Bacterias que causan enfermedades humanas - Bio

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Bacterias que causan enfermedades humanas
Sólo una pequeña parte de los miles de especies de bacterias causan enfermedades humanas
conocidas. Las infecciones bacterianas se evitan destruyendo las bacterias con calor, como se hace
en las técnicas de esterilización y pasteurización. Cuando se producen, las enfermedades
bacterianas se tratan con antibióticos. Pero el abuso de estos compuestos en los últimos años ha
favorecido el desarrollo de cepas de bacterias resistentes a su acción, como Mycobacterium
tuberculosis, que causa la tuberculosis.
Bacilo
Bacillus anthracis
Bacillus cereus
Clostridium botulinum
Clostridium perfringens
Clostridium tetani
Corynebacterium
Diphtheriae
Escherichia coli
Klebsiella pneumoniae
Legionella pneumophila
Mycobacterium leprae
Mycobacterium
Tuberculosis
Salmonella sp.
Salmonella typhi
Salmonella typhimurium
Shigella dysenteriae
Shigella sp.
Yersinia enterocolitica
Yersinia pestis
Yersinia
Pseudotuberculosis
Clamidia
Chlamydia trachomatis
Cocobacilo
Bordetella pertussis
Brucella sp.
Haemophilus influenzae
Haemophilus pertussis
Coco
Neisseria gonorrhoeae
Neisseria meningitidis
Staphylococcus
Streptococcus pneumoniae
Streptococcus pyogenes
Streptococcus sp.
Ántrax
Intoxicación alimentaria por Bacillus cereus
Botulismo
Mionecrosis clostridial (gangrena gaseosa)
Tétanos
Difteria
Diarrea
Bronconeumonía
Enfermedad del legionario
Lepra
Tuberculosis
Salmonelosis
Fiebres tifoideas
Gastroenteritis por Salmonella
Disentería bacilar
Sigelosis
Yersiniosis, gastroenteritis
Peste
Linfadenitis mesentérica
Tracoma, uretritis, cervicitis, conjuntivitis
Tos ferina
Brucelosis
Meningitis, neumonía bacteriana
Tos ferina
Gonorrea, enfermedad inflamatoria pélvica
Meningitis
Neumonía, síndrome de shock tóxico, infecciones de la
piel, meningitis
Neumonía, infecciones del oído, meningitis
Infecciones de garganta, fiebre reumática
Escarlatina, fiebre puerperal
Listeria
Listeria monocytogenes
Listeriosis, septicemia perinatal, meningitis,
encefalitis, infecciones intrauterinas
Micoplasma
Mycoplasma pneumoniae
Neumonía
Rickettsia
s
Rickettsia prowazekii
Tifus epidémico, enfermedad de BrillZinsser (trasmitida por piojos)
Fiebre de las montañas Rocosas
( t
(trasmitidas por garrapatas)
Tifus endémico (tifus murino,
trasmitido por la pulga de la rata)
Rickettsia rickettsii
r
Rickettsia typhi
transmitido
Espirilo
F
Campylobacter fetus jejuni
Campilobacteriosis (diarrea bacteriana)
Fiebre producida por mordedura de rata
Spirillum minor
Espiroqueta
Treponema pallidum
Vibrio
Aeromonas hydrophila
Sífilis
Plesiomonas shigelloides
Vibrio cholerae 01
Vibrio cholerae no-01
Vibrio parahemolyticus
Vibrio vulnificus
Gastroenteritis, septicemia, celulitis, infecciones de heridas, infecciones de las vías urinarias
Gastroenteritis, diarrea
Cólera epidémico
Gastroenteritis
Gastroenteritis por Vibrio parahemolyticus
Infecciones de heridas, gastroenteritis, septicemia primaria
División de una bacteria
Cuando las bacterias y otras células alcanzan un tamaño y un metabolismo crítico, se dividen y
forman dos células hijas idénticas; cada una de éstas recibe aproximadamente la mitad de la masa
celular de la célula original, y comienzan a crecer. Una bacteria puede llegar a dividirse cada seis
minutos, y formar con rapidez una colonia que es visible para el ojo humano.
Espiroqueta
Las bacterias, incluidas en el reino Monera, son organismos unicelulares que carecen de una
organización interna bien definida. La bacteria Leptospirilla ichterohaemorrhagiae, fotografiada
aquí, presenta una estructura espiral característica, llamada espiroqueta, que es común a más de
1.600 especies de bacterias.
Arquebacteria
Las arquebacterias constituyen un grupo de bacterias adaptado a vivir en condiciones extremas.
La especie Methanospirillum hungatii es una arquebacteria metanogénica Gram negativa presente
en ambientes carentes de oxígeno. Estas bacterias producen metano a partir de dióxido de carbono
e hidrógeno. En la fotografía aparece la bacteria en fase de escisión, es decir, mientras se está
dividiendo para dar lugar a dos células hijas.
Anatomía de una bacteria sencilla
Una bacteria simplificada está formada por tres capas externas que envuelven las estructuras
internas; la capa pegajosa protege la pared celular rígida, que a su vez cubre la membrana celular
semipermeable. El flagelo es un medio de locomoción y los pelos que se extienden por fuera de la
cápsula ayudan a la bacteria a sujetarse a las superficies. El material genético está contenido en el
ADN que forma el nucleoide. Los ribosomas que flotan en el citoplasma intervienen en la síntesis
de proteínas.
Estreptococos
Streptococcus pyogenes es una bacteria patógena común, que se encuentra en la boca, la garganta,
el tracto respiratorio, la sangre y las heridas de los seres humanos. Es transportada por el aire, y es
responsable de diversas enfermedades humanas, como la infección hemolítica de garganta.
Bacteria patógena
La bacteria Neisseria meningitidis que muestra esta imagen, produce meningitis bacteriana así
como otras enfermedades. Su carácter Gram negativo se debe a su incapacidad para captar un tipo
específico de colorante bacteriano denominado tinción de Gram.
1 INTRODUCCION
Bacteria (del griego, bakteria, ‘bastón’), nombre que reciben los organismos unicelulares y
microscópicos, que carecen de núcleo diferenciado y se reproducen por división celular sencilla.
Las bacterias son muy pequeñas, entre 1 y 10 micrómetros (µm) de longitud, y muy variables en
cuanto al modo de obtener la energía y el alimento. Están en casi todos los ambientes: en el aire,
el suelo y el agua, desde el hielo hasta las fuentes termales; incluso en las grietas hidrotermales de
las profundidades de los fondos marinos pueden vivir bacterias metabolizadoras del azufre.
También se pueden encontrar en algunos alimentos o viviendo en simbiosis con plantas, animales
y otros seres vivos.
2 CLASIFICACIÓN
En el actual sistema de clasificación en cinco reinos, las bacterias pertenecen al reino Móneras,
cuyos miembros son organismos procariotas, que se caracterizan porque las células carecen de un
núcleo con una membrana diferenciada que lo rodee. Se conocen unas 1.600 especies. Las
bacterias se suelen clasificar siguiendo varios criterios: por su forma, en cocos (esféricas), bacilos
(forma de bastón), espiroquetas y espirilos (con forma espiral); según la estructura de la pared
celular; por el comportamiento que presentan frente a la tinción de Gram; en función de que
necesiten oxígeno para vivir o no (aerobias o anaerobias, respectivamente); según sus capacidades
metabólicas o fermentadoras; por su posibilidad de formar esporas resistentes cuando las
condiciones son adversas, y en función de la identificación serológica de los componentes de su
superficie y de sus ácidos nucleicos.
La clasificación taxonómica más utilizada divide a las bacterias en cuatro grandes grupos según
las características de la pared celular. La división Gracilicutes incluye a las bacterias con pared
celular delgada del tipo Gram negativas; las bacterias de la división Firmicutes tienen paredes
celulares gruesas del tipo Gram positivas; las de la Tenericutes carecen de pared celular y las de la
cuarta división Mendosicutes tienen paredes celulares poco comunes, formadas por materiales
distintos a los típicos peptidoglucanos bacterianos. Entre las Mendosicutes se encuentran las
Arquebacterias, un grupo de organismos poco comunes, que incluyen a las bacterias
metanogénicas, anaerobias estrictas, que producen metano a partir de dióxido de carbono e
hidrógeno; las halobacterias, que necesitan para su crecimiento concentraciones elevadas de sal, y
las termoacidófilas, que necesitan azufre y son muy termófilas. Se ha discutido sobre la
conveniencia de que las Arquebacterias se incluyeran en un reino aparte, ya que estudios
bioquímicos recientes han mostrado que son tan diferentes de las otras bacterias como de los
organismos eucariotas (con núcleo diferenciado englobado en una membrana). Estos cuatro
grandes grupos de bacterias se subdividen además en unas 30 secciones numeradas, alguna de las
cuales se dividen a su vez en órdenes, familias y géneros. La sección 1, por ejemplo, la componen
las espiroquetas, bacterias con forma espiral y paredes celulares Gram negativas y con flagelos
filamentosos internos (entre la membrana y la pared celular), que proporcionan al organismo
movilidad (capacidad para moverse). Treponema pallidum, causante de la sífilis, es una
espiroqueta, un miembro del orden Spirochaetales y de la familia Spirochaetaceae.
No todas las bacterias tienen capacidad de movimiento, pero las que lo hacen se desplazan gracias
a la presencia de apéndices filamentosos denominados flagelos. Éstos pueden localizarse a lo
largo de toda la superficie celular o en uno o ambos extremos, y pueden aparecer aislados o en
grupo. Dependiendo de la dirección en que gire el flagelo, la bacteria puede moverse avanzando o
agitándose en una dirección concreta. La duración de los movimientos de avance en relación con
los de giro, está asociada a receptores presentes en la membrana bacteriana; estas variaciones
permiten a la bacteria acercarse a determinadas sustancias, como partículas alimenticias, y
alejarse de aquellas condiciones ambientales adversas. En algunas bacterias acuáticas, que
contienen partículas ricas en hierro, el movimiento se orienta según el campo magnético.
3 GENÉTICA
El material genético de la célula bacteriana está formado por una hebra doble de ADN circular
(véase Ácidos nucleicos). Muchas bacterias poseen también pequeñas moléculas de ADN
circulares llamados plásmidos, que llevan información genética, pero, la mayoría de las veces, no
resultan esenciales en la reproducción. Muchos de estos plásmidos pueden transferirse de una
bacteria a otra mediante un mecanismo de intercambio genético denominado conjugación. Otros
mecanismos por los cuales la bacteria puede intercambiar información genética son la
transducción, en la que se transfiere ADN por virus bacterianos (véase Bacteriófago), y la
transformación, en la que el ADN pasa al interior de la célula bacteriana directamente desde el
medio. Las células bacterianas se dividen por fisión; el material genético se duplica y la bacteria
se alarga, se estrecha por la mitad y tiene lugar la división completa formándose dos células hijas
idénticas a la célula madre. Así, al igual que ocurre en los organismos superiores, una especie de
bacteria origina al reproducirse sólo células de la misma especie. Algunas bacterias se dividen
cada cierto tiempo (entre 20 y 40 minutos). En condiciones favorables, si se dividen una vez cada
30 minutos, transcurridas 15 horas, una sola célula habrá dado lugar a unos mil millones de
descendientes. Estas agrupaciones, llamadas colonias, son observables a simple vista. En
condiciones adversas, algunas bacterias pueden formar esporas, que son formas en estado latente
de la célula que permiten a ésta resistir las condiciones extremas de temperatura y humedad.
4 METABOLISMO BACTERIANO
Hay dos grupos principales de bacterias: las saprofitas, que viven sobre los cuerpos muertos de
animales y vegetales, y las simbiontes, que viven en animales o plantas vivas. Las saprofitas son
importantes porque descomponen los cuerpos de las plantas y animales muertos en sus
componentes esenciales, haciéndolos accesibles para ser utilizados como alimento por las plantas.
Muchas bacterias simbiontes se encuentran, en condiciones normales, en los tejidos humanos,
incluso en el tubo digestivo y la piel, donde pueden resultar indispensables para los procesos
fisiológicos. Este tipo de relación recibe el nombre de mutualismo. En el comensalismo, las
bacterias simbiontes obtienen los nutrientes de sus huéspedes vivos causándoles un daño
considerable. Los parásitos, el tercer tipo, pueden provocar la destrucción de las plantas o de los
animales en los que viven.
Las bacterias están implicadas en la descomposición o deterioro de la carne, el vino, las verduras,
la leche y otros productos de consumo diario. La acción de las bacterias puede originar cambios
en la composición de algunos alimentos y provocar un mal sabor. El crecimiento de bacterias en
los alimentos puede también ocasionar intoxicaciones alimentarias, como las originadas por
Staphylococcus aureus y Clostridium botulinum (véase Botulismo). Por otra parte, las bacterias
resultan de gran importancia en muchas industrias. La capacidad fermentadora de ciertas especies
es aprovechada en la producción de queso, yogur, adobos y salazones. También resultan
importantes en el curtido de cueros, la producción de tabaco, la conservación del grano, los
tejidos, los fármacos, y en la elaboración de varios tipos de enzimas, polisacáridos y detergentes.
Las bacterias se encuentran en casi todos los ambientes e intervienen en varios procesos
biológicos. Por ejemplo, pueden producir luz, como en la fosforescencia de los peces muertos
(véase Bioluminiscencia), y pueden producir combustión espontánea en almiares, pajares y
graneros de lúpulo. Ciertas formas anaerobias desprenden, por descomposición de la celulosa, gas
de los pantanos en charcas estancadas; otras bacterias favorecen la formación de depósitos de
hierro ocre y manganeso en los pantanos.
Las bacterias también afectan a la naturaleza y composición del suelo. Como resultado de su
actividad, los restos de sustancias orgánicas de las plantas y los animales se descomponen en
partículas inorgánicas. Este mecanismo es una fuente importante de alimento para las plantas.
Además, las leguminosas enriquecen el suelo al incrementar el contenido de nitrógeno gracias a la
ayuda de la especie Rhizobium radicicola y de otra bacteria que infecta las raíces de las plantas y
origina nódulos de fijación de nitrógeno. El proceso fotosintético en que se basan las plantas fue,
casi con certeza, desarrollado en primer lugar en las bacterias; el reciente descubrimiento de una
bacteria fotosintetizadora denominada Heliobacterium chlorum puede ayudar a la comprensión de
este desarrollo fundamental en la evolución de la vida.
5 BACTERIAS PATÓGENAS
Casi 200 especies de bacterias son patógenas para el ser humano, es decir, causantes de
enfermedades. El efecto patógeno varía mucho en función de las especies y depende tanto de la
virulencia de la especie en particular como de las condiciones del organismo huésped. Entre las
bacterias más dañinas están las causantes del cólera, del tétanos, de la gangrena gaseosa, de la
lepra, de la peste, de la disentería bacilar, de la tuberculosis, de la sífilis, de la fiebre tifoidea, de la
difteria, de la fiebre ondulante o brucelosis, y de muchas formas de neumonía. Hasta el
descubrimiento de los virus, las bacterias fueron consideradas los agentes patógenos de todas las
enfermedades infecciosas.
Los efectos patógenos provocados por las bacterias en los tejidos pueden agruparse en las cuatro
clases siguientes: (1) efectos provocados por la acción directa local de la bacteria sobre los
tejidos, como en la gangrena gaseosa causada por Clostridium perfringens; (2) efectos mecánicos,
como cuando un grupo de bacterias bloquea un vaso sanguíneo y causa un émbolo infeccioso; (3)
efectos de respuesta del organismo ante ciertas infecciones bacterianas en los tejidos, como las
cavidades formadas en los pulmones en la tuberculosis, o la destrucción de tejido en el corazón
por los propios anticuerpos del organismo en las fiebres reumáticas; (4) efectos provocados por
toxinas producidas por las bacterias, sustancias químicas que resultan tóxicas en algunos tejidos.
Las toxinas son, en general, específicas de cada especie; por ejemplo, la toxina responsable de la
difteria es diferente de la responsable del cólera.
6 ANTIBIÓTICOS
Ciertos microorganismos, tanto determinados hongos como algunas bacterias, producen
sustancias químicas que resultan tóxicas para algunas bacterias específicas. Estas sustancias, entre
las que se incluyen la penicilina y la estreptomicina, son los denominados antibióticos; producen
la muerte de las bacterias o impiden su crecimiento o reproducción. En la actualidad, los
antibióticos están deempeñando un papel cada vez más importante dentro de la medicina para
controlar las enfermedades bacterianas. Véase también Antiséptico; Bacteriología; Enfermedad.
Saprofito, cualquier organismo que no puede obtener su alimento mediante la fotosíntesis, y en
su lugar se nutre de restos de materia vegetal o animal en putrefacción. Los hongos superiores, los
mohos, y otros tipos de hongos, son los saprofitos más abundantes. Ciertos tipos de bacterias son
saprofitas, así como también algunas plantas con semilla, como la monótropa india, Monotropa
uniflora, y las orquídeas del género Corallorhiza. Los saprofitos producen enzimas que
descomponen la materia orgánica en nutrientes que se pueden absorber. Muchas plantas saprofitas
con semilla, consiguen su alimento en cooperación con hongos simbiontes (asociados en
simbiosis), que colonizan sus raíces y convierten la materia en descomposición, en nutrientes.
Bacteria metanogénica, bacterias que obtienen su energía a través de la producción metabólica
de gas metano, a partir del dióxido de carbono y del hidrógeno. La mayoría son anaerobias, es
decir, que viven en ausencia de oxígeno. Las bacterias de este género, provocan la
descomposición anaerobia de la materia de origen vegetal, por ello se encuentran en las charcas,
en el suelo y en el tracto digestivo de las vacas y de otros rumiantes. Se utilizan en las plantas
depuradoras de aguas, en las últimas etapas del tratamiento del lodo. Son difíciles de estudiar por
su intolerancia al oxígeno y porque tienen ciertas necesidades ambientales especiales.
Tinción de Gram, método de identificación de bacterias mediante una tinción específica.
Desarrollado por el médico danés Hans Christian Joachim Gram, es un procedimiento utilizado
universalmente. En un primer momento las bacterias se tiñen con violeta de genciana (derivado
metilado anilínico) y después se tratan con la solución de Gram (1 parte de yodo, 2 partes de
yoduro potásico y 300 partes de agua); por último se lavan con alcohol etílico, y unas bacterias
retienen el fuerte color azul de la violeta de genciana y otras se decoloran por completo. A veces
se añade una contratinción con fucsina o eosina para teñir las bacterias decoloradas de color rojo y
hacerlas más visibles.
Se denominan bacterias Gram positivas a aquellas que retienen la tinción azul y bacterias Gram
negativas a las que quedan decoloradas. Algunas bacterias presentan capacidad variable de tinción
de Gram y se llaman Gram variables. Bacterias Gram positivas típicas son los estafilococos que
producen forúnculos; Gram negativas representativas son la Escherichia coli de la flora intestinal
o los bacilos de la tos ferina; Gram variables son los bacilos de Koch de la tuberculosis.
Simbiosis (del griego, symbioun, 'vivir juntos'), en biología, la interdependencia de dos
organismos de especies diferentes.
Se suele denominar mutualismo al tipo de simbiosis en la cual los organismos cooperantes, o
simbiontes, obtienen un beneficio mutuo. Un ejemplo es la relación de alga y hongo en los
líquenes. La mayoría de las micorrizas son, asimismo, ejemplos de mutualismo; son hongos que
crecen en las raíces de algunas plantas con semilla, como los brezos, las orquídeas y en diversas
coníferas. La micorriza penetra en las raíces y ayuda a las plantas a conseguir algunos nutrientes
del suelo, como el nitrógeno; a cambio recibe hidratos de carbono.
En la simbiosis antagonística, un organismo satisface sus necesidades a costa de perjudicar a otro.
Este tipo de asociación se denomina parasitismo. Véase Parásito.
Otro tipo de simbiosis, conocida como comensalismo, ocurre cuando dos animales distintos, no
parásitos, comparten el alimento. Esta relación es inofensiva para ambos y en muchos casos
obtienen ventajas mutuas. Algunos comensales viven tan unidos que no pueden separarse. Sin
embargo, este caso no se considera parasitismo, puesto que ninguno de los dos impide el
desarrollo del otro. Ejemplo de este tipo de simbiosis es un pólipo que se encuentra en las aguas
profundas de la costa de Terranova, y que se une a las conchas de ciertas especies de cangrejos
ermitaños. Por gemación forma una colonia que llega a cubrir por completo a la concha original, a
la que va disolviendo. Como la colonia crece al mismo ritmo que el cangrejo, le proporciona a
éste protección continua, de manera que el cangrejo no necesita mudar de concha con tanta
frecuencia como se esperaría. El pólipo, a su vez, se beneficia al desplazarse sobre el cangrejo, ya
que consigue mucho más alimento del que obtendría sujeto a un sustrato estático. Aunque el
comensalismo es más frecuente entre los invertebrados marinos, aparece también entre animales
terrestres. Por ejemplo, la asociación que forman las hormigas con otros insectos, tales como los
áfidos (pulgones) y los escarabajos. La relación de los bacilos del colon, un tipo de bacterias, con
los seres humanos y con otros animales, sobre todo con herbívoros, es también una forma de
comensalismo.
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