La familia biológica de mi hijo

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AdopciónyFamilia
fundación san josé para la adopción
Año 2013 | nº 9
¿Aliados o enemigos?
Cómo se comunican los bebés
Distribución gratuita | Prohibida su venta
Su compromiso con la adopción
La familia biológica
de mi hijo
Todas esas
“madres”
Editorial
“La sangre que heredamos está hecha de las cosas que comimos de niños, de las palabras
que nos cantaron en la cuna, de los brazos que nos cuidaron, la ropa que nos cobijó y las
tormentas que otros remontaron para darnos vida, pero, sobre todo, la sangre se nos teje
con las historias y los sueños de quien nos crece”
Ángeles Mastretta
D
urante la última celebración comercial del Día de la
Madre y su nutrida publicidad, hubo un anuncio que
llamó mi atención. Era el saludo a todas esas madres
de nuestra vida: la mamá, la abuelita, la tía, la madrina, todas esas mujeres que forman parte de lo cotidiano y
cumplen un rol especial en nuestro mundo y que merecen ser
reconocidas en el Día de la Madre.
Pero, ¿qué es eso especial que hace madre a una persona? Por lo
general, entendemos que es ésta la mujer que engendra un niño,
lo lleva en su vientre y le brinda cobijo y alimentación hasta el
nacimiento; comparte su sangre y su genética. Luego es quien lo
recibe, lo cuida y lo protege cuando es un bebé desvalido y completamente dependiente; lo alimenta, lo limpia, lo abriga y lo hace
dormir. Es quien lo acuna, lo acaricia para demostrarle lo valioso y
querido que es, lo alivia cuando sufre alguna herida y lo consuela
en el llanto. También es quien le estimula a ir ganando de a poco su
independencia, lo alienta ante sus logros y lo corrige en sus errores;
es quien pone límites y enseña a respetarlos. Quien le inicia en la
convivencia con los demás, le enseña a hacer amigos, a elegirlos y a
conservarlos. Que inculca modales, hábitos y valores.
Esperamos encontrar todo eso en la misma persona, pero no siempre es así. Comúnmente no lo es, como me hizo tomar conciencia el
aviso comercial. Este rol suele ser apoyado o compartido por otras
personas que forman parte de la vida cotidiana y afectiva del niño.
Los adoptados, en su mayoría, vivieron carencias profundas en
su experiencia familiar temprana, que son las que finalmente determinaron la separación de su familia de origen, incapaces de brindar
aquello que es esencial para garantizar la protección y el sano
desarrollo de su hijo. Estas carencias no están necesariamente relacionadas con falta de cariño, con la ausencia de vínculo o con desinterés por el niño. Muchos padres no saben cómo cumplir su rol y
brindar todo lo que un hijo necesita para su desarrollo sano y feliz.
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AdopciónyFamilia | nº9
Muchos desean ser buenos padres, pero no saben cómo hacerlo o no
logran adquirir las destrezas y habilidades que les permitan asumir la
responsabilidad de la parentalidad. Muchas veces ellos mismos no han
experimentado en su vida la nutrición afectiva de los buenos tratos.
Hay niños que tuvieron la experiencia de vivir con unos padres
que no fueron capaces de cuidarlos y protegerlos y, en este periodo, pudieron haber experimentado un cariño genuino, pese a las
debilidades mostradas en otros aspectos de su cuidado, como la falta
de disponibilidad, el proveer un entorno seguro, la existencia de un
trastorno psiquiátrico, problemas con drogas, mendicidad, falta de
redes de apoyo o negligencia extrema. Algunos también fueron cuidados por otras personas mientras llegaban a su hogar definitivo, familias de acogida o cuidadores institucionales que, generosamente, se
prestaron a la tarea de prodigar cuidados y afecto, que no sólo permitieron al niño curar heridas, sino también contar y sumar experiencias
de amor, recibiendo las bases para relacionarse con los demás, para la
formación del vínculo de apego, para su autoimagen y autovaloración.
Todas estas personas forman parte de la historia del niño y han
colaborado en quién es hoy. Un inicio difícil, una familia que fracasó
en la tarea de ser padres, no los excluye como personas importantes
en su vida afectiva. Un hijo adoptivo necesita ser aceptado en su
individualidad y singularidad, que sus padres reconozcan, se apropien,
aprecien y resguarden su historia preadoptiva, con recuerdos, vínculos
y afectos de las personas que antecedieron la adopción. Una historia
dinámica, donde los padres adoptivos deben permitir que exista un
lugar para todos y relatar la historia sin dejar de lado a padres biológicos, a cuidadores en una familia de acogida o en una institución, así
como a aquellas personas que pueblan hoy su mundo afectivo.
Porque todas esas “madres” forman parte de la vida del hijo.
Ladislao Lira Hurtado
Editor General
Revista Adopción y Familia
nº9 | AdopciónyFamilia | 1
Índice
*
Los niños que aparecen en las fotografías de cada número de esta revista no son adoptivos, con el fin de no
exponer a la familia adoptiva y resguardar su intimidad.
Se exceptúan las entrevistas, en que suelen aparecer
imágenes de los protagonistas de la historia, siempre con
su consentimiento y el de sus padres.
24.
Chile
La familia biológica
en la vida de mi hijo
Fotografía de portada:
Francisco Jorquera E.
Reportaje | Comunicación
gestual de los bebés
AdopciónyFamilia
nº9 | 2013
Escriben los hermanos | Josefa Sepúlveda A.
Editor General Ladislao Lira H.
Tendencias | Redes sociales e
Editoras de Contenido Harue Tsunekawa A.
Melixa Rivera C.
Periodista Verónica Siredey C.
Internet
Columna | Marta Hermosilla
Diseño y diagramación Francisca Cevallos D.
11
12
[email protected]
www.adopcionyfamilia.cl
@AdopcionFamilia
[email protected]
Entrevista | Daniela Castillo
Su vida y causa adoptiva
Derechos del niño | ...a tener una
familia
Escriben los padres | Rubén Bustillos B.
4
Entrevista |
Diana Drexler
Los cuentos infantiles
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Escriben los padres | Gabriela Luchsinger Y. 17
Fotografía Francisco Jorquera E.
Publicidad Isabel Reyes V.
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30
Testimonio |
Cómo mi marido lo
hizo bien
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Reportaje |
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Búsqueda de Orígenes
Un proceso sanador
44
38
Columna | Pbro. Rodrigo Tupper 47
Adopción
Internacional |
Testimonio | “Dejo una parte
de mí...”
Presidente:
Pbro. Julio Dutilh Ros
Directora Ejecutiva:
Bernardita Egaña Baraona
Latadía 4602, Las Condes, Santiago de Chile.
Fono: (56-2) 2399 9600
Fax: (56-2) 2399 9650
www.fundacionsanjose.cl
Todos los derechos de esta revista están reservados, si bien se
estimula la reproducción total o parcial de su contenido siempre
que se cite la fuente.
Adopción en el mundo | Los resultados de
la adopción interracial
Reseñas |
48
La adopción abierta
Fundación San José para la Adopción es una institución privada sin fines de lucro, reconocida por el Arzobispado de
Santiago como institución de Derecho Canónico en noviembre de 1994. Está acreditada por el Servicio Nacional de
Menores para trabajar en programas de adopción, conforme lo establece la ley 19.620, que regula esta actividad.
Impreso por Salesianos Impresores S.A.
3 |
AdopciónyFamilia | nº9
nº9 | AdopciónyFamilia | 3
Entrevista
Diana Drexler,
autora de “Paula y la Puerta Cerrada”
Esta psicóloga clínica y autora de cuentos
infantiles ve en este recurso de la literatura
una herramienta eficaz para tratar temas dolorosos, en un punto de encuentro entre el
niño y el adulto o del adulto y su niño interior.
Por Verónica Siredey C.
D
iana Drexler nació en Buenos
Aires y ejerce como psicóloga
clínica especializada en terapias alternativas. Sin embargo, para quienes hayan leído
el cuento “Paula y la Puerta Cerrada”, su
nombre se asociará más bien a los cuentos
infantiles y puede que haya logrado meterse a más de un hogar, a través de este
libro que relata las aventuras de este tierno
angelito en su intento por nacer como hija
de la pareja que, desde el cielo, ha elegido.
En su desempeño profesional, sus talentos
e intereses le permitieron ir más allá de la
práctica tradicional de la psicología clínica,
ejerciendo como docente universitaria en
la cátedra Conexión Creativa de la carrera
de Arte Dramático en la Universidad del
Salvador, además de dictar talleres y seminarios en el ámbito privado.
4 | AdopciónyFamilia | nº9
También es directora del Departamento
Niños de la Fundación La Tierra Habla, autora de los cuentos “La Señora Tierra”, pertenecientes a la colección “La Tierra Habla” y
organizadora en Eco-Industria de la Jornada
para Niños y Familia. En el ámbito del teatro,
es directora de las obras del grupo “Somos
Tierra” y co-autora de sus temas musicales.
A Chile llegó invitada por Fundación San
José para la Adopción para dar la charla “Ven,
que te cuento”, en el marco del ciclo Escuela
para Padres Adoptivos 2013 y en el que se
realizó el lanzamiento de la nueva edición del
cuento que ha generado tantos adeptos entre las familias adoptivas. Esta historia se ha
convertido en una herramienta privilegiada de
encuentro entre el adulto y el niño, o incluso del
adulto y su niño interior, al abrir puertas, facilitar el lenguaje, llenar los espacios y transformar
las emociones en metáforas e imágenes.
“Paula y la Puerta Cerrada” nació en los
años noventa, sin tener Diana mayor relación
con el mundo de la adopción. Pese a ello,
no le costó armar la historia y contar este
cuento que sorprende por lo breve, simple,
pero redondo de su narración. “La historia
siempre fluyó”, comenta. “Tal vez sea propio
de los cuentos que me llevan a sentir la magia de ser usada como canal para transmitir
una idea, imagen, palabra o historia. Yo misma me sorprendo y emociono cuando lo leo.
Siento que no es una historia inventada, sino
que es una historia dictada”.
Y con esto se refiere a que no es un conocimiento adquirido o un pensamiento lógico,
racional, sino que es una idea que se presenta de manera súbita, sin que hubiese una intención o preparación previa. “Aparece con la
contundencia de una certeza. No es algo que
uno elige, simplemente sucede”. Explica que
Entrevista
el canal es la forma en que este pensamiento,
idea, imagen, información llega directamente
para que pueda tomar la forma y ser recibida
por otros. De esta manera, Diana siente que
existen canales tangibles, como puede ser un
libro, un escrito, una publicación y canales intangibles, como un sueño, una idea, una imagen. “En ese caso, el que es receptor, también
es canal y elige canales tangibles para que eso
siga circulando y llegando a muchos”, dice.
¿Cuáles diría que fueron las encuentra reflejadas en un cuento y en un
partes más difíciles de escribir personaje con el que se puede identificar.
o de resolver en “Paula y la
Por otro lado, una parte realmente difícil
Puerta Cerrada”?
fue el momento de encuentro sexual entre los
Varias cosas. Por un lado no perder el foco
de un lenguaje sencillo, que acompañe al
niño en la comprensión de lo que está escuchando. Un lenguaje que lo acerque a las
imágenes y sentimientos que tal vez lo estén
acompañando desde siempre y que ahora
padres. Tuve la tentación de no hacer referencia a esto, pero había una voz interna que me
condenaba. No era honesto, no debía dejar eso
de lado. Es crucial en esta historia, me decía.
Finalmente tomé coraje y la escribí…y reescribí. Pero incluso esto fluyó con naturalidad. En
la primera versión del cuento, el encuentro de
los padres se representaba por medio de dos
colores (cada padre tenía un halo de un color
que lo caracterizaba), que cuando se encontraban formaban un color nuevo.
Luego esta versión cambió a como está
contada hoy: “Papá y mamá debían estar juntos, contentos, como si una gran pelota de luz los
envolviera por un instante”.
En el proceso creativo, ¿fue
difícil darle forma a este cuento, hasta que estuvo terminado?
No tanto. La verdad es que se iba armando sólo, más allá de mi voluntad. Tal vez lo
más difícil es contar lo que quiero contar, de
la manera más sencilla posible. Pero para esto
ayuda el tiempo. Escribir como sale y después
dejarlo descansar es lo que suelo hacer para poder acercarme, nuevamente, como si fuese la
primera vez que lo veo. Y eso ayuda a “pulir” un
cuento para que no sobren ni falten palabras.
Eso es lo que suelo hacer con cada cuento que
escribo. Especialmente para cuentos infantiles.
¿Cómo logró estructurar una
historia a primera vista tan
simple, pero a la vez tan
redonda, y resolver de esta
manera el tema de la adopción?
De verdad es que a mí también me sorprende. Es como si me hubieran dictado la
historia, o como si siempre lo hubiese sabido,
aunque recién me hubiese percatado de ese
conocimiento cuando escribí el cuento.
nº9 | AdopciónyFamilia | 5
Entrevista
“Es una manera privilegiada para hablar con
los niños no sólo de las
cosas felices, sino también de aquellas que son
difíciles y dolorosas”
Paula, la protagonista del cuento, ¿existe realmente, se inspiró
en algún niño en especial o es
absolutamente ficticio?
No, Paula no existe en la vida real. Pero
evidentemente necesitaba contarnos algo,
existir en la vida de cada uno de nosotros.
La ayudamos a nacer cada vez que leemos
el cuento. Y me alegro por eso. Vale la pena
tener a una Paula en nuestra vida.
¿Pensó que este libro iba a
tener tan buena acogida en
los padres adoptivos, como
ha sucedido en Chile?
No, la verdad es que me sorprende y
me alegra mucho. Me une un sentimiento de mucho amor y de mucha gratitud a
los chilenos. En mi temprana adolescencia
pasé varios veranos en casa de una amiga
en el sur y recuerdo, especialmente, la generosidad con que siempre me acogieron
ellos y todas las personas que conocí en
aquella época.
¿Piensa escribir más historias
relacionadas con la adopción?
Puede ser. Por el momento estoy abocada a
otro proyecto de escritura para niños, cuya temática es la ecología y la importancia del cuidado
del medio ambiente, pero así como se presentó
intempestivamente Paula, es posible que me busquen “otros” para que pueda contar sus historias.
¿Le sirvió su profesión de
psicóloga para poder armar
esta historia?
Si y no. Creo que mi profesión de psicóloga es una de las maneras en que mi ser
elige interactuar con el mundo. De alguna
manera ser psicóloga es ser una “escuchadora profesional” y mis pacientes son los
narradores de sus propias historias. En
ese vínculo se genera (al menos es lo que
espero que pase) ese encuentro mágico
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AdopciónyFamilia | nº9
entre dos seres que durante ese momento
generan un “como si”.
El mismo “como si” que se genera entre
el narrador que cuenta un cuento y el niño
(o adulto) que lo escucha. El “como si” es un
mundo en donde las verdades están cargadas
de sentimientos, son verdades que se acuerdan
y comparten. Son verdades que se construyen
y aceptan más allá de toda lógica, pero que
tienen el peso de la experiencia compartida.
¿En qué consistió la charla
que vino a dar a Chile?
La charla consistió en hablar del cuento
usado para hablarles a nuestros hijos sobre
la adopción. Pero fue mucho más que eso:
Entrevista
fue interactuar con los padres para tratar la
importancia del cuento como herramienta
para abordar muchos temas. Es una manera
privilegiada para hablar con los niños no sólo
de las cosas felices, sino también de aquellas que son difíciles y dolorosas. Además, y
sobre todo, para hablar del “cómo cuento”,
del “quién soy cuando cuento”, del “quiénes
somos cuando escuchamos”.
Esto sucede no sólo con los cuentos, sino
con los momentos en donde nos encontramos
con nuestros hijos para contarnos quiénes somos, qué sentimos, en qué creemos, quiénes
nos gustaría ser. Porque cuando esto pasa, los
estigmas de biológico-adoptivo, padre-hijo,
grande-chico, caen para dar lugar al encuentro
de dos seres que eligen encontrarse, acompañarse y, sobre todo, amarse.af
De cómo Paula
llegó a Chile
A
veces pienso que, así como Paula tuvo que abrirse paso para
encontrar, finalmente, a sus verdaderos papás, también el cuento
“Paula y la puerta cerrada” tuvo que abrir su propio camino para
ser publicado y, así, llegar a los oídos de tantos niños y tantos padres que
necesitan de su experiencia para resignificar la propia.
Recuerdo que habían pasado unos años desde que yo había escrito el
cuento, cuando se lo di a leer a una paciente, con quien yo estaba haciendo un proceso terapéutico a raíz de su imposibilidad de gestar. Como
su primera reacción ante mi sugerencia de considerar la adopción fue la
negativa, yo recordé el cuento de Paula y se lo di a leer.
Unos días después me llama y me cuenta que no sólo se había emocionado
y que había compartido esa emoción con su marido, sino que le había
pasado algo muy singular que quería comentarme:
-Hoy a la tarde fui a la cerrajería, y mientras el cerrajero me iba haciendo las llaves,
no sé cómo se fue dando la conversación, pero le terminé contando del cuento que
me diste de “Paula y la puerta cerrada” y de cómo ese cuento me había modificado
mi visión con respecto a la posibilidad de adoptar. Y el cerrajero me contó que él
era padre adoptivo y que le gustaría leerlo ¿Se lo puedo pasar?- fue su pregunta.
- Si, obvio- le contesté, sintiendo, tal vez por primera vez, que esa historia
no me pertenecía. Que pertenecía al mundo. Claro que en ese momento
no pude pensarlo con tanta claridad. Fue simplemente una sensación
vaga o una intuición.
Unos días después me llama este hombre, el cerrajero, de quien no recuerdo
el nombre, y me comentó lo mucho que le había gustado el cuento y que él
formaba parte de una Fundación, la Fundación San José para la Adopción.
-¿Puedo hacerles llegar este cuento, para que así lo puedan leer otros papás como yo?
-Sí, obvio- volví a contestar, como la primera vez y como otras dos veces
más, cuando me pidieron permiso para editarlo hace diez años y cuando
me comunicaron que debían reeditarlo porque se había agotado.
“Si, obvio”, será mi respuesta cada vez que con alegría sea testigo de tantas
puertas que se abren y que Paula sigue en el corazón de los niños y sus padres.
Y que sigue abriendo en el mundo, porque… recién cuando me llamaron
hace un año para reeditarlo, tomé conciencia de que la Fundación San José
era chilena. Un país fuertemente arraigado en mi historia y en mis afectos.
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AdopciónyFamilia | 7
Reportaje
Comunicación
gestual
Más de
allá
las palabras
Pocas cosas en la vida producen más ternura que un bebé haciendo gestos, ya sea jugando, despidiéndose o manifestando cariño. Sin embargo, poco sabemos que detrás de esa comunicación no verbal,
espontánea y muchas veces tan instintiva, se encuentra una puerta que lleva a un mundo de beneficios
para ese niño o niña, sus padres y su entorno. La invitación entonces es a abrirla y explorar de qué
se trata la comunicación gestual o BabySigns, que favorece la comunicación entre las guaguas y sus
padres, en la etapa previa a la aparición del lenguaje.
Por Verónica Siredey C.
8 |
AdopciónyFamilia | nº9
Reportaje
T
odos usamos los
gestos para comunicarnos y los bebés
también los realizan
cuando son enseñados de manera espontánea por
los adultos. Son movimientos
físicos simples que simbolizan
una acción, como despedirse agitando la manito, aplaudir o tirar
besos. Algo aparentemente tan
natural, llamó la atención de las
psicólogas norteamericanas Linda Acredolo y Susan Goodwyn,
en 1982, quienes descubrieron
que los bebés entre los 10 y 15
meses de edad utilizan espontáneamente gestos simples para
representar palabras que aún
no eran capaces de
decir, como agitar los brazos,
para
referirse
a un pájaro.
A
partir
de esta observación, decidieron
investigar
qué
ocurría
cuando
se estimulaba la
realización de esos
gestos de manera intencionada en la casa, creando
el programa BabySigns, que consiste en enseñarle a bebés sin
déficit sensorial y antes de que
empiecen a hablar, un lenguaje
compuesto por gestos simbólicos
que les permite comunicarse de
manera simple con sus padres.
El objetivo de este programa es
fomentar el desarrollo de gestos
sencillos y fáciles de aprender,
con una fuerte vinculación con
la forma o función del referente
y posibles de ser modificados
de acuerdo a la cultura familiar,
con un fuerte énfasis en los aspectos emocionales a la base
de la comunicación.
“En investigaciones que hemos realizado, hemos visto que
entre los 7 y 8 meses ya las
guaguas empiezan a hacer sus
primeros gestos. Por lo tanto,
el nivel de vocabulario a los 12
meses no es menor, aunque va a
depender del niño y de la persistencia que tengan los adultos en
enseñarles estos gestos”, explica
Chamarrita Farkas, psicóloga de
la Universidad Católica, quien ha
estudiado en profundidad
el tema y es autora
del libro ‘Gestos
que hablan’. De
acuerdo a ella,
ésta es una muy
buena herramienta, porque permite favorecer la
comunicación con
los padres y adultos
significativos, generando un mejor vínculo. “Los niños
están más contentos, porque los
adultos los entienden mejor y
produce también mayor seguridad y competencia en los padres,
porque entienden lo que el niño
les quiere decir”, sostiene.
Agrega que alrededor del
año de edad el niño ya comprende mucho, pero no se puede
comunicar. “Si es que habla, tendrá una palabra, pero no mucho
más. Entonces hay
mucho que el
niño quisiera
comunicar o
mostrar y no
tiene todavía la
madurez fonorespiratoria para
poder hablar. Con
esto, la idea es establecer un puente en la
comunicación entre
el niño y los adultos
hasta que el lenguaje
verbal sea posible”.
Un beneficio concreto
y directo de la comunicación
gestual se ve en el desarrollo
del lenguaje en los niños, que
empiezan a hablar antes. “Han
demostrado tener un buen vocabulario y tienen mejor comprensión del lenguaje. Se han
hecho estudios en los que se ha
podido observar que estos resultados en el lenguaje se mantienen hasta segundo básico.
También se han demostrado
beneficios en aspectos cognitivos y socioemocionales de los
niños”. Esto quiere decir que los
niños que desarrollan la comunicación gestual con sus padres o
adultos significativos son niños
más seguros y más comunicativos y tienen mejor vínculo con
sus padres, quienes reportan
menos pataletas y tienen una
percepción más positiva de las
conductas de su hijo, lo que
evidentemente genera un entorno más feliz y armónico.
“En este punto hay
dos posturas”, explica la especialista.
La primera busca
enseñarle a las
guaguas el lenguaje
de señas, como un
lenguaje más
formal
y
donde el foco
está puesto
en el desarrollo
del lenguaje y las
variables cognitivas
del niño. Farkas se suscribe a la segunda línea,
en la que más bien se le enseñan
gestos con una mayor libertad y
espontaneidad, con el foco puesto en la comunicación y el desarrollo del vínculo. “No es tan importante qué gesto se hace, sino
que en esa familia o en esa sala
cuna estén de acuerdo con ese
gesto y exista coherencia y perseverancia con él. Quiere decir que
hay un puente de comunicación,
independientemente de la forma
en que se realice el gesto”.
Es por esto que en el establecimiento y fortalecimiento de los
vínculos con los padres o adultos
significativos, esta comunicación
con señas o gestos puede ser de
gran ayuda, pero advierte que
“tampoco es mentolatum”. Advierte
que “si existe algún tipo de problema, dependiendo de la gravedad
y su naturaleza, se hace necesario
hacer otras cosas también”.
nº9 | AdopciónyFamilia | 9
Reportaje
Gestos que hablan
Sin embargo, agrega que como
padres, dentro de todas las cosas que uno puede hacer, es una
herramienta bastante
sencilla, fácil y que
se ha visto tiene
beneficios, permitiendo establecer puentes de
comunicación. “A
veces hay niños que
han tenido algunas dificultades y por eso
se demoran más en
empezar a hablar, pero
a través de gestos sencillos
pueden establecer una comunicación con los adultos que le
facilite la relación”.
Destaca la importancia que,
si bien al niño se le empiezan
a hacer gestos, esto no implica
que se le va a dejar de hablar. El
gesto siempre va acompañado de
la palabra, sino el niño no tiene
cómo hacer la conexión entre la
palabra, el objeto y el gesto. La
idea es potenciar más canales en
el proceso de la comunicación.
Otro punto importante es que
siempre hablamos con gestos.
Con los niños nos comunicamos
con gestos, lo hacemos en todas
nuestras interacciones cotidianas, pero la idea es implementar y potenciar una herramienta
que ya se ocupa, de modo que
uno sea consciente que esto
contribuye a la comunicación
con el niño y lo intensifique. No
es que vayamos a hacer algo que
nunca hayamos hecho antes,
pero la idea es mostrar la utilidad
que tiene para el niño, entonces fomentarlo y potenciarlo.
En el caso de un niño que
habla, pero habla poco,
el gesto también
puede contribuir a
abrir nuevas
vías de comunicación.
También hay
palabras o conceptos que son
más difíciles de explicar verbalmente que
con gestos. “Por ejemplo,
si tengo que explicarle a un niño
cómo tiene que abrir un frasco,
si es de tapa rosca o a presión, es
más fácil explicarle con el movimiento, que sin usar el gesto”.
Cuando se usa el lenguaje, hay
gestos que contribuyen a simplificar conceptos que son más
complicados de explicar.
El aprendizaje de esta comunicación gestual se puede realizar de manera autónoma, a
través de Internet o revisando
la literatura relacionada con
el tema, como el libro ‘Gestos que hablan’. Pero, además,
es posible asistir a los talleres
que se realizan en BabySigns
Chile, filial chilena de BabySigns estadounidense, y que
informan a través de su sitio
web www.babysigns.cl. También
la Escuela de Psicología de la
Universidad Católica explica
la comunicación gestual en
www.gestosdelbebe.cl.af
10 | AdopciónyFamilia | nº9
¿
Alguna vez has intentado ayudar a un bebé
que llora, pero que no es capaz de decirte qué
está mal?, o ¿alguna vez has visto a un bebé señalando insistentemente algo y no eres capaz de adivinar qué ve o qué quiere? Todo padre, madre, educador o persona a cargo del cuidado de niños pequeños
ha pasado por estas experiencias.
Este libro aporta una revisión actualizada del tema de
la comunicación gestual en bebés, además de recoger
y compartir las experiencias tras años de investigación
en Chile en relación con el desarrollo del lenguaje de los
niños y sus aspectos socioafectivos y cognitivos. Su principal aspiración es convertirse en una herramienta útil de
trabajo para distintos profesionales, tanto chilenos como
latinoamericanos, que trabajan en el campo de la infancia temprana, así como apoyar a padres y madres que
buscan comprender y comunicarse mejor con sus bebés,
logrando así vínculos más cálidos y cercanos.
Chamarrita Farkas K., realizó sus estudios de pregrado
en la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad
Católica de Chile. Posteriormente obtuvo su Magíster en
Psicología en dicha universidad y actualmente es candidata a Doctor en Psicología en la Universidad Nacional
de San Luis, Argentina. Reconocida por sus aportes en
infancia temprana, con más de 15 publicaciones en revistas acdémicas, tiene una amplia línea de investigación en
temas como interacciones
tempranas, promoción
de apego y comunicación gestual, siendo
investigadora principal
y coinvestigadora en
proyectos Fondecyt.
Escriben los Hermanos
Josefa Sepúlveda Ampuero
nº9 | AdopciónyFamilia | 11
Tendencias
Redes sociales
e Internet
¿aliados o
Las nuevas tecnologías se masifican cada día,
facilitando el acceso de niños y jóvenes a Internet y redes sociales. Esta nueva realidad también implica riesgos que se pueden minimizar,
a través de la incorporación de ciertos criterios
para su uso y en un adecuado entorno familiar.
enemigos?
Por Verónica Siredey C.
L
lega el diario de fin de semana y su
peso nos anuncia que además de información, viene cargado de catálogos.
La cantidad de publicidad destinada a
los nuevos tablets, smartphones, notebooks, netbooks y computadores, son sólo una
muestra de cómo el vertiginoso mundo de la
tecnología aumenta, crece, se desarrolla, cambia, mete sus tentáculos en nuestros hogares y
de paso, comienza a generar una nueva “necesidad”. Eso se percibe cuando los niños, apenas
alcanzando una edad de dos dígitos, empiezan a
pedir con urgencia un teléfono, a soñar con un
netbook y qué decir de los tablets. Verdaderos
objetos de deseo que conquistan y hasta, algunas veces, atrapan. Y el medio poco ayuda cuando los padres se dan cuenta que el argumento
de “aún no, eres muy chico. Eso no es para niños
de tu edad”, comienza a desinflarse, porque más
de algún compañero de curso ya es el flamante
portador de la última curiosidad tecnológica.
Esta facilidad que hoy existe para tener
acceso a Internet y a las redes sociales puede
ser una verdadera ayuda, como por ejemplo,
a la hora de buscar información o mantener
12 | AdopciónyFamilia | nº9
la comunicación con
familiares que están
lejos. Pero también
significa una fuente de
peligros, y así lo constata el surgimiento
de nuevos conceptos,
que toman cada vez
más fuerza y notoriedad: cyberbullying,
grooming, sexting o
simplemente, adicción
a Internet.
A estas alturas, nadar contra la corriente y prohibir el uso de
estas tecnologías, parece no ser la solución
más efectiva. A la
hora de asumir estas
nuevas herramientas
tecnológicas en el hogar y para la familia,
más vale tener claridad respecto de los
Tendencias
peligros, asumir algunas recomendaciones,
adoptar normas y fomentar un estilo de familia que permita minimizar los riesgos. Para
esto, Max Moller, psicólogo experto en adicciones a las nuevas tecnologías, y Fundación
Queveo, que promueve la conciencia digital,
entregan algunas orientaciones para que el
uso de Internet y las redes sociales constituyan un apoyo y no un peligro para los hijos.
Los padres deben involucrarse
Para Max Moller, los clásicos filtros hoy ya no
son suficientes y el enfoque debiera estar centrado en hacer un acompañamiento a los niños y
adolescentes en su deambular por este mundo
virtual. “Lo más aconsejable es generar la comunicación y confianza que propicie una relación
sana. Por ejemplo, si el hijo va a tener una cuenta
en Facebook, tiene que ser con los padres como
acompañantes. Cuando hay suficiente confianza,
el hijo entiende que lo comparte con sus padres
más que tomárselo como un control impuesto.
Esto debe partir desde la niñez y respecto de Facebook, por ejemplo, desde que abre una cuenta
por primera vez”. Moller puntualiza que a los doce
años, los adolescentes son mucho más abiertos
en relación con el tema que a los 16, cuando ya
han abierto una cuenta por medios propios y sin
consultarle a nadie. Que a esas alturas los padres
les pidan acceso, será considerado más bien una
violación de su intimidad, que un acto de preocupación genuino en la protección del hijo.
En Fundación Queveo, también apuntan a
la formación de competencias en los niños,
como el juicio crítico, la capacidad reflexiva
y la adquisición de valores que les permitan
ir alcanzando autonomía y toma de decisiones más complejas, que trascienden la simple
receta o el control externo. Francisca Maira, Directora de Educación de la Fundación
Queveo, reconoce que la naturaleza “móvil”
de los nuevos dispositivos como celulares y
tablets, plantean una nueva realidad difícil
de supervisar. Es posible tomar algunas medidas alternativas, entre las cuales se cuenta,
por ejemplo, disponer de un lugar en la casa
donde todos dejen sus celulares a la hora de
comer y en silencio, o privilegiar los espacios
familiares para instalar allí televisores, computadores, consolas, que inviten a actividades
compartidas y donde el consumo de
medios sea conversado y, desde
luego, encauzado.
En el caso de Facebook,
Maira agrega que a los padres
se les recomienda tener un
perfil en que tengan agregados
como amigos a sus hijos, que revisen
uno por uno a las personas que pueden relacionarse con ellos a través de esta red social.
Del mismo modo aconseja que, en la casa,
el computador esté en un espacio común. Si
bien ahora los adolescentes pueden tener Internet en sus celulares, esta medida ayudará
a formar en los niños la llamada “autorregulación”. También, aconseja que Internet no se
cruce con todas las actividades del hogar, entendiendo así que debe existir un tiempo para
cada cosa y que no es una buena decisión,
por ejemplo, hablar por Whatsapp mientras
se almuerza. Internet debe estar supeditado
a un tiempo específico y no debe convertirse
en un elemento “omnisciente”.
Cómo prevenir
Max Moller ve muchos casos de adicciones a
Internet y las redes sociales en su consulta, los
que asocia directamente con la falta de comunicación en las familias. “Existe un tipo de familia
en que claramente se ve, por ejemplo, que los
padres no saben en qué están sus hijos. Clásico
es cuando se llega a esas casas y se pregunta por
los jóvenes y ellos están encerrados en sus piezas. No saben qué están haciendo sus hijos. Si
es un computador estacionario lo que tiene esa
familia, debe estar en un lugar común. Si tiene
notebook, acostumbrar a los hijos a estar con la
puerta de su dormitorio abierta”.
Pero además de estas recomendaciones
directamente relacionadas con los dispositivos y el acceso a Internet y las redes sociales,
Moller sostiene que es fundamental ver cómo
la familia incentiva otras actividades; deportivas, sociales, de pertenencia a grupos de scout
o iglesia, y de tener una política inclusiva y de
puertas abiertas del hogar, en relación
con los amigos de los hijos, para evitar
que sientan que el espacio para desarrollarse socialmente tiene que estar
en otros lados, fuera de la casa.
Fundación Queveo recomienda
medidas que apuntan a lo mismo.
“Los padres deben acompañar a sus
hijos mientras navegan. Una medida concreta
es disponer los aparatos en espacios comunes,
esto es, zonas de paso como sala de estar, living, comedor o incluso pasillo, en detrimento
de los dormitorios de los niños. En su defecto,
si el hogar no cuenta con el espacio adecuado,
nº9 | AdopciónyFamilia | 13
Tendencias
pudiesen ubicarse en el dormitorio de los padres. Además, sugerimos que las pantallas de
los monitores estén siempre giradas en dirección
a la zona de tránsito, puesto que si un niño o
niña es acosado de alguna manera a través de
Internet, para el adulto es más fácil supervisar
los contenidos a los que accede y las rutas de
navegación que va generando. Asimismo, es importante que como padres estemos plenamente
conscientes que si nuestros hijos son usuarios
de redes sociales, configuren su cuenta con un
nivel de privacidad alto, a fin de evitar el contacto de desconocidos y el acceso inadecuado a
sus contenidos. Éstas serían medidas concretas
que podríamos considerar, además de otras más
técnicas como los sistemas de filtro o controles
parentales”, explica Francisca Maira.
Agrega que es importante que los padres se
involucren en Facebook y en las redes sociales
donde están sus hijos. Hay casos policiales donde se han descubierto sujetos que simularon ser
(con fotos incluidas) los amigos o compañeros de
colegio, haciendo creer a los niños que realmente
eran ellos, para ser aceptados entre sus contactos.
Hay una dinámica que sólo se aprende al tener
un perfil y, sin duda, al tenerlo se puede evitar
un sinnúmero de problemas. Aunque siempre se
está expuesto a que haya situaciones complicadas, el peligro decrecerá sólo cuando el adulto se
involucre en lo que hace su hijo.
Señales de
alerta
Es importante
estar alerta ante
conductas que escapen a la normalidad y que puedan
constituir síntomas
de alguna situación más grave,
señala Francisca
Maira. “Si se muestra retraído, si le
cuesta conciliar el
sueño o, también,
si manifiesta una
abierta ansiedad
de conexión cuando está lejos de
los dispositivos…
Todo ello debiese
animarnos a dialogar, a involucrarnos
en la situación, a
conocer qué sitios
visita y cuál es su
comportamiento
digital regular”.
14 | AdopciónyFamilia | nº9
Max Moller, en tanto, advierte que no necesariamente la cantidad de tiempo que se pasa
frente al computador está relacionado con la
existencia de un problema. “Lo es cuando el
adolescente empieza a abstraerse de sus relaciones y actividades sociales. Cuando afecta el
desarrollo de su vida normal”. Y agrega que el
perfil de personalidad más vulnerable a este tipo
de situaciones es aquel asociado a la timidez con
cierta dificultad para socializar. Esa dificultad
para entrar en contacto real con las personas,
puede generar un abuso en el uso del computador o Internet, como medio de compensación.
Fundación Queveo comparte el criterio anterior. “Ciertos problemas de autoestima, la falta de
autorregulación y de comprensión del otro, una
deficiente adquisición de competencias socioemocionales, tanto de discernimiento moral como
de relación interpersonal, entre otras, podría gatillar diversas formas de violencia online, en las que
se establece una relación de poder entre víctima
y victimario. Así, la falta de empatía y una pobre
comprensión del otro y sus circunstancias, podría
llevarnos a una forma de ciberbullying o ciberacoso. O la falta de discernimiento moral podría
acarrear decisiones erradas en las que la responsabilidad no está presente, como por ejemplo,
enviar imágenes eróticas a sus pares, considerado
como un caso de sexting”, enfatiza Maira.
La ausencia de orientación parental, así como
pertenecer a familias que presentan factores de
riesgo, como violencia entre los padres, maltrato a los hijos o abuso de alcohol, son realidades
que pueden desembocar en una adicción de
cualquier tipo, entre las que se cuenta Internet.
Tanto niños como adolescentes se sienten “acogidos” en la red, que pueden tener “amigos” y
sociabilizar, que pueden expresar libremente sus
emociones y sentimientos. Sienten que tienen
la oportunidad de ser lo que no pueden llegar
a ser en la “realidad”, en el cara a cara, y tener
una “vida casi perfecta”, de modo que Internet
se transforma en una herramienta que los ayuda
a evadir sus situaciones problemáticas.
Tendencias
También, la ausencia de regulación y el dejar
de hacer otras actividades por usar Internet,
puede terminar en una adicción motivada por
la inercia inicial a sólo querer “estar conectado
en casa”. De ello deriva la importancia que los
niños sean impulsados y animados a hacer deportes, a jugar en el barrio, a salir a comprar a
la esquina y actividades similares.
Las precauciones para los
padres adoptivos
La facilidad que hoy Internet ofrece en la búsqueda de información y datos, es una herramienta que muchos padres adoptivos también ven
como arma de doble filo, al dar la posibilidad a
niños y adolescentes de encontrar y contactar a
un progenitor o familiar relacionado con su historia de origen, por el sólo hecho de contar con información tan básica como su nombre y apellido.
¿Cómo manejar esta situación? De acuerdo
a Fundación Queveo, se deben evitar situaciones de riesgo. Como primera recomendación,
los padres adoptivos deben tomar las medidas
descritas acerca del manejo compartido de Internet y las redes sociales. “Entendiendo que
lo más importante es que el niño desarrolle la
autorregulación y, con el tiempo, pueda darse
cuenta de qué es bueno y qué es inconveniente para él. El involucramiento de sus
padres ayuda a evitar la curiosidad
ansiosa del que siente que le ocultan algo, no teniendo la urgencia de
hacer lo que no le conviene. Es por
ello que enfatizamos el acompañamiento y la autorregulación”, enfatiza Maira.
La profesional recuerda que las redes sociales
están llenas de una diversidad de opciones, de
todo tipo de búsquedas y con muy variados propósitos. “En este sentido, la primera recomendación concreta que podemos darle a los padres
es conocer este mundo, entrar en su dinámica,
descubrir sus posibilidades. En segundo lugar,
explorar las opciones de privacidad de la red. En
la era digital difícilmente vamos a poder optar
por la privacidad absoluta; nuestra opción, en
cambio, es elegir el grado de privacidad, esto es,
hasta qué punto elegimos ser públicos. En tercer
lugar, les sugerimos a los padres ser amigos de
sus hijos, pero amigos mudos y criteriosos. Los
problemas no se resuelven a través de las redes
sociales, sino cara a cara, por lo cual si veo cualquier conducta errada, me causan ciertas sospechas algunos amigos virtuales o no apruebo los
comentarios de mi hijo, la conversación con él
debe ser cara a cara y no vía digital”.
Y agrega que, si bien un padre no puede impedir que su hijo explore con una natural curiosidad, sí puede es hacerse cargo de sus inquietudes, escucharlo, acogerlo e invitarlo a reflexionar
sobre qué espera encontrar, cuál es la necesidad
que quiere satisfacer y, lo más importante,
acompañarlo para que descubra por sí mismo si
está preparado y si es el momento adecuado.
Para Fundación Queveo, si queremos promover un uso seguro a nivel familiar de las redes sociales e Internet, debemos apuntar a la
formación de competencias o comportamientos digitales responsables. “Como fundación,
validamos instancias de alfabetización y educación digital para padres, quienes muchas
veces buscan recetas o consejos prácticos
para enfrentarse a las tecnologías o a
sus hijos, pero nuestra mayor responsabilidad es abrir instancias
de reflexión y diálogo entre
padres e hijos, apuntar a
la formación humana y relevar ciertos valores clave,
tales como la intimidad, la
responsabilidad, la identidad, la integridad o la autonomía, introduciéndolos como
discurso y praxis permanente con nuestros
hijos. De este modo, si consideramos por
ejemplo la integridad como la coherencia
entre nuestro decir, pensar, sentir y hacer, y
aborrecemos que nuestros hijos estén todo
el día conectados, no podemos contestar el
celular mientras estamos sentados a la mesa
o ponernos a revisar el estado de Facebook
mientras nuestro hijo nos habla a la cara,
porque lo que estaríamos enseñando con el
ejemplo es, precisamente, a no ser íntegros”.
Porque los padres son el principal modelo
del que los hijos aprenden.af
nº9 | AdopciónyFamilia | 15
La importancia de la
familia biológica
Columna
Marta Hermosilla
psicóloga
especialista en adopción
C
uando se recibe un niño
en adopción, los padres
quisiéramos olvidarnos
por completo del origen
del niño, éste es sentido tan propio, que el pensar en “la otra familia” es penoso. Cuando se piensa en
los orígenes del hijo, generalmente
se piensa en la progenitora, esto
sucede tanto a los hijos como a los
padres. Es muy raro que un niño
pregunte por el progenitor, generalmente sólo pregunta, al principio, por la progenitora. El goce de
tener un hijo, muchas veces hace
que queramos olvidar o buenamente olvidemos por lapsos, que
hay una mujer en su origen. Pero,
¿podemos olvidarnos totalmente?
No, sería ignorar los nueve meses
que el niño pasó dentro del vientre
que le permitió crecer, sentir, vivir.
Que le permitió ser y a nosotros
tener un hijo. El origen de nuestro
hijo está en otra persona, a quien
generalmente no hemos visto jamás, y que pasa a formar parte de
nuestro imaginario.
Pienso que hay siempre una “imagen pensada” de la progenitora de la
que no se habla mientras los niños
son chicos, y que comienza a aparecer en las conversaciones cuando el
hijo pregunta por ella. Curiosamente ni los padres adoptivos ni el hijo
piensan, en los primeros tiempos, en
el resto de la familia.
Para que un hijo adoptivo logre su identidad, va a tener que
saber de su familia de origen (no
olvidemos que el logro de la identidad es una de las tareas de la
adolescencia). Por ello es importante que los padres adoptivos
tengan información sobre los progenitores del hijo y de su familia,
información que deberán entregar
en forma medida y acorde con la
edad del hijo cuando pregunta
por ellos. El que un hijo pregunte
16 | AdopciónyFamilia | nº9
o no depende de diferentes variables, especialmente de la confianza que tenga con sus padres para
hablar del tema de su adopción,
y de su personalidad. Hay hijos
que usan de la negación y dicen
no querer saber nada. Debemos
respetar esta actitud hasta cierto punto, y si a los 18 no quiere
saber nada, debemos darle la información que tenemos, aunque
no la pida, pues igualmente la necesita y la guardará en su mente
y servirá su propósito, ayudarlo a
conformar su identidad.
El dar información es delicado,
cuando el niño es escolar debemos
entregar sólo lo que pregunta,
datos como el nombre, la edad.
Si pregunta “¿Cómo se llamaba?”
Contestemos con el nombre de
pila, el verdadero nombre de pila
de la progenitora. Cuando el hijo
ya tiene un desarrollo cognitivo hipotético deductivo (lo que sucede
a variadas edades en este milenio,
pero generalmente aparece en la
prepubertad o pubertad), podemos dar algo más de información.
Varias veces he hablado de la
importancia de no mentir, para
que la parentalidad adoptiva no
hiera al hijo, debemos decir siempre la verdad, incluso si la información duele. Debemos contestarle
con naturalidad, sin crear la atmósfera de los secretos, ni una situación formal. Un autor decía “la
regla de oro de toda revelación (en
cuanto a la adopción) es contestar
lo que el niño pregunta, no más”.
Es fácil sentirse presionado, por
el conocimiento de circunstancias
adversas relativas a la familia de
origen. Pero decir la verdad, no
es decir con detalles todo lo que
podemos saber. Hay información
irrelevante para la vida del hijo y
que puede dificultar el logro de su
identidad. No tenemos que dar
información negativa que no nos
consta y que no aportará nada. Es
distinto cuando el hijo mayor de
edad tenga derecho a que le abran
el expediente de su adopción.
Como nosotros lo leímos, hay que
prepararlo en el caso que haya
información que pueda herirlo.
Si bien los padres adoptivos
reciben alguna información de los
progenitores, generalmente no
abarca todos los temas que, a lo
largo de la vida del hijo, sería interesante conocer y permite que se
cree el mito de la “mala semilla”, el
temor a la herencia. Variados autores concuerdan que es positivo
que los padres adoptivos tengan
una fuerte creencia que el ambiente que pueden ofrecer al hijo va a
hacer una diferencia. Los estudios
existentes muestran que lo que se
hereda son predisposiciones y el
que ellas, buenas o malas, se desarrollen, va a depender del ambiente en que se críe el niño. Es importante recordar que las conductas
no se heredan, se aprenden.
Los estudios hechos sobre la búsqueda de los orígenes indican que
no todos los hijos adoptivos quieren
buscar a sus progenitores, que eso
depende más que nada de su personalidad. Hay personas que siempre
necesitan saberlo todo, la mayoría
no. También se sabe que cuando ha
habido encuentros con los progenitores, generalmente son de corta
duración, y permiten que el hijo se
dé cuenta que sus verdaderos padres
son sus padres adoptivos, con quienes tienen una vida en común.
Creo importante que los padres adoptivos estemos conscientes que somos padres porque los
progenitores existen. Tenemos
nuestros queridos hijos porque
ellos les dieron la vida. De todo
corazón a las familias de origen,
la familia adoptiva dice “gracias”.
Escriben los Padres
Sintiendo a tu hijo
“Crece mi bebe, crece. No dejes de respirar. Mantente
firme y resiste en esa guatita que te traerá a este mundo.
Aquí te estamos esperando, con los brazos abiertos y cantándote a distancia pero muy, muy cerca de tu corazón”.
Gabriela Luchsinger Yanes
T
al vez una de las cosas que yo pensaba que podría echar
de menos del embarazo, era el contacto con mi hijo.
Pero de manera instintiva sustituí las palabras por la
escritura. Desde el día uno que decidimos adoptar, fui
a comprar el diario de vida mas lindo que pudiera haber encontrado y un lápiz, que me acompañaron toda la espera de mi hijo.
Y les sé decir que hasta el día de hoy agrego fotos o pensamientos o crecimientos de él.
Efectivamente, ¿qué es lo que notoriamente nos hace diferencia con las que esperan sus hijos en la guata? O dicho de manera
más científica… con las madres biológicas?
En mis escasos conocimientos científicos, pienso que parte
importante es ese poder ver y sentir cómo tu hijo(a) va creciendo dentro de ti. Pero vayamos un poquito más allá, sin
necesidad de tener alguna formación religiosa o espiritual.
Déjate llevar por la emoción y por el corazón, y siente que
¡TU HIJO ESTA ESPERANDO LLEGAR A TU HOGAR! Eso es asi.
Ellos te escogen a ti, no tú a ellos.
Por lo que no te quepa la menor duda que donde esté él te
está mirando, observando y sintiendo…
Si se te hace difícil escribir, empieza a anotar paso a paso lo
que vayas haciendo para lograr su llegada. Escribe, por ejemplo,
el primer día de tu entrevista con la asistente o con el hogar.
Recuerdo que la noche después de la primera entrevista le comenté a mi marido: “Siento que hoy me puse en campaña”. Y así,
paso a paso, fui anotando en su diario de vida cada entrevista,
cada pensamiento, cada conversación que quería tener con él.
Escribía casi todos los días. Escribía, por ejemplo, cuando fuimos
a la primera entrevista con la asistente que nos delegaron o cuando pasó el día de la madre y él aún no llegaba; cuando pasamos
la primera navidad sabiendo que sería tal vez la ultima en que
estábamos sin él; cuando lo echaba de menos y quería cantarle y
acunarlo; cuando lo podía sentir cerca mió; cuando me desvelaba en la noche y soñaba pensando en cómo seria…
Son tantas las cosas que uno tiene para contarle, para
compartir, para apegarse a él desde el corazón.
Dale animo, dale fuerza, explícale que lo estás esperando,
explícale lo generosa que es esa mujer que está cuidándolo por
que tú no lo puedes tener en tu guatita, explícale que es un regalito de la vida el tenerlo después de tanto tiempo de intentos.
Explícale, por ejemplo, que le tienes una cunita y una
pieza llena de peluches para esperarlo; cuéntale cuando tengas penitas, por qué no lo tienes aún al lado tuyo. Cuéntale
de tu familia, cuéntale de lo que está viviendo tu país, en
tu trabajo, en tu hobby. Descríbele a sus abuelos, cuéntale
que ellos también lo esperan con ansias; si tiene un hermano,
también dile que lo espera con muchas ganas. Háblale de sus
tíos, primos, de tus amigos.
Haz que ese lápiz y papel se conviertan en tu manito
pasándola alrededor de tu pancita.
Haz que sea él parte en el día a día de tu vida, de tus
sentimientos y de todo lo que respiras.
No sientas vergüenza. Ábrele el corazón a tu hijo y no
sientas que estás loca… Créeme que tu hijo(a) esta ahí,
esperando pacientemente llegar a tus brazos como tú esperas tenerlo pronto en los tuyos.
nº9 | AdopciónyFamilia | 17
Entrevista
Daniela Castillo, cantante
Adopción:
su vida y
su causa
Como participante del programa televisivo de talentos Rojo Fama Contrafama, hace diez años, esta
joven artista no sólo adquirió notoriedad, iniciando
su carrera en el canto, sino también marcó un hito al
hacer pública su condición de hija adoptiva y asumir
una actitud abierta, receptiva y comprometida
respecto de
este tema.
Por Verónica Siredey C.
18 | AdopciónyFamilia | nº9
Entrevista
D
aniela Castillo tiene 28 años y
una historia que la ha llevado
a hacerse conocida a través
del canto. La popularidad llegó
cuando participó en el programa de talentos de TVN, Rojo Fama Contrafama, cuando tenía 18. Y como buena
estrella que surge, sus distintas aristas brillaron en determinados momentos dándole
cierta notoriedad: muy joven se casó y se
fue a México, matrimonio que más tarde se
terminó, pololeó con el tenista Fernando
González y confesó públicamente que es
hija adoptiva. Es este último aspecto de su
vida el que nos motiva a conversar con ella,
sobre aquella parte de su historia que suele
ser tan personal y privada, pero que por
algún motivo decidió tomar como causa y
compartir de manera generosa y abierta.
Quizás algunos recordarán ese momento
televisivo del programa busca talentos, hace
poco más de una década, con el clásico piano
de fondo y Rafael Araneda como conductor,
ella le lee un poema a su padre. Fue en ese
minuto que se hizo pública su historia de
adopción. Cuando le preguntamos por qué en
esa época y a través de ese programa decidió
contar su historia familiar, ella se ríe y cuenta
los entretelones: “Todos en Rojo tenían que
contar su historia. Al principio te contactaba
el editor periodístico y bueno, por el rating
ellos siempre buscaban tragedias. Entonces, él
me preguntó ¿tienes algo triste que contarnos,
algo que te haya pasado en tu vida? Y yo le contesté: No, en realidad no tengo algo triste… tengo
una familia bacán, me fue bien en el colegio, recién salí… Pero triste, no tengo nada. Y me miró
con cara de ’esto no sirve’. Entonces le dije
súper espontánea: mira, somos tres hermanos
adoptados, súper felices todos, con una familia
muy bonita… Y ahí me interrumpió: ¡Cómo no
me contaste eso! ¿Te gustaría contar tu historia?”
A esto, ella agregó con la misma rapidez y espontaneidad: “Obvio, me encantaría
que la gente conozca lo que ha sido para mí ser
adoptada y lo que es la adopción”. Y vino entonces la escena en las pantallas. Lo que no
se vio después, fue el efecto que tuvo en
muchas personas esta declaración. Daniela
cuenta que le llegaron muchas cartas, se
le acercaron adoptados y mujeres que no
podían tener hijos biológicos. “Para mí fue
muy fuerte”, recuerda. “Conté la historia,
la di a conocer y luego sentí la necesidad
de hacerme cargo y decidí participar en
Fundación San José, ayudar, ser vocera y
aportar en lo que pudiera”.
De esta manera, y con apenas 18 años, su
historia traspasó las barreras de la vida personal, una vida de la que ella sólo guarda buenos recuerdos. Así es que al preguntarle cómo
calificaría su experiencia como hija adoptiva,
simple y claramente responde: “buena y normal”. Explica que quizás esto se deba a su
personalidad. “Conocí a una amiga que era
adoptada, como a los 15 años y ella era un
poco rebelde. Hay ciertos temas en la adolescencia que hay que saber tratar, porque se
amplifican cuando se es adoptado”.
¿Tuviste alguna crisis en
ese tiempo?
Me vino la típica crisis existencial, porque
quería saber más de mi historia de origen,
por pura curiosidad. En esa época me
acuerdo que quería saber más de lo que sabía
y cualquier cosa me servía.
¿Qué hiciste para satisfacer
esa curiosidad?
Se lo dije a mis papás y ellos en un principio
reaccionaron preguntándome por qué quería
saber, si es que no estaba contenta con ellos.
Pero yo sólo tenía curiosidad y quería saber
algo más, no significaba que si averiguaba
algo me iba a ir con la otra familia. Yo creo
que es el temor de cualquier padre adoptivo.
Después, de a poco se me fue pasando.
“Lo que siempre
me ha motivado
es la curiosidad.
Poder llenar esa
parte que está
sin historia”
¿Cómo manejaron tus padres
esa situación?
Creo que la manejaron bien, pero también creo que deben haber quedado medio
dudosos o movidos, quizás con la inquietud
de no poder agregar más piezas al puzzle,
porque no contaban con más información.
¿Qué era lo que querías saber?
Quería saber qué había pasado, cuál era la historia, de dónde venía, qué pasó con esa persona
que me tuvo, qué edad tenía, si se parecía a mí.
¿Cuál era la necesidad que
estabas tratando de satisfacer?
Trataba de buscar un reflejo. Uno se ensaña con la idea de verse reflejada en alguien.
Yo me veo muy reflejada en mis padres, pero
el tema físico a veces, cuando uno es más
chico, cosas aparentemente superficiales, te
hacen ruido. El canto, por ejemplo, de dónde
habré sacado el tema del canto si nadie en mi
familia es artista. Uno se cuestiona muchas
cosas y se arma una historia.
nº9 | AdopciónyFamilia | 19
Entrevista
“Hay un vacío, no
emocional, sino de conocimiento, porque mis papás
llenaron absolutamente la
parte emocional”
¿Cómo reaccionaste ante esa
inquietud insatisfecha?
En esa época, que tenía como 13 ó 14
años, escribía harto. Me fui para adentro. No
me puse rebelde, sino que yo creo me acerqué más al lado de la depresión. Porque me
faltaba mi historia. Era eso, no saber. Eso era
lo que me inquietaba.
¿Tuviste algún tipo de ayuda
o terapia?
Un psicólogo, pero es difícil que un
psicólogo te pueda ayudar si no es especialista, porque es difícil que te entienda y
entienda los procesos. Me sirvió más como
desahogo, en realidad.
¿Te molestó alguna vez el
hecho de ser adoptada?
No, nunca.
¿Recuerdas el momento en que
te enteraste que eras adoptada?
No, siempre lo supe. Somos tres hermanos y siempre hablamos que no nos acordamos cuándo nos contaron. Quizás fue
muchas veces. Quizás, constantemente.
Me acuerdo que teníamos un libro que
contaba sobre la adopción y el tema era
demasiado natural. Yo lo tomaba como
algo muy normal y después ya más grande,
simplemente no era tema.
20 | AdopciónyFamilia | nº9
Entrevista
¿ Tuviste alguna vez, por tu
ellos siempre estuvieron
historia familiar, problemas tranquilos respecto de que
con compañeras en el colegio? si los necesitaba, iba acudir
En el colegio quizás alguien me dijo algo
una vez, pero debe haber sido algo muy
menor, nada importante. Para mí fue más
tema quizás el no verme reflejada en alguien.
Al ser adoptada era eso lo que me faltaba,
verme reflejada en alguien.
en busca de su ayuda y
apoyo. A pesar de esto,
nunca delegan ni renuncian a su rol de padres.
¿Cómo son tus
padres?
¿Has considerado en algún
Mi mamá tiene mumomento buscar información cha energía y mi papá
sobre tus orígenes?
es más tranquilo. Para
Puede que en algún momento decida buscar. Lo que siempre me ha motivado es la
curiosidad, poder llenar esa parte que está
sin historia. Hay un vacío, no emocional, sino
de conocimiento, porque mis papás llenaron
absolutamente la parte emocional. Siento
que sería imposible que me tocaran mejores
papás, a pesar que ellos son más grandes. En
ese caso me doy cuenta que es distinto y que si
bien no son jóvenes, todo lo que han vivido, la
experiencia y sabiduría que tienen, es invaluable.
mí han sido un ejemplo
de papás y matrimonio.
Ellos están muy presentes. Son una pareja
unida y cariñosa. Para
nosotros son un referente
súper potente y alto.
Tu padre
mencionó que
consideraba
que estaban
preparados
para todo,
¿has pensado que quizás tu
historia de origen puede
ser muy difícil?
Cuando le leíste el poema en
el programa a tu padre, él dijo
que pensaba que ya habiendo
cumplido los 18 años (sus
hijos) estaban preparados para
Uno se pone en todos los escenarios y eso
enfrentar la vida ¿No te
sorprendió esa declaración? uno lo va asumiendo a través de los años. De
Mi papá siempre ha sido así. Mi mamá
es un poco más sobreprotectora, pero
él siempre nos ha inculcado la independencia. Sorprendentemente, ellos logran
abstraerse de la sobreprotección cuando se
trata de lo mejor para nosotros. Mi papá,
siendo muy cariñoso y preocupado, siempre me inculcó la independencia, que estoy
y estamos preparados para la vida, porque
ellos nos han entregado las herramientas. Yo siempre fui muy independiente y
que en el fondo no todo es color de rosas,
como a uno se lo cuentan cuando es chica.
Yo me doy cuenta que la historia podría haber
sido muy difícil, haber sido macabra o normal.
Por esto, tengo un respeto muy fuerte por
la persona que me tuvo. Me gustaría saber
quién es y cómo es físicamente. Pero no sé si
me acercaría, porque hay un tema de respeto
muy grande por ella y uno no puede llegar
e irrumpir en su vida, así como esa persona
no puede llegar y entrometerse en la mía.
“Me gustaría alguna
vez poder decirle en una
carta que sí la perdono. Me
gustaría decirle que puede
vivir su vida tranquila”
Quizás esa mujer rehízo su vida, quizás nunca
contó que tuvo una hija y la dio en adopción.
Sería precavida y respetuosa. Me gustaría
conocer antecedentes y con eso me bastaría.
¿Conversaste esto con tus padres?
De repente yo le decía a mi mamá que no
creo que esa persona se haya olvidado que
nº9 | AdopciónyFamilia | 21
Entrevista
existo. Toda la contraparte también debe existir. Debe haber también una culpa muy grande.
¿Cómo será la hija que di en adopción, dónde
estará, estará bien? Me gustaría alguna vez
poder decirle en una carta que sí la perdono.
Después de los padres que me tocaron, tengo
una familia maravillosa. Me gustaría decirle
que puede vivir su vida tranquila.
¿Y considerarías la maternidad
a través de la adopción?
De todas maneras. Pero hay que estar de
acuerdo y de manera natural con la pareja.
No porque sea mi historia y para mí sea
especial, tiene que ser así. Falta el 50 por
ciento de aceptación, porque no es un tema
que se pueda llevar solo.
“El tiempo que
uno pasa con la
familia es mucho
más importante
que la genética”
En ese caso y tomando el
modelo de tus padres, ¿qué
harías igual y qué cosas
harías diferente?
Creo que haría exactamente igual la forma
de contar y de educar. Creo que quizás lo
único que cambiaría, ya que hoy el sistema
lo permite, es el poder acceder a la historia
de origen. Quizás sería más relajada con ese
tema y les diría a mis hijos que no me sentiría
mal si ellos quisieran saber su historia. Es algo
natural y no queda más que apoyar, porque
con el sistema actual se puede hacer y si cuentas con el apoyo de tus papás, mucho mejor.
¿Y qué opinas en cuanto a
la herencia genética y los
parecidos? ¿Ustedes como
familia se parecen?
Sobre todo con mi hermana que tenemos
poca diferencia de edad, nueve meses, nos parecemos. Yo creo que al principio la genética debe
pesar mucho, pero con el tiempo ese porcentaje
va bajando. El tiempo que uno pasa con la familia
es mucho más importante que la genética.
¿Qué opinas de la posibilidad
de llegar a ser madre
biológica algún día?
Es muy heavy tener un hijo propio. Para mí
es mucho más normal la adopción, porque en
mi vida todo ha sido adoptado. Eso es lo normal para mí. Tú sabes que tus primos no son
de sangre, por lo que adoptas a tus primos.
Como mis padres se casaron más grandes, mi
abuelo ya había muerto y mi abuela, al poco
tiempo. No los conocí, pero mis papás tenían
una amiga más grande que no tuvo hijos y
nosotros la adoptamos como abuela. Para mí
es mucho más normal lo no sanguíneo que lo
sanguíneo. Los amigos también son personas
que uno adopta en la vida y las redes que
se van tejiendo son súper importantes. No
me da nervio ser mamá biológica, pero me
intriga, ver a alguien que va a ser cien por
ciento de mi sangre, por primera vez.af
22 | AdopciónyFamilia | nº9
Dibujo: Amparo Achurra P.
Derechos del niño, niña y adolescente
Tengo Derecho
a…
tener una familia
E
xiste consenso a nivel internacional
sobre que cualquier medida de protección hacia la infancia vulnerada
debiese estar destinada a garantizar
que los niños y niñas vivan en una familia protectora. Este derecho ha sido consagrado en
importantes instrumentos internacionales que
entregan un marco legal a los estados para
garantizar el cumplimiento del mismo.
El derecho a vivir en familia se basa fundamentalmente en la capacidad socializadora de éstas,
debido a que no existe otro lugar más apropiado
para que un niño o una niña se forme como ser
social, que no sea en el seno de una familia.
Tanto es así que la evidencia científica señala
que aquellos niños que son cuidado por familias
adoptivas o familias de acogimiento transitorio,
presentan no sólo mejores resultados en el ámbito
cognitivo y emocional que aquellos que pasan el
mismo período en instituciones de protección,
sino que también se convierten en adultos con
23 | AdopciónyFamilia | nº9
Carolina Bascuñan D.
Socióloga, Master en necesidades y derechos
de los niños, niñas y adolescentes
Directora Fundación ‘Crecer con Justicia’
un mayor nivel de adaptabilidad social, lo que les
posibilita conseguir trabajo con mayor facilidad,
establecer relaciones sociales sólidas y formar sus
propias familiar en mayor proporción que aquellos
niños que no gozaron de este derecho.
Lo anterior no resulta curioso si muchos de
nosotros revisamos nuestras prácticas parentales y vemos cómo ellas están fuertemente
influenciadas por nuestras experiencias de vida,
sobre todo que se basan en los recuerdos que
tenemos acerca de lo que nuestros padres
hicieron respecto de nosotros.
Estos aprendizajes son especialmente importante en la primera infancia, y en específico durante el periodo de 0 a 3 años, fundamentalmente debido a que en estos primeros
años el ser humano establece vínculos y
recibe estímulos que le posibilitan adquirir
las habilidades que le permitirán el relacionamiento social con su entorno. Así lo señala
recientemente el documento: “Llamado a la
acción: Poner fin al internamiento de niñas y
niños menores de tres años en instituciones
de protección”, de UNICEF.
En este llamado se sostiene el hecho de que
una institucionalización precoz y prolongada
tiene graves efectos perjudiciales sobre la salud y
desarrollo físico y cognitivo de la niña o el niño.
Estos daños causados por una permanencia en
las instituciones pueden llegar a ser irreversibles.
Por todo lo anteriormente mencionado es
que resulta de suma urgencia comprometernos
como sociedad en la garantía que tiene todo
niño y niña a crecer y desarrollarse en una familia protectora, lo que quiere decir que viva en un
ambiente que desarrolle al máximo su potencial
de vida y garantice, a su vez, una sociedad que
ponga en el centro de su atención la protección
de la infancia que ha sido vulnerada.
Los derechos son una garantía de todos los
niños y niñas sin distinción alguna y somos los
adultos los llamados a velar por su cumplimiento.
nº9 | AdopciónyFamilia | 23
Reportaje
Cuando se adopta a un niño, se inicia una nueva
familia con una carga adicional. Aquellos niños que por algún motivo
vieron rotos sus vínculos sanguíneos, traen una historia de origen
que es necesario asumir y comprender, con todas las dificultades y
desafíos que eso significa, pero que realizado apropiadamente permitirá un auténtico proceso de reparación en el hijo.
24 | AdopciónyFamilia | nº9
Por Verónica Siredey C.
Reportaje
La
E
familia biológica
en la vida de mi hijo
stablecer que el ejercicio de la parentalidad significa todo un
desafío, suena a lugar
común que sobreestima
la realidad de todos aquellos que
forman y encabezan una familia.
Esto a simple vista, porque en el
caso de las familias adoptivas, detrás de este aparente cliché se encuentra una realidad que si no se
aborda y maneja adecuadamente,
puede llegar a poner en riesgo
incluso el objetivo más preciado:
la adopción como proceso reparatorio de toda aquella persona que
inició su vida con ese quiebre fundamental, que significa la separación de su familia de origen.
Pero cómo hablar de aquello
que tanto duele, cuando hay recuerdos, experiencias traumáticas, vínculos con familiares que
de un momento a otro desaparecieron de la vida del niño;
cuando lo que siempre procuramos como padres es cuidar, proteger y, en la medida de lo posible, evitar penas y dolores. De
acuerdo a algunos especialistas,
podrá parecer difícil asumir esta
historia de origen e incorporarla
a la identidad y la vida del hijo,
así como a la nueva familia que se
está construyendo, pero no sólo
es posible, sino también necesario.
Para Matías Marchant, psicólogo con experiencia como Director Clínico de Casa del Cerro y que
actualmente atiende a los niños
del hogar Misión de María, es
necesario considerar el contexto
en que actualmente se realizan las
adopciones y cómo ha cambiado
la sociedad respecto de este tema
en el último tiempo. “Los padres,
comparado con 20, 30 ó 40 años
atrás, se han abierto a la necesidad de incorporar la historia de
origen de sus hijos adoptivos”.
Inhabilidad parental:
cuando interviene un
tercero
Actualmente en el país, los
niños susceptibles de ser adoptados están en esta condición por
cesión, abandono o inhabilidad
física, mental o moral de sus padres. Esta tercera categoría implica variadas condiciones, como
enfermedades mentales, alcoholismo, consumo de drogas, maltrato y distintas circunstancias que
expongan al niño a situaciones de sido cedidos ni abandonados.
vulneración o riesgo.
Esto implica que, por lo general,
Según explica Marchant, en existen vínculos ya establecidos
2010 el 84 por ciento de los niños que se romperán, con las conseque fueron enlazados con familia cuencias de ello para el niño y la
adoptiva, se invocó en el proceso necesidad de contar con un prola inhabilidad parental como causa ceso de reparación que le permita
única o principal. “Históricamente el establecimiento de vínculos
el abandono era la causal mayorita- nuevos, estables y seguros. “La
ria para declarar la susceptibilidad inhabilidad parental es un concepde adopción, en América mayor- to muy chileno. No existe en el
mente por razones culturales y en mundo como existe aquí. Se habla
Europa por situaciones de guerra. de falta de competencias parenLos niños que se encuentran hoy tales, pero esto no determina que
en las residencias de Senlos niños deban ser sepaame predominanterados de sus padres”,
mente no están
dice Marchant.
en situación “Con niños grandes, es Sostiene que el
de abandono. necesario trabajar y dar tema genera
De las cifras
controversia
sentido
a
la
familia
de
que manejo,
a nivel profehay 15.309 de origen, porque la mayoría sional, en que
los cuales sólo de ellos tenía vínculos” se cuestiona la
490 ingresaron
existencia de un
por esta causa”.
concepto de este
Es un escenario que
tipo, “porque cualquiera
complica la situación de los niños, sabe que la parentalidad no es
porque significa que, si bien han fácil. Ser hábil parentalmente no
tenido un inicio difícil en la vida, es una condición sencilla”, explica.
es un tercero quien determina si
María Cristina Rivera, trabajadosus padres son suficientemente ra social y coordinadora del Hocapaces o no de criarlos; no han gar Belén de Fundación San José,
nº9 | AdopciónyFamilia | 25
Reportaje
“Mientras más chicos sepan,
mucho mejor. No se trata de
imponer el tema, sino que
comparte la
Repaestar
atentos
a
cuando
las
ración:
opinión de
preguntas surjan y que se un paso
Marchant
fundamenrespecto del
vaya dando
tal desde la
concepto
de
naturalmente” verdad
inhabilidad parental.
Sin embargo, agrega que es
fundamental no perder de vista
que el objetivo final en todo este
proceso es garantizar la protección
y el bienestar del niño, más allá de
la complejidad que puedan presentar estas situaciones en el proceso,
de modo de asegurar que el niño
crezca y se desarrolle en un ambiente protector y seguro.
Según aclara, en Fundación
San José se insiste en la relevancia,
no sólo de evaluar a las familias
biológicas, sino que de mejorar las
estrategias de intervención con
este tipo de familias. “Cuando se
trata de asegurar un contexto de
protección para el desarrollo de un
niño, es difícil determinar durante
cuánto tiempo se puede trabajar a la
espera para que la familia alcance estándares mínimos según las necesidades del niño, más aún cuando se
lo ha debido institucionalizar como
una medida extrema de protección”.
Tanto Matías Marchant como
María Cristina Rivera concuerdan
que es necesario realizar un trabajo con los niños que enfrentan
esta situación. Es común ver casos de niños de cinco o seis años
y que, además, tienen hermanos,
los que son considerados casos
difíciles y suelen irse al extranjero, porque allá muestran mayor
disposición para adoptar niños
mayores y grupos de hermanos.
“Cuando hay niños grandes es
necesario trabajar y dar sentido
al tema de la familia de origen,
porque la mayoría de ellos tenía
vínculos. Algunos niños son visitados constantemente por sus
papás, quienes son inhabilitados,
generándose un quiebre, y hay
que empezar a preparar a ese niño
para ser incorporado a una familia
adoptiva, pero él tiene recuerdos
de su mamá de hace seis meses
o un año”, explica María Cristina.
A su juicio,
es fundamental iniciar ese
proceso partiendo desde
la honestidad
y considerando que
aunque las
apariencias
engañen, los
niños pueden
llegar a tener
un panorama
26 | AdopciónyFamilia | nº9
mucho más claro, incluso, que los mamá no vino, porque está trabaadultos. “Hay que contarles. Es jando’, les decían las cuidadoras”.
necesario trabajar desde la verRecuerda a un niño de seis años
dad con los niños, explicándoles cuyos padres llegaron de Perú traen algunos casos que no sabemos ficando droga y cuando ingresó al
dónde está su mamá. En los ca- hogar se le explicó que éste iba a
sos de abandono y con aquellas ser su casa un tiempo y, pese a
mamás que sí los visitan, también. que preguntaba si su mamá lo iba
Les explicamos que su mamá ha a ir a ver, le decían que no, porque
dejado de venir, que se estaba estaba trabajando, hasta que una
tratando de trabajar con ella, o psicóloga le explicó lo que realque no se puede, que entende- mente pasaba. “Ella no está tramos que eso afecta su vida, pero bajando, sino que ha hecho algo
que va a venir otra familia que que no se hace y la llevaron a un
lo cuidará”. Asegura que lo ade- lugar donde se llevaba a la gente
cuado es realizar un acompaña- que se porta mal. Pero no es que
miento terapéutico para cada ella no quiera estar aquí, es que
niño, independientemente si se no puede”. Y el niño de inmediato
va a ir en adopción o no, acom- le preguntó: “¿Mi mamá está en
pañando y ayudando a ese niño la cárcel, señorita?”, a lo que ella
a elaborar su historia. Y cuando respondió que sí. “Ese niño estuvo
la tiene elaborada, si es el caso, cinco días pensando que su madre
empieza la preparación para la no quería estar con él, cuando lo
adopción, en que a los
que pasaba era que no
padres adoptivos se
podía estar con él,
les explica toda
estaba
“No sólo necesitan hab-porque
su situación
presa”, agrega
con la familia lar de la adopción y de la Rivera.
de origen. Y
nueva familia, sino de la P a r a
ejemplifica:
historia donde se instala Marchant,
“Vi una vez
estos niños
el
trauma
primario
de
la
el caso de
han tenido
un niño que separación y pérdida” un vínculo y
venía de otra insla historia pasa
titución, que decía
a ser una variable
que estaba en el hogar porque
relevante. “La memoria de un
su mamá estaba trabajando o es- niño es la memoria de otros. Los
taba de vacaciones. En ese lugar, adultos somos los encargados de
a los niños no se les decía que cómo ese niño internaliza su hisellos estaban en un hogar porque toria. Depende absolutamente de
sus papás no los sabían cuidar y cómo el adulto la organiza, la proque se estaba trabajando con su cesa y se la entrega. Pasa por el
familia. Finalmente era más fácil filtro de los adultos. El niño tiene
mentirles. ‘Tu mamá no vino, un nombre, acontecimientos sigporque está de vacaciones’ o ‘tu nificativos, fotos”, asegura.
Reportaje
La pregunta, entonces, es cómo
iniciar el proceso de reparación,
después que se ha tenido que
romper un vínculo tan fundamental. Para Marchant la reparación
comienza en la institución, ya sea
en un hogar o en una familia de
acogida. “La reparación empieza
con un acto de reconocimiento
respecto de lo que llevó a los niños a
ser separados de sus padres. Luego
viene el establecimiento de nuevos
vínculos continentes, metabolizantes e historizantes”, concluye.
Libro de vida como
herramienta
Un instrumento que tiene
un rol central en el proceso de
reparación en el niño, es el “Libro de Vida”. Éste es un libro
que contiene su historia y relata
su vida, y es cons-truido por el
adulto significativo del niño en
el hogar, en consideración de la
importancia que tiene la historia personal en la construcción
de su propia identidad.
Rivera rescata el valor y utilidad del Libro de Vida. “Tiene varias versiones, dependiendo desde donde se mire, la institución
o personas que lo hagan y qué se
transmite ahí. Algunos describen
situaciones cotidianas, otros información de su familia de origen
y otros lo utilizan casi como
libro de despedida con dedicatorias. El Libro de Vida es una muy
buena herramienta”.
Marchant cuenta que le ha
tocado ver en hogares cómo los
niños que están pasando por alguna dificultad, algunos de dos o tres
años de edad, van a la oficina y piden su Libro de Vida. Cuenta que
se quedan observándolo un rato,
miran las fotos y eso los calma.
“Quizás necesitaban reconocerse
en ese libro, les ayuda a organizar
su vivencia y dar sentido a su ser”.
De acuerdo a Rivera, este libro
cumplirá su función, siempre y
cuando se involucre a los padres
adoptivos. “Hay que trabajar con
la familia adoptiva la historia de
un niño víctima de abuso sexual,
por ejemplo, sugiere transmitir
claridad y seguridad. “Esas cosas
no corresponden, pero tú estás
aquí con nosotros para que esas
cosas no vuelvan a pasar. Tú no
tienes ninguna culpa en esto.
Alguien decidió cuidarte y todos
decidimos cuidarte”, sostiene. Un
caso así, indica, es sólo un botón
de muestra de lo importante que
es que los padres adoptivos se
preparen. “Que sepan que existen
tres formas de ser susceptible de
ser adoptado y que el trabajo
es muchísimo mayor cuando la
adopción viene de una inhabilidad
parental, por toda la historia y
vínculos que puede haber detrás.
Porque si un niño está en conocimiento de su historia previa, no
Padres adoptivos:
se va a encontrar con sorpresas”.
la necesidad de una
María Cristina Rivera también
adecuada preparación se refiere a lo fundamental que reHay que tener claridad que mu- sulta la preparación de los padres.
chas de esas historias de vida pue- “Ellos deben contar con la mayor
den incluir capítulos muy
información posible respecto de
dolorosos, como
la familia de origen, para
situaciones de
saber a qué se van a
v io l en cia,
enfrentar. Porque
abuso o
“Algunos niños piden su esa es una hisnegligentoria que va a
Libro de Vida, se quedan aparecer en alcia, por
citar sólo observándolo un rato, miran gún momento.
algunas. Es
las fotos y eso los calma” Esos registros
por ello que
están y puede ser
para Matías
altamente contraproMarchant es muy
ducente tratar de adorimportante que los padres
nar esa historia si a los 18 años el
se preparen lo suficiente como hijo la va a buscar, se encontrará
para poder tomar esa historia y con algo totalmente diferente y
abordarla con el mayor tacto y se va a dar cuenta que no le han
tino posible, con las palabras ade- dicho la verdad”. Para ello, la procuadas para la edad y en el mo- fesional propone conversar con el
mento apropiado. En el caso de niño. “Mientras más chicos sepan,
origen de los niños, no sólo para
que se la cuenten, sino para que
entiendan al niño que tienen enfrente. Ese niño que está ahí, no
llegó de Paris con una cigüeña.
Ese niño nació de una mujer y
de un hombre, probablemente
de una relación de amor en ese
momento o tal vez de un abuso,
pero nació de alguien y en una
determinada circunstancia. De
una u otra manera a ese niño se
le va a explicar su historia y sus
padres tienen que estar súper capacitados para poder responder
el millón de preguntas que les
va a hacer. Porque no va a preguntar una vez, esa pregunta va
a ser constante. Mientras más
edad tiene, más dudas aparecen”.
nº9 | AdopciónyFamilia | 27
Reportaje
mucho mejor. No se trata de imponer el tema, sino que estar atentos a cuando las preguntas surjan y
que se vaya dando naturalmente”.
Rivera propone incluso un acompañamiento, apoyo o asesoría a los
padres a largo plazo. “Suele suceder
que cuando las familias adoptan son
acompañadas un rato y después
quedan a la deriva. Hay fundaciones que realizan un adecuado
acompañamiento a los padres, pero
no son todas y las consultas aparecen cuando surgen las preguntas.
Lo ideal es acompañar, hacer un
seguimiento cercano a la familia en
la medida de lo posible. En algún
momento el tema va a explotar. Y
en aquellas historias de origen más
duras, creo se debe ir viendo caso
a caso y estar atentos siempre. La
adopción es un tema que siempre
debe estar presente, en el lenguaje,
en cómo se usa y que sea lo más
natural. ‘Cuando tú llegaste a vivir a
esta casa’, implica decirle de dónde
viene y de quién viene. Hay familias
que cuentan con harta información
y otras no tanta, pero esa información hay que elaborarla”.
En el proceso de búsqueda de
orígenes que inician los hijos, los
padres debieran estar tranquilos de
que lo que buscan es información y
no alejarse de su lado. “Siento que si
los papás hicieron un buen trabajo,
no debieran dudar respecto de que
los hijos quieran irse. Es legítimo
querer saber de dónde uno viene.
Si nosotros que somos hijos biológicos le preguntamos a la mamá, por
ejemplo, ‘cómo era cuando nací’ o
‘cuánto pesé’, una y otra vez, es
legítimo entonces que ellos también quieran saber, despejar sus dudas. Hay que partir siempre desde la
verdad, la honestidad y sin miedo.
La adopción es una opción y una
decisión, pero también es una oportunidad de amar a otro libremente.
Entonces, si uno decide adoptar,
tiene que saber que este niño viene
con una historia”.
De acuerdo a Rivera, los recuerdos también se pueden manejar
adecuadamente. “Si es que el niño
te da la posibilidad de hablarlo,
de conversarlo; pero tampoco se
debe presionar para hacerlo. No
se trata de hablar todo el tiempo
con los niños adoptados sobre la
adopción, de su historia previa, de
su familia de origen, de su experiencia en la institución o de sus
recuerdos más dolorosos”.
Los niños no sólo hablan de la
adopción misma, sino también del
periodo preadoptivo, que implica
su historia con su familia de origen
y de su paso por la institución o
familia de acogida. Esta distinción
es necesaria, de acuerdo a Rivera,
porque “el problema de los niños
no es con los padres adoptivos. Lo
que ellos necesitan es resolver la
historia anterior; no sólo necesitan hablar de la adopción y de la
nueva familia, sino de la historia
donde se instala el trauma primario de la separación y pérdida”.
Para esto considera que hay momentos. “Y creo que lo más conveniente es manejarlo de la manera más natural posible, a medida
que va saliendo, porque además,
ellos van dando una oportunidad
cuando empiezan a hablarlo. Van a
contar sus cosas a la gente en que
confían. Si el niño está contando,
es porque confía en ti. Si damos
el espacio de confianza genuino,
podrán hablar de todo eso”.af
28 | AdopciónyFamilia | nº9
Libro de Vida: construyendo identidad
É
ste es un libro que contiene el relato de la vida
del niño, utilizando no sólo una narración escrita, sino tamb
ién imágenes como
dibujos y fotografías, las que tienen como finali
dad dar cuerpo a
la historia de vida del niño, que incluye su famil
ia de origen, así como
también su paso por la institución o familia
de acogida.
Para muchos profesionales ligados al ámbito
de la adopción, el Libro de Vida no sólo constituye una herramien
ta necesaria en el proceso de construcción de identidad de los
niños institucionalizados,
sino que es fundamental. Si bien hasta el mom
ento cada institución
lo desarrolla de acuerdo a su propia experienc
ia, existe consenso en
la necesidad de unificar criterios. Un esfue
rzo en esta línea y que
ha dado sus primeros frutos a través de la
Fundación San Carlos de
Maipo, es el trabajo de la psicóloga Mariana
Córdova, quien realizó
un diagnóstico del registro y sistematizació
n de la historia y experiencias de vida de los niños durante
su permanencia en la
institución, y a partir del cual elaboró un
modelo para el Libro de
Vida y ofreció una capacitación a los hogares
que los acogen.
Sin duda el esfuerzo en la elaboración de estos
registros se concentra
en un trabajo por respetar el derecho a la ident
idad de los niños institucionalizados. Esta labor debe ser realizada por
un adulto responsable
y significativo para el niño, con la participac
ión de éste y la revisión
periódica por parte del equipo de profesionales
del hogar o institución.
De esta manera, el Libro de Vida representa
una herramienta que
permite registrar experiencias y acontecimiento
s significativos para la
constitución de su identidad. Siempre sobre
la base de la construcción
de un recorrido de amor y responsabilidad que
cuenta sobre situaciones,
momentos y experiencias de especial significado
para la vida del niño o
la niña y para las personas que han sido sus princ
ipales figuras y testigos.
Testimonio
En la salud y en la enfermedad…
y ¿en la búsqueda y el reencuentro?
“Pensé que habías enviado esas cosas hace meses”. Me volví a ver a mi esposo a
mi lado en el ordenador. Estaba en medio de una pila de páginas fotocopiadas que
contenían la clave para encontrar a mi familia de origen y conocerla.
M
e encogí de hombros. Acababa
de dar a luz a mi primer hijo,
y había dejado mi trabajo para
cuidar de él. No podía justificar
el gasto de cerca de $400 en
algo que me parecía que era sólo en mi beneficio. He intentado arduamente explicarme cómo
me estaba haciendo sentir este proceso ¿Podía
gastarme este dinero en mí misma y abrir este
mundo de incógnitas? ”Sí se puede”, dijo. “¿Qué
beneficios le traería a esta familia?” Ese día hice
el cheque y envié el formulario al mediador ¿Qué
fue lo que me hizo caminar hasta el buzón ese
día y poner ese sobre especial dentro?
He escrito sobre los diferentes motivos
que me llevaron a participar en el proceso de
búsqueda de mi familia de origen. Fue un susto
médico lo que ayudó a darme cuenta de que
el conocimiento de mis raíces biológicas era
importante para mí. Estaba dando a luz a mi
primer hijo y mirándole a los ojos –los ojos de la
primera relación genética que jamás había conocido-. Estaba reuniendo el coraje para hablar
de mis deseos de búsqueda con los amigos, la
familia y mis padres y buscar su apoyo. Sin embargo, nunca he escrito sobre el catalizador, el
impulso específico que me hizo enviar los formu30 | AdopciónyFamilia | nº9
larios al mediador después de tenerlos durante
meses y deseando este encuentro durante años.
Fue mi marido. Yo ya había tenido su apoyo en
la búsqueda. En este momento, me dio el don
inestimable de hacerme saber que él realmente
entendía por qué tenía que buscar.
Una de las preguntas más frecuentes que
recibo sobre el reencuentro no proviene de
las personas adoptadas, sino de sus cónyuges.
Las parejas de los adoptados quieren saber
cómo apoyar mejor a su esposo o esposa, a
través del proceso de búsqueda y reunión.
Tratan de comprender, y a menudo están
desconcertados por el cambio que perciben
en sus cónyuges sobre su propia adopción.
Muchas de nuestras parejas tratan de comprender el cambio que se produce entre vivir sin tener contacto con nuestras familias
de origen y de repente ser vencidos por la
emoción una vez que se toma la decisión de
la búsqueda. Quieren respuestas, y ellos también quieren ayuda. Esto es lo que me gustó
de mi marido durante mi búsqueda.
Comprendió que no podía hacer esto por
mí. Reencontrar es ampliar conexiones, pero
puede hacernos sentir solos. Podemos estar
rodeados de amor y apoyo, pero algunas partes
de este proceso, por su propia naturaleza las
tenemos que hacer solos. Buscar a veces se
puede hacer por nosotros. Pero muchas veces
somos nosotros los que debemos trabajar directamente con el mediador (sí, debemos usar
uno) o tener acceso a nuestra información.
Reunirnos con nuestra familia, establecer una
relación y mantenerla no se puede hacer por
nosotros. Tenemos que participar activamente
en estas relaciones. Mi marido me hizo compañía a través de este viaje. Caminamos codo
a codo a través de este proceso como compañeros que en la vida acostumbran a hacerlo
así en todo. Reconoció cuando me sentía sola.
Él no trató de solucionarlo todo. Cuando la
gente viene a nosotros con un problema, a veces,
nuestra primera reacción es tratar de encontrar
una solución rápida. Esto, lamentablemente,
significa que no siempre escuchamos. Si lo hiciéramos, podríamos saber qué soluciones han intentado ya –o que tal vez no hay solución-, y
sólo quieren que alguien les escuche. Mi marido
es un “solucionador”. A través de mi proceso de
búsqueda, rápidamente se dio cuenta que no
había ninguna solución a mis altibajos en este
juego de “esperando encontrar a mi familia”.
No había nada que pudiera hacer para que el
Testimonio
proceso fuera más rápido o para influir en el
resultado de lo que la respuesta podría generar en
el otro lado. Situaciones que hacían que el proceso de búsqueda estuviera totalmente fuera de
su control. Así aprendió a escuchar. Realmente
escuchar. Y a veces no decir nada más que “lo
siento. Sé que esto es duro. ¿Quieres un abrazo?”
Cuando uno se coloca en el modo “solucionar”, puede hacer que su ser querido se sienta
como que no tiene derecho a hablar acerca de
sus sentimientos si no hay solución. Incluso entregar de forma automática a una persona que
llora un kleenex es enviarle el mensaje de que
tiene que terminar su llanto. Hay que renunciar
a la compulsión del kleenex y sólo ofrecer el
hombro en su lugar. A veces la gente sólo tiene
que tener una buena llorera.
Lo convirtió en su tema también. Uno de los
mayores obstáculos para el reencuentro, para
mí, era la idea de que iba a ser una carga para
los demás. Esto es especialmente cierto para las
mujeres que tienden a tomar decisiones por sí
mismas en base a lo que otros necesitan. Yo era
la madre de un recién nacido y, por primera vez
en mi vida, no aportaba ningún ingreso al hogar. El proceso de mediación cuesta alrededor
de $400. Yo también ahora estaba necesitando
el apoyo emocional que rodea a la adopción,
mientras que antes nunca había pedido nada.
En lugar de ver esto como algo que hacía drenar la energía de nuestra familia, mi marido lo
tomó como algo que fortalecía nuestra familia
porque satisfacía una necesidad que yo, como
miembro de la familia, tenía. Cuando te embarcas en algo tan desconocido, hay una inquietud
sobre la necesidad de que todo salga perfecto o
de lo contrario alguien podría decir: “Mira, ¿no
podía simplemente haberlo dejado en paz?”. Mi
marido entendió fácilmente que este proceso de
búsqueda era la mejor manera que tenía para
conectar con mis raíces y nada de esto estaba
bajo mi control. Incluso si el resultado hubiera
sido malo (que no lo fue), como el rechazo o no
encontrar a mi familia, nunca hubo un inevitable
“te lo dije” viniendo de él.
Escuchó y aprendió. No es broma, una
vez presencié cómo mi marido informaba a
dos personas sobre la adopción en su Estado,
cuando escuchó que decían algo que él sabía que era incorrecto. Mi mandíbula cayó al
suelo. Cuando le pregunté cómo lo sabía, respondió “materia-de-hecho” y que había estado
hablando de ello en la cena hacía unas semanas. Hacer políticas de adopción sanas ha sido
algo que me he vuelto muy apasionada. No
tenía idea de que estaba escuchando mis intereses con tanta profundidad. Me hizo saber
que él realmente se preocupa por las cosas que
me impactan y que son importantes para mí.
A veces las cosas que la gente quiere que
sepamos acerca de ellos no se enmarcan dentro de una conversación. Cosas que tuvieron
el coraje de revelar cuando terminaba una
conversación, cuando el adoptado se dirigía a
la puerta para salir de la habitación o de modo
informal durante el día, las parejas entienden
que cualquier cosa que digan sus compañeros
acerca de su adopción, aún si no se enmarca
en una conversación formal, podría ser algo
muy importante que escuchar.
Recordó. Él no revisaba el buzón todos los
días con entusiasmo esperando una noticia
del mediador sobre mi búsqueda, como yo.
Mi búsqueda fue un proceso de siete meses,
que parece mucho, pero en realidad es relativamente corto en el mundo del reencuentro.
Sin embargo, la espera resultó insoportable. Mi
marido se acordó de preguntarme, todos los
días, qué había encontrado en el buzón. Incluso en los días en que yo acababa de responder
al mediador y sabíamos que no iba a recibir
nº9 | AdopciónyFamilia | 31
Testimonio
respuesta por un tiempo, aún preguntó. Trató
de encontrar cosas reconfortantes que decir
acerca del por qué se tarda tanto en tener noticias del mediador. Reconoció que los viajes
al buzón todos los días ya no eran un proceso
rutinario de la vida cotidiana, sino que era
un acto consciente que realicé cada vez que
levanté esa tapa de metal y miré dentro.
Me validó. Para algunas personas adoptadas, el embarcarse en el proceso de búsqueda
es la primera vez que realmente empiezan a
ampliar su red de personas con las que hablan
sobre su adopción. Puede ser por la búsqueda
de apoyo, tratando de informar a los demás,
o haciendo saber a las personas cercanas
que puede haber nuevas personas que se incorporen a su vida en un futuro próximo.
Cuando la adopción empieza a formar parte de
la conversación, se hacen preguntas. Hubo momentos donde la gente evitó hacerme alguna
pregunta prefiriendo interrogar a mi marido,
suponiendo que les daría la razón en sus ideas
y planteamientos sobre mi situación si yo no
estaba presente para escuchar lo que decían.
No lo hizo. Mi marido tuvo un papel clave en
mi sistema de apoyo mediante la lucha contra
la desinformación. Validó mis pertenencias familiares, y no permitió comentarios fuera de
lugar acerca de mi posición sobre la adopción.
Se abrazó a mi realidad. Mi marido se crió en
un hogar con una madre, un padre y una hermana. Están conectados por todos los lazos que
tienden a considerarse como “familia” –biología,
derecho, emoción, vínculo- y sus padres han estado casados durante 40 años. Abrazó el hecho
de que mi situación familiar es diferente. Algunas
personas con experiencia de familia tradicional
consideran la integración de las dos familias como
una carga –más lazos para mantener-. Mi marido
vio rápidamente las fortalezas y desafíos de tener
una gran familia con más de dos padres. Sacó de
su experiencia el tener abuelos que se casaron y
se divorciaron en varias ocasiones, dándole más
abuelos que los que sus compañeros tenían, para
entender por qué mis raíces eran tan impor32 | AdopciónyFamilia | nº9
tantes para mí. Buscó la manera de empatizar y
normalizar mi experiencia.
Creo que uno de los mayores retos para
nuestras parejas está en vernos pasar de estar bien a sentirnos muy emocionados, una
vez que hemos decidido iniciar el proceso de
búsqueda. Ellos quieren saber cuál es la diferencia cuando, para ellos, nada ha cambiado. Para
el adoptado, todo ha cambiado. El cambio es
pasar de la idea de la búsqueda a realmente
participar en la búsqueda, del “esto puede
esperar” a “se acerca.” Esperar lo que llegará
como respuesta a nuestra participación en la
búsqueda puede resultar abrumador.
Para mí, una de las partes más difíciles del
cambio de “esto puede esperar” a “ya se acerca” fue explicar a mi esposo el cambio emocional del que fue testigo. Pasé del no saber
sobre mi familia biológica, como una parte cotidiana de mi vida, a un estado en que esta
realidad era una parte presente y urgente de
mi vida. Y esto requería un cambio emocional
también suyo. Tenía que decidir si iba a ignorar el proceso, rechazar el proceso, o sentarse
junto a mí en la búsqueda y el reencuentro.
¿Y este misterioso cambio emocional? La
diferencia entre “no puede esperar” y “ya se
acerca” es la gran experiencia de la anticipación.
La anticipación obliga a enfrentarse con todo
lo que alguna vez uno se ha preguntado
acerca de su familia de origen y que pronto
se podrá tener más claro. O, alternativamente, enfrentarse al hecho de que no vas
a encontrar nada y que nunca tendrás las
respuestas que buscas. Al mantenernos en
un estado de no saber y no buscar, tenemos
control sobre el resultado –no recibiremos
nada-. No nos enfrentaremos a nada. Ninguna de nuestras ideas preconcebidas acerca de
la adopción o de la familia va a ser impugnada
y se puede mantener lo que uno sabe y acepta en este momento de la vida. El simple acto
de colocar un formulario en un buzón es un
acto audaz de ceder el control, en un intento
de lograr algo que sientes puede ser mejor.
No podemos ignorar la dificultad para controlar lo que la respuesta traerá por el correo,
a través del mediador, o por teléfono al llegar al
final del proceso de búsqueda y reencuentro.
Tengo la suerte de haber sido acogida y aceptada,
no todas las personas adoptadas tienen esta experiencia. Nuestros esposos dan testimonio del
cambio entre “esto puede esperar” a “ya llegó”
y tratan de encontrar una manera de apoyo
frente a lo desconocido. En realidad no hay
ecuación mágica para ser un buen esposo durante el proceso de búsqueda y el reencuentro
de un adulto adoptado. Se trata simplemente de
hacer lo que hacen los compañeros de la vida el
uno al otro cada uno y todos los días, mientras
que puedan reconocer que éste es un momento
en la vida del adoptado en que puede necesitar la
presencia y preocupación de su cónyuge, ahora
más que nunca. Ellos nos apoyan a través de los
altibajos de la espera. Y comparten con nosotros
la información que recibimos y las relaciones que
restauramos. Y, por desgracia, los cónyuges de
las personas adoptadas tienen que compartir el
dolor del adoptado y ayudar a recoger los pedazos en los casos en que “lo que viene” no es
lo que se esperaba.
Amanda
fuente:
www.declassifiedadoptee.com en
http://adoptantis.org/
Escriben los Padres
Gatito
H
Rubén Bustillos Borja
oy nos conocimos Agustín,
entre los abedules y las luciérnagas de antenoche,
que nublan la cabeza loca de tu padre.
Te apareciste de repente, sin previa noticia,
en la plaza que vistamos tantas veces sin hallarnos.
Me reconociste y yo te reconocí en un relámpago de vida impredecibles.
Agustín, hijo mío, me dedico a descifrar tu lenguaje de señales luminosas.
Me dedico a escudriñar tu pequeña alma con la mirada de un vigía.
Un visor de ojos abiertos, que ahora se transforma en tu padre: Agustín, hijo mío,
Desde lejos solía batir mi sombreronido,
buscando tu mirada en las calles de la ciudad que habito,
y que ahora atravesamos de la mano para que no te pierdas de vista.
Me presento ante ti con humildad y voz serena.
Agustín, hijo mío, te invito a una tarde de cuentos y risas.
Se que vamos de la mano, este viaje lo hacemos juntos.
Tu papá.
nº9 | AdopciónyFamilia | 33
Reportaje
Búsqueda de Orígenes:
Un proceso sanador
Cuando los hijos adoptivos cumplen 18 años, ya están
facultados para iniciar la búsqueda de sus orígenes y
sumergirse en un proceso que no sólo les permitiría conocer
los antecedentes vinculados al nacimiento y la adopción,
sino incluso conocer a su progenitora. Todo esto es posible
a través del Programa Búsqueda de Orígenes, del Sename,
creado para ayudar en este proceso a todas aquellas personas que necesitan completar esa parte de su historia que
tiene que ver con la primera etapa de su vida.
Por Verónica Siredey C.
L
os primeros indicios de lo que es
el actual Programa Búsqueda de
Orígenes del Sename, se remontan a 1995 en Suecia, cuando
un grupo de jóvenes nacidos en
Chile, y adoptados por suecos, decidió
aunar sus esfuerzos con la finalidad de lograr
un objetivo común: encontrar sus raíces. Sin
embargo, este programa no se estableció formalmente hasta 1999, cuando se creó la Ley
de Adopción bajo el alero del Servicio Nacional
de Menores, con la finalidad de apoyar a todas
aquellas personas adoptadas en este proceso
de búsqueda, informando, asistiéndolos y realizando todas las gestiones necesarias orientadas a ubicar a sus familias biológicas.
34 | AdopciónyFamilia | nº9
Con el tiempo su estructura se ha ido modificando, tomando más fuerza a partir del año
2007, aproximadamente. Y en mayo pasado sufrió un giro importante, con la descentralización
aplicada a las diez regiones del país más pequeñas y que busca completarse a nivel general, a
más tardar, para fines de año. Esto, a excepción
de las adopciones internacionales, cuya gestión
respecto de la búsqueda de orígenes se mantiene y mantendrá, a través de la oficina central de
Sename en Santiago, pero en coordinación con
regiones cuando el caso lo requiera.
A pesar de todos estos cambios, la psicóloga Nancy Rodríguez, responsable del Programa Búsqueda de Orígenes de este servicio,
reconoce que aún existen áreas en las cuales
es necesario avanzar, como son los prejuicios
en torno a la adopción y, sobre todo, respecto de las madres biológicas. “Si bien en lo últimos cinco años es posible observar cambios
importantes en términos de tratar a la familia
biológica con más respeto, aún a las progenitoras, en algunas instancias como los hospitales, a nivel de auxiliares o paramédicos,
se les trata muy mal. A pesar que ha habido
una labor importante de sensibilización, que
ha permitido mostrar algunos progresos”. De
la misma manera, sostiene que esta apertura
también se está viendo a nivel judicial, durante los procesos que afectan a los niños.
“Mi impresión es que se le está dando más
importancia a la consideración de la familia de
Reportaje
origen como primera opción, cuando se está
estudiando el camino de la adopción”.
Sin embargo, no puede dejar de mencionar
algunos fantasmas del pasado que aún asoman; tal es el caso de los informes correspondientes a estos procesos de hace dos décadas.
“La adopción es un tema que provoca mucho
prejuicio y miedo. Pasa por principios personales. Y el lenguaje que uno puede observar
en estos informes de hace veinte años atrás,
es terriblemente descalificador”.
La búsqueda y sus etapas
Es posible realizar la búsqueda de los orígenes a través del Sename a partir de su
página web, en la sección adopción y luego
orígenes. Los adoptados interesados en conocer sobre sus raíces deben hacer su petición a través de un formulario e ingresar algunos datos. De ser aprobada la solicitud, el
Sename envía una carta motivacional en la
que el solicitante debe contar por qué quiere buscar a su familia biológica. El Sename
entonces inicia la búsqueda a través de distintas instancias dependiendo del caso, que
pueden incluir a Fonasa o el Registro Civil, o
acudir a las bases de datos del Departamento de Adopción en las unidades regionales,
entre otros. Si la búsqueda es exitosa y se
encuentra información, ésta es compartida
con la persona que la solicita, ofreciéndose
de manera más bien general sus antecedentes e historia de adopción. En esta instancia
no se entregan datos específicos, como la
identidad de los padres biológicos, por ejemplo, porque son confidenciales.
Algunos quedan conformes y resuelven
llegar hasta este punto, pero otros deciden
continuar. Siendo éste caso, se solicita a los
Tribunales de Familia que el Registro Civil preste la información sobre el origen y el proceso
de adopción. La información de su carpeta
de antecedentes será así un elemento fundamental en la reconstrucción de esa etapa de
la historia que, hasta entonces, el o la joven
conoce sólo en parte. Ésta le servirá para evaluar si quiere continuar con el proceso y, en el
caso de ubicarse a la progenitora y estar ella
de acuerdo, podría finalizar en un encuentro.
Sin embargo, la obtención de la información
contenida en esas carpetas no asegura el resultado esperado, ya que como explica Nancy Rodríguez, “a veces esas carpetas vienen
con mucha información; pero otras, pueden
venir con prácticamente nada”.
Anteriormente, en las adopciones se daba
mucho la entrega directa. “Cuando iban a
adoptar, las personas iban al tribunal, declaraban que conocían a la madre, pero finalmente
el nombre de la progenitora no aparecía por
ninguna parte. Ahora la
adopción
se habla
de manera
más abierta.
Los informes
sociales son
más completos,
serios, profesionales y la familia
adoptiva no hace
de esto un secreto, como se hacía antes. Actualmente
hay talleres pre- y postadoptivos, que
son sumamente importantes”, explica Rodríguez. Pero el tiempo que ha
pasado para estas transformaciones todavía es
poco y aún existen historias que simplemente
suenan increíbles. “En los últimos seis meses
recibimos dos casos de mujeres que fueron
madres a los 16 años y que, al momento del
parto, fueron engañadas. Se les dijo que sus
guaguas habían nacido muertas, pero ahora se
vienen a enterar que no fue así y que esos
hijos o hijas las están buscando”.
A su juicio, más allá de la diversidad de historias y las cargas emocionales implicadas, lo
que percibe como común denominador para
quienes se ven involucrados con este programa, tanto los que fueron adoptados como sus
madres biológicas, es el efecto sanador que
se produce en ellos una vez que ya se ha cerrado el círculo. “El encuentro con esta parte
de la historia de sus orígenes significa el cierre
de un ciclo de la vida que es muy sanador. Y
para las madres biológicas que son contactadas, me atrevería a decir que lo es incluso
aún más”. Esto, porque según explica la profesional, ellas cargan con un sentimiento de
culpa muy grande. “Enterarse que las quieren
ubicar, darse cuenta que sus hijos biológicos
no tienen rabias ni rencores, es muy sanador. Por un lado, ellos se dan cuenta que lo
hicieron con el fin de poder darles una vida
más normal de lo que ellas les podían dar. Se
emocionan mucho, lloran mucho y veo que
limpian y sanan, porque han sido años de sufrimiento. Incluso, ha habido casos de arrepentimiento, pero cuando ya es tarde,
porque el hijo o hija ya se ha
ido en adopción. Y eso es
muy fuerte”.
El proceso para
progenitores, hijos
y padres adoptivos
Muchos de estos niños y niñas que se fueron
en adopción provienen de una progenitora de muy escasos recursos, muchas
veces de zonas rurales. En estos casos no
es raro que ya existan otros hijos y que la
madre biológica sea, por ejemplo, una nana
nº9 | AdopciónyFamilia | 35
Reportaje
que viene del sur y trabaja puertas adentro y
que no puede, por distintas circunstancias,
mantener a otro hijo. Para algunos jóvenes
enterarse que no fueron hijos únicos les produce profundo dolor, pero es un dolor posible de trabajar una vez que han conocido
toda la historia y su contexto.
De acuerdo a Nancy Rodríguez, el proceso
de búsqueda de la progenitora puede llegar a
ser largo y tedioso. “Porque una cosa es encontrar el expediente, y otra es ubicar a la familia.
En este trayecto uno puede encontrar de todo,
incluso que los progenitores han fallecido”.
Pero es un proceso que, de acuerdo a
la psicóloga, de todas maneras vale la
pena seguir. “En un 95 por ciento de
los casos en que hemos encontrado
a la madre biológica, ésta acepta
encontrarse con el hijo o hija y, por
parte de ellas, no he escuchado otra
cosa que todos los días, desde que nació ese hijo que se dio en adopción, han
pensado en él o ella; en cómo estará, si estará bien cuidado, tendrá una buena familia
o si estará bien atendido”.
Que todo el proceso se realice con la
ayuda y mediación de los especialistas es
fundamental. Rodríguez explica lo que ocurre una vez que ya se ha ubicado a la progenitora. “Siempre es a través nuestro. Nos
informamos bien de la situación de los padres
biológicos o progenitora, en coordinación con
los asistentes sociales. Si ella está de acuerdo
en un encuentro con su hijo o hija, lo coordinamos. Les pedimos a las partes que escriban
una carta y manden una foto. Nosotros evaluamos, preparamos a los hijos y los asistentes a las madres. Esto, con el fin de evitar
falsas expectativas y garantizar un encuentro
apropiado. Una vez que el encuentro ya se ha
realizado les pido que me infor36 | AdopciónyFamilia | nº9
men, siempre con la idea de ir mejorando los
procesos”. Y no puede dejar de destacar que
cada caso es distinto y que después de cada
obtención de información o reunión, más allá
del tipo de información con que se encuentren, siente que el trabajo valió la pena.
La profesional enfatiza
que Sename tiene
claridad que su
labor en
este
proceso es
la de ayudar, informar,
asesorar y contener.
“Hay que tener mucha
paciencia y preparar a los
jóvenes para el encuentro.
Algunos pueden ser muy
demandantes. Es
necesario
también
prepararlos para la frustración, cuando después de un período largo de búsqueda no se
ha podido obtener más información”.
El panorama que enfrentan los padres
adoptivos en este proceso para Nancy
Rodríguez también es claro. “Se asustan. Más
las madres, en mi opinión, que los padres;
a las madres adoptivas
les da mucha inseguridad. Y el
temor
más
común
que uno
encuentra es que
el hijo o hija se quiera
ir con los padres biológicos
o su progenitora. Lo que nunca es así. Lo que uno ve es que
los jóvenes están buscando esa
parte de la historia que les falta y una vez que la tienen son
capaces de quedarse tranquilos y seguir adelante
con sus vidas”.af
Reportaje
Búsqueda de Orígenes:
Algunas Cifras
Pese a que el sistema actual prohíbe la entrega directa de niños en adopción
y que se exige un estudio de la habilidad de la familia, además de todo
NÚMERO DE
lo que implica el proceso de susceptibilidad, aún queda un porSOLICITUDES RECIBIDAS
centaje de niños que fueron adoptados al margen de lo
que hoy son los procedimientos regulares. De esos
casos, no quedan registros de los antecedentes.
De aquellos que buscan información sobre
CASOS
su origen, “debe haber unos 85 casos
que no tienen filiación adoptiva. Estamos tratando de buscar apoyo
en los hospitales y mejorar Inactivos
2009
2010
los convenios para contar
Activos
hasta junio
con más información,
Internacionales
más actualizada y
en proceso
eficiente, que nos
permita recuperar
500
850
262
323
(en promedio)
esa parte de su
120
historia”, destaca
(aproximadamente)
Nancy Rodríguez.
AÑOS
2011
2012
2013
(Hasta junio)
238
207
100
Fundación San José
El puzzle se debe completar
P
ara Mariela Arrau, encargada del Programa de Búsqueda de Orígenes de Fundación San José, esta etapa en la vida de los adoptados es fundamental: “Para
los niños es una pieza del puzzle que falta y en el proceso es vital que cuenten
con el apoyo de sus padres. Y si bien los padres de alguna manera tienen el temor que
su hijo o hija se vaya con la progenitora, el tema no es vincular, porque el vínculo está
establecido con ellos, sino que se trata justamente de esa pieza que falta”.
De acuerdo a su experiencia, hay hitos en la vida del hijo o hija adoptivos que
movilizan la necesidad de buscar; como puede ser el matrimonio, algunas fechas
como la Navidad o el fallecimiento de alguno de los padres. Un caso así le tocó en
2011, cuando una joven de 16 años a la que se le murió su mamá adoptiva acudió a
la Fundación acompañada por su padre y hermanos. “El caso fue muy bonito, porque
la familia estaba en pleno, apoyándola, muy motivados. A ella se le informó, guió y
apoyó. Sabe que cuenta con el respaldo de toda su familia y la Fundación, para cuando quiera iniciar el proceso de búsqueda y pueda hacerlo, en la mayoría de edad”.
Es por eso que la preparación de los padres adoptivos resulta fundamental, y
en Fundación San José se empieza a trabajar con los padres desde el comienzo
del proceso mismo de adopción. “Se les prepara y acompaña, para que a su vez
ellos puedan acompañar de manera adecuada a sus hijos en lo que forma parte
del proceso de consolidación de su identidad. Ésta búsqueda tiene por objeto
encontrarse con ellos mismos, con una parte de sí que les resulta desconocida
y difusa. Es parte del respeto a su individualidad el ofrecerles apoyo en este
proceso. Hace años atrás no se consideraba así y la documentación respecto del
origen de los niños incluso se quemaba”, explica.
Esto no quiere decir que el tema de la revelación para los padres está resuelto, sino
que muy por el contrario, requiere de una preparación y acompañamiento continuos.
“Muchos se preguntan cuándo contar y cómo hacerlo. Es un tema importante para
ellos”. Sin embargo, a su juicio, hoy los padres están mucho más preparados que
antes, porque ayuda el que ya no sea un tema tabú. “Ya no se trata como un secreto
de familia. Facilita que la adopción sea un tema que se maneje abiertamente, porque
de esta manera y a largo plazo, este proceso se hace mucho más fácil”.
En Fundación San José sienten que la punta del hilo se asoma cuando los
niños expresan que quieren conocer el hogar que los acogió mientras se encontraban a la espera de una familia adoptiva. “Este hilo es una oportunidad que
vale la pena tomar. Hemos tenido muchos casos de niños entre los 6 años y
hasta los 14 ó 15 que quieren venir a conocer Casa Belén”.
Los padres llaman contando la inquietud de su hijo y un profesional se reúne
con ellos con la finalidad de acogerlos y prepararlos si es necesario. Una vez que
ya la visita se concreta, según explica Mariela, los niños suelen llegar “muy para
adentro, algo asustados y ansiosos, pero al poco rato vemos cómo se van relajando. Me acuerdo de un niño que llegó muy retraído, pero termino compartiendo
con los niños, jugó y tomó en brazos a algunos de ellos y se fue muy contento”.
En esta visita son recibidos por quienes están a cargo del cuidado y atención
de los niños, le muestran el lugar donde él estuvo el primer periodo de su vida y
cómo es la vida para los niños que, como él, tendrán que pasar un tiempo ahí.
“Lo más importante para quienes visitan Casa Belén, es encontrar a las personas
que lo conocieron y conversar con quién lo cuidó, que le cuente sobre él, le
muestre la cuna donde dormía, los espacios donde jugaba y alguna anécdota o
detalle particular por lo que lo recuerda. El reconocimiento de su persona en esa
etapa de su vida es lo que fortalece su identidad”, dice Mariela Arrau.
La profesional enfatiza que existe un nexo entre los conceptos de adopción y
abandono y que para el niño, aún cuando sea en un nivel inconsciente, forma parte
de quién es. “Duele decirlo, quizás no de una manera evidente, pero sí emocionalmente y en lo más profundo de la vivencia del adoptado. Sin embargo, para los
niños ir a Casa Belén es una experiencia tranquilizadora, porque se dan cuenta de la
preocupación que tuvo la progenitora de que su hijo quedara bajo buenos cuidados.
Captar que la decisión se sostiene en esa preocupación por su bienestar, al ir a casa
Belén queda en evidencia y se valora. A la progenitora hay que considerarla y mucho,
porque esa mujer se preocupó de que ese niño no sólo viviera, sino que además estuviera bien y tuviera una familia que lo cuide y lo quiera. Para los niños ser conscientes
de esa decisión influye positivamente en su autoestima”.
nº9 | AdopciónyFamilia | 37
Adopción Internacional
Adopción Abierta
Con todas las cartas
sobre la mesa
En algunos países, como Estados Unidos, la adopción se realiza y vive con la posibilidad, no sólo de
tener acceso desde el primer momento a toda la información respecto de la madre biológica, sino que
ella puede elegir a quienes serán los futuros padres y, a partir de ahí, tener contacto e interacción
con los padres adoptivos y el hijo que dio en adopción. Según sus promotores, puede llegar a
resultar altamente beneficiosa, tanto para los hijos, los padres adoptivos y la progenitora. Sin
embargo, se debe tener presente que esta modalidad no tiene el éxito garantizado.
Por Verónica Siredey C.
L
a reforma de la Ley del Menor que
regulará la adopción abierta en España, es una de las novedades legislativas que se espera tome cuerpo en el
viejo continente antes de fin de año.
Mientras en Chile ese es un concepto que en
la práctica no existe y es conocido más bien
sólo por los especialistas, en países de otras
latitudes, como el Reino Unido y Estados
Unidos, desde 2005 y 2009 respectivamente, es parte ya de la legislación y una realidad
para todas aquellas personas que se vinculan
al mundo de la adopción, ya sea como progenitor, hijo, hija o padres adoptivos.
Pero, ¿qué significa este concepto? Adopción
abierta se refiere a aquella en que los padres
biológicos y los padres adoptivos se conocen,
comparten sus identidades, intercambian información y pueden comunicarse a lo largo de
los años, tal como lo refleja el filme “Juno”, en el
38 | AdopciónyFamilia | nº9
que una adolescente embarazada vive el periodo
de gestación en contacto con los futuros padres
adoptivos, a quienes ella aprobó previamente.
También existe el término Adopción Semiabierta, que se refiere a varias formas de comunicación entre los padres biológicos y los padres
adoptivos, como por ejemplo, intercambiar
cartas y fotos, reunirse sólo una vez sin volver
a repetirlo o conocerse sin revelar nombres que
los identifiquen. En estos casos la comunicación
y los contactos son extremadamente limitados y
siempre resguardando la identidad.
Por último, y lo que nos resulta más familiar en relación a la realidad chilena, es la
Adopción Cerrada, que se refiere a aquella
adopción donde madre biológica y padres
adoptivos no tienen contacto.
Uno de los países que cuenta con un buen
trecho recorrido es Estados Unidos. Para entender un poco cómo nació la adopción abier-
Adopción Internacional
“El estigma de los procedimientos cerrados de adopción dejó el sentimiento en muchos niños de que había
algo terriblemente malo en su herencia biológica”
ta en ese país, vale la pena darle una mirada
a su transformación a lo largo de la historia.
En la colonia, para concretar las adopciones simplemente se hacía una transferencia,
como quien establece una escritura después
de comprar una propiedad.
De acuerdo a información del Independent
Adoption Center, las primeras leyes, como las
de Texas y Vermont en 1850, nacieron con el
propósito de hacer de estas adopciones informales algo más seguro. Los registros de la
corte, sin embargo, eran abiertos al público.
El origen del secreto y del cierre de los registros se empezó a dar en los primeros años
del siglo pasado. El trabajo social era una profesión en desarrollo y en esos años los niños
en situación de ser dados en adopción eran
muchos, mientras que eran muy pocos los posibles padres adoptivos. A eso se agrega que
en esa época se creía que problemas sociales
como la pobreza, promiscuidad sexual, alcoholismo y crímenes en general, era algo que podía
transmitirse genéticamente, razón por la que
se creía que la adopción contenía un riesgo demasiado grande. Fue así como los trabajadores
sociales se enfrentaron a la presión de reclutar
padres adoptivos, a la vez que dar garantías
de seguridad respecto del niño o niña que estaban entregando en adopción, convirtiéndose
en una pieza fundamental en este proceso.
De a poco el sistema se fue transformando
e involucró la protección legislativa como un
elemento esencial. Se realizó el cierre de los
registros con la finalidad de ocultar la historia
de esos niños. A esto hay que agregar que el
certificado de nacimiento no se estampó más
bajo el concepto de nacimiento ilegítimo. Más
tarde se inició el reemplazo de los certificados de
nacimiento, registrándose al niño bajo los apellidos de los padres adoptivos. A esta práctica
se le conoció pronto como “renacimiento legal”.
El sistema se fue cerrando aún más con el
tiempo, hasta que en 1950, la mayoría de los
estados tenían leyes que sellaban los certificados de nacimiento originales y los registros de
la corte, no sólo para el público, sino también
para los padres e hijos adoptivos.
La presión para cambiar esta realidad se hizo
sentir en los años 1970, cuando los prejuicios
morales contra las madres solteras cayeron. El
panorama evolucionó incrementándose en los
80 y 90. Adultos que fueron hijos adoptados
empezaron a demandar sus derechos de conocer su historia genética. Quienes habían sido
progenitoras y dado sus hijos en adopción también empezaron a reclamar un cambio.
Los impulsores del cambio
Según explica el Independent Adoption
Center, se empezó a hacer evidente el impacto negativo de estos procedimientos
cerrados. En la sociedad estadounidense, el
secreto está estrechamente vinculado a la
vergüenza, y el estigma de los procedimientos
cerrados de adopción dejó el sentimiento en
muchos niños de que había algo terriblemente malo en su herencia biológica. Sin poder
contar con información de sus progenitores,
muchos niños adoptados realmente creyeron
que simplemente habían sido botados o entregados porque eran malos o feos.
Una de las agencias pioneras que promovieron un cambio en los 70, fue la Lutheran
Social Service en San Antonio, Texas, bajo la
dirección de Kathleen Silber. La discusión sobre los beneficios de la adopción abierta se
prolongó hasta los 90, cuando a esas alturas
la respuesta al debate parecía clara.
Según la propia Kathleen Silber, los beneficios de la adopción abierta son evidentes
tanto para los padres biológicos, como para
los padres adoptivos y los niños. Respecto de
las progenitoras, considera que demuestran
una autoestima positiva relacionada con la
toma de una decisión responsable y en control de su vida, estableciendo un plan para la
guagua, en lugar de abandonarla. Los padres
biológicos viven el duelo de una manera más
rápida y fácil, lo que repercute en un mejor
estado de salud mental que aquellas personas
involucradas en procesos cerrados.
Para los padres adoptivos, en tanto, el contacto con los progenitores les entrega una imagen más real. La confianza y entendimiento
entre ellos es posible de desarrollar y el miedo
e inseguridad, muy típico en
quienes participan en
procesos cerrados,
desaparece, al permitir por parte de
los progenitores la
confirmación que
quienes adoptaron
son los verdaderos
padres del niño. Habiendo sido incluso elegidos por la madre biológica, sienten una mayor
validación de su paternidad.
Los padres adoptivos tienen, además, acceso
permanente a información médica que
los ayudará durante la crianza y sus
cuidados.
nº9 | AdopciónyFamilia | 39
Adopción Internacional
“La presencia de la familia biológica podría dificultar la vinculación entre el niño y sus padres
adoptivos, provocándole conflicto de lealtades”
Para los adoptados, en tanto, la adopción abierta entrega respuestas inmediatas a
sus inquietudes naturales, así como también
información exacta, desde las interrogantes sobre
parecidos, hasta por qué fueron dados en adopción. Las madres biológicas pueden entregar respuestas precisas en lugar de verdades a medias,
con la oportunidad de un acceso permanente a la
información requerida en aquellas áreas en que los
padres adoptivos no pueden hacerlo.
Silber sostiene que en la adopción cerrada,
en cambio, el adoptado no tiene acceso a su
historia médica o genética, que ciertas enfer40 | AdopciónyFamilia | nnº9
medades pueden
traer serias consecuencias. En las
adopciones abiertas su historia médica, así como la
de sus familiares
biológicos, está
disponible y puede
ser actualizada.
Uno de los beneficios más significativos, para
Silver,
consiste
en que el principal motor para
tramitar la adopción fue el amor.
El niño o niña está
consciente
del
amor de sus progenitores o madre
biológica. Como
resultado, el adoptado no sólo es
capaz de sentirse
bien dónde está,
sino también respecto de dónde viene, quedando libre de las frustraciones que provocan el
desconocimiento y los sentimientos de rechazo
que se producen en las adopciones cerradas.
Sostiene que los niños más pequeños
tienen dificultad para entender conceptos
abstractos y que están involucrados en las
adopciones cerradas; como el de adopción o
progenitora. En la adopción abierta, el niño
o niña cuenta con información concreta para
vincular esos conceptos y la progenitora es
una realidad en su vida, facilitándole de esta
manera el entendimiento de su adopción.
También plantea que existirían beneficios
en torno a la familia extendida, en la medida
que la adopción abierta reconoce a la familia
biológica como parte de la familia extensa.
Si los padres adoptivos pueden aceptar a los
miembros de la familia biológica en sus vidas
y como familiares, ellos se sentirán bien con
el modelo de adopción abierta.
Pese a lo acérrima defensora que Silber
es del modelo de adopción abierta, reconoce que también esta alternativa tiene complejidades. Sin embargo, en su experiencia,
los problemas en las adopciones abiertas no
son muy diferentes de lo que uno podría encontrar al interior de las familias biológicas.
Pueden existir conflictos en las relaciones
familiares, como lo hay en todas las familias,
y que las personas pueden llegar a resolver.
Adicionalmente, los consejeros de las agencias
debieran estar accesibles para mediar en estos
problemas, si es que fuese necesario.
Estados Unidos recorrió un camino que
España estaría empezando a andar con su
reforma legislativa y cuya finalidad es terminar con lo que llaman “guerras judiciales” en
materia de adopción. Éstas cuentan con un
caso, a estas alturas, emblemático: el de una
niña, Piedad, que después de vivir dos años
junto a Soledad Perera, quien había iniciado
los trámites de adopción, una jueza ordenó
que se la quitaran cuando la progenitora pidió recuperar su custodia. La madre biológica aparentemente estaba incapacitada para
cuidarla y, según detalla el medio larazon.es,
la niña volvió a un centro de acogida, donde
ya lleva viviendo seis años.
La otra cara de la medalla
Si bien hay bastantes razones que validan las
ventajas de una adopción del tipo abierta, tam-
Adopción Internacional
bién es posible encontrar argumentos sobre los
problemas que esta modalidad puede traer.
En el sitio espanol.findlaw.com, que ofrece
información legal, se establece que muchos padres adoptivos ven este nivel de apertura como
una verdadera amenaza y temen que los progenitores interfieran en sus vidas luego de que
concluya el proceso legal de adopción o, lo que
es peor, que quieran al niño o niña de vuelta.
Por otra parte, los padres adoptivos pueden sentir que su hijo se confundirá al no saber quiénes
son en definitiva sus verdaderos padres.
El medio español la razon.es le otorgó un
espacio a Javier Vilches, psicólogo que expuso sus razones para estar en contra. De
acuerdo al profesional, obviamente es el interés del niño lo primero que se debe considerar, pero que en la práctica, rara vez
sucede. Desde ese punto de vista, entonces, el modelo de adopción abierta debiera
tener los siguientes matices: El primer lugar
no debiera ser abierta desde un principio,
ya que la presencia de la familia biológica podría dificultar la vinculación entre el
niño y sus padres adoptivos, provocándole
conflicto de lealtades. Se debiera tener en
cuenta el proceso madurativo del niño, que
garantice una adecuada integración de las
dos realidades en su mente, antes de empezar a tener contacto con ellos.
Sugiere que los encuentros con la familia
biológica debieran realizarse a partir de los
18 años y sólo si el niño manifiesta interés
por hacerlo, para que esto aporte en la construcción de su identidad. Además, un aspecto importante a considerar serían las situaciones traumáticas que el niño pueda haber
vivido; a mayor nivel de sufrimiento infantil y
gravedad de las situaciones traumáticas, más
tarde debería realizarse este encuentro, si es
que se lleva a cabo, ya que requiere de un
proceso de elaboración mayor de su parte.
Por último, considera que la intervención
profesional y calificada
siempre es necesaria
para evaluar la situación
y construir espacios de
encuentro, apoyo y contención para estos niños
y sus familias adoptivas,
en sus encuentros con la
familia biológica.
En
tanto,
para
life.familyeducation.com
una postura en contra de
la adopción abierta se fundamentaría en los siguientes puntos: que el niño no
quisiera buscar a sus padres
biológicos, que los progenitores quisieran más o menos contacto de lo
que a los padres adoptivos les gustaría, que un
progenitor o progenitora inestable podría causar problemas, que la madre o padre adoptivo
se podría ver menos empoderado de su rol,
que los padres adoptivos realmente no quieran
extender aún más la familia, que la adopción
abierta pueda atraer a aquellas mujeres que
no quieran entregar por completo a sus hijos y
esperen poder quedarse en un término medio,
que les permita que otros críen a sus hijos sin
ella dejar de ser la madre, y que la progenitora se sienta con mayores derechos que lo que
realmente le corresponda.
De acuerdo a esta publicación, al considerar este tipo de adopción es fundamental que
los padres adoptivos tengan claridad sobre el
nivel de apertura que se espera de ellos y si se
sentirán cómodos con aquellas obligaciones
que se comprometerán a cumplir, en el marco
de este tipo de adopción.af
nº9 | AdopciónyFamilia | 41
Testimonio
Dejo una parte
Cecilia Marticorena A., Psicóloga
M. Cristina Carrasco G., Asistente Social
Área Mujer Embarazada y Familia de Origen
Fundación San José para la Adopción
A
l hablar de adopción en nuestro
país, es posible encontrar dos
discursos antagónicos entre sí:
aquel que la considera un acto
de “amor”, puesto que es una alternativa para muchos matrimonios infértiles
de formar familia con hijos. En este contexto,
aparece inmediatamente la imagen de los padres adoptivos que acogen a “un niño o niña
abandonada o no querida” y que generosamente le ofrecen la oportunidad de una vida
mejor. A la vez, está presente el discurso crítico que rechaza y enjuicia a la mujer que no
desea desarrollar una maternidad, se postula
que “sólo por la condición de mujer, sería natural e instintivo el querer ser madre”. Por tanto, la entrega en adopción está asociada habitualmente a la falta de responsabilidad, al
abandono, a ausencia de vínculo y a una decisión que en el futuro, probablemente, provocará arrepentimiento. Se trataría de una
madre insensible, dispuesta a “botar un hijo”.
Aquella mujer que espontánea y voluntariamente busca ayuda, apoyo y
contención, debido a estar cursando un
embarazo en conflicto, no deseado, no
planificado, que se siente y se muestra
desvalida, en una profunda soledad y con
altos niveles de angustia, requiere de una
acción profesional que se sostenga de la
intención de protegerla a ella y a ese niño
que está por nacer.
42 | AdopciónyFamilia | nº9
Junto con acoger, la labor profesional
se centra en apoyar un proceso de discernimiento en el cual ella cuente con los mayores elementos para tomar la mejor decisión
respecto al futuro de esta maternidad. El
punto de inicio es plantear con claridad que
la adopción no es la única alternativa, sino
que se trata de una decisión subsidiaria a
cuando no existen en la familia de origen las
condiciones emocionales y sociales mínimas
para proporcionar protección y buen trato a
los niños y niñas por nacer. No todo proceso
de discernimiento concluye con la entrega en
adopción, más bien resulta ser una minoría.
Este discernimiento implica la intervención
en distintos niveles: entrevista social en profundidad, entrevista clínica desde la psicología,
trabajo permanente en dupla psicosocial,
construcción de la historia familiar, derivación
a centros de tratamientos psicológicos y
psiquiátricos especializados cuando corresponde, información del proceso legal y sus
implicancias, visualización de alternativas a
la adopción desde el contexto de la realidad
de cada mujer (por ejemplo, el ingreso a centros de acogida junto a su hijo o hija). Así, la
intervención profesional busca identificar las
mejores posibilidades de protección para el
niño que está por nacer y que la mujer pueda
incorporar en su decisión tanto afectos como
reflexiones involucrados durante todo el proceso, de modo que ésta sea libre, informada y
Testimonio
responsable. Todo ello indudablemente tendrá
repercusiones en su proyecto de vida.
Las temáticas centrales que se abordan en
la intervención son:
Desmitificar la idea que la
adopción implica no tener
vínculo con el niño o niña
por nacer.
La mujer que piensa en la adopción, ha sido
capaz de cuidar la gestación a pesar del conflicto, del no deseo materno, de su propio sufrimiento; opta por la vida y asume las consecuencias durante los nueve meses de embarazo.
En la mayoría de los casos debe enfrentar en
su grupo familiar el repudio, la crítica, el abandono de su pareja, el rechazo, la interrupción de su
proyecto de vida. Es decir, sostiene un embarazo
no deseado con angustia, soledad y la culpa de
pensar en dejar a su hijo o hija por nacer.
En el parto experimenta el sufrimiento
físico, se expone a sentir y conocer a este
recién na-cido vulnerable, que es parte de
ella, teniendo que tomar la difícil decisión
de dejarlo. Esto la hace poner en duda todo
lo que había pensado hasta entonces sobre
la adopción, se replantea su intención de
ser madre con este niño o esta niña que la
necesita. Se trata de un contexto de duelo
que contrasta con la realidad hospitalaria de
aquellas madres que disfrutan junto a sus
familias del nacimiento de su hijo.
Al momento del alta hospitalaria, vivencia
la sensación del abandono de su hijo como el
dejar una parte de ellas, de su historia, de lo
que son. Pese a todo este agobio emocional,
es capaz de discernir “integrando cabeza y
corazón”, en función del bienestar del niño.
La entrega en adopción es
una alternativa ética, legal y
responsable.
Se le informa acerca de la ley de adopción
(19.620) y la diferencia existente con el abandono de un hijo o hija o la entrega directa
a cualquier interesado. En este sentido, la
decisión de ceder en adopción implica
evaluar las condiciones reales de protección y
amor que puede ofrecerle. En caso de visualizar que la mejor alternativa para su hijo es
una familia adoptiva, completan responsablemente su proceso, lo que incluye expresar su
voluntad ante el Juez del Tribunal de Familia.
De esta manera, le proporciona a su hijo un
respaldo legal indispensable para integrarse a
una familia adoptiva.
Elaboración del duelo,
construcción preliminar de
un proyecto de vida
El proceso de discernimiento culmina
con el acompañamiento y contención de la
mujer durante el duelo asociado a la pérdida de un hijo. Suele presentarse la fantasía de que al volver a su realidad cotidiana
después del parto, podrá “olvidar” lo vivido
y retomar la “normalidad” de la vida sostenida hasta antes del embarazo. Sin embargo es indudable que todo ha cambiado:
sus pechos aún están cargados de leche, su
cuerpo se ha modificado, no cuenta con espacios sociales de acogida a esta vivencia, no
existe el rito habitual de un duelo familiar y
vive la pérdida del hijo en soledad.
Muchas mujeres expresan la necesidad
de despedirse del niño, de constatar que el
recién nacido está bien cuidado a pesar de
no estar junto a ellas, y solicitan poder visitarlo en el hogar de transición en que se encuentra. Habitualmente la experiencia está
cargada de sentimientos ambivalentes, hay
tranquilidad en el saber y sentir que su hijo
o hija se encuentra en buenas condiciones,
pero a su vez, experimenta una tremenda angustia de separación al hacer consciente que
ya no habrá oportunidad de volver a estar,
saber y compartir con él. Es la despedida, en
este encuentro muchas de ellas piden perdón
a su hijo por la decisión que han tomado.
A partir de esta realidad, el equipo profesional tiene una responsabilidad fundamental
respecto de ofrecer contención afectiva y
colaborar en la elaboración de la pérdida,
facilitando que cada mujer encuentre un
sentido personal a esta experiencia, y pueda
reconstruir y retomar su proyecto de vida.
Como profesionales que acompañamos
todo este duro proceso, consideramos que
para estas mujeres es fundamental constatar
que su intención inicial, de proporcionar resguardo y protección real a su hijo o hija, se
ha cumplido. Por ello se realiza un espacio
final de encuentro junto a los profesionales
que la acompañaron en este proceso, un espacio acogedor y lleno de significados, donde
se retoma lo vivido, se proyecta lo que hoy se
siente a partir de la pérdida, se orienta y se
sugieren alternativas para fortalecer su salud
mental, sus futuras maternidades, la reinserción laboral. En síntesis, se busca elaborar
con ellas un sentido a esta experiencia límite
que implique revisar y evaluar sus historias de
vida y generar los cambios necesarios, iluminados a partir del recuerdo del hijo.
Se comparte con ella que su hijo, que
fue durante largos meses cuidado y protegido, hoy ya está con su familia adoptiva.
Se describe a los padres adoptivos, sus
características, sus fortalezas, su primer
vínculo con el recién nacido y las posibles
proyecciones que el niño tendrá junto a
ellos. Es simbólico en este encuentro compartir, a la luz de una vela, los deseos hacia
el hijo que comienza una nueva vida.
Es largo y doloroso el recorrido vivido con
cada una de estas mujeres, reconocemos en
ellas fortaleza y valentía. Nuestra labor implica un compromiso personal que nos lleva
a estar disponibles para empatizar con sus
historias y contribuir a que esta vivencia sea
una oportunidad para reconstruirse como
mujeres dentro de nuestra sociedad.
Creemos en la adopción, porque implica
una opción por la vida, una alternativa para
estos niños y niñas de vivir en familia, reconociendo también que la mujer que cede
en adopción carga con su propia historia de
abandono y de daño profundo.
nº9 | AdopciónyFamilia | 43
Adopción en el mundo
La adopción interracial
y sus resultados
E
n Norteamérica uno de los aspectos
más polémicos de la actual política
y práctica sobre bienestar infantil,
tiene que ver con la conveniencia
de que las familias adopten niños
de diferente raza o etnia a la suya propia.
Siguiendo el estudio realizado por los
profesores David Broszinsky, Daniel Smith y
Anne B. Brodzinsky, en su obra “Children’s
Adjustment to Adoption. Developmental and
Clinical Issues”, la adopción interracial en los
Estados Unidos típicamente ha supuesto la
asignación de niños pertenecientes a grupos sociales minoritarios a familias de raza
blanca. Los defensores de este tipo de adopciones argumentan que el desproporcionado
número de dichos niños al cuidado de las
instituciones, junto con la escasez de familias,
con las que coinciden en origen, disponibles,
44 | AdopciónyFamilia | nº9
requiere que los menores (sic) sean asignados
a familias estables sin importar su raza. Los
oponentes, por otra parte, sugieren que este
tipo de adopciones perjudicará el desarrollo
de una identidad racial positiva. Además,
argumentan que se incrementa el riesgo de
sufrir problemas psicológicos a largo plazo.
La adopción interracial en los Estados Unidos empezó a finales de los 40, principios de los
50, cuando los veteranos de la Segunda Guerra
Mundial empezaron a adoptar niños chinos y
japoneses que se habían quedado huérfanos.
Más tarde, en Corea y Vietnam, se obtuvieron nuevas fuentes de adopción internacional.
Además de niños asiáticos, este tipo de adopción ha implicado, desde los años 60, la adopción de menores de América del Sur y de América Central. Sin embargo, se ha incrementado la
dificultad para llevar a cabo este tipo de adop-
ciones debido a la resistencia de algunos países a
que sus niños sean trasladados a otras culturas.
Las adopciones interraciales de niños pertenecientes a grupos sociales minoritarios, es
polémica. La Asociación Nacional de Trabajadores Sociales Negros y su homólogo británico, sostienen su oposición a prácticamente
todas las adopciones interraciales. Por otro
lado, grupos como el Concilio Norteamericano
de Niños Adoptables, son firmes partidarios de
estas adopciones, como un proceso de unión
permanente entre niños y familias.
En una posición intermedia, La Liga
Americana de Bienestar Infantil, afirma
que, aunque es preferible para los niños y
los padres adoptivos estar emparejados racialmente, las adopciones no deben ser rechazadas o aplazadas si no es posible una
apropiada adopción interracial.
Adopción en el mundo
Adopción interracial:
perspectivas a favor y en contra
Se describe en el estudio de los autores anteriormente citados, dos tipos de argumentos
contra la continuidad de la práctica de las
adopciones interraciales.
En primer lugar, se afirma que los niños
pertenecientes a grupos sociales minoritarios criados en otras familias, sufrirán
problemas emocionales, de desarrollo y/o
socio-culturales, en especial referidos a una
inadecuada identidad racial y a una baja
autoestima. Desde esta perspectiva, es central la creencia de que una positiva identidad racial es la esencia de un saludable
desarrollo personal y que los niños adoptados por familias de otras razas, debido a
esa inadecuación en la identificación con su
raza, manifestarán una adaptación psicológica más pobre que sus iguales adoptados por
familias con las que coinciden racialmente.
El punto de vista contrario afirma que los
resultados de las adopciones interraciales
no son necesariamente negativos y que la
necesidad que un niño tiene de una familia
estable, pesa más que el posible beneficio que
en la vida del menor puede hacer la unión con
una familia de igual raza.
El segundo tipo de argumento en contra de
las adopciones interraciales, es esencialmente
político. Se piensa que los sistemas sociales y
culturales que han permitido y alentado estas
adopciones, reflejan ideologías parciales que
fracasan en reconocer la fuerza de las culturas
minoritarias. Por consiguiente, la mayoría de
argumentos se centran en percibir defectos
en el sistema del Servicio Social.
En contraste, otros mantienen que las
adopciones interraciales son una práctica
positiva, ya que promueven la integración
racial, el ideal por el cual una sociedad tolerante debe luchar, y además que no reconocen
la superioridad de ninguna raza en términos
de que todas ellas son capaces de proporcionar un hogar adecuado para los niños.
El debate sobre adopción interracial es complejo y de gran importancia. Dados los fuertes
posicionamientos tomados por cada una de las
partes y las trascendentes implicaciones políticas de sus argumentos, parecería lógico asumir
que dicha polémica conducirá a un gran número de investigaciones dirigidas a resolver estas
cuestiones. Sin embargo, son relativamente
escasas las investigaciones sobre resultados específicos en adopciones interraciales.
A todo ello debemos añadir, que hoy corren
tiempos difíciles, por lo menos en España, para la
tolerancia, el ultranacionalismo practicado por algunos dirigentes políticos de las llamadas Comunidades históricas, las miradas silenciosas pero duras
ante los que tiene rasgos diferentes, el localismo
excluyente que se practica en algunos lugares de
nuestra patria, nos hace reflexionar sobre la importancia y la trascendencia que tiene el tema.
Resultados de investigaciones
en más comunes. En España tenemos que
tener en cuenta las adopciones internacionales
de menores de origen chino, que, sin duda alguna, son las más numerosas y también de
algunos países de Hispanoamérica. Evidentemente se tendrán que realizar estudios, tal
como lo han hecho y lo están realizando en
los EE.UU., aunque la experiencia comparativamente es poca y ha transcurrido poco tiempo
para efectuar un estudio serio o la muestra
no es tan amplia para que nos permita sacar conclusiones. A pesar de ello el equipo de
InterAdop continuamente está estudiando y
analizando todos los hechos que concurren en
la adopción internacional en España y, en su
caso, conociendo los problemas a los que se
están enfrentando nuestros colegas de otros
países de adopción o de acogida para tengamos
la capacidad profesional para dar respuesta a las
familias que desean adoptar o que han adoptado con nuestra Entidad.
Las investigaciones,
desgraciadamente, han
fracasado en proporcionar respuestas a muchas
de las preguntas centrales
acerca de la práctica de las
adopciones interraciales,
concluyen los autores, y
argumentan que es debido, en parte, a la escasez
de estudios, además de los
problemas metodológicos
que caracterizan al grueso de las investigaciones
en esta área. Además, la
mayoría de las investigaciones se han centrado
en la adopción de niños
Afro-Americanos
por
parte de familias de raza
blanca, excluyendo los
otros tipos de adopción
interracial, los cuales se
han convertido cada vez
nº9 | AdopciónyFamilia | 45
Adopción en el mundo
No hay datos fiables que sostengan el
argumento según el cual, la tensión causada
por las diferencias raciales, inevitablemente
lleva al fracaso de las adopciones.
Adaptación psicológica en los
niños sujetos de adopciones
interraciales
Los críticos de la adopción interracial han
expresado su preocupación por el hecho de
que estos niños puedan tener un mayor riesgo de sufrir problemas psicológicos que aquellos adoptados por familias de la misma raza.
Algunos estudios han examinado, a nivel
general, la adaptación en la adopción interracial,
los datos indicaban que los padres expresaban,
a lo largo de todo el estudio, una considerable
satisfacción en sus roles como padres adoptivos,
y que los niños adoptados se sentían firmemente unidos a sus familias adoptivas.
Así, a nivel de adaptación general, exponen
los autores, que la mayor parte de datos indican
que los niños sujetos de adopción interracial, no
sufren resultados negativos en su desarrollo, ni
tienen una imagen negativa de ellos mismos. Sin
embargo, estos resultados no abordan la mayor
preocupación planteada con respecto a la adopción interracial, a saber, si es probable que este
tipo de adopciones interfiera en el desarrollo de
una actitud e identidad racial sana.
La Identidad racial en niños
sujetos de adopciones
interraciales
Siguiendo el hilo de la obra de los profesores americanos, éstos nos enseñan que,
a nivel conceptual, hay poco acuerdo entre
investigadores con respecto a la definición de
“identidad racial”. Algunos autores la consideran como una característica personal estable,
mientras que otros argumentan que se trata
de una actitud individual variable, según situaciones específicas. La falta de una definición
operacional consistente, probablemente explica la diversidad de estrategias de investigación,
46 | AdopciónyFamilia | nº9
además de las discrepancias que se observan en
los resultados de los estudios.
En una de estas investigaciones, señala el
prof. Brodzinsky, aun cuando se vio que la gran
mayoría de padres consideraban muy importante la identificación de los niños con su propia identidad racial, un número considerablemente inferior de menores mostraba actitudes
positivas hacia su raza. Mientras los niños se
resistan a tratar el tema con sus padres, tal
como ocurre a menudo, se cuestionará la validez de la información ofrecida por los padres
adoptivos respecto a la adopción interracial.
Otros investigadores han trabajado directamente con los niños, evaluando la
identidad racial a través de test proyectivos.
Los resultados de estos estudios sugieren que
estos menores manifiestan una opinión más
negativa sobre su propia condición racial,
presumiblemente como resultado de haberse
criado en familias de otra raza. Sin embargo,
otros estudios muestran cómo la presencia de
niños pertenecientes a minorías sociales incrementa la aceptación de tales minorías por
parte del resto de la familia, y que estos niños
adoptivos se identifican a sí mismos como birraciales, lo cual es un hecho enriquecedor.
Una cuestión que los estudios han fracasado en abordar es si la identidad racial
tiene alguna relación en lo que se refiere
a la adaptación de los niños sujetos de
adopciones interraciales. Algunas investigaciones llegan a la conclusión de que las
dificultades psicológicas de estos niños se
incrementan con el tiempo. La disminución
en la adaptación parece estar relacionada
con la manera en que las familias adoptivas manejan los temas relativos a la identificación racial con el paso de los años.
Los datos indican que esta identificación
se vuelve más dicotómica con el tiempo,
sugiriendo que las familias y los niños
adoptados tienen dificultades en integrar
los sistemas de valores de las distintas razas
cuando los niños se van haciendo mayores.
Todos estos estudios llegan a la conclusión
de que no debemos quedarnos en la discusión
de si la adopción interracial es positiva o
negativa, sino que nos debemos centrar en
averiguar si es posible predecir bajo qué condiciones y en qué etapas del desarrollo, los
problemas pueden empezar a surgir.
Conclusiones sobre la
adopción interracial
Creemos que no debemos bajar la guardia en el hecho de que se pueden presentar en algunos menores los problemas que
han vivido algunas familias americanas, el
apoyo de un técnico para prever o en su
caso coadyuvar a normalizar la situación
dada es, en muchos casos, necesaria. Sin
embargo, el equipo del Instituto Tena de la
Familia comparte la idea de los profesores
David Broszinsky, Daniel Smith y Anne B.
Brodzinsky, cuando afirman que todos los
resultados apuntan hacia la importancia de
la función de protección que la adopción
ejerce en la vida de los niños que han sufrido tempranas experiencias de adversidad
biológica y social, mediante el abandono y
su posterior institucionalización.
fuente:
www.postadopcion.com
Columna
47 | AdopciónyFamilia | nº9
es virtud verdadera. Es cosa de ver la TV y
de leer las noticias para preguntarse cómo
ayudar a construir una sociedad del respeto mutuo, plantando sus semillas desde
el seno del hogar. Siguiendo el ejemplo de
María y de José, lo primero será aprender
a “guardar en el corazón”.
del respeto
patrón de conducta, y optaron por el silencio
y el respeto, guardando en el corazón lo que
no lograban comprender.
En verdad, el respeto es una pedagogía y una
escuela. No es una actitud improvisada. Es el
fruto de un corazón que procura mirar hacia
adentro, que vuelve a las raíces, como lo dice
la palabra. Es una actitud que se aprende por
contagio más que por discurso. Son los padres
los primeros convocados a conocer y a acoger
el corazón de sus hijos, su carácter, su temperamento, su originalidad, cosa que se realiza desde
que ellos ven la luz del día, y aún antes. Son
los padres los llamados a respetar a sus hijos: su
proyecto, su vocación, su misterio, y no hacerlo
a cambio de una actitud semejante por parte de
ellos. El respeto no se negocia: se vive.
Hoy nos quejamos de que los jóvenes son
irrespetuosos: que no le ofrecen el asiento a
una anciana ni a una mujer embarazada, que
nos tratan de igual a igual, que no se ponen
de pie en la sala de clases cuando entra un
profesor. Es un signo más de este cambio
epocal que nos tiene a todos de aprendices.
Lo importante es no renunciar a lo que uno
cree y quiere para la vida en familia, en la
sociedad, y avalarlo con el testimonio. Lo importante es “guardar en el corazón” lo incomprensible para esperar el momento oportuno
en que la palabra caiga en buena tierra.
El respeto no se enseña ni se aprende a
gritos. El respeto no se puede reclamar si yo
antes no lo vivo. Y, cuidado, pues a veces
celebramos los berrinches de los pequeños
y sus malos modales como si fueran una
“choreza”. Eso es fatal, pues una vez que damos espacio a esas faltas de respeto, hemos
cedido un campo muy difícil de reconquistar.
Si levantamos la mirada, veremos que
vivimos en una sociedad de la exigencia:
antes de pedir, “exigimos” que se nos haga
o se nos cumpla, y lo hacemos “hasta las
últimas consecuencias”. Una sociedad que
ama la tolerancia –la menor de todas las
virtudes– sin estrenarse en el respeto que
En la escuela
L
a primera crisis interna de la Sagrada
Familia. O, por lo menos, la primera
crisis que quedó documentada, fue la
famosa peregrinación a Jerusalén en
que Jesús se quedó en el Templo y no regresó
a Nazaret con la caravana de su pueblo.
La suya era una familia religiosa que acudía
tres veces al año a las fiestas de precepto
de Israel: la más importante, por cierto, era
la Pascua que obligaba desde los trece años
cumplidos. El Papa Benedicto acota que los
padres piadosos solían llevar a los hijos, desde
algunos años antes, para que se acostumbraran al precepto. Algo así como la excelente
costumbre de ir a Misa en familia, incluyendo
a los niños más pequeños. En Israel era aún
más importante pues a los trece años, edad
de la pubertad, hay y había un rito, la Barmitzva, una fiesta que anuncia la mayoría
de edad. El púber era conducido por un rabino llevando un rollo de la ley y debía leer
la Escritura, guiado por una pluma de plata
con que el Rabino le señalaba el lugar de la
lectura. ¡Ahora este varón podía proclamar la
lectura en la Sinagoga! Era mayor de edad.
Sea como sea, en estas caravanas los niños
podían ir con sus padres, con sus amigos o
con otra familia, y por la noche se reunían
con sus padres. Eso es exactamente lo que
no sucedió la primera noche y por eso José y
María se angustiaron, tuvieron que desandar
el camino, y no lo encontraron, hasta que
se les ocurrió ir al Templo para ver si había
noticia de Jesús. El diálogo refleja la tensión:
“tu padre y yo te buscábamos angustiados”…
Estoy oyendo a mi mamá cuando, en las situaciones más serias, invocaba la autoridad
paterna junto con la propia. La respuesta
del niño pudo parecer insolente: “¿por qué
me buscaban? ¿No sabían que yo debo estar
en los asuntos de mi padre?” Insolente y, de
paso, recordándole a José que él era sólo su
padre adoptivo. En mi familia, la respuesta
habría sido: ¡qué te has imaginado, chiquillo!
En la casa de María y de José, tenían otro
Pbro. Rodrigo Tupper
Vicario General del
Arzobispado de Santiago
nº9 | AdopciónyFamilia | 47
Reseña
Película
LA EXTRAÑA VIDA DE TIMOTHY GREEN
E
sta película toma el drama de la infertilidad y el dolor de una pareja que se ilusiona
con formar una familia, y lo convierte en una historia de esperanza y alegría.
Timothy es un niño que llega mágicamente a la vida de Cindy y Jim Green, luego
que ellos enterraron en el jardín una caja con los deseos y anhelos del hijo soñado, que
creían no podrían tener. La presencia de este niño en sus vidas les permitirá vivir la paternidad,
y comprender las implicancias de tener un hijo y aceptarlo en su individualidad, ayudándoles a
desprenderse de los sueños para poder valorar y disfrutar del privilegio que la realidad ofrece.
Una historia llena de magia que, como metáfora, revela el proceso de duelo que viven
los padres y los prepara para la adopción, ofreciendo una perspectiva positiva y llena de
confianza. La irrupción de Timothy en la vida de esta pareja no viene a darles lo que
anhelan, sino a prepararlos para ello.
Para compartir en familia, divertirá con un humor espontáneo y sencillo, y emocionará a
quienes viven la adopción como un encuentro de amor y entrega incondicional. Los padres
se verán identificados en esta búsqueda que da varios giros antes de tomar forma, y los hijos
vivirán con esperanza y alegría la búsqueda y el encuentro.
Libro
bilidad
er y
tivo que
PAULA Y LA PUERTA CERRADA
son los
Diana Drexler
simples,
Drexler,
Diana Drexler
É
ste es uno de los cuentos más queridos por las familias adoptivas y
herramienta fundamental en el proceso de revelación y de diálogo
sobre la historia familiar de adopción. En su segunda edición, este
relato se presenta con una renovada imagen, en páginas a todo color
y dibujos grandes y atractivos que acompañan la narración, cautivando la
atención de los niños.
Es una entretenida historia que ofrece a los niños la posibilidad de identificarse
con esta pequeña que busca nacer y encontrarse con sus padres. Un cuento
alegre y emotivo que entrega una perspectiva positiva, en la cual el niño es el
protagonista y le permite ir entendiendo, con ideas simples, lo que es la adopción.
a
l a las
abordar
48 | AdopciónyFamilia | nº9
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