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I
REVISTA DEI. CEXTRO DE LECTGRA
siendo imposible. L o único q u e puede medir la
razón, es la razón misma.
S e nos argüirá q u e así coiiio n o hay dos fisonomías absolutamente iguales, tampoco hay dos estados d e la razón perfectamente parecidos, y q u e
para cada caso debería variar el grado de responsabilidad y q u e esto n o se aviene con la iiianera
d e ser de nuestras leyes, ni mucho iiienos con el
inodo q u e d e iiplicarlas teneiiios. Conformes. Pero entendemos q u e n o deben buscarse casos para
la ley, sino ley para todos los c'asos; y si la q u e
nos rige n o puede auioldarse á ellos, i~iodifíquese
y3 q u e los casos n o se pueden modificar; al nienos d e una manera pronta y completa.
Algo en este sentido se habra ganado con el establecimiento del juicio oral y público, pero á
nuestro modo d e ver solo el jurado puede nproximarnos á la perfección, á la q u e sabemos n o
nos es dado desgraciadamente llegar.
La enseñanza oblisatoria
v.. "
sratuita., o u e si n o
u
estableciera el nivel ititelectual, atenuaría al nienos esas inmensas diferencias lioy dia existentes,
contribuiría n o poco, al paso q u e á disminiiir la
criminalidad, [que sabemos está en razón inversa d e la ilustración,] á facilitar la resoliición tiel
problema q u e nos ocupa.
Mientras los gobiernos n o se ciiiden del i~iejoraniiento intelectual d e sus gobernados, podreiiios decirles imitando la frase d e iinn celebre poerisa: nó hazlos como los deseas; ó tórnalos como
los 1iaces.o
J . SALVAT.
.
' última raixa d e la T a r d o r ,
oh amada meva, ja 'S deix sentir!
De 1' bivernada lo vent glassat
ilerná d e gebra cubrirá '1s pins :
ja se 'u anaren Tots-sants y '1s Morts:
ja son vingudas las llargas nits.
i Quina feresa qu' ara fa '1 canip!
i q u i n uiar més aspre ! i quin cel més trist !
Ja cap barqiieta siirt á pescar
d e la Farola fins á Carnbrils;
la p o b r i s s ~ l l acapia pels plans
ó be replega boscalls pels cirns;
y al tart d ú feixos als inasovers
q u e al palle deixan passar la nit.
S i a n e m al poble, fugint del Mas,
inajor tristesa lindrein allí.
T a n t bon punt toca i' oració
barran las portas tots los veliins .
los Iioms trastejan vora '1s congrenys,
vells, noys y donas se 'n van al Ilit :
tot es silenci .... sols S' ó u lo vent
y '1s galls q u e cantan la niitja nit.
Q u s n t allí '11 baixava d e Masricar.
tí la taiilada del Mas dels Pins
pobre aoi-eneiz preiiía '1 vol
per entornarseii al seu pais:
d e la niuaiia sola Iia q u e d a t ;
sense parcila, seiise sos fills,
; l o tris1 viatge qu' ello fará
lora soletn pel m a r endins!
O h ma estiiiiadn, be estem al Mas:
la llar dcls avis te bon caliu:
plogui ó ventegi ó crnigri i' a u ,
h i regna sempre bon ternps aquí.
N o hi ha liivernida pels nostres cors:
i l a Primavera sempre hi somriu!
SOBIiE UNA BIBLlOTECA D E
CIENCIA
ESPANOLA
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lia iiiclio; y con razón, q u e los espsiholes
sieinpre hemos sido largos en hazahas y cortos
en escribirlas. Esta verdad, qiie es patente tratándose d e sucesos meramente políticos, adveniinicntos d e dinastías, enlaces d e reyes, acciones
d e guerra, conquistas, descubriinientos y demás
Iieclios q u e ataíien á la liistoria exfe7-i~<z
d e la nación. lo es niuclio mas cti lo q u e se refiere á su
liistoria iiitei.iia, esto es. al ~ieseri~~olviiniento
religioso, intelectual, social y econóiiiico d e Espaira en los diversos periodos d e su vicia nncioiial.
Solo así se esplica, q u e la liisiorin d e la civilización espahola esté todavía por hacer; y q u e la de
su l i t e r n t u r a , ~ ,sobre todo, la d e s:i ciencia, se
linllen a u n casi en niantillas. (Y á q u é se debe este
descuido? E s q u e en Espaíin n o hay a m o r patrio?
Difícil es deteriiiinar cl origen del innl: pero n o
creenios anclar del toiio descanrinados: si afirmz1110s q u e nuestra indiferencia por todo lo propio
y castizo, radica en esa modestia y desconocimiento del propio valer q u e caracterizan a1 pueblo español, y q u e le hace considerar como cosa
baladí y d e poco fuste toiio l o suyo, mientras,
con magnanimidad estremada, aplaude los adelantamientos d e los estrahos y se regocija e n sus
triunfos.
U n i d o l o d i c h o , á lo poco y nial q u e conocemos
nuestra historia, á nuestra natui-al indolencia y á
S.
E
I
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