AdopciónyFamilia fundación san josé para la adopción Año 2013 | nº 9 ¿Aliados o enemigos? Cómo se comunican los bebés Distribución gratuita | Prohibida su venta Su compromiso con la adopción La familia biológica de mi hijo Todas esas “madres” Editorial “La sangre que heredamos está hecha de las cosas que comimos de niños, de las palabras que nos cantaron en la cuna, de los brazos que nos cuidaron, la ropa que nos cobijó y las tormentas que otros remontaron para darnos vida, pero, sobre todo, la sangre se nos teje con las historias y los sueños de quien nos crece” Ángeles Mastretta D urante la última celebración comercial del Día de la Madre y su nutrida publicidad, hubo un anuncio que llamó mi atención. Era el saludo a todas esas madres de nuestra vida: la mamá, la abuelita, la tía, la madrina, todas esas mujeres que forman parte de lo cotidiano y cumplen un rol especial en nuestro mundo y que merecen ser reconocidas en el Día de la Madre. Pero, ¿qué es eso especial que hace madre a una persona? Por lo general, entendemos que es ésta la mujer que engendra un niño, lo lleva en su vientre y le brinda cobijo y alimentación hasta el nacimiento; comparte su sangre y su genética. Luego es quien lo recibe, lo cuida y lo protege cuando es un bebé desvalido y completamente dependiente; lo alimenta, lo limpia, lo abriga y lo hace dormir. Es quien lo acuna, lo acaricia para demostrarle lo valioso y querido que es, lo alivia cuando sufre alguna herida y lo consuela en el llanto. También es quien le estimula a ir ganando de a poco su independencia, lo alienta ante sus logros y lo corrige en sus errores; es quien pone límites y enseña a respetarlos. Quien le inicia en la convivencia con los demás, le enseña a hacer amigos, a elegirlos y a conservarlos. Que inculca modales, hábitos y valores. Esperamos encontrar todo eso en la misma persona, pero no siempre es así. Comúnmente no lo es, como me hizo tomar conciencia el aviso comercial. Este rol suele ser apoyado o compartido por otras personas que forman parte de la vida cotidiana y afectiva del niño. Los adoptados, en su mayoría, vivieron carencias profundas en su experiencia familiar temprana, que son las que finalmente determinaron la separación de su familia de origen, incapaces de brindar aquello que es esencial para garantizar la protección y el sano desarrollo de su hijo. Estas carencias no están necesariamente relacionadas con falta de cariño, con la ausencia de vínculo o con desinterés por el niño. Muchos padres no saben cómo cumplir su rol y brindar todo lo que un hijo necesita para su desarrollo sano y feliz. 1 | AdopciónyFamilia | nº9 Muchos desean ser buenos padres, pero no saben cómo hacerlo o no logran adquirir las destrezas y habilidades que les permitan asumir la responsabilidad de la parentalidad. Muchas veces ellos mismos no han experimentado en su vida la nutrición afectiva de los buenos tratos. Hay niños que tuvieron la experiencia de vivir con unos padres que no fueron capaces de cuidarlos y protegerlos y, en este periodo, pudieron haber experimentado un cariño genuino, pese a las debilidades mostradas en otros aspectos de su cuidado, como la falta de disponibilidad, el proveer un entorno seguro, la existencia de un trastorno psiquiátrico, problemas con drogas, mendicidad, falta de redes de apoyo o negligencia extrema. Algunos también fueron cuidados por otras personas mientras llegaban a su hogar definitivo, familias de acogida o cuidadores institucionales que, generosamente, se prestaron a la tarea de prodigar cuidados y afecto, que no sólo permitieron al niño curar heridas, sino también contar y sumar experiencias de amor, recibiendo las bases para relacionarse con los demás, para la formación del vínculo de apego, para su autoimagen y autovaloración. Todas estas personas forman parte de la historia del niño y han colaborado en quién es hoy. Un inicio difícil, una familia que fracasó en la tarea de ser padres, no los excluye como personas importantes en su vida afectiva. Un hijo adoptivo necesita ser aceptado en su individualidad y singularidad, que sus padres reconozcan, se apropien, aprecien y resguarden su historia preadoptiva, con recuerdos, vínculos y afectos de las personas que antecedieron la adopción. Una historia dinámica, donde los padres adoptivos deben permitir que exista un lugar para todos y relatar la historia sin dejar de lado a padres biológicos, a cuidadores en una familia de acogida o en una institución, así como a aquellas personas que pueblan hoy su mundo afectivo. Porque todas esas “madres” forman parte de la vida del hijo. Ladislao Lira Hurtado Editor General Revista Adopción y Familia nº9 | AdopciónyFamilia | 1 Índice * Los niños que aparecen en las fotografías de cada número de esta revista no son adoptivos, con el fin de no exponer a la familia adoptiva y resguardar su intimidad. Se exceptúan las entrevistas, en que suelen aparecer imágenes de los protagonistas de la historia, siempre con su consentimiento y el de sus padres. 24. Chile La familia biológica en la vida de mi hijo Fotografía de portada: Francisco Jorquera E. Reportaje | Comunicación gestual de los bebés AdopciónyFamilia nº9 | 2013 Escriben los hermanos | Josefa Sepúlveda A. Editor General Ladislao Lira H. Tendencias | Redes sociales e Editoras de Contenido Harue Tsunekawa A. Melixa Rivera C. Periodista Verónica Siredey C. Internet Columna | Marta Hermosilla Diseño y diagramación Francisca Cevallos D. 11 12 [email protected] www.adopcionyfamilia.cl @AdopcionFamilia [email protected] Entrevista | Daniela Castillo Su vida y causa adoptiva Derechos del niño | ...a tener una familia Escriben los padres | Rubén Bustillos B. 4 Entrevista | Diana Drexler Los cuentos infantiles 16 Escriben los padres | Gabriela Luchsinger Y. 17 Fotografía Francisco Jorquera E. Publicidad Isabel Reyes V. 8 18 30 Testimonio | Cómo mi marido lo hizo bien 23 33 34 Reportaje | 42 Búsqueda de Orígenes Un proceso sanador 44 38 Columna | Pbro. Rodrigo Tupper 47 Adopción Internacional | Testimonio | “Dejo una parte de mí...” Presidente: Pbro. Julio Dutilh Ros Directora Ejecutiva: Bernardita Egaña Baraona Latadía 4602, Las Condes, Santiago de Chile. Fono: (56-2) 2399 9600 Fax: (56-2) 2399 9650 www.fundacionsanjose.cl Todos los derechos de esta revista están reservados, si bien se estimula la reproducción total o parcial de su contenido siempre que se cite la fuente. Adopción en el mundo | Los resultados de la adopción interracial Reseñas | 48 La adopción abierta Fundación San José para la Adopción es una institución privada sin fines de lucro, reconocida por el Arzobispado de Santiago como institución de Derecho Canónico en noviembre de 1994. Está acreditada por el Servicio Nacional de Menores para trabajar en programas de adopción, conforme lo establece la ley 19.620, que regula esta actividad. Impreso por Salesianos Impresores S.A. 3 | AdopciónyFamilia | nº9 nº9 | AdopciónyFamilia | 3 Entrevista Diana Drexler, autora de “Paula y la Puerta Cerrada” Esta psicóloga clínica y autora de cuentos infantiles ve en este recurso de la literatura una herramienta eficaz para tratar temas dolorosos, en un punto de encuentro entre el niño y el adulto o del adulto y su niño interior. Por Verónica Siredey C. D iana Drexler nació en Buenos Aires y ejerce como psicóloga clínica especializada en terapias alternativas. Sin embargo, para quienes hayan leído el cuento “Paula y la Puerta Cerrada”, su nombre se asociará más bien a los cuentos infantiles y puede que haya logrado meterse a más de un hogar, a través de este libro que relata las aventuras de este tierno angelito en su intento por nacer como hija de la pareja que, desde el cielo, ha elegido. En su desempeño profesional, sus talentos e intereses le permitieron ir más allá de la práctica tradicional de la psicología clínica, ejerciendo como docente universitaria en la cátedra Conexión Creativa de la carrera de Arte Dramático en la Universidad del Salvador, además de dictar talleres y seminarios en el ámbito privado. 4 | AdopciónyFamilia | nº9 También es directora del Departamento Niños de la Fundación La Tierra Habla, autora de los cuentos “La Señora Tierra”, pertenecientes a la colección “La Tierra Habla” y organizadora en Eco-Industria de la Jornada para Niños y Familia. En el ámbito del teatro, es directora de las obras del grupo “Somos Tierra” y co-autora de sus temas musicales. A Chile llegó invitada por Fundación San José para la Adopción para dar la charla “Ven, que te cuento”, en el marco del ciclo Escuela para Padres Adoptivos 2013 y en el que se realizó el lanzamiento de la nueva edición del cuento que ha generado tantos adeptos entre las familias adoptivas. Esta historia se ha convertido en una herramienta privilegiada de encuentro entre el adulto y el niño, o incluso del adulto y su niño interior, al abrir puertas, facilitar el lenguaje, llenar los espacios y transformar las emociones en metáforas e imágenes. “Paula y la Puerta Cerrada” nació en los años noventa, sin tener Diana mayor relación con el mundo de la adopción. Pese a ello, no le costó armar la historia y contar este cuento que sorprende por lo breve, simple, pero redondo de su narración. “La historia siempre fluyó”, comenta. “Tal vez sea propio de los cuentos que me llevan a sentir la magia de ser usada como canal para transmitir una idea, imagen, palabra o historia. Yo misma me sorprendo y emociono cuando lo leo. Siento que no es una historia inventada, sino que es una historia dictada”. Y con esto se refiere a que no es un conocimiento adquirido o un pensamiento lógico, racional, sino que es una idea que se presenta de manera súbita, sin que hubiese una intención o preparación previa. “Aparece con la contundencia de una certeza. No es algo que uno elige, simplemente sucede”. Explica que Entrevista el canal es la forma en que este pensamiento, idea, imagen, información llega directamente para que pueda tomar la forma y ser recibida por otros. De esta manera, Diana siente que existen canales tangibles, como puede ser un libro, un escrito, una publicación y canales intangibles, como un sueño, una idea, una imagen. “En ese caso, el que es receptor, también es canal y elige canales tangibles para que eso siga circulando y llegando a muchos”, dice. ¿Cuáles diría que fueron las encuentra reflejadas en un cuento y en un partes más difíciles de escribir personaje con el que se puede identificar. o de resolver en “Paula y la Por otro lado, una parte realmente difícil Puerta Cerrada”? fue el momento de encuentro sexual entre los Varias cosas. Por un lado no perder el foco de un lenguaje sencillo, que acompañe al niño en la comprensión de lo que está escuchando. Un lenguaje que lo acerque a las imágenes y sentimientos que tal vez lo estén acompañando desde siempre y que ahora padres. Tuve la tentación de no hacer referencia a esto, pero había una voz interna que me condenaba. No era honesto, no debía dejar eso de lado. Es crucial en esta historia, me decía. Finalmente tomé coraje y la escribí…y reescribí. Pero incluso esto fluyó con naturalidad. En la primera versión del cuento, el encuentro de los padres se representaba por medio de dos colores (cada padre tenía un halo de un color que lo caracterizaba), que cuando se encontraban formaban un color nuevo. Luego esta versión cambió a como está contada hoy: “Papá y mamá debían estar juntos, contentos, como si una gran pelota de luz los envolviera por un instante”. En el proceso creativo, ¿fue difícil darle forma a este cuento, hasta que estuvo terminado? No tanto. La verdad es que se iba armando sólo, más allá de mi voluntad. Tal vez lo más difícil es contar lo que quiero contar, de la manera más sencilla posible. Pero para esto ayuda el tiempo. Escribir como sale y después dejarlo descansar es lo que suelo hacer para poder acercarme, nuevamente, como si fuese la primera vez que lo veo. Y eso ayuda a “pulir” un cuento para que no sobren ni falten palabras. Eso es lo que suelo hacer con cada cuento que escribo. Especialmente para cuentos infantiles. ¿Cómo logró estructurar una historia a primera vista tan simple, pero a la vez tan redonda, y resolver de esta manera el tema de la adopción? De verdad es que a mí también me sorprende. Es como si me hubieran dictado la historia, o como si siempre lo hubiese sabido, aunque recién me hubiese percatado de ese conocimiento cuando escribí el cuento. nº9 | AdopciónyFamilia | 5 Entrevista “Es una manera privilegiada para hablar con los niños no sólo de las cosas felices, sino también de aquellas que son difíciles y dolorosas” Paula, la protagonista del cuento, ¿existe realmente, se inspiró en algún niño en especial o es absolutamente ficticio? No, Paula no existe en la vida real. Pero evidentemente necesitaba contarnos algo, existir en la vida de cada uno de nosotros. La ayudamos a nacer cada vez que leemos el cuento. Y me alegro por eso. Vale la pena tener a una Paula en nuestra vida. ¿Pensó que este libro iba a tener tan buena acogida en los padres adoptivos, como ha sucedido en Chile? No, la verdad es que me sorprende y me alegra mucho. Me une un sentimiento de mucho amor y de mucha gratitud a los chilenos. En mi temprana adolescencia pasé varios veranos en casa de una amiga en el sur y recuerdo, especialmente, la generosidad con que siempre me acogieron ellos y todas las personas que conocí en aquella época. ¿Piensa escribir más historias relacionadas con la adopción? Puede ser. Por el momento estoy abocada a otro proyecto de escritura para niños, cuya temática es la ecología y la importancia del cuidado del medio ambiente, pero así como se presentó intempestivamente Paula, es posible que me busquen “otros” para que pueda contar sus historias. ¿Le sirvió su profesión de psicóloga para poder armar esta historia? Si y no. Creo que mi profesión de psicóloga es una de las maneras en que mi ser elige interactuar con el mundo. De alguna manera ser psicóloga es ser una “escuchadora profesional” y mis pacientes son los narradores de sus propias historias. En ese vínculo se genera (al menos es lo que espero que pase) ese encuentro mágico 6 | AdopciónyFamilia | nº9 entre dos seres que durante ese momento generan un “como si”. El mismo “como si” que se genera entre el narrador que cuenta un cuento y el niño (o adulto) que lo escucha. El “como si” es un mundo en donde las verdades están cargadas de sentimientos, son verdades que se acuerdan y comparten. Son verdades que se construyen y aceptan más allá de toda lógica, pero que tienen el peso de la experiencia compartida. ¿En qué consistió la charla que vino a dar a Chile? La charla consistió en hablar del cuento usado para hablarles a nuestros hijos sobre la adopción. Pero fue mucho más que eso: Entrevista fue interactuar con los padres para tratar la importancia del cuento como herramienta para abordar muchos temas. Es una manera privilegiada para hablar con los niños no sólo de las cosas felices, sino también de aquellas que son difíciles y dolorosas. Además, y sobre todo, para hablar del “cómo cuento”, del “quién soy cuando cuento”, del “quiénes somos cuando escuchamos”. Esto sucede no sólo con los cuentos, sino con los momentos en donde nos encontramos con nuestros hijos para contarnos quiénes somos, qué sentimos, en qué creemos, quiénes nos gustaría ser. Porque cuando esto pasa, los estigmas de biológico-adoptivo, padre-hijo, grande-chico, caen para dar lugar al encuentro de dos seres que eligen encontrarse, acompañarse y, sobre todo, amarse.af De cómo Paula llegó a Chile A veces pienso que, así como Paula tuvo que abrirse paso para encontrar, finalmente, a sus verdaderos papás, también el cuento “Paula y la puerta cerrada” tuvo que abrir su propio camino para ser publicado y, así, llegar a los oídos de tantos niños y tantos padres que necesitan de su experiencia para resignificar la propia. Recuerdo que habían pasado unos años desde que yo había escrito el cuento, cuando se lo di a leer a una paciente, con quien yo estaba haciendo un proceso terapéutico a raíz de su imposibilidad de gestar. Como su primera reacción ante mi sugerencia de considerar la adopción fue la negativa, yo recordé el cuento de Paula y se lo di a leer. Unos días después me llama y me cuenta que no sólo se había emocionado y que había compartido esa emoción con su marido, sino que le había pasado algo muy singular que quería comentarme: -Hoy a la tarde fui a la cerrajería, y mientras el cerrajero me iba haciendo las llaves, no sé cómo se fue dando la conversación, pero le terminé contando del cuento que me diste de “Paula y la puerta cerrada” y de cómo ese cuento me había modificado mi visión con respecto a la posibilidad de adoptar. Y el cerrajero me contó que él era padre adoptivo y que le gustaría leerlo ¿Se lo puedo pasar?- fue su pregunta. - Si, obvio- le contesté, sintiendo, tal vez por primera vez, que esa historia no me pertenecía. Que pertenecía al mundo. Claro que en ese momento no pude pensarlo con tanta claridad. Fue simplemente una sensación vaga o una intuición. Unos días después me llama este hombre, el cerrajero, de quien no recuerdo el nombre, y me comentó lo mucho que le había gustado el cuento y que él formaba parte de una Fundación, la Fundación San José para la Adopción. -¿Puedo hacerles llegar este cuento, para que así lo puedan leer otros papás como yo? -Sí, obvio- volví a contestar, como la primera vez y como otras dos veces más, cuando me pidieron permiso para editarlo hace diez años y cuando me comunicaron que debían reeditarlo porque se había agotado. “Si, obvio”, será mi respuesta cada vez que con alegría sea testigo de tantas puertas que se abren y que Paula sigue en el corazón de los niños y sus padres. Y que sigue abriendo en el mundo, porque… recién cuando me llamaron hace un año para reeditarlo, tomé conciencia de que la Fundación San José era chilena. Un país fuertemente arraigado en mi historia y en mis afectos. nº9 | AdopciónyFamilia | 7 Reportaje Comunicación gestual Más de allá las palabras Pocas cosas en la vida producen más ternura que un bebé haciendo gestos, ya sea jugando, despidiéndose o manifestando cariño. Sin embargo, poco sabemos que detrás de esa comunicación no verbal, espontánea y muchas veces tan instintiva, se encuentra una puerta que lleva a un mundo de beneficios para ese niño o niña, sus padres y su entorno. La invitación entonces es a abrirla y explorar de qué se trata la comunicación gestual o BabySigns, que favorece la comunicación entre las guaguas y sus padres, en la etapa previa a la aparición del lenguaje. Por Verónica Siredey C. 8 | AdopciónyFamilia | nº9 Reportaje T odos usamos los gestos para comunicarnos y los bebés también los realizan cuando son enseñados de manera espontánea por los adultos. Son movimientos físicos simples que simbolizan una acción, como despedirse agitando la manito, aplaudir o tirar besos. Algo aparentemente tan natural, llamó la atención de las psicólogas norteamericanas Linda Acredolo y Susan Goodwyn, en 1982, quienes descubrieron que los bebés entre los 10 y 15 meses de edad utilizan espontáneamente gestos simples para representar palabras que aún no eran capaces de decir, como agitar los brazos, para referirse a un pájaro. A partir de esta observación, decidieron investigar qué ocurría cuando se estimulaba la realización de esos gestos de manera intencionada en la casa, creando el programa BabySigns, que consiste en enseñarle a bebés sin déficit sensorial y antes de que empiecen a hablar, un lenguaje compuesto por gestos simbólicos que les permite comunicarse de manera simple con sus padres. El objetivo de este programa es fomentar el desarrollo de gestos sencillos y fáciles de aprender, con una fuerte vinculación con la forma o función del referente y posibles de ser modificados de acuerdo a la cultura familiar, con un fuerte énfasis en los aspectos emocionales a la base de la comunicación. “En investigaciones que hemos realizado, hemos visto que entre los 7 y 8 meses ya las guaguas empiezan a hacer sus primeros gestos. Por lo tanto, el nivel de vocabulario a los 12 meses no es menor, aunque va a depender del niño y de la persistencia que tengan los adultos en enseñarles estos gestos”, explica Chamarrita Farkas, psicóloga de la Universidad Católica, quien ha estudiado en profundidad el tema y es autora del libro ‘Gestos que hablan’. De acuerdo a ella, ésta es una muy buena herramienta, porque permite favorecer la comunicación con los padres y adultos significativos, generando un mejor vínculo. “Los niños están más contentos, porque los adultos los entienden mejor y produce también mayor seguridad y competencia en los padres, porque entienden lo que el niño les quiere decir”, sostiene. Agrega que alrededor del año de edad el niño ya comprende mucho, pero no se puede comunicar. “Si es que habla, tendrá una palabra, pero no mucho más. Entonces hay mucho que el niño quisiera comunicar o mostrar y no tiene todavía la madurez fonorespiratoria para poder hablar. Con esto, la idea es establecer un puente en la comunicación entre el niño y los adultos hasta que el lenguaje verbal sea posible”. Un beneficio concreto y directo de la comunicación gestual se ve en el desarrollo del lenguaje en los niños, que empiezan a hablar antes. “Han demostrado tener un buen vocabulario y tienen mejor comprensión del lenguaje. Se han hecho estudios en los que se ha podido observar que estos resultados en el lenguaje se mantienen hasta segundo básico. También se han demostrado beneficios en aspectos cognitivos y socioemocionales de los niños”. Esto quiere decir que los niños que desarrollan la comunicación gestual con sus padres o adultos significativos son niños más seguros y más comunicativos y tienen mejor vínculo con sus padres, quienes reportan menos pataletas y tienen una percepción más positiva de las conductas de su hijo, lo que evidentemente genera un entorno más feliz y armónico. “En este punto hay dos posturas”, explica la especialista. La primera busca enseñarle a las guaguas el lenguaje de señas, como un lenguaje más formal y donde el foco está puesto en el desarrollo del lenguaje y las variables cognitivas del niño. Farkas se suscribe a la segunda línea, en la que más bien se le enseñan gestos con una mayor libertad y espontaneidad, con el foco puesto en la comunicación y el desarrollo del vínculo. “No es tan importante qué gesto se hace, sino que en esa familia o en esa sala cuna estén de acuerdo con ese gesto y exista coherencia y perseverancia con él. Quiere decir que hay un puente de comunicación, independientemente de la forma en que se realice el gesto”. Es por esto que en el establecimiento y fortalecimiento de los vínculos con los padres o adultos significativos, esta comunicación con señas o gestos puede ser de gran ayuda, pero advierte que “tampoco es mentolatum”. Advierte que “si existe algún tipo de problema, dependiendo de la gravedad y su naturaleza, se hace necesario hacer otras cosas también”. nº9 | AdopciónyFamilia | 9 Reportaje Gestos que hablan Sin embargo, agrega que como padres, dentro de todas las cosas que uno puede hacer, es una herramienta bastante sencilla, fácil y que se ha visto tiene beneficios, permitiendo establecer puentes de comunicación. “A veces hay niños que han tenido algunas dificultades y por eso se demoran más en empezar a hablar, pero a través de gestos sencillos pueden establecer una comunicación con los adultos que le facilite la relación”. Destaca la importancia que, si bien al niño se le empiezan a hacer gestos, esto no implica que se le va a dejar de hablar. El gesto siempre va acompañado de la palabra, sino el niño no tiene cómo hacer la conexión entre la palabra, el objeto y el gesto. La idea es potenciar más canales en el proceso de la comunicación. Otro punto importante es que siempre hablamos con gestos. Con los niños nos comunicamos con gestos, lo hacemos en todas nuestras interacciones cotidianas, pero la idea es implementar y potenciar una herramienta que ya se ocupa, de modo que uno sea consciente que esto contribuye a la comunicación con el niño y lo intensifique. No es que vayamos a hacer algo que nunca hayamos hecho antes, pero la idea es mostrar la utilidad que tiene para el niño, entonces fomentarlo y potenciarlo. En el caso de un niño que habla, pero habla poco, el gesto también puede contribuir a abrir nuevas vías de comunicación. También hay palabras o conceptos que son más difíciles de explicar verbalmente que con gestos. “Por ejemplo, si tengo que explicarle a un niño cómo tiene que abrir un frasco, si es de tapa rosca o a presión, es más fácil explicarle con el movimiento, que sin usar el gesto”. Cuando se usa el lenguaje, hay gestos que contribuyen a simplificar conceptos que son más complicados de explicar. El aprendizaje de esta comunicación gestual se puede realizar de manera autónoma, a través de Internet o revisando la literatura relacionada con el tema, como el libro ‘Gestos que hablan’. Pero, además, es posible asistir a los talleres que se realizan en BabySigns Chile, filial chilena de BabySigns estadounidense, y que informan a través de su sitio web www.babysigns.cl. También la Escuela de Psicología de la Universidad Católica explica la comunicación gestual en www.gestosdelbebe.cl.af 10 | AdopciónyFamilia | nº9 ¿ Alguna vez has intentado ayudar a un bebé que llora, pero que no es capaz de decirte qué está mal?, o ¿alguna vez has visto a un bebé señalando insistentemente algo y no eres capaz de adivinar qué ve o qué quiere? Todo padre, madre, educador o persona a cargo del cuidado de niños pequeños ha pasado por estas experiencias. Este libro aporta una revisión actualizada del tema de la comunicación gestual en bebés, además de recoger y compartir las experiencias tras años de investigación en Chile en relación con el desarrollo del lenguaje de los niños y sus aspectos socioafectivos y cognitivos. Su principal aspiración es convertirse en una herramienta útil de trabajo para distintos profesionales, tanto chilenos como latinoamericanos, que trabajan en el campo de la infancia temprana, así como apoyar a padres y madres que buscan comprender y comunicarse mejor con sus bebés, logrando así vínculos más cálidos y cercanos. Chamarrita Farkas K., realizó sus estudios de pregrado en la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Posteriormente obtuvo su Magíster en Psicología en dicha universidad y actualmente es candidata a Doctor en Psicología en la Universidad Nacional de San Luis, Argentina. Reconocida por sus aportes en infancia temprana, con más de 15 publicaciones en revistas acdémicas, tiene una amplia línea de investigación en temas como interacciones tempranas, promoción de apego y comunicación gestual, siendo investigadora principal y coinvestigadora en proyectos Fondecyt. Escriben los Hermanos Josefa Sepúlveda Ampuero nº9 | AdopciónyFamilia | 11 Tendencias Redes sociales e Internet ¿aliados o Las nuevas tecnologías se masifican cada día, facilitando el acceso de niños y jóvenes a Internet y redes sociales. Esta nueva realidad también implica riesgos que se pueden minimizar, a través de la incorporación de ciertos criterios para su uso y en un adecuado entorno familiar. enemigos? Por Verónica Siredey C. L lega el diario de fin de semana y su peso nos anuncia que además de información, viene cargado de catálogos. La cantidad de publicidad destinada a los nuevos tablets, smartphones, notebooks, netbooks y computadores, son sólo una muestra de cómo el vertiginoso mundo de la tecnología aumenta, crece, se desarrolla, cambia, mete sus tentáculos en nuestros hogares y de paso, comienza a generar una nueva “necesidad”. Eso se percibe cuando los niños, apenas alcanzando una edad de dos dígitos, empiezan a pedir con urgencia un teléfono, a soñar con un netbook y qué decir de los tablets. Verdaderos objetos de deseo que conquistan y hasta, algunas veces, atrapan. Y el medio poco ayuda cuando los padres se dan cuenta que el argumento de “aún no, eres muy chico. Eso no es para niños de tu edad”, comienza a desinflarse, porque más de algún compañero de curso ya es el flamante portador de la última curiosidad tecnológica. Esta facilidad que hoy existe para tener acceso a Internet y a las redes sociales puede ser una verdadera ayuda, como por ejemplo, a la hora de buscar información o mantener 12 | AdopciónyFamilia | nº9 la comunicación con familiares que están lejos. Pero también significa una fuente de peligros, y así lo constata el surgimiento de nuevos conceptos, que toman cada vez más fuerza y notoriedad: cyberbullying, grooming, sexting o simplemente, adicción a Internet. A estas alturas, nadar contra la corriente y prohibir el uso de estas tecnologías, parece no ser la solución más efectiva. A la hora de asumir estas nuevas herramientas tecnológicas en el hogar y para la familia, más vale tener claridad respecto de los Tendencias peligros, asumir algunas recomendaciones, adoptar normas y fomentar un estilo de familia que permita minimizar los riesgos. Para esto, Max Moller, psicólogo experto en adicciones a las nuevas tecnologías, y Fundación Queveo, que promueve la conciencia digital, entregan algunas orientaciones para que el uso de Internet y las redes sociales constituyan un apoyo y no un peligro para los hijos. Los padres deben involucrarse Para Max Moller, los clásicos filtros hoy ya no son suficientes y el enfoque debiera estar centrado en hacer un acompañamiento a los niños y adolescentes en su deambular por este mundo virtual. “Lo más aconsejable es generar la comunicación y confianza que propicie una relación sana. Por ejemplo, si el hijo va a tener una cuenta en Facebook, tiene que ser con los padres como acompañantes. Cuando hay suficiente confianza, el hijo entiende que lo comparte con sus padres más que tomárselo como un control impuesto. Esto debe partir desde la niñez y respecto de Facebook, por ejemplo, desde que abre una cuenta por primera vez”. Moller puntualiza que a los doce años, los adolescentes son mucho más abiertos en relación con el tema que a los 16, cuando ya han abierto una cuenta por medios propios y sin consultarle a nadie. Que a esas alturas los padres les pidan acceso, será considerado más bien una violación de su intimidad, que un acto de preocupación genuino en la protección del hijo. En Fundación Queveo, también apuntan a la formación de competencias en los niños, como el juicio crítico, la capacidad reflexiva y la adquisición de valores que les permitan ir alcanzando autonomía y toma de decisiones más complejas, que trascienden la simple receta o el control externo. Francisca Maira, Directora de Educación de la Fundación Queveo, reconoce que la naturaleza “móvil” de los nuevos dispositivos como celulares y tablets, plantean una nueva realidad difícil de supervisar. Es posible tomar algunas medidas alternativas, entre las cuales se cuenta, por ejemplo, disponer de un lugar en la casa donde todos dejen sus celulares a la hora de comer y en silencio, o privilegiar los espacios familiares para instalar allí televisores, computadores, consolas, que inviten a actividades compartidas y donde el consumo de medios sea conversado y, desde luego, encauzado. En el caso de Facebook, Maira agrega que a los padres se les recomienda tener un perfil en que tengan agregados como amigos a sus hijos, que revisen uno por uno a las personas que pueden relacionarse con ellos a través de esta red social. Del mismo modo aconseja que, en la casa, el computador esté en un espacio común. Si bien ahora los adolescentes pueden tener Internet en sus celulares, esta medida ayudará a formar en los niños la llamada “autorregulación”. También, aconseja que Internet no se cruce con todas las actividades del hogar, entendiendo así que debe existir un tiempo para cada cosa y que no es una buena decisión, por ejemplo, hablar por Whatsapp mientras se almuerza. Internet debe estar supeditado a un tiempo específico y no debe convertirse en un elemento “omnisciente”. Cómo prevenir Max Moller ve muchos casos de adicciones a Internet y las redes sociales en su consulta, los que asocia directamente con la falta de comunicación en las familias. “Existe un tipo de familia en que claramente se ve, por ejemplo, que los padres no saben en qué están sus hijos. Clásico es cuando se llega a esas casas y se pregunta por los jóvenes y ellos están encerrados en sus piezas. No saben qué están haciendo sus hijos. Si es un computador estacionario lo que tiene esa familia, debe estar en un lugar común. Si tiene notebook, acostumbrar a los hijos a estar con la puerta de su dormitorio abierta”. Pero además de estas recomendaciones directamente relacionadas con los dispositivos y el acceso a Internet y las redes sociales, Moller sostiene que es fundamental ver cómo la familia incentiva otras actividades; deportivas, sociales, de pertenencia a grupos de scout o iglesia, y de tener una política inclusiva y de puertas abiertas del hogar, en relación con los amigos de los hijos, para evitar que sientan que el espacio para desarrollarse socialmente tiene que estar en otros lados, fuera de la casa. Fundación Queveo recomienda medidas que apuntan a lo mismo. “Los padres deben acompañar a sus hijos mientras navegan. Una medida concreta es disponer los aparatos en espacios comunes, esto es, zonas de paso como sala de estar, living, comedor o incluso pasillo, en detrimento de los dormitorios de los niños. En su defecto, si el hogar no cuenta con el espacio adecuado, nº9 | AdopciónyFamilia | 13 Tendencias pudiesen ubicarse en el dormitorio de los padres. Además, sugerimos que las pantallas de los monitores estén siempre giradas en dirección a la zona de tránsito, puesto que si un niño o niña es acosado de alguna manera a través de Internet, para el adulto es más fácil supervisar los contenidos a los que accede y las rutas de navegación que va generando. Asimismo, es importante que como padres estemos plenamente conscientes que si nuestros hijos son usuarios de redes sociales, configuren su cuenta con un nivel de privacidad alto, a fin de evitar el contacto de desconocidos y el acceso inadecuado a sus contenidos. Éstas serían medidas concretas que podríamos considerar, además de otras más técnicas como los sistemas de filtro o controles parentales”, explica Francisca Maira. Agrega que es importante que los padres se involucren en Facebook y en las redes sociales donde están sus hijos. Hay casos policiales donde se han descubierto sujetos que simularon ser (con fotos incluidas) los amigos o compañeros de colegio, haciendo creer a los niños que realmente eran ellos, para ser aceptados entre sus contactos. Hay una dinámica que sólo se aprende al tener un perfil y, sin duda, al tenerlo se puede evitar un sinnúmero de problemas. Aunque siempre se está expuesto a que haya situaciones complicadas, el peligro decrecerá sólo cuando el adulto se involucre en lo que hace su hijo. Señales de alerta Es importante estar alerta ante conductas que escapen a la normalidad y que puedan constituir síntomas de alguna situación más grave, señala Francisca Maira. “Si se muestra retraído, si le cuesta conciliar el sueño o, también, si manifiesta una abierta ansiedad de conexión cuando está lejos de los dispositivos… Todo ello debiese animarnos a dialogar, a involucrarnos en la situación, a conocer qué sitios visita y cuál es su comportamiento digital regular”. 14 | AdopciónyFamilia | nº9 Max Moller, en tanto, advierte que no necesariamente la cantidad de tiempo que se pasa frente al computador está relacionado con la existencia de un problema. “Lo es cuando el adolescente empieza a abstraerse de sus relaciones y actividades sociales. Cuando afecta el desarrollo de su vida normal”. Y agrega que el perfil de personalidad más vulnerable a este tipo de situaciones es aquel asociado a la timidez con cierta dificultad para socializar. Esa dificultad para entrar en contacto real con las personas, puede generar un abuso en el uso del computador o Internet, como medio de compensación. Fundación Queveo comparte el criterio anterior. “Ciertos problemas de autoestima, la falta de autorregulación y de comprensión del otro, una deficiente adquisición de competencias socioemocionales, tanto de discernimiento moral como de relación interpersonal, entre otras, podría gatillar diversas formas de violencia online, en las que se establece una relación de poder entre víctima y victimario. Así, la falta de empatía y una pobre comprensión del otro y sus circunstancias, podría llevarnos a una forma de ciberbullying o ciberacoso. O la falta de discernimiento moral podría acarrear decisiones erradas en las que la responsabilidad no está presente, como por ejemplo, enviar imágenes eróticas a sus pares, considerado como un caso de sexting”, enfatiza Maira. La ausencia de orientación parental, así como pertenecer a familias que presentan factores de riesgo, como violencia entre los padres, maltrato a los hijos o abuso de alcohol, son realidades que pueden desembocar en una adicción de cualquier tipo, entre las que se cuenta Internet. Tanto niños como adolescentes se sienten “acogidos” en la red, que pueden tener “amigos” y sociabilizar, que pueden expresar libremente sus emociones y sentimientos. Sienten que tienen la oportunidad de ser lo que no pueden llegar a ser en la “realidad”, en el cara a cara, y tener una “vida casi perfecta”, de modo que Internet se transforma en una herramienta que los ayuda a evadir sus situaciones problemáticas. Tendencias También, la ausencia de regulación y el dejar de hacer otras actividades por usar Internet, puede terminar en una adicción motivada por la inercia inicial a sólo querer “estar conectado en casa”. De ello deriva la importancia que los niños sean impulsados y animados a hacer deportes, a jugar en el barrio, a salir a comprar a la esquina y actividades similares. Las precauciones para los padres adoptivos La facilidad que hoy Internet ofrece en la búsqueda de información y datos, es una herramienta que muchos padres adoptivos también ven como arma de doble filo, al dar la posibilidad a niños y adolescentes de encontrar y contactar a un progenitor o familiar relacionado con su historia de origen, por el sólo hecho de contar con información tan básica como su nombre y apellido. ¿Cómo manejar esta situación? De acuerdo a Fundación Queveo, se deben evitar situaciones de riesgo. Como primera recomendación, los padres adoptivos deben tomar las medidas descritas acerca del manejo compartido de Internet y las redes sociales. “Entendiendo que lo más importante es que el niño desarrolle la autorregulación y, con el tiempo, pueda darse cuenta de qué es bueno y qué es inconveniente para él. El involucramiento de sus padres ayuda a evitar la curiosidad ansiosa del que siente que le ocultan algo, no teniendo la urgencia de hacer lo que no le conviene. Es por ello que enfatizamos el acompañamiento y la autorregulación”, enfatiza Maira. La profesional recuerda que las redes sociales están llenas de una diversidad de opciones, de todo tipo de búsquedas y con muy variados propósitos. “En este sentido, la primera recomendación concreta que podemos darle a los padres es conocer este mundo, entrar en su dinámica, descubrir sus posibilidades. En segundo lugar, explorar las opciones de privacidad de la red. En la era digital difícilmente vamos a poder optar por la privacidad absoluta; nuestra opción, en cambio, es elegir el grado de privacidad, esto es, hasta qué punto elegimos ser públicos. En tercer lugar, les sugerimos a los padres ser amigos de sus hijos, pero amigos mudos y criteriosos. Los problemas no se resuelven a través de las redes sociales, sino cara a cara, por lo cual si veo cualquier conducta errada, me causan ciertas sospechas algunos amigos virtuales o no apruebo los comentarios de mi hijo, la conversación con él debe ser cara a cara y no vía digital”. Y agrega que, si bien un padre no puede impedir que su hijo explore con una natural curiosidad, sí puede es hacerse cargo de sus inquietudes, escucharlo, acogerlo e invitarlo a reflexionar sobre qué espera encontrar, cuál es la necesidad que quiere satisfacer y, lo más importante, acompañarlo para que descubra por sí mismo si está preparado y si es el momento adecuado. Para Fundación Queveo, si queremos promover un uso seguro a nivel familiar de las redes sociales e Internet, debemos apuntar a la formación de competencias o comportamientos digitales responsables. “Como fundación, validamos instancias de alfabetización y educación digital para padres, quienes muchas veces buscan recetas o consejos prácticos para enfrentarse a las tecnologías o a sus hijos, pero nuestra mayor responsabilidad es abrir instancias de reflexión y diálogo entre padres e hijos, apuntar a la formación humana y relevar ciertos valores clave, tales como la intimidad, la responsabilidad, la identidad, la integridad o la autonomía, introduciéndolos como discurso y praxis permanente con nuestros hijos. De este modo, si consideramos por ejemplo la integridad como la coherencia entre nuestro decir, pensar, sentir y hacer, y aborrecemos que nuestros hijos estén todo el día conectados, no podemos contestar el celular mientras estamos sentados a la mesa o ponernos a revisar el estado de Facebook mientras nuestro hijo nos habla a la cara, porque lo que estaríamos enseñando con el ejemplo es, precisamente, a no ser íntegros”. Porque los padres son el principal modelo del que los hijos aprenden.af nº9 | AdopciónyFamilia | 15 La importancia de la familia biológica Columna Marta Hermosilla psicóloga especialista en adopción C uando se recibe un niño en adopción, los padres quisiéramos olvidarnos por completo del origen del niño, éste es sentido tan propio, que el pensar en “la otra familia” es penoso. Cuando se piensa en los orígenes del hijo, generalmente se piensa en la progenitora, esto sucede tanto a los hijos como a los padres. Es muy raro que un niño pregunte por el progenitor, generalmente sólo pregunta, al principio, por la progenitora. El goce de tener un hijo, muchas veces hace que queramos olvidar o buenamente olvidemos por lapsos, que hay una mujer en su origen. Pero, ¿podemos olvidarnos totalmente? No, sería ignorar los nueve meses que el niño pasó dentro del vientre que le permitió crecer, sentir, vivir. Que le permitió ser y a nosotros tener un hijo. El origen de nuestro hijo está en otra persona, a quien generalmente no hemos visto jamás, y que pasa a formar parte de nuestro imaginario. Pienso que hay siempre una “imagen pensada” de la progenitora de la que no se habla mientras los niños son chicos, y que comienza a aparecer en las conversaciones cuando el hijo pregunta por ella. Curiosamente ni los padres adoptivos ni el hijo piensan, en los primeros tiempos, en el resto de la familia. Para que un hijo adoptivo logre su identidad, va a tener que saber de su familia de origen (no olvidemos que el logro de la identidad es una de las tareas de la adolescencia). Por ello es importante que los padres adoptivos tengan información sobre los progenitores del hijo y de su familia, información que deberán entregar en forma medida y acorde con la edad del hijo cuando pregunta por ellos. El que un hijo pregunte 16 | AdopciónyFamilia | nº9 o no depende de diferentes variables, especialmente de la confianza que tenga con sus padres para hablar del tema de su adopción, y de su personalidad. Hay hijos que usan de la negación y dicen no querer saber nada. Debemos respetar esta actitud hasta cierto punto, y si a los 18 no quiere saber nada, debemos darle la información que tenemos, aunque no la pida, pues igualmente la necesita y la guardará en su mente y servirá su propósito, ayudarlo a conformar su identidad. El dar información es delicado, cuando el niño es escolar debemos entregar sólo lo que pregunta, datos como el nombre, la edad. Si pregunta “¿Cómo se llamaba?” Contestemos con el nombre de pila, el verdadero nombre de pila de la progenitora. Cuando el hijo ya tiene un desarrollo cognitivo hipotético deductivo (lo que sucede a variadas edades en este milenio, pero generalmente aparece en la prepubertad o pubertad), podemos dar algo más de información. Varias veces he hablado de la importancia de no mentir, para que la parentalidad adoptiva no hiera al hijo, debemos decir siempre la verdad, incluso si la información duele. Debemos contestarle con naturalidad, sin crear la atmósfera de los secretos, ni una situación formal. Un autor decía “la regla de oro de toda revelación (en cuanto a la adopción) es contestar lo que el niño pregunta, no más”. Es fácil sentirse presionado, por el conocimiento de circunstancias adversas relativas a la familia de origen. Pero decir la verdad, no es decir con detalles todo lo que podemos saber. Hay información irrelevante para la vida del hijo y que puede dificultar el logro de su identidad. No tenemos que dar información negativa que no nos consta y que no aportará nada. Es distinto cuando el hijo mayor de edad tenga derecho a que le abran el expediente de su adopción. Como nosotros lo leímos, hay que prepararlo en el caso que haya información que pueda herirlo. Si bien los padres adoptivos reciben alguna información de los progenitores, generalmente no abarca todos los temas que, a lo largo de la vida del hijo, sería interesante conocer y permite que se cree el mito de la “mala semilla”, el temor a la herencia. Variados autores concuerdan que es positivo que los padres adoptivos tengan una fuerte creencia que el ambiente que pueden ofrecer al hijo va a hacer una diferencia. Los estudios existentes muestran que lo que se hereda son predisposiciones y el que ellas, buenas o malas, se desarrollen, va a depender del ambiente en que se críe el niño. Es importante recordar que las conductas no se heredan, se aprenden. Los estudios hechos sobre la búsqueda de los orígenes indican que no todos los hijos adoptivos quieren buscar a sus progenitores, que eso depende más que nada de su personalidad. Hay personas que siempre necesitan saberlo todo, la mayoría no. También se sabe que cuando ha habido encuentros con los progenitores, generalmente son de corta duración, y permiten que el hijo se dé cuenta que sus verdaderos padres son sus padres adoptivos, con quienes tienen una vida en común. Creo importante que los padres adoptivos estemos conscientes que somos padres porque los progenitores existen. Tenemos nuestros queridos hijos porque ellos les dieron la vida. De todo corazón a las familias de origen, la familia adoptiva dice “gracias”. Escriben los Padres Sintiendo a tu hijo “Crece mi bebe, crece. No dejes de respirar. Mantente firme y resiste en esa guatita que te traerá a este mundo. Aquí te estamos esperando, con los brazos abiertos y cantándote a distancia pero muy, muy cerca de tu corazón”. Gabriela Luchsinger Yanes T al vez una de las cosas que yo pensaba que podría echar de menos del embarazo, era el contacto con mi hijo. Pero de manera instintiva sustituí las palabras por la escritura. Desde el día uno que decidimos adoptar, fui a comprar el diario de vida mas lindo que pudiera haber encontrado y un lápiz, que me acompañaron toda la espera de mi hijo. Y les sé decir que hasta el día de hoy agrego fotos o pensamientos o crecimientos de él. Efectivamente, ¿qué es lo que notoriamente nos hace diferencia con las que esperan sus hijos en la guata? O dicho de manera más científica… con las madres biológicas? En mis escasos conocimientos científicos, pienso que parte importante es ese poder ver y sentir cómo tu hijo(a) va creciendo dentro de ti. Pero vayamos un poquito más allá, sin necesidad de tener alguna formación religiosa o espiritual. Déjate llevar por la emoción y por el corazón, y siente que ¡TU HIJO ESTA ESPERANDO LLEGAR A TU HOGAR! Eso es asi. Ellos te escogen a ti, no tú a ellos. Por lo que no te quepa la menor duda que donde esté él te está mirando, observando y sintiendo… Si se te hace difícil escribir, empieza a anotar paso a paso lo que vayas haciendo para lograr su llegada. Escribe, por ejemplo, el primer día de tu entrevista con la asistente o con el hogar. Recuerdo que la noche después de la primera entrevista le comenté a mi marido: “Siento que hoy me puse en campaña”. Y así, paso a paso, fui anotando en su diario de vida cada entrevista, cada pensamiento, cada conversación que quería tener con él. Escribía casi todos los días. Escribía, por ejemplo, cuando fuimos a la primera entrevista con la asistente que nos delegaron o cuando pasó el día de la madre y él aún no llegaba; cuando pasamos la primera navidad sabiendo que sería tal vez la ultima en que estábamos sin él; cuando lo echaba de menos y quería cantarle y acunarlo; cuando lo podía sentir cerca mió; cuando me desvelaba en la noche y soñaba pensando en cómo seria… Son tantas las cosas que uno tiene para contarle, para compartir, para apegarse a él desde el corazón. Dale animo, dale fuerza, explícale que lo estás esperando, explícale lo generosa que es esa mujer que está cuidándolo por que tú no lo puedes tener en tu guatita, explícale que es un regalito de la vida el tenerlo después de tanto tiempo de intentos. Explícale, por ejemplo, que le tienes una cunita y una pieza llena de peluches para esperarlo; cuéntale cuando tengas penitas, por qué no lo tienes aún al lado tuyo. Cuéntale de tu familia, cuéntale de lo que está viviendo tu país, en tu trabajo, en tu hobby. Descríbele a sus abuelos, cuéntale que ellos también lo esperan con ansias; si tiene un hermano, también dile que lo espera con muchas ganas. Háblale de sus tíos, primos, de tus amigos. Haz que ese lápiz y papel se conviertan en tu manito pasándola alrededor de tu pancita. Haz que sea él parte en el día a día de tu vida, de tus sentimientos y de todo lo que respiras. No sientas vergüenza. Ábrele el corazón a tu hijo y no sientas que estás loca… Créeme que tu hijo(a) esta ahí, esperando pacientemente llegar a tus brazos como tú esperas tenerlo pronto en los tuyos. nº9 | AdopciónyFamilia | 17 Entrevista Daniela Castillo, cantante Adopción: su vida y su causa Como participante del programa televisivo de talentos Rojo Fama Contrafama, hace diez años, esta joven artista no sólo adquirió notoriedad, iniciando su carrera en el canto, sino también marcó un hito al hacer pública su condición de hija adoptiva y asumir una actitud abierta, receptiva y comprometida respecto de este tema. Por Verónica Siredey C. 18 | AdopciónyFamilia | nº9 Entrevista D aniela Castillo tiene 28 años y una historia que la ha llevado a hacerse conocida a través del canto. La popularidad llegó cuando participó en el programa de talentos de TVN, Rojo Fama Contrafama, cuando tenía 18. Y como buena estrella que surge, sus distintas aristas brillaron en determinados momentos dándole cierta notoriedad: muy joven se casó y se fue a México, matrimonio que más tarde se terminó, pololeó con el tenista Fernando González y confesó públicamente que es hija adoptiva. Es este último aspecto de su vida el que nos motiva a conversar con ella, sobre aquella parte de su historia que suele ser tan personal y privada, pero que por algún motivo decidió tomar como causa y compartir de manera generosa y abierta. Quizás algunos recordarán ese momento televisivo del programa busca talentos, hace poco más de una década, con el clásico piano de fondo y Rafael Araneda como conductor, ella le lee un poema a su padre. Fue en ese minuto que se hizo pública su historia de adopción. Cuando le preguntamos por qué en esa época y a través de ese programa decidió contar su historia familiar, ella se ríe y cuenta los entretelones: “Todos en Rojo tenían que contar su historia. Al principio te contactaba el editor periodístico y bueno, por el rating ellos siempre buscaban tragedias. Entonces, él me preguntó ¿tienes algo triste que contarnos, algo que te haya pasado en tu vida? Y yo le contesté: No, en realidad no tengo algo triste… tengo una familia bacán, me fue bien en el colegio, recién salí… Pero triste, no tengo nada. Y me miró con cara de ’esto no sirve’. Entonces le dije súper espontánea: mira, somos tres hermanos adoptados, súper felices todos, con una familia muy bonita… Y ahí me interrumpió: ¡Cómo no me contaste eso! ¿Te gustaría contar tu historia?” A esto, ella agregó con la misma rapidez y espontaneidad: “Obvio, me encantaría que la gente conozca lo que ha sido para mí ser adoptada y lo que es la adopción”. Y vino entonces la escena en las pantallas. Lo que no se vio después, fue el efecto que tuvo en muchas personas esta declaración. Daniela cuenta que le llegaron muchas cartas, se le acercaron adoptados y mujeres que no podían tener hijos biológicos. “Para mí fue muy fuerte”, recuerda. “Conté la historia, la di a conocer y luego sentí la necesidad de hacerme cargo y decidí participar en Fundación San José, ayudar, ser vocera y aportar en lo que pudiera”. De esta manera, y con apenas 18 años, su historia traspasó las barreras de la vida personal, una vida de la que ella sólo guarda buenos recuerdos. Así es que al preguntarle cómo calificaría su experiencia como hija adoptiva, simple y claramente responde: “buena y normal”. Explica que quizás esto se deba a su personalidad. “Conocí a una amiga que era adoptada, como a los 15 años y ella era un poco rebelde. Hay ciertos temas en la adolescencia que hay que saber tratar, porque se amplifican cuando se es adoptado”. ¿Tuviste alguna crisis en ese tiempo? Me vino la típica crisis existencial, porque quería saber más de mi historia de origen, por pura curiosidad. En esa época me acuerdo que quería saber más de lo que sabía y cualquier cosa me servía. ¿Qué hiciste para satisfacer esa curiosidad? Se lo dije a mis papás y ellos en un principio reaccionaron preguntándome por qué quería saber, si es que no estaba contenta con ellos. Pero yo sólo tenía curiosidad y quería saber algo más, no significaba que si averiguaba algo me iba a ir con la otra familia. Yo creo que es el temor de cualquier padre adoptivo. Después, de a poco se me fue pasando. “Lo que siempre me ha motivado es la curiosidad. Poder llenar esa parte que está sin historia” ¿Cómo manejaron tus padres esa situación? Creo que la manejaron bien, pero también creo que deben haber quedado medio dudosos o movidos, quizás con la inquietud de no poder agregar más piezas al puzzle, porque no contaban con más información. ¿Qué era lo que querías saber? Quería saber qué había pasado, cuál era la historia, de dónde venía, qué pasó con esa persona que me tuvo, qué edad tenía, si se parecía a mí. ¿Cuál era la necesidad que estabas tratando de satisfacer? Trataba de buscar un reflejo. Uno se ensaña con la idea de verse reflejada en alguien. Yo me veo muy reflejada en mis padres, pero el tema físico a veces, cuando uno es más chico, cosas aparentemente superficiales, te hacen ruido. El canto, por ejemplo, de dónde habré sacado el tema del canto si nadie en mi familia es artista. Uno se cuestiona muchas cosas y se arma una historia. nº9 | AdopciónyFamilia | 19 Entrevista “Hay un vacío, no emocional, sino de conocimiento, porque mis papás llenaron absolutamente la parte emocional” ¿Cómo reaccionaste ante esa inquietud insatisfecha? En esa época, que tenía como 13 ó 14 años, escribía harto. Me fui para adentro. No me puse rebelde, sino que yo creo me acerqué más al lado de la depresión. Porque me faltaba mi historia. Era eso, no saber. Eso era lo que me inquietaba. ¿Tuviste algún tipo de ayuda o terapia? Un psicólogo, pero es difícil que un psicólogo te pueda ayudar si no es especialista, porque es difícil que te entienda y entienda los procesos. Me sirvió más como desahogo, en realidad. ¿Te molestó alguna vez el hecho de ser adoptada? No, nunca. ¿Recuerdas el momento en que te enteraste que eras adoptada? No, siempre lo supe. Somos tres hermanos y siempre hablamos que no nos acordamos cuándo nos contaron. Quizás fue muchas veces. Quizás, constantemente. Me acuerdo que teníamos un libro que contaba sobre la adopción y el tema era demasiado natural. Yo lo tomaba como algo muy normal y después ya más grande, simplemente no era tema. 20 | AdopciónyFamilia | nº9 Entrevista ¿ Tuviste alguna vez, por tu ellos siempre estuvieron historia familiar, problemas tranquilos respecto de que con compañeras en el colegio? si los necesitaba, iba acudir En el colegio quizás alguien me dijo algo una vez, pero debe haber sido algo muy menor, nada importante. Para mí fue más tema quizás el no verme reflejada en alguien. Al ser adoptada era eso lo que me faltaba, verme reflejada en alguien. en busca de su ayuda y apoyo. A pesar de esto, nunca delegan ni renuncian a su rol de padres. ¿Cómo son tus padres? ¿Has considerado en algún Mi mamá tiene mumomento buscar información cha energía y mi papá sobre tus orígenes? es más tranquilo. Para Puede que en algún momento decida buscar. Lo que siempre me ha motivado es la curiosidad, poder llenar esa parte que está sin historia. Hay un vacío, no emocional, sino de conocimiento, porque mis papás llenaron absolutamente la parte emocional. Siento que sería imposible que me tocaran mejores papás, a pesar que ellos son más grandes. En ese caso me doy cuenta que es distinto y que si bien no son jóvenes, todo lo que han vivido, la experiencia y sabiduría que tienen, es invaluable. mí han sido un ejemplo de papás y matrimonio. Ellos están muy presentes. Son una pareja unida y cariñosa. Para nosotros son un referente súper potente y alto. Tu padre mencionó que consideraba que estaban preparados para todo, ¿has pensado que quizás tu historia de origen puede ser muy difícil? Cuando le leíste el poema en el programa a tu padre, él dijo que pensaba que ya habiendo cumplido los 18 años (sus hijos) estaban preparados para Uno se pone en todos los escenarios y eso enfrentar la vida ¿No te sorprendió esa declaración? uno lo va asumiendo a través de los años. De Mi papá siempre ha sido así. Mi mamá es un poco más sobreprotectora, pero él siempre nos ha inculcado la independencia. Sorprendentemente, ellos logran abstraerse de la sobreprotección cuando se trata de lo mejor para nosotros. Mi papá, siendo muy cariñoso y preocupado, siempre me inculcó la independencia, que estoy y estamos preparados para la vida, porque ellos nos han entregado las herramientas. Yo siempre fui muy independiente y que en el fondo no todo es color de rosas, como a uno se lo cuentan cuando es chica. Yo me doy cuenta que la historia podría haber sido muy difícil, haber sido macabra o normal. Por esto, tengo un respeto muy fuerte por la persona que me tuvo. Me gustaría saber quién es y cómo es físicamente. Pero no sé si me acercaría, porque hay un tema de respeto muy grande por ella y uno no puede llegar e irrumpir en su vida, así como esa persona no puede llegar y entrometerse en la mía. “Me gustaría alguna vez poder decirle en una carta que sí la perdono. Me gustaría decirle que puede vivir su vida tranquila” Quizás esa mujer rehízo su vida, quizás nunca contó que tuvo una hija y la dio en adopción. Sería precavida y respetuosa. Me gustaría conocer antecedentes y con eso me bastaría. ¿Conversaste esto con tus padres? De repente yo le decía a mi mamá que no creo que esa persona se haya olvidado que nº9 | AdopciónyFamilia | 21 Entrevista existo. Toda la contraparte también debe existir. Debe haber también una culpa muy grande. ¿Cómo será la hija que di en adopción, dónde estará, estará bien? Me gustaría alguna vez poder decirle en una carta que sí la perdono. Después de los padres que me tocaron, tengo una familia maravillosa. Me gustaría decirle que puede vivir su vida tranquila. ¿Y considerarías la maternidad a través de la adopción? De todas maneras. Pero hay que estar de acuerdo y de manera natural con la pareja. No porque sea mi historia y para mí sea especial, tiene que ser así. Falta el 50 por ciento de aceptación, porque no es un tema que se pueda llevar solo. “El tiempo que uno pasa con la familia es mucho más importante que la genética” En ese caso y tomando el modelo de tus padres, ¿qué harías igual y qué cosas harías diferente? Creo que haría exactamente igual la forma de contar y de educar. Creo que quizás lo único que cambiaría, ya que hoy el sistema lo permite, es el poder acceder a la historia de origen. Quizás sería más relajada con ese tema y les diría a mis hijos que no me sentiría mal si ellos quisieran saber su historia. Es algo natural y no queda más que apoyar, porque con el sistema actual se puede hacer y si cuentas con el apoyo de tus papás, mucho mejor. ¿Y qué opinas en cuanto a la herencia genética y los parecidos? ¿Ustedes como familia se parecen? Sobre todo con mi hermana que tenemos poca diferencia de edad, nueve meses, nos parecemos. Yo creo que al principio la genética debe pesar mucho, pero con el tiempo ese porcentaje va bajando. El tiempo que uno pasa con la familia es mucho más importante que la genética. ¿Qué opinas de la posibilidad de llegar a ser madre biológica algún día? Es muy heavy tener un hijo propio. Para mí es mucho más normal la adopción, porque en mi vida todo ha sido adoptado. Eso es lo normal para mí. Tú sabes que tus primos no son de sangre, por lo que adoptas a tus primos. Como mis padres se casaron más grandes, mi abuelo ya había muerto y mi abuela, al poco tiempo. No los conocí, pero mis papás tenían una amiga más grande que no tuvo hijos y nosotros la adoptamos como abuela. Para mí es mucho más normal lo no sanguíneo que lo sanguíneo. Los amigos también son personas que uno adopta en la vida y las redes que se van tejiendo son súper importantes. No me da nervio ser mamá biológica, pero me intriga, ver a alguien que va a ser cien por ciento de mi sangre, por primera vez.af 22 | AdopciónyFamilia | nº9 Dibujo: Amparo Achurra P. Derechos del niño, niña y adolescente Tengo Derecho a… tener una familia E xiste consenso a nivel internacional sobre que cualquier medida de protección hacia la infancia vulnerada debiese estar destinada a garantizar que los niños y niñas vivan en una familia protectora. Este derecho ha sido consagrado en importantes instrumentos internacionales que entregan un marco legal a los estados para garantizar el cumplimiento del mismo. El derecho a vivir en familia se basa fundamentalmente en la capacidad socializadora de éstas, debido a que no existe otro lugar más apropiado para que un niño o una niña se forme como ser social, que no sea en el seno de una familia. Tanto es así que la evidencia científica señala que aquellos niños que son cuidado por familias adoptivas o familias de acogimiento transitorio, presentan no sólo mejores resultados en el ámbito cognitivo y emocional que aquellos que pasan el mismo período en instituciones de protección, sino que también se convierten en adultos con 23 | AdopciónyFamilia | nº9 Carolina Bascuñan D. Socióloga, Master en necesidades y derechos de los niños, niñas y adolescentes Directora Fundación ‘Crecer con Justicia’ un mayor nivel de adaptabilidad social, lo que les posibilita conseguir trabajo con mayor facilidad, establecer relaciones sociales sólidas y formar sus propias familiar en mayor proporción que aquellos niños que no gozaron de este derecho. Lo anterior no resulta curioso si muchos de nosotros revisamos nuestras prácticas parentales y vemos cómo ellas están fuertemente influenciadas por nuestras experiencias de vida, sobre todo que se basan en los recuerdos que tenemos acerca de lo que nuestros padres hicieron respecto de nosotros. Estos aprendizajes son especialmente importante en la primera infancia, y en específico durante el periodo de 0 a 3 años, fundamentalmente debido a que en estos primeros años el ser humano establece vínculos y recibe estímulos que le posibilitan adquirir las habilidades que le permitirán el relacionamiento social con su entorno. Así lo señala recientemente el documento: “Llamado a la acción: Poner fin al internamiento de niñas y niños menores de tres años en instituciones de protección”, de UNICEF. En este llamado se sostiene el hecho de que una institucionalización precoz y prolongada tiene graves efectos perjudiciales sobre la salud y desarrollo físico y cognitivo de la niña o el niño. Estos daños causados por una permanencia en las instituciones pueden llegar a ser irreversibles. Por todo lo anteriormente mencionado es que resulta de suma urgencia comprometernos como sociedad en la garantía que tiene todo niño y niña a crecer y desarrollarse en una familia protectora, lo que quiere decir que viva en un ambiente que desarrolle al máximo su potencial de vida y garantice, a su vez, una sociedad que ponga en el centro de su atención la protección de la infancia que ha sido vulnerada. Los derechos son una garantía de todos los niños y niñas sin distinción alguna y somos los adultos los llamados a velar por su cumplimiento. nº9 | AdopciónyFamilia | 23 Reportaje Cuando se adopta a un niño, se inicia una nueva familia con una carga adicional. Aquellos niños que por algún motivo vieron rotos sus vínculos sanguíneos, traen una historia de origen que es necesario asumir y comprender, con todas las dificultades y desafíos que eso significa, pero que realizado apropiadamente permitirá un auténtico proceso de reparación en el hijo. 24 | AdopciónyFamilia | nº9 Por Verónica Siredey C. Reportaje La E familia biológica en la vida de mi hijo stablecer que el ejercicio de la parentalidad significa todo un desafío, suena a lugar común que sobreestima la realidad de todos aquellos que forman y encabezan una familia. Esto a simple vista, porque en el caso de las familias adoptivas, detrás de este aparente cliché se encuentra una realidad que si no se aborda y maneja adecuadamente, puede llegar a poner en riesgo incluso el objetivo más preciado: la adopción como proceso reparatorio de toda aquella persona que inició su vida con ese quiebre fundamental, que significa la separación de su familia de origen. Pero cómo hablar de aquello que tanto duele, cuando hay recuerdos, experiencias traumáticas, vínculos con familiares que de un momento a otro desaparecieron de la vida del niño; cuando lo que siempre procuramos como padres es cuidar, proteger y, en la medida de lo posible, evitar penas y dolores. De acuerdo a algunos especialistas, podrá parecer difícil asumir esta historia de origen e incorporarla a la identidad y la vida del hijo, así como a la nueva familia que se está construyendo, pero no sólo es posible, sino también necesario. Para Matías Marchant, psicólogo con experiencia como Director Clínico de Casa del Cerro y que actualmente atiende a los niños del hogar Misión de María, es necesario considerar el contexto en que actualmente se realizan las adopciones y cómo ha cambiado la sociedad respecto de este tema en el último tiempo. “Los padres, comparado con 20, 30 ó 40 años atrás, se han abierto a la necesidad de incorporar la historia de origen de sus hijos adoptivos”. Inhabilidad parental: cuando interviene un tercero Actualmente en el país, los niños susceptibles de ser adoptados están en esta condición por cesión, abandono o inhabilidad física, mental o moral de sus padres. Esta tercera categoría implica variadas condiciones, como enfermedades mentales, alcoholismo, consumo de drogas, maltrato y distintas circunstancias que expongan al niño a situaciones de sido cedidos ni abandonados. vulneración o riesgo. Esto implica que, por lo general, Según explica Marchant, en existen vínculos ya establecidos 2010 el 84 por ciento de los niños que se romperán, con las conseque fueron enlazados con familia cuencias de ello para el niño y la adoptiva, se invocó en el proceso necesidad de contar con un prola inhabilidad parental como causa ceso de reparación que le permita única o principal. “Históricamente el establecimiento de vínculos el abandono era la causal mayorita- nuevos, estables y seguros. “La ria para declarar la susceptibilidad inhabilidad parental es un concepde adopción, en América mayor- to muy chileno. No existe en el mente por razones culturales y en mundo como existe aquí. Se habla Europa por situaciones de guerra. de falta de competencias parenLos niños que se encuentran hoy tales, pero esto no determina que en las residencias de Senlos niños deban ser sepaame predominanterados de sus padres”, mente no están dice Marchant. en situación “Con niños grandes, es Sostiene que el de abandono. necesario trabajar y dar tema genera De las cifras controversia sentido a la familia de que manejo, a nivel profehay 15.309 de origen, porque la mayoría sional, en que los cuales sólo de ellos tenía vínculos” se cuestiona la 490 ingresaron existencia de un por esta causa”. concepto de este Es un escenario que tipo, “porque cualquiera complica la situación de los niños, sabe que la parentalidad no es porque significa que, si bien han fácil. Ser hábil parentalmente no tenido un inicio difícil en la vida, es una condición sencilla”, explica. es un tercero quien determina si María Cristina Rivera, trabajadosus padres son suficientemente ra social y coordinadora del Hocapaces o no de criarlos; no han gar Belén de Fundación San José, nº9 | AdopciónyFamilia | 25 Reportaje “Mientras más chicos sepan, mucho mejor. No se trata de imponer el tema, sino que comparte la Repaestar atentos a cuando las ración: opinión de preguntas surjan y que se un paso Marchant fundamenrespecto del vaya dando tal desde la concepto de naturalmente” verdad inhabilidad parental. Sin embargo, agrega que es fundamental no perder de vista que el objetivo final en todo este proceso es garantizar la protección y el bienestar del niño, más allá de la complejidad que puedan presentar estas situaciones en el proceso, de modo de asegurar que el niño crezca y se desarrolle en un ambiente protector y seguro. Según aclara, en Fundación San José se insiste en la relevancia, no sólo de evaluar a las familias biológicas, sino que de mejorar las estrategias de intervención con este tipo de familias. “Cuando se trata de asegurar un contexto de protección para el desarrollo de un niño, es difícil determinar durante cuánto tiempo se puede trabajar a la espera para que la familia alcance estándares mínimos según las necesidades del niño, más aún cuando se lo ha debido institucionalizar como una medida extrema de protección”. Tanto Matías Marchant como María Cristina Rivera concuerdan que es necesario realizar un trabajo con los niños que enfrentan esta situación. Es común ver casos de niños de cinco o seis años y que, además, tienen hermanos, los que son considerados casos difíciles y suelen irse al extranjero, porque allá muestran mayor disposición para adoptar niños mayores y grupos de hermanos. “Cuando hay niños grandes es necesario trabajar y dar sentido al tema de la familia de origen, porque la mayoría de ellos tenía vínculos. Algunos niños son visitados constantemente por sus papás, quienes son inhabilitados, generándose un quiebre, y hay que empezar a preparar a ese niño para ser incorporado a una familia adoptiva, pero él tiene recuerdos de su mamá de hace seis meses o un año”, explica María Cristina. A su juicio, es fundamental iniciar ese proceso partiendo desde la honestidad y considerando que aunque las apariencias engañen, los niños pueden llegar a tener un panorama 26 | AdopciónyFamilia | nº9 mucho más claro, incluso, que los mamá no vino, porque está trabaadultos. “Hay que contarles. Es jando’, les decían las cuidadoras”. necesario trabajar desde la verRecuerda a un niño de seis años dad con los niños, explicándoles cuyos padres llegaron de Perú traen algunos casos que no sabemos ficando droga y cuando ingresó al dónde está su mamá. En los ca- hogar se le explicó que éste iba a sos de abandono y con aquellas ser su casa un tiempo y, pese a mamás que sí los visitan, también. que preguntaba si su mamá lo iba Les explicamos que su mamá ha a ir a ver, le decían que no, porque dejado de venir, que se estaba estaba trabajando, hasta que una tratando de trabajar con ella, o psicóloga le explicó lo que realque no se puede, que entende- mente pasaba. “Ella no está tramos que eso afecta su vida, pero bajando, sino que ha hecho algo que va a venir otra familia que que no se hace y la llevaron a un lo cuidará”. Asegura que lo ade- lugar donde se llevaba a la gente cuado es realizar un acompaña- que se porta mal. Pero no es que miento terapéutico para cada ella no quiera estar aquí, es que niño, independientemente si se no puede”. Y el niño de inmediato va a ir en adopción o no, acom- le preguntó: “¿Mi mamá está en pañando y ayudando a ese niño la cárcel, señorita?”, a lo que ella a elaborar su historia. Y cuando respondió que sí. “Ese niño estuvo la tiene elaborada, si es el caso, cinco días pensando que su madre empieza la preparación para la no quería estar con él, cuando lo adopción, en que a los que pasaba era que no padres adoptivos se podía estar con él, les explica toda estaba “No sólo necesitan hab-porque su situación presa”, agrega con la familia lar de la adopción y de la Rivera. de origen. Y nueva familia, sino de la P a r a ejemplifica: historia donde se instala Marchant, “Vi una vez estos niños el trauma primario de la el caso de han tenido un niño que separación y pérdida” un vínculo y venía de otra insla historia pasa titución, que decía a ser una variable que estaba en el hogar porque relevante. “La memoria de un su mamá estaba trabajando o es- niño es la memoria de otros. Los taba de vacaciones. En ese lugar, adultos somos los encargados de a los niños no se les decía que cómo ese niño internaliza su hisellos estaban en un hogar porque toria. Depende absolutamente de sus papás no los sabían cuidar y cómo el adulto la organiza, la proque se estaba trabajando con su cesa y se la entrega. Pasa por el familia. Finalmente era más fácil filtro de los adultos. El niño tiene mentirles. ‘Tu mamá no vino, un nombre, acontecimientos sigporque está de vacaciones’ o ‘tu nificativos, fotos”, asegura. Reportaje La pregunta, entonces, es cómo iniciar el proceso de reparación, después que se ha tenido que romper un vínculo tan fundamental. Para Marchant la reparación comienza en la institución, ya sea en un hogar o en una familia de acogida. “La reparación empieza con un acto de reconocimiento respecto de lo que llevó a los niños a ser separados de sus padres. Luego viene el establecimiento de nuevos vínculos continentes, metabolizantes e historizantes”, concluye. Libro de vida como herramienta Un instrumento que tiene un rol central en el proceso de reparación en el niño, es el “Libro de Vida”. Éste es un libro que contiene su historia y relata su vida, y es cons-truido por el adulto significativo del niño en el hogar, en consideración de la importancia que tiene la historia personal en la construcción de su propia identidad. Rivera rescata el valor y utilidad del Libro de Vida. “Tiene varias versiones, dependiendo desde donde se mire, la institución o personas que lo hagan y qué se transmite ahí. Algunos describen situaciones cotidianas, otros información de su familia de origen y otros lo utilizan casi como libro de despedida con dedicatorias. El Libro de Vida es una muy buena herramienta”. Marchant cuenta que le ha tocado ver en hogares cómo los niños que están pasando por alguna dificultad, algunos de dos o tres años de edad, van a la oficina y piden su Libro de Vida. Cuenta que se quedan observándolo un rato, miran las fotos y eso los calma. “Quizás necesitaban reconocerse en ese libro, les ayuda a organizar su vivencia y dar sentido a su ser”. De acuerdo a Rivera, este libro cumplirá su función, siempre y cuando se involucre a los padres adoptivos. “Hay que trabajar con la familia adoptiva la historia de un niño víctima de abuso sexual, por ejemplo, sugiere transmitir claridad y seguridad. “Esas cosas no corresponden, pero tú estás aquí con nosotros para que esas cosas no vuelvan a pasar. Tú no tienes ninguna culpa en esto. Alguien decidió cuidarte y todos decidimos cuidarte”, sostiene. Un caso así, indica, es sólo un botón de muestra de lo importante que es que los padres adoptivos se preparen. “Que sepan que existen tres formas de ser susceptible de ser adoptado y que el trabajo es muchísimo mayor cuando la adopción viene de una inhabilidad parental, por toda la historia y vínculos que puede haber detrás. Porque si un niño está en conocimiento de su historia previa, no Padres adoptivos: se va a encontrar con sorpresas”. la necesidad de una María Cristina Rivera también adecuada preparación se refiere a lo fundamental que reHay que tener claridad que mu- sulta la preparación de los padres. chas de esas historias de vida pue- “Ellos deben contar con la mayor den incluir capítulos muy información posible respecto de dolorosos, como la familia de origen, para situaciones de saber a qué se van a v io l en cia, enfrentar. Porque abuso o “Algunos niños piden su esa es una hisnegligentoria que va a Libro de Vida, se quedan aparecer en alcia, por citar sólo observándolo un rato, miran gún momento. algunas. Es las fotos y eso los calma” Esos registros por ello que están y puede ser para Matías altamente contraproMarchant es muy ducente tratar de adorimportante que los padres nar esa historia si a los 18 años el se preparen lo suficiente como hijo la va a buscar, se encontrará para poder tomar esa historia y con algo totalmente diferente y abordarla con el mayor tacto y se va a dar cuenta que no le han tino posible, con las palabras ade- dicho la verdad”. Para ello, la procuadas para la edad y en el mo- fesional propone conversar con el mento apropiado. En el caso de niño. “Mientras más chicos sepan, origen de los niños, no sólo para que se la cuenten, sino para que entiendan al niño que tienen enfrente. Ese niño que está ahí, no llegó de Paris con una cigüeña. Ese niño nació de una mujer y de un hombre, probablemente de una relación de amor en ese momento o tal vez de un abuso, pero nació de alguien y en una determinada circunstancia. De una u otra manera a ese niño se le va a explicar su historia y sus padres tienen que estar súper capacitados para poder responder el millón de preguntas que les va a hacer. Porque no va a preguntar una vez, esa pregunta va a ser constante. Mientras más edad tiene, más dudas aparecen”. nº9 | AdopciónyFamilia | 27 Reportaje mucho mejor. No se trata de imponer el tema, sino que estar atentos a cuando las preguntas surjan y que se vaya dando naturalmente”. Rivera propone incluso un acompañamiento, apoyo o asesoría a los padres a largo plazo. “Suele suceder que cuando las familias adoptan son acompañadas un rato y después quedan a la deriva. Hay fundaciones que realizan un adecuado acompañamiento a los padres, pero no son todas y las consultas aparecen cuando surgen las preguntas. Lo ideal es acompañar, hacer un seguimiento cercano a la familia en la medida de lo posible. En algún momento el tema va a explotar. Y en aquellas historias de origen más duras, creo se debe ir viendo caso a caso y estar atentos siempre. La adopción es un tema que siempre debe estar presente, en el lenguaje, en cómo se usa y que sea lo más natural. ‘Cuando tú llegaste a vivir a esta casa’, implica decirle de dónde viene y de quién viene. Hay familias que cuentan con harta información y otras no tanta, pero esa información hay que elaborarla”. En el proceso de búsqueda de orígenes que inician los hijos, los padres debieran estar tranquilos de que lo que buscan es información y no alejarse de su lado. “Siento que si los papás hicieron un buen trabajo, no debieran dudar respecto de que los hijos quieran irse. Es legítimo querer saber de dónde uno viene. Si nosotros que somos hijos biológicos le preguntamos a la mamá, por ejemplo, ‘cómo era cuando nací’ o ‘cuánto pesé’, una y otra vez, es legítimo entonces que ellos también quieran saber, despejar sus dudas. Hay que partir siempre desde la verdad, la honestidad y sin miedo. La adopción es una opción y una decisión, pero también es una oportunidad de amar a otro libremente. Entonces, si uno decide adoptar, tiene que saber que este niño viene con una historia”. De acuerdo a Rivera, los recuerdos también se pueden manejar adecuadamente. “Si es que el niño te da la posibilidad de hablarlo, de conversarlo; pero tampoco se debe presionar para hacerlo. No se trata de hablar todo el tiempo con los niños adoptados sobre la adopción, de su historia previa, de su familia de origen, de su experiencia en la institución o de sus recuerdos más dolorosos”. Los niños no sólo hablan de la adopción misma, sino también del periodo preadoptivo, que implica su historia con su familia de origen y de su paso por la institución o familia de acogida. Esta distinción es necesaria, de acuerdo a Rivera, porque “el problema de los niños no es con los padres adoptivos. Lo que ellos necesitan es resolver la historia anterior; no sólo necesitan hablar de la adopción y de la nueva familia, sino de la historia donde se instala el trauma primario de la separación y pérdida”. Para esto considera que hay momentos. “Y creo que lo más conveniente es manejarlo de la manera más natural posible, a medida que va saliendo, porque además, ellos van dando una oportunidad cuando empiezan a hablarlo. Van a contar sus cosas a la gente en que confían. Si el niño está contando, es porque confía en ti. Si damos el espacio de confianza genuino, podrán hablar de todo eso”.af 28 | AdopciónyFamilia | nº9 Libro de Vida: construyendo identidad É ste es un libro que contiene el relato de la vida del niño, utilizando no sólo una narración escrita, sino tamb ién imágenes como dibujos y fotografías, las que tienen como finali dad dar cuerpo a la historia de vida del niño, que incluye su famil ia de origen, así como también su paso por la institución o familia de acogida. Para muchos profesionales ligados al ámbito de la adopción, el Libro de Vida no sólo constituye una herramien ta necesaria en el proceso de construcción de identidad de los niños institucionalizados, sino que es fundamental. Si bien hasta el mom ento cada institución lo desarrolla de acuerdo a su propia experienc ia, existe consenso en la necesidad de unificar criterios. Un esfue rzo en esta línea y que ha dado sus primeros frutos a través de la Fundación San Carlos de Maipo, es el trabajo de la psicóloga Mariana Córdova, quien realizó un diagnóstico del registro y sistematizació n de la historia y experiencias de vida de los niños durante su permanencia en la institución, y a partir del cual elaboró un modelo para el Libro de Vida y ofreció una capacitación a los hogares que los acogen. Sin duda el esfuerzo en la elaboración de estos registros se concentra en un trabajo por respetar el derecho a la ident idad de los niños institucionalizados. Esta labor debe ser realizada por un adulto responsable y significativo para el niño, con la participac ión de éste y la revisión periódica por parte del equipo de profesionales del hogar o institución. De esta manera, el Libro de Vida representa una herramienta que permite registrar experiencias y acontecimiento s significativos para la constitución de su identidad. Siempre sobre la base de la construcción de un recorrido de amor y responsabilidad que cuenta sobre situaciones, momentos y experiencias de especial significado para la vida del niño o la niña y para las personas que han sido sus princ ipales figuras y testigos. Testimonio En la salud y en la enfermedad… y ¿en la búsqueda y el reencuentro? “Pensé que habías enviado esas cosas hace meses”. Me volví a ver a mi esposo a mi lado en el ordenador. Estaba en medio de una pila de páginas fotocopiadas que contenían la clave para encontrar a mi familia de origen y conocerla. M e encogí de hombros. Acababa de dar a luz a mi primer hijo, y había dejado mi trabajo para cuidar de él. No podía justificar el gasto de cerca de $400 en algo que me parecía que era sólo en mi beneficio. He intentado arduamente explicarme cómo me estaba haciendo sentir este proceso ¿Podía gastarme este dinero en mí misma y abrir este mundo de incógnitas? ”Sí se puede”, dijo. “¿Qué beneficios le traería a esta familia?” Ese día hice el cheque y envié el formulario al mediador ¿Qué fue lo que me hizo caminar hasta el buzón ese día y poner ese sobre especial dentro? He escrito sobre los diferentes motivos que me llevaron a participar en el proceso de búsqueda de mi familia de origen. Fue un susto médico lo que ayudó a darme cuenta de que el conocimiento de mis raíces biológicas era importante para mí. Estaba dando a luz a mi primer hijo y mirándole a los ojos –los ojos de la primera relación genética que jamás había conocido-. Estaba reuniendo el coraje para hablar de mis deseos de búsqueda con los amigos, la familia y mis padres y buscar su apoyo. Sin embargo, nunca he escrito sobre el catalizador, el impulso específico que me hizo enviar los formu30 | AdopciónyFamilia | nº9 larios al mediador después de tenerlos durante meses y deseando este encuentro durante años. Fue mi marido. Yo ya había tenido su apoyo en la búsqueda. En este momento, me dio el don inestimable de hacerme saber que él realmente entendía por qué tenía que buscar. Una de las preguntas más frecuentes que recibo sobre el reencuentro no proviene de las personas adoptadas, sino de sus cónyuges. Las parejas de los adoptados quieren saber cómo apoyar mejor a su esposo o esposa, a través del proceso de búsqueda y reunión. Tratan de comprender, y a menudo están desconcertados por el cambio que perciben en sus cónyuges sobre su propia adopción. Muchas de nuestras parejas tratan de comprender el cambio que se produce entre vivir sin tener contacto con nuestras familias de origen y de repente ser vencidos por la emoción una vez que se toma la decisión de la búsqueda. Quieren respuestas, y ellos también quieren ayuda. Esto es lo que me gustó de mi marido durante mi búsqueda. Comprendió que no podía hacer esto por mí. Reencontrar es ampliar conexiones, pero puede hacernos sentir solos. Podemos estar rodeados de amor y apoyo, pero algunas partes de este proceso, por su propia naturaleza las tenemos que hacer solos. Buscar a veces se puede hacer por nosotros. Pero muchas veces somos nosotros los que debemos trabajar directamente con el mediador (sí, debemos usar uno) o tener acceso a nuestra información. Reunirnos con nuestra familia, establecer una relación y mantenerla no se puede hacer por nosotros. Tenemos que participar activamente en estas relaciones. Mi marido me hizo compañía a través de este viaje. Caminamos codo a codo a través de este proceso como compañeros que en la vida acostumbran a hacerlo así en todo. Reconoció cuando me sentía sola. Él no trató de solucionarlo todo. Cuando la gente viene a nosotros con un problema, a veces, nuestra primera reacción es tratar de encontrar una solución rápida. Esto, lamentablemente, significa que no siempre escuchamos. Si lo hiciéramos, podríamos saber qué soluciones han intentado ya –o que tal vez no hay solución-, y sólo quieren que alguien les escuche. Mi marido es un “solucionador”. A través de mi proceso de búsqueda, rápidamente se dio cuenta que no había ninguna solución a mis altibajos en este juego de “esperando encontrar a mi familia”. No había nada que pudiera hacer para que el Testimonio proceso fuera más rápido o para influir en el resultado de lo que la respuesta podría generar en el otro lado. Situaciones que hacían que el proceso de búsqueda estuviera totalmente fuera de su control. Así aprendió a escuchar. Realmente escuchar. Y a veces no decir nada más que “lo siento. Sé que esto es duro. ¿Quieres un abrazo?” Cuando uno se coloca en el modo “solucionar”, puede hacer que su ser querido se sienta como que no tiene derecho a hablar acerca de sus sentimientos si no hay solución. Incluso entregar de forma automática a una persona que llora un kleenex es enviarle el mensaje de que tiene que terminar su llanto. Hay que renunciar a la compulsión del kleenex y sólo ofrecer el hombro en su lugar. A veces la gente sólo tiene que tener una buena llorera. Lo convirtió en su tema también. Uno de los mayores obstáculos para el reencuentro, para mí, era la idea de que iba a ser una carga para los demás. Esto es especialmente cierto para las mujeres que tienden a tomar decisiones por sí mismas en base a lo que otros necesitan. Yo era la madre de un recién nacido y, por primera vez en mi vida, no aportaba ningún ingreso al hogar. El proceso de mediación cuesta alrededor de $400. Yo también ahora estaba necesitando el apoyo emocional que rodea a la adopción, mientras que antes nunca había pedido nada. En lugar de ver esto como algo que hacía drenar la energía de nuestra familia, mi marido lo tomó como algo que fortalecía nuestra familia porque satisfacía una necesidad que yo, como miembro de la familia, tenía. Cuando te embarcas en algo tan desconocido, hay una inquietud sobre la necesidad de que todo salga perfecto o de lo contrario alguien podría decir: “Mira, ¿no podía simplemente haberlo dejado en paz?”. Mi marido entendió fácilmente que este proceso de búsqueda era la mejor manera que tenía para conectar con mis raíces y nada de esto estaba bajo mi control. Incluso si el resultado hubiera sido malo (que no lo fue), como el rechazo o no encontrar a mi familia, nunca hubo un inevitable “te lo dije” viniendo de él. Escuchó y aprendió. No es broma, una vez presencié cómo mi marido informaba a dos personas sobre la adopción en su Estado, cuando escuchó que decían algo que él sabía que era incorrecto. Mi mandíbula cayó al suelo. Cuando le pregunté cómo lo sabía, respondió “materia-de-hecho” y que había estado hablando de ello en la cena hacía unas semanas. Hacer políticas de adopción sanas ha sido algo que me he vuelto muy apasionada. No tenía idea de que estaba escuchando mis intereses con tanta profundidad. Me hizo saber que él realmente se preocupa por las cosas que me impactan y que son importantes para mí. A veces las cosas que la gente quiere que sepamos acerca de ellos no se enmarcan dentro de una conversación. Cosas que tuvieron el coraje de revelar cuando terminaba una conversación, cuando el adoptado se dirigía a la puerta para salir de la habitación o de modo informal durante el día, las parejas entienden que cualquier cosa que digan sus compañeros acerca de su adopción, aún si no se enmarca en una conversación formal, podría ser algo muy importante que escuchar. Recordó. Él no revisaba el buzón todos los días con entusiasmo esperando una noticia del mediador sobre mi búsqueda, como yo. Mi búsqueda fue un proceso de siete meses, que parece mucho, pero en realidad es relativamente corto en el mundo del reencuentro. Sin embargo, la espera resultó insoportable. Mi marido se acordó de preguntarme, todos los días, qué había encontrado en el buzón. Incluso en los días en que yo acababa de responder al mediador y sabíamos que no iba a recibir nº9 | AdopciónyFamilia | 31 Testimonio respuesta por un tiempo, aún preguntó. Trató de encontrar cosas reconfortantes que decir acerca del por qué se tarda tanto en tener noticias del mediador. Reconoció que los viajes al buzón todos los días ya no eran un proceso rutinario de la vida cotidiana, sino que era un acto consciente que realicé cada vez que levanté esa tapa de metal y miré dentro. Me validó. Para algunas personas adoptadas, el embarcarse en el proceso de búsqueda es la primera vez que realmente empiezan a ampliar su red de personas con las que hablan sobre su adopción. Puede ser por la búsqueda de apoyo, tratando de informar a los demás, o haciendo saber a las personas cercanas que puede haber nuevas personas que se incorporen a su vida en un futuro próximo. Cuando la adopción empieza a formar parte de la conversación, se hacen preguntas. Hubo momentos donde la gente evitó hacerme alguna pregunta prefiriendo interrogar a mi marido, suponiendo que les daría la razón en sus ideas y planteamientos sobre mi situación si yo no estaba presente para escuchar lo que decían. No lo hizo. Mi marido tuvo un papel clave en mi sistema de apoyo mediante la lucha contra la desinformación. Validó mis pertenencias familiares, y no permitió comentarios fuera de lugar acerca de mi posición sobre la adopción. Se abrazó a mi realidad. Mi marido se crió en un hogar con una madre, un padre y una hermana. Están conectados por todos los lazos que tienden a considerarse como “familia” –biología, derecho, emoción, vínculo- y sus padres han estado casados durante 40 años. Abrazó el hecho de que mi situación familiar es diferente. Algunas personas con experiencia de familia tradicional consideran la integración de las dos familias como una carga –más lazos para mantener-. Mi marido vio rápidamente las fortalezas y desafíos de tener una gran familia con más de dos padres. Sacó de su experiencia el tener abuelos que se casaron y se divorciaron en varias ocasiones, dándole más abuelos que los que sus compañeros tenían, para entender por qué mis raíces eran tan impor32 | AdopciónyFamilia | nº9 tantes para mí. Buscó la manera de empatizar y normalizar mi experiencia. Creo que uno de los mayores retos para nuestras parejas está en vernos pasar de estar bien a sentirnos muy emocionados, una vez que hemos decidido iniciar el proceso de búsqueda. Ellos quieren saber cuál es la diferencia cuando, para ellos, nada ha cambiado. Para el adoptado, todo ha cambiado. El cambio es pasar de la idea de la búsqueda a realmente participar en la búsqueda, del “esto puede esperar” a “se acerca.” Esperar lo que llegará como respuesta a nuestra participación en la búsqueda puede resultar abrumador. Para mí, una de las partes más difíciles del cambio de “esto puede esperar” a “ya se acerca” fue explicar a mi esposo el cambio emocional del que fue testigo. Pasé del no saber sobre mi familia biológica, como una parte cotidiana de mi vida, a un estado en que esta realidad era una parte presente y urgente de mi vida. Y esto requería un cambio emocional también suyo. Tenía que decidir si iba a ignorar el proceso, rechazar el proceso, o sentarse junto a mí en la búsqueda y el reencuentro. ¿Y este misterioso cambio emocional? La diferencia entre “no puede esperar” y “ya se acerca” es la gran experiencia de la anticipación. La anticipación obliga a enfrentarse con todo lo que alguna vez uno se ha preguntado acerca de su familia de origen y que pronto se podrá tener más claro. O, alternativamente, enfrentarse al hecho de que no vas a encontrar nada y que nunca tendrás las respuestas que buscas. Al mantenernos en un estado de no saber y no buscar, tenemos control sobre el resultado –no recibiremos nada-. No nos enfrentaremos a nada. Ninguna de nuestras ideas preconcebidas acerca de la adopción o de la familia va a ser impugnada y se puede mantener lo que uno sabe y acepta en este momento de la vida. El simple acto de colocar un formulario en un buzón es un acto audaz de ceder el control, en un intento de lograr algo que sientes puede ser mejor. No podemos ignorar la dificultad para controlar lo que la respuesta traerá por el correo, a través del mediador, o por teléfono al llegar al final del proceso de búsqueda y reencuentro. Tengo la suerte de haber sido acogida y aceptada, no todas las personas adoptadas tienen esta experiencia. Nuestros esposos dan testimonio del cambio entre “esto puede esperar” a “ya llegó” y tratan de encontrar una manera de apoyo frente a lo desconocido. En realidad no hay ecuación mágica para ser un buen esposo durante el proceso de búsqueda y el reencuentro de un adulto adoptado. Se trata simplemente de hacer lo que hacen los compañeros de la vida el uno al otro cada uno y todos los días, mientras que puedan reconocer que éste es un momento en la vida del adoptado en que puede necesitar la presencia y preocupación de su cónyuge, ahora más que nunca. Ellos nos apoyan a través de los altibajos de la espera. Y comparten con nosotros la información que recibimos y las relaciones que restauramos. Y, por desgracia, los cónyuges de las personas adoptadas tienen que compartir el dolor del adoptado y ayudar a recoger los pedazos en los casos en que “lo que viene” no es lo que se esperaba. Amanda fuente: www.declassifiedadoptee.com en http://adoptantis.org/ Escriben los Padres Gatito H Rubén Bustillos Borja oy nos conocimos Agustín, entre los abedules y las luciérnagas de antenoche, que nublan la cabeza loca de tu padre. Te apareciste de repente, sin previa noticia, en la plaza que vistamos tantas veces sin hallarnos. Me reconociste y yo te reconocí en un relámpago de vida impredecibles. Agustín, hijo mío, me dedico a descifrar tu lenguaje de señales luminosas. Me dedico a escudriñar tu pequeña alma con la mirada de un vigía. Un visor de ojos abiertos, que ahora se transforma en tu padre: Agustín, hijo mío, Desde lejos solía batir mi sombreronido, buscando tu mirada en las calles de la ciudad que habito, y que ahora atravesamos de la mano para que no te pierdas de vista. Me presento ante ti con humildad y voz serena. Agustín, hijo mío, te invito a una tarde de cuentos y risas. Se que vamos de la mano, este viaje lo hacemos juntos. Tu papá. nº9 | AdopciónyFamilia | 33 Reportaje Búsqueda de Orígenes: Un proceso sanador Cuando los hijos adoptivos cumplen 18 años, ya están facultados para iniciar la búsqueda de sus orígenes y sumergirse en un proceso que no sólo les permitiría conocer los antecedentes vinculados al nacimiento y la adopción, sino incluso conocer a su progenitora. Todo esto es posible a través del Programa Búsqueda de Orígenes, del Sename, creado para ayudar en este proceso a todas aquellas personas que necesitan completar esa parte de su historia que tiene que ver con la primera etapa de su vida. Por Verónica Siredey C. L os primeros indicios de lo que es el actual Programa Búsqueda de Orígenes del Sename, se remontan a 1995 en Suecia, cuando un grupo de jóvenes nacidos en Chile, y adoptados por suecos, decidió aunar sus esfuerzos con la finalidad de lograr un objetivo común: encontrar sus raíces. Sin embargo, este programa no se estableció formalmente hasta 1999, cuando se creó la Ley de Adopción bajo el alero del Servicio Nacional de Menores, con la finalidad de apoyar a todas aquellas personas adoptadas en este proceso de búsqueda, informando, asistiéndolos y realizando todas las gestiones necesarias orientadas a ubicar a sus familias biológicas. 34 | AdopciónyFamilia | nº9 Con el tiempo su estructura se ha ido modificando, tomando más fuerza a partir del año 2007, aproximadamente. Y en mayo pasado sufrió un giro importante, con la descentralización aplicada a las diez regiones del país más pequeñas y que busca completarse a nivel general, a más tardar, para fines de año. Esto, a excepción de las adopciones internacionales, cuya gestión respecto de la búsqueda de orígenes se mantiene y mantendrá, a través de la oficina central de Sename en Santiago, pero en coordinación con regiones cuando el caso lo requiera. A pesar de todos estos cambios, la psicóloga Nancy Rodríguez, responsable del Programa Búsqueda de Orígenes de este servicio, reconoce que aún existen áreas en las cuales es necesario avanzar, como son los prejuicios en torno a la adopción y, sobre todo, respecto de las madres biológicas. “Si bien en lo últimos cinco años es posible observar cambios importantes en términos de tratar a la familia biológica con más respeto, aún a las progenitoras, en algunas instancias como los hospitales, a nivel de auxiliares o paramédicos, se les trata muy mal. A pesar que ha habido una labor importante de sensibilización, que ha permitido mostrar algunos progresos”. De la misma manera, sostiene que esta apertura también se está viendo a nivel judicial, durante los procesos que afectan a los niños. “Mi impresión es que se le está dando más importancia a la consideración de la familia de Reportaje origen como primera opción, cuando se está estudiando el camino de la adopción”. Sin embargo, no puede dejar de mencionar algunos fantasmas del pasado que aún asoman; tal es el caso de los informes correspondientes a estos procesos de hace dos décadas. “La adopción es un tema que provoca mucho prejuicio y miedo. Pasa por principios personales. Y el lenguaje que uno puede observar en estos informes de hace veinte años atrás, es terriblemente descalificador”. La búsqueda y sus etapas Es posible realizar la búsqueda de los orígenes a través del Sename a partir de su página web, en la sección adopción y luego orígenes. Los adoptados interesados en conocer sobre sus raíces deben hacer su petición a través de un formulario e ingresar algunos datos. De ser aprobada la solicitud, el Sename envía una carta motivacional en la que el solicitante debe contar por qué quiere buscar a su familia biológica. El Sename entonces inicia la búsqueda a través de distintas instancias dependiendo del caso, que pueden incluir a Fonasa o el Registro Civil, o acudir a las bases de datos del Departamento de Adopción en las unidades regionales, entre otros. Si la búsqueda es exitosa y se encuentra información, ésta es compartida con la persona que la solicita, ofreciéndose de manera más bien general sus antecedentes e historia de adopción. En esta instancia no se entregan datos específicos, como la identidad de los padres biológicos, por ejemplo, porque son confidenciales. Algunos quedan conformes y resuelven llegar hasta este punto, pero otros deciden continuar. Siendo éste caso, se solicita a los Tribunales de Familia que el Registro Civil preste la información sobre el origen y el proceso de adopción. La información de su carpeta de antecedentes será así un elemento fundamental en la reconstrucción de esa etapa de la historia que, hasta entonces, el o la joven conoce sólo en parte. Ésta le servirá para evaluar si quiere continuar con el proceso y, en el caso de ubicarse a la progenitora y estar ella de acuerdo, podría finalizar en un encuentro. Sin embargo, la obtención de la información contenida en esas carpetas no asegura el resultado esperado, ya que como explica Nancy Rodríguez, “a veces esas carpetas vienen con mucha información; pero otras, pueden venir con prácticamente nada”. Anteriormente, en las adopciones se daba mucho la entrega directa. “Cuando iban a adoptar, las personas iban al tribunal, declaraban que conocían a la madre, pero finalmente el nombre de la progenitora no aparecía por ninguna parte. Ahora la adopción se habla de manera más abierta. Los informes sociales son más completos, serios, profesionales y la familia adoptiva no hace de esto un secreto, como se hacía antes. Actualmente hay talleres pre- y postadoptivos, que son sumamente importantes”, explica Rodríguez. Pero el tiempo que ha pasado para estas transformaciones todavía es poco y aún existen historias que simplemente suenan increíbles. “En los últimos seis meses recibimos dos casos de mujeres que fueron madres a los 16 años y que, al momento del parto, fueron engañadas. Se les dijo que sus guaguas habían nacido muertas, pero ahora se vienen a enterar que no fue así y que esos hijos o hijas las están buscando”. A su juicio, más allá de la diversidad de historias y las cargas emocionales implicadas, lo que percibe como común denominador para quienes se ven involucrados con este programa, tanto los que fueron adoptados como sus madres biológicas, es el efecto sanador que se produce en ellos una vez que ya se ha cerrado el círculo. “El encuentro con esta parte de la historia de sus orígenes significa el cierre de un ciclo de la vida que es muy sanador. Y para las madres biológicas que son contactadas, me atrevería a decir que lo es incluso aún más”. Esto, porque según explica la profesional, ellas cargan con un sentimiento de culpa muy grande. “Enterarse que las quieren ubicar, darse cuenta que sus hijos biológicos no tienen rabias ni rencores, es muy sanador. Por un lado, ellos se dan cuenta que lo hicieron con el fin de poder darles una vida más normal de lo que ellas les podían dar. Se emocionan mucho, lloran mucho y veo que limpian y sanan, porque han sido años de sufrimiento. Incluso, ha habido casos de arrepentimiento, pero cuando ya es tarde, porque el hijo o hija ya se ha ido en adopción. Y eso es muy fuerte”. El proceso para progenitores, hijos y padres adoptivos Muchos de estos niños y niñas que se fueron en adopción provienen de una progenitora de muy escasos recursos, muchas veces de zonas rurales. En estos casos no es raro que ya existan otros hijos y que la madre biológica sea, por ejemplo, una nana nº9 | AdopciónyFamilia | 35 Reportaje que viene del sur y trabaja puertas adentro y que no puede, por distintas circunstancias, mantener a otro hijo. Para algunos jóvenes enterarse que no fueron hijos únicos les produce profundo dolor, pero es un dolor posible de trabajar una vez que han conocido toda la historia y su contexto. De acuerdo a Nancy Rodríguez, el proceso de búsqueda de la progenitora puede llegar a ser largo y tedioso. “Porque una cosa es encontrar el expediente, y otra es ubicar a la familia. En este trayecto uno puede encontrar de todo, incluso que los progenitores han fallecido”. Pero es un proceso que, de acuerdo a la psicóloga, de todas maneras vale la pena seguir. “En un 95 por ciento de los casos en que hemos encontrado a la madre biológica, ésta acepta encontrarse con el hijo o hija y, por parte de ellas, no he escuchado otra cosa que todos los días, desde que nació ese hijo que se dio en adopción, han pensado en él o ella; en cómo estará, si estará bien cuidado, tendrá una buena familia o si estará bien atendido”. Que todo el proceso se realice con la ayuda y mediación de los especialistas es fundamental. Rodríguez explica lo que ocurre una vez que ya se ha ubicado a la progenitora. “Siempre es a través nuestro. Nos informamos bien de la situación de los padres biológicos o progenitora, en coordinación con los asistentes sociales. Si ella está de acuerdo en un encuentro con su hijo o hija, lo coordinamos. Les pedimos a las partes que escriban una carta y manden una foto. Nosotros evaluamos, preparamos a los hijos y los asistentes a las madres. Esto, con el fin de evitar falsas expectativas y garantizar un encuentro apropiado. Una vez que el encuentro ya se ha realizado les pido que me infor36 | AdopciónyFamilia | nº9 men, siempre con la idea de ir mejorando los procesos”. Y no puede dejar de destacar que cada caso es distinto y que después de cada obtención de información o reunión, más allá del tipo de información con que se encuentren, siente que el trabajo valió la pena. La profesional enfatiza que Sename tiene claridad que su labor en este proceso es la de ayudar, informar, asesorar y contener. “Hay que tener mucha paciencia y preparar a los jóvenes para el encuentro. Algunos pueden ser muy demandantes. Es necesario también prepararlos para la frustración, cuando después de un período largo de búsqueda no se ha podido obtener más información”. El panorama que enfrentan los padres adoptivos en este proceso para Nancy Rodríguez también es claro. “Se asustan. Más las madres, en mi opinión, que los padres; a las madres adoptivas les da mucha inseguridad. Y el temor más común que uno encuentra es que el hijo o hija se quiera ir con los padres biológicos o su progenitora. Lo que nunca es así. Lo que uno ve es que los jóvenes están buscando esa parte de la historia que les falta y una vez que la tienen son capaces de quedarse tranquilos y seguir adelante con sus vidas”.af Reportaje Búsqueda de Orígenes: Algunas Cifras Pese a que el sistema actual prohíbe la entrega directa de niños en adopción y que se exige un estudio de la habilidad de la familia, además de todo NÚMERO DE lo que implica el proceso de susceptibilidad, aún queda un porSOLICITUDES RECIBIDAS centaje de niños que fueron adoptados al margen de lo que hoy son los procedimientos regulares. De esos casos, no quedan registros de los antecedentes. De aquellos que buscan información sobre CASOS su origen, “debe haber unos 85 casos que no tienen filiación adoptiva. Estamos tratando de buscar apoyo en los hospitales y mejorar Inactivos 2009 2010 los convenios para contar Activos hasta junio con más información, Internacionales más actualizada y en proceso eficiente, que nos permita recuperar 500 850 262 323 (en promedio) esa parte de su 120 historia”, destaca (aproximadamente) Nancy Rodríguez. AÑOS 2011 2012 2013 (Hasta junio) 238 207 100 Fundación San José El puzzle se debe completar P ara Mariela Arrau, encargada del Programa de Búsqueda de Orígenes de Fundación San José, esta etapa en la vida de los adoptados es fundamental: “Para los niños es una pieza del puzzle que falta y en el proceso es vital que cuenten con el apoyo de sus padres. Y si bien los padres de alguna manera tienen el temor que su hijo o hija se vaya con la progenitora, el tema no es vincular, porque el vínculo está establecido con ellos, sino que se trata justamente de esa pieza que falta”. De acuerdo a su experiencia, hay hitos en la vida del hijo o hija adoptivos que movilizan la necesidad de buscar; como puede ser el matrimonio, algunas fechas como la Navidad o el fallecimiento de alguno de los padres. Un caso así le tocó en 2011, cuando una joven de 16 años a la que se le murió su mamá adoptiva acudió a la Fundación acompañada por su padre y hermanos. “El caso fue muy bonito, porque la familia estaba en pleno, apoyándola, muy motivados. A ella se le informó, guió y apoyó. Sabe que cuenta con el respaldo de toda su familia y la Fundación, para cuando quiera iniciar el proceso de búsqueda y pueda hacerlo, en la mayoría de edad”. Es por eso que la preparación de los padres adoptivos resulta fundamental, y en Fundación San José se empieza a trabajar con los padres desde el comienzo del proceso mismo de adopción. “Se les prepara y acompaña, para que a su vez ellos puedan acompañar de manera adecuada a sus hijos en lo que forma parte del proceso de consolidación de su identidad. Ésta búsqueda tiene por objeto encontrarse con ellos mismos, con una parte de sí que les resulta desconocida y difusa. Es parte del respeto a su individualidad el ofrecerles apoyo en este proceso. Hace años atrás no se consideraba así y la documentación respecto del origen de los niños incluso se quemaba”, explica. Esto no quiere decir que el tema de la revelación para los padres está resuelto, sino que muy por el contrario, requiere de una preparación y acompañamiento continuos. “Muchos se preguntan cuándo contar y cómo hacerlo. Es un tema importante para ellos”. Sin embargo, a su juicio, hoy los padres están mucho más preparados que antes, porque ayuda el que ya no sea un tema tabú. “Ya no se trata como un secreto de familia. Facilita que la adopción sea un tema que se maneje abiertamente, porque de esta manera y a largo plazo, este proceso se hace mucho más fácil”. En Fundación San José sienten que la punta del hilo se asoma cuando los niños expresan que quieren conocer el hogar que los acogió mientras se encontraban a la espera de una familia adoptiva. “Este hilo es una oportunidad que vale la pena tomar. Hemos tenido muchos casos de niños entre los 6 años y hasta los 14 ó 15 que quieren venir a conocer Casa Belén”. Los padres llaman contando la inquietud de su hijo y un profesional se reúne con ellos con la finalidad de acogerlos y prepararlos si es necesario. Una vez que ya la visita se concreta, según explica Mariela, los niños suelen llegar “muy para adentro, algo asustados y ansiosos, pero al poco rato vemos cómo se van relajando. Me acuerdo de un niño que llegó muy retraído, pero termino compartiendo con los niños, jugó y tomó en brazos a algunos de ellos y se fue muy contento”. En esta visita son recibidos por quienes están a cargo del cuidado y atención de los niños, le muestran el lugar donde él estuvo el primer periodo de su vida y cómo es la vida para los niños que, como él, tendrán que pasar un tiempo ahí. “Lo más importante para quienes visitan Casa Belén, es encontrar a las personas que lo conocieron y conversar con quién lo cuidó, que le cuente sobre él, le muestre la cuna donde dormía, los espacios donde jugaba y alguna anécdota o detalle particular por lo que lo recuerda. El reconocimiento de su persona en esa etapa de su vida es lo que fortalece su identidad”, dice Mariela Arrau. La profesional enfatiza que existe un nexo entre los conceptos de adopción y abandono y que para el niño, aún cuando sea en un nivel inconsciente, forma parte de quién es. “Duele decirlo, quizás no de una manera evidente, pero sí emocionalmente y en lo más profundo de la vivencia del adoptado. Sin embargo, para los niños ir a Casa Belén es una experiencia tranquilizadora, porque se dan cuenta de la preocupación que tuvo la progenitora de que su hijo quedara bajo buenos cuidados. Captar que la decisión se sostiene en esa preocupación por su bienestar, al ir a casa Belén queda en evidencia y se valora. A la progenitora hay que considerarla y mucho, porque esa mujer se preocupó de que ese niño no sólo viviera, sino que además estuviera bien y tuviera una familia que lo cuide y lo quiera. Para los niños ser conscientes de esa decisión influye positivamente en su autoestima”. nº9 | AdopciónyFamilia | 37 Adopción Internacional Adopción Abierta Con todas las cartas sobre la mesa En algunos países, como Estados Unidos, la adopción se realiza y vive con la posibilidad, no sólo de tener acceso desde el primer momento a toda la información respecto de la madre biológica, sino que ella puede elegir a quienes serán los futuros padres y, a partir de ahí, tener contacto e interacción con los padres adoptivos y el hijo que dio en adopción. Según sus promotores, puede llegar a resultar altamente beneficiosa, tanto para los hijos, los padres adoptivos y la progenitora. Sin embargo, se debe tener presente que esta modalidad no tiene el éxito garantizado. Por Verónica Siredey C. L a reforma de la Ley del Menor que regulará la adopción abierta en España, es una de las novedades legislativas que se espera tome cuerpo en el viejo continente antes de fin de año. Mientras en Chile ese es un concepto que en la práctica no existe y es conocido más bien sólo por los especialistas, en países de otras latitudes, como el Reino Unido y Estados Unidos, desde 2005 y 2009 respectivamente, es parte ya de la legislación y una realidad para todas aquellas personas que se vinculan al mundo de la adopción, ya sea como progenitor, hijo, hija o padres adoptivos. Pero, ¿qué significa este concepto? Adopción abierta se refiere a aquella en que los padres biológicos y los padres adoptivos se conocen, comparten sus identidades, intercambian información y pueden comunicarse a lo largo de los años, tal como lo refleja el filme “Juno”, en el 38 | AdopciónyFamilia | nº9 que una adolescente embarazada vive el periodo de gestación en contacto con los futuros padres adoptivos, a quienes ella aprobó previamente. También existe el término Adopción Semiabierta, que se refiere a varias formas de comunicación entre los padres biológicos y los padres adoptivos, como por ejemplo, intercambiar cartas y fotos, reunirse sólo una vez sin volver a repetirlo o conocerse sin revelar nombres que los identifiquen. En estos casos la comunicación y los contactos son extremadamente limitados y siempre resguardando la identidad. Por último, y lo que nos resulta más familiar en relación a la realidad chilena, es la Adopción Cerrada, que se refiere a aquella adopción donde madre biológica y padres adoptivos no tienen contacto. Uno de los países que cuenta con un buen trecho recorrido es Estados Unidos. Para entender un poco cómo nació la adopción abier- Adopción Internacional “El estigma de los procedimientos cerrados de adopción dejó el sentimiento en muchos niños de que había algo terriblemente malo en su herencia biológica” ta en ese país, vale la pena darle una mirada a su transformación a lo largo de la historia. En la colonia, para concretar las adopciones simplemente se hacía una transferencia, como quien establece una escritura después de comprar una propiedad. De acuerdo a información del Independent Adoption Center, las primeras leyes, como las de Texas y Vermont en 1850, nacieron con el propósito de hacer de estas adopciones informales algo más seguro. Los registros de la corte, sin embargo, eran abiertos al público. El origen del secreto y del cierre de los registros se empezó a dar en los primeros años del siglo pasado. El trabajo social era una profesión en desarrollo y en esos años los niños en situación de ser dados en adopción eran muchos, mientras que eran muy pocos los posibles padres adoptivos. A eso se agrega que en esa época se creía que problemas sociales como la pobreza, promiscuidad sexual, alcoholismo y crímenes en general, era algo que podía transmitirse genéticamente, razón por la que se creía que la adopción contenía un riesgo demasiado grande. Fue así como los trabajadores sociales se enfrentaron a la presión de reclutar padres adoptivos, a la vez que dar garantías de seguridad respecto del niño o niña que estaban entregando en adopción, convirtiéndose en una pieza fundamental en este proceso. De a poco el sistema se fue transformando e involucró la protección legislativa como un elemento esencial. Se realizó el cierre de los registros con la finalidad de ocultar la historia de esos niños. A esto hay que agregar que el certificado de nacimiento no se estampó más bajo el concepto de nacimiento ilegítimo. Más tarde se inició el reemplazo de los certificados de nacimiento, registrándose al niño bajo los apellidos de los padres adoptivos. A esta práctica se le conoció pronto como “renacimiento legal”. El sistema se fue cerrando aún más con el tiempo, hasta que en 1950, la mayoría de los estados tenían leyes que sellaban los certificados de nacimiento originales y los registros de la corte, no sólo para el público, sino también para los padres e hijos adoptivos. La presión para cambiar esta realidad se hizo sentir en los años 1970, cuando los prejuicios morales contra las madres solteras cayeron. El panorama evolucionó incrementándose en los 80 y 90. Adultos que fueron hijos adoptados empezaron a demandar sus derechos de conocer su historia genética. Quienes habían sido progenitoras y dado sus hijos en adopción también empezaron a reclamar un cambio. Los impulsores del cambio Según explica el Independent Adoption Center, se empezó a hacer evidente el impacto negativo de estos procedimientos cerrados. En la sociedad estadounidense, el secreto está estrechamente vinculado a la vergüenza, y el estigma de los procedimientos cerrados de adopción dejó el sentimiento en muchos niños de que había algo terriblemente malo en su herencia biológica. Sin poder contar con información de sus progenitores, muchos niños adoptados realmente creyeron que simplemente habían sido botados o entregados porque eran malos o feos. Una de las agencias pioneras que promovieron un cambio en los 70, fue la Lutheran Social Service en San Antonio, Texas, bajo la dirección de Kathleen Silber. La discusión sobre los beneficios de la adopción abierta se prolongó hasta los 90, cuando a esas alturas la respuesta al debate parecía clara. Según la propia Kathleen Silber, los beneficios de la adopción abierta son evidentes tanto para los padres biológicos, como para los padres adoptivos y los niños. Respecto de las progenitoras, considera que demuestran una autoestima positiva relacionada con la toma de una decisión responsable y en control de su vida, estableciendo un plan para la guagua, en lugar de abandonarla. Los padres biológicos viven el duelo de una manera más rápida y fácil, lo que repercute en un mejor estado de salud mental que aquellas personas involucradas en procesos cerrados. Para los padres adoptivos, en tanto, el contacto con los progenitores les entrega una imagen más real. La confianza y entendimiento entre ellos es posible de desarrollar y el miedo e inseguridad, muy típico en quienes participan en procesos cerrados, desaparece, al permitir por parte de los progenitores la confirmación que quienes adoptaron son los verdaderos padres del niño. Habiendo sido incluso elegidos por la madre biológica, sienten una mayor validación de su paternidad. Los padres adoptivos tienen, además, acceso permanente a información médica que los ayudará durante la crianza y sus cuidados. nº9 | AdopciónyFamilia | 39 Adopción Internacional “La presencia de la familia biológica podría dificultar la vinculación entre el niño y sus padres adoptivos, provocándole conflicto de lealtades” Para los adoptados, en tanto, la adopción abierta entrega respuestas inmediatas a sus inquietudes naturales, así como también información exacta, desde las interrogantes sobre parecidos, hasta por qué fueron dados en adopción. Las madres biológicas pueden entregar respuestas precisas en lugar de verdades a medias, con la oportunidad de un acceso permanente a la información requerida en aquellas áreas en que los padres adoptivos no pueden hacerlo. Silber sostiene que en la adopción cerrada, en cambio, el adoptado no tiene acceso a su historia médica o genética, que ciertas enfer40 | AdopciónyFamilia | nnº9 medades pueden traer serias consecuencias. En las adopciones abiertas su historia médica, así como la de sus familiares biológicos, está disponible y puede ser actualizada. Uno de los beneficios más significativos, para Silver, consiste en que el principal motor para tramitar la adopción fue el amor. El niño o niña está consciente del amor de sus progenitores o madre biológica. Como resultado, el adoptado no sólo es capaz de sentirse bien dónde está, sino también respecto de dónde viene, quedando libre de las frustraciones que provocan el desconocimiento y los sentimientos de rechazo que se producen en las adopciones cerradas. Sostiene que los niños más pequeños tienen dificultad para entender conceptos abstractos y que están involucrados en las adopciones cerradas; como el de adopción o progenitora. En la adopción abierta, el niño o niña cuenta con información concreta para vincular esos conceptos y la progenitora es una realidad en su vida, facilitándole de esta manera el entendimiento de su adopción. También plantea que existirían beneficios en torno a la familia extendida, en la medida que la adopción abierta reconoce a la familia biológica como parte de la familia extensa. Si los padres adoptivos pueden aceptar a los miembros de la familia biológica en sus vidas y como familiares, ellos se sentirán bien con el modelo de adopción abierta. Pese a lo acérrima defensora que Silber es del modelo de adopción abierta, reconoce que también esta alternativa tiene complejidades. Sin embargo, en su experiencia, los problemas en las adopciones abiertas no son muy diferentes de lo que uno podría encontrar al interior de las familias biológicas. Pueden existir conflictos en las relaciones familiares, como lo hay en todas las familias, y que las personas pueden llegar a resolver. Adicionalmente, los consejeros de las agencias debieran estar accesibles para mediar en estos problemas, si es que fuese necesario. Estados Unidos recorrió un camino que España estaría empezando a andar con su reforma legislativa y cuya finalidad es terminar con lo que llaman “guerras judiciales” en materia de adopción. Éstas cuentan con un caso, a estas alturas, emblemático: el de una niña, Piedad, que después de vivir dos años junto a Soledad Perera, quien había iniciado los trámites de adopción, una jueza ordenó que se la quitaran cuando la progenitora pidió recuperar su custodia. La madre biológica aparentemente estaba incapacitada para cuidarla y, según detalla el medio larazon.es, la niña volvió a un centro de acogida, donde ya lleva viviendo seis años. La otra cara de la medalla Si bien hay bastantes razones que validan las ventajas de una adopción del tipo abierta, tam- Adopción Internacional bién es posible encontrar argumentos sobre los problemas que esta modalidad puede traer. En el sitio espanol.findlaw.com, que ofrece información legal, se establece que muchos padres adoptivos ven este nivel de apertura como una verdadera amenaza y temen que los progenitores interfieran en sus vidas luego de que concluya el proceso legal de adopción o, lo que es peor, que quieran al niño o niña de vuelta. Por otra parte, los padres adoptivos pueden sentir que su hijo se confundirá al no saber quiénes son en definitiva sus verdaderos padres. El medio español la razon.es le otorgó un espacio a Javier Vilches, psicólogo que expuso sus razones para estar en contra. De acuerdo al profesional, obviamente es el interés del niño lo primero que se debe considerar, pero que en la práctica, rara vez sucede. Desde ese punto de vista, entonces, el modelo de adopción abierta debiera tener los siguientes matices: El primer lugar no debiera ser abierta desde un principio, ya que la presencia de la familia biológica podría dificultar la vinculación entre el niño y sus padres adoptivos, provocándole conflicto de lealtades. Se debiera tener en cuenta el proceso madurativo del niño, que garantice una adecuada integración de las dos realidades en su mente, antes de empezar a tener contacto con ellos. Sugiere que los encuentros con la familia biológica debieran realizarse a partir de los 18 años y sólo si el niño manifiesta interés por hacerlo, para que esto aporte en la construcción de su identidad. Además, un aspecto importante a considerar serían las situaciones traumáticas que el niño pueda haber vivido; a mayor nivel de sufrimiento infantil y gravedad de las situaciones traumáticas, más tarde debería realizarse este encuentro, si es que se lleva a cabo, ya que requiere de un proceso de elaboración mayor de su parte. Por último, considera que la intervención profesional y calificada siempre es necesaria para evaluar la situación y construir espacios de encuentro, apoyo y contención para estos niños y sus familias adoptivas, en sus encuentros con la familia biológica. En tanto, para life.familyeducation.com una postura en contra de la adopción abierta se fundamentaría en los siguientes puntos: que el niño no quisiera buscar a sus padres biológicos, que los progenitores quisieran más o menos contacto de lo que a los padres adoptivos les gustaría, que un progenitor o progenitora inestable podría causar problemas, que la madre o padre adoptivo se podría ver menos empoderado de su rol, que los padres adoptivos realmente no quieran extender aún más la familia, que la adopción abierta pueda atraer a aquellas mujeres que no quieran entregar por completo a sus hijos y esperen poder quedarse en un término medio, que les permita que otros críen a sus hijos sin ella dejar de ser la madre, y que la progenitora se sienta con mayores derechos que lo que realmente le corresponda. De acuerdo a esta publicación, al considerar este tipo de adopción es fundamental que los padres adoptivos tengan claridad sobre el nivel de apertura que se espera de ellos y si se sentirán cómodos con aquellas obligaciones que se comprometerán a cumplir, en el marco de este tipo de adopción.af nº9 | AdopciónyFamilia | 41 Testimonio Dejo una parte Cecilia Marticorena A., Psicóloga M. Cristina Carrasco G., Asistente Social Área Mujer Embarazada y Familia de Origen Fundación San José para la Adopción A l hablar de adopción en nuestro país, es posible encontrar dos discursos antagónicos entre sí: aquel que la considera un acto de “amor”, puesto que es una alternativa para muchos matrimonios infértiles de formar familia con hijos. En este contexto, aparece inmediatamente la imagen de los padres adoptivos que acogen a “un niño o niña abandonada o no querida” y que generosamente le ofrecen la oportunidad de una vida mejor. A la vez, está presente el discurso crítico que rechaza y enjuicia a la mujer que no desea desarrollar una maternidad, se postula que “sólo por la condición de mujer, sería natural e instintivo el querer ser madre”. Por tanto, la entrega en adopción está asociada habitualmente a la falta de responsabilidad, al abandono, a ausencia de vínculo y a una decisión que en el futuro, probablemente, provocará arrepentimiento. Se trataría de una madre insensible, dispuesta a “botar un hijo”. Aquella mujer que espontánea y voluntariamente busca ayuda, apoyo y contención, debido a estar cursando un embarazo en conflicto, no deseado, no planificado, que se siente y se muestra desvalida, en una profunda soledad y con altos niveles de angustia, requiere de una acción profesional que se sostenga de la intención de protegerla a ella y a ese niño que está por nacer. 42 | AdopciónyFamilia | nº9 Junto con acoger, la labor profesional se centra en apoyar un proceso de discernimiento en el cual ella cuente con los mayores elementos para tomar la mejor decisión respecto al futuro de esta maternidad. El punto de inicio es plantear con claridad que la adopción no es la única alternativa, sino que se trata de una decisión subsidiaria a cuando no existen en la familia de origen las condiciones emocionales y sociales mínimas para proporcionar protección y buen trato a los niños y niñas por nacer. No todo proceso de discernimiento concluye con la entrega en adopción, más bien resulta ser una minoría. Este discernimiento implica la intervención en distintos niveles: entrevista social en profundidad, entrevista clínica desde la psicología, trabajo permanente en dupla psicosocial, construcción de la historia familiar, derivación a centros de tratamientos psicológicos y psiquiátricos especializados cuando corresponde, información del proceso legal y sus implicancias, visualización de alternativas a la adopción desde el contexto de la realidad de cada mujer (por ejemplo, el ingreso a centros de acogida junto a su hijo o hija). Así, la intervención profesional busca identificar las mejores posibilidades de protección para el niño que está por nacer y que la mujer pueda incorporar en su decisión tanto afectos como reflexiones involucrados durante todo el proceso, de modo que ésta sea libre, informada y Testimonio responsable. Todo ello indudablemente tendrá repercusiones en su proyecto de vida. Las temáticas centrales que se abordan en la intervención son: Desmitificar la idea que la adopción implica no tener vínculo con el niño o niña por nacer. La mujer que piensa en la adopción, ha sido capaz de cuidar la gestación a pesar del conflicto, del no deseo materno, de su propio sufrimiento; opta por la vida y asume las consecuencias durante los nueve meses de embarazo. En la mayoría de los casos debe enfrentar en su grupo familiar el repudio, la crítica, el abandono de su pareja, el rechazo, la interrupción de su proyecto de vida. Es decir, sostiene un embarazo no deseado con angustia, soledad y la culpa de pensar en dejar a su hijo o hija por nacer. En el parto experimenta el sufrimiento físico, se expone a sentir y conocer a este recién na-cido vulnerable, que es parte de ella, teniendo que tomar la difícil decisión de dejarlo. Esto la hace poner en duda todo lo que había pensado hasta entonces sobre la adopción, se replantea su intención de ser madre con este niño o esta niña que la necesita. Se trata de un contexto de duelo que contrasta con la realidad hospitalaria de aquellas madres que disfrutan junto a sus familias del nacimiento de su hijo. Al momento del alta hospitalaria, vivencia la sensación del abandono de su hijo como el dejar una parte de ellas, de su historia, de lo que son. Pese a todo este agobio emocional, es capaz de discernir “integrando cabeza y corazón”, en función del bienestar del niño. La entrega en adopción es una alternativa ética, legal y responsable. Se le informa acerca de la ley de adopción (19.620) y la diferencia existente con el abandono de un hijo o hija o la entrega directa a cualquier interesado. En este sentido, la decisión de ceder en adopción implica evaluar las condiciones reales de protección y amor que puede ofrecerle. En caso de visualizar que la mejor alternativa para su hijo es una familia adoptiva, completan responsablemente su proceso, lo que incluye expresar su voluntad ante el Juez del Tribunal de Familia. De esta manera, le proporciona a su hijo un respaldo legal indispensable para integrarse a una familia adoptiva. Elaboración del duelo, construcción preliminar de un proyecto de vida El proceso de discernimiento culmina con el acompañamiento y contención de la mujer durante el duelo asociado a la pérdida de un hijo. Suele presentarse la fantasía de que al volver a su realidad cotidiana después del parto, podrá “olvidar” lo vivido y retomar la “normalidad” de la vida sostenida hasta antes del embarazo. Sin embargo es indudable que todo ha cambiado: sus pechos aún están cargados de leche, su cuerpo se ha modificado, no cuenta con espacios sociales de acogida a esta vivencia, no existe el rito habitual de un duelo familiar y vive la pérdida del hijo en soledad. Muchas mujeres expresan la necesidad de despedirse del niño, de constatar que el recién nacido está bien cuidado a pesar de no estar junto a ellas, y solicitan poder visitarlo en el hogar de transición en que se encuentra. Habitualmente la experiencia está cargada de sentimientos ambivalentes, hay tranquilidad en el saber y sentir que su hijo o hija se encuentra en buenas condiciones, pero a su vez, experimenta una tremenda angustia de separación al hacer consciente que ya no habrá oportunidad de volver a estar, saber y compartir con él. Es la despedida, en este encuentro muchas de ellas piden perdón a su hijo por la decisión que han tomado. A partir de esta realidad, el equipo profesional tiene una responsabilidad fundamental respecto de ofrecer contención afectiva y colaborar en la elaboración de la pérdida, facilitando que cada mujer encuentre un sentido personal a esta experiencia, y pueda reconstruir y retomar su proyecto de vida. Como profesionales que acompañamos todo este duro proceso, consideramos que para estas mujeres es fundamental constatar que su intención inicial, de proporcionar resguardo y protección real a su hijo o hija, se ha cumplido. Por ello se realiza un espacio final de encuentro junto a los profesionales que la acompañaron en este proceso, un espacio acogedor y lleno de significados, donde se retoma lo vivido, se proyecta lo que hoy se siente a partir de la pérdida, se orienta y se sugieren alternativas para fortalecer su salud mental, sus futuras maternidades, la reinserción laboral. En síntesis, se busca elaborar con ellas un sentido a esta experiencia límite que implique revisar y evaluar sus historias de vida y generar los cambios necesarios, iluminados a partir del recuerdo del hijo. Se comparte con ella que su hijo, que fue durante largos meses cuidado y protegido, hoy ya está con su familia adoptiva. Se describe a los padres adoptivos, sus características, sus fortalezas, su primer vínculo con el recién nacido y las posibles proyecciones que el niño tendrá junto a ellos. Es simbólico en este encuentro compartir, a la luz de una vela, los deseos hacia el hijo que comienza una nueva vida. Es largo y doloroso el recorrido vivido con cada una de estas mujeres, reconocemos en ellas fortaleza y valentía. Nuestra labor implica un compromiso personal que nos lleva a estar disponibles para empatizar con sus historias y contribuir a que esta vivencia sea una oportunidad para reconstruirse como mujeres dentro de nuestra sociedad. Creemos en la adopción, porque implica una opción por la vida, una alternativa para estos niños y niñas de vivir en familia, reconociendo también que la mujer que cede en adopción carga con su propia historia de abandono y de daño profundo. nº9 | AdopciónyFamilia | 43 Adopción en el mundo La adopción interracial y sus resultados E n Norteamérica uno de los aspectos más polémicos de la actual política y práctica sobre bienestar infantil, tiene que ver con la conveniencia de que las familias adopten niños de diferente raza o etnia a la suya propia. Siguiendo el estudio realizado por los profesores David Broszinsky, Daniel Smith y Anne B. Brodzinsky, en su obra “Children’s Adjustment to Adoption. Developmental and Clinical Issues”, la adopción interracial en los Estados Unidos típicamente ha supuesto la asignación de niños pertenecientes a grupos sociales minoritarios a familias de raza blanca. Los defensores de este tipo de adopciones argumentan que el desproporcionado número de dichos niños al cuidado de las instituciones, junto con la escasez de familias, con las que coinciden en origen, disponibles, 44 | AdopciónyFamilia | nº9 requiere que los menores (sic) sean asignados a familias estables sin importar su raza. Los oponentes, por otra parte, sugieren que este tipo de adopciones perjudicará el desarrollo de una identidad racial positiva. Además, argumentan que se incrementa el riesgo de sufrir problemas psicológicos a largo plazo. La adopción interracial en los Estados Unidos empezó a finales de los 40, principios de los 50, cuando los veteranos de la Segunda Guerra Mundial empezaron a adoptar niños chinos y japoneses que se habían quedado huérfanos. Más tarde, en Corea y Vietnam, se obtuvieron nuevas fuentes de adopción internacional. Además de niños asiáticos, este tipo de adopción ha implicado, desde los años 60, la adopción de menores de América del Sur y de América Central. Sin embargo, se ha incrementado la dificultad para llevar a cabo este tipo de adop- ciones debido a la resistencia de algunos países a que sus niños sean trasladados a otras culturas. Las adopciones interraciales de niños pertenecientes a grupos sociales minoritarios, es polémica. La Asociación Nacional de Trabajadores Sociales Negros y su homólogo británico, sostienen su oposición a prácticamente todas las adopciones interraciales. Por otro lado, grupos como el Concilio Norteamericano de Niños Adoptables, son firmes partidarios de estas adopciones, como un proceso de unión permanente entre niños y familias. En una posición intermedia, La Liga Americana de Bienestar Infantil, afirma que, aunque es preferible para los niños y los padres adoptivos estar emparejados racialmente, las adopciones no deben ser rechazadas o aplazadas si no es posible una apropiada adopción interracial. Adopción en el mundo Adopción interracial: perspectivas a favor y en contra Se describe en el estudio de los autores anteriormente citados, dos tipos de argumentos contra la continuidad de la práctica de las adopciones interraciales. En primer lugar, se afirma que los niños pertenecientes a grupos sociales minoritarios criados en otras familias, sufrirán problemas emocionales, de desarrollo y/o socio-culturales, en especial referidos a una inadecuada identidad racial y a una baja autoestima. Desde esta perspectiva, es central la creencia de que una positiva identidad racial es la esencia de un saludable desarrollo personal y que los niños adoptados por familias de otras razas, debido a esa inadecuación en la identificación con su raza, manifestarán una adaptación psicológica más pobre que sus iguales adoptados por familias con las que coinciden racialmente. El punto de vista contrario afirma que los resultados de las adopciones interraciales no son necesariamente negativos y que la necesidad que un niño tiene de una familia estable, pesa más que el posible beneficio que en la vida del menor puede hacer la unión con una familia de igual raza. El segundo tipo de argumento en contra de las adopciones interraciales, es esencialmente político. Se piensa que los sistemas sociales y culturales que han permitido y alentado estas adopciones, reflejan ideologías parciales que fracasan en reconocer la fuerza de las culturas minoritarias. Por consiguiente, la mayoría de argumentos se centran en percibir defectos en el sistema del Servicio Social. En contraste, otros mantienen que las adopciones interraciales son una práctica positiva, ya que promueven la integración racial, el ideal por el cual una sociedad tolerante debe luchar, y además que no reconocen la superioridad de ninguna raza en términos de que todas ellas son capaces de proporcionar un hogar adecuado para los niños. El debate sobre adopción interracial es complejo y de gran importancia. Dados los fuertes posicionamientos tomados por cada una de las partes y las trascendentes implicaciones políticas de sus argumentos, parecería lógico asumir que dicha polémica conducirá a un gran número de investigaciones dirigidas a resolver estas cuestiones. Sin embargo, son relativamente escasas las investigaciones sobre resultados específicos en adopciones interraciales. A todo ello debemos añadir, que hoy corren tiempos difíciles, por lo menos en España, para la tolerancia, el ultranacionalismo practicado por algunos dirigentes políticos de las llamadas Comunidades históricas, las miradas silenciosas pero duras ante los que tiene rasgos diferentes, el localismo excluyente que se practica en algunos lugares de nuestra patria, nos hace reflexionar sobre la importancia y la trascendencia que tiene el tema. Resultados de investigaciones en más comunes. En España tenemos que tener en cuenta las adopciones internacionales de menores de origen chino, que, sin duda alguna, son las más numerosas y también de algunos países de Hispanoamérica. Evidentemente se tendrán que realizar estudios, tal como lo han hecho y lo están realizando en los EE.UU., aunque la experiencia comparativamente es poca y ha transcurrido poco tiempo para efectuar un estudio serio o la muestra no es tan amplia para que nos permita sacar conclusiones. A pesar de ello el equipo de InterAdop continuamente está estudiando y analizando todos los hechos que concurren en la adopción internacional en España y, en su caso, conociendo los problemas a los que se están enfrentando nuestros colegas de otros países de adopción o de acogida para tengamos la capacidad profesional para dar respuesta a las familias que desean adoptar o que han adoptado con nuestra Entidad. Las investigaciones, desgraciadamente, han fracasado en proporcionar respuestas a muchas de las preguntas centrales acerca de la práctica de las adopciones interraciales, concluyen los autores, y argumentan que es debido, en parte, a la escasez de estudios, además de los problemas metodológicos que caracterizan al grueso de las investigaciones en esta área. Además, la mayoría de las investigaciones se han centrado en la adopción de niños Afro-Americanos por parte de familias de raza blanca, excluyendo los otros tipos de adopción interracial, los cuales se han convertido cada vez nº9 | AdopciónyFamilia | 45 Adopción en el mundo No hay datos fiables que sostengan el argumento según el cual, la tensión causada por las diferencias raciales, inevitablemente lleva al fracaso de las adopciones. Adaptación psicológica en los niños sujetos de adopciones interraciales Los críticos de la adopción interracial han expresado su preocupación por el hecho de que estos niños puedan tener un mayor riesgo de sufrir problemas psicológicos que aquellos adoptados por familias de la misma raza. Algunos estudios han examinado, a nivel general, la adaptación en la adopción interracial, los datos indicaban que los padres expresaban, a lo largo de todo el estudio, una considerable satisfacción en sus roles como padres adoptivos, y que los niños adoptados se sentían firmemente unidos a sus familias adoptivas. Así, a nivel de adaptación general, exponen los autores, que la mayor parte de datos indican que los niños sujetos de adopción interracial, no sufren resultados negativos en su desarrollo, ni tienen una imagen negativa de ellos mismos. Sin embargo, estos resultados no abordan la mayor preocupación planteada con respecto a la adopción interracial, a saber, si es probable que este tipo de adopciones interfiera en el desarrollo de una actitud e identidad racial sana. La Identidad racial en niños sujetos de adopciones interraciales Siguiendo el hilo de la obra de los profesores americanos, éstos nos enseñan que, a nivel conceptual, hay poco acuerdo entre investigadores con respecto a la definición de “identidad racial”. Algunos autores la consideran como una característica personal estable, mientras que otros argumentan que se trata de una actitud individual variable, según situaciones específicas. La falta de una definición operacional consistente, probablemente explica la diversidad de estrategias de investigación, 46 | AdopciónyFamilia | nº9 además de las discrepancias que se observan en los resultados de los estudios. En una de estas investigaciones, señala el prof. Brodzinsky, aun cuando se vio que la gran mayoría de padres consideraban muy importante la identificación de los niños con su propia identidad racial, un número considerablemente inferior de menores mostraba actitudes positivas hacia su raza. Mientras los niños se resistan a tratar el tema con sus padres, tal como ocurre a menudo, se cuestionará la validez de la información ofrecida por los padres adoptivos respecto a la adopción interracial. Otros investigadores han trabajado directamente con los niños, evaluando la identidad racial a través de test proyectivos. Los resultados de estos estudios sugieren que estos menores manifiestan una opinión más negativa sobre su propia condición racial, presumiblemente como resultado de haberse criado en familias de otra raza. Sin embargo, otros estudios muestran cómo la presencia de niños pertenecientes a minorías sociales incrementa la aceptación de tales minorías por parte del resto de la familia, y que estos niños adoptivos se identifican a sí mismos como birraciales, lo cual es un hecho enriquecedor. Una cuestión que los estudios han fracasado en abordar es si la identidad racial tiene alguna relación en lo que se refiere a la adaptación de los niños sujetos de adopciones interraciales. Algunas investigaciones llegan a la conclusión de que las dificultades psicológicas de estos niños se incrementan con el tiempo. La disminución en la adaptación parece estar relacionada con la manera en que las familias adoptivas manejan los temas relativos a la identificación racial con el paso de los años. Los datos indican que esta identificación se vuelve más dicotómica con el tiempo, sugiriendo que las familias y los niños adoptados tienen dificultades en integrar los sistemas de valores de las distintas razas cuando los niños se van haciendo mayores. Todos estos estudios llegan a la conclusión de que no debemos quedarnos en la discusión de si la adopción interracial es positiva o negativa, sino que nos debemos centrar en averiguar si es posible predecir bajo qué condiciones y en qué etapas del desarrollo, los problemas pueden empezar a surgir. Conclusiones sobre la adopción interracial Creemos que no debemos bajar la guardia en el hecho de que se pueden presentar en algunos menores los problemas que han vivido algunas familias americanas, el apoyo de un técnico para prever o en su caso coadyuvar a normalizar la situación dada es, en muchos casos, necesaria. Sin embargo, el equipo del Instituto Tena de la Familia comparte la idea de los profesores David Broszinsky, Daniel Smith y Anne B. Brodzinsky, cuando afirman que todos los resultados apuntan hacia la importancia de la función de protección que la adopción ejerce en la vida de los niños que han sufrido tempranas experiencias de adversidad biológica y social, mediante el abandono y su posterior institucionalización. fuente: www.postadopcion.com Columna 47 | AdopciónyFamilia | nº9 es virtud verdadera. Es cosa de ver la TV y de leer las noticias para preguntarse cómo ayudar a construir una sociedad del respeto mutuo, plantando sus semillas desde el seno del hogar. Siguiendo el ejemplo de María y de José, lo primero será aprender a “guardar en el corazón”. del respeto patrón de conducta, y optaron por el silencio y el respeto, guardando en el corazón lo que no lograban comprender. En verdad, el respeto es una pedagogía y una escuela. No es una actitud improvisada. Es el fruto de un corazón que procura mirar hacia adentro, que vuelve a las raíces, como lo dice la palabra. Es una actitud que se aprende por contagio más que por discurso. Son los padres los primeros convocados a conocer y a acoger el corazón de sus hijos, su carácter, su temperamento, su originalidad, cosa que se realiza desde que ellos ven la luz del día, y aún antes. Son los padres los llamados a respetar a sus hijos: su proyecto, su vocación, su misterio, y no hacerlo a cambio de una actitud semejante por parte de ellos. El respeto no se negocia: se vive. Hoy nos quejamos de que los jóvenes son irrespetuosos: que no le ofrecen el asiento a una anciana ni a una mujer embarazada, que nos tratan de igual a igual, que no se ponen de pie en la sala de clases cuando entra un profesor. Es un signo más de este cambio epocal que nos tiene a todos de aprendices. Lo importante es no renunciar a lo que uno cree y quiere para la vida en familia, en la sociedad, y avalarlo con el testimonio. Lo importante es “guardar en el corazón” lo incomprensible para esperar el momento oportuno en que la palabra caiga en buena tierra. El respeto no se enseña ni se aprende a gritos. El respeto no se puede reclamar si yo antes no lo vivo. Y, cuidado, pues a veces celebramos los berrinches de los pequeños y sus malos modales como si fueran una “choreza”. Eso es fatal, pues una vez que damos espacio a esas faltas de respeto, hemos cedido un campo muy difícil de reconquistar. Si levantamos la mirada, veremos que vivimos en una sociedad de la exigencia: antes de pedir, “exigimos” que se nos haga o se nos cumpla, y lo hacemos “hasta las últimas consecuencias”. Una sociedad que ama la tolerancia –la menor de todas las virtudes– sin estrenarse en el respeto que En la escuela L a primera crisis interna de la Sagrada Familia. O, por lo menos, la primera crisis que quedó documentada, fue la famosa peregrinación a Jerusalén en que Jesús se quedó en el Templo y no regresó a Nazaret con la caravana de su pueblo. La suya era una familia religiosa que acudía tres veces al año a las fiestas de precepto de Israel: la más importante, por cierto, era la Pascua que obligaba desde los trece años cumplidos. El Papa Benedicto acota que los padres piadosos solían llevar a los hijos, desde algunos años antes, para que se acostumbraran al precepto. Algo así como la excelente costumbre de ir a Misa en familia, incluyendo a los niños más pequeños. En Israel era aún más importante pues a los trece años, edad de la pubertad, hay y había un rito, la Barmitzva, una fiesta que anuncia la mayoría de edad. El púber era conducido por un rabino llevando un rollo de la ley y debía leer la Escritura, guiado por una pluma de plata con que el Rabino le señalaba el lugar de la lectura. ¡Ahora este varón podía proclamar la lectura en la Sinagoga! Era mayor de edad. Sea como sea, en estas caravanas los niños podían ir con sus padres, con sus amigos o con otra familia, y por la noche se reunían con sus padres. Eso es exactamente lo que no sucedió la primera noche y por eso José y María se angustiaron, tuvieron que desandar el camino, y no lo encontraron, hasta que se les ocurrió ir al Templo para ver si había noticia de Jesús. El diálogo refleja la tensión: “tu padre y yo te buscábamos angustiados”… Estoy oyendo a mi mamá cuando, en las situaciones más serias, invocaba la autoridad paterna junto con la propia. La respuesta del niño pudo parecer insolente: “¿por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo estar en los asuntos de mi padre?” Insolente y, de paso, recordándole a José que él era sólo su padre adoptivo. En mi familia, la respuesta habría sido: ¡qué te has imaginado, chiquillo! En la casa de María y de José, tenían otro Pbro. Rodrigo Tupper Vicario General del Arzobispado de Santiago nº9 | AdopciónyFamilia | 47 Reseña Película LA EXTRAÑA VIDA DE TIMOTHY GREEN E sta película toma el drama de la infertilidad y el dolor de una pareja que se ilusiona con formar una familia, y lo convierte en una historia de esperanza y alegría. Timothy es un niño que llega mágicamente a la vida de Cindy y Jim Green, luego que ellos enterraron en el jardín una caja con los deseos y anhelos del hijo soñado, que creían no podrían tener. La presencia de este niño en sus vidas les permitirá vivir la paternidad, y comprender las implicancias de tener un hijo y aceptarlo en su individualidad, ayudándoles a desprenderse de los sueños para poder valorar y disfrutar del privilegio que la realidad ofrece. Una historia llena de magia que, como metáfora, revela el proceso de duelo que viven los padres y los prepara para la adopción, ofreciendo una perspectiva positiva y llena de confianza. La irrupción de Timothy en la vida de esta pareja no viene a darles lo que anhelan, sino a prepararlos para ello. Para compartir en familia, divertirá con un humor espontáneo y sencillo, y emocionará a quienes viven la adopción como un encuentro de amor y entrega incondicional. Los padres se verán identificados en esta búsqueda que da varios giros antes de tomar forma, y los hijos vivirán con esperanza y alegría la búsqueda y el encuentro. Libro bilidad er y tivo que PAULA Y LA PUERTA CERRADA son los Diana Drexler simples, Drexler, Diana Drexler É ste es uno de los cuentos más queridos por las familias adoptivas y herramienta fundamental en el proceso de revelación y de diálogo sobre la historia familiar de adopción. En su segunda edición, este relato se presenta con una renovada imagen, en páginas a todo color y dibujos grandes y atractivos que acompañan la narración, cautivando la atención de los niños. Es una entretenida historia que ofrece a los niños la posibilidad de identificarse con esta pequeña que busca nacer y encontrarse con sus padres. Un cuento alegre y emotivo que entrega una perspectiva positiva, en la cual el niño es el protagonista y le permite ir entendiendo, con ideas simples, lo que es la adopción. a l a las abordar 48 | AdopciónyFamilia | nº9