CÓMO EMPEZAR A HACER EJERCICIO... DE NUEVO Si después de todo este tiempo sin hacer deporte te estás planteando volver al buen camino, hay una cosa que debes saber: Si haces lo que siempre has hecho obtendrás los resultados que siempre obtuviste. Es decir, abandonar el deporte de nuevo. Así que, ¿cómo puedes agarrar el hábito de hacer ejercicio y no soltarlo nunca más? Bueno, afortunadamente para ti, al otro lado de la pantalla está alguien que ya ha pasado por ahí. Después de probar varias estrategias, hoy te cuento cómo conseguí pasar de hacer 0 deporte (y 97 kilos) a no querer acabar un día sin hacer algún tipo de ejercicio (y 82 kilos). Nos ponemos en situación Desde que era pequeño siempre he practicado algún deporte: fútbol al principio y después me pasé al lado oscuro (según lo tratan los telediarios), el baloncesto. Y todo iba bien...Hasta que llegó la universidad. Entre estudios, nuevos amigos y nuevos ambientes cambié las ganas de hacer deporte por otras cosas. Sinceramente: no echaba de menos el ejercicio. Acostumbrarse a la “buena vida” es muy fácil. Pero llegó el día, aquel día en el que la báscula a la que solía visitar por diversión me gritó a la cara: 97 kg. Aquel fue un momento crítico. Después de casi 3 años sin hacer ejercicio me puse el disfraz de héroe y decidí volver a hacer deporte de nuevo. ¡Y lo conseguí! Aunque después de muchos tropiezos y (re)caídas. Esto es lo que me gustaría ahorrarte. Todo el ensayo y “el prueba-y-error”. Veamos qué es lo que funciona para volver a hacer ejercicio. Identificar por qué lo dejaste Si vamos a hacerlo, lo haremos bien. Así que, si queremos engancharnos de nuevo a hacer deporte esta vez será como en las bodas: para siempre. Para evitar volver a abandonar lo primero que hice fue poner muy claro por qué dejé el deporte en primer lugar. En tu caso, si te acuerdas de cuál fue el motivo por el que paraste, estupendo. Apúntalo. Hazte un cuadro con ello. Que no se te olvide. No lo apartes de tu vista. Si no te acuerdas porque hace mucho tiempo que lo dejaste, aquí tienes una lista de las razones excusas más habituales para dejar de hacer deporte. ¿Te resulta familiar alguna de ellas? ● ● ● ● ● Estaba harto/a de tanto ejercicio... No me divertía/ me aburría... No tenía tiempo... Me lesioné... Al final sentía que era una obligación y todos los días tenía que forzarme a hacerlo... No empieces la casa por el tejado. Vamos paso a paso y este es el primero. No te lo saltes. Buscar una solución a por qué lo dejaste ¿Sabes que hace un gran guerrero? Convierte sus debilidades en sus puntos fuertes. Cuando dije que me puse la capa de héroe me refería justamente a esto. Si mi punto débil era mi poca habilidad social lo trabajé, y sigo trabajando, para lograr que éste sea mi punto fuerte. Por ejemplo… Si hay alguien echando unas canastas en la cancha a la que voy les digo si les apetece jugar un partido y me uno a ellos. Cuando me siento al lado de algún desconocido a la hora de viajar, me presento y le pregunto qué tal está. Así de simple conocí a un hombre que adoraba los collie. Le escuché y me interesé por él, a pesar de que los collie no son mi pasión secreta. Pero aquel hombre me contó cuanto había sufrido a raíz de un accidente que tuvo. A pesar de su medicación que le dejaba medio drogado, había creado una web donde hablaba de los collie. Sinceramente, aprendí bastantes cosas sobre webs que hoy puedo aplicar aquí (aunque sobre collies no recuerdo ninguna). Pero sobretodo, aprendí que cada uno tiene una historia increíble que contar. Pero cada uno tiene sus razones para dejar el ejercicio. Quizás la tuya fue parecida a la mía o quizás fue cualquier otra de la lista de arriba. Por eso, te comento algunas soluciones que puedes poner para transformar tu debilidad en fuerza. EXCUSA: No tenía tiempo SOLUCIÓN: Establece tus prioridades. Ponlo bien claro: la salud es muy importante. ¿De qué sirve el dinero, los coches o cualquier cosa sin una buena salud? Sé consciente de todos los problemas que tiene la gente que no hacía ejercicio antes cuando podía. Hacer deporte no sólo evita estos problemas sino que además nos permite vivir una vida con más energía. Teniendo en cuenta estas dos cosas la pregunta es ¿Cómo no empezar a hacerlo ya mismo? EXCUSA: Me aburría SOLUCIÓN: Fácil. Cambia de ejercicio. Es raro enamorarse a primera vista del gimnasio. O de salir a correr. Dale un poco de tiempo. Pero si pasado un mes, por ejemplo, sientes que te sigue aburriendo y que no te motiva nada entonces toca probar algo nuevo. Tienes una infinidad de deportes o ejercicios donde elegir. ¿Por qué conformarse con uno sólo? EXCUSA: Estaba harto/a de tanto ejercicio. SOLUCIÓN: Varias opciones aquí. Puede que estuvieras cansado/a porque el ejercicio te aburría (mira la solución anterior) o puede que abusaras demasiado del ejercicio. En este último caso, empieza poco a poco y ve aumentando el tiempo que utilizas progresivamente. Por ejemplo, si quieres volver a correr empieza con 2 días a la semana. Después de un par de semanas tú mismo querrás aumentar el tiempo así que puedes pasar a 3 días a la semana. Así hasta llegar al punto en el que tu cuerpo te diga que te estás pasando. Te darás cuenta porque estarás como asqueado/a y cansado de tanto ejercicio. En ese punto, rebaja un poco todo el tiempo que pasas practicando deporte. Habrás encontrado tu punto perfecto (aunque ten en cuenta que este punto cambiará conforme te hagas más fuerte) EXCUSA: ¡Me lesioné! SOLUCIÓN: Aunque puede sonar muy convincente no es una buena excusa. Dime sino, ¿por qué no volviste cuando tu lesión sanó? (Nota: si sigues lesionado céntrate en recuperarte. Y si no vas a poder hacer el mismo deporte, ya sabes, busca otros. Hay miles) Eso sí, si te lesionaste es probable que fuera porque no utilizabas la técnica correcta. Por ejemplo, mucha gente sufre una lesión de espalda o de pecho tras tanto gimnasio. ¿Por qué? La técnica no es la correcta. No hagas ejercicio con el ego. No creas que por levantar más peso eres más fuerte. Si tu técnica no es la buena sufrirás las consecuencias. La próxima vez céntrate en crear una buena técnica, después ya podrás aumentar el peso que levantas. " Crear un detonante que te impulse a empezar Antes de detallarte este paso déjame que te cuente algo. Cuando alguien dice que tiene una razón para explicar todo lo que hace una persona me gusta ponerle a prueba. Y después de escuchar muchas ideas locas me parece razonable decir que las personas nos movemos en busca de placer y huyendo del dolor. Absolutamente todo lo que hacemos es para evitar sentirnos heridos/as o para sentir algún tipo de placer. Por ejemplo... Ir a trabajar: placer de conseguir dinero, prestigio o crecimiento personal y evitar el dolor de no tener ni un euro en la hucha. Tocar la guitarra: placer de crear una obra de arte… ¿Qué? A mi me lo parece cuando toco ;) En cualquier caso, usando esta idea de placer y dolor creé una bomba psicológica que me impulsara a hacer ejercicio. Creé mi propio detonante. ¿Cómo? Asocié mucho dolor a seguir sin hacer ejercicio. Para ello, fui a jugar un partido de basket entre amigos. ¿Resultado? Lo puedes ver en mi diario: No necesitas un máster en psicología subconsciente para darte cuenta de que no podía creerme mi penosa actuación. Bueno, ese fue el motivo de obligarme a ir al partido. No sólo darme cuenta sino SENTIR que no tenía más opción que cambiar. Si antes corrías 1 hora perfectamente. Haz la prueba: sal a correr hoy mismo y dime, ¿has llegado a correr una hora? ¿cómo te encuentras? Ponte a prueba a ti mismo/a y date cuenta de que ya no puedes hacer lo mismo que antes. Y ojo esto nada tiene que ver con la edad. Se trata de que no estamos viviendo con toda la intensidad con la que podríamos vivir. Estamos perdiendo oportunidades a cada segundo. Esto es muy fuerte. No lo digo para hundirte, sino para que crezcas. Porque a veces hay que dar un empujón a alguien para que se decida a saltar. ¿El secreto para empezar? Empieza ¿Por qué no empiezas a hacer deporte? 1. No te crees suficientemente bueno/a. VERDAD: Todo el mundo empezó por el principio 2. Va a ser demasiado duro. VERDAD: Si no has corrido en tu vida y mañana pretendes correr la maratón va a ser tan duro que quizás mueras. Pero aquí hablamos de empezar a hacer ejercicio de forma que algún día (seguramente más pronto de lo que esperas) puedas correr la maratón. 3. Piensas demasiado (¡como yo!). VERDAD: Este es un problema gordo que muchos tenemos. Nos gusta pensar y pensar sin llegar a actuar. Así nos engañamos diciéndole a nuestra conciencia que estamos empleando mucha energía en buscar la mejor estrategia. ¡Y es verdad! Pero no queremos perder esa energía pensando. la queremos invertir en el ejercicio. Sé que mucha gente pecamos de vivir demasiado en la mente y actuar más bien poco. Y no te voy a mentir, a día de hoy es algo con lo que todavía estoy batallando. Pero te dejo aquí un par de trucos que me han ayudado a mejorar muchísimo en este sentido: Poner fechas límites para las decisiones. Esta estrategia viene como anillo al dedo para esos momentos en los que te das cuenta de que te has pasado horas o días pensando sobre una decisión que vas a tomar. Imaginando todas las posibles situaciones, las mejores formas de atacar el asunto pero en realidad todavía no has movido ficha. Por ejemplo, en los primeros días de gimnasio siempre se paseaba por mi cabeza la tentación de aprovechar el tiempo en otras cosas. En esos momentos me daba 30 segundos a mi mismo para decidir si ir o no. 30 segundos de reloj (de móvil). Obviamente, en esos 30 segundos mi razonamiento no podía dar muchas excusas. Sabía que me había propuesto ir y sabía todos los beneficios que me iba a proporcionar. Cuando trataba de autoconvencerme de que había cosas mejores que hacer ya habían pasado los 30 segundos. NOTA / POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS: como ves aquí actuaba casi sin pensar. Pero esto formaba parte de una estrategia, porque anteriormente ya había decidido que el deporte era algo muy importante para mi y quería dedicarle tiempo. No se trata de utilizar esta estrategia para decidir sobre todo en unos pocos segundos. Hay decisiones que requieren de un poco más de tiempo. Ser una persona de acción. Cada día, cada momento del día trato de cumplir una pequeña meta. Por ejemplo, una de estas metas es escribir 250 palabras (mínimo) todos los días para la comunidad de Caminar es Medicina. No es mucho, pero hacerlo todos los días fortalece mi músculo de “toma decisión y actúa”. Sigo la fórmula de la que hablo en el post para crear hábitos saludables conseguir pequeñas victorias. Todo esto que te he contado en este punto te lo puede resumir Nike en 3 palabras pero yo en una: HAZLO. Aprécialo y si no te gusta: a otra cosa mariposa. Y así conseguí empezar de nuevo a hacer ejercicio. Peeeeero ahora viene la parte más difícil: continuar. Existe un hecho curioso y es que cuanto más comemos más ganas de comer nos entran, aunque no sea por hambre. Lo mismo ocurre con el ejercicio. Si no haces nada habitualmente tus ganas de hacer ejercicio serán nulas. Pero, por norma general, conforme más ejercicio haces más te apetece hacerlo. Se va formando la bola de nieve. Con el impulso inicial ahora todo va cuesta abajo y cada día cuesta menos hacer ejercicio. De hecho, cada día cuesta más no hacerlo. " Una idea de que me ayudó mucho a seguir con mi plan de entrenamiento fue empezar a apreciar el gimnasio. Disfruto cada vez que voy, a pesar de hay días mejores que otros. Lo hago mi ritual. NOTA: para descargarte gratuitamente una guía diseñada específicamente para crear y continuar tus hábitos saludables haz click aquí Obviamente los primeros días/semanas en los que estás (re)empezando el deporte no van a ser divertidos. Van a ser duros. Acéptalo. No tienen porque ser un martirio pero no serán un camino de rosas. Pero confía en mí cuando te digo que las cosas van a ir a mejor. Esto ocurre cuando todo va bien. Sin embargo, no siempre acertamos a la primera. A veces volvemos a hacer el deporte que tanto nos gustaba y ya no te parece tan divertido como antes. ¿Qué hacemos en este caso? Cambialo. Prueba otras cosas. Hay miles de deportes, de todos los colores y para todos los gustos. No te quedes en uno de ellos simplemente porque en un tiempo pasado te gustó. Experimenta con otros nuevos cuando sea necesario. Busca un compañero de fatiga Lo que más se echa en falta a la hora de empezar es alguien que nos cubra la espalda. Alguien que nos guíe por un camino que ya conoce y que nosotros desconocemos. Creo que un entrenador personal no triunfa porque las rutinas de ejercicios que te da sean mejores que las que puedas encontrar gratis por internet. Creo que consigue su objetivo por la parte psicológica. Por que es tu compañero pero también algo así como tu profesor. Te pone unos deberes y no quieres defraudarlo. Te “obliga mentalmente” a hacerlo. Es un compañero de fatiga. En mi caso me costó aprender este paso y me gasté cientos de euros en programas. No hay necesidad de que hagas tú lo mismo. En resumen… Para volver a hacer ejercicio de nuevo y definitivamente seguí 6 pasos: ● Descubrir la razón por la que lo abandoné. ● Buscar una solución a esa razón ● Asociar dolor a no empezar ● No pensarlo más y empezar. ● Tratar de apreciar el ejercicio y no hacerlo simplemente por hacerlo. ● Buscar a alguien que ya haya pasado por la misma situación. Utiliza esta web como compañero de fatiga. ¿Qué vas a hacer en cada uno de los pasos? Escribe en los comentarios tus 6 pasos. Y si estás atascado/a en alguno todavía tienes más razón para compartirlo aquí debajo y así te podré echar una mano.