Don Francisco Grande Covián, autoridad mundialmente conocida

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Don Francisco Grande Covián, autoridad mundialmente
conocida en el campo de la bioquímica y la nutrición
Nació en la localidad asturiana de Colunga, el 28 de junio de 1909, cursando sus
estudios de Medicina en Madrid, donde conoció al profesor Severo Ochoa, quien le
animó a estudiar Fisiología y con quien inició sus primeros trabajos de
investigación.
«Mi vocación inicial -contó en alguna ocasión Grande Covián- fue la de ser médico,
pero más adelante empecé a aficionarme a las cosas básicas de la Medicina,
pensando que no se puede ser buen médico sin conocer esas cosas».
En 1928 comenzó a trabajar en el laboratorio de Fisiología de la Facultad de
Medicina de Madrid, dirigido por el profesor Juan Negrín, y en marzo de 1929 se
trasladó a Alemania, donde realizó su tesis doctoral. Cursó estudios también en
Dinamarca, Suecia e Inglaterra, hasta que en 1935 ocupó, durante cuatro años, la
cátedra de Fisiología de la Universidad de Madrid.
TRABAJO PIONERO
Tras ser nombrado subdirector del Instituto Nacional de la Alimentación, Grande
Covián aportó su primera gran contribución a las ciencias de la nutrición en 1937,
cuando estudió las deficiencias nutritivas en la población de Madrid durante la
Guerra Civil.
Gregorio Varela, Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San
Pablo-CEU de Madrid, íntimo amigo y colaborador de Grande Covián, consideraba a
Grande Covián un pionero, al haber sido el primero en estudiar los problemas de
desnutrición, descubriendo, de esta forma, las propiedades beneficiosas de los dos
alimentos que salvaron a los españoles durante la guerra: las lentejas y las
sardinas en lata.
En 1950, Grande Covián ganó por oposición la cátedra de Fisiología y Bioquímica de
la Universidad de Zaragoza, pero tres años después, como tantos otros grandes
cerebros españoles de la época, se trasladó a Estados Unidos para trabajar en el
laboratorio de Higiene Fisiológica de la Universidad de Minnesota y en el Centro de
Investigaciones del Hospital del Monte Sinai, en Minneapolis.
Allí, con la colaboración de otros dos científicos estadounidenses, realizó otro de los
trabajos más importantes de su carrera: un estudio sobre la relación de las grasas
en la dieta y el nivel de colesterol en la sangre, y estableció una fórmula que aún
sigue utilizándose hoy para medir la influencia de las grasas sobre el colesterol.
Desde entonces, Grande Covián no dejó nunca de advertir sobre lo peligros del
colesterol, que puede provocar enfermedades cardiacas y que, según explicaba, se
podían prevenir mediante el consumo de determinados alimentos, en especial los
que componen la dieta mediterránea que tanto defendía.
DIETAS MILAGRO
También, en Minneapolis, Grande Covián hizo otra valiosa contribución a las
ciencias de la nutrición, al estudiar los efectos del ayuno en un grupo de soldados
voluntarios del Ejército estadounidense.
Gracias a este estudio sobre los efectos del ayuno, Grande Covián demostró la
importancia que tiene el consumo de agua y proteínas para el organismo, y
denunció cómo ciertas dietas constituían un riesgo para las personas, al reducir
peligrosamente el consumo de agua.
«Los regímenes de adelgazamiento -llegó a decir Grande Covián en una ocasiónson una tomadura de pelo que sólo benefician a quien los propone. Ni están
justificados ni han demostrado su eficacia».
El doctor Grande Covián insistía en la necesidad de «comer de todo» para recibir el
suficiente aporte energético y, en caso de querer adelgazar, proponía rebajar la
ingesta alimenticia.
ESCUELA DE DISCÍPULOS
En 1974, tras haberse jubilado en Estados Unidos, se afincó en Zaragoza como
director del Laboratorio de Bioquímica y Nutrición, y como catedrático emérito de la
Facultad de Ciencias de la Universidad de la capital aragonesa. Allí creó una gran
escuela y llenó España de discípulos suyos, algunos de los cuales son profesores
actualmente en Estados Unidos.
El doctor Miguel Pocoví, una de las autoridades más importantes, hoy en día, a
nivel nacional e internacional en los estudios del colesterol, fue uno de los más
estrechos colaboradores de Don Francisco Grande Covián, del que siempre
resaltaba su actitud de cordialidad, tolerancia y accesibilidad, poniendo como
ejemplo el hecho de que nunca quiso que su despacho tuviera llave, para que
cualquiera pudiera entrar a hablar con él.
En colaboración con otros profesores universitarios jubilados, Grande Covián
promovió también la creación del Colegio Libre de Eméritos, al que perteneció como
miembro fundacional, y en 1994 fue nombrado miembro honorario de la Real
Academia de las Ciencias.
Entre los múltiples galardones con los que fue reconocida su labor destaca la Gran
Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, que recibió en 1983, y que fue donada por
su viuda Doña Gloria Mingo al Hospital del Oriente de Asturias, Fundación Francisco
Grande Covián, tras su fallecimiento, en 1995 y que se exhibe en su Salón de
Actos.
EL HAMBRE
Al ser un científico que dedicó toda su vida al estudio de la nutrición, el problema
del hambre en el mundo obsesionaba a Grande Covián. «La cuestión del hambre
-dijo en una ocasión- no es un problema de falta de alimentos, sino el resultado de
una mala distribución de las existencias que hay.
Grande Covián aseguraba que la Tierra produce alimentos suficientes para todos los
seres humanos, por lo que siempre aconsejó a las autoridades proporcionar
estructuras para lograr el autoabastecimiento de los pueblos.
PADRE DE LA DIETÉTICA
Don Francisco Grande Covián fue una autoridad reconocida a nivel mundial en el
campo de la nutrición y aportó a la sociedad numerosa información sobre la
alimentación a través de un gran número de libros y artículos, de ahí que se le haya
considerado padre de la dietética, habiendo sido el primer Presidente de la
Sociedad Española de Nutrición.
EN SU HONOR
Su nombre es recordado, en el Principado de Asturias, con los bustos colocados en
su pueblo natal de Colunga y en el Hospital del Oriente de Asturias, y en diferentes
calles de Oviedo, Pola de Lena y Colunga. En esta misma localidad, en el mes de
agosto, y desde hace seis años, se celebran las Jornadas de Nutrición “Grande
Covián” organizadas por el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (dependiente
del Centro Superior de Investigaciones Científicas) y el Ayuntamiento de Colunga.
En el resto de España, el epónimo de Don Francisco Grande Covián designa:
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La Fundación Aragonesa “Grande Covián”, instituida, en Zaragoza, en 1998
El Colegio IES “Francisco Grande Covián” de Zaragoza
El Colegio IES “Francisco Grande Covián” de Valderrobes (Teruel)
Industria Alimentaria “Francisco Grande Covián” de Valderrobes (Teruel)
El Centro de Especialidades “Grande Covián”, en Zaragoza. Servicio
Aragonés de Salud
Premio “Grande Covián” a la trayectoria académica. Es otorgado por la
Sociedad Española de Nutrición Básica y Aplicada (SENBA)
Premio “Grande Covián” a la personalidad del mundo científico que haya
contribuido a un mayor conocimiento sobre la influencia de la alimentación
en la salud. Es otorgado por la Fundación Dieta Mediterránea
Cursos de Verano. Escuela de Nutrición “Francisco Grande Covián”.
Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Calles de A Coruña, Boadilla del Monte (Madrid)
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