carlos osoro: "si hacemos de la fe una espada contra

Anuncio
EL ARZOBISPO DE MADRID PARTICIPA EN "VOCES DE LA CIUDAD", EN EL
TEATRO ESPAÑOL
CARLOS OSORO: "SI HACEMOS DE LA FE UNA ESPADA
CONTRA LOS DEMÁS, NO HEMOS ENTENDIDO A DIOS"
"M ADRID NO
SE PUEDE CONOCER DESDE MI DESPACHO ", ACLARA EL
OBISPO , " UN NÓMADA PERMANENTE "
(Jesús Bastante).- "Si no existiese Dios, no habría ateos". Carlos Osoro se presentó
anoche en un lugar cuando menos atípico para un obispo. "No soy torero pero he
predicado en una plaza de toros. Nunca me imaginé en un teatro y aquí estoy, encantado".
El arzobispo de Madrid participó en la sala Pérez Galós del Teatro Españolen la segunda
edición de "Voces de Madrid", un proyecto que quiere sentar en el escenario a
personajes de la vida pública para hablar y escuchar.
El moderador, Ignacio García May,reconoció no esperar nunca que un obispo llegara al
estrado. Osoro se ganó enseguida al público, recordando su vocación y reivindicando la
normalidad de ser cristiano, y el deber de confrontar la fe en la sociedad. De modo pacífico
e incluyente, pues "si hacemos de la fe una espada contra los demás, no hemos
entendido a Dios".
"El peregrino", apodo que le puso el Papa Francisco ("y mi amigo Jesús Bastante, que
está aquí", señaló, indicando a este ruborizado cronista) se calificó como "un nómada
permanente", y justificó la verdad del término que lo califica. "Madrid no se puede
conocer desde mi despacho". Anoche, en el centro de un escenario, acompañado por
un piano y una escenografía propia de un cabaret, con mesas redondas, sillas y un
granizado.
"El Dios en quien yo creo ha dado al hombre la tierra para que pueda vivir
compartiéndola", pues "hablar de Dios supone dedicarse al ser humano. Dios no nos
anula ni nos distancia de los demás", aclaró.
"El cristianismo es un bien social, porque a mí me enseña a respetar al otro", apuntó el
obispo, quien incidió en que "tenemos que vivir para los demás. Si creo en Dios, no puedo
hacer otra cosa. Y creer no estorba a los demás". De hecho, muchos de sus amigos "no
creen ni en las aspirinas, pero cuando necesitan consejo ahí estoy. Y nunca nos hemos
abandonado".
"A mí ser obispo me ha ensanchado el corazón", confesó Carlos Osoro, quien mostró
su objetivo de "ser pastor de todos, y acercarme a las personas no por lo que tienen, sino
por lo que son". Confesó que le costó mucho abandonar Valencia, y que "el acto de
obediencia más grande de mi vida ha sido tener que venir a Madrid. Por eso, me
entrego totalmente".
Pese a todo lo que está cayendo, Osoro es optimista: "Éste es un tiempo de gran
esperanza, porque el ser humano está necesitado de una Buena Noticia; que Dios le
quiere y no pasa de nadie", concluyó. Cayó el telón, y los aplausos. Y otro mito: el de ver a
un obispo ante las tablas.
Publicado en periodistadigital
Descargar