El negocio es negar visas, no otorgar visas

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INTERNACIONALES
JUNIO 2013 > viernes 28
El negocio es negar
visas, no otorgar visas
Néstor García Itúrbide
´
ACE POCOS DÍAS Walter Lippmann en su
boletín informativo CubaNews, puso una nota
en un artículo donde explicaba que un amigo
suyo residente en Miami le contó que a la suegra, en
la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana, le habían negado la visa para viajar a
Miami, una visita netamente familiar y justificada;
señalaba además que también le habían negado la
visa a docenas de personas que intentaban viajar
con el mismo fin, no con el de emigrar a Estados
Unidos.
Otro comentario sobre el asunto lo realizó Karen
Lee Wald, en su blog Cuba Inside Out, donde señalaba las acciones que toma Estados Unidos. Por una
parte niega las visas a estas personas que desean
visitar a sus familiares que viven en Estados Unidos,
mientras se gastan millones de dólares en Radio y
Televisión Martí para tratar infructuosamente de llevar
la imagen de Estados Unidos a los cubanos, lo que
sería más económico si les otorgaran las visas.
Como todo esto tiene cierto interés y luce contradictorio, decidí hacer una investigación sobre el problema para tratar de descifrar lo que está sucediendo.
Es una cosa real que las visas en la mayoría de los
casos no se están otorgando. Muchas de las personas con las que hablé, cuando salían de la Sección
de Intereses venían seriamente consternadas, pues
no sabían cuándo podrían ver a sus familiares, algunas de ellas habían sido rechazadas en tres oportunidades. Los oficiales estadounidenses les habían
explicado problemas burocráticos con los documentos, la edad que tenían que hacía pensar se quedarían en Estados Unidos y otra serie de pretextos para
no otorgarle la visa que estaban solicitando.
Algunos de los rechazados, que aún no han llegado a la tercera edad, mencionaban que no vendrían
más a solicitar visa, que junto con algunos amigos
prepararían un viaje ilegal por mar para tratar de llegar a territorio estadounidense, como han hecho
unos cuantos, sobre todo con la seguridad de que las
autoridades cubanas no están interviniendo en estos
intentos y cuando más dan consejos para no poner
en riesgo la vida de los que se aventuran. Aspiran a
convertirse en “pies secos” y evitar el trámite de la
visa.
Un pequeño grupo maneja otras opciones. Tienen
su pasaporte y pueden salir del país cuando lo deseen, por lo que harán gestiones de visa en algún
país de Centro América o en México, avisarán a sus
H
familiares en Estados Unidos para que los vayan a
recoger en un auto con chapa de dicho país, estos
les llevarán ropa y si es posible algún documento
acreditando que ya viven en Estados Unidos y según
plantean, pasarán la frontera tranquilamente, como
ya otros lo han hecho y llegarán a Miami, también
como “pies secos”.
Es posible que uno de los propósitos del gobierno
estadounidense con la negativa de visas sea el provocar que los viajes ilegales aumenten. No es lo
mismo decir que Cuba dejó salir un número de personas que no tuvieron problemas para viajar a
Estados Unidos en las líneas aéreas que cubren la
ruta, que decir han llegado varios grupos de inmigrantes ilegales en botes, lanchas y otros vehículos,
que “vienen huyendo del comunismo”. La propaganda contra Cuba se beneficia de esto, nadie va a decir
que no le dieron la visa en la Sección de Intereses de
Estados Unidos en La Habana.
Pero la investigación llegó a otro aspecto, el económico. Cada persona que es entrevistado por estar
solicitando visa para viajar a Estados Unidos tiene
que pagar 160 cuc por la entrevista, de acuerdo con
lo que me plantean los entrevistados son citadas 600
personas diarias, por lo que por ese concepto el
gobierno de Estados Unidos recauda 96 mil cuc diarios,
480 mil semanales. No voy a continuar sacando
cuentas, estoy seguro que ustedes pueden hacerlo,
pero es muy sencillo, cada diez semanas recaudan
cuatro millones 800 mil cuc.
Cuando una persona es rechazada y no se le otorga la visa, pierde su dinero. Cuando regresa a solicitar la visa nuevamente tiene que pagar otra vez. Si
otorgan muchas visas las personas no regresan a
solicitarla nuevamente, resuelven su problema con
160 cuc. Si se la niegan entonces pudiera costarle
320 o quizás 480, que por lo regular al que le cuesta
es al familiar que reside en Estados Unidos. Si otorgan muchas visas, pierden los “clientes”.
Algunos, para recibir la visa le han dado dinero al
funcionario (corrupción administrativa), hay funcionarios que se enfadan, otros se dejan querer, la gente
que hace la cola ya sabe quién es uno y otro, si te
cayó el que se deja querer puedes salvarte, pero
nunca dándole el dinero dentro de la Sección de
Intereses, eso se resuelve en una gasolinera, un
supermercado, o una pizzería; pudiera ser la de la
calle J entre 9 y 11 donde los funcionarios acuden
con frecuencia y no llama la atención que junto a él
estén allí otras personas.
Realmente yo consideraba que el otorgamiento de
visas, especialmente a familiares que van a realizar
un acto de “reunificación familiar”, madres y padres
que van a ver a sus hijos y nietos, personas que van
a pasar unos días con sus hermanos y sobrinos era
algo al que el gobierno de Estados Unidos le daba un
tratamiento “humanitario”, pero esta investigación ha
revelado que el tratamiento es netamente “comercial”, no hay consideración alguna con la pobre viejita que quiere viajar, ni con su hijo que además de
pagar los impuestos al gobierno estadounidense,
tiene que pagar un trámite a un precio estratosférico,
que por lo regular debe hacer dos o tres veces hasta
que le den la visa.
Quizás una auditoría de la General Accounting
Office del gobierno de Estados Unidos encontraría
muchos problemas más de los que yo he podido
conocer entrevistando a los “rechazados”.
Esa es la verdadera entraña del monstruo, importante caballero es don dinero.
(Tomado de La pupila insomne)
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Estilos de vida
Ivana Belén Ruiz Estramil
N LA CUMBRE DE la Tierra de Rio de Janeiro
en 1992, George Bush padre dijo que “el estilo
de vida norteamericano no es cuestionable”,
poniendo así de manifiesto los puntos sobre los que
ni tan siquiera habría diálogo, ¿Qué se puede sacar
de aquellos? En primer lugar, que se trata de una afirmación que no permitirá ningún tipo de negociación,
pero aun así asiste a un foro donde se intentará sacar
en claro un mínimo de diagnóstico y compromiso,
¿no sería entonces esto una especie de estar diciendo —decidid lo que queráis que yo seguiré por mi
camino—? Por otro lado, siendo el estandarte de
Occidente, ¿no le está diciendo al resto de países
—¡Emuladme!—?
Lo peor que ese incuestionamiento de su estilo de
vida, es que afecta directamente al de los demás
(también al de ellos en realidad). Es precisamente la
lógica de individualización, aunque sea de todo un
Estado, lo que hará que el resto sea valioso solo en
cuanto a que sea funcional a sus intereses. Se está
mandando un mensaje muy claro al mundo y este
dice que hay algunos territorios que se colocan por
encima del bien y del mal, y que al mismo tiempo, se
concederán con total legitimidad para decidir sobre el
resto de modos de vida, ya que aunque su intervención no sea directa, que en la mayoría de los casos
lo es, la necesidad de abastecimiento inhibe los proyectos de los otros que ven supeditados todo su día
a día a las necesidades de este gigante. El modelo
de vida norteamericano pasa a establecerse como
paradigma a seguir y todo lo que se aleje, pero sobre
todo, aquello que vaya en contra de sus intereses u
objetivos, será catalogado de enemigo.
Yéndonos a un plano global y haciendo hincapié
también en los modos de vida, hay dos vertientes
que son ilustrativas de esa doble postura hacia la
diferencia de los mismos. Por un lado, los que se presentan como totalmente intolerantes a la diferencia,
como si esta estuviera sujeto a un futuro proceso de
“civilización”, y por otro lado, los que hacen de la diferencia el exotismo, esa necesidad prácticamente
voyeurista que se pone de manifiesto con la imagen
de ese aficionado turista, que no viajero, que solo
sale de su lujoso hotel para sacarse fotos en esa otra
realidad que se le presenta tan excéntricamente cautivadora, pero siempre si es bajo la certeza de que
volverá al hotel.
Esa visión etnocéntrica de la globalización sobre lo
que se espera encontrar en otros, como nos dice
Toynbee, termina exaltando ciertas condiciones de
vida solo en tanto en cuanto no tengamos que vivirla
nosotros. Lo último: la FAO reconoce que comer
insectos es muy sano y aleja todo riesgo de colesterol. Asociación inmediata: ¡que suerte esas familias
que no tienen más sustento que los insectos, ellos no
tienen riesgo de colesterol! Se convierte en un esnobismo el comer insectos, empleados en las cocinas
más caras y se aleja el debate sobre las injustas condiciones de vida. Que en su cultura también está el
comer insectos, claro, no lo estoy negando, y me
parece fantástico y algo que debe ser respetado e
incluso por las propiedades que tiene puede bien
compartirse esa sabiduría. Ahora, cuando parte de
una necesidad económica, no lo pintemos como si
fuera la mejor de las situaciones.
No se puede hacer apología de la penuria mientras
se predica cómodamente recostado en un sofá. No
se puede obligar a ser diferente, “exótico” solo para
alimentar nuestra sensación de “tolerancia”, la verdadera tolerancia reside en respetar ese otro modo de
vida, aun cuando decida ser cambiado, eso sí, que
ese cambio no sea impuesto, ni promovido con falsas verdades. El respeto a la diferencia en un marco
de igualdad ha de ser la base:
“Un mundo en el que seamos socialmente iguales,
humanamente diferentes y totalmente libres”. Rosa
Luxemburgo
E
(Tomado de Rebelión)
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