4 l I REVISTA DEI. CEXTRO DE LECTGRA siendo imposible. L o único q u e puede medir la razón, es la razón misma. S e nos argüirá q u e así coiiio n o hay dos fisonomías absolutamente iguales, tampoco hay dos estados d e la razón perfectamente parecidos, y q u e para cada caso debería variar el grado de responsabilidad y q u e esto n o se aviene con la iiianera d e ser de nuestras leyes, ni mucho iiienos con el inodo q u e d e iiplicarlas teneiiios. Conformes. Pero entendemos q u e n o deben buscarse casos para la ley, sino ley para todos los c'asos; y si la q u e nos rige n o puede auioldarse á ellos, i~iodifíquese y3 q u e los casos n o se pueden modificar; al nienos d e una manera pronta y completa. Algo en este sentido se habra ganado con el establecimiento del juicio oral y público, pero á nuestro modo d e ver solo el jurado puede nproximarnos á la perfección, á la q u e sabemos n o nos es dado desgraciadamente llegar. La enseñanza oblisatoria v.. " sratuita., o u e si n o u estableciera el nivel ititelectual, atenuaría al nienos esas inmensas diferencias lioy dia existentes, contribuiría n o poco, al paso q u e á disminiiir la criminalidad, [que sabemos está en razón inversa d e la ilustración,] á facilitar la resoliición tiel problema q u e nos ocupa. Mientras los gobiernos n o se ciiiden del i~iejoraniiento intelectual d e sus gobernados, podreiiios decirles imitando la frase d e iinn celebre poerisa: nó hazlos como los deseas; ó tórnalos como los 1iaces.o J . SALVAT. . ' última raixa d e la T a r d o r , oh amada meva, ja 'S deix sentir! De 1' bivernada lo vent glassat ilerná d e gebra cubrirá '1s pins : ja se 'u anaren Tots-sants y '1s Morts: ja son vingudas las llargas nits. i Quina feresa qu' ara fa '1 canip! i q u i n uiar més aspre ! i quin cel més trist ! Ja cap barqiieta siirt á pescar d e la Farola fins á Carnbrils; la p o b r i s s ~ l l acapia pels plans ó be replega boscalls pels cirns; y al tart d ú feixos als inasovers q u e al palle deixan passar la nit. S i a n e m al poble, fugint del Mas, inajor tristesa lindrein allí. T a n t bon punt toca i' oració barran las portas tots los veliins . los Iioms trastejan vora '1s congrenys, vells, noys y donas se 'n van al Ilit : tot es silenci .... sols S' ó u lo vent y '1s galls q u e cantan la niitja nit. Q u s n t allí '11 baixava d e Masricar. tí la taiilada del Mas dels Pins pobre aoi-eneiz preiiía '1 vol per entornarseii al seu pais: d e la niuaiia sola Iia q u e d a t ; sense parcila, seiise sos fills, ; l o tris1 viatge qu' ello fará lora soletn pel m a r endins! O h ma estiiiiadn, be estem al Mas: la llar dcls avis te bon caliu: plogui ó ventegi ó crnigri i' a u , h i regna sempre bon ternps aquí. N o hi ha liivernida pels nostres cors: i l a Primavera sempre hi somriu! SOBIiE UNA BIBLlOTECA D E CIENCIA ESPANOLA 11 lia iiiclio; y con razón, q u e los espsiholes sieinpre hemos sido largos en hazahas y cortos en escribirlas. Esta verdad, qiie es patente tratándose d e sucesos meramente políticos, adveniinicntos d e dinastías, enlaces d e reyes, acciones d e guerra, conquistas, descubriinientos y demás Iieclios q u e ataíien á la liistoria exfe7-i~<z d e la nación. lo es niuclio mas cti lo q u e se refiere á su liistoria iiitei.iia, esto es. al ~ieseri~~olviiniento religioso, intelectual, social y econóiiiico d e Espaira en los diversos periodos d e su vicia nncioiial. Solo así se esplica, q u e la liisiorin d e la civilización espahola esté todavía por hacer; y q u e la de su l i t e r n t u r a , ~ ,sobre todo, la d e s:i ciencia, se linllen a u n casi en niantillas. (Y á q u é se debe este descuido? E s q u e en Espaíin n o hay a m o r patrio? Difícil es deteriiiinar cl origen del innl: pero n o creenios anclar del toiio descanrinados: si afirmz1110s q u e nuestra indiferencia por todo lo propio y castizo, radica en esa modestia y desconocimiento del propio valer q u e caracterizan a1 pueblo español, y q u e le hace considerar como cosa baladí y d e poco fuste toiio l o suyo, mientras, con magnanimidad estremada, aplaude los adelantamientos d e los estrahos y se regocija e n sus triunfos. U n i d o l o d i c h o , á lo poco y nial q u e conocemos nuestra historia, á nuestra natui-al indolencia y á S. E I