Biografía de José Félix de Restrepo, escrita por Mariano Ospina

Anuncio
DEL DOOTOR
,
,
J'~SE FELIX do RESTREPO
ESCRITA
POR EL Dr. MARIANO
OSPINA
re
MEDELLIN
c.mpl'enota ùe La Libertad, it cargo ùe J UtUl C. BLlrnelltos.
18gS
, __ ~"
w.,-,
'-...__ -.'
I16UOIK.A
i\:....::J¡JE3UCA.
lUIS-ANGEL ARANW
PATENTE DE PRIVILEGIO
El Presidente de los Estados Unidos de Colombia,
JiACE SABER:
Que el Sr. Vrctor G6mez ha ocurrido al Poder Ejecutivo soUci·
tando privilegio exclusivo para publicar y vender una obra de 8\1
propiedad, cuyo tUuIo, que ha depositado en la Presidencia del Estado Soberano de Antioquia, prestando el juramento requerido por
la ley, es como sigue:
"Bíograffa. del Dr. José Félix de Restrepo."
Por tanto, en uso de la atribuci6n que le confiere el artículo 65
de la.Constituci6n nacional, pone, mediante la presente, al expresado Sr. Gómez,en posesión del privilegio por el término de quince
años, de conformidad con la ley 1.-, parte 1.-, tratado 3.0 de la Recopilación Granadina, "que asegura por cierto tiempo la propiedad de
las producciones literarias y algunas otras".
Dada. en Bogotá, á trece de Mayo de mil ochocientos ochenta. y
cinco.
(L. S.)
BAF AEL NÚNEZ.
El Secretario de Fomento,
JULIO
E.
P.tRKZ.
A LA JUVENTUD
COLOMBIANA
Fiel á vehementes aspir.1.ciones que fijaron rumbo á
mi yú larga y laboriosa vida, quiero, al acercarme al térmirlo infaliole, quo conste una vez más - tal vez la Últimami :1.1110r
acendrado por la Patria, mi sostenido enér~ico
ell! ilsiasmo por la instrucciÓn
moral y científica de la juventud.
Pobre de propias facultades; pero rico - muy rico - de
fervorosa voluntad en fayor del prog-reso de Colombia, he'
lm,c.;carlosimiente sana. y nutritiva en huerto ajeno, y estoy ciNto do haoer acertado en la escogencia.
Conwncido <le que el ejemplo saludable es muchas vcces superior Ú la doctrina, aprovechÓ la feliz circunstancia
de que la, ley dispuso que so premiara la mejor biografia
quc:lse hiciera del sabio y virtuoso DI', JOSÉ FÉr,¡x DE RESTIŒPO; aproveché', repito, lo apuntado,
haciendo que, mediante nuestra antigua y fina ami:;tad, otro hombre emi·
llonte - el Dr. ~,rarLUlOOspina. Rodríguez - se pusiose á la
oura y e,;cribiese la gloriosa vicia del mÚs virtuo~<), acaso,
de nuestros Próceres.
De eso modo, y con aparente móvil pecuniario, logré
que UIl sauio narrara la fecunda existencia de quien, con
razón, fue llamado el Justo, el Aristides de Colombia,
Queda, pUCR,en pie y bien destacada, por bondad intrínseca y por patriótico esfuerzo, la inmortal figura del
redentor de los esclavos, del varón justo y sapientisimo,
que así honró ti la humanidad con sus virtudes eximias,
como amplió los horizontes de la ciencia. con destellos de
su genio.
JÓVE~E'l:
Que el Dr, JosÉ FÉLIX DE RESTREPO sea vuestro
pupctno modelo!
Medellín, Julio de 1888.
VICTOR GOJlR:/..
EL DorTon
,
'
JOSE FELIX de RESTREPO
¿OHUl A
el
ilîío
110
17GO;
!'(~ilJ:lhn
Y SU EPOCA
en E>lpr.fla
v
SIl"
(:,.1';lIi'l;:;
~ Carlos I U; 1"obcrIln ],:1 ('1 Y il'J'ei nato dd ~ lIe',ll l~\;ilJ() .',~ h mnada D. José Ht)lis, y lot l','o\·in<::¡I. de Alltioq\1i'l
n. ,)(),/:I:arón de Ch:- \"(~si r('~inll la villa <lu .lHcddlil\ \' :00 pn~::)lt)b de ,;11
jnrisdceióll los .A]('aldcs OI'dillarillS D. Fnllwi,<'o ~\ligllel de Vi·
lla y Castmwda y J). l{¡¡fael de .Wellnrte,'y
estalla de l'rll(:nm·
dor de elln
D, .FCl'nanùo AntfJIlb
Bal'l'inntu,;.
El 28 de ).¡' o\'¡mn hl'O de H(\I:el aï¡o nncir) ell el partido de
Em'i:;ado y [llU h:H1tizado en la ig-h'I:'i:' pn¡T()lj::i:d de dicha vi·
lla, pal' (JI Pbm. lh. n .. J n[ln .f os¡': de !{c;,tl'C'jJu, Ull niïlO ljue
recibiÓ el nOlllhl'e de ,f'Ii\!:; Fhu,
hijo 1c,6tillJ(l lb D. Vi('Cltc
de Hestre]'" y oe D: Catalina \"¡',lc7. (incrrfl:
Sil'; l'ad¡'illos
fllc1'011D. Jasl' I':ehc\'crl'Í;~ y v: Manuela V (:kr.. Vo,," ci rdel'il'
bueintnmento la vida de este Iiiil:l, q IIC \'¡no ;í 8CI' con el l:ic/l1po nlla (le !n.s glurias \l1;Í:; }JlIl'a~ de sn Pa t.ri;1.
Para jllzg'al' dcllllt-!'ito de lin hOIl']n'Po cs nC('('.;l'in tenel'
en cnenta ilLS condieioncs nntul'.Lles y sc·..;,.!es CId p:\í" en ljllC
La narido, se ha formado,
1m (1)1':\110 ~. oó;tclllad(l su;; \'il'tm!es ()
Bns vicio:; y las dutAfl (lile lo l'al adC"ir.nn.
CllRlido
I:H; :..:il'('l111Stanc:at> del paiH~ tmÜro de las ao::cioncs de este !tom bre, EOn hien
cOlloci¡]:!f1 ¡je propio!! .Y extrailu,;, no neGc~i t.n el hióF:l'a[o
detcners •.) en dcs(:l'il,ir1as: pero no e" este el e;lSO en b o('f1~ión l'rpBente. Necesito, pnes, ceha\' 11lII ojeada rál'idn ;;0),1'1) el e~tad ••
de In P)'o';incia ùu Antioc¡nia el ailo (le 1 j(iO, y j,os<¡ul'jal' ;1
golpes de hl'oeha ln. vida intitUl'. ,Y d et'tado de l:Ïvilir.a\'l(;n (k
los hahi tan tes de eGt.a \'Cg¡')ll l'II :!C]\lellu épW.L
nrOGRAFfA
I
Los eonquistf\dorcs
españoles dcscubrieron y sometieron
este pll.ís. pat,ticndo de pnntús dillmctralmentc
opucstos: UU08,
que pertenecían á los devustadoJ'cs del Perú, venían del Sur por
Popayán;
los otros, que habían partidù de Cartagena, llegaron
por el Norte, Ellos hallaron cI país cubicrto de selvas y oou,
pltdo por trihus bárbaras, algunas ùc clll\S antropófagas;
las
menos atrasadas ocnpaban la bandll. QI'icntal del CauM, desde
el río de Arma hada elSul', territorio que recibió el nombre de
"Provinci:l de Quimbaya".
Las pohlacioncs eran un PO(\O más
nnmerosas á uno y otl'O laùo del Canea, desde el río de San
.J u:m hasta cI ùe Tal'azá, El valle de Medellín y las mcsetas
fdas de Santa-Rosa, Río.Ncgl'O y Mlll'Ínilla cstahan muy cscasaniente pobladas. El año <le 17GO la poblaei6n indígena esta.
ha tae. disloinnída qnc sólo existían, en h\ jurisdicción de Mari·
nilla, el pueblo del PeÏlol; en Ill. de Río N egro, los de Sabaletas y San-Antonio de Pereim;
('11 el valle
de Medellín, el de
J..•
a-Estrella, y en 1:\ <menea del Üau(~a, los de Sopetrán, Duriti·
cá y Sabanalarga;
no se había intentado todavía reducir á pnoLlo en CaîiaB~Ol'daB los grnpos de ChOCÔC8 que vagaban on aquel
territorio.
Había en la Provincia dos ciudades: Antioquia y Río.Ne.
gro, y dos villas: Medellín y Mminilla. Conservaban el nom.
bre de ciudad, qne habían rceibiùo en tiempo~ antcriol'es, Cá.
ceres, Zaragoza y Remedio:>, que habían venido muy á menos,
y siendo pequcïlas aldeas, no tenían Ayuntamiento,
que era el
régimen que caracterizaba las ciudades y villas, y eran administradas por nn funcionario que Be denomina.ba Capitán ti [fue.
rra ó TenicIlte de Rey,
El gobi'lrno del territol"Ío que llevaba el nomh"e Où "Pro.
vincia de Antioquia" era notablemento
sencillo y econÓmico.
Un Gohernador nombrado por el Hey pal"& un período de Clla.
tro años, con residencia en la ciudad de Antioqnia, auxiliado
por un Asesor letrado, ejercía el Gobierno y la Adnr\nistracióll.
General. Estos empleados eran mod~tamento
pagados por el
Tesoro Real. En cada dndad y villa nn Ayuntamiento ó Cabildo, compnesto de Vocales elegidos anualmente por la misma
Corporación, administraba la ciudad ó villa y la8 poblacioncs
qnc do ella dependían, nombrabll de £l\l 8eno los Alcaldes ordi·
narios, qne admini"tl'aban
la justicia en primcra in8tancia y
m:mtclIían el orden, y panl. cada población nowhraba., para
D'EL DR, JOg¡',; FÜTX
DE RESTREPO
j~nnl pcriollo, un AlcalJe pedl\neO, qne èrn. funcionario de instrucción, COIlOCÍ:tde las düman,jaE. de mCIlOl' cuantía y ejercía.
la policía en toJos sus I'amos. LOBpueblos de- indios tcnían un
peqneño Cabildo y eran gobernados por un Corrcgiùor, que rccnndaha el trihuto ó capitación qne pag-Rhan 108 indígcnas, y
gozak. por' o\:!to de una peqneña l'Cmlmeración. No hahía Cll la
l'rovincia fucr;r.a armada ni Cuorpo de poli(,ía.
K o ohsthnte esta scncillez prílOitiva, los haùitll.ntc8 goza.
han cn sus pCl'sonas Y en SlIS propiedades
de mayol' scguridad
<pICla de qno Jespués han podido Jisfrutnr.
A(l'lOllas antoridl~'
<les dcsarmadas tcnían en su favor la. más cumplida confianza.
<le los gohernados, y erall rP.li~iosamellte respetadas y ohcde<:ÏdaB. Si una f:weión huIlier1\. intentado resistir ó combatir á la
Autoridad, la pùblll~ilÍn cntera, á la voz ùe Aquí del Rey, hubiera aendido solícita á prestar ])IallO fuerte al Magistrado quo
l'cprm,entaba la J nstida.r el Or<kn,
Varias eran las causas que (~onellrrÜm á producir tan apctcciLb res1.Àltado. En primer lugar la Autoridad era ('espetada,
por(llJo los sujetos qlle la ejercíall eran personi\llllente l'espetal)les. Los '~"\l'g(}Sde v(wal del Ayuntamientu,
de Alcaltle OI'di.
lIal'Ío y pcd:ineo y de Cor¡'cgidoJ' 110 (~rall cOIJliatlos sino á los
vecinos q ne por S\1 rit¡ neza y demás circl1nsfancias pcr¡,onales
Ocupdl(tn el primer rango social. Aqucllos (;aJ'gos cran puestos de honor qllc lo más disting-.1ido de la sot:iedad ulubicionaba, y cOlr,o nu producian lucro sino hOl1m, elllspirar á e1\os
nu pCtdia SCl'para nadie desdol'm;o, Servil' gratuitlllncnte
á la
J>atri;¡ ha ë:do y scrÚ siempre el hllll:eo de la más ¡whle ambi.
ción, mientras <!lICel servirla pOI' nn RaJarío pal'l~ee una c8peculaeión vnl~r.r. Cuando el qne asume la Autoridad Be siente
rudeHclo do la estimaci(ín respetuosa qlle en todas partes tribntun h;:; pnculos llOlIrados á 811H magnates, no telllc hallar rcsistencia Ii SIISórùenes razonables y sn gobierno e~ nat.uralmente
suav!J y l,euévolo, SU¡¡ Ulandatos WIl rccil,íl]OS sill descollfiallza.
y cumplidos con espontaneidad:
la Autoridad no lleccfiÎta en.
tonces ùe la. f\lorza para hacerse obedecer.
En segundo lugar, el Gobernador, lOBCahíl.los, los AlcaIdes y Corregidores eran real y efectivamente
R¡';SPo:\s,l,.nLE~,
porc¡ ue eran impotcu tes para il/1paller miedo á la Audiencia,
(PIC deLía juzgnrlo~; y no había partidos f>olíticos prontos á in.
terponer su poùer ó su influencia para. estorhar el juzgamiento
y cfl3tigo del funcÍouario prc\'aricador Ó viola,dor do las derechos del individuo,
La responsabilidad .efectiva do los funcio.
6
mOGRAFÍA
nados póblicos es la primera, quizlÍ 1~ única condici6n segnr"
de bllen gohierno, es decir, la única garantía
verdadera y efi.
caz de la. seguridad de las personas y de las propiedade!l. Des.
graciadamente
desùe que empezÓ á escribirse en nuestras constituciones quo el gobierno es 1'esponsable, semejante
condioión
ba veD ido á menos. En 1760 este país obedecía Ii 'un rey ab.
soluto, que vivía en Madrid, Ii más de dos mil leguas de aquí~
pero los actos despóticos de aquel mona.rca no afectaban iume.
diatamente
la persona ni la propiedad del habitante de estM
montaña!!: por esto la Autoridad á nombre del Rey ern re8pe.
tada y querida.
En tercer Illgar, la Autoridad no era discntida. entonces:
su derecho era un dogma, y la. prensa no arrojaba lodo dinria.
mente sobre los que la ejercían; no había libertad de imprenta,
ni au.o imprenta.
Agréguese á tollo esto el poder de las creencias, de las opio
niones, de las costumbres y hábitos, que unánimes favorecían
la Autoridad.
La poblnción de la Provincia en aquella época era aproxi.
madameute de 46,000 habitantes,
repartidos en dos ciudades,
dps villas, siete pueblos de indios y veinte parroquias; ll/lmábase parroqnia la población regida por un Alcalùe y un Cura.
JJ8 población
del misI)lJ()territorio pasa hoy de 465,000 alma~.
Es nn hecho reconocido que la población Ile la AmÚica es.
pañola fue á menos desde la Conquista hasta el fin del siglo
XVII, no obstante la inmigración
de españoles y la importaciÓn
de africanoR, Con el siglo XVIII empezó \lU movimiento en sen.
tido contrario, muy lento al principio y bastante rápido al fin;
ese movimiento Re ha mantenido
en el siglo presente, excepto
en algunos territorios arruinados en la guerra. de la Indepen.
dencia 6 en las guerras civiles pORteriores, que no han podido
reponerse. En el territorio de Antioquia la pohlación del Sur,
y la de Occidente, en las vertientes al Atrato, desapareció en.
teramente, y la. del Norte y Nordeste quedó muy reducídll; de
manera que al principio del siglo XVIII la mnyor ptlrle de la
población estaba concentrada en el valle del Cauoa y las cues.
tas que la encierran, desde la boca del río del Espíritu Santo
para arriba.. hllsta la del río San.J uan.
En 1760 el territorió que ocupa.n hoy lml ciudade8 y p\¡e.
bIos de Manizales, Neirn, Aranzazu, Filadelfia,
Salamina., Pli.
cora, Aguadas, N ariño, Sons6n, Pensilva.nia, }l uevacaramanta,
Valparaíso. 'l'áme~i8, Jeric6, Jardín, Andes, Bolívar, Concordi8';
Urrao, Frontino, Daboiba, Cañfl.8gordas, Yarumal, Angostura,
7
(;ampamcnto.
CarolilHl, Snn.Amlrfs, Allorí, Zea, Amalfi, San.
Roque, f,all.Rafael, C~noas, San.Carlos,
GlIatap~, VahaR, Co-corllú, San.Luis, Santuario, Carmen, Puerto.Berrío,
e::;taba. Cll.
LieI'll) d{) selvas, YÚ ~e(;ula.rcs, á dÙlllle solinn iLternar8c los atre.
vidas llliller¿s cn-LtI~c:a de algúlI riuchuelo aurífero. El país en
que se ven Loy' lus poblacioues de ALejorral, Ceja, fîauta.Bá~Lara, Rutiro, Fredonia, Amagli. Titiriuí, 1:lelicouia, EuéjiL:o, GI.
l'aIda, ItUUllgO, Belmira, DOll. }1atias, Sanw. Domingo, Conœp(lión, Sau. Vicente, Guarne y otros pucLlos llO cOlltenía. entono
ces sino pequeños caseríos y habitacioncs esparcidas en medio
de lo.~ bosques y fU8trojos. Ell el Hmeno y fecaudo valle de :Me.
dellín, hoy tan rico y tnn poblado, no existían en aquella épo.
'ca m;ís poblaciones que ia villa de Medellín¡ el pueblo do la.
.Estrella y la parroquia de COjlUCUùana.
No hahi¡~ en toda la Pro\'Ü,cia más establecimiento
pÚbli.
ea do··
, 'lile una escuela de primems letras en cada uua Je
las dL" : ~llade,.; y villas, .Y eSOHestablecimientos
no se mante.
nían constantemente.
El Colegi.o que el Obispo de Popayán,
Dr. D. Juan Gómez de Frías, proyectó fundar en la ciudad de
Autioquia, y cuya fundación fue autorizada por real C~ùula de
·5 de Septiembre de 1722, empemùa apenas á funcionar, cuan.
do fue extinguido por la expulsi:5n de la Oompafiía de Jesús, á
<myo carg-o estaLa.
La Pro,incia se hallaha separada del rest.o del Virreinato
por montañas y selvas desiertas, que sólo eran atravesadas por
ásperas sondas; apouas eran practicahles por caballerías, yeso
muy difícilmente, las siguientes: la que por la banda orieutal
del Ca.uca iba de Antioquia á la confluencia del río del Espíritu.
Santo, en donde empezaba la nr.vegaciún en pequeñas barque.
tas; la que, partienuo de la boca del río San-llartolom.5 en 01
Magdalena,
venia
Yolombé á 'MeJellíll, y la que por Bu.
fú y Supía conduela á la Provincia de Popayán. En aquolla épo.
ea se h!lbía perdido Y{l hast¡~ la memoria Je los caminos que re.
corrían 108 conquistadores en el primer siglo de la Conquista.
LI comercio con el exterior ¡,e hacía. cn su mayor parte
conout:ieudo las mercaclerías ai e!;paJdas de hombre~. Las artcs
estahLQ en sllmo atraso, todo so '~raía de fuera.
La iIldu~tria ill;ís atendiùa e::a. la miuería. Las familias más:
Cl.cotllcdaJa:-;explotaban con esclavos los aluviollcs auríferos, dcs.
tL.lradüs por lo~ conquistadores.
Los pobres, armados de un 1>0.rretúu, uua. batea y Ull almocufrt.l, se constituían emprc~arios y
obreros oí un mismo tiempo, en el primer arroyo aurífero (lUll
~v..(;ontrabanl y eran llamauos nw;;amOTTcrU8.
por
D10GlurfA
El pésimo estado de los caminos ó más bien sendas, interid .•
res baéía muy costosa la conducción de víveres de los valles d~
Antioquia y de Medellín, en donde estaba. concent.rada la agri.
cultura, á los lugares en que' se hallaban las minas en explota.
ción. Esto obligaba á los empresarios de minas á consagrar SUit
cuadrillas, una parte delllfio, á talar 108 bosques inmediatos para
cultiv&r el maíz, los frlsoles y la yuca. Cuando se descubría UD
territorio rico en minRs y afluían empresarios en grande y maza.
morreros, la tala de los bosques venía á ser nna operación.lucra.
tiva; así fueron convirtiéndose sncesivamente ea terrenos culti •
. ndos y en prados las espesas selvas sin valor slgu)}()que cubrían
la Pro.,incia ...
La explotaciún de Jas minas de veta, de oro y de plata era
desconocida en '17 GO; apenas se conservaba entonces la tradi.
ción de la riqueza ex;traordinaria de las vetas d~ Buriticá, aban .•
donadas yá.
L~ facilidad que encontraban los habitantes del país para;
hacerse empresarios de industria en las minûs, eu la agricultu.
ra y en la buhonería, y las fortuuBs que solían formarse en po.
eo tiempo, con un trabajo obstinado, fueron sin duda. una de Jas
principales causas de esta. actividad incansable, d~ este es~íritu
de independencia personal, de esta osad'mindustrial, de esta fa~
cilidad de c~lculo que forman el carúcter antioqueño, sin distin.
ci6n de clases ni de rnzas~ carácter qae no se ve en la.s masas
«le población de los demás países de la nueva ni de la. anti~
Oolombia y que, eon excepción de Chile, no se nota en ningunl)
~tra región de la América Latina..
En 1760 no había en Antioquia grandes capitales acumu~
lados, pero sí riqueza ootablement~ s61ida y creciente. La sen.
eillez y regularidad de la vida, la al'ISetlCÏa.de todo gasto. do
lujo, la estabilidad del orden, á virtud de la cual DO se veían
esas emergencias que trastornan y arruinan los negocios, ba.
eían muy común que IllS rentas de las familias superasen á SUB
gast08, lo que facilitaba el capitaliza.r 6 a.tlilsorar. Pero, come>
eada matrimonio. levantaba una familia numerosa, el cauda.l
repartido bacía d~ los hijos del rico personas apenas acomoda.
das; crecía así la riqueza sin acumularse en pocas manos, yes.
ill. veutajos& distribooión,
que producía general comodidad"
traía. consigo el aumento rápido de la. población.
Bcharé ahora una ligera mirnda sobre el fresco y rico vaZleíÙ Medellín, cuna del simpático personaje objeto de este es.
crito.
))!;;L DIt. Jas}; FhIX
DE RESTREP0
II
COllsi(lero est.e yanC comprcndillo
entre
el pllnto en que,
rCllllíén'¡os~
los ruidosos t.orreldes
¡1le (:c~cicu'¡eu
de la cleva<In. Illon'afín rk Sf\n.:\li(~llel,
fOrIlJ;'~l ci claro.Y pUicido río cie
Medellíll,
11:1>1:\el paraje cu (j1l8 é,;'e, CIl.!.;~O':!.]u por cien ricos
tributari,1s,
rieja las ycg;¡S amcuas p;:rn pr~cipitnrso
r;ipido ell ..
tre rIUI'['s rocas, pro\'o(;uudo
y dC'l.fLUudo la cuùicia)
el arte
Je lu:; lJl:lll)[(.' CÙ~1 l;1I~ proflludu:; y riquí:;ilEos ::.I,-,viollcs ulUí..
feras.
La poderosa y mngu:[](;[t cordillera
de los Aneles presenta,
delltro:.
f1lP,n. de la ZOlla l"írrida,
J1UrlJerosos valles, yo. e'pl(~ndidos y Ilta.iC,.tlloSOS, re;~ados pOi' c;mdaloslls
ríot;, ya estrechos
y pwflllldos.
cort.ados por torrente¡
nt.roll<ldorcs y risllefíos, ya
cllcantadoreslCllriciados
por rinr.]¡;¡elüs frescos y límpidos;
pc ..
ro ent.re todos e\los no se h:db (Iui7,:í cing;Jno
quc rClínl\ tan
lisoD.i()raS couJiciou:lR
dJ I¡clll'zn
y lltilielad para el hombre,
como la~ 'lile o!;t.cnt.a la hclln C~lenca de lJue haulo, Call que el
Oriador qlliso enriIJ\H)(:cr (¡ ('~tc pHís.
Eu;Íelïlll;
d \"II~, ¡le 3IL(L.dlíl dOR altas cOl'r1illera~, dos.
cient.os :tilOS ntr:í" Cll~li,'i':.'S (k 1l1".!.!J1ífh:;ts selvus scculll.res, hoy
casi Cll\.l'l<III!L (ILt; dC'lIllJllt;:,]aR,
P<)l'ü todnvíé\
coronadús
de hosqlleR de roble;, y de Ot~'OR rohustos :írboks, ~iel\lp~c
verdes . .Las
cuestas .le ()S;;-; tllooL'lfias Jesciend( ,1 hnsta el "nllc Cll Suaves y
"aria dos (kcli\'es,
fonual1do arrugas y (lohlC'ceR grnr;ioso~, como
las fnld::; .In ;It'C!iR y ]i~(lm enfl:! 3~it.a(h por d vil!nto.
Dt~sJe
aus cumbrc, Cl:t'rCII prcciritndo.,
11'1/ 11)i'O',OS ;Hro'yo~ y rincl!lwlos,
eu los (',¡alllS 1\0 f" lIa IlUllCa aglla fr'~sca y pllrísil1' a. E~ta~ c;ucstal<, Dunen dC'I!lullls
de :-,nillla.i:¡ vegeLaciúlJ, estiÍn Ralpir,[lclas
hoy de pe'lue;;as ca;;crías, de ct¡hafíLS Hi<hda··, de rebafíos de va.
eng ]¡I>iIlGa;; y clIl:ierta,; de prados, de scmellteras
.li\ersas y hosquesitos;
lIO sr. VCll en ellas las ¡ísl'<lr:ls y trl,tes
escarpas muy
COl\tll tlm eu k,¡ :dtas lUolltañ:1S.
Al. >\lIlOS COllI l'af l' "rtes, ¿¡delan_
tiÍlldosfl pnr uuu y 01;'0 ¡>ido ]¡¡.\,sl.;¡ centro del vallp, lu .livi·II'1l
eD comarcas
Ili;ís Ú menos
ext.ellsas y cOIlt.ribuj'CL á sn belleza,
cxcluY'Jlldo
la 1llOIlÜtouía de Hn largo cdlej '¡Ii Illliforlllll.
lhf!:ulo ci valle pM el río y regado por las nUlIlerOSfl,q earriellh~s ,h ~,~,\l:\ quo b;¡.ian de lag ¡'lOl\tnîi'ls, es de ulla fert.ili_
dnd cxcepCiOlllll.
C.)/lSel\:ludo
ur¡ SIll\ve deeli\'p l¡;teia la !lllea.
del río, 110 CC'l\lÎ(!Il'! palitallo;; ni t.crJ(~1I0S alll'gadi·r.o, quo pcrju_
diqlJC11 tí 1'1.s;llll},rid"d;
y corno go:~a do Il:l;! l(~lllfl ••ratura 1ll0dia C(lnsl.:luip ':(' ::lO ,', 2:.? "l'ados (;\:,IlLí"md06, se prl·<;i.¡t lllaravi.
1l0f>ll,111ellte al Gultivú Je
c~i'íu..de a~ú(;ar, Jel 'al:~, Jd muÍz,
~I
lu.
~~
10
BIOGRAFÍA
del plátano, de la yuca y demás plantas alimenticias propias
de los climas templados. Los árboles, arbustos y plantas de et.
tos climas y mnchas de los países calientes prosperan muy bien
en este valle. La frondosidad y frescura de la vegetación du •.
:rante todo el año son embelesaùoras. Lof!naranjos y otros mu.
4:hO!i1 frutales se mantienen perpetnamen\e adornados de flores y
de frutos, embalsamando el aire con sus delicados aromas; y las
plantas de los jardines florecen sin interrupción en todos 108
meses del año.
El orden de las lluvias está tan felizmente distribuído en el
afio, en dos épocas secas y dos lluviosas, interrumpidas las pri.
meras por algunoi'! aguaceros, y las segundas por días I'lerenos y
seco!!,que, aunque todo el valle puede scr fácilmente regado,
loslal>radores no han juzgado hasta ahora que haya necesidad
de acudir al riego.
El valle está en su mayor parte dividido en pose~iones de
pequeña y de mediana extcnsi6n, separada3 por cercos vivo..c¡,
siempre verdes y frondosos. Cada pO!Jesióntiene Ulla casa ro.
dellda de elegant.es árboles frutales y de ornamentación, de
plantas florida:; y de espléndiùas enredaderas. El aseo más esmerado reina en estRShabitaciones, en lo general espaciosas y
ele~antes, que denuncian el bienestar y la actividad inteligen.
te de sus moradores.
Mirado el fondo del valle de cualquiera de laB alturas que
lo cercan, parece lin extenso y rico tapiz, en el cual contra!ltan
graciosamente en figuras geomótricas arrojadas al acaso, los varios y animados colores de los pequeños prados, de las arLole.
das y de los diversos semLrados que esmahan todo el campo;
pel'cihiéndose aquí y allí, por encima de los setos vivos, las hu.
meantes chimeneas de los trapiches y los blancos campanarios
de las ilgesias parroquiales. En la estación serena, dumute las
largas horas en que el cielo ostenta un sol brillante eu el azul
más puro, pequeñas nube~ pasan ligeras de la una á la otra montaña, y sus sombras recorriendo veloces las cuestas y el valle,
dan al paisaje extraordinaria animación.
En la parte del valle que comprende las poblaciones y cam.
pos de Envigado é ItagÜí parece que se aumentan y aquilatan
la fecnndidad, frescnra, frondosidad y belleza de la tierra. Allí,
en la banda oriental del río, está la más hermosa y fértil de sus
vegas, La Sabaneta: eu ella estuvo la cuna de Jos.f; Ef;Y~IXDE
RESTREPO. Bañan esta vega los claros arroyos que de¡;cienden de
la verde montaña de La Rorne1·a, que lleva todavía sobre su fren.
\e una espl~ndida cerona de magníficos robles. Alladoopucsto.
DEL DR. JOSÉ FhIX
DE RESTRET'O
11
tlominatIC]o la ricn. explanada de Ln Estrella y San.Antonio,
se
o~tcntall la alta cima Jol RaIneraI .Y lo~ trc~ elegantes pico};
que los haliítnute>l <hl la rarto uorte dd valle Ur.man "El Calvario" v los iu(lí"'UII[lS "El Alto dd Eucuuto".
I<:stos nombm'l
misterioso;; í no
acaso la sombra de UDll ant.igua trndieil)ll
de haher sido aquella cllmbre ~imCt.l'ica, en los si510s de la gentilidad, un monte sa~mdo, como lo fueron en 0';1'08 puntos drl
globo el Olimpo, el Merú, el LofcH, el Samanala y otros muchos?
"Hay pocos puntos sobre la superficie d(JI globo, dice el
sa.bio y elocuente Caldas, mGs veutajosos que \ri i-iucva Gmnad3.
para ol.serval' y, pueùo decir, para tocar el illl111~Odel clim:l. sobre la constitución física del hombre, sobre su cMáctcr, sus vil'.
tudes y sus __icios. " Yo me permito hoy decir, después de aquel
ilustre prócer: no presenta nuestro país Hn punto ell que las
condiciones y circul.Jstancias físicas que cOlllitituyen la qne Re
llama clima, en esta. acepción dd vocahlo, l¡ayan producillo
efectos más patentes sobre la constitución física. del hombre, sobre SUB cualidades síquicas y su carácter, que los campos de Envigado, i Qué lugar del vasto territorio Je Colombia ha prollucido, con igual núlIlcro de población y de medios de eùucación,
en el espacio ùe un siglo, tántos hombres notables por HU intü.
ligencia, su saber, su carácter y SIlSvirtudes, como a(lUel campo
privilegiado ¡ i En qué PUDto la raza caucasiann, en uno y otro
sexo, presenta tipos más elega.ntes y correctos ùo sus bellns formns? Cuando en el curso de los años h\s artes h;.yan alcllll7.ndo
entre nosotros un alto grado de perfección, nuestros artistas iriÍn
á buscar allí lOf!modelos de sus obras, como los Praxiteles y los
Fidias iuun t¡ :àlileto, á Lesbos ó Ii Téueùos á uuscar las formas
más dignas de representar sus divinidades.
La civilización de un puehlo se representa por el grado (le
?îl.o1'alidad, de inst1'1lCcÙín y de biene.strt1' de que él di~frnta.
Para Jar una. idea del punto en que se hallaba la cÍvilizaeil)1l
de AlItioquia fall 1760 se me permitir{l dar alglluas ligera.s pin.
celada.s más sobre su situación social desde estos tres puntos de
vista.
s~n
III
Eran IOEl Labitantes de esta aislad:l. región profundamente
religio¡;os. La fe católica dominaba en absoluto en todos los
ánimos, y la moral cristiana era la ley ¡mprem:l.. No se sospe_
cbaba ¡¡¡iquiera que una teoría filosófica ó política pudiera outrar
en cc,mpctencia con ella para dirigir la!! acciones on la vida plÍblica. Ó privada. CUlllplíanse las leyes) 150 aoataua y oueJccía ri
12
B:rOGRAFÍA
las autoridades, se respetaba á las personas, !lU~ derechos y pro.
piedades, porque el hacerla era un estricto deber religioso que
á nadie se le ocurría poner en duda. La sanción penal y la opi. ,
ni6n p,'lblica eran fuerzas secundarias coadyu vantes quo, en ea.
so de contrnrlicción, no habríau poùido contrabalaucear
la ley
suprema. Un hereje, un ju<lío, un infiel que nadie conocía de
vista, eran befes monstruosos, cuyo contacto habría hecho horri.
pilar á aquellos ~inceros cristianos.
Las prácticas religiosas primaban soberanamente
en todas
partes las ocupaciones serias. Las imponentes solemnidades del
culto cat.ílíco er!\n las únicas fiestas populares. Las recreacio.
nes y espcctiiculos Plíblicos ernn accesorios de aqnellas solem.
nida(les; las cuales al mismo tiempo qno ele .•.aban y deleitaban
las ll.lmas reuova nùo las grandes y sublimes ideaf; de la eterni.
daJ, de la creación, de la redención, de la inmortalidad
del es.
pícitu humano, del juicio filial, de los destinos futuros del ham.
bre, ¡!traían y reunían 1Hluelb población disper~!l. en los cam.
pos yeu los bOf;(j\les,y rlaLan expansión y vuelo á los sent.Ïmien.
tos simpáticos y civilizadores Je sociabilidaù,
de familia y de
amistad
La instrucción religiosa no pasaba. los lindes de la más ele.
mental del catecismo de la doctrina cristiana;
pero corno este
pequeño y vnliosísimo c6digo enci!3rra más cieueia ética prácti.
ea quo todas las filosofías antiguas y mOllernas, esa instrucción
elemental,
mnmactn con la leche de la madre, inculcada con
fervorosa asiJuidad desùe la. cuna, fortificada con el ajem plo dia.
rio, bastaLa para formar una generación sinceramente
piaùosa,
hombres do bien á carta oabal, mujeres escrupuloS3mellte han.
¡:adas y modestas.
~
El acatamiento
profundo á la autoridad paterna, el cum.
plimiento roligioso do la palabra oomprometida;
la inviolabJe
veracid1id Eluljuramento,
el respeto á la propiedali, el horror
inveocible á los a(:to;; que acarrean la infamia, la piadosa com.
pasióual
desdichado, lin sentimiento
modesto pero firme é in •
.contrastable
de dignidad personal, aun bajo la opresiva mano
de la poLrcza, constituían el fondo moral de aquella. iliterata y
sincera población.
La. beodez, que hoy nos aflige y alarma, era escasa eu aque.
lla épooa. Un lieodo consuetudinario era visto con la rnortifi.
(Jante lástima Call que se mira ú un loco dañino é incurahle;
su
~ompañía y su prtJscllcia cran evitadas como las de un lazlUino.
Los grandes crímcneti eran raros. No obstante la severidad
¡;l~la antigua legislación española/ la concienzuda diligencia.
1,-'
. 'J
con '1110 ~(: I:lViriguf\],flTl ]()~ doli·os y s() p,~rs"L~llí,\ á lOf! ~rnndo!1
dc]ircuenws,
y la inflexible
firmeza
call que ~e les jlll.g¡¡hn, el
últinlO supliciu de un fl'U r,u o"lIrría ~itl() 1I1UY do tarde en tnrde .
.La uotici" de la ei(~clJ('i¡"1l
eun tod'l'" Sll~ ('ilcur"tn!l('in;. iln de
hocR. ell htl\'I~ lll~~t¡~ el ,'dliIllQ
riLc"lll de h~ llloulaüa:;,
corrobo.,
ranùo:> Cil t.odus los Úllimos el llOrror al crillleü.
Cil ~Il;,·.idio vollllltario,
y d~llieroll
ser ral'í"illlo~ lus qllü t'Il
aquellos
l:L:lllpoS ocurrieron,
"m un aCOlJleCllllil~llt()
t¡¡ll
¡)(Irro.
roso (lue S,¡ mcmoria be trulltiulilÍa
COll espnllto de geul:raei,ír
en
flcnernció Il.
o
El ùemonio
de la políde,l, qne divi,le Ins f'"1111ill"', que
sictn'¡m y cultiva
la r1escouuallza,
el ocli~ y el n~lI('tJr pUll"" re.
gitlll y regi"lu, cutre !,ueldo y ptwhlo, elllre }wgar y l,o~~ar;
ljuo ,)Oveueua
las dulzuras
de :ll vida priH\\:Il,
que m:IJltielltl
tallo:; lus {,UiUlO~ Cil {l,tado (!e ¡;Oust;.¡ute ill(luidll.1
yaLnna,
que Iltl'l>n y porali,..a los Ile~:(lcil)", y ]¡'jl;ielJllu
iU'""i-ti'U
el fruto
del capital y del tra\lJ.jo
nkja (el pai" lu. 1l1¡i¡i;':l';l'.'llifl
de C:JIl_
ùaleo:, ùe capuciJade"yde
blllZOS
¡ítiles;
(;] d~lIl()uio Je:a
polí.
tica, que cmbota los T1l;í~ lJ00]C~ y geueroso~ sClllimielltcs
ùe la
l
humanidad
y !taCIl brotn,. y CreUlr cuanto ]¡ay Oil ell" ùc auti.
pático y [lntiso>:ial;
que lanza :'~los C¿'¡IJ\110~ de l¡at:dla,
!JO slllo
fi los llOmLrl)s (:r1:010:; y r:lIJi\ces, qno se delej¡au
ell derramar
¡mllgre hUlrlarm .Y Cil arl'ebal:.r
y de'lrtlír
la propietJad
ajeufL,
sino hasta III Iahl1l¡Jor pacifico y houmdo (I (j\lien llOrrOl'izall
b
matnllza
y el -aqlw,1, pnra ir :í dar la llJucrte
personas que 110
conoco y (lile lIini~lílJ lIIalle hall l¡lcllO;
que hace do la vida Ulla
COUtillUU y :;.tolïllúllt,dol'ii
pc.-alodIa, y 'I¡le "j',.ece Oil la porvenir ILl tnflll ;ru~o caos ¡Je illSC'>"!ll"l'Id é iudescífrable~
e~cenas de
pl:r~ecl\ci()~)cs db" piada¡Lts
y'Jú iuch:.!::; "a IIgrien tf\S, (Ille horri pi.
Jlln al lJOILiJre previsor
cUHudo
piema ell b Hlerte de sw; de'!.
celldicntrs;
el delllouio de Iu. polítIca LID tUth(, lllluca el tran.
quilo y d,llee ~ueI1o de aqllo)Ja~ iuocclItcs gCllem¡:iunes,
á quie.
Dl:S Li" prec,,;npaeiones
ciegas ~ la uetualiJad
están <luizá dis_
puestas ií cÚlLlpadecer!
:L08 1lJ,.trillJollios, rcrregJlldoc; ontre litS familias como ell los
tiEJrupos pauíal'calesy
C(llltr:~:dN \~II la flor Je '¡¡. jllveut\t(J,
cran
m:is feli(:e~ de la 'i1l0 hoy [JueJt..i1 pellsar
los j<lvené8 Je nile::.
tm éFOCf\. Re,~\íu la~ relncioi'l:s
::'~ las familia.;, lus lliÎÍm, desùo
la m;.s tierutl iuf,,¡¡cil.\ eUU(ICíall ,: sospecllttball
el ouhce quo les
aguardah:t, y clllpez¡¡bnn
desJe eutOl1c\;s ¡i coutelnplar
cou ill.
ter~s y cou cariño ú:m futuru.
'JOIIsortc.
La severidaJ Je las
costu,nbres
impodía entro ellos ::elacioncs
peli<7rosas sin ef;tor.
bar que so c;onoeierullllluy
bieu;
por lo que dchiau ser muy ra,.
14
mOGRAFíA
ros los chll.ilCOSde hallarRo unidos por el mat.rimonio cnracteres
incompatibles no sospechados. Lf\ sencillez de In vida no couo.
cía los obstáculos que hoy oponen á los matrimonios de simpa.
tía Ins exigencias del lujo.
La crianza de los niño:l Re hacIa conforme á IO!linstintos
certeros de la naturaleza. Cada madre era la nodriza de su hijo;
DO había entonces
médicos ni charlatanes
que suministraran
pretextos á las mujeres desnaturalizadas
para eluJir el más
tierno y natural de gUS deber(>ll: la alimentación de su hijo con
la leche de sus pechos. El r;iño se criaba casi desDuJo, como la
suavidad del clima lo permitía, sin fajas ni envolturaa que com.
ptometen con ff(;clIencia su sal uo, ~u robustez y la elegancia
de sus formas; crecía al sol y al aire libre, y desde temprana
!le habituaba á trepar las cnc;¡ta@, penetrar eu los bosques, sal.
var Jas torrentes yatravesnr
á nado los ríos.
Con excepción de las personas adultas do las pocas fami.
liaA ricns y sedentarias que habitaban
const3ntcmento
en Me.
dellín, Antioquia ó n.io-Negro, hombres y mujeres d0 toda raza
y categoría andaban descalzos. En aquellas poblaciones usaban
lo~ hombres la chaquota y la capa espafiolas, más bien como
adorno que como abrigo; en los pueblos yen los campos no Ile.
,"aban otro vestido que el pantalón, la camisa y uoa ruana 09trecha y larga en forma de casulla, que se llama oo/pisayo; som.
brero de fieltro ó de paja, y pendiente de una correa que cru.
zaba por el hombro, un saco de piel que se denominaba carriel,
en el cual se llevaba todo lo que en otras partes se acostumbra
llevar Oil los bolsillos del vestido; el uso de esta pieza se con.
serva todavía. Todo hombre adulto, fuera de las ciudades y villas, llevaba al cinto un machete, y toda persona, en todas par.
tes, un rosario al cuello, más ó menos lujoso, según la riqueza
del indiviùuo. Las mujeres vestían la basquiña, el chupetín y
la. mantilla españolas;
pero en el campo llevaban una montera
de paño con un apéndice caudal que cubría hasta la. mitad de
la espalda, y prescindían ontonces del chupetín y la mantilla.
El cabello recogido sobre la parte posterior de la cabeza formaba una sola trenza colgante. Todas las familias ricas 6 acomo.
dadas tenían vestidos de lujo á usanza e.'lpafiola, que sólo salían
de las cajas á relucir en las funciones solemnes, religiosM 6 do.
mésticas.
El maíz, el plátano, el frísol, la yuca, la. f1rracachB, el cho.
colate, la panela, la leche y la. carne de cerdo eran los elemen.
tos de Ja alimentación.
La carne de bu\}J' era usada solamente
pOI las personaa ricas.
];'j
nEl. Ult. JosÍ:: FÍ::I.n: DE J:ESTREl'O
La:; dehesas pnra la críh y engonIc ùe l:!f\lHulo eran e~toll.
\.~es l1lUY (";C:l,'as; no lluhía otros cl"l'aderos 'lue los rastrojos
do
lll¡;í·.~ en las tierras
frÍ:..ls y al~'lIJ(J!i pe'llldJos
prados en el v:lllo
de ~ll~llellílJ .. ·El ¡,asIa de fJ1t'inen y ci de '(Juni, que han prOdll·.
eido la wvoluci.íll
!ll;Í~ illlport¡\nt;.l
y feliz en la agricultura
ùe
AUlilli)uia,
JiU crall CLlllOC;idosen el ¡'\IlC\'O Reino d,~ Granada
eu 1¡[iO: el primero Ile~ó :í Antioquia
cn el año dc 2i) de e"to
si!:lo, )' ¡J !;I~gllu,lo 20 nños desf1néti que la trajo de Venezuela
;.. ~;i1lJ1a.I\r1<rta el Sr. UClltJffll Ca"los ~)llll¡'lctte, y la semIlla que
villa (. A IJtiorllli:L flll' illtrodllcid~
ó n;mitil!:l por los ~)rcs. Juli:"lI \ ;'¡"I\Il'Z Call,:, Vicente B. V'~la y Mauuel Vélez Barrientos.,
LOti "al.ios que han pretendido
que el alimento
vegetal
no
C:l lJ1\"Ull1t.c poderoso
pam formar hombres rolJUstos, inteli~entes
y "llérgiCOR, ~e ¡"dirían vi~to hicl! embarazados
anle la poldación
pohw de .'\ lltioquia en aquella
c;poca, cuando Sil alimentación
em c'\~i exclllsivaulente
vegetal
Ve aquel tiempo al present.e
d ro:,~IjJlHl de la carne ~e 1m decllplicndo,
sin que la rouust.ez,
ilJteL~el!,~i:, y erJergÎa de la povl1Jcil)1l hayan cambiado extraor.
Jiullnallle
ul e, fl.1l11que sí parece BotarSe alg1íulllayor
ùesarrollo
Cil p.~tnR clln\i,lades.
Los c5wvlecirnientos
públicos
de 'instl'llcci,;n
estaban
rc.
Jucit/os, como antes he dicho, iÍ cuatro escllel!ls de primeras
le.
tm" :lllm IliîíOR, cnyo ejercicio ent frecuentemente
interrumpiùo.
Cnmo la, pe,blacilÎn Hedcntaria
de las cindadcll y villas em muy
n:duci¡b,
.Y las familias
acomcdada::;
vivían
esparcidas
en los
Cfllll¡JOS
y {'1J las minas, la intitrJccióll
rudi men t.al de los niños
de e~t.a~ fluuilia::; em ohm. de sus ¡lndres ó dl~ JJlaestroR ambulan.
tes de mil} e~easo saber, Las f,,(uilia>; mÚs ricas solían enviar tí
los {;olegio.; rlû Santafé
algulJo ,le sus hijos á recibir b instruc.
cirín que eu ellos lie duva, (;on el Gu principal
de que siguieran
la C;~rreTl\ eclesiást.ica y disfrutarau
las cape\lanía.R de la fami.
lia. Esos pocos jóvenes
afortunados,
á su vuclta de la capit.al
riel Virreinato,
con la borla del ùoctomdo
crall atitros que brilla.
ban en el oscuro firlllament.o ,1'3 la general
i/I1orancia.
Los li.
"1'08 de toJa especie
cran raríí'irnos;
los j¡'l\'eues que volvían de
los colegios de Santaf~ traían algunos in ¡(JUOS eu lat.ín, que les
habían senido
para sus estudios,
los que !JO irradia lJllll gr~\U
cantiJad
de luz; un .Ejercici-J C¡wlidÙmo 6 un Ramillete de
jJi'(linc~s
/lul'es eran cstimado~. como lin tesoro en ln.:; familias
que teníôln la dicha de poseer]os;
los sujetos
mûs adelantados
¡;olíuu teller algmm ohra de literatnra.
española.
Lns indi vi,IIlOs del clero ellucaùos en Sa nta fé entendían
un
{luco ci btíu,
la lógica y la lllutuIítiír;a ari:;tot~lica$;
tenían
no-
16
cioues más ú menOR extensas de teología escol~Rtica y de der~.
cho can6£Jico; los demás, instruídos, Riu libros, al Ia.do de algún
cura, en lOf< ritos del culto, tenían eu torlo escasísirna instruc.
ciilD: en consecuencia, la cnl'eñallza cn la c:ítedra sagrnda era
rara, principalmente eu Jas parroquias ,rurales. I<~Iclùro español.
eu Europa y cn América se ocupaua poco en la iustrucci6n ea.
teqll;Htica, Ulor:d y reli~iosa; y en la época de qllc hablamos
debía sec casi nula en AlItioqllia, en las iglesias.
Los conocimientos industriales se hallaban en sumo atraso.
En 7nincrú" I)ù ignoraban en absoluto In geometría slIutcrránea,
la. metEdurgia y la mecánica; DO ¡;e conocían bombas ni otra
múquiua para levantar las agu~s; ua se hacía uso del taladro y
de la pólvora. para romper las rocas, ni babía más elelll(!nt,o di.
námico que la fuerza humana. Los in!'itrumentos de t.rabajo es.
taball re ..lucidoR á la barretn, el barretón, el almocafre, la batea
y lo~ CftCh()8, que erlln dos placas curvas do madera que reem.
plazaban la pala. No había l)lIi(:n pudiera ensayar 110 mineral,
construír una m{¡(luilla Ô edificar UD hamo de fundición,
La priu1Pra rneda bidr¡íulica r el primer hoenrte fueron
construí dos por el iugcuiero inglés Sr. TlRF.LL MOORE, eu la mi.
Da de LllisJmílJ, en ::)anta-Rosa, ci año 18:10; el mismo sujeto
hizo el primer arraBtl'e en la mina de "La Constancia" en Anorí, ell lS::la, y algullos nfios después el primer borna de fundi.
ción ell Sitioviejo, ell Titiribí.
CultidbtllJ'e
en las huertas del vaile de Antio'1uia árboles
de cacao; pero hasta el principio del presente siglo no bubo en
éJ grandes plantacioncs, las cuales tomnron gran desarrollo de
182;') (¡ 1~-40 ell que la peste de la 'fll/lncha, im'uùiendo los pIau.
tíos, trajo tnuy á mCllOSaquel precioso cultivo v la floreciente
riqueza de la antigua carital de la Provincia. Hoy se empren.
de de Iluevo este culri\"o interesante en las falùas de las mon.
tafias mets ftl~scas y búmedns de alluel ardiente valle.
El culti\"o del talj(tco, que era eUlOnces ent(HUmente deseo.
nociùo, no empei':Ó á desarrollarse sino Ii mediados del presente
siglo, despuél) de suprimido el monopolio oficial.
El cajé no era conocido eu Antioquia en 1760; al empezar
el presente sir;lo fue introducido en las huertas y jardines como
arbusto de ornamentación;
actualmente clllpiel"¡~ ti cultivarse
en plantaciones m::ís <Í menos extensas como fruto de exporta.
ción, y su consumo en el paí~ crece sensiblemente,
El cultivo de la pap(t estuvo bnteramcnte
descuida(lo has.
ta 1840 . .El Jel ([¡'ro::, i(¡troducido por los Jesuítas á mediados
del siglo pasado, l>C mantuvo circunscrito á una pequeña exten.
VBI. DIL JOS~; FELIX rn: ¡ŒSnœl'O
;';1'11111el valle Je Sau .JenJuimo
ha~ta ¡wuc poco!'! aÙoe:. y ~11 con.
mny Tc'¡uuitlo, tomn. ho}' gmnde
inCTrmellto.
De
las \'uri,)(l:t·h'~ ,1<-1 n¡,ítI/JlO
~úlo ~l: cOIl()(:í;(1I UII liGO el hal't6u,
el dOllliuicll
.~. el ¡:;lirJiJl,;
hoy lCnenl()S II11CVC ó diez vuried:t'les
lllíÍs;
la, !l'II"'a, ~I.;estilllan
COILO
frutas
agr.llbl'¡es,
pero !la
hall ·c·llr,"\., (!1I COTllI".'relleia
COll las ]Ji'imcl'ils,
corno ele:!leuto
8111l10,alltm;
de [di ne·¡t:<:j,íl1, ni podr:'Ln
:2:u sc~.()('()ee b ,:pocn.
sostener
cu <¡lie
e,;tn cOll1pctellria.
la C(ÚUt l{r~ (/zÚca¡',
traí.1a
10- e'IJlI!iu:";s rio Jas Callnria,; (¡ la i~]n. de Sauto.Domingo
eu 1;:;0.) .Y ti:: r; lí propas;nda <:Il óllS dern:Îs colonias,
t'nu iutro}lor
dueid;
en iLl!tion!;in.
Eu 17UO no se conocía eu t'sta Provincia
~iuo :lljut:llr-. nt,j~:);¡J !jUC t;J!ll{; ci tlOlIl],re
de cj'iull(l"
Cllnlldo
Cil ] 8()+ l'Ile ;:Jtrod!lt;i,j,¡
I:>. l¡}un,;n, ùe Orair:,
qUI) 11\ h~l n'c!:l.
pbr.ado.
Existetl huy eu el 1<;,tl\<1o otms varil'(hde.o,
qne tli'lU:d.
mente (~'lIl,i~;:au (¡ i)].1:lí'arlitl.
El :JCIIQlicio
de la CHl:" ôl: hi/.o
Cil trni)Íl;;¡CS
(10 lJ1:1der:t m(lvidos
;)01' bCSiif\'; y en horuos ¡J(~ pe.
'll1(';Î;a~ callkra~,
sill el,i,¡:cllf)ú, jJ;:.~ta IS;::) ell (l'll) L:1lI!lèZ') Cll:a.
cerse \:0.0 d~) t(,,.!,,:1I.C-8 y 11l\)¡Ja~; Ilidr{¡ulicas,
tl'a:,:ns m •..
,tÚliea~ y
llornos (le Ch;!!!e¡¡e:l. J\.ctuallllcntl:
no fi! c:\portan Jos fllltos de
ln ct1Ïía; pern :;\1 C,,¡¡."111l10 ('Il forn:l de pnllcJa I:a ad(IUiriJo ~r:lll
ùes::rn'¡lo.l'cr'j11l'
~,t() arlÎclIlo
l,g VL:llido á ser lIll c!"mollto i!ll.
portau';p, eu h nlilll)lllltt;i,íll du b e1a~o olJrera y porliua dcon.
:-;UIllO .Id ag:lrrJielJtl',
(1110 (;011 m;'~ nrtÍl:ulc ~e hlJrit;u, crece t~l.t
propOl'l:iOJ.l·~ aLr:;)," ":c'."
Los :ír;,ole; lt::taks
(;:¡Jti·.t](!o~ en 17G¡) riO nan I.HI'; "aria.
¡
"
(laR. D 1 ~a (;lllw<;ían cnt()!\el:'~ lu.~,'ue dd ~\.~¡"i:l'L1il)·. (.,·cii,ido
d l'~e"'L'utc ,,¡.:.:LJ¡ C01110 el 1l1:1ug~, el jll/l/((t/'J·O;·I(.
~¡ :',1,(\11101
])1111; dl! E¡(['opu
tí Je (,tr<J~ paíOlH .le All:.';nc¡,;, (;OIJllll..' ¡, :~nz'\.
'10, el ('UrnZlio, el !llnta~~uù, Li lJí:';~"(l, ellJic!':L">'.!iI',
IIi oc h:l.
),Ían l/"I'iLJn..Jo du lo~ bU"iue;. ¡í 1.I.s ¡'tl(;rtt~~ lu~ Illadrciïù\
caio
ClI
\" ot:;t., C';:>)I·CiÜf;.
"1'¡¡.;:tlJ;! h •.i.¡'" íllLimn. dG los kl!litanfes
de Antio.
'lilia, el!. l7(i11, t-'I t;"!J:l·jl!¡ •.:,: ;:;lt:d,~~d entre los Illi\:,I\Lros dv Ill.
Iui~lna rHZ:\' l~l pULlO la¡~radcr LI t1'lil1cro, i~
..':lior~\ute, to:-:¡'o, des.
c:d¡';(l y CU:1 J.,~ i"lrlta!onc~
de lll:.lutn. d~l ::)o(;orro remel):!::1do~,
ua bO jl!/.g:dm ÎnfC:fwr allll:Í3
lÍ:~o y culto, y trataba con él Je
igual il ¡~Ilal
La hJllcill~;; pntriarcal
('u t'l Y<:Jstido: nlimentos y rnucl;1a.
je, y el d¡],ito de C~f;¡l' :-íell1pre \ítíllllentc
ocnpado", tanto JIOlll.
]JfCS ('0111:) mujeres
y t!il\t1~, prO~~\\c'.-'an efClJtos illlpor!alltí~ill1os
}lllm el ¡JÍ"'ue-<élu· .Ir to"',<'; bs cl:1se¡;.\' para el pro:;rt;-O ri.) b rir
/.:Ipult:.-"
lllitOE,
C"1'flr
qllt~7.fl
gf?nera!.
:;101(1, pcul1ria
Eral! Wrí,,\m;1S
h;; l'an\ilias
'Ille reduci,las
{¡ In
\'ivíau dl.: iD. cari •.bd ;Jt'tlJlicu. El }¡(~mùrc riro quo
;j
18
BIOGRAFÍA
cualquier accidente 'Perdía Su fortuna, no se creía degtadll~
do tomando la harreta ó el hacha para procurar la subsistencia
de ~u familia trabajando en las minaB 6 cn lOBcampos;. y lag
señoras, sin rehajar un punto en SUfi pretensiones de hidalguía,
se ocupaban 8olícit~s en 108 más humildelil quehaceres domJsti.
cos: nadie se avergonzaba
del tmbajo. Las viejas y ruinosas:
preocupaciones españolas, t}lle hacían del !1¡Ja~go poure nn lllen~
digo 6Ull bandido, no habían podiùo subsistir en ellai'!. La cons.
tante laboriosidad de aqnellos mOlltañeses no era tanto efecto
de codicia C01l10 del sentimieuto profuudo del deber. No vivian
ellos, eorno tal vez suceJe hoy, :\tormentados
por un afán in.
quieto de enriqnecer, afán dominador é intolerante
que no da
tregua ni descaso al ¡¡rÚmo,que excluye todo otro pensamiento,
y que, si hace crecer la riqueza, hace descuida.r otras aten~io_
Iles no mellas importantes.
Para aquellos sinceros cristianos 11\
ociosidad, la pereza era tJD vicio capital, fuente segl1rr\ de co.
rrupeión y cie mnldaci; el trabajo, lin pre,:ept(\ divino al ('Ilul
eoufiara la Divillifln.d la tll0ralidaJ y el h~cnestar de las fami_
lias y de loi' }JUC Lias.
Nue;.;tros sencillos y laboriosos ahuelos, privados de tanto9
elementos y facilidades de goce, que en el presente i'iglo nos
han.rrocllrado
la industria europea y el crecimiento de, nuest.ra
Úqucr.a, ieran más ùesgraciados quc nosotros? No III creo. No
son 11\ riqueza, ni la ciencia, ni el bullicio y los espectáculos de
la pohlación actllnulada, ni la ngitación política, ni las pueriles
véleidades del lujo y de la moda lo que produco la dicha de un
puehlo ó de un individuo; son la paz del alma, la confianza Cll
la segnriclacl, la satisfacci()o de la propia situación, la esperan.
za eu la futuro y la ausencia de todo la que inquieta y alarma.
En aquellos tranquilos tiempos de vivir ordenarlo, todo ;¡e
hacía con espout(lnea regularidad. Levantáhanse todos los miem.
bras de la familia al rayar el alba ó nn poco antes, tomaba ca_
Q!), uno lion jícara de chocolate y se entregaban
todos á 8\.18 respedivas ocupaciones; almorzaban á las ocho, á las once repe.
tían el chocolate Ú tomaban mazamorra con leche ó con panela; comían frísol es con t.ocino tí la. una de la tarde; cesaba el
trabajo á lus seis, se rezaLa el rosario á ella bom y 8e repetía Ii
las tres de la mañana;
cenaban á las siete y se acostaban á las
ocho. El pan de maíz, que cada familia preparaba, CCllnO hoy se
practica todavía, era el artícnlo priucipa.l co toùas las comidas.
El domingo era realmente uu día. de ilescll.nso para todos, día COD.
sagrado á tribu tar culto á Dios y á cultivar las relaciones sociale¡;.
Volvamos {¡ la familia de D. Vicente Je H.estrepo ..
pOT'
DEL DR.
Josí,
FÉLIX
19
DE HESTREPO
IV
A melliallos
dl~l ~i~lo XYlr \·ino CI Antioqllía,
l'rocelleute
de Anstrias, el nlf~,ez A¡,ONS(' LÓPEZ Dg HES.
cstahlecití en la rica veg~ de ··LrI. Sabaneta".
Todavín. sc ve Hilí una. casa llutigUIl, ancha y baja, asal:\ lnal.
traladH, que 'ie La llamado la casa dd C'nral pOTyuù perten'~cía.
al prillci[Jio
de este siglo al Dr. D. CristlÍlud de Restrepo,
el
de
las 1ll0lltnilas
'I'JO;PO, qnien se
mayor
Je los hijos
Je D. Vicente,
y primer
Cura
cie Envigado:
ésta fuc la !J1)"esilÍn solariega
de :os H.estrepos. La casa fue edi.
ficada probahlemente
por el moutafiés
D. Alonso, quien trf.jo
al K llevo Reiuo de Gmnalla
el apellillo
de Rc.,trepo, que hoy
llevan en Cdombin.
v l'uera de ellu. millare!' de nlS ùescüudielites, sill contar los qll'~ dcscPl1ùiet;'¡o
rol' mujEres no llevan el
apellido.
Crecido es el número de los nietos de !\ljuel patrian.:a
que linn tigurndo y figuran ventajosamente
en la lleplíblica.
Ell la parte HlIr de la misma. veg¡. sc hahí:. establecidc 31.
gnIJos aÎÍos autes el cupitán
JUAN VÉLEZ UB R1VEIW,
lllonta_
ñ~~ trl.mhi~n: éste fue el primero qne en el v:dle dc Medellíu
llil\o una pl!\l1tacilÍu ill1!1ortante
de cuña de a7.lícar y llJoutó Ull
tmpiche. :Su descendencia 110 es mellaS nllllll)fOfoa ni mrnos ilU_
portf\l1te que la. de D, Alou,~o r..,ípez de Re~trepo;
pero como
l'US hijos varones
fueron pocos y muchas sus hijas, el mayor mí.
mero de sus tle~cclJtlieIJtes
no lleva su apellido.
La llwyoría do
las fatllilias notables del EstaJo
tos dos patriarcas, y lUuehísimns
c1,~sciende de Ulla
de entramlJOs.
Ú
otro ùe es-
LÓpet: do Restrepo
(,S el tatarabuelo
y J·uan Vélez
el Cllarto nhuelo del Dr. D. JosÍ~ F':;r-l:'\,
1>. Vicente de ltestrepo fue ca~ado dos veces: en primera!>
nnpcias COll D: C'at:diua Vélez, y ell segnndas
COll
Rita de
la Vr:lIlda.
De! primer 1Il0trimouio
quedaron
cuatro hijos "aralles y dos llijas, y del segundo cinco hijos.
Los hijos \!\roncs
ùel primer matrimonio
fueron CrisllÍbal,
Alonso
de Ri,'cro
D:
Fr:weisco ;/avier, Carlos y José Félix. El Pbro. Dr. D. N. \' (:.
lez, hermano de D: Cataliua, les emeiiil las primer:lf; letras,
cn sn l¡¡dJitnciún de"La
Su.bn.net.n.". A medida
que estos nít1()s
crùcbn
fllc,ron l'ucesivamentc
enviados al colegio dc San lhr.
1olomé on ~!l.ulafé. D. Jos~;F(:L1X, que cm el meuor, fue condlle:ido el líll.ilUO, el :lÍIO de 1772, Call cuatro nit1as mús, que fueron tle"pllé8 los Dres. l'ino, Marcelo .Tavier de Isaza, .Jo.sé Joaqnín ~' Jo;.é Autonio C()me;>; Lr,udnÎÍo (este último file el primor
l're~J :.dlÚ Je] E :.,10 '~e AJ.~jG'juia cn l"lJ "); (;ou,l(.jolos D.
• 11ij'.' l,le: di~till¡;lIido
Uelll'¡'[t!
,Tuun r>1u.r;¡t
(¡e'lllez.
20
BIOGRAFÍA.
Javier de Restrepo quo bl1.bía vuelto á la Provincia á visitar IÍ
n.'! p.Hlres. Uristóf)al, Javier y Carlos prefirieron el estudio 'd&
Ins ciencias eclesiást,icllH y obtuvieron en ellas el grado de doctor en Ill. UDiversidad tomística;
el primero y el tercero reci.
bieron las órdenes sagradas y fueron sacerdotes notables, justamente respetados;
D. Javier se cas,í Cúll D~l,Jo,efa I~azllo y de
él existe hoy numerosa descendencia ti la cual pertenece el ac.
tuaI Presidente del Estado.
D. JoS}: F(:LIX se consl\gró al estudio de la jurisprudencia,
recibió en elb el gmdo de dootor, y ne la Audiencia el título
de abogado. Cuatro doctores en uua familia Hr:\ en tOllC~S caso
iunudito Cll Alltioquia, que 1I!\tllf\ba la atención;
de aquí vino
el llamar Let Doclu¡'a ú ln. qll~brada quo corre cerca ùe la nnti.
gua casa solariega dl;: los Restrepos, nombro que !le conserva
toda via.
\..V
El talento y la aplicaci'-'n (Iel jO\'cn D. ;rI)S¡:; :F'¡::L1 x l¡icJeron de SI tlB cursante muy distillguitlo desde el principio dG.SU8
estudios. La enseíIanza CD. la ca.pital del Virreinato est,a.lm entonces muy atrasada y en notable .decadencia;
pero el joven,
aIi1rióso de saber, buscó fuera de las aulas la instrucción que
en l;:I!¡\S no se daba, Il se dabo. muy imperfectamente;
cni\Ihlo
llegó el tiempo ùe ser examinaùo pam entrar en la. clase de fi.
losofía, lIatnl) la atcnciún Cailla humanista adelantado.
Hnsta.
en los ,íltill1oS años d~ su vida hizo de la Icctura de los clásicos
latinos su mÚs ",T:lta rec\'eación;
Virgilio, sobre todo, lo era tau
:fulJliliur I!Ue, no obstante el cuidado que ponía eu que sn con.\'orsaciún fuera llana y jovio.l, los bellos versos de aquel poeta
Re le venía n {¡ la boca Oil toda ocasión, cou delicada oportuni.
dad, y como {¡ pesar suyo.
_
:El :.Lo 0:1 q ne naei6 D. JO;;I~ FÚrx llegó :+1 N llevo Uoil1.{)
de Granada el ,_,éJehre médico, f(,;ieo, astr6nomo y botánieo .ot~
D. J osÉ CEL¡';~-fJ!\O :M['Tl3, joven todavía; y en en cabeza y -e_1Í
Sll~ Ebro.; elll J'HrOll CIl el país las semillas de las cienci:tlf pos¡û~
vas, que se difundían entonces (Jon rapidez en ElIr,-'pa. Yino
este sabio como mé\.:ico Jel Vil'rc.y D. Pedro !\fetiSÎa do la.Oerda, y arreuatado dc cntnsiasmo á la vist:~ do la .exnborante vegetaeÎón jutCl·tropical, se entrcgó á 5\1 ostutlio con unA consl1gta(;ión ausoluta, de mancra quo durante mnchos años 110 pcnsIYen
otra cola; poro la ciencia, Ci; contagiosa. l,Ho presencia de aqOOl'-~abio 4xcitó en algnnos jóvenes talentosos, como Valclllmcla,
21
C:U;l:lC·JW .r POl[) ho, d ( ,~sco d(~ :11'l'l'll']Pl' jo '¡i1(' l'l1 d
,,
f'.!w ¡') • ,(l~!,;
f • I"'¡;[,IX,
pai,; Il') ;:t' rn~l'il:.l):l;
lIllO du c",)~; J')','('IIl'''
'Illiell al m¡~lIlo til'lIqh) 'l11C ~L';~l!i:l 100 ('lin'(I~ (IL lii,;;:ufia I,,'ripa .
L07.:l1W.
.,
tl·tl(~a
y (l"p
'j'l:'fll'la
Jln'i:~pl'l11
t.:ll
l'
I (.t) ¡t'~iV.
l"
I t'.
~:tn
.I'J:ll
ti'ti
orIlI',
IHlS-
calm "l,Jít:Îtu !ill)'os du (,iCIH:iH, (';ltOIII:l,' ",.ri~i HVS, y W l~iltre'
saha eil11 aLín al (':;l¡11'!in dll l;l.~ Illatell1,íti¡;;IS, de I:t fi~il:a. de la
<r('o<rrolfí~l. d,,!., ]¡i,cturÎ:l, del d,'l'l (,II!llllil¡!ieo, (le la 1ilu,'otía cartesi;;1l1 y ~lch ¡¡tel',ltl1:':\ fI',dll'C,-;¡ ,Id "i;..(lo de I.uis XI\'._
LL jJlt,'[i~t::!{':a, l:L e,\.tell~a .Y vuri .•d:! ill~tl11,'('i()1l <¡no 01 joVCIl h;,;,-:;'~:I
lt:cl:ía 1~IO:>tl'ado I'll JOilllC!'th l<1ihlieos (lOll Cjlle COronar", Slh I',J ll,liu~ 'ltIi\¡~rEit:lllU;,. IL::'T;:u;e al'OIl !J,Il,\" tCllll'l'<ll\O
lIlla 1'l¡111t:¡;,¡,'ljl l¡~":l.il;l!l, AJ;!'Il11IJSslljd(l" 1'('';jJdal)h~,; de l)"payrin, 'j''': 8" ¡laII:thall ',11 Sant::]',', ('II:lndo l{EHTl:EI'O concluía allí
su" c';cudio;" y <j'le teuiall ci ell(;al'!;\'~ JIl '~f)Il:~:l.ta\' nn 8nj,eto ,do
cû;;tul::1IJ"',; \'¡iI'::,;, ll':lIer:l., cnlta,; e lll~trUe¡;¡o¡; cn 1m; C1ünClas
}lo"iti";¡:, (¡¡;e l'njpl'~ai)aIl
ClltOll('l"i ri intcl'c~nr oÍ algnllos llllH.'I'ie:lI")6 Jiot;l'l~lIi<1<1:> y Cjlle Iv.,; ViCj:J3 dodo\'('s
mololld¡'()f''y
b IHl'
l'O:'l':H,:t :':'I,:"",,,'a ;l,i,':¡h:l1: COll lt'JIT(lr, parll 'lUC fucra ri e!Wal'·
~;ar"(: '~": LL VII:'l¡'¡:llI'/'1 CIl la (:J.¡~e Cjt.e He ll;lI)'aha dt~ filosofia,
Cil el :;"II:I,:ll'i<l
di: 1 'o ¡Jay:íIl ; nlJIll'llos Buido,; hallaron
ell el
,¡olcn .!J. j (lo'';; [<":;1./\ todo lo (llH lllwtel:í:ln, ,~ hicicron cnantos
(;~;i¡Cl'i.ll" 1l\ldi'~I'(l11 pal'lL (:olll]1r{)! ld(~rlo, lo <IlK al fin lograron:
CIl (I"I~(:e!l('ll(,iH. el ~3r. J~l',,'l'~I'>") ;je tw,;lad(í ¡Í U(ttwlla ciuda<.l y
se 1:011':1'2;1'<)
','n clh ~ In. e!l:5eïi:lma.
1.u ~j!l(' e¡] :ltjlld t¡t~lllp" ~e lIamaha
"un cnt'i'O elc filosofia"
que tÍ ¡r:ll,:1 tI'C:; aïl;);;, sc I'C'I1tH'llt :d l'~tudio do la dillléeti(:a,
de
la IlIL'hiï~i(;.~ Y de la :"t:',a nl'istot."'¡I::!~, (PIC se liada Cil latín PVl'
d Ifll'I<lc!" I'Ll'illltÚieo.
Las 1::atl')I¡;ífi¡Ia", la,; ('iclwias físieil;; y
llil1'll1';;]¡'E, J:¡ ,~L',;~l';¡fí:l, la hi~tDl'ia, la lií<:l'nt:ll'a !la cran materia d(~ cnS('Ùall>:a L!lledl L!1l1'~()lli '~II nill"'ILlIll(I'O.
Nada cl'a más
(·()t:llílf ('ntll)I(;('''; (lile \"l'l' IIll hat!¡iI1cr ~Il filu;;lJfÍa, m'eutiljado
dialél:! ¡el), 1;110 nu ~:ILía h:wer IIlla HIIIlJa de mLlllL'I'OS cutCI'OS.
El ]lrÍlllcr (llll ~'..•du JilosofÍ:t d,Hlo en 01 ]S' lIO\'O Reino de
0I'an:1I1n, CIl 01 (',~;d ~(~I':Wl del viejo sistcma
peripatétieo
á la
Cn:5l'i'llIIl;~a de 1:13<.:¡,~;lt~i;¡s po;;itiv,l';
pOl' Jos métodus IlWÙerIlOB,
filO !;l't;lll'aULUlIte el pl'itl!C'l'o (1110 dio en Pop:iy;ín
el Dr. HES-
l";
TltI-:l'<l.
Esto Ile) hal,rÙL 1)Ll¡Jiùo h,wo:'sc ell otra cintlatl dcl Vineina Í<l, J 'd,'roHf) los doL:!ol'cs ari"totéli(:os
no lo Illlbrian comcntido;
lH:l'o Pl! l'<lp:,y:in.J¡,¡]'Í:L cierto
mLlilOI'O de ~;lljl>t,)S ricos y rospota],l",,;, 'J'le )lcnthall
b YvY.()ll b 3u('i(~dad, lu" enal('s so haltíar~
}ll'o<luwlv al~U110E liùros y la ini¡:iacióll en las c..;iellcias, (ille de-
22
mOGRAFiA
snahan ver difUllrlidns en el país: con sn apoyo fuc como el SI',
HEliTIUœOpudo ahalldollltl' ri viejo sistoma y e11scñar lo qne oon
tanto :luhelo haoia proellwdlJ aprender,
..
Tuda propagador de Ullll.ùoctrina, quc aparecc como cosa
nncva en uu paí", se haee apó:itol celbsu de ella llevando á voeos su ardo!' ha:ita el fan:lti:ilIlo . .Esta circunstancia debió infiní!"
Cll la e!ccdÓn del método do cnseñanz!lo que el SI'. Ih:sTIŒPo
aduptó. Ese método, (¡nc nadie antes de él Pl'flcticlll'a en el paí;;,
con8istc en <plOel profesor Sf:: t01l1e el mayor tt·al.mjo posible
para i,i(~lllcal' en el ánimo do los estudiantes la doctrina que en·
seÎla. Y ti ~<\pOI' cI tC:itimonio de sns discípulos~ que un cursante de mediana inteligencia
podía quedar Buficientelr.ente i11Sb'nido en las materias que este eeloso propagadol' dictaba, Bin
necesidad de téxto ó libm de estudio, porque las demostraciones y explicaciones reiteradas del p¡'ofesor, hechas con la ma·
YOI' claridad y con cierto aI'dor .r dulzura insinuantes, yel examen dial'Îo do la leccióll preeed('nte,
ha¡;,tahall para gmbal' en
el ánimo cuanto cnseÎlalm. Cnanda no había textos l':ll'a la cn·
¡;eÙanza <Í CI"l.H esrasísimoB, sólo este méto,io podía sel' eficaz,
El Sr. R¡';I:lTIŒPOtrataba en la claile á todo:> SUB discipulos
(lOn afectuosa y delicada cortesia, como si fueran homhres yá
formados y cultos, y de est3 manera los inducía á portarse como tales, sin que ellos cayeran en la cuenta, No se oyervn nunca en sn chsc regaflos <5rccom'cndoncs
acres ni se vieron castigos dn!'os de otro género. Cuando alglín cur"ante cometia nna
falta, y esto debía de ¡ocr rarísimo, demoEtraba con dignidad y
dulzura los ineon vcnicn tes de tal proceder, Sill lastimar el orgullo del delincuente,
A los estudiantes quo ~or falta de inteligencia no acertaban á rcsponder bien en el examen diario, los
repetía con la lllHj'or elaridad las explicaciones del punto en
cuestión, ¡oill mostrarse nUllca molesto y sin ofendcr el amor
propio del l'udo CUI':iante.•
Sazonaba SIlSleœioues refiriendo con oportunidad y gracill.
pasaj(·g histÔricos y anécdotas omiosas, que le daban ocasión
liara irwulcar las lClCjores doctrinas morales. El S.'. B.EsrREPo,
en su cátedra parecía profundamento
penctrado del principio
fundamental
del alte do ensoñar, quo atribuye III aprovechamiento ,r prog¡'OSO de }08 estudiantes al háhito de fijar la aten.
ción y j·'lCC lI;tCOI' este hábito de lo agradll.ble de la loeción.
Cuandn ést:- cs ¡!l'ata, la atenci<h del nÍîh> Ó ilnl jo\'en 6e fija y
se detiene en .cHa sin esfuerzo. rOl' d t:Olltl':Fi . ), Clllll:'10 la as·
pOl'ezf\. de lu.s maneras ó de la ,"oz del maestro, bn caráctcr dn-
nEL DR, Josf: Fü'IX
DE UESTREPO
l'f) ci il':H'¡mcl0, Ó el 1"Ht:llllif'tlto
(lcsl"'('(,jaliyo
(l nll~:ll' de qllC
llS:I, le hacell desHf:!:rndaLlc, ¡OH diH·i]l\dlJS \'CII Cllll i"('pll!2,ïl:IJwia
ul proceptor
y SIIS lcccione~,
.v pUl' 1111illslinlo indoJll:¡\'¡c ]'1'<).
clIran aparta!' de ellos 81l ateneilíll.
El aSJwdo sielllpl'c pl:il'ido,
la mirada dul('() y eOlllllllieatiy:l., ~l 10110 af('('t¡I~)W l~j~l~i;11l;1I1t~
de la ';oz, las JIlUJll'rH8 cuIta;:; y dlg"II:\S y Cil e1ecll' 8L:]J(,¡Jlo y d~·
yaùo de JlIH:stro profCiSOI', cauti\'aball
irrl'iSisti1.1cnJL:llle la alclIcilÍn de euant()~ le oiall.
Tudo esto l)[Icía flue lns hon;s de clnses fllerrlo cldjrio~as y
apetecidas,
que el profesor fuera corcliallllcnte
qucrido'y
'Ci"pe.
tado,:r que la aplicncilíll
Je lo~; (·stlldiaJltc-: fllPra ~'P()')ttllll':L r.
geueml,
¡lin nece~idarl
de cxi.'iirln,
.La nlcuor falta de res~[~to
lwciil un profesor t.an atento,
11'111 Leut;volo
y quo tomaba ¡lU
iuteré" tall vivo por todos SIIS disl:Íplllc~, l,nLrh l'xt:itaJo
la illdigoac:ión
m:í!; violcntn. en t.OdllS ellos, y lJt1i¡o;:i el enstigo papillar del delincuente;
pero juzgo que esa falta 110oc:urrió jam:ls.
Cos~ 1:1',,:1. sería form::¡r la lista d[~ lu!; t:i~cíplllos de illies.
tro hoor:ldo filtí~ulu que han figlHado dignamente
en la r~eplÍ.
l,lien, l'ara jm:gar ri.,1 lJlérito de S,ícrllte<, COIllO l1lae,tro ,le fi.
losofía, !i:l d:c:ho !!n lit.crnto, C]ue hastaba
nomhrar
UllO ~olo do
su;; disdnulo~:
ci divino Plalón;
nosotrus
ciu:.relllo!; UIlO solo
de los d(,cípn]os d[~1 Sr. R¡':~THEl'O, el virtllosÇl y subia ()(tlda,~.
¡';m el :-;1'. [{ESTlU;l'O patriota sincero, nLnegudo y ardiente;
su estudio favorit.o de la hist.oria y de la literatura
clÚsica, grie.
ga y btinn., le había inspirado
ua elevado
conrcpto
cie la fol'.
Ina republicuna;
creía ingcnwlll.l!nle
r¡ue la América,
hajo es.
te !;ist<!lIla ¡J,! gollierno, sería ri la vuelta de algunos aíios el em.
porio de l[,\s letrn~, lie Ins cieu(.'ia-; y de 1:1s art.es, y siu pClls,lrlo
trasmitía.
Íl sus discípulos
su candorosa
y elltmÍasta
pcrsll:lsitíll.
]~os republicanos
franceses,
C)'le tau mal parflda. dejaron
la re.
pública en el siglo pl'lsado, no eran para él repuhlicanos
sino
"fanfiticos
fllriosos ", 'lile no h'lbían comprendido
que [njn.'it.
cia, 19 se[]1l1'idad, la ¡¡.{¡c1'ú.ul pum, todos son el jnndrl'f/wlI lo ?J
fl Jin eSe¡¡ctfi[ de la 1'c¡níblica. Coma cri~tiano sincero atriuu ía
las atroces violencias
y barbnridades
de aquellos
republíc:alJos
ú su impicdad,
Pam (~l, el Patriotismo
era Un!\ emaoaci<Ín
Drt.
tural de la H,eligi<ÍD, un ramo de la Caridad;
y COll frec:uencia
repetía
el pcn~amiento
suùlime
de un antiguo;
Dea et lJutrice
nulnr',¿
?W8 [/cl!11,it,
Cuando
la guerra expulsó de PopaYtln ú nuestro profesor,
eoUlo la veremos ln(~go, tmsladado
ú Medellín
abrió ('u esta ciu~
tlae! un CllrHO de fllosofía,
el prirf;cl'o quo se vio el! e~ta región.
1)c oso cms!) salicrol! muchos hombres iluiStrados y dignos que;
24.
lltOGltAFiA
honraron este país y contribuyeron
á IiU iudepen<1euclu yade.
lanto, tale!'>COUlaAlejrmd1'o Vélez, .J'uan Mû,t'ir}, y OtÍ.st01' G,)me~
PctstO'l', Maullel AutOllio, Fraucisco, José Antonio, Miguel y
:E\ilix Antonio Jar:¡lllillo~, Vicente Uribe Mondrag{ÍlI, Ped1'O
-!!1'i{¡f, Hestrf'P:" II;flncn<lgil,lo
Y,Vent~f!\ C()rre1\~, }t~/'ancí8co
de Panla Jjnutl~z, t,elpdonlO BeLlltel'l y otros.
L~~
inva~ión del ejército pacificador <¡Ile m;\lI(laha el gIme.
raI Morilla puso punto á la emeñanzn, y durante la desaHtrosa
ùominación de 8:ímano no pudieron los vatriotas intentar el re~·
tablecimiento
de la i nstrllcción. Cuando los glorioso~ triu II l'os
de los l'epúhlicrwos permitieron penS,H de lluevo en ella, 1\amado el Sr. RES'l'ltEPO al Congreso cOllstituyente de Cúcuta lia
pudo volver Ii i'U mi"ifín favorita. COllcluído f\<llld Congreso '!
establecido en R¡gotá nuestro abnega(lo profesor, Cailla Magi8_
trado de la Alta Corte de Justicia de Colombia, vurios sujetos
notables de la capital, y principalmcnte
el ilustrado y patriota
Rectal' de S'ln R:rtulolué, D. José jlaría E.;tévQiI, de;;pu,:s Ohis.
po de Santa-\lartn,
Hl iuteresaron
ardielHcll1ente para 'lue d;l>
se un curso de filosofía en aquel colegio. ].io oustante el grail
trabajo quc pesaLa ~()]¡re la alta magistratura
<¡ue Jesclllpeiíaba, su ùeseo siempre vivo Je propagar la ciencia. lo hizo ceJer
á laB insta ncias ..
El aouucil) de un cnrso de filosofía c1ictarlo por tal profesor
ntrt\jo un Dlílllcro de cursante.; tan crecido como IIUllCD. se tlaMa visto. Abriose este curso á principios de 182:~l,con gran porn.
pa, y rie él salieron mncho!') ciudadanos
instrnído:" que ban fi.
gurado en los primeros puestos do la Replíu!ica, y de la:; {;u:des
existeD yá muy pocos. COll este curso terminó la carrera Ile pro.
fesor del Sr. R¡;;STRJ:<:PO. Aunquc él IlO tuviera otro título (¡ la
gmtitlld y al respeto ùe sus conciudadanos, ésto bastaría l'am
que se le conta.se entre los mtís l'ctlem(~ritos civilizadores dd país.
La carrera de profesor no ha sido nunca en nuestra tierr:1,
y mucho meDOS cn a'luollos tiempos, una ospecu!a.ción lucrativa.
Consagrarse cou af:m al estuùio de las cienciu~, 'lue nudie en.
F.cñaba, con la. patriótica
mira do difundirlas y Icvant.,-\r á su
patria de la ignorancia en qllO yacía; rCnU!lé'l:H á los halagos
de otras profesiones !llenos duras é ingratas eon que le brindrl.
han su tnlcDto, sus estudios, los recursos pecuniarios ùe Rn familia, y su reputución de prohidad é inteligell~ia, para hl\cerse
el instructor desintere~ado de las generaciones <¡uo dehían ini.
ciar la gramlcza y prosperidad <leI pais en ql10 la. Provideuci~ lo
llabía hocho nacer, es UII noble y grande sacrificio, digno de la
gratitud ùe sus cOlleiuùaùauos.
m:L DR. JOSi; FÜIX DE IlESTRE1'O
Hemos hosqueja(lo sucintamente
In. carrera
'I:ea.mos abora el hombre privado y el fillJsofo.•
del profesor;
V}.
Era el ~r, RJ,;Sl'RBPO naturalmente
tolerante y benévolo)
cOffl?lÍn sill hiel; cat.Ólico sinceramente cOllvenGido, tenía lo. jlls.
ticia ~, la caridad eOlIlo los dos puutos cardinales s"he los CliO.·
les deucu gravitar y girar la fumilia y la socicdnd política. D~
estos ,los pri nei fJio~deducía toda la teoría de la moral pública y
privada, Para él toda doctrina srdal I}\lC busque en otra parte
l'US principios, se extravía
irremedlaulcmcnte.
Los sistemas filo.
~Micos de la Grecia, ndopt:lllos en Roma y !leyado.s con sI! do.
minación á las regiones elltonces conocidas del antiguo mundo,
no fueron, en su concepto, sino metéoros brillantes,
pero efí.
meros que divertían los ocios de los ricos y de los desocupados,
sin que hayan l!égado á ser eUllingún punto Jel globo la nor.
ma de la vida pública 'J privaJa de I¡U pucblo, Sn reaparición
en la literatura y en la políticn podrá agitar la porci(ín lctrada
de la sociedad, y producir cOllvul~ioncs sociales; pero su exis_
tencia será· siempre meteÍ>rica, pUHajera, fugaz, p(lr cuanto esos
sistemas no se fuodan exclusivamente
cu la .Ju.!Jticia, que es b
condicilín e~encial de toda Soci(,JaJ, y en la Caridad, que es su
complemento.
~Iirando la justicia como el resumen de la ley moral dada.
por Dios al hombre p~ra hacerla uu sér social y civilizable, tenía
por ella nuestro filÓsofo, no diré respeto, veneración profunda,
oino \lllll. especie de cordial idolatl'b;
ante h justicia todo de.
be ced,]r, todo dche callar. El día en que la. justicia reine sobe.
rUllurnente Cil el hogar doméstico, en el gobierno de los pueblos
y en sus relar:iolIes iuternlLcÍonales, ese Jía empezará la edad
de oro señah<la por los poetas. N Ilestro pensador esperaba que
ese día vent;lroso 1m de !legar para la hutnauidad por obra ùe
13 civilizaci/)Il cristiana, nó en su perfec<.:iúu absoluta, incompatil,I,] COll la naturulc~a IlHlllana, pero sí en un grado lfliÍS ú me.
nos elel'ado; y lo parl:cÍa. verlo auunciado en las palauras del
CrisTO: "Vf'¡U!(T, rí. ïll.;'<' rd in ?'cino; /'Îenu1Jcntu?'ndos los q¡W han
llf1,l'rlM'! y S(,¡¿ tÜ,. jH ,¡fi¡;iŒ, l)ury/w
dlus se1'tÍn hurtos."
S~;ún S'l do(~1rilla, h ju~ticia es el orden: fuera <le ella
todo t;S <':OlJfll~iíny priucipio de dücadeucia y ùe fniul\, La mo.
raI y la pol¡t¡(;u ue los lP.~ultn.dos iuU\cdil\tos sail la teoría. erróllf~a .Ydcsastn ..,;a Jo Jas pasiollü!) cl-Jgas .Yde la j,~ llorancia mioJ
25
BlOGRAll'fA
pe. La historia de las vicisitudes de las naciones no es mág q~
lLl historia de Ill. inj.lst,icia y de sus efe\Jtos naturales.
'S'icn{io l'a justicia el pri ncipio de criterio de este pensador
de' sangre fría, J~ plácida firmeza y de mirada extensa y des4
apasionada, mnla era¡ más com-nn que ha.lla,lo e1l desaclicrdo
eOa 18'~opiniones oominantes y exaltaùas;; pero sn crítica siem~
pre m~ta
y benévol~ no era nanca dcsapradada ú ofensiva.;
otorgando siempre Ins circunstancias atenuantes, juzgaba l'oS'
errores como flaquezas disculpables de' la débil razón humana:.
Las prácticas sociates de todo género, en que la vanidad
disfrazada, ya coo el manto de la devoción, fa correl de' la cul.
tUrl) Ó el progreso, sacrifica log derechos de ta prmlencia y las:
justas ezigencias de la caridad, eran el Manco de sus joviale¡¡
y delicadas sátiras, que nunca dese-cnttino á la mordacidad.
Habituado desùe la infancia Il la regrrlaridad en sus accio.•
nes, ducño siempre' de sí mismo y teniendo en todos tos actos"
de la vida por norma la razón, 110 se le vio nnnca nn exceso err
ta bebida, cn la comida, en e-ltrabajo, en las recreaciones ni en
ninguna de lag satisfacciones de las necesidaùes y exigencias
naturales 6 sociales. Enemigo dei lojo y de la ostentación, y
e¡timando en to que valen todas las puerilidades de la vanidad
que SOil ef tormento y la ruina d·e nuestra especie' civiliza-da,
no se inquieta~a nunca por tales pequefieces, sin descuidar por
esto lo que exigellla decencia y el aseo, en que era esmerado.
El hábito ùe domioar las pasioncs y todo impulso desorde.
narlo-, y seguramente también una disposición feliz de RU cons.
tituci6n origicáriU', le babiaa procurado un estado hlllbitual de
buen humor siempre igual,. tranq\lHO' y comnnicativo, qU'ehaeía
muy grata SN compañía y mantenl,. m paz y la alegría en S\1 fa.
milia. Afectuoso y COIlstante en &u ami<ltad y en todas sus reo.
laciones, dispuellto siempre á disr.ulpar y tolerar las faltas aj~.
nas, é incapaz de ofender ni de morti6ea~ á nadie, ~o hay me.
moria de que hubiem tenido tlB enemigo personal. SUB amigos,
BUS parientes y sus discíp1l1osle tributaron siempre una estimación profunda y el afecto más tierno: cuantas personas le C08acieron conserva n por él cariñoso respeto.
Era este filósofo cristiano muy p\!lIltual en el enmp1imien~
t·o (le ~t'l·s deberes religiosos, sin la menor gazmoñería ¡conocía
muy bien los Iiuros sagrados y había eshldiado· los Doctores y
Padres de la Iglesia. Hallaba en las doctrinas cristianas la 80.lución de todag las cuestiones socinles que han emharazaùo y clivi.
Jido á lo!!111Ósofos
Ypolíticos de todos los siglos. .Mostraba ~urnB
up\1.guaudi4 por la::;¡;utile::;coutroven.:iÏasreligiosas sobre pllutos
7
DEi. DIt. JOS';;Fhu
Dl': Il.EST'RF.PO
27
rnêtafí~icos quo e!'ltiÍn fnot'a del alcance de la razón humana, las
cuales traen la 'división de los creyen tes; J la mostraba al~n
mayor por el rigorismo ascético, c~t!\ afuctación de opiuiones
extremasen
materia de dogma ó de moral, que espanta á los
flébil(ls y precipita á las personas piadosas eD el abatimiento y
la. desesperación.
Le mortificaha el pnco œlo que cI clero seClllar y regnlar ponía en la instnlCci<JI} rdigiosa y lIloral ne tallas
las clases sociales y principalmente
de la iufaucil\; así como la
tendencia ú preferir prácticas minuciosas de elevoción al ejercicio
de la caridad, que las inuumeraUes
miserias humaua:;, morales
y fí~ca~, reclamllD sill cesar en t.odas partes. A:;i"tíl~ COll PUDtualidad y recogimiento á las ¡;olemnidlldes del culto, y todas
las noches rezaùa con Sll familia d H.osario, postraùo de rodil\:is.
Ko 10 inquietó nuucs el afán felJrillle la riqucza, quo 1U0nopoliza el plmsamiellto humano, ni la ciega pasión do figurar
y de lIama.r la atención p':íblica; todo en ~l era ~cncillo, modesto y naturaL Creyente sincero en la accióu dd la l)rovidencia
Divina, y por lo mismo apercibitlo siempre COlitra las emergencias desastrosas de la política, contr:.\. los ,!.{ol
pes de la fortuna,
y contra las desgarra.Joras desgracias Je familia, soportaha COll
resignación cristiana las pérdida", las penas y amarguras. Su
serenidad habitual no Re altemlm por las pequeiías contrllrieda.
de~ domésticas, que Cou frecuencia desazouan y mortifican aun
á las personas dotadas de magnanimidad.
Nuestro bondadoso moralist.a juzgaba ú los hombres menos
dcsra:r.onables y perversos de lo que realmente sou; y cuando
condenaba
vigorosamente
los E'xcesos y extravagancias
de la
ambición, de la coJicia, del orgullo y Je todos los scntimien tOB
antisociales, se mostraba penetrado de compasión por los bombres poseídos de tales pasioues. Los criminal~s fero~s, los hOUlbres sumiùos en profunda y degradante
corrupción, los dclin.
Cuentes habituales, y t.odas las personas que aparecen entregadas ~'propensiones
constantes de maldad ó de infamia, le ins.
piraban horror, pero horror acompaiiado siempre de lástima ..
El Sr. ]Ü;S'¡'ltl,PO 5e cas6 en Popayán, en la última década.
del siglo pasado, con D: Tomasa Samsti, joven de nna familia
distinguida y adornaJa de virtudes y prenda:, notables, la que'
soùrevivió á su esposo. De este nlll.trimouio quedaron cuatro b,i.
jos: María Josefa, Manuel ,María, ~[ariano y Cristóbal. Del se-.
gunùo y del tercero existe actualmento
honrosa descendoncia.
TJa residencia del Dr. RES'l'REPO fue la ciudad do Popayán,
en donde ejerció la profesiÓn de ahorrado con la honrader. y di.
ligencia m(¡s puras y esmera.das, hll.st~ el año ùe 12 do este siglo.
28
JUOGRAflA
En el pasado había formado una compañía comercial eon el Sr.
D. Miguel María Uribe, su cuñado y amigo, sujeto rico, muy
honrado y respetable (padre del elocuente orador colombiano
D. Miguel Uribe Restrepo),.que
habitaba en EnvigadQo _~~~.
compaûía prosperó, y cuando fue disuelta tenía el Dr. RESTJtE~
PO un cauùal regular, que puso en manos de un rico comerc¡Sn..
te, en cuya quiebra lo perùi6 íntegramente.
'"'tEsto ocurrió por los años de 26 6 27, cuando nuestro filósOÍp, anciano yá, intentaba retirarse de la vida pública, y pasa.r
sus últimos días en donde había gozado do lOllmuy deliciosos de
la infancia. Ha19.g(¡bale dulcemente la idea de volver á Envi.
gado, que llamaba siempre ~ni pueblo, cuyos campos, arroyos y
monto-fias recordaba con tierno entusiasmo. Vivir allí libre de
la asiJua tarea diaria ó de los graves cuidados que habían ocu.
pado todos los díus de su larga y laboriosa carrera;
entregarse
•.á ~u.s recreaciones favoritas, su~ lecturas querida~, la inocente
cazadc conojos y de patos, Bobzarse en aquellos prados, á las
márgenes de esos claros arroyos, debajo de aqnellas arboledas
presente;; siempre cn su imaginaci6n cou los dulces tÍ iuolvida.
bles recucrJos de los primeros años, deùió ser una esperanza
muy grata que vio frustrada.
_
Echemos ahora uno. ojoada sobre el patriota, sobre el homo
bre público.
VII
Antes de 1779, año on quo el Rey de R~paña declaró la
guerra á la Oran Bretaña, y uniendo BUS e¡o;cuadras á la.'l de la
Î!'rancia, prestó eficaz apo.yo á la causa de los norte~americanos,
que intentaban
indcpendlaarse
deau metrópoli. 68 casi Beguro
que ningún hispano.americano
babía pensado on convertir 189
colonias españolas de América en Estados independientes
y re.
publicanos. Aquel hecho y el resultado que él tuvo debieron
hacer germinar en el ¡mimo de los más pensadores é iDflMtídos
el pensamiento de la independencia, como lo previ6el çonde:de
Aranda.
Pero no fue la independencia
de las colonias ingleSas 10
que difundió y enardeció más aquel pensamiento
en nuestro
país, ¡.;ino la revolución francesa de 1789. El calor de aquella
confla.graci6n terrible se sintió en toda. la tierra, y las payasas
que ella lanzó llevaron el fuego á todas partes. No nosbs Con.
servado la Historia la relaci6n de los primeros movimientos,
muy tímidos y sigilosos, de los que concibieron la primera idea
de lil indepcndcnci¡¡,. Los alzamientos del Socorro, Túquerrcs y
DEL 11IC JOS(.;
Ff:LIX
DE RES'rREPO
2D
Guaítarilla, (le los judíos do Nelllocóu, y otros tumultos ocurri.
ùos al fin del siglo pasallo, no tenían nada qli'~ ver con l'a idea
de independencia
ni cou el cam Lio de Gohieruo. De la marcha.
de la uueva. república americaua ua lIegau:\\l uoticias al Virrei.
nato de Sfllltl\fé, y cuma la leugua inglesa era en él casi desconocida, los libros Y periódicos de aquel país 110 venían al
nuéstro.
Suceùía la contrario cou los escritos ardientes que arrojaba.
sobre el mundo la prensa fraucesa, los cuales entrahan por Car.
tageua, junt.amente cou las mercancías de contrabando,
y ciro
culaban ocultamente entre los americanoR ilustnlllos, ansiosos
de conocer el movimiento literario, político y social que ugitalJa
á la Europa, Fue una gran desgracia pnra nuestro país que, eu
vez de las teorías y prácticas de la ùemocracia nortemnericana,
pacífica, piadosa, tolerante, sinceramente
liueral, Iahoriosísima
y re:spetuom de la propiedad, d,~ la ley y de la autoridad, hubieran llem,do la!! cabezaR de una gran parte de los iluRLres
próceres de nuestra independencia,
las ideas francesas de demo.
cracia. y libertad, ideu' (,xaltadf\~, violentas, rcncorosas, pendencieras, quiwériclls é iucorr':':1.tibles con las costumbres Y hábitos
de lo~ habitautes de este país, y con la. marcha ordenada y prudente del Gobierno.
y á en 1794 estas iJeas habían gnnn.do mucho terreno. D.
Antonio Nariño traducía Y hacía imprimir y circular oculta.
meute eutre los iuiciados los De?'echo8 dd IIomb1'e, publicados
en Francia, y el Gobierno del Virreinato,
alarmado, empezaba
las persecuciones.
El antagonismo antiguo eutre espafioles eu.
rope03 y aloericanos, que se dÜ;tinguíall con los apodos (le ch~petones Y criollos, so envenenab:lU y convertían en odio posi.
tivo. Eu Sautafé, Cartagena y Popayán, ciudades que habían
tenido colegios y en doude por la mismo había más ilustración,
empl.'zaron Ú formarse reuniones 6 tertulias c,.:m pretextos liternriOR Ú otro~, eu las cuales se comunicauan
con suma reserva
las noticias é ideas relacionadas
con el peusamiento
de independencia :r libertad, no bien claro y decidido todavía, que empezaba á preocupar los ánimos.
El Dr. Jos:f; FÉLIX DE RESTREPO fue uno de los primeros
que eu Popayán concurrieron á formar es:J.stertulias patrióticas.
La~ aspiraciones de los americanos y 108 pensamientos que los
agitaban entonces debían ser lllUY varios segiín las fuentes eu
que tomaban su origen y seglín el carácter y la posición social
le los que discurrían. Pensaban algunos que un cambio en el
. ' ¡bierno de E~parra que con virtiero. el viejo y caàuco dcspotis.
30
mOGRAl~fA
mo en un régimen con8titucional en el cual los americanos tu.
vieran participación, sería lo bastante y lo mlÍRconvenie-ote;
qnerían otros, monarquías conRtitncioDale!len la Améric,ll.,independientes y aliadas de la Espaîía; la república federal, según
el tipo norteamericano, era, según parece, lo más apetecido.
i Qué buscaba cada uno ell eSORcambios 1 Los que, seducidos por
la novedad y por el estilo, hacían del Contl"C1to SncÚl.l de Juan
Jacobo Rousseau ¡;u evangelio político, se proponían desbaratar
todo lo que existía: Gohierno, Iglesia, AdministracilÍn, Códigos,
Rentas &." y establecer la Boberanía absoluta, ill falihle, irres_
ponsable é inapelable, de la multitud, hacer lo que había hecho
lo. Cenveuci,ín fmucesa. Los que tenían ideas más positivaR,
porque ¡;e ocupaban en empresas industriales, se fijaban más
particularmente enla lihertad más amplia de la industria y del
comercio con todas Ins naciones del mundo. Muchos se figura.han que poniendo en manos de los americanos todos los empleos
públicos y todos los puestos de honor y de influencia, políticos,
judiciwles, eclesiásticos, militares, municipales, esto sería has.
tante para que todo anduviera perfectamente, y no se preocu.
paban mucho de la forma de gobierno. Los m:ís juiciosos, 'lile
tenían algnnas id('as prácticas de gobierno y que no se habían
dejado arrastrar de las doctrinar! anárquicas de los tevollll:iona.
rios fraucese~, aspiraban á tener un régimen político modesto,
en armonía con el atraso .Ypohreza del país, que niera se,r¡nridad y libertad ?'espOnsa7Jle y que permitiera el desarrollo natu.
raI de todos los elementos de riqueza y de poùer.
No so halla en ninguna parte e9Crita la calificaci6n de los
~ombres que promovieron y realizaron la grande obra eje la. in.
dependencia, según BUSideas y tenùencias; pero la tradición y
sus actos públicos nos dejan ver las divergencias notables que
laR dividían. i Quién no ve la divergencia profunda de ideas y
tendencias entre Antonio Nariño y Camilo Torres, entre Juan
del Corral y Gabriel Piñeres, entre el coronel Caldas y el fogo.
110 coronel Gutiérrez? i A cuál de los diferentes grupos de pli.
triotas pertenecía el Sr. RES'l'REIlO1 A juzgar por su carácter,
por sus costumbres y doctrinas, Hldebía opinar, en los"tiempos
de preparaci6n que preceùieron al movimiento, por la forma
republicana más sencilla y más tolerante, más adecuada á man.
tener la paz, á desarrollar la instrucción y á hacer efectiva en
todo LA JUSTICIA.
Cuando invadida traidoramente la Eipafia por los ejércitos
de Napoleón I, cnutivos sus Reyes y empefíada la guerra entre
108pueblos de la Península y los invasores, lleg6 la oportunidad
para las colonias españolas de América de reali".ar los proyec.
tos Ile inùepenllenc:ia quo fcrmentaùnn
en las cnùezas de los
llOlObrcs ilustrados, y cuaudo Ull incidente insignilicàute
dio
ocasión al grande hecho popular del ;¿O de Julio ùe 1810, en
Snutaf,:, lleeho que lleeptaron y c\.ladyuvaron Ins provincias, go.
heruaba en PopayÚn el teniente coronel D. ~Iigllcl Tacón, 1.0111l¡re de talento y háuil en la administración.
Aun<iue enemi~o
decidido del movimiento revoluciDario, 110 iutentó desde lut-go
resistirlo; hnuiendo reciuido invitación de la Junta 8Uprelll:l.
que llauía asumido el Goùicrno de la capital del Virrciuato, pa.
ra que la Provincia enviara sus diputados Ú Santafé, reunió un
Cabildo abierto, el [j de Agosto en Popayán, y les sometil) el
llsunto. Esta junta popular acordó invitar á las demús ciudades
de la Provincia pnra que nombraran
diputados que, reunidos
en Popayán, resolvieran
lo que la l)rovincia deùiera hacer, y
nombró \Inn junta de seguridad que ayudara al Gouernador en
la comen'ación
del orden. El primer aeto público en la heroi.
ea empresa de la independeucia, en el lugar en que ci Sr. RES.
'l'm~l'Oresidía, no dio pues margeu para quo 61 ni ning,ín otro
patriota Liciera algún grande esfuerzo ó arrostrara un gran pe.
]ig~o. lo ,ue él no habría dejado de hacer si hubiera sido nece.
sarlO.
Las ciudades del yalle del Cauca, por desconfianza ó por
antiguas rivalidades, eludieron et pronto envío de diputados, y
formaron una junta patriótica en Cali. Tacón, al Vér la divi.
sión que surgía, Lizo venir de Pusto las fuerzas militares que
allí Lauía, las aumentó, y con el apoyo del Cabildo y de varios
sujetos influyentes, que repugnaban la revolución iniciaùa, sus.
pendió la Junta de seguridad y OrÙenl) á la de Cali que se di.
solviera. Esta, dirigida por el Dr. D. Joaquín de Caicedo, se
preparó á la resistencia, levan tó fuerza~, se a poderó de las ar.
mas que de Panamá enviaban á Tacón, y aquí empezó la guerra
(IUO por tÚlltos !lfios desoló la N ue\'a Granada.
El glorioso triun.
fo de los patriotas en Palacé obligó il Tacúa Íl retirarse á l)asto,
y PopayÍtn quedó liure. El Gobernador
español- había tomado
medidas efieaces para atraer á la causa ùe España los habitan.
tes de la región situada al Sur de Popay~n. Por medio de agen.
tes LaHales hecho creer que la revolución era un acto de f'acrí.
lega trllicicín contra el Hey, coutra la Religión y la Iglesia.
Persuadiùos aquellos ignorantes y rudos pastores y labradores
de <lue harían Ull acto meritorio de lealtad y cumpliríau un de.
ber pa.t.rilítico .Yreligioso dehelanllo y despojaudo á los que mi.
rauan
COIllOc:-1ccraules tmiJores,
se alzaroll y marcLaJ on COll.
hlot; R.Ü'¡ A
tra PopnyiÍn, cu número Ja 1,500 hombres, al mando dé Teno.
rio, regidor de aljuella ciudad, que tomó el título de Goberna.
dor ú nomùre de Fernando
VII.
Las fuerzaf.l que la ciwlad de Popayán podía oponer-les eran
Las crueldades y excesos que eo Sil marcha ba.
bían ejecutado los indi!lciplinados
agresores, hacían temer todo
género de crímenes y hasta el incendio y destrucción
de la ciu.
dad. En tales circunstancias,
el pacífico y humanitario
Dr. RES.
TREPO fue de los primeros que ocurrieron
á tomar Jas armas, y
poniéndose á la cabeza de SU!) discípulos, jóvenes tiernos, é ius_
piriÍndoles con sn voz y coo sn ejemplo la serenidad yel valor,
se batió heroicamente
como el viejo Sócrates en Potidea.
__
muy inferiores.
Los antores del Diccionario fiogrúfico de los campeones da
la libertad de la NUl3va Gmnada pubJicaron la siguiente cE ioteresante carta gel gèneral .Tosé Hilario López, dirigida en 1~40
al Dr. Manuel Restrepo Sarasti, que apoya lo que antes hemos
referillo.
El ,'enerable Dr. F~Jix RcstI'epo, á quiI'll conoer des.le mi
más tierna edad, era uno de los sujetos que con los Arroyo, los
Larrahondo, los Hurtado, los Mi~uel Rodrrguez, la:; Tejada, los Quijano, los López, los Medina, lo;, E ernández, los Vallecilla, los Lemas,
108 Arboleda, los 'l'orres, los Mo~quera, los Mejfa, los Escobar y otras
personas distinguidas, se reunfan diariamente en mi casa de Popayán, en la tertulia de mi Ha Mariano Lemas, ó más bien dicho en la
escuela delllocrlítica, presidida por mi tío, á tratar sobre 108 medios
adecuados ¡Jara verificar la proclamaci6n de la independencia y libertad en aquelln. ProYincia; aW oía yo de la boca del padre de U.
las doctrinas polfticílli y lu.~delllostt'adones soure la santidad de la
causa hispano-aluericana;
aW vi yo sPlIlbrar por primera vez las semillas de 105 ]lrincipios polfticos que pronto germinaron, crecieron y
fructificll.rou bajo la ùi1'ección de tan hábiles operarios; alIf presencié la abnegación heroica del Dr. R¡¡;S1:RF.PO, su patriotismo elevado
y su grll.ndeza de aima, de que poco detlpùés dío prueba. Hallábame
estudiando cI ano de 181 1 en el colegio de Popayán, ell el cual regentaba III clHedra de Filosofía el'sabio Dr. RESl'lŒPO; yell el asalto que
dio tí la. ciudad el ejércit.o realista á las órdenes de D. Antonio 'feno1'10, maDllau(\o en la plata el ùizal'J"o coronel Caùal, It la cabeza do
Un pllΡaùo de eoldados cinco yeces inferior en número It los enemigos, el Dr. RgSTRI<;PO se cOllstituyó espontáneamente
caudillo de algunos ebt.udjallte~ que le rodeaban, y ayudando á la defensa común
desde el mismo colegio, fue el primero que disparó su arma contra
los asaItndo¡·e¡,;; 3-yo, Ii Sil ejemplo, hice fuego con la m[l!, admirando con entusiu"'llIo la Bang!'e frfa de mi caudillo, á quien miraba en
esos momentos criticas corno It \ln semidi6s.
i Qll6 escenas las que ofrece la delipbdada guerra civil! 'fados aquellos pobres rústicos, algunos meses antes pacíficos é iDdiferentes
tí las cuestiones políticas, extraños á las a~piraciones
de republicanos y monarquistas,
convertidos
ahora de repentl:t
DEL DR. JOSÉ ~'.b;LIX DE RES'l'REPO
~u beligerantes furibundos que se lanzan espont'neamente en
la guerra, dispuestos á morir matando y destruyendo á lORmis.
mos que poco antes respetaban y querían. Por el otro lado, el
apacible, inofensivo filósofo, áquien habría hecho estremecer de
horror la idea de que él estuviera llamado á derramar sangre
humana, á dar la muerte ti hombres que no conocía, compelido
ahora por el sentimiento del deber á herir y á matar á ignoran.
tes pastores! Los agresores fllaron rechazados y después vencidos y dispersados. i Qué pasaba en el alma de nuestro piadoso
y clemente profe¡;orde filol'ofía, cuando sereno é imp4vido Ian.
zaba las balas de su escopeta contra los semib{.rbaros rústicos,
que creílln &incerarnente estar cumpliendo un gran deber de
lealtad, de religi6n y pa.triotismo 1
Fue dnraLte la mansiÓn del Sr. RESTREPO cn Popayán
cuando, llamado como ascsor á decidir un pleito en el Clu.l una
de las partes era una viuda cargada de familia, después de estudiat' atentamente el ne~ocio, se convenció de que la justida
no cstaba de parte de la viuda y así lo decidió. Pasados nlgnnos Hfiosvino á sn estudio otro expediente en que !le disl:Iltía
una cue3tión idéntica. Hecho el examen de la legisla('i6n aplicable, I'econoció que la diôposición que babía aplicado en su
sentencia en contra de la viuda no era la que había debido aplicar. Averiglló entonces cual era el monto de la cantidad qne
ésta babía perdido con la sentencia, hizo el cómpnto de los intereses que esa suma había debido devengar, y con gran menoscabo de su fortuna pagó capital é intereses á la viuda, que se
hallaba en situación penosa. i Cuántos casos de este género habrán ocnrrido á 108jneces y abogados 9
Los enemigos de la independencia, derrotados en Popayán, sc rehicieron, y mandados por D. Juan Samano marcharon do nuevo, á principios de 18 L2, sobre aqueUa ciudad que
sc hallaba enteramente indefensa., Los sujet08 comprometidos
huyeron, unos hacia Neiva, otros hacia Antioquia. EntoIlces
fue cuando el Sr. RESTREPO, I\compañado de dos ne sns hijos,
volvió á Antioquia, de donde habia estado ausente largos años,
y se estableció en Medellin; aquí se reunió el resto de su familia en el CI1\'80de aquel año. Poco tiempv de¡;pllés de Sll llegada fne nombrado vocal del Cabildo de esta ciudad; en él promovió é hizo acordar varias medidas de utilidad pública, eutro
cUas el establecimiento de una clase de ~ramática latina, costeada de los fondos municipales, que regentó el Sr. José 19no.ûÎo Escobar, y abrió, como yá se ha dicho, un cllrso de filosofia.
{)
lJroGR.nfA
El cristiano y filosófico pensamiento que" de tiempo "atrá.,
preocupaba la grande alma del celoso propagador de la civili· zación en nncstro pais, EIra "la libertad de lOI e6clavos", pen-samiento en que mllY pocos Be ocupaban entonccs en el Nuevo:
Mundo. La esclavitud ba sido en toda la tierra, tan antigua como injusta. Los primeros rudimentos de la historia preBentan
la esclavitud en todoBloBpueblos antiguos como una instituci6n
vieja y general. N o es eeta la ocasi6n oportuna para examinar 108orígenes de este cáncer Bocial y las callsas que lo mantllvieron
en el curso de los siglos en todas las naciones, que lo mantienen todavía más ó menos vivaz en la mayor parte del globo, y
qne sin alguna gran re~olución lo ml'lntendrán durante si~loB
en la tierra. Es do notar solamente que ni las formas de gobierno ni 108 si&temas filosóficos han ejercido grande influencia
sobre esta enfermedad moral de la humanidad, la cual ha pesado sobre lOBpueblos, 10 miRmo bajo el poder de laBgrandes monarquías dcspóticas que bajo IllS formas republicanas más de.
mocráticas. En la austera Esparta, por cada bombre libre ha
bia siete esclavos, yen la culta y democráti,'a Atenas, asiento
luminoso de la Filosoñll, había 24,000 ciudadanos y 400,000
esclavos. Los más ilustres filósofo8 de la antigüedad proclama.
1'OD . con unánime asentimiento, como doctrina científica que
"la humanidad está. dividida en dos porciones: nacida la una
para la libertad y el mando, y la otra pal'll la servidumbre y el
trabajo."
En los tiempos modernos se ha visto al caodillo reconocido de los filósofos libres pensadores, Voltaire, haciando parte
de nna compafiía merC!mtll ocupada en el lucrativo tráfico de
negros aflicanos; y hallnr razonnble y natural el tránsito de la
libertad á la esclavitud. "En un cçmbate, dice, un inglés ven·
cedor tiene levantada Ill. espada, sobre nn español rendido;
éste exclama: 'Inglés valiente I no me mates y te leeré de noche Ii Don Quijote'; acepta el vencedor, y quedllla esclavitud establecida con provecho de ambos." La República más jnsta que
se ha conocido, ,. la Repúblicll. 10OOelo", mantuvo durante un
siglo la -esclavitud y el tl'Áficode negros, y no la hizo desaprarecer en su territorio aino por nn acto de venganza contra 108
dueños de esclavos.
La tierra debió quedar bien sorprendida coando JESÚS dijo
á todos los hombres: "Amáos los unos á 108 otros como her.
manos, hé aqní la ley y los profetas"; y cuando por la boca de
iU ap6stol enseñó que "despuéll del bautismo yá no hay ni j~
nEL DR. .TOBÉFÉLIX DE RESTREPO
35
dio ni gentil, ni amo ni esclavo; porque tod08 108hombres son
un 8010cucrpo en J csucristo."
Esta idea grande y regenerad ora de igualdad ha luchado
largos si~los contra. las tres pasiones ca.pitRles que esclavizan
la. humanidad: 8oberbia, codic;ia y lujuria. En dondequiera
que domina. la religión cristia.na, la esclavitud ha desaparecido
Ó está á punto de desaparecel'; en todos 108puntos de la tierra
en qne el crbtianismo no domina, la esclavitud subsiste.
En las colonias españolas, en donde 106conquistadores eB·
tablecieron la esclavitud desde el principio, se miraba esta. bár·
bal'a instituci6n como un hecho indiscutible, sostenido por las
leyes, autorizado por la Historia, ensefiado por los maestros del
derecho romano, que, 8cgún sus encomiadores, era "la razóll
escrita", nadie 8e inquietaba por un orden de C08a8á que todos
estaban acostumbrados desde la infancia.
En Antioquia, ul principio do e~te siglo, 108 esclavos eran
nnmerosos, no porque fueran frecucntcs y cuantiosas las importaciones de africanos, sino porque, sicnuo bien alimcntadùs y
tratados humanamente, se multiplicaban con la misma rapidez
que la población libre. En ningull punto de la América fueron
tratados los esclavos con más ulOdt:ración y dulznra que en Antioquia. Aquí no había, como en otros países, grandes cuadrillS8 bajo el látigo de administradores asalariados, que ejercían
UDa autoridad desapiadada sobre aquellos desdichados, en favor
de los cuales no 108movía. interés ninguno. Aquí muy rara. vez
ocurría que un amo tuviera má8 de nDa docena de familias esclavas. La mayor parte de las que 8ufrían la servidumbre estaban destinadas al servicio doméstico, y vivían en familia con
sus señores, alimentadas como ellos. En la vida sencilla y pa·
triarcal, que era común en el país, criában8e juntos los hijos de
los amos y 108ùe sus esclavos, entregados á las mismas ocnpaciones, á los mismos ejercicios: lo que hacía nacer afectos recíprocos de cariño, que se conservaban hasta. la muerte. Los esclavos, y especialmente las mujercs, no miraban la casa de SUB
amos como un lugar odioso, de prisión, sino como 8Ucasa propia; la casa de BU familia, y por la. cual tomaban vivo interés_
En los trabajos de las minas y de la agricultura, como el
amo trabajaba con la barreta, el hacha ó la azada alIado de BU
esclavo, y sentía laB fatigl18 del trabajo, no cstaba dispuesto Il
exigir do éste tareas excesivas; sentía la necesidad y la convenioncia de que 01 esclavo estuviera bien alimentado; cuidaba
de la Gonscrvación y de la 1"cpal'aci6nde su salud, y atendía á
36
BIoGurfA
]amoralidad del qne era su compAtleroen
..El
188
faenas disri~
eaolavo, rivalizando con au 8efror en el trabajo, DO se creía
.euvilecido, y miraba la tarea cotidiana como una neoesidad co~
·1I1ún. Los castigoll crueleR. en otra pRrte prRcticados, DOlo foe.
rou en Antioquia. Lor. muy raros dueilOll de esclavos qoe tos
trataron con dureza, excitaron contra eí la reprobación unánime
de lORhabitantes del pllilf.
Las familias de jornaler(ls libres no estaban mejor vestidas,
alhnentadlls y albergadas que las familisRsnjetB!lá la servidumbre. El esclavo tenía el derecho de cambiar de amo, cuando és.
te no era de BUgusto; los amos reconocían y respetaban este
derecho, qUodla autoridad protegía siempre; se le reconocía
tanlbién el derecho de tener peculio propio, del cual disponía
'8U. voluntad, y que regularmente
destinaba' libertarse , si
mismo 6 á las personas de su familia. Esta fuente de maDumi,.
.~6ny la humanidad de los duefi08 de esclavos que les CODce
•
..díaB-la libertad, habían hecho que al principio de este siglo la
poblaci6n libre de sangre africana fuera en la Provincia, séxtupla de la que permanecía en la sElrvidumbre.
No obstante todo e8to,la esclavitud era siempre una injus.
ticia llagrante; UDalepra !lOcialque no~debís consentirse y mu.
cho menos cuando la población S6 alzaba airada contra sus an.
tiguOIl reyeR, á nombre de la libertad.
Luégo que el Sr. RESTREPO lJeg6' Antioqllia, enmedioaún de lOBafanes que impouían 10sp9ligroB inminentes de la
.ùuación, se entendió sobre eBto con el Dictador Corral, en cuya alma ardiente y generol!a encootr6 eco el elevado pensa.
miento de lavar el feo borr6n de la e8clavitud por medio de un
sistema prudente y gradual. El Sr. RESTREPO reda.ctó el pl'o.
yacto d~ "ley de maoumiBión", que presentó al Dictador; és.
W·jU1lgó que un acto tan grave y trasceodental no debía ser
impuesto por la Dictadura, pino di¡;cutido y acordado por el
Cuerpo legislativo del Estado. Se aguardó, pues, 18 reuDit>n de
éste, que fue convocado para durle cuenta de los sctoadel Dio.
tador, quien con un luminoso mensaje presentó el_pro,yecto {da
Legislatura.
UompoDíase aquel CuerP9 de cinco Diputados, que lQ eran
Jos Sres. Pbro. José Miguel de la Calle, Presiden fe, Antonio Ar.boleda (de Popl\yáu), Vicepresidente, Dr. JostSFélix de Rest.re.
po, Pedro Arrubl8 y JOBéAntonio Benítez.
·La. magnitud y novedad de semejante acto, tan e:xt.rafio,
las ideas y preocupaciones dominante.'! entonces en este país,
como en todos 108demás de la América, debieron sorprender y
DEL DR. .TOSb:FÉLIX DE RES'l'REPO
37
embarazar á la Asamblea y Il todos los que se ocupaban en 1&
suerte del E~tado. Pero el ascendiente qn6, por RU silber, pa.
triotismo y probidad, ejercía. el nutor del proyecto y el Dicta.
dar 'lile la apoyaba, triuufó de todas las descoof1l1nzas, temores
y dificultades. El proyecto fue aprobado definitivamente
el 20
de Abril de 1814 y estuvo en vigor hasta quo en 1816 fue ocu.
pado el Estacio por el ejército espafiol.
La ley declar(í libres los partos de las esclavas; impuso á
los amos la obligacióo de mantener Ii los lihertos husta los diezi.
séis añllR, y á éstos la de prestar sus servicio!! á laR amos hasr.a
la mi~ma edad; dispuso que los que tuvieran herederos forzosos
dejaran libro por !lU testameoto
la décima parte do ~us escln.
VaR,y la cuarta lORque 00 tuvieran tales herederos;
estahleció
para la manumisión ¡,ucesiva uoa contribución anual de 2 pee
sos por caela esclavo varón y uno por cad¡), mujer; prohibió la
exportación y la importación de esclavos, y el que los hijos de
éstos fueran separados de sus padres.
Esta. ley trascendental
no tuvo por entonces part.idarios ce.
losos en ningún otro puoto de la Cunfederación
En Cbile se
había dado la libertad ti los que en lo bllcesivo nacieran de es.
clavos; pero como alIí eran éstos muy pocos, a:luel acto 00 im.
pOlJía grandes sacrificio!l, ni podía clar grandes resultado\¡i era
más que otra cosa IInB.manifestación de principios que exigia el
nuevo orden de cosatl.
Seglín lo aseguran los Sres. Vergara y Scarpetta,
autores
del DiccionnrW Biográfico, t'xistían en poder del Coronel An.
selmo Pineda manuscritos de 1809 en que coosta que en Rlluel
tiempo se ocupaba yli el Sr. R~;::l'l'REPO, con D. Antonio Villa.
vicencio, ell trabajar por la maulIlIIisión rie esclavos, y calcu.
la ba n que ésta podía estar terminada en 1850. Es muy natu.
rai que el patriota y abnegado coleccionador, Pinerla, haya agree
gado ,~ Sll importante biblioteca 8'luellos munuscritos, sieodo
el discípulo afectuoso de nuestro filósofo, cuyas leccioneR DOfue.
rOD, ~in duda, pe'lueña parte en el desarrollo de la severa pro.
birlad y ardiente y desinteresado
patriotismo de este valero:;o
antioljueño.
Fue el Sr. RESTREPO miembro y presidente del Colegio
Revisor, a"amulea que tuvo por luisitSn aprobar 6 reformar la
Coustitución
política del Estad", expedida por la Asamblea.
constituyente.
Reuoiose el Colegio Revisor y funcionó en En.
vigado con mucho aparato y gran circunspección.
Fue también
Diputado, como queda dioho, á la Asamblea Constituoional
6
3S
BIOGRAFíA
Colegio Electoral, que se instaló y funcion6. primero en la ciu.
dad de Antioquia y de~pu~'s,en la de -Río.Negro.
"
El buetÏ juicio, moderación y prudenoia del Sr. RESTBEPO
influyeron poderosamente en la -marcha regular y digna del
Gobierno del Estado de Ant,ioquia. en la época que precedi6 ,
la reconquif;ta del p~ís por el ejército de Morilla. En ese tiem.
po de completa inexperiencia política, cuando eran ig~orad08
Ja extensión y límites de los poderes pllblicos, los prooedimien.
- tos parlamentarios y las reglll.Sy prácticas de la administraci6n
ptiblica. hubo en todos los Estados de la Confederación frecuen.
tes desórdenes y contiendas, J 10'3 Gobiernos ejecutaron exoesos
y extravagancias que atrajeron sobre ellos la mala voluntad y
aun el desprecio de los pueblos. No fue así en Autioquia: aquí
unto el Poder Ejecutivo como los Cuerpos legislativos obraron
siempre con discreción y dignidad: hubo regularidad en la mar.
cba del Gobierno, y no se vieron los tumultos y contiondas que
en otrOs Estados. Fuera de la meJida revolucionaria y violen.
ta, practicada en toda la Confederación, de expulsar adminis.
trativamente del territorio á las personas á quienes se oreía sos.
pechosas, porque habían nacido en España ó por cualquiera otra
eausa, no hubo en Antioquia otra grave persecuci6n; Bobre to.
d().~nC)hubo las ejecuciones sangrien~as que ~e vieron en otra.
pattes, y que debIeron tener grande lOfluencla en las matanzas
deplorables ejercidas por los pacificadores.
Ouando el ejército de Morilla amenaz6 seriamente el país,
y 8e echó de ver más olaramente la impotencia del Gobierno
general. que no obstante el sincero patriotismo de "todos 8US
miembros, la instrucción y talentos notables de la mayor parte
de ellos, aparecía muy inferior á lall gravísimas exigencias de l.
situación. fue la Legislatura de Antioquia. la primera e~ com.
prender el mal, "y en procurar ponerle remedio. Cuando todos
Jas demás gobiernos de la Confederación se ocupaban en 8US
reyertas interiores, el Cuerpo representativo de Antioquia vio
la necesidad urgente que había de dar unidad á los esfnerzos,
y de concentrar los reCUr60Sy elementos de poder para resi8t.ir
eficazmente. El Gobierno federal que no tenía. ni quería tener
ejército, rentas propias, administración general, ni ejercer una.
acción enérgica en todos 109 puntos del país, esterilmente agi.
tado, y que, según la expresión del respetable historiador de
Colombia, esperaba defender el territorio á fuerza de proala.
mas, era tal vez "más bien un estorbo que la máquina que con.
centrara las fuerzas de la Ns.ci6n. La Legislatura de Antioquia,
renunciando por una ley 106 derechos del Estado sobre ejército.
DEL DR. JOSÉ FÉLIX
DE RESTREPO
89
renta~ y administración,
en todo la necesario para dar uniùa,l
â la defensa, excitó al Gobierno geneml á organizar y dirigir
estos ramos. Esta patriótica ilJiciativa fue recibida dtlsdeñusamente. Los resultados probaron pronto cuánta razón había en
la prudente previsión de lOBlegisladores antioqllefios.
Invadido el país por el ejército espafiol, el Sr. RESTREPO
huy6 hacia el Sur, y ocultándose aquí y allí, eBcapó Ú las pri.
meraR persecuciones, favorecido por el afecto y respeto que iUB.
pirab!l. No hubo un denunciantf3 ni una autoridad que quisiera
manchar Sil nomùre reduciendo á un calabozo y poniendo en
el camino del patíbulo ti este ju~to, amable y siwpático.
Encargado del Gobierno de Antioquia. Sánchez de LimB,
que pertenecía al partido confltÍtucionaliflta de E~¡Jafía, que no
estaba de acuerdo con Morilla, y recibía las iuspiraciones
del
Capitán General Montalvo, al cual repugnabnn las ejecuciones
sangrientas, los patriotas antioqueños no sufrieron las persecu •.
ciones feroces que tánto mal causaron en otros pun tos de la
Confederación.
En virtud de esta. Bituación pudo el Sr. RES.
TREPO volver á Medellín y permanecer en esta ciudad. Eo su
célebre discurBo l'obre "manumisión
de esclavos", en el Con.
greso de Cúcuta, atribuye nuestro piadoso filósofo la suerte fa.
vorable de Antioquia en lOB díus terribles de las wata[¡ZaB de
M.orillo, á un acto de la Providencia, en premio de haber dado
aquí la libertad á los esclavos.
Después del gran triunfo de Bolívar en Boync~, D. 9J.rlo8
Tolrá, Gobernador de Antioquiu, huyó sin hacer reRis~cill, y
el Coronel José María Cordoba ocupó la Provincia con una fuer.
za insignificante;
invadidll. de nuevo POi"la división de Warle.
ta, pronto qued6 libre con la. retirada de éBte después del tiro.
teo de Chorrosblancos.
En ese tiempo sólo se trataba de reunir
y disciplinar tropas para. continuar
la campaña, operación en
que el Sr. RESTREPO no podía hacer nada.
Decretada la. elección de Diputados para el Congreso Cons.
tituyente de Colombia, el Sr. RBS'fREPO fue elegido por el voto
unánime de los electores de Antioquia. Instalose en lu. villa
<leI RoBario de Cúcuta eBta grande Asamblea, la más notable y
digna de recuerdo de cuantas ha viBto la América. espafiola, por
la respetabilidnd
de ~us miembros, por el orden, patriotismo y
dignidad que caracterizaron sus aetoll, y por sus resultados. Entre taotos hombres célebres que concurrieron á esta Asamblea.
mereci6 el Sr. RESTREPO el alto honor de ser su primer Presi.
dente.
40
BIOGRAFÍA.
en
El más importante de los trabajos de nuestro legislador
aquel Congreso fue el proyecto de ley flObre manumisión de ee.
clAVOS,basado sobre el que había redactado para el Colegio
Electoral de Ant.ioquia; ese proyecto fue aprobado con pocas
ruodificncione~. El importalJte y bello discurso con que sostuvo
aquel acto es un documento que pasará con aplausos de genera.
cilín en generación.
A esa gloriosa ley deben las tre!! Repúbli.
cas que formaron la antigua Colombia, la dicha y la boura de
'Ver/o1e
libres de la afrenta de que la eFlclavitud mancb6 su suelo.
No se ha expedido en el país acto nin~uno de tan profunda y
durad'era trascendencia corno esa ley. 01 vidaranse las constitua
cione~, las ley~s y discursos que m{¡"han entu"issmado fi lOBha.
bitantes de elite país; y los historiadorell de lOB siglos futuros
recordarán con aprobación y elogio esta ley redentora y el nom.
bre ilustre de "U nutor .
. Creada por la COllstituci6n de Cl1cnta la Alta Corte de JUl.
ticis de Colombia, compuesta de tres Magistrados, el Congre~o
Con!ltituyeute nomhró para estas plaza!! á los Dres. José Félix
RESTREPO, Miguel Pefia y Vicente Azuero, todos treil sujetos
d" gran repUtación como juriscllulm!tos, firmes y labllri08o~. Dis.
tinguíase el Sr. R~STREPO d~ SUB compaileros en la alts magIS.
trat IIrll por el carRcter;
eran los Ores. Peila y Azuero de fo.
dote ardiente y eXILltada, un tnnto iutoleranteR y domilJadores,
propensos por lo mismo á disputar y á apasionarse;
cireunstaD.
cia que tu\"o inflnencia no pequeña en el desbarate de III gran
Ref)úblic8. EstOB dos Mllgilltraùos DOmuy bieD avenidos entre
sÍ, tenían gran deferencia, y quizá sincero afecto por su plácido
compafiero. Era el alma del Sr. RESTREPO inaccesible al influjo
de las pa"iones violentas;
siempre calmado y sereno, discutía
COn dulzura, y en las contiendas ardientes pesaba fríamente en
la balanza de la justicia las razones de una y otra parte, y re.
solvía la cuesti6n como un problema de geometría. El puest.()
de juez era Beguramente el más conforme con el carácter, doc.
trinas y propensiones de este íntegro sujeto;
el cnal, teniendo
como norlDa habitual en todos sus act08 la justicia, buscarla y
aplicarla en toùos los negocios era t:h él, no sólo el cumplimien.
to de un deber, sino una propen¡;ión natural y constante. Do.
tado de firmeza tranquila y reflexiva, que no podían conmover
ni el balago ni el peligro, no se veía nunca embarazado
para
sentenciar por consideraciones extrafias á lu esencial de la cues.
tión ..
La Alta Corte de la antigua Colombia, compuesta de aque.
1108 Magistrados, inspiraba general y merecida confianza de la.
41
DEL DR. JOSÉ FÉLIX DE RESTREP"{,
boriosidad, ciencia y rectitud.
Decidiéronse en ella gravlsimu
cuestiones sin que Stl bien adquirida reputación fuera puesta en
duda. No es posible entrar en est.e escrito á referir bechos par4
ticularps;
no obstante mencionaremos
alguoo que dé idea de
la. firmeza siE:mpre desapasionada de nue't.ro J nez.
lformose cau~a al General JosH :María Córdoba, el héroe
mimado de Ayacucho y de cien batallas más, por el homicidio
de un snbalteruo.
La prensa tomó S\1 dcfenaa, alegando la in.
culpabiliJad
del hecho; y la simpatía púhlica abogAba ardien.
temen te -por su absolución;
el joven y valeroso Geueral era.
particulannente
querido de nuestro moth:st.o Cat0D. El negocio
fue llevado il la Alta Corte Marcial, y absuelto el acusado: s610
el voto del Sr. RESTB'EPO le fue ad,erso. Muy poco después el
Gelleral, llevando la espada al cinto, invitó cariñosamente
tí su
Juez á dar una vuelta por la AgUR-Nueva, paseo entonces casi
siempre desierto; los que los vieron solo~ por allí, temieron un
acto de violencia; pero sin raz6n. El valiente joven había que.
rido solamente mostrar que no tenía resentimiento
alguno con_
tra este homb¡'e justo, y que miraba :5\1 veto en el Tribunal como
un acto conr;ienzudo de su rectitud.
La discusión del desafuero dl3l e.i:~rcito en los negocios ci.
"iles y en los delitos comunes; la ocupación por abogados de
los puestos políticos, que en la. época do la guerra desempeña.
ban casi exclusivamente
los militares;
la preponderancia
qua
en los negocios púbiicos adquiría con la paz el elemento civil,
y algunas otras causas, habían producido un antagonismo peligroso entre militares y ci viles de representación.
La fijaci6n de
la capital de la República en Bogotá repugnaba á los venezolanos, que se consideraban como alllengaaùos;
y esto había he.
bLo nacer en los ánimos apasio~ados un sentÏruiento ùe rivali.
dad er:tre granadinos y venezolanos, que amenazaba la uni6n.
El GoLierno del General SaI1t.uuder no era querido generalmen.
te de los militares ni de los venezolanos. El Dr. Vicente Azuo.
ro y el Dr. Francisco Soto, Fiscal de la Alta Corte, redactores
de El Cm'reo, eran los vocero" de los antimilitares;
el Dr. Mi.
guel Peña, venezolano, era amigo de los militares. Vivía en Bo.
gotá, en el barrio de San Vitorino, el famoso Coronel negro
Leonurdo Iufante, hombre sin educación ni cultura, pero de un
valor y una osadía excepcionale~ en el campo de batalla;
te.
nía quince años cuando estaIl6 la revolución y con ella empez6
su carrera militar de simple soldado; difícil habría sido encan.
irar entre los valientes que habían sobrevivido {I la guerra,
quién le excediese en actos felices de arrojo en lOI combati8.
1\
ESte hombre era el tipo, la muestra, la represeutación del mru~
tarismo tosco y osado, C}OO iD8piraba odio y miodo al elemento
letrado •.
Eo tales circuDstancias aparecÍ'6 rollerto' en el paente dG'
&n Vitorino el Teniente FraDc1llCoPerdomo, y por las decla •.
:raciones de-dos mujeres, de-no muy buena reputaci6no, se' pro.•
cedió inmediatamente contra Infante, como autor det bomioi.•
. dio. Siguiose la CIUlsacon desa<'ostltmbrada celeridad. No ha~
},{a testigo ningano de vista, y s610indicios muy graves;.· el Con.•
llajo_de f}:uerr8 c01ldenó á Iufante á mllerte, y la caasa pas6 á
la .Alta Corte marcial, compuesta de los tres Magistrados Res .•
trepo, Azuero y Peila y de los Corone-les Antonio Obando 1
Mauricio Encinoso: A\',uero y Obando votaron á muerte-, Peña
y Enci~o por la absolución, y Re!\trepo por die •••añûs de presi.•
dio. El Tribunal decidi6 qne había discordia y se llamó de co~
juez al Dr. José Joaquín Gori, qniec votó á tUllerte. Hubo en .•
t~nce8 tres votos á muerte, dos por absolución y llOOá presidio;.
la mayoría resolvió que había sentencia á muerte;. el Dr. Peña
.ostnvo que, habiendo tres votos á vida y tres á muerte, no ha.
bía sentencia, y no quiso firmar la que habían redactado y fir.•
Jllado los demARjueces. Iofante fltil fusilado; el Dt-. Peña, acullado ante el Senado por no baber firmado la sentenda, fne con_
îtènado á 8"s~Bsiól'} de BU empleo. Trasladose á Venezuela Y'
promovió la revolución que máa taroo produjo la disolución de
)fl, antigna Colomhia.
Han pretendido algunos atribuír al Sr. :RESTREPO la cau .•
sa de aquel escáo.Galodiciendo que '~si el delito estaba proba .•
do, debíll. haber votado á muerte; y si J,}() lo estaba, debía ha.
ber absuelto." Este argomento DG tiene fuerza ningU'na: el
homicidi<>,por laaleyes que entolloos .egíallr no te11Íasiemprepena de-muerte; cuando 120 ooncurríarw las circl'lnstancias que
constituyen el asesinato, y había circtlnstanc~as atenuantes, nodebía imponerse la pena de mllerte sino otra. No está bien pro.•
bado en el expediente que habieran concnrrido las circ.,nstan .•
cia!! de 8!lesinato, pues DO consta en él bien probado deqné mo.
do se verificó el homicidio, cuyas pruebas no son tan claras co.
mo' la luz del dm.; por consiguienter el Sr. RES'l'l1.EPO 00 debía
votar á muerte ni absolver, si estaba persl'l'adido de que el ho.
micida era Infante, y no ]0' estaba de 'Ille hubieran concurridolas circnnstancias que exigías la pena de IDaertey debía., p.e8,
imponer otra pena,. como lo hizo.
Uno de los Magistrados de la Alta Corte, designado por el
Fodu Ejecutivo, debía hacer parte del Consejo de Gobiern6"
»EL DR. J'OSÉ FÉLIX DE RESTREPO
concurrir diariamente tí SlIS deliberaciones. El General Santaa.
der, encargaùo del Poder Ejecutivo cuaudo se puso en ejecu.
ción la Com,titución de Cúcuta, nombró miembro del Consejo al
Sr. RESTREPO. Como ésto l~ q\litaba Ulla parte del tiempo que
Ilecesitaba para BUS graves ocupaciones judiciales, renunci6 VB.
rias veces aquel cargo de honor; pero Santander no consintié
nunca en privarse de l()s dictámenes siempre desapasionados,
rectos y prudenteq del patriota Magistrado. Lo mismo ocurrieS
<:on el Libertador Bolívar, cuando ejerció el Poder Ejecutivo.
En la época agitada y difícil de ] 827 es adelante, cuando
la exn!tación de las pasiones políticas entre bolivianos y libera.
les babía llegado á un punto en que la lucba ti muerte era el.
sentimiento que dominaba toùos los ánimos, el Sr. RESTREPO
Conservó su serenida.d. Era coustitncionalista á todo trance, y te.
nía la mús alta estimación por el I.ibertador; condenaba igual.
mente las exageraciones y excesos á que uno y otro bando se
entregaban. Quería q~lela contienda se mantuviera leal y mo·
derada en el campo de la legalidad. Nadie 10 comprendia, por.
qUA cada bando pensaba que el triunfo del contrario sería la rui.
na de la Patria para si~mpre. Era amigo siucero de la uni6n de
las tres grandes secciones de Colombia, y no jtlzg6 conveniente
la federación entre ellas, propuesta en la Con vención do Ocafia ¡
pero una vez pronunciado enérgicamente el movimiento de se.
paraci<ín, prefirió ésta á la guerra para resta hlecel' la unión. ,
Fue elegido Diputado al Congre~o do 1830, convocado por
el Libertador para poner término Ii la Dictadura. Sus opiniones
fueron de couciliaci6n. Decía de la Constituci6n que expidí6
aquel Congreso, que era "albina, porque babía nacido blanca,
siendo hija de padres negros."
Cuando vencidas en pnentegrande las fuerzas que soste.
nían el Gobiemo constitucional del Sr. Joaquín Mosquera, y
ocupada la capital por los facciosos venc:edores, pusieron ésto8
en las más graves dificultades al Presidente, con sus insolentes
preten~ioues, el Sr. RESTREPO, como miembro del Consejo de
Gobierllo, no desamparó al honrado Jefe de la República, corrió con él constante todo!! los peligros de la situación. y con
su sereniJad habitual le dio siempre 108 consejos más diguos.
(Agosto de 1830.)
Muerto el Libertador en Santa-Mart.a CI 7 de Diciembre de
1830), vino la reacción contra la dictadura del Generai Rafael
Urdanet~, y por los tratados de Apulo se restableció el Gobierno constitucional. Encargose del Poder Ejecutivo el Vicepresi.
44
dente de la. República, General Domingo Caicedo, ,!tIrata hotl~
rado, tolerante, bondadoso, enemigo de las violencia!! y de lalf
persecucione~. Deseando él apacigoar la exaltación de lo~ bandos é inspirar á todos confianza nombró para las Secretarías del
Poder Ejecutivo Y para el Coosejo dé E"tado á los hombres mas
notables de los partidos opue;:tos: pllra las Secretfl.rÍlIs Il 108
Sres. Peoro Gual, José María Castillo Rada, AI~.il\n(lro Vélez y
José María Obando; y para miembros del Consejo '¡eÍ'~ los cin_
co flue est.l:.Llln, Sres, JosP, Sanz de SautIlIDarí", Mauuel Pllrdo,
Vicent.e Barrero, Railllu¡¡do Santamaría
y Nepomuceno
E·co.
bnr (Can,ínigo).ynomhróálosSre~,
JOSÉ'FÉLlxde
RESTREPO,
JUi\n Fern:lndez Sotorno.vor, Vicente Azuero, Juan García del
Río, JOSI~Maríl\ Ortega, 'Diego Fernando G,ímez, Agustín GIltiérrez l\loreno Y José ~faunel Restrepo. El Dr. JosÉ FÉLIX
RES1.'REPOprocedi6 en este empleo como en todos los puestos
públicos que oCllp6 durante su vida; SO!!tuvola justicia, el cum_
})limiento de la Constit.uci6n Y de las leyes, el respet.o á las per~
sooas y á In~ propiedades, que las pasivnes exaltadas de enton~
ces no q ueríaD respet.ar. ,
Los Generales Obundo y López representaron
al Gobierno
que el Ministerio de la. Dictaoura había publicado en la Gaceta
Oficial que ellos eran los asesinos del Gran Mariscal
Aya.cucho, J piJieron que se reunieran
los documentos que sobre
ésto hubicra en las Secretarías de Estado, y se pasaran al Tribu.
nal competente para qne juzgara á los solicitantes. Se pasaroll
los documento!> que sobre el asunto babía en las Secretarías Ii
la Alta Corte l'facial, presioida por el Dr. José Félix RESTREPO.
El Tribunal declaró que aquellos papeles no prestaban mérito
para proceder contra los reclamantes.
Este negocio excitaba
entOij~~sJuertell1ente
las pasiones, pero la resoluci6n no pudo
ser atacada, porque ertl conforme con sus antecedentes.
Era aquella época una de las más agitadas pOL'las pasio.
nes rencorosas. El Dr. José María del Castillo, molestado por
sus enemigos políticos, no quiso continuar en la Secretaría del
Interior, y fue nombrado para este destino el Dr. José Félix
RESTREPO, PresiJente de la Alta Corte de Justicia;
repugna._
ba mucho al nombrado aquel puesto, en el cual era necesario
luchar de continuo contra las exigencias de persecuci6n, que
..•,¡¡retelldian imponer los exa1tado~ y que apoYt\?an los. JefeB de
la fuerza armada;
pero tuvo que ceder ú las InstanCIas de los
hombres moderados de uno Y otro bando, que tenían en él la
luf.R pleoa confianza. La rectitud y moderací6n de este funcio_
nario tolerante Y jU9tO contribuyeron
á mitigar la exaltllci6a
ne
DEL DR. JOst
FÉLIX DE RESTREPO
45
pelig-rosa que existía, y que estuvo tí punto de volcar otra ves
el Gobierno constitucional.
Convocado en 18:31 un Congreso Coustituycnte
de los De.
partamentos
del CCUlrO, que cOlnprendían el territorio de lo
qlle se llamó Rp.pública de la Nueva Granada, hoy Cololl,!,ia,
temían los hornbres prudentes que las pasiones demaglÍgic3~ I-,re.
dominaran en aquella Asamblea. y que se diera ú la nue'il\ Re.
púhlica. una Constitución
incompatible con 8m interest's;
cal.
mose esla alarma al saber que habían sirlo Dombrados para el
Congreso sujetos como los Sre!o\.José Félix. RESTREPO, José Ig.
DaCIo M:irquez, Juan de Dios de Arnnzazu, Viceute Azuero,
Alejnnoro Velez, Juan Fernández Sotomayor, José María Esté.
ve:r. y ùtros varios que iuspirab"u
fllu(lada confianza, El papel
del Sr. RESTlŒPO en eSe Cougres:J estaba bien marcado: lIo.'gar
por la tolerallcla, por el aplacamiento
de las pasioues exacer.
vadas, par l!loconcordia general.
Como empleaC10 público fue el Sr. RESTREPO muy laborio.
so y metóùic~ ell el trabajo. Se mortificaba cuando la volumi.
DOSa ùe nn expediollte,
la cOrD;llicado de los hechos y la contra.
dictorio de hs pruebas exigíau lID largo e~tudio que DO perlOitía decidir en los términos perentorios de la ley; queríl~ siem.
pre que lù~ negocios fueran despachados en el orden en que
Qrau recibiùos.
VIn
Los homureR de tnlento y do ~aber que paMron su juven.
tud y edad madura bajo el régimen de la Culonia, en lllgflres
en dunùe DOhabíll periódicos ni itnpr~n ta, y cuando hasta para
publicar una novena 6 un soneto em necesario impetrar el permiso de la autoridad, que el escrito pasara de censura en ceno
sura y que fuera del gusto de los que habían de otorgar la li.
cencia para la impresión, los hombres de ese tiempo, decía, no
adquirieron ni podían adquirir el hábito ó el gusto de escrito_
res. Así vemos que los sujetos distinguidos (Pll~ en 1810 habían
llegado á los ciucuenta allos, edad Cil que dd'íclhllenl.c se pier.
deu 6 se adquieren hábitos, fueron todos !II!1Y parcos en el uso
de la imprenta;
y por ésto no tenemos de ellos sino pO'luísirnos
escritos oficiales ó selllioficialc •. Eu ese CI100se halla el Sr. RES_
TREPO; en él al Mbito negatiqo se unían dos camas mál' que
la retraían de la prensa: BU genial modestia y el temor escru.
puloso àe perder el tiempo que exigían de él sus debere8oficiales. Si aquellos ¡ineeros y abnegados patriotas hubieran podido
46
DIOGRAlI'fA
c~eer que se acercaba para 8U patria una érade libertad de im~
prenta, es Beguro que en el silencio 8e~lcral de la Colonit.,1l6.
babrían consagrado coo ardor á transmItir al papelstl8 ideas y
sentimientos. i Pero c6mo prever entonces los extraordinarios
acontecimientos que, removiendo y tralltornando hllSta en sUe)
cimieotoA la. Europa., hicieron rea.lizable la independencia Y li.
bertad de la América espafiola!
El Sr. RESTREPO no escribió para la. prensa sino compeli.
do por la necesidad urgentísima. naba en un curso de filosofía
en Bogotá (de 1823 á 25), lecciones de lógica, de crítica Y de
física y, no hl\llanJo en el palS libros que le acomodAran para
textos, publicó compendios de estas materias. No fueron estas
obras escritas para trat,ar á fondo tales ciencias, sino máR bien
manuales destinados á servir de base para 8U8 lecciones ora.
leS. Fueron publicados también por la prensa y tuvieron gran
boga, el discurso en que SOlltuvosu proyecto de ley sobre ma.
numisión de esclavos en el Congreso de Cúcuta, y el que pro.
np'~ci6 en la Igtesi~ d,e San Carlos, en elogio de la. filosofía, al
abrIr el curso que dicto en Bogotá. Uno Yotro son obras de gran
mérito, que daD cumplida prueba de la pureza y corrección de
su lenguaje, de la fuerza y claridad de IlU 16zica, de la senci.
11ezy majestuosa elevación de BU estilo. Pubhcáronse algunos
otros -escritos suyos, de poca extensión que no tengo á la vista.
E) gusto y el estilo, que tienen por cimiento la rectitud y
perspicacia de la inteligencia, y la fuerza, delicadeza y propen.
sión del sentimiento, se desarrollan y educan con las lecturas
de la juventud. En el carácter de elevación del estilo del Sr.
R.ESTREPO se palpan los efectos de su estudio favorito de los
clásicos de las grandes épocas litera.rias, los siglos de Augusto Y
Iluis XIV; Y se ~iente la unción simpática que comunican al
escrito la bondad del corazón Y las dulces Y humanitarias doc.
trinas del Cristianismo profundamente sentidas.
\.
IX
Este sincero patriota participaba de la ilusi6n que domin6
, los hombres illlstrados que tomaron parte en lB obra. grandio.
Ba y·liRonjera de transformar la atrasada y pacífica colonia en
república independiente, dotada de instituciones en que se rea.
lizaran todas las teorías de libertad é igualdad que halagaban
, los publicistas liberales de Europa. Todos esperaban con la
mayor oonnanza que esal teorías habían de producir, en oorto
DEL DR, ¡OSÉ rtLIX
47
DE l1111STREl'O
t~tmiDO, una. éra de paz, de seguridad, de moralidad, de pro~
greso rápido y continuo en ciencias, artes y letras. Los vértigos
de división, desorden, guerra y anarquía, que desde el princi~
pio turbaron el país, juzgÚbaulos accidentales y de pocu dura~
ci6n como un efecto na.tural del tránsito delroodo de ser an~
tiguo al nuevo, Aguardaban en consecuencia que cada 11.110 co~
reido sería un paso dado en la obra de armonizar las ideas vie~
jas, las preocupaciones y costumbres coloniales con las nuevas
lnstitucione!:, y por lo tanto, un paso dado en el camino de la
paz, del orden y del progreso de la chilizaci6n. Juzgaban que
las doctrinas anárquicas y antisociales qne empezaùan ti agitar
las muchedumbres descreídas y corrompidas de la Europa. no te~
nían razón de ser en nuestro país, y que por lo mismo no pasa~
rían el Atlántico, 6 morirían tllllegar ti nuestras costas no en.
contmndo elementos de vida. Habrían tenido por un iluso pesi.
mista al cualquiera que les hubiera anunciado que los desórde.
nes, las divi~iones, las desconfianzas, las alarmas y las violencias
crecerían con el tiempo; y que cada afio corrido "ería un paso
dado alejándonos del campo de la paz, de la eeguridad y de la
confianza, que hacen nacer y vivificar todas laR obras útiles de
la civilización. Acercosa, pues, el Sr. RESTREPO al sepulcro, mor.
tificado por los desórdeues presentes, pero lleno de esperanza
para el porvenir de su patria.
·r
En el mes de Septiembre de 1832 fue atacado el robusto
anciano, en la ciudad de Bogotá, de una enfermedad gravísima.
Pidi6 y recibió con el recogimiento y devociún del más sincero
católico los últimos auxilios de la Iglesia. Dispuso que en !lUS
funerales no hubiera. nada ùe ostentación, qne todo fuera sen.
cilla, c.omohabía sido toda su viJa; y recomend6 que lo que
pudieran gastar en pompas fúnebres lo dieran Ii los pobres.
Cuando babía perdido yá la vista, conservando la raz6n en
toda su lucidez, habiéndose acercado uno de sus discípulos más
queriùos, el Dr. Rafael Marla Vásquez, á la cabecera de la ea.
mil.en que yacía el enfermo, jozgando el moribundo que era su
hijo Manuel, extendití el brazo y asiéndole la mano, le dijo con
voz débil y conmovida: "Manuel, tit serás llamado algunas ve.
ces á jnzgar,' que la JUBticia dir1ja todos tUBactos; si es nece.
saria 1¿na,injusticia para que no se trastorne el universo, de.
Jo. que se t1'astorne antes que com.eterla injusticia."
-16S
Un sacerdote recitaba cerca del lecho de muerte las oracio.
con /lue la. Iglesia auxilia Ii los moribundos en. sua últimOl
DIDO n.u'ÍA.
imtantes; seguíato et Dr. RESTREPO repitiendo las palabras~
recobrose algún tanto, y poniéndose ;l recitar fervoroso an latín
198salmos penitenciales, espiró, el 23 de Septiembre de 18321
Medellín, 20 de Julio de 1883.
MARIANO
-
OSPINA. R.
Descargar