IES SAN TOMÉ DE FREIXEIRO LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL. Durante la primera mitad del siglo XX, el teatro español se mantiene al margen del drama innovador que desde finales del siglo XIX se representa en otros países ( Ibsen, Chejov, Pirandello). Los intereses económicos de los empresarios van a a condicionar el estilo de un teatro que se resiste a evolucionar. Muchos dramaturgos, para sobrevivir, abandonaron la modernidad de sus obras iniciales y se adaptaron al gusto del público burgués. Este teatro comercial responde a tres tendencias fundamentalmente: La alta comedia: su máximo representante es Jacinto Benavente, autor de obras en las que hace una crítica suave de los conflictos morales de la burguesía con un lenguaje cuidado. Destacan las siguientes obras: Los intereses creados , Señora ama , La malquerida. El teatro poético: escrito en verso; en él se mezcla el drama histórico-romántico con un lenguaje modernista. Teatro de pura evasión que recupera temas históricos y legendarios. Destacan Eduardo Marquina con Las hijas del Cid y los hermanos Machado con La Lola se va a los puertos. El teatro humorístico: su finalidad es el entretenimiento del público. Los representantes más destacados son Carlos Arniches, que destaca por sus sainetes y por la tragedia grotesca con La señorita de Trévelez; los hermanos Álvarez Quintero con El genio alegre y Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, con La venganza de don Mendo. Estas tendencias del teatro comercial convivieron con los intentos renovadores de algunos autores que, influidos por escritores europeos y por el desarrollo de las vanguardias, escriben obras rupturistas que, en general, no se estrenaron. Entre éstos se hallan los siguientes: Autores del grupo del 98: Unamuno (teatro intelectual y filosófico) con sus obras Fedra, El otro; Azorín (cuyo teatro muestra su obsesión sobre el paso del tiempo) con su obra Lo invisible; Valle-Inclán (cuya obra evoluciona del Modernismo al esperpento). Otros autores como Jacinto Grau, que desarrolla en El señor de Pigmalión un teatro culto y profundo que tuvo mayor acogida en Europa que en España y Ramón Gómez de la Serna, precursor de la vanguardia en España, quien escribió numerosas piezas teatrales, en su opinión irrepresentables. La más conocida es Los medios seres. Autores de la Generación del 27, que incorporan los avances de las vanguardias y potencian la intención social, como Pedro Salinas con Judith y el tirano( obra posterior a 1936); Miguel Hernández, que escribe un teatro comprometido y reivindicativo, con Teatro de guerra (posterior al 36); Max Aub, cuyo teatro refleja la incomunicación humana, la injusticia, la opresión, el desarraigo del exilio, con San Juan y Morir por cerrar los ojos (posteriores al 36); Alejandro Casona, con La dama del alba ( posterior al 36). Y, por último, las dos figuras más representivas que son Rafael Alberti, que escribe un teatro vanguardista que evoluciona hacia el compromiso. Utiliza un lenguaje simbólico. Destacan sus obras: El hombre deshabitado, El adefesio, Noche de guerra en el Museo del Prado y el máximo exponente de la renovación del teatro español, junto con Valle- Inclán, que es Federico García Lorca. Autores de teatro de humor intelectual, como son Jardiel Poncela en cuya obra se refleja un humor intelectual que juega con el lenguaje y con situaciones grotescas. Destacan Cuatro corazones con freno y marcha atrás y obras posteriores a los años 40 como Eloísa está debajo de un almendro y Un marido de ida y vuelta. También Miguel Mihura cuya obra más representativa es Tres sombreros de copa, que en un principio sufrió un gran fracaso y que fue estrenada con éxito veinte años después. Esta obra lo convierte en un precursor del teatro del absurdo que triunfará en Europa a mediados de los años cincuenta. Ahora bien, en todo este panorama de autores que buscan la innovación hay dos que merecen una especial mención. Son Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca. IES SAN TOMÉ DE FREIXEIRO LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA VALLE-INCLÁN (Vilanova de Arousa 1896- Santiago 1936) es para algunos el autor más importante de la dramaturgia nacional. Su obra supone una revolución en la historia del teatro español, anticipa técnicas cinematográficas y acerca el teatro español a lo que otros autores estaban haciendo en el resto de Europa. Podemos clasificar su obra en tres etapas: Primera etapa: influencia directa del modernismo de Rubén Darío. Destaca El yermo de las almas. Segunda etapa o etapa de transición ( ciclo mítico): adopta un tono más crítico y agresivo y un lenguaje más duro. La acción transcurre en una Galicia mítica. Destacan Comedias Bárbaras y Divinas palabras. Pertenecen a esta etapa pequeñas farsas como La marquesa Rosalinda. Tercera etapa, a partir de 1920 (etapa del esperpento): en esta etapa publica Farsa italiana de la enamorada del rey, Farsa y licencia de la reina castiza ( ubicadas grotescamente en la corte de Isabel II) , Luces de Bohemia, que inicia la estética del esperpento y Martes de carnaval (trilogía), más radical que la anterior. A través del esperpento, el autor hace una crítica ácida de la España de la época y sus instituciones, y muestra un mundo absurdo en que está todo al revés. Para lograrlo, utiliza los siguientes procedimientos: Deformación caricaturesca de la realidad y de los personajes que son tratados como marionetas, mediante procedimientos de animalización y cosificación. Creación de situaciones absurdas y exageradas. Utilización de la ironía y la sátira. Uso de un lenguaje coloquial, que llega incluso a lo vulgar, lleno de casticismo y de juegos de palabras. Luces de bohemia describe la última noche en la vida de un poeta bohemio, ciego y pobre llamado Max Estella (basado en la figura real del escritor Alejandro Sawa). Durante su largo paseo nocturno con don Latino de Hispalis, hombre aprovechado y egoísta, aparecen caricaturescamente deformados los aspectos más miserables de la vida española y de la condición humana. En la obra desfilan personajes dispares que sirven a Valle para realizar una fuerte crítica social y política de la España del momento; asimismo se da la ridiculización de instituciones de todo tipo. Son de gran originalidad las acotaciones, muy largas y descriptivas, que tienen valor literario en sí mismas y destaca la libertad en el tratamiento del tiempo y el espacio. Si bien el teatro de Valle se consideró durante mucho tiempo como irrepresentable, actualmente las nuevas técnicas escénicas permiten montar sus obras con gran libertad e imaginación. Por su parte, FEDERICO GARCÍA LORCA (Granada 1898-1936) se implicó de lleno en la actividad teatral. Director de La Barraca, grupo teatral, autor de bocetos para decorados, actor y dramaturgo. Escribió obras teatrales desde su juventud hasta el final de su vida. No llegó a ver representada La casa de Bernarda Alba, considerada obra cumbre de su producción dramática. Las características fundamentales de su teatro son: la visión del teatro como una obra social y didáctica en la que el dramaturgo debe estar implicado; el tratamiento de un tema básico como es el enfrentamiento entre el deseo y la realidad opresiva y la poetización constante de la vida cotidiana. La obra dramática de Lorca puede agruparse en tres grandes bloques: Primeras piezas teatrales. En la década de los años veinte, tras pequeñas obras como El maleficio de la mariposa, le llega el éxito con Mariana Pineda, drama histórico en verso. A continuación, destacan dos farsas trágicas tituladas La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín. Cierra esta etapa la obra Retablillo de don Cristóbal, que pertenece al llamado teatro de marionetas, al que Lorca le dio el nombre de “Los títeres de cachiporra”. Teatro vanguardista. Lorca las llamó comedias imposibles. Se da en ellas el influjo surrealista. Destacan: El público, obra en la que condena a una sociedad llena de prejuicios, Así que pasen cinco años, en la que aparecen temas como el paso del tiempo y la muerte y Comedia sin título. IES SAN TOMÉ DE FREIXEIRO LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA Etapa de plenitud. Durante los años treinta escribe sus dramas más importantes, protagonizados por mujeres, en los que lo popular cobra mayor importancia. Son Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y la trilogía formada por Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra. La casa de Bernarda Alba (1936), estrenada en Buenos aires en 1945, es un drama en prosa estructurado en 3 actos, está protagonizado por Bernarda Alba, mujer dura y tiránica, que impone a sus cinco hijas un luto de ocho años a causa de la muerte del padre. El tema central es el enfrentamiento entre autoridad y libertad. El argumento es escaso y los personajes son todos femeninos: Bernarda Alba ( madre, encarna el poder y la represión de los instintos naturales); las cinco hijas ( Amelia, Angustias, Magdalena, Martirio y Adela [la más joven que encarna la rebeldía] y la criada (Poncia). El único hombre (Pepe el Romano) que nunca aparece en escena, se halla engrandecido por lo que los demás dicen de él. La obra describe un mundo verosímil e incluye muchos elementos simbólicos: - colores blanco y negro, el calor sofocante y la escasez de agua remiten a la falta de vida y al aislamiento que padecen los que viven en la casa. - el color verde del vestido de Adela o el abanico simbolizan la vitalidad y el deseo de libertad. En cuanto al discurso, utilizan un lenguaje popular lleno de metáforas, comparaciones y refranes. En el teatro de Lorca se combinan verso y prosa pero poco a poco el verso va quedando para momentos de especial intensidad y ya en esta última obra domina una prosa de gran fuerza dramática. También los conflictos y los ambientes cobran mayor hondura y alcance real.