«Diálogo en PROGEDSA» Protagonistas: —Señor Marciano Viril, 87 años, jubilado.

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«Diálogo en PROGEDSA»
Protagonistas:
—Señor Marciano Viril, 87 años, jubilado.
—Esposa del señor Marciano, 82 años.
—Un teleoperador que, por cierto, acaba de suicidarse (ver nota final).
—Buenas tardes, ¿con el señor Marciano Viril por favor?
—Digaaaaaaa.
—Buenas tardes, ¿el señor Viril por favor?
—¡Qué pasa!
—¿Es usted el señor Viril, verdad?
—¿Qué quiere?
—Mi nombre es Juan Carlos, le hablo del Grupo PROGEDSA para Tele2, lo del teléfono,
recuerda?
—¿Qué dice?
—Le habla Juan Carlos de Tele2, señor, ¿podría bajar la televisión así me oye mejor?
—¿Habla de la televisión?
—Noooo, señor Viril, le digo que le hablo de Tele2.
—De la 2, joder, ¿ganamos algún premio?
—A ver, señor, por favor escúcheme, ¿sí?
—Digaaa.
—Le hablo de la compañía del teléfono… me comprende?
—De la Telefónica…
—No, somos de Tele2, no somos Telefónica, sino que trabajamos conjuntamente con
Telefónica.
—Ah, nos han estafao de la Telefónica…
—No, por favor señor Viril, que no, que somos de otra compañía telefónica.
—¿Cómo otra?
—Sí, no hay allí con usted algún familiar directo que se pueda poner al teléfono?
—¿Eh?
—Que si está con usted algún familiar que se pueda poner al teléfono…
—Que no me entero…
(MUTE: uy uy qué tarde tengoooo…) Mmmm, me pone con su mujer o alguien de su familia?
—No sé qué dice… coge, coge, coge tu, mujer, venga!
—De acuerdo, por favor que se ponga al teléfono su esposa… gracias
(LARGO SILENCIO…)
—Digaaaaa.
—Hola, mu…
—Diga.
—Hola, mucho gusto señora, ¿cuál es su nombre?
—¿Qué quiere?
—Le estaba tratando de explicar a su marido que le hablo de Tele2, del teléfono, entiende?
—No, no queremo ná, lo vamo a quitá…
—Perdone, señora… ¿me dice su nombre?
—Que no quiero saber ná con ustedes… estamos hasta el gorro de Telefónica.
—Precisamente señora…
(MUTE: Dios mío, que par de viejos pelotudos)
—Ustedes nos han engañao…
—Señora, ¿me escucha solo un momento con atención, sólo un minuto le pido.
—A ver…
—Somos del Grupo PROGEDSA para Tele2.
—¿Grupo qué?
—PROGEDSA.
—¿Y qué procesan?
—No, no… Da igual… A ver si me explico.
—¿Qué ha dicho?
—Tele2, T-e-l-e-2.
—¿UNI2?
—Noooo.
—Ya tuvimos UNI2 y no han timao también…
—Tele2 le digo. T-E-L-E-2, me oye? Te-le-dos, ¿de acuerdo?
—¿Y qué quiere de mí?
—Mire, queremos, simplemente, hacerle ahorrar en sus facturas telefónicas, me comprende?
—Sí, es que no le oigo bien
(MUTE: uy uy uy, qué tarde de mierda tengo) ¿Ahí me oye mejor?
—No.
—A ver, ¿ahora?
—No.
—¿Ahora sí, verdad?
—No.
—Es que me parece que el problema es su línea telefónica señora…
—Es culpa de ustedes que me funciona mal el aparato…
—Señora… es que la línea suya es de Telefónica, no es nuestra.
—Es igual…
—No, perdone, no es igual, son dos empresas distintas
—Ah, sí?
(MUTE: nooo)
—Es decir, trabajamos conjuntamente con Telefónica, pero no somos Telefónica…
—Joder, que follón… ¿no?
—No, es muy simple, le explico si me permite.
—Mmmm, cállate Marciano que no oigo ná al muchacho…
—Señora…
—Sí, ¿Qué pasa?
—No, no pasa nada, sólo quiero informarle que en una semana le enviaremos a su domicilio
una carta informativa y a partir de ese momen…
—No, no, no quiero cartas de ná, que me borren…
—Señora, déjeme terminar de explic…
—Qué no, que no quiero ná, ni cartas ni ostias!
—Le decía que a partir del momento en que le llegue la carta podrá disfrutar de nuestros
descuen…
—Es todo trampa…
—No, por favor, no me diga eso, ¡no le permito!
—Que sí…
—Señora, le aseguro que…
—Son todos iguales…
—Mire, porqué no lo prueba un mes y si no le satisface lo da de ba…
—Si nosotros somos pensionistas, no tenemos un duro…
—Precisamente…
—Cobramos la mínima y somos gente mayor
—Exacto. Por eso mismo le propongo la posibilidad de ahorrar…
—¡Que no quiero ahorrar!
—¿Cómo que no quiere ahorrar?
—No, que no…
—Pero su marido, don Marciano, sí quiere ahorrar, porque firmó su conformidad cuando
pasaron por su casa…
—¿Qué firmó?
—Ha firmado una solicitud…
—¿Solicitud? ¿Cómo? ¿Tu has firmado algo Marciano? Que no, mujer… qué no.
—Ha pasado uno de mis compañeros y ha firmado…
—Que dice que no ha firmao…
—¿Está segura?
—¿Has firmado, joder? No sé, es que la chica que vino…
—¿Ve señora?, su marido ha firmado y estaba interesado…
—Pero no se entera de ná, no le haga caso.
—¿Cómo que no le haga caso? Todos tenemos derecho a ahorrar…
—Rompa los papeles y ya… ¡Corta la llamada, mujer, y que le den por saco…!
—Se trata de un servicio sin compromiso, no rompa nada que usted no tiene que darse de
baja de Telefónica ni nada.
—Sí, ¡déme de baja también de la Telefónica!
—A ver, señora, le pido por favor que me escuche con atención…
—¡Bórreme de todo… haga el favor!
—Aquí no tiene compromiso como en Telefónica, usted se borra cuando quiera si no le parece
bien nuestro servicio…
—Pues por eso, hombre, que me borre ya mismo!
—De acuerdo, cálmese. Por último, permít…
—¡Que no le permito ná!
—Déjeme hablar sólo un momento, por educación…
—Mmmmm.
—Cálmese un minuto, ¿de acuerdo?
—Pues sí, venga, a ver…
—Lo que trato de explicarle antes de que desaproveche esta oportunidad es que el nuestro es
un servicio gratuito, me entiende, lo prueba y si no le satisface nos llama…
—¿Adónde hay que llamar? ¡Yo no llamo a nadie! ¡Llamen ustedes!
—No me comprende… Allí en la carta que le enviamos aparece un número telefónico gratuito
para que se comunique con nosotros en el caso de que no quede conforme con el servicio…
—No, no… a mi no me manden nada, Virgen Santa…
—Pero verá que quedará encantada con los descuentos!
—No, no quiero, es que la chica que vino nos puso la cabeza loca, sabe?
—¿Cómo?
—Le explicó muy rápido a mi marido y él firmó pero no sabe qué era…
—¿No sabía qué era pero lo firmó?
—Sí.
—¿Cómo firma sin saber de qué va el asunto?
—Pues lo firmó pero ahora mismo lo rompo y ya está…
—No, no lo rompa, no se preocupe que si no lo quiere probar no hay inconveniente, es usted
la que se pierde la posibilidad de ahorrar…
—Lo tengo aquí en la mano, lo rompo y se acabó el follón…
—No es necesario, si usted no quiere prob…
—Que no quiero probar nada, ¡por Dios!
—Tranquilícese, le comprendo.
—Mire, le propongo algo… sólo un mes… ¿porqué no lo prueba un mes? ¡Verá cómo queda
conforme!
—Es que, puñetas, le he dicho cien veces que nooooooo.
—De acuerdo, señora, permítame…
—Que no le permito ná… Que estamos bien así.
—Señora…
(MUTE: la madre que la parió, me llega a decir que no y me pego un tiro)
—Después vienen los problemas…
—No, con nosotros no va a tener ningún tipo de problemas, ya lo verá…
—Qué problemas ni qué ostias…
—Señora, déje…
—¡Que me deje en paz!
—Señora…
—Joder, qué morro tiene este chaval…
—Seño…
—¡Por favor no! ¡Que no hombre, que no…!
—Se…
—¡Váyase a tomar por culo!
—Cómo di…
—¡¡A la porra!!
—Có…
—¡Clic!
—¡Clac!
Segundos después de la agresión verbal, el empleado busca su bolso, revuelve en él y de
repente saca una pistola y se la coloca en la cabeza… se oye un brutal estallido que destruye
por completo el micrófono de los auriculares y provoca un caos de gritos y llantos … El
teleoperador 4386-59 se acaba de suicidar de un tiro en la sien. Q.E.P.D. Su ratio era de…
¡qué más da!
Tanto PROGEDSA como RANDSTAD se niegan a pagarle a sus familiares la
jornada completa de su último día de trabajo, ya que el (ex) empleado se suicidó
exactamente a las 19.23 de la tarde, siendo su horario habitual de 15.30 a 21.30 hs.
Todavía se discute si descontarán de su salario la compra de una nueva silla y un
monitor de pantalla plana, que fueron destruidos por el disparo. Incluso cabe la posibilidad
de que el finiquito del empleado no llegue a cubrir el costo de ambos objetos, por lo cual la
familia del damnificado deberá hacerse cargo de dichos gastos.
En cuanto al entierro, la empresa se ofrece a cubrir los gastos del féretro, siempre y
cuando se compre en los Encantes, de segunda mano, y no cueste más de 100 euros… Claro
que la familia deberá presentar un comprobante de compra por dicho importe.
Los demás teleoperadores, incluídos los que se encontraban al lado del fallecido,
fueron obligados a seguir trabajando hasta las 21.30 hs… ¡Productividad ante todo!
Evidentemente, sus ratios bajaron considerablemente. Aunque parezca surrealista,
los altos directivos de PROGEDSA —que trabajan en otras oficinas y desconocían lo
sucedido— semanas después sancionaron a todo el grupo de teleoperadores por superar el
20% de ratio durante la trágica semana.
Hoy, afortunadamente, la empresa es una de las más pujantes de España y se
perfila como firme candidata para obtener el “Premio a la Excelencia Empresarial 2005”
por su rendimiento y por el ¿alto nivel de satisfacción de sus empleados? Las acciones de la
empresa, que ya cotizan en Bolsa, no dejan de subir… Business are business.
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