Sala III Dres. Carlos Alberto Nogueira, Carlos Alberto Vallefín y Antonio Pacilio (en disidencia). Ante mí:Dra. María Alejandra Martín.Secretaria. 5