FORMACIÓN PERMANENTE 30 Pasionistas SCOR, abril 2016 RENOVACIÓN DE LA PASTORAL MISIONERA (Manuel Alfonso Pérez Galán) 1. EL PAPEL DEL DECRETO AD GENTES Ad gentes (50 años) Evangelii nuntiandi (40 años), tomados en conjunto, han tenido un profundo impacto en la forma en la que todos los que participamos en la misión hemos llevado a cabo nuestro ministerio en las últimas décadas. Hace cincuenta años se marcó el comienzo de una nueva era de misión y se inició un cambio radical en nuestra forma de ver y de hablar de nosotros mismos como misioneros. La profunda transformación que puso en movimiento sigue resonando en todos los niveles y ámbitos de la Iglesia. Tras estos 50 años nos hemos ido dando cuenta de que: + En lugar de convertir paganos la misión implica ser sensibles a las huellas del Espíritu que está activo fuera de los límites de la Iglesia y ya presente en los pueblos y culturas antes de que lleguemos; implica procesos de discernimiento de la salvación presente en el territorio a través de la teología de los signos de los tiempos, el sentido de la Revelación y de la actualización del mensaje bíblico. + En lugar de salvar almas, la misión implica un nuevo concepto de salvación integral del ser humano; liberación y desarrollo integral de la persona humana, promoción humana y testimonio de la caridad. + En lugar de implantar la Iglesia se requiere una inculturación del Evangelio, de la buena noticia del amor inclusivo de Dios. + En lugar de extender el catolicismo se trata de construir el reino de Dios; la Iglesia está al servicio del Reino y no al contrario. + En vez de hablar de misiones en plural se habla de la misión en singular; la eclesiología misionera (diversas formas de concreción de las comunidades y los animadores de la comunidad): América (CEBs); África (comunidades de vida); Asia (pequeñas comunidades. + En lugar de concentrarse en territorios físicos (África, Asia) se habla de nuevos espacios: megaciudades, MCS, redes sociales.... + Ya no hay un único sentido N a S. La Misión es ahora circular. La misión se entiende como reciprocidad o circularidad. La misión se basa en el “intercambio de dones” entre las diversas Iglesias locales. Hoy no se habla de una Iglesia que envía misioneros y de una Iglesia que recibe. Todas las Iglesias son al mismo tiempo Iglesias que envían y reciben. La colaboración, el intercambio, la reciprocidad entre las Iglesias locales son la verdadera fuerza y riqueza de la misión. No existe más un centro geográfico desde donde parte la misión ¡La misión parte de todas las partes y va a todas las partes! + En lugar de una misión de francotiradores o llaneros solitarios hoy es tarea de equipos, trabajando en comunión con los laicos. La misión tiene necesidad de la colaboración de los laicos. Si todo bautizado es un enviado, todo laico es misionero. “La misión, que se realiza en formas diversas, es compromiso de todos los fieles” (RM 71). Algunas Iglesias han nacido gracias al compromiso misionero de los laicos. + Se ha dado un cambio de lenguaje donde predomina la invitación, el intercambio y la reciprocidad; es la primacía del testigo, del auténtico testimonio cristiano. + La misión hoy es una realidad relacional donde el diálogo es la clave. Y diálogo implica escuchar y caminar juntos al encuentro de la Verdad que transforma a todos. + El descubrimiento de la teología del Espíritu Santo que llevará consigo una fuerte valoración de la dimensión carismática de la Iglesia. En perspectiva de W.Kasper “el Concilio no habla solo de la acción del Espíritu Santo a través de los Obispos (LG nn.21,24,27), sino también de cómo entienden la fe el conjunto de los creyentes (LG n.12,35), y del Espíritu que lleva a la verdad a través de todas las formas de realización de la vida eclesial (DV n.8). Por eso no puede existir solamente una relación unilateral, de arriba hacia abajo, entre obispos y sacerdotes (LG 28; PO 7; CD 16,28), ni entre laicos, sacerdotes y obispos (LG,37; PO 9; AA 25), sino mucho más, una reciprocidad de relaciones basadas en la fraternidad y la amistad”. Dicha reciprocidad y comunión tienen su fundamento sacramental en el único bautismo y su cima en la celebración eucarística, sacramentos de la fe común. A la luz de todos estos factores hemos recorrido un largo camino en la comprensión de la misión. Muchos de estos cambios se deben a las ideas que como semillas se encuentran en las páginas de Ad gentes. Hay que destacar que nuestro decreto marcó un punto de inflexión en la historia de la percepción católica de la misión. Podríamos decir que fue el comienzo, completado con Evangelii nuntiandi, Redentoris missio y Evangelii Gaudium. 2. COMO EVANGELIZAR EN LAS NUEVAS CIRCUNSTANCIAS Algunos modelos pueden hacernos reflexionar y abrir caminos para el futuro de la misión. [ MISSIO AD EXTRA ] Misión hacia fuera de nosotros mismos, alejándonos de nuestros ambientes y de nuestra cultura hacia un nuevo lugar al que llevamos el Evangelio. Aprendiendo nuevos idiomas e insertándonos y enriqueciéndonos en y con otra cultura. Saliendo, participamos den la Missio Dei que es llegar a la humanidad -la encarnación de Cristo es el modelo de la misión-. Requiere salir con actitud humilde, de anonadamiento y con la mente abierta para aprender, pero sin caer en el abismo del exotismo (todo lo de fuera en bueno). [ MISSIO AD ALTERA ] Misión a los otros. Supera la salida del territorio y busca a los que son “otros” entre nosotros. No requiere de viajes de larga distancia pero sí vencer la distancia que no siendo física es real: cultura, gueto, religión... Los misioneros “no sólo deben estar listos a ser enviados ad extra, sino también estar preparados y bien equipados en la recepción de los otros mundos que vienen a nosotros” (Card. Tagle). [ MISSIO IN ALTUM ] “Duc in altum”, a lo profundo. Sería buscar nuevas posibilidades en el ámbito de la misión. Los nuevos areópagos de Redemptoris missio, los nuevos espacios sociales donde la evangelización podría tener lugar. Necesitamos un poco o un mucho de imaginación. Somos conscientes de la dificultad que entraña formar una comunidad misionera cuando todo alrededor está en constante cambio, ya sea en lo profundo o en los nuevos areópagos. [ MISSIO AD PAUPERES ] -Pobreza sociológica, moral, evangélicaMisión a los pobres. La evangelización de las pobrezas, hoy, en un mundo globalizado, con todos sus efectos, es un desafío enorme. El fenómeno de las masas sobrantes, aquellas que según algunos están demás en este mundo, la exclusión y discriminación y muchos otros desafíos de la postmodernidad, asociados a la actual crisis financiera y económica con sus efectos nocivos, son nuevas llamadas en la evangelización de los pobres. [ MISSIO AD VULNERA ] Misión de las heridas, el diálogo con el dolor, con el mundo del sufrimiento y quebrantamiento. Sería centrarse en la localización y atención de las heridas y sufrimientos del mundo contemporáneo. Algunos debidos al efecto de la globalización y a la brecha, al abismo creado entre pobres y ricos. Esto supone asumir compromisos de justicia, de paz, de trabajo por la reconciliación en zonas de conflicto y curar a los heridos. El misionero hoy tendrá que ser menos héroe y más constructor de puentes porque en determinadas circunstancias puede que sea el único que pueda imaginar un mundo diferente donde ahora sol existe división y sufrimiento. [ Tenemos que pensar en cómo los factores de uniformidad y homogeneización en el mundo de hoy están dando forma a nuestro pensamiento y nuestras relaciones porque la globalización también fragmenta el mundo. La misión ad gentes está llamada a afrontar las consecuencias de la fragmentación, donde la gente remodela y construye nuevas identidades para resistir las invasiones de la globalización, donde los refugiados y las personas desplazadas tienen que reconstruir sus vidas y sanar recuerdos. El trabajo de misión aquí es una obra de la reconciliación, es decir, la restauración de la dignidad humana y la curación de una sociedad rota. Se trata de decir la verdad, la búsqueda de la justicia, y la creación de una nueva visión moral. De hecho, la reconciliación puede ser la metáfora de la misión al en el siglo XXI. Necesitamos tener voluntad de examinarnos honesta y fielmente y ser conscientes de donde nos encontramos ahora y discernir adónde nos está llamando el Señor. ] Un acto de fe y de imaginación, una respuesta fiel. Una tarea “difícil y entusiasmante” que puede llevar a cabo con la guía del Espíritu Santo. La fuerza de la evangelización proviene de Dios, le pertenece a Él, mientras a nosotros nos toca “abrirnos cada vez más a las acción del Espíritu Santo, a ofrecer nuestra completa disponibilidad para ser instrumentos de la misericordia de Dios, de su ternura, de su amor hacia cada hombre y mujer, sobre todo a los pobres, a los excluidos, a los alejados. ES URGENTE ENCONTRAR NUEVAS FORMAS Y CAMINOS