Dolor miofascial Introducción El síndrome de dolor miofascial (myofascial pain syndrome, MPS) es una condición de dolor musculoesquelético que se caracteriza por dolor local y referido percibido como profundo y pungente, y por la presencia de puntos desencadenantes miofasciales en cualquier parte del cuerpo. Epidemiología • Pocos estudios epidemiológicos han investigado la prevalencia o la incidencia de puntos desencadenantes miofasciales. Un estudio descubrió que los puntos desencadenantes eran la fuente de dolor en el 30% de los pacientes que consultaban a un médico clínico de atención primaria por dolor, mientras un segundo estudio informó que los puntos desencadenantes eran la causa principal de dolor en el 85% de los pacientes que visitaban una clínica terciaria. • Diferentes estudios han demostrado que los puntos desencadenantes se asocian con varias condiciones de dolor, incluidos migraña, dolor de cabeza de tipo tensional, trastorno temporomandibular, dolor de cuello, dolor de hombros, epicondilalgia, síndrome de túnel carpiano, dolor de la parte baja de la espalda, dolor pélvico y síndrome de latigazo. Fisiopatología La fisiopatología de los puntos desencadenantes miofasciales no se comprende por completo y se han visto implicados una cantidad de cambios morfológicos, neurotransmisores, características neurosensoriales, características electrofisiológicas y deterioros motores en su patogénesis: • Cambios morfológicos: se ha detectado un aumento significativo de la rigidez dentro de la banda tensa de puntos desencadenantes miofasciales. • Neurotransmisores: se han detectado mayores niveles de neuropéptidos (por ejemplo, sustancia P o péptido relacionado con el gen de la calcitonina), catecolaminas (por ejemplo, norepinefrina) y citoquinas proinflamatorias (por ejemplo, factor alfa de necrosis tumoral, interleuquina 1-beta, interleuquina 6 e interleuquina 8) en los puntos desencadenantes activos. • Características neurosensoriales: expansión del dolor referido, hipersensibilidad a los estímulos nocirreceptivos (hiperalgesia) y estímulos no nocirreceptivos (alodinia), sensibilidad al dolor mecánico, facilitación simpática de la sensibilización mecánica, facilitación de los dolores locales y referidos, y respuestas atenuadas al flujo de sangre cutáneo. • Electrofisiología: algunos estudios han descubierto actividad eléctrica espontánea, que se atribuye a un aumento en los potenciales de las placas terminales en miniatura y una excesiva liberación de acetilcolina en los puntos desencadenantes miofasciales, aunque se necesitan otros estudios para confirmar estos hallazgos. • Deterioros motores: los puntos desencadenantes miofasciales pueden inducir cambios en los patrones normales de activación muscular y tener como resultado una disfunción motora. Características clínicas • Los puntos desencadenantes característicamente producen dolor referido cuando son estimulados. • La duración del dolor referido es variable (segundos, horas o días). • El dolor referido se percibe como un dolor profundo, pungente y que produce ardor, aunque a veces puede ser percibido como un dolor superficial. • • El dolor referido puede extenderse caudal o cranialmente. La intensidad y la expansión del área del dolor referido se correlacionan de manera positiva con el grado de actividad de los puntos desencadenantes (irritabilidad). Criterios de diagnóstico Los criterios de diagnóstico de los puntos desencadenantes se están discutiendo, pero hay tres criterios de diagnóstico clínico mínimos (1–3) y seis criterios de confirmación (4–9): 1) Presencia de una banda tensa palpable dentro de un músculo esquelético 2) Presencia de un punto hipersensible dentro de la banda tensa 3) Reproducción de una sensación de dolor referido con estimulación del punto 4) Presencia de una respuesta vibratoria local espasmódica con la palpación aplicando presión de la banda tensa 5) Presencia de un signo de salto 6) Reconocimiento del paciente del dolor producido 7) Predicción de patrones de dolor referido 8) Debilidad muscular o tensión muscular 9) Dolor al elongar o contraer el músculo afectado Diagnóstico y tratamiento El manejo de los puntos desencadenantes miofasciales es multimodal. Las intervenciones usadas más comúnmente son las siguientes: • Los masajes, compresión isquémica, liberación de la presión y otras intervenciones en el tejido blando (tales como energía muscular) han demostrado de manera moderada una fuerte evidencia de alivio inmediato del dolor. • La inyección seca de los puntos desencadenantes ha demostrado beneficios clínicos, pero es necesario realizar más estudios. • La terapia con láser presenta sólida evidencia de eficacia en el alivio del dolor. • La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y la magnetoterapia han demostrado evidencia de efectos inmediatos en los puntos desencadenantes miofasciales. • El ejercicio ha demostrado un beneficio moderado y puede incluir ejercicios de elongación y rango de movimiento, fortalecimiento, resistencia o coordinación. • La terapia con ultrasonido tiene una evidencia débil de eficacia en el manejo de los puntos desencadenantes. © 2009 International Association for the Study of Pain®