Reunión Internacional sobre Avances en

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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
NOTA DE PRENSA
Primera jornada de la Reunión Internacional sobre Avances en Medicina
Molecular
Se presentan en la Fundación BBVA
los últimos avances en la fisiopatología del hígado
3 de noviembre de 2003. La cirrosis es una de las principales causas de mortalidad en todo
el mundo. Alrededor de 25.000 personas fallecen anualmente en Estados Unidos como
consecuencia de esta enfermedad para la que no existe un tratamiento médico eficaz,
exceptuando el transplante de hígado, según han puesto hoy de manifiesto algunos de los
expertos participantes en la Reunión Internacional sobre Avances en Medicina Molecular de la
Fundación BBVA, que se prolongará hasta el próximo día 5 de noviembre.
La primera jornada de la Reunión Internacional, coordinada por los profesores José María
Mato, Matías Ávila y Fernando Corrales, se ha dedicado al estudio de los procesos básicos de
la biología del hígado y los mecanismos de las enfermedades hepáticas. Destacados
representantes de los grupos internacionales mejor situados en este campo han expuesto los
trabajos que están llevando a cabo para conocer mejor las funciones de las células hepáticas
y las alternaciones que sufre este tejido durante el daño hepático.
Mecanismos moleculares del desarrollo de la fibrosis hepática
En su ponencia “Adipogénesis y fibrogénesis”, Hidekazu Tsukamoto, del Departamento de
Patología de la Keck School of Medicine de la Universidad de Southern California, ha advertido
que la cirrosis no sólo es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, sino que
es muy probable que, en un futuro próximo, aumente la incidencia de esta enfermedad
hepática en los países desarrollados, como consecuencia de la alta prevalecencia de las
infecciones por virus de la hepatitis y la esteatohepatitis no alcohólica, asociada con la
obesidad y con la hepatitis tipo II.
Tsukamoto ha expuesto cómo las células hepáticas estelares (HSC) son consideradas como el
principal tipo celular que produce cantidades excesivas de proteínas en la fibrogénesis
hepática. Una característica única de este proceso es la transdiferenciación de las HSC desde
un estado de almacenaje de vitamina A a un estado de agotamiento de la vitamina A; por
tanto, la comprensión de esta transdiferenciación es un pre-requisito esencial para identificar
objetivos moleculares adecuados para el desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas para
la cirrosis.
Importancia del TNF en la lesión hepática
Mark Czaja, del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, ha expuesto las
investigaciones que se están llevando a cabo en su laboratorio sobre “Señalización del TNF y
muerte celular”. Según el Dr. Czaja, hasta hace poco tiempo el concepto de hepatopatía
tóxica era bastante simplista. Se pensaba que una toxina era absorbida por el hepatocito,
convertida en un metabolito dañino y, dependiendo de la dosis de toxina administrada, el
hepatocito sobrevivía o sufría la muerte celular.
En la actualidad se sabe que la hepatopatía tóxica no se debe estrictamente a los marcados
efectos de la toxina en los componentes celulares, sino que se debe también a una función de
factores extracelulares. Un mediador especialmente importante en la hepatopatía tóxica es el
factor de necrosis tumoral (TNF) de las citocinas. En hepatopatías agudas ocasionadas por
toxinas como el tetracloruro de carbono, el TNF se produce después de la administración de la
toxina y antes del comienzo de la necrosis y apoptosis, o muerte celular programada, de los
hepatocitos.
Algunos estudios han demostrado que la inhibición de la función TNF reducía de manera
significativa la hepatopatía provocada por el tetracloruro de carbono. Estudios posteriores
han demostrado que el TNF tiene un papel causal en la lesión hepática provocada por un
número de hepatotoxinas que incluyen la galactosamina, el cadmio, el paracetamol y el
etanol. Por tanto, evitar los efectos dañinos del TNF en los hepatocitos puede proporcionar
una vía terapéutica importante para el tratamiento de la hepatopatía tóxica.
De hecho, según las investigaciones llevadas a cabo por los investigadores del Albert Einstein
College of Medicine en modelos experimentales, se ha demostrado que si se bloquea la ruta
del TNF se bloquea el daño producido por sustancias tóxicas como el alcohol. Si este bloqueo
de la apoptosis se produce al comienzo de la ruta, posiblemente no tenga efectos
secundarios.
Modelos celulares de la regeneración hepática
George Michalopoulos, de la Univesidad de Pittsburgh, ha centrado su intervención en la
regeneración hepática. Según, el Dr. Michalopoulos, el HGF es un factor esencial en la
regeneración hepática. El hígado posee una propiedad casi única entre los tejidos de nuestro
organismo, que es la capacidad de regeneración tras una pérdida parcial de su masa. Esta
respuesta ha evolucionado como un mecanismo de defensa de este órgano, que se encuentra
en contacto directo con los agentes tóxicos que se ingieren con la dieta.
El HGF es un factor producido por las células de Ito (células estelares del hígado) en
respuesta a señales que estimulan la regeneración del hígado (daño celular por toxinas,
virus...). El HGF interacciona con los hepatocitos a través de su receptor c-met activando dos
procesos esenciales para que este órgano supere la agresión mediada por los agentes
tóxicos: la inducción de mecanismos que inhiben la muerte celular y estimulación de la
proliferación de los hepatocitos. Estas dos respuestas son esenciales para mantener y
restaurar la masa hepática y así mantener la función vital de este órgano. El HGF posee
también potentes efectos sobre la diferenciación y la morfogénesis del parenquima hepático
en crecimiento.
En los laboratorios de la Universidad de Pittsburg, se han llevado a cabo estudios en un
modelo “in vitro” en el que células hepáticas aisladas del hígado de rata son cultivadas sobre
una matriz de colágeno, sobre la que forman estructuras muy parecidas al tejido hepático “in
vivo”. En estas condiciones, el equipo del Dr. Michalopoulos ha estudiado los efectos del HGF
y glucocorticoides como la dexametasona sobre el crecimiento y la diferenciación de los
hepatocitos. Este modelo tiene, en opinión de los investigadores de la universidad de
Pittsburg, gran valor para el estudio de factores y hormonas esenciales en la biología del
hepatocito.
Esteatohepatitis, una enfermedad que afecta a 15 millones de personas
La esteatohepatitis es una hepatopatía aguda caracterizada por la acumulación de lípidos y la
aparición de inflamación, necrosis y fibrosis. Se trata de una enfermedad progresiva del
hígado con una incidencia de cirrosis de alrededor del 25% y una tasa de mortalidad de entre
el 10% y el 15%. El Dr. José María Mato ha expuesto, en la ponencia que ha cerrado la
jornada inaugural de la Reunión Internacional, un trabajo elaborado conjuntamente con los
otros dos coordinadores del encuentro, Matías Ávila y Fernando Corrales, sobre los
mecanismos de aparición de esta patología.
La etiología de
pacientes con
esteatohepatitis
diversas formas
la esteatohepatitis no es bien conocida, pero la padecen con frecuencia
diabetes tipo II, obesos y alcohólicos. Además, se piensa que la
es la causa de la mayoría de los casos de cirrosis de origen desconocido. Las
de esta enfermedad, alcohólica (ASH) y no alcohólica (NASH), no se pueden
distinguir desde el punto de vista histológico y probablemente comparten los mismos
mecanismos patógenos. Aunque la epidemiología de la esteatohepatitis no se conoce muy
bien, los datos disponibles sugieren que más de 15 millones de personas sufren esta
enfermedad en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental. Las herramientas de diagnóstico
actuales no permiten un diagnóstico precoz de la esteatohepatitis, ni existen tratamientos
eficaces que eviten, curen o retrasen la progresión de esta enfermedad. Consecuentemente
con esta situación, el estudio de la esteatohepatitis se ha convertido en una de las principales
prioridades de investigación en la hepatología básica y clínica.
Las investigaciones de los profesores Mato, Ávila y Corrales se centran en el estudio de la
síntesis hepática de la S-adenosilmetionina (SAM), y les han permitido demostrar con
claridad cómo una insuficiencia crónica de SAM provoca esteatohepatitis, que la SAM
conecta el metabolismo hepático con el crecimiento, la apoptosis y la diferenciación de los
hepatocitos, y que las alteraciones en el contenido de SAM juegan un papel fundamental
en el desarrollo y progresión de las hepatopatías.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (915 376 615 y 944 874 479)
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