AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 698/2006

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AMPARO DIRECTO:
TRIBUNAL AUXILIAR:
172/2012 (I-17°)
435/2012
QUEJOSA: ****************************************
MAGISTRADA:
CASTAÑEDA.
SECRETARIO:
ZAMORANO.
ANDREA
ROBERTO
ZAMBRANA
CARLOS
MORENO
México, Distrito Federal. Acuerdo del Primer Tribunal Colegiado
de Circuito del Centro Auxiliar de la Primera Región, con residencia en
el Distrito Federal, correspondiente a la sesión de seis de junio de dos
mil doce.
Cotejó:
V I S T O S, para resolver los autos del amparo directo 172/2012
(Tribunal Auxiliar 435/2012); y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO.
Por
escrito
presentado
el
**************************************************, ante la Oficialía de Partes
de las Salas Regionales Metropolitanas del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, **********, por conducto de su
representante
legal,
**********(personalidad
reconocida
mediante
acuerdo de dieciséis de marzo de dos mil doce por la Magistrada
Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
presidenta
del
Decimoséptimo
Tribunal
Colegiado
en
Materia
Administrativa del Primer Circuito), demandó el amparo y la protección
de la Justicia Federal, contra la autoridad y el acto que a continuación
se mencionan:
“II. AUTORIDADES RESPONSABLES:
La ******************** ********** del Tribunal Federal de Justicia Fiscal
y Administrativa.
III. SENTENCIA RECLAMADA.
La sentencia dictada por la autoridad responsable, con fecha
**********.”
SEGUNDO. ADMISIÓN DE LA DEMANDA EN EL TRIBUNAL
AUXILIADO.
Por razón de turno correspondió conocer de dicha demanda al
**************************************************del
Primer
donde
presidencia,
por
auto
de
Circuito,
en
el
************************************************** (foja 31 del expediente en
que se actúa), se registró como amparo directo DA. 172/2012; y se
requirió a la Sala del conocimiento para que integrara debidamente el
expediente y lo devolviera a dicho tribunal colegiado, en específico,
para que el secretario de acuerdos de dicha Sala Regional, realizara la
certificación de la presentación de la demanda de amparo.
Así, una vez cumplimentado el requerimiento formulado con
antelación,
el
**************************************************,
la
Magistrada Presidenta del ********** Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, admitió a trámite la demanda de
amparo; dándole la vista correspondiente al agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito, quien no formuló pedimento,
asimismo, se tuvo como tercero perjudicado a la autoridad que se
tuvo como demandada en el juicio de nulidad.
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
En su oportunidad, se turnó el asunto a la magistrada relatora,
para la formulación del proyecto de resolución.
TERCERO. REMISIÓN AL TRIBUNAL COLEGIADO.
Observando lo determinado por la Comisión de Creación de
Nuevos Órganos del Consejo de la Judicatura Federal, la Magistrada
Presidenta del Tribunal de origen, en oficio de treinta de abril de dos
mil doce, dispuso el envío, por los conductos respectivos, del presente
juicio al Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la
Primera Región, con residencia en el Distrito Federal, órgano creado
mediante el Acuerdo General 20/2009, del Pleno del Consejo
mencionado. Recibido el asunto, el Magistrado Presidente, en auto de
siete de mayo dos mil doce, lo tuvo por radicado, registrándolo con el
número de expediente interno 435/2012; y ordenó turnarlo a la
Magistrada Andrea Zambrana Castañeda, para la formulación del
proyecto de sentencia respectivo, y;
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. COMPETENCIA DEL TRIBUNAL AUXILIAR.
Este Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de
la Primera Región, con residencia en el Distrito Federal, es legalmente
competente para resolver el presente juicio de amparo directo, de
conformidad con los artículos 158 de la Ley de Amparo y 37, fracción I,
inciso b), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en
relación con los Acuerdos Generales 20/2009, 47/2009 y 19/2010 del
Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, así como en términos de
lo establecido por la Comisión de Creación de Nuevos Órganos de
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
dicho Consejo mediante oficio STCCNO/1018/2012 de veintiséis de
marzo de dos mil doce, suscrito por el Secretario Técnico de dicha
Comisión, en atención a que, en el caso, se reclama una sentencia
definitiva, pronunciada en un juicio sumario, por el Magistrado
Instructor de una Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, con residencia en la Región en que
ejerce jurisdicción este tribunal colegiado.
SEGUNDO. CERTEZA DEL ACTO RECLAMADO.
La existencia del acto reclamado quedó debidamente acreditada
con el informe con justificación que rindió el Magistrado Instructor, al
que acompañó los autos originales del expediente del juicio de nulidad
número ********** el cual contiene la sentencia reclamada.
TERCERO. OPORTUNIDAD EN LA PRESENTACIÓN DE LA
DEMANDA.
Previamente al análisis de los conceptos de violación esgrimidos
por la quejosa y de las consideraciones que sustentan la sentencia
reclamada, es necesario establecer si la acción constitucional se
intentó dentro del término de quince días que establece el artículo 21
de la Ley de Amparo, toda vez que la sentencia reclamada se notificó
a la parte quejosa el **************************************** (surtiendo
efectos el ********** siguiente), por lo que el plazo para su interposición
transcurrió
del
*********************************************************************************
*********;
y,
la
demanda
de
amparo
**************************************************,
esto
se
presentó
es,
de
el
forma
oportuna. Lo anterior se hace más evidente si se atiende al siguiente
cuadro:
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
Sentencia de
la Sala
Regional:
Fecha de
notificación
:
**********
(foja
113
‘vuelta’ del
juicio
de
nulidad).
28
de 29
de
noviembre
noviembre
de
2011 de 2011.
(foja
116
del
juicio
de
nulidad).
Surtió
efectos:
Plazo de 15
días
transcurrió.
Fecha de
presentación de
la demanda:
Días inhábiles entre la fecha
de notificación y la promoción
de la demanda:
Del 30 de
noviembre
al 05 de
enero
de
2012.
05 de enero de
2012,
según
consta en el
sello
de
la
Oficialía
de
Partes
del
Tribunal
Federal
de
Justicia Fiscal y
Administrativa
(foja 35 del
presente toca).
03, 04, 10, 11 y 31 de
diciembre de 2011 (En
términos del artículo 74 de la
Ley
Federal
de
Procedimiento Contencioso
Administrativo.
Así como del 15 al 30 de
diciembre de 2011 de
conformidad con el Acuerdo
G/2/2011 emitido por el
Pleno de la Sala Superior del
Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa).
CUARTO. DISTRIBUCIÓN DE COPIAS NECESARIAS PARA SU
ESTUDIO.
Adjunto al proyecto respectivo, se entrega a los magistrados,
para el conocimiento del asunto, copia de la demanda de garantías y
de la sentencia reclamada; además, se integra copia certificada de
ésta a los autos del juicio de amparo.
QUINTO. ESTUDIO DE FONDO.
En el caso, cabe señalar que en principio serán analizados los
argumentos por los cuales la quejosa plantea la inconstitucionalidad de
los artículos 2°, fracción II, inciso B), de la Ley del Impuesto Especial
Sobre Producción y Servicios, y 82, fracción I, inciso b), del Código
Fiscal de la Federación.
Así, en el primer concepto de violación, la quejosa aduce que
en la demanda de nulidad reclamó la inconstitucionalidad del artículo
2°, fracción II, inciso B), de la Ley del Impuesto Especial Sobre
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
Producción y Servicios, en el cual se apoyó la autoridad demandada
para requerir la presentación de las declaraciones de pago definitivo
mensual de ese tributo, por concepto de juegos y/o sorteos
correspondiente al mes de enero de dos mil once, que al no haber
cumplido, generó la imposición de una multa, cuando estima que no es
causante de dicha contribución.
Señala que en la sentencia reclamada, la Sala del conocimiento
desvirtuó tal planteamiento bajo la premisa de que el análisis de la
inconstitucionalidad de leyes y reglamentos se encuentra reservada a
los Tribunales del Poder Judicial de la Federación, en términos de los
artículos 103 y 107 de la Constitución Federal.
Con independencia de lo anterior, la quejosa reitera que el
artículo 2°, fracción II, inciso B), de la Ley del Impuesto Especial Sobre
Producción y Servicios, vigente en dos mil once, viola la garantía de
legalidad tributaria estatuida en el artículo 31, fracción IV, de la
Constitución, en tanto que no precisa de manera clara el objeto del
impuesto, lo cual genera incertidumbre al contribuyente, dado que
traslada dicha definición a la Ley de Federal de Juegos y Sorteos y su
Reglamento, al señalar que el objeto del gravamen es la realización de
juegos de apuestas y sorteos.
Concluye, en esencia, que la inconstitucionalidad del precepto
reclamado, se genera en la medida de que no define el objeto del
impuesto y que remite a otros ordenamientos jurídicos para tal efecto.
Asimismo, en una parte del segundo concepto de violación, la
quejosa sostiene que el artículo 82, fracción I, inciso b), del Código
Fiscal de la Federación es inconstitucional, en la medida en que si bien
contempla la imposición de una multa entre un límite mínimo y otro
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
máximo, lo cierto es que no permite a la autoridad individualizar la
sanción a la condición del infractor, lo cual denota que se trate de una
multa excesiva.
Pues, insiste que la autoridad al momento de su determinación,
no puede tomar en cuenta las condiciones particulares del infractor, lo
cual pone en evidencia que el precepto viole el contenido del artículo
22 constitucional.
Previamente al análisis de los argumentos antes sintetizados,
debe verificarse si en el caso hubo aplicación en perjuicio de la parte
quejosa del artículo 2°, fracción II, inciso B), de la Ley del Impuesto
Especial Sobre Producción y Servicios, y del artículo 82, fracción I,
inciso b), del Código Fiscal de la Federación, que se tildan de
inconstitucionales, ya sea en la secuela procedimental, o bien, en la
sentencia reclamada, pues de lo contrario, esto es, de no demostrarse
su aplicación, los conceptos de violación resultarían inoperantes.
Es aplicable al caso la jurisprudencia 2a./J. 53/2005,
de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo
tenor literal es el siguiente:
“AMPARO DIRECTO CONTRA LEYES. REQUISITOS PARA QUE
PROCEDA ANALIZAR SU CONSTITUCIONALIDAD, CUANDO SE
IMPUGNEN POR SU APLICACIÓN EN EL ACTO O RESOLUCIÓN
DE ORIGEN Y NO SE ACTUALICE LA HIPÓTESIS DE
SUPLENCIA DE LA QUEJA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 76 BIS,
FRACCIÓN I, DE LA LEY DE AMPARO (MATERIA
ADMINISTRATIVA). Cuando el juicio de amparo directo derive de un
juicio de nulidad en el que se controvierta un acto o resolución en
que se hubiesen aplicado las normas generales controvertidas en los
conceptos de violación, y no se actualice el supuesto de suplencia de
la queja previsto en el artículo 76 bis, fracción I, de la Ley de Amparo,
para que proceda el estudio de su constitucionalidad, es necesario
que se satisfagan los siguientes requisitos: 1. Que se haya aplicado
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
la norma controvertida; 2. Que cause perjuicio directo y actual a la
esfera jurídica del quejoso; 3. Que ese acto de aplicación sea el
primero, o uno posterior, distinto de las aplicaciones que realice la
autoridad jurisdiccional durante el procedimiento natural, siempre que
no exista consentimiento, por aplicaciones anteriores a la emisión de
la resolución o acto impugnado en el juicio de nulidad, pues de lo
contrario serían inoperantes los argumentos relativos, aun bajo la
premisa de que la norma reclamada se hubiese aplicado nuevamente
durante el juicio natural.”
Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, XXI, Mayo de 2005, Página: 478.
Tesis: 2a./J. 53/2005. Jurisprudencia. Materia(s): Administrativa.
De igual forma, se invoca el criterio que informa la tesis número
P. CXXXIII/97, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Tomo VI, Septiembre de 1997, del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, página 203, que
textualmente expresa:
“CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. PARA QUE EN AMPARO
DIRECTO PUEDAN OPERAR LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
RELATIVOS, SE REQUIERE QUE LOS PRECEPTOS SE HAYAN
APLICADO EN LA SENTENCIA RECLAMADA O EN EL
PROCEDIMIENTO JUDICIAL QUE CON ELLA CULMINÓ. De
conformidad con lo ordenado por el último párrafo del artículo 158 y
el segundo párrafo de la fracción IV del artículo 166 de la Ley de
Amparo, para impugnar la constitucionalidad de una ley en amparo
directo se requiere que ésta se haya aplicado dentro de la secuela
procedimental o en la sentencia señalada como acto reclamado, por
lo que resultan inoperantes los conceptos de violación que se
formulen en contra de los preceptos que no fueron aplicados.”
Bajo esa premisa, de las constancias del expediente del juicio de
nulidad **********, se advierte que la parte quejosa impugnó la nulidad
de la multa que le fuera impuesta en cantidad de **********, por no
haber presentado la declaración de pago definitivo mensual del
Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, por la celebración de
juegos y /o sorteos, correspondiente al mes de enero de dos mil once,
que le fue requerida en el oficio con número de control **********.
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
Inicialmente, cabe señalar que del contenido de la resolución
emitida en sede administrativa, se desprende la aplicación del artículo
2°, fracción II, inciso B), de la Ley del Impuesto Especial Sobre
Producción y Servicios, pues del oficio con número de control
**********, se advierte lo siguiente:
“[…]
Fundamento legal de la obligación
Artículos 2°, fracción II, inciso B), 5 primer párrafo, de la Ley
del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios; Regla
II.2.15.1 de la Resolución Miscelánea Fiscal para 2010.”
Igualmente, la determinación de la multa impugnada se realizó
con fundamento en el artículo 82, fracción I, inciso b), del Código
Fiscal de la Federación, según se desprende del oficio denominado
“Multa(s) por infracción(es) establecida(s) en el Código Fiscal de la
Federación”, el cual obra agregado a foja 87 del expediente de
nulidad.
De lo anterior, se advierte la aplicación de las normas
reclamadas en perjuicio de la peticionaria de amparo, con lo cual se
cumple con el requisito a que alude el criterio sustentado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación antes transcrito, para que
proceda su estudio en el presente juicio de amparo.
Así las cosas, cabe traer a cuenta el contenido del primer artículo
reclamado, que precisa lo siguiente:
“Artículo 2o. Al valor de los actos o actividades que a continuación
se señalan, se aplicarán las tasas y cuotas siguientes:
[…]
II. En la prestación de los siguientes servicios:
[…]
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
B) Realización de juegos con apuestas y sorteos,
independientemente del nombre con el que se les designe, que
requieran permiso de conformidad con lo dispuesto en la Ley
Federal de Juegos y Sorteos y su Reglamento, los que realicen
los organismos descentralizados, así como la realización de juegos o
concursos en los que el premio se obtenga por la destreza del
participante en el uso de máquinas, que en el desarrollo de aquéllos
utilicen imágenes visuales electrónicas como números, símbolos,
figuras u otras similares, que se efectúen en el territorio nacional.
Quedan comprendidos en los juegos con apuestas, aquéllos en los
que sólo se reciban, capten, crucen o exploten apuestas. Asimismo,
quedan comprendidos en los sorteos, los concursos en los que se
ofrezcan premios y en alguna etapa de su desarrollo intervenga
directa o indirectamente el azar. 30%”
El precepto transcrito que antecede establece las tasas y cuotas
aplicables para el pago del impuesto especial sobre producción y
servicios, específicamente por la realización de juegos con apuestas y
sorteos, con independencia del nombre que se les designe, siempre
que para efectuarlo se requiera permiso en términos de la Ley Federal
de Juegos y Sorteos y su Reglamento.
Por su parte, el artículo 1 de la Ley del Impuesto Especial Sobre
Producción y Servicios, establece lo siguiente:
“Artículo 1o. Están obligadas al pago del impuesto establecido en
esta Ley, las personas físicas y las morales que realicen los actos o
actividades siguientes:
I. La enajenación en territorio nacional o, en su caso, la importación,
definitiva, de los bienes señalados en esta Ley.
II. La prestación de los servicios señalados en esta Ley.
El impuesto se calculará aplicando a los valores a que se refiere este
ordenamiento, la tasa que para cada bien o servicio establece el
artículo 2o. del mismo o, en su caso, la cuota establecida en esta
Ley.
La Federación, el Distrito Federal, los Estados, los Municipios, los
organismos descentralizados o cualquier otra persona, aunque
conforme a otras leyes o decretos no causen impuestos federales o
estén exentos de ellos, deberán aceptar la traslación del impuesto
especial sobre producción y servicios y, en su caso, pagarlo y
trasladarlo, de acuerdo con los preceptos de esta Ley.
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
El impuesto a que hace referencia esta Ley no se considera violatorio
de precios o tarifas, incluyendo los oficiales.”
El precepto antes transcrito, prevé que el objeto del impuesto
especial sobre producción y servicios, será la enajenación en el
territorio nacional o, bien, la importación de los bienes; así como la
prestación de servicios.
Ahora bien, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
sostenido, en diversas tesis, que el principio de legalidad tributaria
consignado en la fracción IV del artículo 31 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos consiste en que las contribuciones
que
conforman
el
sistema
impositivo
vigente
se
encuentren
establecidas en un acto formal y materialmente legislativo emanado
del órgano constitucionalmente facultado para determinarlas y que,
sus elementos esenciales: sujeto, objeto, base, tasa o tarifa y época
de pago, también estén consignados en la ley.
Es decir, ha considerado que en atención a la finalidad y al
derecho a la seguridad jurídica, tutelada en el citado precepto
constitucional a través del principio de legalidad tributaria, el
acatamiento de éste tiene lugar cuando se establecen en la ley los
elementos que permitan conocer con certeza a los sujetos obligados,
el hecho, bienes o actividad que se gravan, el procedimiento o
mecánica para el cálculo del tributo, la tasa o tarifa que deba aplicarse,
la fecha y términos en que deban efectuarse el entero respectivo y
demás variables que incidan en la base del tributo, fijándolos con la
precisión necesaria que impida suscitar una situación de inseguridad
jurídica para los contribuyentes.
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
En ese contexto, debe tomarse en cuenta que el impuesto
especial sobre producción y servicios se ha caracterizado por ser un
impuesto indirecto cuyo objeto es gravar bienes y servicios especiales,
que son destinados a la enajenación o prestación de servicios hacia
terceros, así como el tabaco, la gasolina, el diesel y el gas natural,
incluyéndose en este concepto la prestación del servicio consistente
en la realización de juegos con apuestas, sorteos, así como,
concursos.
Ahora bien, el impuesto especial sobre producción y servicios, en
específico, al gravar la realización de juegos por apuestas y sorteos,
tiene por objeto el servicio prestado al organizar o llevar a cabo tales
actividades y su monto se determina aplicando la tasa prevista en la
norma reclamada.
Así, el hecho de que el artículo 2°, fracción II, inciso B), de la Ley
del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, vigente en dos
mil once, establezca que se pagará una tasa del 30% por la realización
(prestación de los servicios), de juegos con apuestas y sorteos, con
independencia del nombre que se les designe, y cuya realización
requiera permiso en términos de la Ley Federal de Juegos y Sorteos y
su Reglamento, no transgrede el principio constitucional referido, pues
no existe ambigüedad ni tampoco incongruencia en cuanto al objeto
del tributo.
Lo anterior, en tanto que el legislador federal determinó gravar la
prestación de los servicios de juegos con apuestas y sorteos, siempre
que requieran autorización para llevarse a cabo, de ahí que se estime
que el objeto del impuesto está contenido y especificado en la ley, sin
que genere imprecisión respecto de éste ni una situación de
incertidumbre o inseguridad jurídica, el hecho de que el legislador
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
estableciera en la norma, que dicha prestación de servicios se gravará
independientemente del nombre con el que se les designe, siempre
que requieran permiso de conformidad con lo dispuesto en la Ley
Federal de Juegos y Sorteos y su Reglamento.
Pues lo cierto es que tal precisión va encaminada a establecer
que el nombre o denominación comercial que sea asignada al juego o
sorteo por el prestador del servicio o, bien, por el organizador del
sorteo o la apuesta, no excluye del cumplimiento de la obligación
tributaria, lo cual contrariamente a lo que sostiene la quejosa, no
genera incertidumbre en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Esto es así, dado que en términos de los preceptos antes
transcritos, el impuesto relativo se causa por el solo hecho de
actualizar la hipótesis prevista en la ley, esto es, la prestación de los
servicios de juegos con apuestas y sorteos, con independencia del
nombre que se les designe, y cuya realización requiera permiso en
términos de la Ley Federal de Juegos y Sorteos y su Reglamento.
En consecuencia, no se actualiza la inconstitucionalidad de la
porción normativa reclamada, en tanto que se encuentra claramente
identificado
el
objeto
del
impuesto,
mismo
que
no
genera
incertidumbre en el contribuyente por el hecho de que remita a una
legislación diversa para identificar el tipo de juegos o sorteos que
están sujetos al gravamen.
De ahí lo infundado del concepto analizado.
Ahora bien, en una parte del segundo concepto de violación la
quejosa refiere medularmente que el artículo 82, fracción I, inciso b),
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
del Código Fiscal de la Federación, es violatorio del artículo 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que prohíbe la
imposición de multas excesivas, pues no prevé que para su imposición
la autoridad tenga posibilidad en cada caso, de determinar su monto o
cuantía de forma congruente a las particularidades del infractor.
Es ineficaz el argumentos planteado, pues por lo que hace a que
la multa impuesta con fundamento en el artículo 82, fracción I, inciso
b), del Código Fiscal de la Federación, es excesiva, es aplicable la
jurisprudencia P./J. 102/99, de la Novena Época, sustentada por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
página treinta y uno del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, tomo X, correspondiente al mes de noviembre de mil
novecientos noventa y nueve, la cual es del tenor siguiente:
“MULTAS. LAS LEYES QUE LAS ESTABLECEN EN
PORCENTAJES DETERMINADOS ENTRE UN MÍNIMO Y UN
MÁXIMO, NO SON INCONSTITUCIONALES. Esta Suprema Corte
ha establecido, en la tesis de jurisprudencia P./J. 10/95, que las leyes
que prevén multas fijas resultan inconstitucionales por cuanto al
aplicarse a todos por igual de manera invariable e inflexible, propician
excesos autoritarios y tratamiento desproporcionado a los
particulares; sin embargo, no pueden considerarse fijas las multas
establecidas por el legislador en porcentajes determinados entre un
mínimo y un máximo, porque con base en ese parámetro, la
autoridad se encuentra facultada para individualizar las sanciones de
conformidad con la gravedad de la infracción, la capacidad
económica del infractor, la reincidencia o cualquier otro elemento del
que pueda inferirse la levedad o la gravedad del hecho infractor.”.
En este mismo sentido, en cuanto a la obligación de la autoridad
fiscal motivar la individualización de la multa, resulta igualmente
aplicable la jurisprudencia número 2a./J. 127/99, sustentada por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en
la página doscientos diecinueve, Novena Época, Tomo X, diciembre
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
de mil novecientos noventa y nueve, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, que textualmente dice:
“MULTA FISCAL MÍNIMA. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE NO SE
MOTIVE SU IMPOSICIÓN, NO AMERITA LA CONCESIÓN DEL
AMPARO POR VIOLACIÓN AL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL.
Si bien es cierto que de conformidad con el artículo 16 constitucional
todo acto de autoridad que incida en la esfera jurídica de un
particular debe fundarse y motivarse, también lo es que resulta
irrelevante y no causa violación de garantías que amerite la
concesión del amparo, que la autoridad sancionadora, haciendo uso
de su arbitrio, imponga al particular la multa mínima prevista en la ley
sin señalar pormenorizadamente los elementos que la llevaron a
determinar dicho monto, como lo pueden ser, entre otras, la
gravedad de la infracción, la capacidad económica del infractor, su
reincidencia, ya que tales elementos sólo deben tomarse en cuenta
cuando se impone una multa mayor a la mínima, pero no cuando se
aplica esta última, pues es inconcuso que legalmente no podría
imponerse una sanción menor. Ello no atenta contra el principio de
fundamentación y motivación, pues es claro que la autoridad se
encuentra obligada a fundar con todo detalle, en la ley aplicable, el
acto de que se trate y, además, a motivar pormenorizadamente las
razones que la llevaron a considerar que, efectivamente, el particular
incurrió en una infracción; es decir, la obligación de motivar el acto en
cuestión se cumple plenamente al expresarse todas las
circunstancias del caso y detallar todos los elementos de los cuales
desprenda la autoridad que el particular llevó a cabo una conducta
contraria a derecho, sin que, además, sea menester señalar las
razones concretas que la llevaron a imponer la multa mínima.”.
Razonamientos los anteriores, que son exactamente aplicables
al estudio de la constitucionalidad del artículo 82, fracción I, inciso b),
del Código Fiscal de la Federación, toda vez éste, prevé la imposición
de la multa atendiendo a cantidades previstas en un mínimo y máximo,
lo cual se evidencia de la lectura a dicho numeral, el cual establece:
“Artículo 82. A quien cometa las infracciones relacionadas con la
obligación de presentar declaraciones, solicitudes, documentación,
avisos o información, así como de expedir constancias a que se
refiere el artículo 81 de este Código, se impondrán las siguientes
multas:
[...]
I. Para la señalada en la fracción I:
[…]
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
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b). De $ 980.00 a $ 24,480.00, por cada obligación a que esté afecto,
al presentar una declaración, solicitud, aviso o constancia, fuera del
plazo señalado en el requerimiento o por su incumplimiento.”
A mayor abundamiento, conviene citar la jurisprudencia que
emitiera el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, relativa
al tema de las multas excesivas, visible en la página cinco del Tomo II,
julio de mil novecientos noventa y cinco, de la Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice:
“MULTA EXCESIVA. CONCEPTO DE. De la acepción gramatical del
vocablo ‘excesivo’, así como de las interpretaciones dadas por la
doctrina y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para definir
el concepto de multa excesiva, contenido en el artículo 22
constitucional, se pueden obtener los siguientes elementos: a) Una
multa es excesiva cuando es desproporcionada a las posibilidades
económicas del infractor en relación a la gravedad del ilícito; b)
Cuando se propasa, va más adelante de lo lícito y lo razonable; y c)
Una multa puede ser excesiva para unos, moderada para otros y leve
para muchos. Por lo tanto, para que una multa no sea contraria al
texto constitucional, debe establecerse en la ley que la autoridad
facultada para imponerla, tenga posibilidad, en cada caso, de
determinar su monto o cuantía, tomando en cuenta la gravedad de la
infracción, la capacidad económica del infractor, la reincidencia, en
su caso, de éste en la comisión del hecho que la motiva, o cualquier
otro elemento del que pueda inferirse la gravedad o levedad del
hecho infractor, para así determinar individualizadamente la multa
que corresponda.”.
De la ejecutoria que inspira el contenido de la anterior tesis, se
advierten las siguientes notas:
“[…]
Pero el artículo 22 constitucional que prohíbe cierto tipo de multas
no clarifica cuáles son las excesivas a las que específicamente se
refiere. Por ello debe intentarse su deslinde.
[...] el propio artículo 22 no nos proporciona un concepto de
excesividad, sino que para ello es necesario relacionar armónicamente
esta disposición con los conceptos de proporcionalidad y equidad que
establece la fracción IV, del artículo 31 constitucional.
[...]
Más todavía, los conceptos de proporcionalidad y equidad
establecidos por la Constitución en su artículo 31, fracción IV, por
extensión lógica, deben regir, en armonía con el citado artículo 22, no
solamente las multas fiscales sino también las de carácter
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
Tribunal Auxiliar 435/2012
administrativo, porque en todas ellas se hace imprescindible la
necesidad de individualizar la sanción.
En un primer concepto, por lo tanto, debe entenderse que es
criterio deducido del propio sistema constitucional, que para que una
multa no resulte atentatoria para los derechos y garantías de las
personas -o sea: excesiva-, se requiere que las multas se ajusten a un
criterio protector de proporcionalidad y de equidad, tal y como ocurre
en las contribuciones.
[...] para que una multa no sea contraria al texto constitucional,
debe determinarse su monto o cuantía, tomarse en cuenta la gravedad
de la infracción, la capacidad económica del infractor y la reincidencia
de éste en la comisión del hecho que la motiva.
[...] la multa excesiva puede estar establecida en la ley que emana
del Poder Legislativo cuando se señalan sanciones fijas que no dan
bases para la autoridad administrativa a individualizar esa sanción,
permitiendo a ésta un actuar arbitrario, aunque esté dentro de los
límites establecidos en la propia ley.
[...]
Las multas que contiene el precepto comentado, no son excesivas
porque se estime que lo son los porcentajes del 50% o del 100%, o del
150% que antes se establecía. No, aisladamente, si se comparan esos
porcentajes con las cantidades que en el anterior Código Fiscal de la
Federación se establecían como cuantía de las multas, que eran hasta
de tres tantos de la prestación fiscal omitida, tal parecería que el
sistema adoptado por el Código Fiscal de la Federación vigente es más
benigno. Sin embargo, con independencia de los porcentajes
establecidos, el hecho de que en ese ordenamiento legal, conforme al
cual se sancionan todas las infracciones por omisiones de
contribuciones federales cometidas en el país, a excepción hecha de la
omisión de contribuciones al comercio exterior, contenga un sistema
rígido e inflexible para la imposición de multas, en el que no se obligue
a la autoridad administrativa en el ejercicio de su facultad sancionadora,
a individualizar el monto de la multa que imponga, dentro de máximos y
mínimos, tomando en cuenta circunstancias como la gravedad de la
infracción o la capacidad económica del infractor, hace que el Código
Fiscal de la Federación sea violatorio de la referida garantía individual
contenida en el artículo 22 constitucional, lo que se traduce en que el
Poder Legislativo creó multas excesivas a través de ese ordenamiento
legal.
En otras palabras, el Código Fiscal vigente, contiene multas
excesivas, no por el porcentaje que se establece, sino porque crea un
sistema rígido para la imposición de sanciones en el que cualquier
persona es sancionada en la misma forma, bastando para ello el que
omita el pago de una contribución y ésta sea descubierta a través de las
facultades de comprobación de la administración pública.
[...]
Es en ese sentido, que se considera que el sistema que contiene
el Código Fiscal de la Federación es violatorio del artículo 22
constitucional, pues instala un sistema rígido para la imposición de
sanciones, sin que se establezca para la autoridad administrativa el
deber de individualizar el monto de la sanción al caso concreto.
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[...]
Debe concluirse que la introducción en el Código Fiscal del
sistema de las multas fijas, pareciera haber sido hecha simplemente
para que las autoridades administrativas no tuvieran el problema de
razonar el monto de la multa impuesta, lo cual es notoriamente
injustificado.
[…]”
Como se desprende de la anterior transcripción e incluso hoy por
hoy, la Constitución no define en qué consiste el concepto de
excesividad en relación con las multas que pueden llegar a imponer
las autoridades con facultades para ello; sin embargo, es válido
determinar que para que una multa no sea contraria al texto
constitucional, es decir, excesiva, debe imponerse tomando en cuenta
la gravedad de la infracción, la capacidad económica del infractor y la
reincidencia de éste en la comisión del hecho que la motiva, lo que no
ocurre, por ejemplo, en los supuestos en que se señalan sanciones
fijas que no proporcionan bases a la autoridad administrativa para
individualizar esa sanción, de modo que le permite actuar de manera
arbitraria, aunque esté dentro del límite establecido en la ley.
Por tanto, el actuar arbitrario, sin márgenes, es lo que permite
definir el concepto de excesivo para los efectos del artículo 22
Constitucional.
Ahora bien, el sistema de multas que en la actualidad consigna
el Código Tributario Federal, incluido, desde luego, el artículo 82,
fracción I, inciso b), se halla establecido en función de mínimos y
máximos que permiten a la autoridad fiscalizadora graduar en cada
caso, en lo particular, el monto de la sanción, mediante la valoración
de las condiciones económicas del infractor, la gravedad de su
conducta, el daño causado al fisco, la reincidencia y todas aquellas
circunstancias que propicien su justa imposición.
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De lo anterior, se puede concluir que lo que determina que una
multa sea excesiva y, por ende, contraria al artículo 22 Constitucional,
no es el monto que se imponga en cada caso concreto, sea el mínimo
inclusive el máximo, sino que el concepto excesivo redunda en la
imposibilidad de que tal multa se adecue a través del análisis que
realice la autoridad sancionadora de los elementos citados con
antelación.
De ahí que no le asista la razón a la quejosa, en tanto considera
que la multa impuesta, aunque en el monto mínimo, es excesiva por su
cuantía; empero, como ya se vio, lo que determina lo excesivo de una
multa no es su importe, sino que no se pueda graduar con base en los
elementos particulares del contribuyente.
Así las cosas, es de concluirse que deviene igualmente
infundada la parte del segundo concepto de violación analizada.
Finalmente, es inoperante la otra parte del segundo concepto
de violación en el que se afirma, de manera abundante, que la
sentencia reclamada es violatoria de los artículos 14, 16, 22 y 133 de
la Constitución Política Federal, en relación con los artículos 75, 82,
fracción I, inciso b), del Código Fiscal de la Federación, porque la Sala
Fiscal equivocadamente reconoció la validez de la multa impuesta por
las autoridades demandadas, al sostener que como es mínima, lo cual
en efecto es, dichas autoridades no tienen por qué motivarla, cuando
en el caso sí debió tomarse en cuenta las particularidades del
contribuyente, es decir, su situación económica y gravedad de la
infracción.
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En principio, cabe señalar que la Sala del conocimiento en la
sentencia reclamada, al momento de pronunciarse con relación a los
argumentos vinculados con el monto de la multa impuesta, precisó lo
siguiente:
“[…]
En efecto, del estudio que se hace a la fracción I, inciso b) del
artículo 82 del Código Fiscal de la Federación, se advierte que
señala la imposición de4 multas entre un mínimo y un máximo,
siendo la mínima la de $980.00 y la máxima, la de $24,480.00 y, en
su caso, se impuso a la actora la multa mínima establecida en el
precepto de referencia.
En este estado de cosas, resulta infundado, que la actora
sostenga que para la imposición de la multa, la autoridad no
individualizó la multa ni señaló los pormenores de la actualización de
la multa ni las cantidades a que ascienden los Índices Nacionales de
Precios al Consumidor, ya que tales supuestos únicamente deben
tomarse en consideración, al imponer multas arriba del mínimo
establecido en la ley, más no así cuando se trata de multas mínimas,
como en el caso acontece.
[…]”
De la transcripción que antecede, se colige, que la Sala del
conocimiento declaró ineficaces los argumentos de la hoy quejosa, al
advertir que los mismos pretendían controvertir la legalidad de la multa
impuesta en su perjuicio por la autoridad hacendaria, al no
individualizar la multa, establecer sus pormenores de actualización ni
las cantidades a que ascienden los Índices Nacionales de Precios al
Consumidor, pues precisó que al tratarse de una multa mínima no
existe obligación de la autoridad fiscal en establecer ni razonar los
elementos de su imposición.
Así, al tomar en cuenta los anteriores argumentos, se advierte
que los argumentos propuestos resultan inoperantes, en tanto que
existe criterio de jurisprudencia emitido por la Segunda Sala de
nuestro máximo tribunal que resuelve el problema planteado sobre
este tema.
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El criterio de jurisprudencia aludido es el que aparece con el
número 2a./J. 127/99, de la Novena Época, derivada de la
contradicción de tesis 27/99, entre las sustentadas por el Segundo
Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito y el Primer Tribunal
Colegiado del Octavo Circuito, en sesión de veintidós de octubre de
mil novecientos noventa y nueve, consultable en la página doscientos
diecinueve, Tomo X, diciembre del citado año, del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, que dice:
“MULTA FISCAL MÍNIMA. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE NO SE
MOTIVE SU IMPOSICIÓN, NO AMERITA LA CONCESIÓN DEL
AMPARO POR VIOLACIÓN AL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL.
Si bien es cierto que de conformidad con el artículo 16 constitucional
todo acto de autoridad que incida en la esfera jurídica de un
particular debe fundarse y motivarse, también lo es que resulta
irrelevante y no causa violación de garantías que amerite la
concesión del amparo, que la autoridad sancionadora, haciendo uso
de su arbitrio, imponga al particular la multa mínima prevista en la ley
sin señalar pormenorizadamente los elementos que la llevaron a
determinar dicho monto, como lo pueden ser, entre otras, la
gravedad de la infracción, la capacidad económica del infractor, su
reincidencia, ya que tales elementos sólo deben tomarse en cuenta
cuando se impone una multa mayor a la mínima, pero no cuando se
aplica esta última, pues es inconcuso que legalmente no podría
imponerse una sanción menor. Ello no atenta contra el principio de
fundamentación y motivación, pues es claro que la autoridad se
encuentra obligada a fundar con todo detalle, en la ley aplicable, el
acto de que se trate y, además, a motivar pormenorizadamente las
razones que la llevaron a considerar que, efectivamente, el particular
incurrió en una infracción; es decir, la obligación de motivar el acto en
cuestión se cumple plenamente al expresarse todas las
circunstancias del caso y detallar todos los elementos de los cuales
desprenda la autoridad que el particular llevó a cabo una conducta
contraria a derecho, sin que, además, sea menester señalar las
razones concretas que la llevaron a imponer la multa mínima.”
Por lo anterior, resulta innecesario abundar respecto a las
consideraciones que sustenten la inoperancia de tal concepto de
violación identificado como segundo en la parte que ahora se analiza,
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Amparo Directo 172/2012 (I-17°)
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en tanto que existe criterio de jurisprudencia aplicable, cuya invocación
da respuesta en forma integral a los temas planteados.
Por analogía se cita el criterio de jurisprudencia número 1a./J.
14/97, de la Novena Época, sustentado por la Primera Sala de nuestro
alto tribunal, publicado en la página veintiuno, Tomo V, Abril de mil
novecientos noventa y siete, del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, que a la letra dice:
“AGRAVIOS INOPERANTES. INNECESARIO SU ANÁLISIS
CUANDO EXISTE JURISPRUDENCIA. Resulta innecesario realizar
las consideraciones que sustenten la inoperancia de los agravios
hechos valer, si existe jurisprudencia aplicable, ya que, en todo caso,
con la aplicación de dicha tesis se da respuesta en forma integral al
tema de fondo planteado.”
En estas condiciones, al resultar en una parte infundados y, en
otra inoperante los conceptos de violación, lo procedente es negar el
amparo y protección de la Justicia Federal.
Por lo expuesto y fundado, se
R E S U E L V E:
PRIMERO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
**********, en contra del acto y la autoridad precisados en el resultando
primero de este fallo, de conformidad con lo establecido en el último
considerando de la presente resolución.
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SEGUNDO. Notifíquese; y personalmente a la quejosa, por
conducto del tribunal colegiado auxiliado.
Con disquete que contenga la presente resolución, devuélvanse
los autos del juicio de amparo directo número D.A. 172/2012 (Tribunal
Auxiliar 435/2012), así como el juicio de nulidad **********del índice de
la ********** Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa al tribunal colegiado de origen, por
conducto de la Oficina de Correspondencia Común del Centro Auxiliar
de la Primera Región con residencia en el Distrito Federal, para su
notificación y efectos señalados en el Punto Quinto, numerales 6 y 7
del Acuerdo General 20/2009, del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal. Con copia de esta resolución y de los proveídos
correspondientes, fórmese cuaderno de antecedentes, el cual, en su
oportunidad, deberá archivarse.
Así lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado de Circuito del
Centro Auxiliar de la Primera Región, con residencia en el Distrito
Federal, por unanimidad de votos de los Magistrados: Presidente José
Manuel Villeda Ayala, Andrea Zambrana Castañeda y César Thomé
González y; siendo ponente la segunda de los nombrados.
Firman los magistrados Presidente y la Ponente, con la
secretaria de acuerdos, que autoriza y da fe.
FIRMADOS: MAGISTRADO PRESIDENTE: JOSÉ
MANUEL VILLEDA AYALA.- MAGISTRADA PONENTE:
ANDREA ZAMBRANA CASTAÑEDA.- LA SECRETARIA DE
ACUERDOS. LIC. GEORGINA VALENZUELA MARTÍNEZ.
RÚBRICAS.
En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracciones II y VI, 13°, fracción IV,
14°, fracciones I y IV, y 18°, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
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Información Pública Gubernamental, así como 2°, fracciones VIII y IX, XXI y XXII, 8°,
párrafo tercero y 9°, segundo párrafo, del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia
Federal para la aplicación de la Ley Citada, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos
supuestos normativos.
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El licenciado(a) , hago constar y certifico que en términos de lo previsto en los
artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo relativo de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento mencionado.
Conste.
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