CONFLICTO POSITIVO DE COMPETENCIA/Tribunal Superior

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CONFLICTO POSITIVO DE COMPETENCIA/Tribunal Superior Distrito Judicial de
Manizales Sala Penal y Gobernador Cabildo Indígena de CaDamomo Lomaprieta/Hechos
incumben a la Jurisdicción Penal Ordinaria.
REPUBLICA DE COLOMBIA
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA
RAD: 20010286 A/554 - C
Registro: Abril 30 de 2001
Bogotá, D.C. Mayo diez de dos mil uno
Aprobado según Acta No. 38 de mayo 10 de 2001
Magistrado Ponente: Dr. GUILLERMO BUENO MIRANDA
Dirime la Sala el conflicto positivo de competencias suscitado entre distintas
jurisdicciones representadas, de un lado por el Tribunal Superior de Distrito Judicial de
Manizales, Sala Penal, y del otro por el Gobernador del Cabildo Indígena de la
Parcialidad de CaDamomo y Lomaprieta, en relación con el conocimiento del proceso
penal adelantado contra PEDRO LUIS HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ/Secuestro extorisivo
1. ANTECEDENTES
1.1. Mediante resolución del 18 de agosto de 1999 en la que dispuso apertura de
instrucción, la Fiscalía Delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializados de
Manizales ordenó vincular mediante indagatoria a PEDRO LUIS HERNÁNDEZ
HERNÁNDEZ, por hechos relacionados con el secuestro por parte del grupo
perteneciente a la guerrilla de las FARC de los ciudadanos MÓNICA MARÍA RODRÍGUEZ
LEMUS y NORBERTO RODRÍGUEZ LEÓN (folios 149 y 150 del cuaderno N° 2).
2. A través de comunicación fechada el 19 de agosto de 1999, el funcionario
investigador del Gaula, Regional Caldas, dejó a disposición del Comandante
de ese grupo antisecuestro a PEDRO LUIS HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, en
cumplimiento de la orden de captura dictada en su contra por la Fiscalía
(folios 157 a 159 del cuaderno N° 2).
3. El mismo día 19 de agosto de 1999 PEDRO LUIS HERNÁNDEZ
HERNÁNDEZ fue vinculado mediante indagatoria (folios 172 a 176 del
cuaderno N° 2).
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4. Por medio de providencia del 24 de agosto de 1999 se resolvió la situación
jurídica a PEDRO LUIS HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, profiriendo en su
contra medida de aseguramiento consistente en detención preventiva sin
beneficio de excarcelación, como presunto coautor del delito de secuestro
extorsivo (folios 185 a 189 del cuaderno N° 2).
5. En resolución del 14 de marzo de 2000 se declaró el cierre de investigación
(folio 38 del cuaderno N° 3).
6. El 14 de abril de 2000 la Fiscalía dictó medida de aseguramiento de
detención preventiva por el delito de rebelión contra PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, al tiempo que profirió resolución de acusación
en su contra por el concurso de delitos de secuestro extorsivo y rebelión,
donde figuran como ofendidos MÓNICA MARÍA RODRÍGUEZ LEMUS y
NORBERTO RODRÍGUEZ LEÓN y el régimen constitucional (folios 74 a 88
del cuaderno N° 3).
7. El día 19 de octubre de 2000 el Juzgado Penal del Circuito Especializado de
Manizales dio inicio a la audiencia pública de juzgamiento de PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ y otro (folios 201 a 212 del cuaderno N° 3).
8. La audiencia continuó el 24 de noviembre de 2000 (folios 217 a 248 del
cuaderno N° 3).
9. Mediante sentencia del 13 de diciembre de 2000, el Juzgado Penal del
Circuito Especializado de Manizales decidió condenar a PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ a la pena principal de 39 aDos de prisión, como
autor responsable en concurso de los delitos de secuestro extorsivo
agravado y rebelión (folios 250 a 275 del cuaderno N° 3).
10. Notificado personalmente el 15 de diciembre de 2000 el defensor del seDor
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, manifestó que apelaba el fallo condenatorio
(folio 282 del cuaderno N° 3).
11. A través de auto del 15 de enero de 2001, la Sala Penal del Tribunal
Superior de Manizales fijó como fecha para la sustentación oral del recurso
de apelación interpuesto contra la sentencia condenatoria de primera
instancia el día 9 de febrero siguiente (folio 289 del cuaderno N° 3).
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12. El día 8 de febrero de 2001 el seDor GABRIEL A. CARTAGENA, alegando
la condición de Gobernador Indígena de la Parcialidad de CaDamomo y
Lomaprieta, situada en la jurisdicción de los Municipios de Riosucio y Supía,
Caldas, informó que por decisión unánime del Cabildo que encabeza se
dispuso solicitar la remisión a esa autoridad del expediente de la causa
penal adelantada contra PEDRO LUIS HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, quien
es indígena y pertenece a esa parcialidad, argumentando que los hechos
que lo comprometen tuvieron lugar dentro del territorio del Resguardo y, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 246 de la Constitución,
corresponde a las autoridades indígenas ejercer las funciones
jurisdiccionales. Agregó que en caso de no accederse a su petición, plantea
desde ya conflicto de competencia. Anexó el Acta de fecha 15 de enero de
2001, donde consta la posesión del gobernador indígena y el cabildo ante el
alcalde municipal de Riosucio (folios 291 a 294 del cuaderno N° 3).
13. Por medio de providencia del 26 de febrero de 2001, la Sala Penal del
Tribunal Superior de Manizales se pronunció sobre el conflicto planteado
aceptándolo y disponiendo el envío del asunto a esta Corporación para su
resolución.
Consideró ese Tribunal que no basta la consideración objetiva de que el procesado
tenga la calidad de indígena, tenga residencia dentro del territorio del resguardo y haya
cometido el ilícito allí para que se reconozca el fuero especial consagrado en la
Constitución, pues no se trata de un privilegio simplemente territorial, comunitario o
personal, sino que exige valoración que se imputan y ponderación de la personalidad y
características culturales.
Agregó que, de acuerdo con lo establecido por la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, es necesario evaluar el grado de aislamiento de la cultura a la que
pertenece, de donde concluye que las conductas que se le imputan de secuestro
extorsivo y rebelión transgreden el derecho positivo nacional y deben ser consideradas
lesivas de los derechos ajenos por las autoridades indígenas, al tiempo que la rebelión
supone interacción del procesado con la cultura dominante, pues ello manifiesta la
comunión con un movimiento de ideales políticos concretos relativos a una sociedad
mayoritariamente urbana y cosmopolita.
Dijo también ese juez colegiado que las actividades ordinarias del seDor HERNÁNDEZ
HERNÁNDEZ revelan integración al sistema cultural dominante, pues según dijo en la
indagatoria (donde tampoco alegó su condición de indígena), desempeDó oficios varios
en una fábrica en Palmira, recibió educación general en el Instituto Cultural de Riosucio y
anteriormente había sido penalmente condenado por la justicia penal ordinaria.
Finalmente expuso que "admitir en este caso el fuero indígena deformaría la intención
del constituyente, según la cual los grupos aborígenes inmersos en determinada cultura y
situados en especiales condiciones de interacción con la civilización dominante, tendrán
un tratamiento diferenciado para respetar su 'particular cosmovisión'" (folios 301 a 311 del
cuaderno N° 3).
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14. Ante esta Sala, el seDor GABRIEL ÁNGEL CARTAGENA, Gobernador del
Cabildo de la Parcialidad de CaDamomo y Lomaprieta, hizo llegar escrito
donde expone consideraciones adicionales para soportar su solicitud.
Dijo que en el presente asunto se encuentran establecidos los dos elementos del fuero
indígena, esto es, el de carácter personal y el geográfico, lo que indica que PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ debe ser juzgado por su propia comunidad.
Agregó que la Carta Política reconoció la jurisdicción indígena en términos generales y
absolutos, sin limitaciones y sin que pueda aducirse razones antropológicas o culturales
de ninguna índole. Aseveró que el mayor o menor grado de contacto de las distintas
comunidades con la cultura predominante, no implica la pérdida de sus particularidades y
especificidades de su cosmovisión (folios 4 a 7 del cuaderno original).
Igualmente, el seDor CARTAGENA acompaDó memorial suscrito por ALBEIRO
TAPASCO GUERRERO, Coordinador General del Consejo Regional indígena de Caldas,
coadyuvando su solicitud (folio 8 del cuaderno original).
2. CONSIDERACIONES DE LA SALA
2.1. Competencia.
Es competente esta Corporación para dirimir el conflicto planteado por expreso
mandato de los artículos 256, numeral 6., de la Constitución Nacional y 112, numeral
2., de la Ley 270 de 1996 (Estatutaria de la Administración de Justicia).
2.2. Colisiones de competencia.
Según definición del artículo 97 del C.de P.P. "... Hay colisión de competencias
cuando dos o más jueces consideren que a cada uno de ellos corresponde adelantar el
juzgamiento, o cuando se niegan a conocer por estimar que no es de competencia de
ninguno de ellos." (...)
Tales conflictos que según la definición pueden ser positivos o negativos, bien pueden
darse al interior de una misma jurisdicción o entre distintas jurisdicciones, aspecto este
que sólo es determinante para fijar la competencia de quien debe solucionarlos.
De otra parte, es precisión no superflua que una colisión o conflicto de competencias sólo
puede trabarse entre jueces que tengan competencia para juzgar, sin que importe que
pueda ser provocada por éstos oficiosamente, o a solicitud de parte (ib. art.99), que por
serlo ésta, debe estar legitimada para actuar en el proceso.
2.3. Jurisdicción indígena.
Pues bien, esta Sala ha seDalado los alcances de la jurisdicción indígena de la
siguiente manera, conforme con el artículo 246 de la Constitución Nacional, según el cual
"... Las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales
dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus propias normas y procedimientos,
siempre que no sean contrarios a la Constitución y las leyes de la República. La ley
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establecerá las formas de coordinación de esta jurisdicción especial con el sistema
nacional."
Aparece entonces que la jurisdicción indígena por ser especial, detenta el carácter de
excepcional frente a la jurisdicción ordinaria que es la general. Lo que impone que
todos los elementos llamados a integrarla, deban estar lo suficientemente probados.
Ahora bien, según el principio de necesidad de la prueba, manda el artículo 246 del
C.P.P. que "...Toda providencia debe fundarse en pruebas legal, regular y oportunamente
allegadas a la actuación."
De esta manera es menester entrar a establecer si, en el presente asunto, existe
prueba que ofrezca certeza sobre la existencia de los elementos que determinan la
jurisdicción indígena, o si, por el contrario, no la hay y entonces resulte imperativa la
aplicación del principio general que, como vimos, consiste en que la jurisdicción ordinaria
conoce de todos los asuntos que no correspondan a otra jurisdicción.
Pues bien, esos elementos que conforman la jurisdicción indígena y que constituyen el
sustento de la competencia de las autoridades indígenas fueron esbozados por la Corte
Constitucional en la sentencia C-139 de 1996, de la siguiente manera:
"cuatro son los elementos centrales de la jurisdicción indígena según el ordenamiento
constitucional:
"... La posibilidad de que existan autoridades judiciales propias de los pueblos
indígenas, la potestad de éstos de establecer normas y procedimientos propios, la
sujeción de dicha jurisdicción y normas a la Constitución y la ley, y la competencia del
legislador para seDalar la forma de coordinación de la jurisdicción indígena con el sistema
judicial nacional. Los dos primeros elementos forman el núcleo de autonomía otorgado a
las comunidades indígenas - que se extiende no sólo al ámbito jurisdiccional sino también
al legislativo, en cuanto incluye la posibilidad de creación de "normas y procedimientos"-,
mientras que los dos segundos constituyen los mecanismos de integración de los
ordenamientos jurídicos indígenas dentro del contexto del ordenamiento nacional."
(subrayas fuera del texto).
2.4. Del caso en estudio.
Ahora, lo que no puede soslayarse, es que, conforme con la regla constitucional, tal
autonomía debe estar supeditada en su ejercicio, al ámbito territorial de la respectiva
comunidad. Lo que impone concluir que para determinar la competencia predicable de las
autoridades indígenas para conocer de hechos punibles, de inicio deben estar plenamente
probados los factores de territorialidad y la calidad del justiciable.
Al respecto ha dicho la Corte Constitucional, tal como la cita el propio Gobernador
Indígena trabado en conflicto, que "en efecto, la solución puede variar si la acción típica
es cometida por miembros de pueblos indígenas dentro de su territorio, o si un indígena,
de manera individual, incurre en ella afectando a quien no es miembro de su comunidad
por fuera del ámbito geográfico del resguardo" (subraya fuera del texto) (Corte
Constitucional. Sentencia T-496 de 1996. M.P. doctor Carlos Gaviria Díaz).
Pues bien, en el asunto bajo estudio se encuentra un elemento que a juicio de esta
Corporación definitivamente impide que el asunto sea conocido en la jurisdicción
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indígena, y es que los afectados con la conducta del indígena PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, esto es MÓNICA MARÍA RODRÍGUEZ LEMUS y su padre
NORBERTO RODRÍGUEZ LEÓN, no son indígenas.
Esta circunstancia plantea una situación jurídica particular, que excluye la aplicación
del fuero indígena, y es que los derechos que están en juego son los de personas que no
son miembros de la comunidad indígena a la que pertenece el agresor, y no los de éste,
ante lo cual descubrimos la presencia de una tensión entre los derechos de los ofendidos
con los delitos y los derechos de las comunidades indígenas a mantener su singularidad y
particular cosmovisión, de donde resulta claramente, por propia disposición de la Corte
Constitucional, que la solución del asunto varía y, en consecuencia, es la jurisdicción
penal ordinaria la encargada de la protección de esos derechos y de los bienes jurídicos
tutelados con la tipificación de esas conductas, pues en el presente asunto se ha
claramente rebasado el ámbito de competencia natural de las autoridades indígenas hacia
el interior de sus comunidades y territorios, y para la protección de su particular
cosmovisión, y los hechos que fueron materia de investigación contra PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ afectaron derechos ajenos cuya protección le incumbe al
Estado colombiano a través de sus jueces ordinarios y demás autoridades, asunto para el
cual no fue establecida la jurisdicción indígena.
Viene de lo discurrido que la competencia para continuar con el juzgamiento de
PEDRO LUIS HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ la tiene la jurisdicción ordinaria, representada
en este caso por la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales, a donde serán
remitidas las diligencias.
Cabe reiterar que de conformidad con el texto constitucional, el ejercicio de funciones
jurisdiccionales por parte de los indígenas, está condicionado, en su desarrollo y
contendido, a que no sea contrario a la Constitución y las leyes de la República, dada la
naturaleza del asunto objeto de disputa.
Lo anterior porque es deber dejar en claro que un fuero especial de juzgamiento, por
ser privilegiado, debe ajustarse a estrictas normas, garantes de una sana convivencia, lo
que impide se torne en mecanismo de impunidad.
El límite exacto de la jurisdicción indígena, se reitera, no es otro que el de preservar
una identidad cultural por total ajena a ideologías, que permita la adecuada convivencia
dentro de una heterogeneidad étnica, sin que ello implique el patrocinio de conductas
ilícitas o el surgimiento de factores que perturben la convivencia social.
En conclusión, y teniendo en cuenta el carácter excepcional
de la jurisdicción indígena, al no quedar probados sus elementos estructurales, ello
impone - se repite - que el asunto objeto de colisión de competencia deba ser asignado a
la jurisdicción ordinaria por ser la general.
En mérito de lo expuesto, EL CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA -SALA
JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA- en uso de sus atribuciones constitucionales y
legales,
RESUELVE
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DIRIMIR el conflicto positivo de jurisdicciones planteado entre la jurisdicción ordinaria
representada por el Tribunal Superior de Distrito Judicial de Manizales, Sala Penal, y
el Gobernador del Cabildo Indígena de la Parcialidad de CaDamomo y Lomaprieta,
asignando el conocimiento del proceso penal adelantado contra PEDRO LUIS
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ a la jurisdicción ordinaria, a donde se dispone la remisión del
proceso.
Envíese copia de esta providencia al Gobernador del Cabildo Indígena mencionado.
CÓPIESE Y DEVUÉLVASE.
GUILLERMO BUENO MIRANDA JORGE ALONSO FLECHAS
DÍAZ Presidente Vicepresidente
EDUARDO CAMPO SOTO FERNANDO CORAL VILLOTA
Magistrado Magistrado
RUBÉN DARÍO HENAO OROZCO TEMÍSTOCLES ORTEGA
NARVÁEZ Magistrado Magistrado
LEONOR PERDOMO PERDOMO
Magistrada
SILVIO GENTIL NIETO BELTRÁN
Secretario Judicial (E)
RAD.20010286 -A/554 -C
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