Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 5ª). Sentencia de 3 marzo 2009 RJ\2009\2837 Jurisdicción: Contencioso-Administrativa Recurso de Casación núm. 9791/2004 Ponente: Excmo Sr. rafael fernández valverde El TS declara no haber lugar al recurso de casación interpuesto por la entidad mercantil «Complejo Deportivo Boscos de Tarragona, SL» contra la sentencia dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de 23 -10-2002, sobre nulidad de actuación. SENTENCIA En la Villa de Madrid, a tres de marzo de dos mil nueve Visto por la Sala Tercera (Sección Quinta) del Tribunal Supremo el Recurso de Casación 9791/2004 interpuesto por la sociedad mercantil COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. representado por el Procurador D. Julián Caballero Aguado y asistida de Letrado, siendo parte recurrida el AYUNTAMIENTO DE TARRAGONA , representado por la Procuradora Dª. Rosa Sorribes Calle y asistido de Letrado; promovido contra la se ntencia dictada el 23 de octubre de 2002 ( PROV 2003, 61048) por la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en Recurso Contencioso - Administrativo nº 1358/1997, sobre nulidad de actuación. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO .- Ante la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, se ha seguido el recurso número 1358/1997, promovido por la sociedad mercantil COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. y en el que ha sido parte demandada el AYUNTAMIENTO DE TARRAGONA y la EMPRESA MUNICIPAL MIXTA D'AIGÜES DE TARRAGONA, S. A. (EMATSA), sobre nulidad de actuación. SEGUNDO .- Dicho Tribunal dictó sentencia con fecha 23 de octubre de 2002 ( PROV 2003, 61048) del tenor literal siguiente: "FALLO.- Primero.- Declarar la inadmisibilidad del recurso contencioso administrativo formulado contra el Acuerdo del Consejo Plenario del Ayuntamiento de Tarragona de 9 de febrero de 1993. Segundo.- Desestimar el recurso contencioso-administrativo interpuesto contra el Acuerdo del Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Tarragona de 12 de febrero de 1997, al ser conforme a Derecho y desestimar las demás pretensiones formuladas por incurrir en desviación pr ocesal. Tercero.- No procede efectuar un expreso pronunciamiento sobre las costas procesales": TERCERO .- Notificada dicha sentencia a las partes, por la representación de la sociedad COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L., se presentó escrito pr eparando recurso de casación, el cual fue tenido por preparado en providencia de la Sala de instancia de fecha 3 de septiembre de Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. 2004 , al tiempo que ordenó remitir las actuaciones al Tribunal Supremo, previo emplazamiento de los litigantes. CUARTO .- Emplazadas las partes, la sociedad COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. compareció en tiempo y forma ante este Tribunal Supremo, al tiempo que en fecha 28 de octubre de 2004 formuló el escrito de interposición del recurso de casación, exponiendo lo s motivos de impugnación que consideró oportunos y solicitando a la Sala se "case la sentencia antes citada, resolviendo lo procedente en los términos en que se suscitó el debate procesal en instancia, estimando el recurso contencioso administrativo interpuesto según petitum efectuado en su día y que se expresa en el antecedente de Hecho Segundo del presente recurso". QUINTO .- El recurso de casación fue admitido por auto de fecha 22 de diciembre de 2005 , ordenándose también, por providencia de 28 de marzo de 2006 , entregar copia del escrito de formalización del recurso a la parte comparecida como recurrida a fin de que en el plazo de treinta días pudiera oponerse al recurso, lo que hizo el AYUNTAMIENTO DE TARRAGONA en escrito presentado en fecha 25 de mayo de 2006, en el que expuso los razonamientos que creyó oportunos y solicitó a la Sala se "declare no haber lugar al mismo, desestimándolo íntegramente, y condenando a la parte recurrente a las costas procesales". SEXTO .- Por providencia de fecha 12 de enero de 2009 se señaló para votación y fallo de este recurso de casación el día 17 de febrero de 2009, en que tuvo lugar. SÉPTIMO .- En la sustanciación del juicio no se han infringido las formalidades legales esenciales. Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. RAFAEL FERNÁNDEZ VALVERDE , Magistrado de la Sala FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO .- Se impugna en el presente recurso de casación la sentencia que la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Ca taluña dictó en fecha de 23 de octubre de 2002 ( PROV 2003, 61048) , en su recurso contencioso administrativo número 1358/1997, formulado por la sociedad mercantil COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. , por medio de la cual: 1) Se declaró la inadmisibilidad del citado recurso contra el Acuerdo del Consejo Plenario del Ayuntamiento de Tarragona de 9 de febrero de 1.993, que contenía los pronunciamientos siguientes: a) Desistir del sistema de compensación en la Unidad de Actuación número 19, Boscos de Tarragona, y aplicar el sistema de cooperación; b) Incoar expediente sancionador por presunta infracción urbanística a la Junta de Compensación de Boscos de Tarragona; c) A resultas del expediente sancionador, realizar la garantía de 40.000.000 peset as impuesta por la Junta de Compensación de Boscos de Tarragona, la cual será destinada a las obras de urbanización correspondientes de la Unidad de Actuación número 19; y, d) Condicionar la ejecutividad del Acuerdo a que la Asamblea General de la Junta d e Compensación de Boscos de Tarragona ratifique la propuesta del Consejo Rector. 2) Se desestimó el mencionado recurso en relación con el Acuerdo del Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Tarragona de 12 de febrero de 1.997, que contiene los pronunciami entos Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. siguientes: a) Aprobar las modificaciones de superficies y de titulares de diferentes fincas de la Unidad de Actuación número 19, Boscos de Tarragona, en lo que se refiere a las liquidaciones del segundo plazo de las cuotas urbanísticas de esa zona que ahora se pone al cobro; y, b) Aprobar que en los casos en que exista error en la titularidad de la finca y las liquidaciones figuren pendientes, los importes corresponden al primer término saliendo acumulados junto con los importes del segundo término de las cuotas urbanísticas, a nombre del titular correcto. SEGUNDO .- Como decimos, la sentencia de instancia cuenta con un doble pronunciamiento: a) En primer término, la Sala de instancia inadmitió el recurso contencioso -administrativo en relación con Acuerdo del Consejo Plenario del Ayuntamiento de Tarragona de 9 de febrero de 1.993, que no había sido mencionado en el escrito de interposición --- así como, por otra parte, en relación con el también Acuerdo de 20 de marzo de 1994 y el Decreto de 8 de mayo de 1995 --- considerando que la recurrente incurría, por ello, en "desviación procesal de conformidad con los artículos 37 y 43 de la Ley de la jurisdicción contencioso -administrativa de 27 de diciembre de 1956 ( RCL 1956, 1890) , al extender la pret ensión de nulidad". Tal decisión es motivada en los siguientes términos: "Debe declararse la inadmisibilidad del recurso contencioso-administrativo en referencia a la impugnación formulada como pretensión principal del Acuerdo del Consejo Plenario del Ayuntamiento de Tarragona de 9 de febrero de 1993, de conformidad con el artículo 69 c) de la Ley 29/1998, de 13 de julio ( RCL 1998, 1741) , reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa, al no ser susceptible de impugnación al tratarse de un ac to firme y consentido en vía administrativa y no concurrir la causa de nulidad de pleno derecho expresada en el artículo 62 1 e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) , de Régimen Jurídico de las Administraciones Pú blicas y del Procedimiento Administrativo Común, al desprenderse inequívocamente del examen del expediente administrativo que no se ha prescindido en la tramitación de la modificación del sistema de actuación total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido. La falta de publicación del Decreto del Ayuntamiento de Tarragona de 9 de febrero de 1993 en el Diario Oficial no constituye un defecto procedimental que fundamente la declaración de nulidad, al no acreditarse que no hubiera tenido conocimiento la Entidad recurrente, y no le priva de eficacia, al haberse procedido a incorporar su contenido al Decreto municipal de aprobación definitiva del Proyecto de Urbanización de la Unidad de Actuación número 19, de 20 de junio de 1994 , que fue publi cado en el Boletín Oficial de la Provincia de Tarragona de 5 de noviembre de 1994. De acuerdo con estos parámetros jurídicos debe destacarse que resulta improcedente la impugnación del Decreto del Ayuntamiento de Tarragona de 20 de junio de 1994, que par a determinar las cuotas de urbanización integra en los costes de urbanización las obras ejecutadas por la Sociedad Torraco Golden, S.A. por importe de 15.001.840 pesetas, así como las obras de abastecimiento de aguas adjudicadas a la Empresa municipal por importe de 81.124.138 pesetas, y la inclusión de la partida de 147.485.468 pesetas de la Empresa Focsa". b) Y, en segundo término, desestima el recurso en relación con el único acto sobre el que se admite el recurso, señalando al efecto que "debe desestimarse la pretensión de que las cuotas de Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. urbanización liquidadas a la Empresa recurrente por el segundo plazo a que se refiere el Decreto del Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Tarragona de 12 de febrero de 1997, sean disconformes a Derecho, por partir como costes imputables a la ejecución del proyecto de urbanización de 620.134.368 pesetas, en vez de la cantidad de 338.808.199 pesetas, al dictarse en ejecución del Acuerdo de Pleno del Ayuntamiento de Tarragona de 20 de junio de 1994, que constituye un acto administrativo consentido y firme, al no constar su impugnación en plazo ante los órganos de la jurisdicción contencioso- administrativa". TERCERO .- Contra esa sentencia ha interpuesto la recurrente COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. recurso de casación en el que esgrime dos motivos de impugnación, articulando el primero al amparo del artículo 88.1. c) de la Ley 29/1998, de 13 de julio ( RCL 1998, 1741) , Reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (LRJCA ), dado que la sen tencia, según expresa la parte recurrente, en clara contravención de lo prevenido en los artículos 24 y 120.3 Constitución Española ( RCL 1978, 2836) impide no sólo el acceso al recurso, sino que incurre en una clara ausencia de motivación que lleva aparejada una incongruencia omisiva respecto de los motivos expuestos por la recurrente, de tal manera que los mismos ni siquiera han sido rebatidos ni estudiados por el Tribunal a quo para fundamentar el fallo de la resolución recurrida. Y el segundo, al amparo del apartado d) del artículo 88.1 de la LRJCA , por infracción del artículo 62.1.e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) , de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Co mún. Se pone de manifiesto que el Acuerdo plenario de 9 de febrero de 1993 por el que se acordó el cambio de sistema de actuación no sólo no se sujetó a procedimiento administrativo alguno, sino que inaplicó el artículo 38 del Real Decreto 3288/1978, de 25 de agosto ( RCL 1979, 319) , por el que se aprueba el Reglamento de Gestión Urbanística, que regula tales supuestos. Además se ha infringido el trámite de audiencia al no haberse otorgado a los propietarios afectados el previo conocimiento de la pretensión municipal del cambio de sistema, lo que situó a la propia recurrente en una situación de indefensión. CUARTO .- Hemos de comenzar rechazando el primero de los motivos planteados. Debemos destacar la perspectiva formal que en el presente recurso pretende darle la entidad recurrente en su primer motivo, por cuanto, considerando vulnerados en los Autos de instancia, como hemos señalado, los artículos 24.1 y 120.3 de la Constitución Española ( RCL 1978, 2836) por falta de motivación así como por incongruencia omisiva en que ---según se expresa--- la sentencia incide: 1º. Por lo que hace referencia a la incongruencia omisiva, la misma se produce "cuando, por dejar imprejuzgada la pretensión oportunamente planteada, el órgano judicial no tutela los derechos e intereses legítimos sometidos a su jurisdicción provocando una denegación de justicia", lo cual requiere la comprobación de que "existe un desajuste externo entre el fallo judicial y las pretensiones de las partes", debiendo, no obstante, tenerse en cuenta "que no toda falta de respuesta a las cuestiones planteadas por las partes produce una vulneración del derecho a la tutela efectiva" pues resulta "preciso ponderar las circunstancias concurrentes en cada caso para determinar, primero, si la cuestión fue suscitada realmente en el momento oportuno ... y, segundo, si el silencio de la resolución judicial representa una auténtica lesión del derecho reconocido en el art. 24.1 CE ( RCL 1978, 2836) o si, por el contrario, puede interpretarse razonablemente c omo una desestimación tácita que satisface las exigencias de la tutela judicial efectiva". En consecuencia, se insiste en que "debe distinguirse entre lo que son meras alegaciones o argumentaciones aportadas por las partes en defensa de sus pretensiones" , sin que las primeras requieran "una respuesta explícita y pormenorizada" Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. , mientras que, por el contrario, las pretensiones si exigen "de respuesta congruente ... sin más excepción que la de una desestimación tácita de la pretensión, de modo que del co njunto de razonamientos de la decisión pueda deducirse". Y, a todo lo anterior, habremos de añadir que "la incongruencia omisiva es un quebrantamiento de forma que sólo determina vulneración del art. 24.1 CE ( RCL 1978, 2836) si provoca la indefensión de alguno de los justiciables" (extractado de la STC 8/2004, de 9 de febrero ( RTC 2004, 8) ). 2º.- En relación con la también denunciada exigencia de motivación, diremos, con la STC 6/2002 de 14 de enero ( RTC 2002, 6) , que "la obligación de motivar las Sentencias no es sólo una obligación impuesta a los órganos judiciales por el art. 120.3 CE ( RCL 1978, 2836) , sino también, y principalmente, un derecho de los intervinientes en el proceso que forma parte del derecho fundamental a la tutela judicial efe ctiva proclamado por el art. 24.1 CE , que únicamente se satisface si la resolución judicial, de modo explícito o implícito, contiene los elementos de juicio suficientes para que el destinatario y, eventualmente, los órganos encargados de revisar sus decisiones puedan conocer cuáles han sido los criterios jurídicos que fundamentan la decisión"; a ello, sin embargo, añadiremos, con la STC 301/2000 de 13 de noviembre SIC ( RTC 2000, 301) , que "el deber de motivación de las resoluciones judiciales no autori za a exigir un razonamiento jurídico exhaustivo y pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la cuestión que se decide, sino que deben considerarse suficientemente motivadas aquellas resoluciones judiciales que vengan apoyadas en razones que permitan conocer cuáles hayan sido los criterios jurídicos fundamentadores de la decisión, es decir, la "ratio decidendi" que ha determinado aquélla". Partiendo de la doctrina jurisprudencial anteriormente citada y, vistas las co ncretas respuestas de la Sala de instancia en relación con la pretensión de referencia, tal y como hemos anticipado, es evidente que no puede accederse a la estimación del motivo fundamentado en tal argumentación. La Sala de instancia, comenzando por la co ngruencia, da cumplida respuesta a la mencionada y concreta pretensión de la parte recurrente en relación con la admisión del recurso. El contenido y sentido de las respuestas podrá ser tomado en consideración por la parte recurrente, discutirse o rechazarse, pero el pronunciamiento jurisdiccional ha existido, en los términos requeridos por la jurisprudencia, y ha constituido una respuesta motivada y razonada a la pretensiones de admisión formulada. Obvio es que la Sala de instancia responde en primer luga r ---que es lo que ahora nos ocupa--- a la excepción formal de inadmisión que el Ayuntamiento demandado formuló al contestar la demanda, produciéndose una confrontación jurídica entre esta excepción ---cuya viabilidad procesal impediría conocer del fondo del asunto--- y las propias razones de fondo con las que al recurrente ataca la validez del Acuerdo de 9 de febrero de 1993. Y esa respuesta de la Sala ---que, insistimos, es lo que ahora ocupa--- se nos presenta fundamentada y constituye una obligada y pre via consecuencia del planteamiento de extemporaneidad realizado por el Ayuntamiento demandado. Son varias las argumentaciones que podemos observar en una atenta lectura de la sentencia: a) En primer término el defecto de desviación procesal por cuanto en el escrito de interposición del recurso tan solo se impugnó el Decreto del Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Tarragona de 12 de febrero de 1999, solicitándose en la demanda la nulidad de los restantes sin haber procedido a una ampliación del recurso. b) Tras examinar el expediente seguido para la adopción del Acuerdo de 9 de febrero de 1993 --respecto de la que el recurso se declara inadmisible --- la Sala de instancia afirma que no puede detectarse que se haya prescindido total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido, que es la exigencia que ---desde la perspectiva de la posibilidad de una nulidad de pleno Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. derecho--- requiere el artículo 62.1.e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) , de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJPA). c) La sentencia afronta el defecto formal de la falta de publicación del citado Acuerdo de 9 de febrero de 1993 , realizando una triple afirmación: 1. Que tal defecto formal no supone un vicio determinante de la nulidad de pleno derecho pretendida. 2. Que, por otra parte, la recurrente no ha acreditado que no tuvo conocimiento del Acuerdo de 1993. Y, 3. Que el contenido de dicho Acuerdo (en síntesis, por el qu e se desiste del sistema de compensación en la Unidad de Actuación número 19, Boscos de Tarragona, y acuerda aplicar el sistema de cooperación) fue incorporado al posterior Decreto municipal de 20 de junio de 1994 --por el que se aprueba el Proyecto de Ur banización de la citada Unidad de Actuación---, publicado en el BOP de 5 de noviembre de 1994, sobre cuyo conocimiento la recurrente nada dice y, por supuesto, no impugnado por la misma. Con tal argumentación, claro es que las alegaciones de la recurrente se nos presentan insostenible. A mayor abundamiento, debemos insistir en que lo pretendido por la recurrente es que la Sala de instancia hubiera conocido del fondo de un acto administrativo (Acuerdo de 9 de febrero de 1993 ), extemporáneamente impugnado ---y ni siquiera contemplado en el escrito de interposición del recurso--- con base en la argumentación de que el mismo adolecía de defectos formales determinantes de su nulidad de pleno derecho; aspectos, como hemos comprobado, a los que la sentencia de instancia ha respondido motivadamente. Esto es, que la Sala de instancia hubiera respondido, con carácter previo a la inadmisibilidad del recurso, a la existencia de causa de nulidad de pleno, ya que esta cuenta con preferencia a la posible causa de inadmis ión del mismo recurso. Pues bien, sin embargo, hemos de señalar que la pretensión de la recurrente tampoco puede prosperar, bastando para fundamentar nuestra decisión con la remisión a las SSTS de 5 de abril ( RJ 2005, 3715) y 4 de noviembre de 2005 ( RJ 2006, 2029) (Secciones 2ª y 5ª), con doctrina que se reitera en la de 24 de enero de 2006 ( RJ 2006, 4325) , y que continúan una reciente ---pero plenamente consolidada--- línea jurisprudencial contraria a las argumentaciones de la recurrente. Estas señalaban que "El motivo impugnatorio puede encontrar razón o apoyo en anterior jurisprudencia de esta Sala, (por cierto que el recurrente no refiere), en la que en contadas ocasiones se ha entendido como obligado el examen de los vicios de nulidad, con prefere ncia sobre los requisitos de admisibilidad del recurso, pero debe recordarse que la más reciente doctrina rechaza esa doctrina por ser contrario a la lógica del proceso, y así, en Sentencia de 5 de abril de 2005 ( RJ 2005, 3715) , decía esta Sala : "No ca be alegar en contra la doctrina jurisprudencial que señala que el examen de los posibles motivos de nulidad de pleno derecho del acto o disposición impugnados es preferente al de las posibles causas de inadmisibilidad invocadas por la parte demandada, toda vez que puede encontrarse en la misma dos períodos, que pasamos a reflejar. Ciertamente, un inicial criterio del Tribunal Supremo permitía examinar, con antelación al examen de las causas de inadmisibilidad del recurso, las nulidades absolutas, radicales o de pleno derecho, por cuanto ellas, al existir ya con anterioridad a la fomulación del proceso, no precisan en realidad de éste, salvo para explicitar o hacer patente su existencia anterior. En este sentido podemos citar las sentencias de 3 de marzo de 1979 , 18 de marzo de 1984 , 22 de diciembre de 1986 ( RJ 1987, 1556) y 27 de febrero de 1991 ( RJ 1991, 1394) , entre otras. Ahora bien, no es menos cierto que una línea jurisprudencial más reciente viene manteniendo una doctrina distinta, al otorgar pref erencia al examen de la inadmisibilidad, pudiendo citarse en este sentido las sentencias de 23 de noviembre ( RJ 1993, 8519) y 7 de diciembre de 1993 ( RJ 1993, 9533) , 18 de Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. febrero de 1997 ( RJ 1997, 1106) , 7 de diciembre de 2000 ( RJ 2000, 10269) y 20 de abril de 2001 ( RJ 2001, 4671) "". En la primera de la citadas, por su parte, se añadía que: "A tenor de esta doctrina, la pretendida o apreciada nulidad de derecho no es motivo para que deje de tenerse en cuenta la extemporaneidad del recurso, pues , siempre, según la corriente doctrinal que se está exponiendo, si existe una nulidad de pleno derecho la vía a seguir para invocarla en cualquier momento es la que se encontraba establecida en el art. 109 de la Ley de Procedimiento Administrativo ( RCL 1 958, 1258, 1469, 1504 y RCL 1959, 585) (hoy 102 de la Ley 30/92 ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) ). Por el contrario en el recurso Contencioso Administrativo es obligado atenerse a las normas por las que se rige la sentencia". QUINTO .- En el segundo de los motivos ---al amparo, ahora, del apartado d) del artículo 88.1 de la LRJCA ( RCL 1998, 1741) ---, se imputa a la sentencia de instancia la infracción del citado artículo 62.1.e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre ( RCL 1992, 2512, 2775 y RC L 1993, 246) , de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJPA). En realidad, lo que hace la recurrente es insistir en los motivos de fondo por los que, en la instancia, impugnó el Acuerdo plenario de 9 de febrero de 1993, por el que se acordó el cambio de sistema de actuación; en síntesis, se insiste, no sólo no se sujetó a procedimiento administrativo alguno, sino que el Ayuntamiento inaplicó el artículo 38 del Real Decreto 3288/1978, de 25 de agosto ( RCL 1979, 319) , por el que se aprueba el Reglamento de Gestión Urbanística, que regula tales supuestos. Además se infringió la obligación del trámite de audiencia, al no haberse otorgado a los propietarios afectados el previo conocimiento de la pretensión municipal del cambio de sistema, lo que situó a la propia recurrente en una situación de indefensión. Lo expresado en el motivo anterior y la jurisprudencia que acabamos de citar, en realidad, nos impedirían conocer de los argumentos de fondo que, en el desarrollo del motivo, se exponen por la recurrente frente al Acuerdo de 9 de febrero de 1993, en relación con el cual hemos confirmado la inadmisibilidad del recurso. Pero es que incluso, las argumentaciones, sobre tales aspecto, realizadas por la recur rente no permiten alterar las conclusiones alcanzadas en la instancia: a) Efectivamente, el Acuerdo de 9 de enero de 1993 ---por el que se acordó desistir del sistema de compensación en la Unidad de Actuación, pasando la de cooperación --- trae causa de un previo incumplimiento de la obligación de urbanizar por parte de la Junta de Compensación legalmente constituida; Acuerdo ---pues a ello se condicionaba--- que fue aceptado por la Asamblea General de la Junta ---en la que estaba integrada la recurrente--- que, en fecha de 23 de enero de 1993 siguiente, ratificó formalmente el anterior Acuerdo del Consejo Rector de la misma Junta de 16 de diciembre de 1992; nada de ello, como sabemos, fue impugnado por la recurrente. b) Que el citado Acuerdo de cambio de sistema de ejecución derivaba, pues, del incumplimiento de la Junta de Compensación en relación con la redacción y ejecución del Proyecto de Urbanización, actuando, en consecuencia, el Ayuntamiento al amparo del artículo 183.1 del Reglamento de Gestión Urbanística , aprobado por el Real Decreto 3288/1978 de 25 de agosto ( RCL 1979, 319) . Pues bien, la Sala de instancia ha entendido que en la forma de proceder a la aplicación de dicho precepto ---atendiendo a una propuesta del Consejo Rector y ratificado por la Asamblea de la Junta de Compensación--- no pueden apreciarse los defectos formales que exponen y muchos menos con entidad para integrar las exigencias del artículo 62.1.e) de la LRJPA ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) . Máster en Política Territorial y Urbanística. Instituto Pascual Madoz. c) Por último, también se acredita que ---al margen de la publicación en el BOP del posterior Decreto de 20 de marzo de 1994 , aprobatorio del Proyecto de Urbanización ---, este fue notificado personalmente a la recurrente en fecha de 23 de agosto de 1994 (constando en el mismo el desistimiento del sistema de compensación aprobado por Decreto de 9 de enero de 1993 ), constando igualmente actuaciones que acreditan el conocimiento de este Acuerdo, como se afirma en la sentencia de instancia. El motivo, pues, debe decaer. SEXTO .- Al declararse no haber lugar al recurso de casación procede condenar a la parte recurrente en las costas del mismo (artículo 139.3 de la Ley 29/1998, de 13 de julio ( RCL 1998, 1741) ), con la limitación en cuanto a la minuta de Letrado, a la vista de las a ctuaciones procesales, de 2.500 euros. VISTOS los preceptos y jurisprudencia citados, así como los artículos de pertinente aplicación de la mencionada Ley Jurisdiccional 29/1998, de 13 de julio . Por todo ello, en nombre de S. M. el Rey y en el ejercici o de la potestad que, emanada del pueblo español, nos concede la Constitución. FALLAMOS 1º No haber lugar y, por tanto, desestimar el recurso de casación número 9791/2004, interpuesto por la sociedad mercantil COMPLEJO DEPORTIVO BOSCOS DE TARRAGONA, S. L. contra la sentencia dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de fecha 23 de octubre de 2002 ( PROV 2003, 61048) , en su Recurso Contencioso - administrativo 1358 de 1997, la cual, en consecuencia, confirmamos. 2º Condenar a los recurrentes en las costas del presente recurso de casación, en los términos expresados. Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse por el Consejo General del Poder Judicial en la publicación oficial de jurisprudencia de este Tribunal Supremo, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente, Excmo. Sr. D. Rafael Fernández Valverde, estando constituida la Sala en Audiencia Pública, de lo que certifico.