Parámetros para juzgar la responsabilidad de directores La actuación de directores de sociedades puede provocar daños y perjuicios a terceros, generando su responsabilidad frente a la sociedad, accionistas y terceros perjudicados Dra. María Laura Otegui Riccetto [email protected] Bajo la Ley de Sociedades Comerciales (N° 16.060) l os directores responden solidariamente hacia la sociedad, los accionistas y los terceros, por los daños y perjuicios que resulten del mal desempeño de su cargo. Alcance del concepto “Mal desempeño del cargo” El concepto debe interpretarse a la luz de la diligencia del buen hombre de negocios y de la lealtad debida. La diligencia de un buen hombre de negocios es un patrón de conducta distinto al conocido estándar de buen padre de familia. Se trata de una responsabilidad profesional más severa y exigente que la del hombre medio, ya que la conducta requerida supone tener conocimientos técnicos y experiencias específicas en la actividad de negocios que no son propias de un hombre medio. Respecto del deber de lealtad, se suele exponer por medio de tres postulados: i) prohibición de realizar actos en competencia con la sociedad, ii) prohibición de contratar con la sociedad, salvo excepciones, iii) prohibición de actuar con interés contrario al social. Para valorar e interpretar la noción de lealtad, se ha planteado la conveniencia de aplicar el llamado “Business Judgement Rule” (regla de los negocios) desarrollado por los jueces norteamericanos. Esta regla presupone que la actuación del director se inspira en la buena fe, y que el director actúa satisfaciendo los intereses sociales sobre los propios. Ello implica que el juez, a la hora de tomar una decisión, debe considerar la forma en que los directores cumplen sus obligaciones, en lugar de focalizarse en corregir sus decisiones. En otras palabras, no debe juzgarse la conducta del director a la luz de sus resultados, sino más bien atendiendo a la conducta legalmente reclamada y en especial evaluando las circunstancias de hecho en particular, como ser la prudencia adoptada, las características de la empresa y de su giro, la urgencia de la decisión, el asesoramiento previo, etc. El análisis de la responsabilidad de los directores, a luz de la “regla de los negocios” ofrece varias ventajas: a) otorga seguridad jurídica a los directores, ya que les asegura que obrando con lealtad serán protegidos, sin perjuicio de que sus decisiones generen o no daños a terceros, b), evita –acertadamente- que los jueces ingresen al estudio del fondo de la cuestión, teniendo en cuenta que no son especialistas en materia empresarial y c) fomenta que los cargos gerenciales sean asumidos por verdaderos directores y no por testaferros insolventes. Alcance de la responsabilidad La responsabilidad que asumen los directores es solidaria, lo que implica que la sociedad, los accionistas y/o los terceros tienen derecho de accionar reclamando la reparación de los daños y perjuicios causados contra el directorio de la sociedad en su conjunto, contra alguno de los directores en particular o contra todos ellos en forma acumulativa. Ello, sin perjuicio, del derecho del director que asumió el reclamo, de repetir lo pagado contra los demás directores involucrados. Sin embargo, los directores no son, en principio, responsables por el solo hecho de ostentar dicha calidad, por tanto, el concepto de solidaridad debe interpretarse a la luz de la verdadera participación que tuvo cada director en el evento dañoso. Todo se reduce a una cuestión de prueba que recae en cabeza de quien reclama la responsabilidad, y genera, eventualmente, la responsabilidad de los directores culpables que responden solidariamente entre sí. CLAVES • “Business Judgement Rule” - parte del postulado de que los directores deben perseguir el interés social y actuar de buena fe. • Ventajas - otorga seguridad jurídica a los directores, ya que les asegura que obrando con lealtad serán protegidos - desanima la inclusión de directores testaferros, fomentando que los cargos sean asumidos por verdaderos directores. Encastre: En principio, los directores no son responsables por el solo hecho de revestir dicha calidad