DESCARTES

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DESCARTES
1.- CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO DE DESCARTES.
El fragmento pertenece al Discurso del Método, un libro de carácter autobiográfico
publicado en 1637. En torno a esta fecha de publicación podemos considerar el
principio de la Edad moderna para la filosofía, si bien, la obra de Descartes se puede
enmarcar dentro del Barroco.
Nace en la Haya de Turena en 1596 y muere en Estocolmo en 1649. Nace en una
familia muy acomodada y bastante religiosa. Fue a estudiar en el mejor colegio de
Europa: “Le Fléchè”. Estudio derecho y filosofía. Más tarde se alistó en el ejército para
luchar contra los españoles en los Países Bajos. En 1619, se produce la famosa “escena
de la estufa”. En 1648, fue llamado por la reina Cristina de Suecia para que se
trasladará a Estocolmo y la ilustrara en su pensamiento, muriendo un año más tarde
de pulmonía.
Contexto histórico. En el siglo XVII empezó a establecerse un orden social, político y
cultural nuevo que va unido al afianzamiento de las monarquías absolutas y a la
formación de las naciones. Es el tiempo de la decadencia del imperio español y del
liderazgo de Francia e Inglaterra.
La burguesía fue determinando su dominio a nivel económico como a nivel social y
político. El capitalismo de esta época, basado en la industria manufacturera, empieza a
consolidar a las grades compañías dedicadas al comercio. La nueva mentalidad más
pragmática de la burguesía supuso un impulso decisivo de la ciencia y la técnica.
En este período histórico se radicalizaron las posiciones religiosas en el conflicto de la
Reforma y la Contrarreforma, la lucha encarnizada de católicos y protestantes. La
guerra de los Treinta Años afectó prácticamente a toda Europa, lo que supuso que la
humanidad se debilitará de una manera peligrosa. Además, la peste asoló los
territorios europeos.
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Fue una época de luchas sociales, de revueltas de campesinos, de conflictos y de
inestabilidad económica. Las monarquías absolutas intentaban servir de contrapeso
aportando seguridad y estabilidad a un tiempo de incertidumbre.
Se puede interpretar la obra de Descartes como una respuesta de la filosofía a la crisis
en que vivía la sociedad de la época. La razón era la potencia intelectual con la que el
hombre podía responder a la necesidad de un orden nuevo.
Contexto cultural y filosófico. A la crisis política, social y económica se unía la crisis en
que se encontraba el pensamiento filosófico. Los modelos construido durante la Edad
Media y las soluciones propuestas durante el Renacimiento no era suficiente garantía
para responder a las necesidades del momento. Tampoco el modelo de las
universidades desarrollado a lo largo del período medieval funcionaba de una manera
efectiva. Además, durante el siglo XVI se produjeron grandes avances en el
conocimiento científico, y este desarrollo de la ciencia produjo la idea de que el
sistema aristotélico-tomista ya no era operativo.
La experiencia propia de Descartes en el campo de la ciencia la impulsaba a buscar una
salida satisfactoria. No es extraño que propusiera la razón como la vía de solucionar la
crisis en que vivía la sociedad. El orden, la medida, la claridad y la distinción se
convirtieron en los elementos fundamentales del racionalismo cartesiano.
La imprenta supuso un acicate más para sacar la cultura de las escuelas monacales y de
los conventos. Con la publicación de libros de lenguas vernáculas, la cultura llegó hasta
los laicos, lo que supuso un factor importante de secularización. De hecho, el Discurso
del Método no está escrito en latín, sino en francés, rasgo de modernidad y efecto de
nacionalización de la cultura. Pero, además, Descartes sintió la necesidad de dirigirlo a
personas que no estuvieran ancladas en la tradición y que, sin los prejuicios de la
formación tradicional, pudieran seguir la luz de la razón natural.
El Barroco, la corriente cultural en la que se encauza el pensamiento cartesiano, se
caracteriza por el pesimismo. El movimiento, la fugacidad, la duda y la incertidumbre
son elementos sustanciales de la época, y así, el recurso del engaño del sueño que
emplea Descartes es fiel reflejo del tiempo que le ha tocado vivir. En la literatura la
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idea del sueño como metáfora de la vida está presente en obras como la de Calderón.
Sin embargo, Descartes tiende a la simplicidad, a la armonía y al orden, como preludio
de la nueva época que está por venir.
El desarrollo del pensamiento cartesiano se enmarca en el proceso abierto del
renacimiento con el antropocentrismo, la consolidación del humanismo y el
conocimiento de la ciencia. Científicos como Copérnico, Ticho Brahe, Kepler o Galileo
colaboraron de una forma decisiva en el cambio de mentalidad y en la sustitución del
modelo geocéntrico, pero también en la matematización de lo real y en la fundación
de la física matemática.
La revolución producida en la ciencia supuso un cambio fundamental en la mentalidad
de la época. De hecho se da un paralelismo estrecho entre la revolución científica
iniciada en el renacimiento y la necesidad con la que nace la filosofía moderna de
fundar una nueva filosofía, de reformar el entendimiento o encontrar un método con
el que conseguir un conocimiento claro.
El pensamiento cartesiano suponía la reacción contra los fundamentos de la
escolástica y contra la autoridad de la fe como fuente de conocimiento. El tiempo que
le había tocado vivir exigía una actitud absolutamente nueva. Descartes inauguró un
pensamiento que respondía a una nueva sensibilidad y a una nueva época que se
fundaba sobre cimientos absolutamente nuevos.
El proceso de búsqueda cartesiano empezó con los pasos indecisos de un hombre en la
oscuridad y termino afirmando la fuente de la luz, la claridad del conocimiento y la
autonomía de la razón. Frente al escepticismo de Montaigne, apostó por la necesidad
de un conocimiento cierto basado en el modelo de las matemáticas.
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TEMATICA DE DESCARTES
El Discurso del Método es un libro de carácter autobiográfico escroto en primera
persona en el que descartes se propuso mostrar la forma en que había ordenado su
vida y el camino que había seguido para dirigir de una forma adecuada su
conocimiento.
La segunda parte del Discurso del Método tiene un tema central, aunque en distintas
vertientes, que es la búsqueda del método.
En la cuarta parte, aparecen los grandes temas de la metafísica cartesiana: la duda
metódica, la formulación del primer principio, del “pienso, luego existo”, la evidencia
como criterio de verdad, la sustancialidad del alma, la demostración de la existencia de
Dios, la existencia de Dios como garantía de verdad de nuestros conocimientos, así
como la deducción de la existencia del mundo.
La obligación del alumno consiste en encontrar en el texto la similitud del fragmento
con las temáticas señaladas anteriormente y explicarla de forma resumida. En el caso
de la segunda parte no hay duda, pero en la cuarta pueden ser muchos temas distintos
por lo que debes proceder con cautela entendiendo el fragmento.
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DISCURSO DEL MÉTODO (II)
2.C JUSTIFICACIÓN DESDE LA POSICIÓN FILOSÓFICA DEL AUTOR
El texto que propone para el análisis pertenece al Discurso del Método, obra en la cual
Descartes examina el conocimiento para tratar de liberarlo de los errores y contenidos
superfluos debido al gran número de personas que intervienen en su formación, y
sobre todo, a la admisión de principios dudosos. En la II parte, expone el método que
es necesario seguir para evitar esos errores.
El objetivo de Descartes consiste en “aprender a distinguir las verdades de lo falso para
ver claro en mis acciones y caminar con seguridad en esta vida”.
Su método recibe el nombre de Duda Metódica, es decir, su punto de partida será
siempre considerar provisionalmente falso todo el conocimiento, mientras no
compruebe mediante la razón que es verdadero. Su duda no puede considerarse
escéptica (que no busca nada), puesto que para él, la verdad si existe y la duda es
simplemente un modo de conseguirla para establecer esta duda, Descartes considera
los posibles inconvenientes del conocimiento humano y establece los tres motivos de
duda (engaño de los sentidos, imposibilidad de distinguir vigilia del sueño y la hipótesis
del genio maligno).
1) La falacia o engaño de los sentidos. Según Descartes todo lo que nos llega por
los sentidos tenemos que desconfiar, puesto que los sentidos en muchas
ocasiones nos engañan. Lo que de lejos aparece como pequeño, cuando nos
acercamos es enorme, etc. Con este motivo Descartes consigue quitarse de en
medio una gran cantidad de datos e información pero sigue manteniendo las
verdades del presente y la verdades cercanas.
2) La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. Descartes sabía que las
verdades que obtiene el hombre mientras está despierto no se diferencian en
nada de las que obtenemos mientras estamos dormidos. Por lo tanto ahora las
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verdades del presente y lo cercano puede que no sean realmente verdades o
realidad, sino que simplemente sea un sueño. Con este segundo motivo de
duda solo nos quedarían las verdades de las matemáticas.
3) La hipótesis del genio maligno. Aunque Descartes es profundamente creyente
en un momento de su pensamiento se le ocurre establecer la hipótesis de que
Dios en vez de justo y bueno es un genio maligno que dedica todo su arte y
astucia a engañarle, por lo que las matemáticas pueden que no sean ciertas
debido a este genio maligno.
Tras estos motivos de duda, Descartes se queda sin ninguna verdad sobre la que
construir su teoría. Llega al extremo casi de abandonar su tarea, cuando de la
propia duda surge la primera verdad: “cogito ergo sum” (pienso, luego existo.).
Esta primera verdad, soporta claramente todos los motivos de duda y se convertirá
en el criterio de verdad para Descartes, es decir, todas aquellas verdades que
tengan las mismas características que estas, también serán verdades.
Descartes tiene la intención de obtener un método que le sirva para diferenciar lo
verdadero de lo falso. Al principio propone hasta 21 reglas, pero más tarde las
reduce a cuatro convencido de que cuando hay muchas reglas, uno se preocupa
más de conocer estas reglas que de saber aplicarlas y colocando muy pocas evitará
errores.
· Reglas o preceptos del Método:
-
La evidencia: lo evidente es aquello que se percibe con suficiente claridad y
distinción. Llamo claridad a la presencia de un objeto en la mente, la
distinción es la separación de ese objeto respecto de todos los demás. A las
cosas evidentes se les conoce con el nombre de naturaleza simple y se
obtienen por la facultad de la intuición. Los errores que se cometan en esta
primera fase suelen ser dos:
1. La precipitación. Dar conclusión antes de tiempo.
2. La prevención. Poner tanto cuidado, que ese cuidado te lleva al error.
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-
El análisis: en este mundo, las verdades están mezcladas y no se presentan
de forma evidente, sino más bien, de forma muy compleja, por eso ante
una dificultad, el análisis consiste en dividirla en partes simples hasta llegar
a las cosas evidentes o naturaleza simple. No consiste en dividir por dividir
sino hacerlo con criterio, sabiendo lo que es evidente.
-
La síntesis: consiste en volver a reagrupar las que previamente habíamos
dividido, obteniendo nuevamente la globalidad pero ya comprendiéndola.
-
La comprobación del análisis y de la síntesis: para evitar errores en fases
anteriores, propone Descarte fases de comprobación; el análisis mediante
el recuento o enumeración y la síntesis mediante la revisión.
Tras obtener el método, Descartes procede de una forma meticulosa y
prudente y comienza a aplicar estas reglas sobre las ciencias más fáciles,
concretamente sobre la geometría y otras ciencias derivadas de las
matemáticas. Además espera tener más experiencia que la que le otorgan
los 23 años que tiene cuando describe las reglas del método.
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DESCARTES (IV)
2.C JUSTIFICACIÓN DESDE LA POSICIÓN FILOSÓFICA DEL AUTOR
El texto que se propone para el análisis pertenece al Discurso del Método, obra en la
cual Descartes examina el conocimiento para tratar de liberarlo de los errores y de los
contenidos superfluos debido al gran número de personas que intervienen en su
formación, y sobre todo, a la admisión de principios dudosos. En la IV parte del
Discurso, tras poner en duda todo el conocimiento trata de llegar a una verdad
incontrovertible, el sujeto pensante, a partir de la que se demuestra la existencia de
Dios y del mundo.
Tras demostrar que existe como pensamiento, Descartes, está obligado a demostrar
que él mismo, Dios y el mundo que le rodea son realidades extramentales, fuera de su
propio pensamiento. Para demostrar todo esto sólo dispone de una cosa que son las
ideas de su pensamiento, por lo que a partir de ahora trabajará o estudiará
detenidamente estas ideas.
Descartes diferencia dos aspectos en todas las ideas:
-
Primero, como forma o manera de pensamiento donde todas las ideas son
iguales.
-
Segundo, como carácter representativo de la idea o contenido donde
todas las ideas son distintas.
Descartes sigue siendo partidario de la terminología eclesiástica, diferenciando entre
realidad objetiva, realidad formal y realidad eminente. Define realidad objetiva como
aquella que equivale a la realidad conceptual, es la más propia de las realidades. La
realidad formal se refiere a la realidad en acto, y la realidad eminente es la más
completa de todas, puesto que incluye a las anteriores y solo compete a Dios.
Las ideas pueden ser de tres tipos:
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1. ADVENTICIAS: son aquellas que provienen del exterior y por lo tanto las
obtenemos mediante la experiencia. Ejemplo: idea de mesa.
2. FACTICIAS: son aquellas ideas que con la imaginación y la fantasía se
pueden crear. Provienen del interior. Ejemplo: Burro con alas.
3. INNATAS: son las que están o brotan en nosotros de manera natural.
Posteriormente, Descartes, se preocupa del tema de la substancia y adopta la
definición tradicional (substancia es aquello que no precisa de otra cosa para ser o
existir). Según esta definición, substancia sólo sería Dios (res infinita que tiene como
atributo la perfección). Sin embargo, más tarde nos señala también el concepto de
substancia por analogía, que define como aquella que no precisa de nada para existir
excepto de Dios, y según esta segunda definición tenemos dos substancias más: la res
cogitans (alama, substancia pensante que tiene como atributo el pensamiento) y la res
extensa(cuerpo que tiene como atributo la extensión).
Todas las sustancias tienen una característica principal que la define, que se llama
atributo. Además de los atributos las sustancias son conocidas mediante sus modos.
Lo primero que intenta Descartes en cuanto a Dios es demostrar su existencia para
después proceder a demostrar su esencia, es decir, que es bueno y no maligno. Las
demostraciones de su existencia la hace de tres formas:
1) A PARTIR DEL ORIGEN Y CONTENIDO DE LA IDEA DE DIOS.
Dentro de mis ideas, la idea de Dios no puede ser considerada una idea
adventicia como tampoco una idea facticia, porque la realidad que representa
sobrepasa mi propia realidad, lo que implica que ese ser perfecto e infinito
existe y ha puesto en mi esa idea.
2) A PARTIR DE LA CAUSA DE MI PROPIA EXISTENCIA FINITA.
Yo me reconozco como un ser finito e imperfecto, incapaz de ser causa de mi
propio ser, si yo fuera la causa de mi mismo, me habría dotado de todas las
cosas perfectas que atribuyo a Dios, luego he tenido que ser creado por ese ser
que tiene todas esas perfecciones.
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3) ARGUMENTO ONTOLÓGICO DE SAN ANSELMO DE CANTERBURY.
Cualquier persona por muy necia que sea tiene una idea de Dios, considera a
Dios como lo más grande que puede ser pensado. Ese ser no solo tiene que
existir en el pensamiento sino también en la realidad ya que si no fuese así uno
podría pensar otro mayor que él.
Una vez demostrada la existencia de Dios mediante estas tres propuestas, Descartes
procederá a demostrar la esencia divina. Intentará por tanto averiguar si Dios es
bueno o engañador según la hipótesis que previamente había señalado. Si Dios posee
todas las perfecciones en su grado máximo, tendrá que poseer la verdad. Engañar es
signo de debilidad, luego Dios no puede hacerlo.
Una vez demostrado que Dios es bueno, tenemos que señalar el sentido que tiene Dios
para Descartes, ya que aunque él es un profundo creyente, Descartes ve a Dios como
la garantía o aval de que todo lo que adquiere de forma clara y distinta es verdadero.
Las otras dos sustancias que estudia Descartes representa su dualismo antropológico:
La res cogitans es el alma, mientras que la res extensa es el cuerpo. El alma es inmortal
y se encuentra unida al cuerpo de forma provisional, y es la que dirige y controla al
cuerpo.
La comunicación entre cuerpo y alma se realiza mediante unas células especiales que
hay en la sangre a las que llamó espíritus animales, y el alma la situó en la glándula
pineal.
El alma es el órgano de la conciencia donde se producen acciones y pasiones. Las
acciones dependen de la voluntad mientras que las pasiones son involuntarias y están
formadas por sentimientos o emociones causadas en el alma por las fuerzas mecánicas
que actúan en el cuerpo. Las dos pasiones fundamentales son la tristeza y la alegría.
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RELACION CON OTRAS POSICIONES
FILOSÓFICAS Y VALORACIÓN DE LA
ACTUALIDAD DE SU PENSAMIENTO
Los pensadores con los que resulta más fácil relacionar a Descartes son aquellos que,
como Locke y Hume, polemizaron con el racionalismo, o como Kant, quien hizo una
propuesta para superar la polémica del racionalismo y del empirismo. También se da la
opción de relacionarlo con Santo Tomás por las referencias explícitas que hace
Descartes a la escolástica en la IV parte del Discurso. Sería igualmente apropiado
establecer la relación con Ortega.
El racionalismo defendía que se puede conocer la totalidad del universo con principios
y conceptos innatos a la propia razón. En cambio, el empirismo negaba la posibilidad
de que la razón humana pudiera conocer la totalidad del universo, porque el
conocimiento humano tiene límites y esos límites estriban en la capacidad del
conocimiento sensible.
Quizás nos parezca más interesante la relación con Kant ya que supone la superación
de los dos movimientos filosóficos del siglo XVII. En cuanto a Kant, el conocimiento
para él es la síntesis de dos elementos: la estructura fundamental del sujeto y los
contenidos materiales de la experiencia. Ahí radica los límites del conocimiento: en los
datos de la sensibilidad. Por una parte, y en la estructura formal del conocimiento
sensible, las formas “a priori” de la sensibilidad y las categorías “a priori” del
entendimiento, por otra. El entendimiento y la razón no pueden conocer la realidad
que excedan el uso legítimo que les confiere su propia naturaleza. Así, es imposible
que el conocimiento humano pueda conocer realidades como el mundo, el alma o
Dios. Por eso, cuando intenta conocer el alma, cae en paralogismo; cuando intenta
conocer el mundo, cae en antinomías; y cuando intenta demostrar la existencia de
Dios, hace falsas demostraciones de la misma. En todas las demostraciones de la
existencia de Dios se produce el mismo error: se hace un uso indebido del
conocimiento, se usa mal el entendimiento y se aplica la categoría de la existencia a
una realidad de la que no tenemos ninguna evidencia como fenómeno.
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Por otro lado, Ortega había considerado la gran importancia que tuvo Descartes en la
historia de la filosofía. Alabó la audacia de un pensador que se atrevió a mantener el
proceso de la duda metódica aunque no hubiera llegado hasta el final y no hubiera
pensado en la posibilidad de que la vida era la realidad radical y no el pensamiento,
porque para pensar es necesario vivir.
Lo que criticaba era que, al encontrarse con el pensamiento, no supo mantener la
serenidad ante una realidad que era pura virtualidad y puro dinamismo. Tal vez por
eso, asumió la movilidad del pensar sobre la realidad sólida y estática del sujeto. El
raciovitalismo de Ortega critica de una forma radical la concepción utópica de la razón
y aboga por el perspectivismo.
Para conocer la grandeza y la vigencia del pensamiento de Descartes, tenemos que
partir de su aportación a la historia del pensamiento filosófico que supuso el paso
decisivo para conseguir la autonomía de la razón. El racionalismo fue el punto de
partida de una razón ajena a las exigencias de la fe. A pesar de la polémica originada
por el empirismo y a pesar de que se pudieran concebir otros modelos de racionalidad.
La concepción iniciada por Descartes abrió el camino que posteriormente pasaría por
la Ilustración y desembocaría en los grandes proyectos de la ciencia y de la tecnología.
Desde la posición que ocupamos actualmente, en la organización de las ciencias, se
puede considerar interesante el proyecto cartesiano de encontrar un método que
garantice la seguridad y la verdad del conocimiento, aunque, en función de los
derroteros por los que anda el conocimiento científico, sería muy complicado defender
la unidad del método de las ciencias.
Tampoco es fácil defender el dualismo antropológico cartesiano. De hecho, es casi
imposible encontrar a un solo científico en el campo de las neurociencias que se atreva
a defenderlo. Además, esta concepción del hombre se había sustentado en una teoría
de la sustancia de carácter añejo. No podemos olvidar que Descartes se había
comprometido a construir un modelo absolutamente nuevo de la filosofía, y terminó
aceptando el concepto aristotélico de sustancia para asentar las bases del
pensamiento que acababa de encontrar como principio radical.
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