Las aguas termales en Santa Fe de Antioquia El mítico y legendario volcán de la Sapera que desde lo alto tutela el paisaje del Valle del Tonusco tiene en las desaparecidas aguas termales de la Quebrada Arriba a una de sus más creíbles evidencias. Si, en Santa Fe de Antioquia hubo hasta mediados del siglo pasado aguas termales que brotaban de la montaña que vemos al norte de la ciudad, las cuales bajaban raudas y tibias por la quebrada Arriba que iban a morir después al sector del Guayabito donde había un gran pozo y varios cuartos de baño donde la gente llegaba en busca de esparcimiento pero sobre todo de salud. La extinta quebrada Arriba, sepultada por la tierra que le echaron encima las máquinas buldozer que construyeron la nueva Vía al Mar, nacía de las peñas en el paraje La Chapa y se volvían a profundizar en la tierra antes de llegar a la zona urbana. Al principio sus aguas mineralizadas corrían monte abajo en la ya citada Quebrada Arriba. A lo largo de su recorrido se formaban algunos pozos aunque en los últimos años sus propietarios construyeron tanques de ladrillo y cemento. En principio el líquido era tomado y conducido en canales de guadua hasta los pozos; después se utilizó tubería metalizada. Aquellas aguas termales terminaban su recorrido al bajar hasta la planicie de la zona urbana, más concretamente en inmediaciones de la casa que fuera de don Amado Yepes (Q.E.P.D.) Allí las aguas desembocaban en un gran tanque de cemento que tenía la familia Yepes Garcés, quienes atendían a los nativos y turistas que iban de paseo o por salud en busca de los termales. Bayardo Antonio y Nancy Yepes Garcés, hijos del desaparecido Amado Yepes, cuentan que la gente llegaba con sus totumas y sus baldes a bañarse. “Nosotros sacábamos el agua en baldes y canecas y las llevábamos a los cinco cuarticos que habían uno del otro. Recuerdo que eran pintados de verde clarito y cada uno tenía un número. Nosotros no cobramos por eso si no que la gente le daba a mi Papá lo qua a bien tuviera; muchas veces a nosotros nos traían mecato y con eso nos contentaban comenta Bayardo Antonio que hoy tiene 37 años. Cuenta que hasta hace poco existió el letrero en madera que decía “Termales”, el cual estaba ubicado a la entrada del callejón que va a lo que es hoy la Granja Bonita, en la salida antigua de la carretera al mar. Don Carlos Correa, emérito educador amalfitano, casado con la santafereña Marina Layos, evoca el año de 1964 cuando recién casado iba todos los fines de semana a este lugar. “El agua era tibiecita, no echaba humo; me acuerdo que uno se metía a una poceta por ahí de unos cinco metros de largo por tres de ancho que tenía un huequito por donde salía el agua; además recuerdo que había un tanque grande donde se recogía el agua y luego se repartía por tubería a cuatro o cinco casetas o cuarticos; uno se quedaba ahí relajándose el tiempo que uno quisiera; no sé si estas aguas tenían propiedades medicinales; nosotros no teníamos ninguna enfermedad sino que el baño nos parecía muy placentero”, comentaba el profesor Correa. www.santafedeantioquia.net ERAN AGUAS DE PEÑA Las tierras de la Loma de la Quebrada Arriba eran propiedad de Don Pedro Vicente Varela quien en la mitad del siglo XX explotó estas aguas hasta convertir sus predios en un destino turístico obligado para los visitantes, tanto o igual que ir al Puente de Occidente. Dicen quienes lo conocieron que el hombre en la década de los 50 cobraba cinco centavos por una bañada en los cuarticos de los que se ha hablado anteriormente. El auge de estas aguas minerales duró hasta mediados de la década de los 70 cuando lentamente se fueron perdiendo en el interior de la tierra. Otro de los testigos de esa época dorada de los termales en Santa Fe de Antioquia fue don Nicanor Yepes Marín, nacido en el paraje Contador y quien hoy tiene 92 años. A él fue que don Pedro Vicente Varela le vendió las tierras por donde pasaba la quebrada de las Aguas Termales. Don Nicanor asegura que estas aguas nacían de peñas que había en distintos puntos de la loma, situados cerca del camino real que iba para Cativo. Las mismas fluían por la quebrada que aguas bajo formaba cerca de cinco pozos naturales donde a principio del siglo XX la gente iba a bañarse. Después con el pasar del tiempo se fueron construyendo tanques de ladrillo y cemento para comodidad de los veraneantes. “Allá llegaban ancianos y gente discapacitada en muletas a darse su chapuzón, algunos antes de irse recogían el agua en vasijas y se las llevaban para bañarse en sus casas, eso era una romería la que venía cada fin de semana por esta loma”, recuerda don Nicanor, quien hoy vive en su casa del barrio San Pedro, detrás del Asilo de Ancianos. La romería se incrementaba los fines de semana y sobre todo en invierno cuando el río Tonusco bajaba caudaloso y negro por el pantano. “Muchos preferíamos subir mejor a la Quebrada Arriba porque sus aguas eran limpias y cristalinas; es más mientras más arriba subía uno, más limpia era la corriente”, recuerda don Everjo Benitez quien fue testigo de excepción de esa época dorada de los termales. CANECADAS POR ENCARGO Tan benéficas pudieron ser estas aguas para la salud de los santafereños, que hasta las familias notables de la ciudad que habitaban en La Amargura, si bien no iban a bañarse a los cuarticos ubicados en la casa de la familia Yepes Garcés, si tenían sus mandaderos que les traían tinajadas, canecadas y galonados de agua que vertían en esos recipientes grandes donde vendían la manteca vegetal. Una de esas mandaderas, según recuerda el historiador Francisco Luis Guisao, era la señora Dolores Risas quien cargaba el agua en su cabeza desde las faldas de la montaña hasta los espacios patios de las casonas más tradicionales de la zona histórica de la ciudad. Otros que buscaban cura para sus males eran las personas de la tercera edad que llegaban de Medellín o de los municipios vecinos a la Casa de la Salud, la cual era regentada por las Hermanas de la Presentación. Esa casa, que estaba situada al lado del viejo Hospital San Juan de Dios, es lo que es hoy el Hogar Juvenil Campesino. Por sus limitaciones físicas, muchos mandaban a encargar el agua que le eran traídas hasta esta casa de reposo especializada en tratamientos de salud, concretamente en enfermedades de los huesos como el reumatismo. www.santafedeantioquia.net A propósito Monseñor Benjamín Pardo Londoño recuerda que cuando estaba pequeño siempre oyó hablar de la Quebrada Arriba que se situaba por la loma de la Esperanza. Allí sus aguas que eran termales tenían fama de curar muchas dolencias físicas relacionadas con los huesos. “Tengo memoria que las señoras de las casas mandaban a sus empleadas domésticas a que trajeran en unas tinajas de esa agua tibia para bañarse; muchas las traían en su cabeza; realmente a muchas personas les convino. Pero el hecho trascendental ocurrió en 1938 cuando vino de Medellín un señor Alberto López Henao, hermano de José López, director del desaparecido periódico cristiano llamado El Pueblo. Este señor llegó a la ciudad inválido, incluso cuando lo sacaron del carro lo tuvieron que cargar porque no era capaz de caminar ya que lo hacía como encogido. Como a todos los que en ese entonces venían a la ciudad de Antioquia en busca de cura para sus males, fue llevado directamente a la Casa de la Salud. Me acuerdo que en los primeros meses le traían el agua de la quebrada para bañarse. Con el pasar de los días él notó que se le estaban aflojando los músculos y los huesos y que podía moverse con más comodidad. Ya cuando pudo caminar, aunque un poco impedido, o se hacia llevar en carro o él tenía la paciencia de caminar para bañarse allá mismo. Lo cierto es que pasado como un año o algo más, este señor quedó en perfectas condiciones, tanto que se fue caminando por sus propios medios a coger el carro que lo llevaría de regreso a Medellín. Recuerdo entonces que esa curación hizo que las aguas termales de la Quebrada Arriba quedaran acreditadas en ese tiempo, tanto así que el turismo por ese hecho se incrementó; yo fui testigo de ese hecho”, comenta Monseñor Pardo Londoño. UN DATO HISTORICO En el Nº 31 del periódico La Cátedra, publicado el 11 de julio de 1922, y que dirigía don Pedro A. Martínez, se leía en un artículo firmado por la Junta de Sanidad del Municipio, que una de las obras que se debía proyectar ese año era “Convertir en baños públicos los pozos termales del Bajo Llano, vecinos a la quebradita La Cardoso, especialmente el que se encuentra después de pasar el puente por el Callejón de Don Rafael Villa. El sector de que habla el aviso se refiere a lo que es hoy en día la carrera 10 Paez, entre la variante y el Callejón del Padre Pardo. Téngase en cuenta que por allí bajaba la quebrada La Cardoso. Como se observa en estos recuerdos que tiene el imaginario colectivo, Santa Fe de Antioquia fue uno de los pocos municipios del departamento que tuvo estas aguas medicinales, privilegios que hoy tienen poblaciones como Nariño en el suroriente de Antioquia con la famosa quebrada del Espíritu Santo o Alejandría, en las afueras de la zona urbana. A nivel nacional, hoy son famosos los termales de Paipa, Boyacá; los de Santa Rosa de Cabal y San Vicente en Risaralda y los situados en las estribaciones del volcán Nevado del Ruiz en el vecino departamento de Caldas. Es de anotar que estas aguas son de origen volcánico y como se dijo al principio, no se podría descartar alguna relación con el mitológico volcán de La Sapera, cuyos vestigios dicen los viejos, se encuentran hoy en esa piedra de granito amalgamada con tierra que abunda de manera silvestre en los suelos del Llano de Bolívar. www.santafedeantioquia.net Sería pertinente que la Administración Municipal contratara un estudio con alguna universidad o centro científico del país, para estudiar el estado de las desaparecidas aguas de la Quebrada Arriba con el fin de saber con exactitud si ya definitivamente son aguas perdidas o si existe alguna remota posibilidad de que vuelvan a surgir a la superficie como hace 40 años. QUE SON LAS AGUAS TERMALES Se llama aguas termales a las aguas minerales que salen del suelo 5°C más que la temperatura superficial. Estas aguas proceden de capas subterráneas de la Tierra que se encuentran a mayor temperatura, las cuales son ricas en diferentes componentes minerales y permiten su utilización en la terapéutica como baños, inhalaciones, irrigaciones, y calefacción. La característica general de las aguas termales, además de su elevada temperatura, es que se encuentran ionizadas, sobre todo con iones negativos que son los que le permiten al organismo la plena relajación. Según el origen geológico, las aguas termales se dividen en magmáticas y telúricas. Las magmáticas nacen de los filones metálicos o eruptivos. Su temperatura es superior a los 60 grados centígrados. Estas aguas están compuestas por elementos como nitrógeno, cobre, arsénico, bromo, fósforo y boro. De otro lado están las aguas telúricas, denominadas también aguas de infiltración, que nacen en cualquier lugar. Éstas también tienen una temperatura que supera los 60 grados centígrados y su caudal varía según la época del año, ya que provienen de la infiltración de las aguas lluvias. Las aguas termales de la Quebrada Arriba correspondían a esta segunda categoría y estaban compuestas por elementos como sales de cal, bicarbonatos, cloruros y carbonato de calcio. BENEFICIOS PARA LA SALUD Estas aguas ayudan a disolver y a eliminar las toxinas en el organismo, aumentan la circulación sanguínea y la oxigenación. El aumento de la temperatura del cuerpo con estas aguas hace que mueran los gérmenes, sobre todo aquellos virus que atacan a las personas de manera cotidiana. Otra propiedad de los termales es que aumenta el metabolismo y por lo tanto ayuda a mejorar la digestión. www.santafedeantioquia.net Según los estudios realizados a las propiedades de estas aguas, los termales pueden aliviar temporal o parcialmente enfermedades como el reumatismo, la neuroparálisis, la diabetes, gota, problemas gastrointestinales, enfermedades respiratorias y de la piel. Es importante que antes de hacer uso de un termal atienda las recomendaciones como las de no bañarse bajo efectos de alcohol o drogas; mantenerse hidratado todo el tiempo; intercalar los baños calientes con otros de agua fría. Si padece de alguna enfermedad crónica consulte a su médico antes de hacer uso de estos baños. DISTRIBUCION EN EL MUNDO Prácticamente cualquier país puede presentar en sus límites aguas termales. Algunas localizaciones importantes pueden ser zonas volcánicas como Nueva Zelanda, México, Islandia, Japón, Colombia, Bolivia, Chile, Perú y el Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos. También existen aguas termales al norte del Uruguay, en los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú y en la provincia de Entre Ríos en Argentina, siendo las más importantes de este país la de la ciudad de Termas de Río Hondo, provincia de Santiago del Estero, y Copahue, en la provincia de Neuquén.Las Las termales en Rivera (Huila). Al norte del Perú en el distrito de Curgos aflora grandes manantiales de aguas calientes sulfurosas y ferrosas con muchas propiedades curativas sobre todo para casos de reumatismo, estas están en El Edén, en Yanasara y en Churin. Muchos lugares en todo el mundo tienen nombres relacionados con esta característica geológica, algunos de ellos son: Aguascalientes, estado, municipio y ciudad, en México Hot Springs, Arkansas, en Estados Unidos (manantial caliente) Oymyakon, en Siberia, Rusia (agua que no se congela) Puruándiro, (en Purépecha lugar de aguas termales) municipio y ciudad, en México Thermopolis, Wyoming, igualmente en EUA (ciudad caliente) Tiflis, Georgia, (lugar caliente)¨ Santa Rosa de Cabal, Risaralda, Colombia, Termales de Santa Rosa y Termales de San Vicente. www.santafedeantioquia.net Atentamente: Juan Carlos Sepúlveda Sepúlveda. Miembro del Centro de Historia de Santa Fe de Antioquia. www.santafedeantioquia.net