Macho y hembra de urogallo. Juan Carlos Muñoz ¿Qué comen los urogallos? La alimentación del urogallo adulto es básicamente folívora, es decir, come esencialmente hojas de árboles y arbustos. Las hojas son alimentos poco digeribles y poseen menos nutrientes respecto a frutas y semillas. Por eso, el sistema digestivo de los urogallos presenta adaptaciones características como ciegos intestinales –en los que retienen parte de la materia vegetal para realizar una fermentación intestinal–, dentículos córneos en el paladar, un buche muy grande, un largo intestino y una molleja robusta. En las poblaciones del centro y sur de Europa, el hábitat se caracteriza por bosques de coníferas y el pino suele ser el alimento invernal preferente, aunque piceas, abetos, alerces, enebros, abetos de Douglas y diversos arbustos o gramíneas también contribuyen a la dieta. En la cordillera Cantábrica no existen bosques de coníferas, con la excepción de algunas masas relícticas de pino silvestre y repoblaciones forestales realizadas con esta misma especie u otras. Como consecuencia, el urogallo cantábrico basa su dieta en las especies caducifolias, como el haya, el roble y el abedul, mucho más abundantes, aunque se alimenta de confieras cuando las tiene a su alcance, como ocurre en el resto de Europa. En general, en invierno y en primavera, los árboles son la fuente más importante de alimento, mientras que, en verano y en otoño, las bayas, los arbustos y las herbáceas constituyen la base de su dieta. 1 Acebo. Daniel de Pinto Arándano. Fundación Biodiversidad Hayedo. Ester Carlomagno En concreto, durante el invierno, la alimentación puede basarse en yemas de haya, serbal, abedul, hojas de acebo, enebro, brecina y otras especies disponibles como acículas de pino, si pueden acceder a ellas. En primavera, la dieta se hace más rica y variada y los urogallos aprovechan nuevas especies vegetales disponibles: brotes tiernos y hojas nuevas de haya, roble, abedul y de otras especies, además de las partes verdes del arándano, brecina y varias gramíneas. En verano y otoño el arándano y la brecina suelen ser las especies más consumidas, junto al acebo, los helechos y algunas herbáceas. El arándano representa un componente fundamental del hábitat del urogallo a lo largo de todo su ciclo vital: en verano, época de cría, sus frutos suponen un valioso aporte alimenticio. Además, las orugas y otros artrópodos que se encuentran en las arandaneras constituyen un suplemento proteico crucial en la dieta de los pollos en sus primeras semanas de vida. En las otras épocas del año, también se aprovechan las hojas tiernas y los tallos. En las últimas décadas, la evolución del medio forestal ha tenido efectos antagónicos sobre la calidad del hábitat del urogallo cantábrico, con respecto a la penetrabilidad y a la fructificación de las especies clave en su alimentación. Por ello, el LIFE+ Urogallo cantábrico actúa, a través de las acciones de gestión del hábitat sobre la estructura de las masas forestales, para lograr aumentar la productividad y cobertura del arándano y de otras especies fundamentales en su dieta. 2