Avances significativos y desafíos pendientes en la respuesta nacional

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Avances significativos y
desafíos pendientes en la respuesta nacional
Acceso universal a la prevención y la atención integral en VIH y sida
Se han evidenciado avances significativos en el accionar
estatal respecto al VIH y sida en el país, constituyéndose
en temas presentes en la agenda pública, con un mayor
presupuesto, recursos humanos capacitados y servicios
de salud en proceso de fortalecimiento. Sin embargo, la
discriminación y el estigma persisten.
Mirta Ruiz Díaz
Fundación Vencer
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DERECHO A LA IGUALDAD
INTRODUCCIÓN
Aun con avances en la inclusión del VIH y el sida en la agenda pública por medio de
mesas de trabajo y planes en distintas carteras ministeriales, evidenciando líneas claras de inclusión de respuestas positivas e integrales a la epidemia en la política pública
de escala macro, continúan siendo cotidianas las denuncias de discriminación en los
ámbitos de salud, educación y trabajo, combinando la condición de vivir con VIH con
razones de género, y condición social.
El significativo incremento presupuestario a la atención directa relacionada con la
epidemia de VIH y sida, aunque importante para poner en marcha lineamientos de
respuestas, requiere para su sostenibilidad y efectividad el diseño de programas y
políticas públicas integrales y descentralizadas.
Sigue siendo un desafío la transversalización de la perspectiva de género y el enfoque
de derechos humanos en los servicios de salud y educación dirigidos a las personas viviendo con VIH. Esta inclusión debe contar con los procesos de formación profesional
y social para evitar el estigma y cambiar el actual enfoque asistencialista que los caracteriza por un enfoque de derechos: esto es, que contemple los derechos y las necesidades
específicas de niñas, niños y adolescentes, de personas adultas mayores, de personas
con discapacidad, de las poblaciones indígenas y de las mujeres de todas las edades.
Un avance importante registrado en el período que se informa ha sido el tratamiento
del proyecto de ley “que establece derechos, obligaciones y medidas preventivas con
relación a los efectos producidos por el VIH y el sida” y que modifica a la Ley 102/91,
conocida como “Ley del Sida”. Ambas cámaras del Congreso la han considerado y
aprobado, restando entender sólo modificaciones de forma antes de su envío al Ejecutivo para su promulgación. Este proyecto de ley garantiza los derechos a la no discriminación en materia de atención en VIH y sida, reconociéndose un enfoque de derechos y
superando el carácter meramente asistencialista para la atención en la materia.
La filosofía de la política pública en salud del actual gobierno menciona que:
Para que el derecho a la salud sea efectivamente un derecho, las Políticas
Públicas de Salud y Calidad de Vida con Equidad se sostienen en cuatro principios fundamentales: universalidad, equidad, integralidad, y participación
ciudadana (MSPBS, 2008).
Tomando esta filosofía como un compromiso del Estado para el acceso a la salud
integral con calidad y calidez, presentamos en este artículo los logros y los desafíos
relacionados al VIH y el sida en función de este enunciado.
GARANTÍAS Y CONTRADICCIONES
FRENTE A LA DISCRIMINACIÓN POR VIH Y SIDA
• Universalidad
El principio de universalidad refiere a la garantía que el Estado debe adoptar para el
acceso a la información y atención adecuada de todas las personas en todo el territorio
nacional. La garantía de la cobertura universal, para llevarla adelante como una política
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Derechos humanos en Paraguay • 2009
Discriminación hacia personas que viven con VIH y sida
pública, debe prioritariamente atender una cuestión de asignación presupuestaria. En
este sentido, de los USD 710.000 destinados a la prevención y atención en VIH y sida
en 2005, se produjo un incremento considerable llegando en 2009 a G 7.706.985.948
(USD 1.541.397). En tanto, en el presupuesto para el 2010, el Ejecutivo remitió un
aumento del 25% que, de ser aprobado por el Congreso a fines del presente año, significaría el monto de G 9.633.732.435 (USD 1.926.746).
A este presupuesto gubernamental se deben sumar los fondos provistos por el Fondo
Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, así como otras fuentes
de cooperación internacional, que alcanzan para el mismo período al menos USD
12.099.723 (G 60.498.615.000). Estos fondos son destinados a ofrecer servicios gratuitos para realizar estudios de VIH e infecciones de transmisión sexual (ITS), cobertura que incluye los estudios específicos para control y seguimiento de las personas que viven con VIH y sida, los antirretrovirales y medicamentos para infecciones
oportunistas (como toxoplasmosis, meningitis, herpes, citomelagovirus); los estudios
para la prevención de la transmisión perinatal (de madre a hijo) del VIH y la sífilis; la
provisión de preservativos; la atención diferenciada a poblaciones clave; la desconcentración de servicios para proveer información y estudio de VIH a las personas que
consultan por VIH e ITS.
A pesar del avance significativo que representa esta asignación presupuestaria, los
desafíos para su implementación universal son grandes, dado que la mayoría de los
servicios están centralizados y están pensados sólo para dar respuesta a la urgencia.
En ese sentido, aún queda pendiente el diseño de un plan de sostenibilidad. El acceso
a la medicación antirretroviral (ARV) aumentó de 473 personas en 2005 a 2.010 personas hasta septiembre del 2009, siendo gran parte de la atención aún sostenida por la
cooperación internacional de Lazos Sur-Sur (gobierno del Brasil) y el Fondo Mundial
de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.
Muchos de estos avances se deben al involucramiento y la participación de las personas que viven con VIH y de la sociedad civil en interacción con el Programa Conjunto
de las Naciones Unidas sobre VIH y Sida (Onusida), quienes emprendieron acciones
para asegurar la respuesta nacional bajo la rectoría del Ministerio de Salud Pública
y Bienestar Social (MSPBS), logrando complementar esfuerzos nacionales con propuestas estratégicas.
Junto con el incremento presupuestario, las dimensiones de disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad, aceptabilidad y calidad de los servicios tienden a asegurar la
universalidad de la atención integral en respuesta al VIH y al sida.
– Disponibilidad. El Programa Nacional de Control del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Pronasida) del MSPBS provee gratuitamente la aplicación del test
de Elisa para VIH, medicamentos antirretrovirales, medicamentos para infecciones
oportunistas, estudios de seguimiento y control (CD4 y carga viral) a personas que
Las infecciones y enfermedades oportunistas son aquellas causadas por virus y bacterias que “aprovechan la oportunidad” de que el cuerpo carece de defensas para atacarlo y activarse, dado que el sistema inmunológico está
deprimido por causa del VIH. Generalmente se producen cuando la persona se encuentra en estado de sida.
La medicación antirretroviral es el tratamiento utilizado en el protocolo nacional frente al aumento de la presencia de virus en sangre (carga viral) y la disminución de las defensas del organismo (CD4).
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DERECHO A LA IGUALDAD
viven con VIH y sida. Sin embargo, todavía quedan muchas prestaciones no cubiertas por el Programa, necesarias para lograr la atención integral, tales como los estudios especializados, estudios de rutina, test de resistencia y consejería continua.
– Accesibilidad. Si bien gran parte de los insumos y servicios de salud en VIH y
sida en nuestro país está hoy disponible, muchas personas no pueden acceder a la
información y al tratamiento debido a la distancia geográfica, la insuficiencia de
recursos económicos en las familias, la baja promoción y difusión de aquéllos y las
debilidades institucionales en las regiones sanitarias, haciendo que muchas veces
lleguen tarde a los servicios, ya con casos de infecciones oportunistas.
– Adaptabilidad. Los servicios diferenciados en VIH y sida son innovadores en el
país, están dirigidos a poblaciones clave específicas como los hombres que tienen
sexo con hombres (HSH), las mujeres trabajadoras sexuales (MTS), las travestis
trabajadoras sexuales (TTS), las personas usuarias de drogas inyectables (UDI) y
las personas que viven con VIH y sida (PVVS). Sin embargo, todavía estos servicios no se adaptan a las necesidades de cada individuo en especial, teniendo en
cuenta que deben existir entre ellos especificidades dirigidas a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a personas adultas mayores, a mujeres de todas las edades y a
personas con discapacidad de ambos sexos.
– Aceptabilidad. Los servicios de salud deben respetar los valores culturales, la diversidad y el género, debiendo ser aceptables para toda la población afectada por
VIH y sida dentro de su comunidad, con enfoque de derechos. Pero hasta la fecha
muchos de los servicios no son aceptables por las diversas poblaciones.
– Calidad. Los servicios de salud, los recursos humanos y la infraestructura en VIH
y sida han mejorado en cuanto a calidad se refiere pero no son suficientes, porque
no todos los servicios de salud ofrecen prevención y atención integral con calidad y
calidez para todas las personas, en función a sus necesidades especificas.
• Equidad
El principio de equidad refiere a la igualdad de condiciones y sin discriminaciones
para la atención y provisión de servicios de todas las personas sin importar su edad,
sexo, orientación sexual, condición social, apariencia física, condición de salud u otra
característica. Conforme a este principio deben tenerse en consideración las condiciones individuales, justamente para favorecer el acceso a los servicios y bienes. Tal
como se ha presentado con relación a la accesibilidad y la adaptabilidad de los servicios, bienes y establecimientos de salud y atención integral frente al VIH y al sida,
todavía la población está dificultada en el acceso y disfrute equitativo de ellos.
• Integralidad
La atención de salud en VIH y sida se dirige tan sólo a una parte de lo que significa
la persona en su integralidad. Si bien hoy se provee mejor atención a las personas
Desde el 2007 la Fundación Vencer cuenta con un registro de datos en cuanto a los servicios ofrecidos por el
Pronasida en ITS/VIH y sida.
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Derechos humanos en Paraguay • 2009
Discriminación hacia personas que viven con VIH y sida
viviendo con VIH y sida en materia de salud, todavía queda una gran brecha referente
al conjunto de sus derechos y a sus necesidades: por ejemplo, los estudios especializados para algunas infecciones oportunistas y exámenes de rutina no son parte de los
servicios garantizados por el sistema de salud en forma gratuita, dificultando muchas
veces el tratamiento; una gran parte de ellas vive en extrema pobreza, sin trabajo fijo,
alejadas de su familia y sin las condiciones que les garanticen sus derechos a un ambiente saludable, a la educación y a la vivienda, haciendo muy difícil lograr un gran
impacto en la mejora de su calidad de vida.
Para alcanzar la integralidad en la atención se debe comprender a las personas en su
totalidad, más allá de contar con ARV, estudios de laboratorios u otras respuestas de
salud. Los pasos pendientes en el diseño de las políticas públicas deben garantizar
asistencia para la alimentación mínima necesaria para acompañar los ARV, la provisión de refugio para quien lo necesite y el acompañamiento psicosocial de las personas viviendo con VIH y sida y sus familias.
• Participación ciudadana
La participación ciudadana y social es, desde hace más de diez años, clave en la generación de respuestas gubernamentales en torno a la epidemia del VIH y el sida. Como
en otros países, la activa y a veces solitaria participación de las personas viviendo con
VIH y sida fue fundamental para la correcta dimensión y apreciación de la problemática en relación a la temática.
Si bien es cierto que el vacío de organizaciones sociales ocupadas en torno al derecho a la salud obligó en su momento a las personas viviendo con VIH a organizarse
y diseñar acciones y proyectos de prevención, atención y cabildeo político y social,
esta perspectiva generó una base sólida y adecuada que permitió responder ante la
problemática de manera transversal a todas las dimensiones sociales, como la salud,
la educación, el trabajo, el medio ambiente, la salud sexual y reproductiva, el acceso a
la tierra, la vivienda, la pobreza, entre otras, en un marco de derechos humanos.
El proceso de participación de muchas otras organizaciones sociales y plataformas
ciudadanas, consolidado en el 2009, permitió mejorar la política pública en VIH y
sida en Paraguay, la participación activa en el diseño de respuestas conforme a las
necesidades de la comunidad, la elaboración de un Plan estratégico nacional común a
todas las organizaciones que trabajan en VIH y sida, la construcción de agendas políticas, las propuestas de modificación de leyes, la elaboración de programas a escala
nacional y la elaboración de propuestas de continuidad en programas para VIH y sida
del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.
El desafío para los próximos años es conseguir la suficiente participación ciudadana
para que la sociedad civil se empodere y pueda realizar vigilancia ciudadana en la ejecución de las acciones y los planes del Estado, incidiendo en una equitativa ejecución
de los recursos públicos y de la cooperación internacional, de manera tal a asegurar la
calidad de vida y salud para todas las personas.
Datos relevados por la Fundación Vencer desde 2007 entre personas que viven con VIH y sida.
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DERECHO A LA IGUALDAD
SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA DEL VIH Y EL SIDA EN PARAGUAY
El Pronasida/MSPBS (2009) informa que el primer caso reportado de sida en Paraguay fue en 1985. Entre esa fecha y diciembre del 2008 fueron reportados 2.302
casos de sida y 4.501 con VIH, totalizando 6.803 personas que viven con VIH y sida;
más las personas fallecidas, que suman 1.046, dando un total de 7.849 registros. La
estimación de prevalencia para el presente año es de 0,59% (0,2% a 1,0%), siendo la
estimación de un total de 12.226 personas, de las cuales 11.320 serían adolescentes y
adultas viviendo con VIH y sida (de 15 a 49 años de edad) , mientras que los niños y
las niñas (con hasta 14 años de edad) serían 673.
Todas las regiones de Paraguay han reportado registros de personas viviendo con VIH
y casos de sida. Sin embargo, la mayoría de ellas (78,8%) está en el área de la capital,
el departamento Central y las zonas de frontera con Argentina y Brasil. Esto no significa necesariamente que haya mayor prevalencia, sino mayor registro.
En el 2008, de todos los nuevos reportes, el grupo entre 15 y 49 años de edad representó el 17,56% entre los hombres y el 26,5% entre las mujeres. La razón hombre/mujer de los casos de sida fue de 2 a 6. Las formas de transmisión reportadas en
varones se conformó en 70% a través de relaciones heterosexuales y un 21% a través
de prácticas de sexo con hombres. Para las mujeres, la transmisión heterosexual fue
de 94%. La transmisión perinatal fue de 1,8% para los niños y de 6,7% para las niñas.
Paraguay tiene una epidemia concentrada en las poblaciones de mayor riesgo: MTS,
TTS, UDI y HSH (cf. Departamento de Vigilancia del Pronasida/MSPBS, 2008). Las
estimaciones oficiales del Pronasida plantean que hay 12.226 personas con VIH y sida
(cf. Ruiz Díaz, 2008).
GÉNERO Y VIH
Cuando analizamos la cuestión de género en relación al VIH y al sida, notamos que
existen avances, dado que esta perspectiva está siendo incluida en el sistema de salud,
considerando la atención primaria con enfoque de género y equidad en la Planificación Estratégica del Pronasida/MSPBS y en el Plan Nacional de Salud Sexual y
Reproductiva. Sin embargo, a pesar de que se han articulado esfuerzos para dar una
mejor respuesta, continúa habiendo desigualdad en el trato generalizado del personal
administrativo y de blanco hacia las mujeres.
Actualmente, la feminización, la heterosexualización y la afectación de población
cada vez más joven caracterizan a la epidemia en nuestro país, dado que la razón hombre-mujer de nuevos casos diagnosticados es de 94% de los registros en mujeres y el
52% en hombres. Esto demuestra que existe un crecimiento progresivo del número de
mujeres en los casos diagnosticados por transmisión heterosexual. Las mujeres son
mucho más vulnerables ante el VIH y el sida y a las ITS por cuestiones biológicas,
culturales y de género, puesto que están más expuestas por su posición subordinada en
la sociedad, sobre todo cuando la carencia de información y la insuficiencia de servicios, unidas a la desigualdad de género, hacen que no dispongan del poder suficiente
para exigir relaciones sexuales responsables y sin riesgo. Por otro lado, las MTS se
constituyen en uno de los sectores de mujeres más vulnerables a las infeccioens de
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Discriminación hacia personas que viven con VIH y sida
transmisión sexual (cf. Cedaw, 1990: párr. b; Cedaw, 1999: párr. 18). Sin embargo,
cuando se trabajan estos temas la prevención en las mujeres se enfoca como responsabilidad directa de ellas, llevando nuevamente a la estigmatización y discriminación,
lo que produce rechazos, prejuicios e impide la prevención de la infección por VIH
e infecciones de transmisión sexual, así como el tratamiento a las mujeres que viven
con VIH. (cf. Departamento Vigilancia - Pronasida, 2008).
Sin embargo, son los hombres quienes muchas veces se niegan a usar preservativos,
poniendo en peligro la salud de esposas, novias y parejas en el marco de relaciones
heterosexuales supuestamente seguras.
• Avances en la atención perinatal
Es muy importante disminuir la transmisión perinatal del VIH y la sífilis, reduciendo
así el impacto de la epidemia en la infancia, pero la prevención no debe enfocarse sólo
en las madres, sino también en los padres, porque la concepción de una niña o un niño
no es responsabilidad exclusiva de la mujer.
Las estrategias de salud sexual y reproductiva, de prevención del VIH (incluso para
evitar la transmisión del virus al feto) y el tratamiento deben abarcar tanto a la mujer
como al hombre, a fin de disminuir el estigma y la discriminación de las mujeres. La
experiencia de trabajo de las organizaciones que reciben comunicaciones y proveen
asistencia a mujeres que viven con VIH muestra que ellas son a menudo víctimas de
violencia psicológica y física por parte de sus parejas, quienes generalmente las acusan de haber contraído el virus y de haberlo traído al seno de la pareja.
El Pronasida/MSPBS implementa desde 2006 un Plan de Prevención de transmisión
perinatal del VIH y la sífilis, que se realiza con mujeres embarazadas. Este Plan busca
lograr un diagnóstico precoz y el tratamiento profiláctico. La tasa de infección perinatal de niños y niñas se redujo del 40% al inicio del Programa al 8%. Las pruebas
diagnósticas para el VIH y la sífilis con consejería son ofrecidas gratuitamente en 45
servicios de atención materno infantil del país, mientras que sólo se contaba con tres
servicios anteriormente.
LA DISCRIMINACIÓN NO DISCRIMINA: OMISIÓN Y NEGLIGENCIA EN LA MIRADA INTEGRAL FRENTE AL VIH
Durante el período que comprende este informe, la Fundación Vencer ha recibido
numerosas peticiones de apoyo y comunicaciones relacionadas con discriminación
hacia las personas que viven con VIH y sida. Éstas constituyen ejemplos claros de
las múltiples formas de discriminación, en diferentes ámbitos, que sufren las personas
que viven con VIH y sida, que van desde la negación en la prestación de algún servicio de salud y amenazas de despido en el ámbito laboral hasta la criminalización de
la enfermedad.
Los casos corresponden al sistema de denuncias SOS+ y a la consejería entre pares, ambos de la Fundación
Vencer. Los nombres de las personas han sido cambiados y los datos que pudieran individualizarlas, modificados
para preservar su identidad y protegerlas de posibles represalias.
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DERECHO A LA IGUALDAD
– Discriminaciones por condición serológica en la atención de la salud. El acceso a tratamiento integral en VIH y sida en el país brinda cobertura a mujeres
y hombres de diferentes edades, permitiendo que puedan recibir prevención y
atención. Sin embargo, al analizarlo en el plano general, persisten el estigma y la
discriminación para las personas que viven con el VIH. El estado serológico continúa siendo una barrera al momento de tratar casos de VIH, ya que se diferencia
la atención cuando el diagnóstico serológico positivo de las personas es conocido
por el personal médico, dificultándose, en muchos casos, el acceso a los servicios
de salud.
– Discriminaciones asociadas a la edad (niñas, niños y adolescentes). En cuanto
a la atención de niños, niñas y adolescentes, todavía no pueden tener una cobertura
equitativa y diferenciada para sus necesidades, ya que ingresan dentro del mismo
servicio de atención integral que las personas adultas. Actualmente, quienes nacen
de madres que viven con VIH tienen disponibles leche sucedánea y otros insumos provistos gratuitamente a través del Pronasida/MSPBS hasta los seis meses
de vida. Las niñas, los niños y adolescentes no cuentan con una cobertura. No se
da respuestas a otras necesidades, especialmente las relacionadas a requerimientos
nutricionales de la infancia que vive con VIH, la atención a niños huérfanos y niñas
huérfanas o vulnerables a carencias en el cuidado debido a la presencia del VIH en
sus familias, el acceso a la educación escolar, el cuidado familiar alternativo fuera
de los albergues, todas ellas cuestiones que requieren formar parte de políticas públicas integrales, direccionadas y específicas tendientes a garantizar el desarrollo
integral de niñas, niños y adolescentes.
– Discriminaciones asociadas a la distancia geográfica. La centralización de los
servicios de salud en VIH y sida en Asunción también presenta un desafío para
la provisión de servicios de manera equitativa, dado que muchas personas deben
migrar a la capital del país o a países fronterizos para acceder a servicios y bienes
porque aun en las regiones sanitarias cabeceras son mínimos, mientras que en las
zonas rurales, escasos o inexistentes.
• Casos de vulneración de derechos
– Alicia vive en San Lorenzo (departamento Central), cuenta con un sistema de seguro privado en la Clínica Internacional. Durante su embarazo, al realizar análisis
de rutina, el test de Elisa dio positivo. Autoridades del servicio le manifestaron que
debido a su condición ya no podían seguir atendiéndola y tampoco a sus familiares,
también asegurados en esa Clínica.
– Margarita, de Villarrica (departamento del Guairá), trabajaba en el servicio doméstico y tiene dos hijos pequeños. Estando embarazada recurrió al hospital regional
de la ciudad para realizarse todos los análisis de rutina. El test de Elisa salió positivo. La encargada del servicio fue hasta la casa de su empleadora a divulgar el
estado serológico de Margarita, razón por la cual fue despedida.
El estado serológico hace referencia en este contexto a la presencia o no del VIH en la sangre de las personas.
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Derechos humanos en Paraguay • 2009
Discriminación hacia personas que viven con VIH y sida
A pesar de haber reclamado esta situación a funcionarios y funcionarias del hospital,
la respuesta que recibió fue:
[…] que no tiene nada que reclamarle, es más, que ni siquiera tenía derecho
de ir a reclamar nada y lo mejor que podía hacer es callarse, porque que ella es
la que va a perder por tener VIH y si uno está con esa enfermedad no está en
condiciones de reclamar y que si continúa así hasta a sus dos hijos le pueden
sacar a través de la Codeni [Consejería municipal por los derechos de la niñez
y la adolescencia] por vivir con el virus.
Margarita dice que después de entregarle su diagnóstico en ningún momento le brindaron la información necesaria sobre cómo debía continuar el tratamiento ni sobre los
procedimientos que debía seguir para acceder a los beneficios administrados por Pronasida ni de sus derechos para continuar trabajando y criando a sus hijos pequeños.
A más de esto, su empleadora la había denunciado ante el juzgado por exposición al
peligro, razón por la cual fue privada de su libertad en el penal de mujeres de Villarrica. Durante su reclusión preventiva, perdió a su bebé en gestación, dejó de recibir
tratamiento antirretroviral y contrajo toxoplasmosis (una infección oportunista).
Ahora se encuentra trabajando en Asunción, tuvo que trasladarse debido a que ya
no conseguía trabajo en Villarrica por la estigmatización y criminalización a que fue
sometida.
- Diana vive en Loma Pytá, tiene una hija pequeña y trabajaba en un frigorífico en
Piquete Cué. A la semana de haber iniciado el trabajo, el gerente de playa exigió
a alrededor de diez trabajadores y trabajadoras que se efectuaran el test de Elisa.
El mismo suspendió las labores de estas personas hasta tanto no presentaran sus
resultados, aclarando que en caso de resultar positivo el diagnóstico no podrían
continuar trabajando en el lugar. Días después, Diana presentó los resultados y le
notificaron de manera verbal que no podía seguir trabajando en el frigorífico.
- Catalina vive en Luque y es modista. Trabajaba en un pequeño taller de costura en
una casa particular. Su empleadora, al enterarse de su estado serológico, le dijo que
ya no podía seguir trabajando en ese lugar.
Esta señora no quería que una sidosa [sic] siga trabajando en su casa, porque
era un peligro para toda la familia10.
Declaración de la víctima en el servicio SOS+.
A la fecha aún la Fundación Vencer no pudo acceder a datos sobre el expediente y la jueza interviniente en la
causa.
La mujer desistió de la denuncia, ya que con la mediación de la pareja del gerente del frigorífico consiguió trabajo
en otro lugar y tenía mucho miedo de que también la despidieran si emprendía acciones legales.
10 La mujer está estudiando la factibilidad de denunciar el hecho ante otras instancias para recibir alguna compensación económica por despido injustificado.
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