EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO: ORÍGENES, MÉTODO Y LÍMITES

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EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO: ORÍGENES, MÉTODO
Y LÍMITES.
En este bloque vamos a estudiar los tipos de conocimiento, para a continuación
ver los tipos de saberes; así como los tipos de ciencias y métodos, y el origen de estas.
Para terminar analizaremos los límites del conocimiento en general y del científico en
particular, así como la cuestión del desarrollo científico. Luego, nos ocuparemos del
problema de la verdad. Por último, terminaremos estudiando algunos aspectos de la
lógica proposicional, entendida tanto como el análisis de la argumentación válida, como
la estructura del pensamiento argumentativo.
Lo que vamos a ver pues es Epistemología, que es la parte de la filosofía qué
se encarga de averiguar cuál es el origen y los límites del conocimiento; el problema de
la verdad; los métodos para obtenerla; la dimensión del conocimiento… Muy ligada a
esta tenemos la lógica, que para empezar podríamos decir que es la ciencia que se
encarga de analizar la validez de los razonamientos. En este bloque lo que vamos a ver
va a ser sobre todo lógica y epistemología.
Suelen considerarse como términos equivalentes los conceptos de epistemología
y gnoseología, sin embargo, también suele distinguirse entre epistemología como la
rama de la filosofía que estudia el conocimiento y gnoseología que analizaría el saber en
general, no sólo el filosófico y científico (= saber racional = conocimiento).
1. El conocimiento
Definición del conocimiento
Se suele entender que el conocimiento consiste en una creencia justificable,
objetiva y verdadera. Con esto lo distinguiríamos de:
a. la opinión, que es una creencia subjetiva y no justificable, o justificada, y
además no estamos seguros de su verdad; y también de
b. las creencias de las que si estamos seguros pero no cumplen las otras dos
características. De todas formas no todos los filósofos estarían de acuerdo con esto;
entre otras cosas por ejemplo, para muchos el conocimiento no es un objeto (un
conjunto de teorías), sino una actividad.
Tipos de conocimiento
a. En función de los fines
A la hora de hablar del conocimiento se suele distinguir entre conocimiento
teórico y conocimiento práctico, en función de los fines del mismo. El primero tendría
como fin describir (señalar características definitorias), explicar( señalar por que tienen
las propiedades que tienen, las causas) y predecir( indicar hechos futuros basándonos en
la explicación y señalando las condiciones de ocurrencia) de hechos o fenómenos o la
realidad. Es “un saber que”, como por ejemplo el conocimiento matemático, filosófico o
químico… El práctico tendría como fin indicarnos como actuar: Es “un saber hacer”,
como por ejemplo el ético, económico…
b. En función de su origen
También podemos distinguir entre conocimiento intelectual (o racional) y
empírico, en función de su origen. El primero se obtiene independientemente de la
experiencia (por ejemplo el que te permitiría saber el valor de x en la siguiente
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ecuación: 2x + x+ ½ x = 350) y el empírico que se obtiene a partir de la experiencia(
como el que permite saber que y cuanto comiste hoy).
c. En función de cómo se obtiene:
A su vez podemos distinguir entre conocimiento inmediato o indirecto, ( aquel
que es fruto de una intuición sensible o intelectual, o dicho de otra forma, sabes que
algo “es” por que lo “ves”, lo captas directamente, por ejemplo “ver” que estás en clase,
Intuición sensible, I. S., o que “ el triángulo es un polígono”, Intuición intelectual, I. I.
), y el conocimiento mediato o indirecto, aquel se obtiene por medio de un
razonamiento, (lo captas indirectamente, a través de un razonamiento, por ejemplo que
la x anterior equivale a 100 ).Ya veremos en el bloque de la lógica que hay dos tipos de
razonamiento: inducción y deducción.
2. Tipos de saberes
Aunque el concepto de conocimiento suela presentarse como sinónimo de saber,
voy a referirme con le sólo para designar aquel saber que es sistemático, racional,
crítico, “objetivo”, y “verdadero”. Hacerlo así es algo arbitrario, aunque te puedo
aportar razones. Te hablaré de saber ordinario o del sentido común; mítico; científico y
filosófico, que se distinguirían por su grado de racionalidad, sistematicidad y criticismo
(lo de la objetividad y verdad como has empezado a ver es más que discutible). Una
cosa más antes de entrar a saco; estos diferentes tipos de saberes han ido surgiendo a lo
largo de la historia, pero eso no significa que no estén interconectados, o que una vez
que aparezca uno “superior” desaparezcan el resto.
2.1 El saber del sentido común
Es el saber más básico y que primero surge, un saber que nos permite
enfrentarnos con nuestros problemas cotidianos, captar una realidad ordenada,
articulada a través del lenguaje, que es la realidad de lo normal, lo evidente, lo natural, y
que comparto con otros, “es común”. Este saber es fundamentalmente práctico, (por
ejemplo a través de él, sé como se usa el móvil, pero no tengo ni idea de por qué
funciona…) que me permite resolver problemas, y en el que voy a utilizar un criterio
pragmático para mantenerlo o desecharlo.
Origen: En principio, sus orígenes son: a. la experiencia personal
(habilidades y “conocimientos” fruto de la práctica y resolución de problemas de
nuestra vida); b. la observación del entorno (no sólo físico, sino también social); y c. las
generalizaciones son afirmaciones de carácter general (“el fuego quema”) elaboradas a
partir de afirmaciones particulares (“el otro día me quemé el culo”, “el perro salió
pitando cuando lo boté al fuego”). Esa experiencia personal es compartida, por eso la
llamamos sentido común, de manera que se enriquece y es posible gracias a la
incorporación de: d. testimonios fiables (no vamos experimentándolo personalmente
todo, la mayor parte de lo que damos por verdadero tiene este origen) que recoge la
experiencia acumulada por nuestra sociedad; e. las tradiciones, de las que forman una
parte importantísima en las sociedades “primitivas” los mitos; y en las sociedades
“modernas” f. los datos aportados por las ciencias
Características: Este es una saber: a. de racionalidad variable, es decir,
no suele indicar por que las cosas son como dice que son, y cuando lo hace, lo hace de
manera insuficiente, poco contrastada y muchas de manera fantástica o alegórica,
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aunque tampoco podemos decir sea totalmente infundado, o irracional; b. de carácter
acrítico, en el sentido de que normalmente no reflexionamos sobre su validez, sólo
cuando nos falla, lo cual es útil, ya que nos permite utilizar un abanico amplio de
conocimientos, pero que puede llevarnos a considerar como correcto, normal, natural,
… errores de nuestros antepasados; c. asistemático, al no ser saberes que formen un
conjunto, o sistema interconectado y coherente, sino que lo que ocurre es que unos no
guardan relación con otros y/o son contradictorios, como los refranes de nuestra cultura,
que por un lado nos dicen que “Al que madruga dios lo ayuda” = es bueno levantarse
temprano, y por otro lado nos dicen que “No por mucho madrugar amanece más
temprano” = no es bueno madrugar; d. de dimensión práctica y no plenamente
consciente, con esto quiero decirte que lo constituyen sobre todo habilidades, para hacer
o manejar cosas, o para comportarse, pero también incluye teorías muchas veces
implícitas, que dirigen nuestro comportamiento; e. tiene un carácter marcadamente
social y en ese sentido relativo, lo que podemos comprobar al viajar y ver que lo que
para nosotros resulta obvio, natural y normal (para nosotros es de sentido común) para
otras culturas no lo es.
2.2 El Saber mítico:
El concepto de mito
El concepto mito tiene básicamente dos significados: a. Como objeto
magnificado. Hablamos de mito en este sentido para referirnos a la magnificación de
personajes, hechos, sociedades u otro tipo de objetos ( p. Ej. Ciertos jugadores de fútbol,
o actores, la ciencia actual para algunos, la sociedad norteamericana para muchos
latinoamericanos...). El proceso de mitificación sería aquel mediante el cual se crean los
mitos de este tipo, en el que se magnifican objetos que poseen cualidades que una
sociedad aprecia. Como tal representan un objeto ideal (se resaltan las cualidades
apreciables y se ningunean o minimizan las no apreciables, sí se parte de un objeto real).
El proceso de desmitificación sería el contrario, y ambos están en marcha
continuamente pues los valores sociales cambian. b. Como relato: Hablamos de mito en
este sentido para referirnos a aquellos relatos que aparecen ya en las primeras culturas y
que ofrecen una explicación de los más variados aspectos (todos los relevantes para una
sociedad) recurriendo para ello a fuerzas y fenómenos sobrenaturales. La acción se sitúa
en un tiempo “primero” presentando los hechos, situaciones, propiedades de las
sociedades actuales como el resultado de aquella actividad, o como una rememoración
de esa actividad primigenia(a la que a veces hay que “ayudar” mediante los ritos).
Cuando hablamos de saber mítico, nos referimos sobretodo a este segundo sentido de
mito.
Origen: Ante la variedad (multiplicidad de fenómenos) y la perplejidad (que nos causan
muchísimos fenómenos), el ser humano ha sentido la necesidad de buscar un cierto
orden y sentido a la naturaleza, su grupo y a sí mismo. Las diferentes culturas han
sentido la necesidad de buscar esa explicación, y como primero las articularon fue en
forma de mitos. Hoy ne día los mitos nos siguen fascinando, prueba de ello es que los
libros más vendidos “son” relatos míticos (El señor de los anillos, Harry Potter…)
Características: Como ya vimos en la 1º unidad, repásala, los mitos a. Son relatos; b.
Se aceptan por tradición; c. Son el reflejo y la fuente de identificación de una cultura,
son pues particulares de cada cultura; d. En ellos aparecen como causas de los
fenómenos naturales fuerzas y fenómenos sobrenaturales; e. La acción se sitúa en un
tiempo “primigenio”; tienen un caracter acrítico y fantástico; f. Nos presentan una
realidad arbitraria, fruto del capricho de las fuerzas sobrenaturales g. Suelen ir asociados
a los ritos, que constituyen la forman de “intervenir” en la naturaleza
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2.3 Saber racional
Un poco de historia: Se suele denominar con este nombre al tipo de saber que
surgió en Grecia en el siglo VII a. C., y que se va a ir diversificando a lo largo de los
siglos hasta dar lugar a dos tipos de saberes (que es a lo que vamos a llamar
conocimiento): la ciencia y la filosofía. Al surgimiento de este tipo de saber en las
ciudades Jónicas, a través de filósofos – científicos (filo = amigo; sofía =saber) se le
suele denominar “paso del mito al logos” y se caracteriza por lo siguiente: a. Se
sustituyen las fuerzas y fenómenos sobrenaturales por fenómenos naturales; b. Se pasa a
considerar el universo como un “cosmos”, no como un “caos”, en el que todo responde
a un orden racional que se puede descubrir a través de la razón humana, ya no hay
arbitrariedad; c. La propuesta de explicación y su aceptación no se fundamenta en la
tradición o en la revelación divina, sino en la observación y la deducción, es decir, en la
demostración racional.
El tema estrella de estos primeros filósofos era: la esencia de las cosas, que son
de verdad, en el fondo, y ya en siglo VI a. C. había un conjunto de saberes y reflexión
sistematizada acerca de la naturaleza, el lenguaje, la historia, organización política, …
hasta épocas recientes no va a haber una separación clara entre filosofía y ciencia (esta
última se consideraba un parte de la primera); Newton por Ej. va a denominar su teoría
como “ Principios de filosofía natural”.
3. LA CIENCIA: CLASIFICACIÓN, ORIGEN Y MÉTODOS DE
LAS CIENCIAS:
A pesar de lo anterior, te voy a hablar del surgimiento de las ciencias como si
estas fueran independientes. Una cosa más, antes ver los diversos métodos que podemos
encontrar en las ciencias. Cuando hablamos de la ciencia nos podemos referir al
conjunto de conocimientos adquiridos y su correspondencia con la realidad, estaríamos
analizando cuales se han adquirido y en que condiciones podríamos decir que se ajustan
a la verdad, en ese caso estaríamos hablando del contexto de justificación. Por otro
lado podemos referirnos a la actividad individual o colectiva mediante la cual se
adquieren tales conocimientos, en este caso estaríamos hablando del contexto de
descubrimiento.
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3.1 Las ciencias formales
Origen: Se denomina así a ciencias como la lógica y las matemáticas, cuyo objeto no
son los hechos (naturales o sociales) sino ideas o conceptos construidos. A pesar de ello
surgen de preocupaciones prácticas (Los números para hacer las cuentas los
comerciantes, la geometría para delimitar los terrenos…). Los griegos en el siglo III a.
C. ya habían desarrollado ampliamente ambas ciencias estableciendo su método y
esquema característico (sistema deductivo en el que a partir de unos axiomas se
establecen el resto de proposiciones del sistema).
Método deductivo: Todo método, consiste en un conjunto de pasos, reglas, o procesos
a seguir para conseguir algo, en el caso de los científicos, para establecer, justificar y/o
demostrar verdades, o más concretamente, hechos, hipótesis, leyes y teorías. En el
deductivo los pasos serían los siguientes:
1. Se parte del establecimiento de los: a. Los axiomas: que son “primeros
principios” que por su “claridad intrínseca” y/o su poder explicativo se
aceptan sin necesidad de demostración; y b. Los postulados: que son
proposiciones no evidentes ni demostrables, pero considerados como
verdaderas. Hoy en día no se distingue entre postulados y axiomas.
2. Se establecen una seria de definiciones y determina el vocabulario y los
conceptos.
3. Se establecen las reglas que permiten “derivar”, es decir, formar expresiones
o pasar de una a otra.
4. Utilizado las reglas y partiendo de los axiomas y postulados se comienza a
demostrar los teoremas que son proposiciones verdaderas que han sido
deducidas de otras que son verdaderas (los axiomas, o teoremas previamente
demostrados)
5. Comprobación: la comprobación en las ciencias formales no recurre a
pruebas empíricas sino a su validez formal, es decir, mostrar que se puede
derivar deductivamente de los axiomas (y que cada paso de la cadena
deductiva ha sido correcto).
3.2 Las ciencias empíricas
Junto a estas ciencias, para algunos autores simples instrumentos, nos
encontramos con las ciencias empíricas, que a diferencia de las formales que sólo
contenían enunciados formales y por lo tanto no hablaban de la realidad, estas
contienen enunciados empíricos, es decir, extraídos de la experiencia y que por ello nos
hablan del mundo. En filosofía de la ciencia se suele distinguir entre enunciados
observacionales y teóricos. Los primeros serían aquellos que tienen un correlato
directo con la experiencia, es decir que exprese una cualidad que pueda ser captable por
los sentidos o sea una “magnitud cuantitativa que pueda ser medible de una manera
relativamente sencilla y directa” (R.Carnap). Por ejemplo “el agua es incolora” o “Hace
30º grados de temperatura”. Los segundos contienen términos teóricos que se refieren a
cualidades o magnitudes no observables, o no observables directamente y que han sido
inventadas por científicos para explicar los fenómenos, como por ej., electrón, cuantos,
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campo electromagnético… Las ciencias empíricas contendrían ambos tipos de
enunciados. Dentro de estas podemos distinguir entre las naturales y las sociales.
Las ciencias empírico – naturales:
Las ciencias empíricas son todas aquellas que se ocupan de los hechos (naturales o
sociales), siendo las empírico – naturales, o naturales las que se ocupan de hechos
naturales como la biología, física, química…
Origen: Muchas de ellas tienen su origen en los primeros filósofos. Eratóstenes había
calculado, en el siglo III a. C, con bastante precisión el diámetro de la tierra; Aristóteles
es considerado el fundador de la biología; Arquímedes, Ptolomeo, Hiparco…son
personajes que hicieron grandes contribuciones a la astronomía, física ...; sin embargo,
la forma en que se las concibe actualmente surge de la revolución científica que se
inicia en la Europa del renacimiento. La naturaleza deja de ser objeto de admiración
para ser objeto de dominio y uso, no interesa el por qué de las cosas (que son) sino el
cómo (son), se pasa a tener en cuenta sólo los elementos cuantificables (medibles), y
dejan de interesar las cualidades, no importan las “esencias últimas” sino establecer
leyes que muestren como se relacionan las propiedades de un suceso o cuerpo. En
resumen la ciencia moderna, que se separa definitivamente de la filosofía, y se
caracteriza básicamente por: a. El uso del método hipotético – deductivo; b.
Tratamiento matemático de la observación; y c. Recurso a la experimentación:
Diferencia entre ciencias antigua y moderna
Ciencia antigua
Ciencia moderna
Pretende ofrecer un Conocimiento Sólo puede ofrecer Conocimiento
necesario
probable
Es Demostrativa
Es Hipotética
Analiza Esencias
De cuenta de Fenómenos
Busca Causas
Busca Leyes
Es Finalista (teleológica)
Es “Mecanicista”
Está Incluida en filosofía
Es Independiente de la filosofía
Parte de y contiene Presupuestos
“No contiene presupuestos metafísicos”
metafísicos
Tiene un Interés práctico: aplicación
Es Sólo teórica
técnica.
Características y objetivos de la ciencia, hasta y después del Renacimiento. “Tomado”
de Ágora. Filosofía 1º bach. C. Tejedor Campomanes. Ed. Sm.
Métodos de las ciencias empíricas:
Método inductivo: Este ha sido propuesto como método de las ciencias empíricas por
algunos autores, como Aristóteles o F. Bacon, y constaría de los siguientes pasos:
1. Observación. Se trata de recopilar cuidadosamente y manera objetiva, todos
los datos posibles sobre un campo de estudio.
2. Clasificación. Se trataría de ordenar los datos recabados para ver las posibles
relaciones entre ellos.
3. Generalización. Una vez hecho lo anterior, observaríamos que se dan ciertas
regularidades entre los fenómenos observados, lo que no aportaría una base
para establecer generalizaciones (pasar de afirmaciones de carácter particular
a afirmaciones de carácter general, p. Ej. de “el árbol de mi casa tiene
raíces”, “los del instituto tienen raíces”… a “los árboles tiene raíces”).
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4. Deducción de consecuencias de la generalización. Puesto que las
generalizaciones son de carácter general, no es posible observarlas, por lo
que es preciso deducir afirmaciones de carácter particular y observable que
nos permitan verificarla.
5. Contrastación. Idem. Método hipotético deductivo. Una generalización
suficientemente contrastada pasaría a convertirse en Ley.
Este método presenta dos dificultades graves. a. Recoger datos sin tener ninguna
indicación previa acerca de cuáles pueden ser significativos, nos conduciría a tener
“sabanas” de datos inoperativos. Además, todo dato “esta cargado de teoría”, es decir es
interpretado desde una teoría o universo simbólico, por lo que una observación nunca es
neutra (p. Ej. yo sólo podré observar que George tiene una depresión, si previamente se
ha desarrollado una teoría psicológica sobre la depresión). b. El otro problema es que
una inducción puede ser una base muy floja para establecer una teoría. El filósofo B.
Russell (1872 – 1970) lo ilustra con la historia del pavo inductivista. El tal pavo
descubrió en su primer día en la granja avícola que comía a las 9 de la mañana. Sin
embargo, siendo como era un buen inductivista, no sacó conclusiones precipitadas.
Esperó hasta que hubo recogido una gran cantidad de observaciones del hecho de que
comía a las nueve de la mañana e hizo estas observaciones en una gran variedad de
circunstancias, en miércoles y en jueves, en días fríos y calurosos, en días lluviosos y en
días soleados. Cada día añadía un nuevo enunciado observacional a su lista. Por último,
su conciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una inferencia inductiva para
concluir: “Siempre como a las 9 de la mañana”. Pero, ¡mira por donde!, se demostró de
manera indudable que esta conclusión era falsa, cuando la víspera de Navidad, en vez de
darle la comida, le cortaron el cuello. Un razonamiento inductivo con premisas
verdaderas había llevado a una conclusión falsa. Para solucionar, en parte, las
deficiencias de este método, se adoptó como método de las ciencias empíricas el
siguiente.
Método hipotético –deductivo:
1. Planteamiento del problema: se parte de un problema, es decir, un hecho
cuya explicación se desconoce. Lo primero que hay que hacer es fijar que
elementos consideramos relevantes para la solución del problema, y esos
elementos se pide que sean cuantificables.
2. Observación: se observan y se recogen datos sobre aquellos elementos
considerados como relevantes.
3. Formulación de la hipótesis: Si una vez recogidos y analizados los datos
observados con las teorías disponibles sigue sin poderse explicar el
fenómeno, se propone una hipótesis (es una suposición que se propone
como posible solución del problema, explicación del fenómeno, y que
expresa una relación entre fenómenos). Se suele pedir que sea simple y
matematizable. Estas son proposiciones de carácter general y por tanto no
comprobable directamente sino a través de sus consecuencias.
4. Deducción de consecuencias de la hipótesis: Son proposiciones de carácter
particular que se deducen a partir de la hipótesis, y que se suelen presentar
como predicciones (si mi hipótesis es cierta, debería ocurrir esto
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(consecuencia)), y que tienen referirse a aspectos que puedan ser observables
y cuantificables.
5. Contrastación: Se denomina así a la comprobación de la hipótesis a partir
de la verificación de las consecuencias de la hipótesis. Lo normal es que no
consista en una simple observación sino en un experimento (es decir, el
científico crea el fenómeno, estableciendo las circunstancias convenientes,
seleccionando las características relevantes, manipulando lo que considera
oportuno, lo que además suele requerir la utilización de instrumental
apropiado). Al ir a contrastar puede ocurrir lo siguiente: a. Que no se
puedan observar las consecuencias de la hipótesis. En este caso se descarta
como no científica; b. Que la observación refute, no concuerde con la(s)
consecuencias deducidas. A esto se le denomina falsación, e implica
descartar la hipótesis como falsa; c. Que las consecuencias concuerden con
lo observado, en ese caso se denomina verificación, e implica aceptar la
hipótesis hasta tanto no se encuentren consecuencias que refuten la hipótesis.
Fíjate que a la hora de contrastar lo que pretendemos es comprobar que la consecuencia
de la hipótesis, que es una proposición, se corresponde con los hechos observados.
Cuando una hipótesis ha sido suficientemente verificada pasa a ser considerada como
una ley. Las leyes a su vez se sistematizan (de manera que de una más general pueden
ser deducidas otras más particulares) para constituir teorías.
Ciencias sociales (empírico - sociales):
Son aquellas que se ocupan de los hechos sociales, que tienen que ver con el
comportamiento o actividad del ser humano. Dentro de este grupo se encontrarían la
psicología, la antropología, la economía, historia, sociología... Aunque la reflexión
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sobre este tipo de cuestiones es casi tan antigua como la filosofía (ya los sofistas en el s,
IV a. C. se habían ocupado ampliamente de estos temas), estas reflexiones habían
quedado dentro del ámbito de la filosofía y no es hasta finales del s. XIX d. C. cuando
se van a constituir como ciencias.
Además, de su relativa inmadurez, las ciencias sociales se caracterizan por lo
siguiente:
a. Los hechos sociales a diferencia de los naturales pueden ser singulares, y
realizados por sujetos que poseen intenciones. Por ello explicar no consiste sólo en
señalar las regularidades, como suceden; sino se necesita “comprender”, captar las
intenciones;
b. Es bastante cuestionable la objetividad de las teorías sociales, pues son
elaboradas por sujetos, a los que le es difícil o imposible desprenderse de sus
prejuicios, cultura... ¿Cómo garantizar que una teoría antropológica no sea más que la
interpretación de los hechos de una cultura desde la cultura del antropólogo?; c. Los
hechos sociales además de poder estar teñidos de los prejuicios, ideología, valores del
científico…se resisten a la medición, la cuantificación y la manipulación o repetición,
por lo que es muy difícil la experimentación. Por ello para muchos el método hipotético
deductivo no puede ser utilizado y debe sustituirse por otro, o se niega la cientificidad
de estas ciencias.
3.3 Características del conocimiento científico
Distinguir entre ciencia y pseudociencia es uno de los temas claves de la filosofía, aquí
como aperitivo te ofrezco algunas de las características que se suele considerar que debe
tener un conocimiento para ser considerado como científico, o que tiene lo que hoy se
considera como ciencia. Una cosa más, las características que a continuación te ofrezco
serían las aplicables a las ciencias empíricas, es decir sólo las podemos considerar como
características de las ciencias si no consideramos como tales a las formales:
a. El conocimiento científico es especializado: Cada vez más el científico es un
especialista, un experto, en temas cada vez más específicos y un ignorante, no ya de
otras ciencias, sino de partes de su propia ciencia. Además, cada vez se utilizan
tecnologías más complejas, y el científico es un experto en el manejo de complejas
tecnologías para resolver problemas muy concretos.
b. El conocimiento científico aspira a la claridad y la precisión: Se consigue a través de
lenguajes especializados (que solo entienden los especialistas) que posibilitan rigor
y precisión. Cada concepto está previamente definido y sus conclusiones se han de
expresar de forma clara (el especialista ha de saber claramente a que se refiere, sin
ambigüedad posible, no hay más que una interpretación posible).
c. Es sistemático y metódico: Cada teoría, ley... tiene que ser coherente y estar
conectada con otras teorías del sistema, o ciencia a la que pertenezca. Además la
investigación no se hace a lo loco, si que es metódica, científicamente demostrado =
obtenido con métodos con garantías, comunicables, precisos...
d. Es comunicable y público: Es conocimiento público, a libre disposición de todos,
para ello hay revistas, foros en los que los científicos deben hacer públicas sus
teorías, métodos... Hoy en día esto está algo en entredicho por el afán de empresas y
estados, que son quienes pagan a los científicos, en controlar el conocimiento, pues
el conocimiento, la tecnología es poder.
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e. Es fáctico: Es un conocimiento de hechos (facto), pero no hechos dados, que te vas
encontrando por ahí, sino que requieren una planificación para poder obtenerlos,
reproducirlos... (p. Ej.: Producir un cáncer en un ratón bajo determinadas
circunstancias...).
f. Es verificable: Es preciso que cada resultado sea comprobable, que cada teoría
pueda ser probada por cualquiera, si dispone de los conocimientos y medios técnicos
apropiados, para evitar la subjetividad o que sea fruto de la casualidad.
g. Es explicativo y predictivo: La ciencia tiene como objetivo la búsqueda leyes que
sirvan para explicar y predecir. La predicción siempre se hace sobre la base de una
ley, o teoría, y señalando las circunstancias pertinentes (nunca dice que “ocurrirá
esto” sin más, sino “si mi ley es cierta y si se dan tales y cuales circunstancia,
ocurrirá esto”).
h. Es abierto: No hay límites, ni teoría, ni concepto... que no pueda ser modificado:
Todo debe estar sujeto a revisión.
i. Es racional: Además de las características que viste que debía tener algo para ser
racional (universalidad, coherencia, sistematicidad ...) se considera que el
conocimiento científico es racional por que sus métodos permiten establecer los
medios adecuados para alcanzar eficazmente los fines propuestos. ¿Y qué pasa con
los fines que se propone la ciencia? ¿Es racional pretender clonar al ser humano
cuando hay tantos seres humanos pasando hambre, o sin padres...?.
4.1 Algunos problemas epistemológicos: Origen y límites del
conocimiento científico
Ese tema se puede enfocar desde muchos puntos de vista. En cuanto al origen
podemos verlo cronológicamente y socialmente, ambos puntos de vista muy
interesantes, pero que no vamos ver. En cuanto a los límites ocurre otro tanto de lo
mismo. ¿Que es lo que vamos a ver? De manera esquemática: 1. El Valor de las teorías
científicas: Reduccionismo, Realismo e Instrumentalismo. 2. El origen y validez del
conocimiento: Racionalismo, Empirismo y Criticismo o Apriorismo. 3. El papel del
sujeto en el conocimiento: Realismo e Idealismo. 4. El progreso de la ciencia:
Concepción heredada, Falsacionismo y Teoría de las revoluciones de T. Kuhn.
Conviene conectar esto con lo que veremos en la siguiente unidad dedicada al problema
de la verdad.
El valor de las teorías científicas:
Como ya vimos las ciencias empíricas contienen términos teóricos, inventados por los
científicos y muy difíciles, cuando no imposibles, de conectar con términos
observacionales. Así mismo las hipótesis son inventadas por estos. Pues bien, si es así,
¿no serán las teorías científicas “cuelgues” de los científicos? ¿Qué relación existe entre
las teorías científicas y la realidad? Estas son algunas respuestas:
Reduccionismo: todos los términos teóricos, deben y pueden corresponder a entidades
o propiedades observables. En consecuencia, las teorías son una especie de fórmula
abreviada de lo empíricamente observable.
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Realismo: Los términos y teorías científicas se refieren – en general – a entidades no
observables, pero sí reales; es decir; que poseen existencia real fuera de la mente.
Instrumentalismo (o convencionalismo): Las teorías científicas son “instrumentos de
cálculo”, con su ayuda se pueden hacer predicciones, pero no se pretende que
representen la realidad.
La ciencia antigua pretendía saber que son las cosas (esencias), descubrir las
relaciones necesarias entre ellas (causas); la moderna sólo pretende describir y explicar
como se nos aparecen las cosas (fenómenos) y sus leyes, entendidas estas como
regularidades probables, para poder hacer predicciones.
Origen y validez del conocimiento:
Más de uno ha afirmado que al nacer somos como “una hoja en blanco” que comienza a
escribirse según tenemos las primeras percepciones. Pero, la psicología nos muestra que
“lo percibido” no es simplemente un reflejo de los estímulos, que hay unas “formas” (de
percibir que se “imponen” al objeto percibido) más o menos universales, es decir, que
parecen innatas y no provienen de la experiencia ni de un aprendizaje. Por otra parte,
¿Cómo explicar que un bebé de 2 años, o de uno sepa usar adecuadamente las reglas
gramaticales de su(s) lengua(s) materna(s) y tu después de ni se sabe la de años
estudiando ingles todavía no te las sabes? (Por cierto ese niño, ¿las conoce o sólo las
sabe usar? ¿Cómo es posible que las pueda usar si no las conoce?), O ¿Cómo explicar
que si no supieras que es un triángulo, y yo te explicara, por supuesto sin dibujos, sino
sólo diciéndote lo que es, y te hiciera las preguntas adecuadas sabrías decirme cuanto
miden los ángulos de un triángulo sin necesidad de ninguna experiencia?.
Racionalismo: Para muchos filósofos la única fuente válida de conocimiento
es la razón. Los sentidos, dicen, son una fuente continua de errores, ¿No hemos visto
desde pequeños como el sol “salía” y resulta que es una ilusión?, ¿No nos parece que un
palo se “camba” cuando lo sumergimos en agua?…pues si respecto de lo que estamos
seguros, luego comprobamos que era falso, ¿cómo estar seguro de que no es falso lo que
ahora nos parece seguro? Platón, Parménides y una larga lista suscribirían estas
palabras. Sin embargo se suele reservar el calificativo de Racionalista para un grupo de
filósofos modernos (Descartes, Spinoza…) que afirman lo siguiente:
a. La única fuente válida de conocimiento es la razón. (No afirman que toda
la información que proviene de los sentidos sea falsa, sino que no podemos
estar seguros de ella)
b. Lo que conocemos no es la realidad directamente, sino una representación
de ella (nuestras ideas o percepciones)
c. Existen ideas innatas (no por que nazcamos sabiéndolas, sino por que sí
razonamos adecuadamente y sin necesidad de la experiencia, las podemos
descubrir en nosotros mismos). Por lo tanto, no todo el conocimiento
proviene de la experiencia, es más, sí entendemos conocimiento en el
sentido en que lo hemos definido, el conocimiento sólo puede provenir de
la razón.
d. La evidencia racional es el criterio de certeza: Sí respecto de una creencia
estamos absolutamente seguros, no podemos dudar de ella, es “clara y
distinta”, podemos estar seguros de su correspondencia con la realidad. Dios
lo garantiza.
e. La razón no conoce límites, todo lo real es racional.
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Empirismo: Otro grupo bastante numeroso sostiene que nada podemos encontrar en
nuestra mente que no haya pasado primero por los sentidos, incluso los admirados por
los racionalista objetos matemáticos, no son más que ideas elaboradas a partir de
informaciones provenientes de los sentidos, aunque no se correspondan a ningún objeto
percibido, de la misma manera que podemos pensar en sirenas aunque nunca las
hayamos visto, ni podamos ver, y sin embargo tal idea ha sido elaborada a partir de la
experiencia. Esto también lo suscribirían un número amplio de filósofos, entre ellos
Aristóteles, buena parte de los filósofos medievales …, sin embargo igual que ocurre
con el racionalismo se suele reservar el término para denominar a grupo de filósofos
(Locke, Hume) que son contemporáneos de los racionalistas comparte el punto b. y
afirman que:
a. El Origen del conocimiento es los sentidos. Todo el conocimiento proviene
de los sentidos.
b. La experiencia es el límite del conocimiento: No podemos ir más allá de la
información que nos proporcionan los sentidos. (De todo lo que no
podamos tener percepciones no podemos saber nada, en todo caso podemos
creer).
c. Todo conocimiento acerca de la realidad es probable, no necesario. Sólo hay
dos tipos de proposiciones: las “matters of fact” que son verdades acerca de
la realidad, pero que son sólo “verdades probables” y las “relaciones de
ideas” que podemos al partir de los sentidos y son “verdades necesarias”,
pero no son verdades que nos proporcionen conocimiento, pues simplemente
son “relaciones de ideas”, que no ofrecen información sobre la realidad.
Son tautologías.
Criticismo (o apriorismo): Es la postura defendida por un filósofo llamado I. Kant, que
intentó superar las posturas anteriores, y con matices es la postura que parece prevalecer
hoy en día en la filosofía y la psicología. Esta postura defiende lo siguiente:
f. No podemos ir más allá de la información que nos proporcionan los
sentidos. (De todo lo que no podamos tener percepciones no podemos saber
nada, en todo caso podemos creer).
g. No todo el conocimiento proviene de los sentidos, existen Formas a
priori que hacen posible y constituyen la experiencia.
h. En toda percepción podemos distinguir entre lo que proviene de los sentidos
(el noúmeno o realidad en sí misma) y lo que pone el sujeto (la forma o
estructura) que es a priori. El resultado de ello, la percepción es un
fenómeno. Algo para parecido a esto proponen los psicólogos de la Gestalt
que decían que la percepción se componía de unos estímulos provenientes
del objeto y una forma proveniente del sujeto.
i. Lo único que podemos conocer es el fenómeno, o realidad tal como se
nos aparece, nunca la realidad en sí misma.
El papel del sujeto en el conocimiento:
Muy relacionada con el punto anterior aparece esta problemática. ¿Es el
conocimiento un espejo la realidad?, ¿Conocemos directamente los objetos?, El
conocimiento se expresa a través del lenguaje, pero ¿ qué incidencia tiene en este?.
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Hasta la época moderna (antigüedad y edad media) se consideraba que el sujeto captaba
directamente el objeto. Es la postura “natural”, pensamos que existe el mundo en que
vivimos y conocemos directamente las cosas tal y como son. Sin embargo en la época
moderna pasó a considerarse mayoritariamente que lo que conocemos no es
directamente las cosas, sino la representación que tenemos de ellas, lo que conozco no
es la mesa que tengo delante, sino “mi percepción de ella”. Se suele denominar
realismo (o realismo directo) a la primera postura, mientras que a la segunda se la
denomina idealismo (o realismo indirecto). Ahora bien si lo que conozco son sólo las
representaciones de la realidad, mis ideas o percepciones de ellas, ¿Cómo puedo estar
seguro de que se corresponden con los objetos, o lo real? La primera respuesta que nos
damos y que se dio la filosofía es lo que se suele denominar realismo ingenuo: el
conocimiento es una reproducción exacta de la realidad, una copia o “espejo de la
naturaleza”. Hoy en día, sin embargo, la posición dominante es el realismo crítico (o
moderado), que afirma que no puede equipararse sin más lo percibido o conocido con
lo real, sino que las teorías se adecuan o se corresponden con lo real. Una tercera
respuesta, el idealismo, sería aquella que afirma que el sujeto determina total o
parcialmente el objeto de conocimiento, en sentido kantiano, por ejemplo, que afirma
que todo objeto de conocimiento lleva impresa la huella del sujeto. El idealismo
moderado es una postura muy próxima al realismo moderado.
El progreso científico:
Una última cuestión, la ciencia avanza que es una barbaridad, pero ¿en qué
consiste ese avance?, ¿Las nuevas teorías se añaden a las ya establecidas? ¿En el
avance, la dirección del avance, de las ciencias tiene algo que ver los intereses de la
sociedad, o de las clases dominantes? ¿Consiste el avance científico en sacar cada vez
más verdades del océano de verdades, o no hay verdades que descubrir y el avance
científico no consiste sino en resolver problemas de un océano de problemas?. En
opinión de buena parte de los filósofos de la ciencia actual, la ciencia se ha mitificado o
convertido en un mito en el sentido de que se le han atribuido características que esta no
posee y que serían las siguientes: infalibilidad (la ciencia no falla), progreso absoluto
(el desarrollo de la ciencia es acumulativo, los nuevos conocimientos se acumulan a los
anteriores, y, además, progreso equivale a mejor, y en nombre del progreso todo está
permitido), neutralidad (la ciencia no es buena ni mala, los científicos no tienen
valores cuando hacen su trabajo), objetividad (lo que dice la ciencia no está
condicionado por la cultura que la crea y es una representación exacta de la realidad).
(Tenemos prisa y no tenemos tiempo de ver esto con detalle, pero si te interesa mírate el
artículo sobre la ciencia del diccionario de filosofía contemporánea de Quintanilla).
Pasemos a ver a ahora algunas de las concepciones del progreso científico (que
podemos considerarlas como una reflexión sobre estas supuestas características):
Concepción heredada: También denominada del “progreso acumulativo”, pues
concibe el desarrollo científico de manera análoga a la construcción de un edificio en el
que nuevo bloque, o cubo de mezcla (teoría científica) se superpone a las que ya están
colocados (aceptadas). Es la concepción defendida por los denominados filósofos del
círculo de Viena (R. Carnap; C. G. Hempel…) o continuadores como F. Suppe que nos
lo cuenta de esta forma: “La ciencia establece teorías que, de verse ampliamente
confirmadas, son aceptadas y siguen siéndolo con relativa independencia del peligro de
verse posteriormente disconfirmadas. El desarrollo de la ciencia consiste en la
ampliación de dichas teorías a ámbitos más amplios (primera forma de reducción de
teorías), en el desarrollo de nuevas teorías ampliamente confirmadas para dominios
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relacionados con ellos y en la incorporación de teorías ya confirmadas a teorías más
amplias (segunda forma de reducción). La ciencia es, pues, una empresa acumulativa de
extensión y enriquecimiento de viejos logros con otros nuevos; las viejas teorías no se
rechazan o abandonan una vez que sea han aceptado; más bien lo que hacen es ceder su
sitio a otras más amplias a las que se reducen”.
Falsacionismo: La postura anterior presupone la idea de que las teorías se pueden
confirmar definitivamente, pero como ya vimos en el análisis de los métodos el proceso
por el que se verifica una hipótesis o una generalización es siempre inductivo, y por lo
tanto no descarta lógicamente la posibilidad de que sea falsa por más verificaciones que
hagamos.
Además sabemos que muchas teorías científicas, que habían sido
consideradas por mucho tiempo como verdaderas, posteriormente fueron descartadas.
Karl Popper defiende la idea de que no se progresa por verificación sino por falsación.
En principio, de lo que si podemos estar lógicamente seguros es que si una hipótesis
resulta refutada la podemos descartar definitivamente. De lo que se trataría sería
entonces de intentar por todos los medios falsar las teorías, al lograrlo nos veremos
forzados a elaborar una nueva hipótesis que resista la falsación, con lo cual cada vez
tendremos teorías más “resistentes”, pero eso si, más verosímiles, más cerca de la
verdad, pero sólo eso. El falsacionismo afirma que:
1. No se puede demostrar definitivamente que una teoría es verdadera, pero si se puede
hacer lo contrario.
2. Toda observación presupone una teoría, puesto que las teorías son previas a la
observación.
3. Las teorías surgen de la imaginación humana y sobreviven sólo las más aptas, las que
no han podido ser falsadas.
4. Podemos hablar de progreso en el sentido de que las nuevas teorías permiten explicar
mejor un mayor número de problemas, tendremos teorías más resistentes, más
verosímiles, pero la verdad aparece como inalcanzable (se aceptan las nuevas teorías no
por qué se demuestre que son verdaderas, sino por qué no se ha podido demostrar que es
falsa, y tiene mayor poder explicativo que la anterior ya falsada)
Teoría de las revoluciones científicas: Si le echamos un vistazo a la historia de la
ciencia veremos que no parecen cumplirse las concepciones anteriores. Por ejemplo,
tanto los defensores de las teorías geocéntricas (aristotélicos) como los de las
heliocéntricas (copernicanos) podían tanto confirmar inductivamente, como falsar
ambas teorías. Además los enunciados observacionales no eran totalmente fiables, ya
que los instrumentos de medida dejaban mucho que desear, y por otro lado los hechos
que presentaba cada teoría podían ser interpretados de manera distinta por los
defensores de la otra teoría. ¿Y entonces? T. Kuhn propuso la idea de que lo que se
sustituye no son las teorías sino los paradigmas.
Un paradigma está constituido por un conjunto de:
Teorías y leyes (que actúan como generalizaciones simbólicas) básicas y no
cuestionadas por la comunidad científica.
Los modelos que proveen al grupo de analogías y establecen las entidades que contiene
( y deben ser buscadas y analizadas) la naturaleza.
Los instrumentos validos para observar y medir los hechos.
Los ejemplares o soluciones tipo que establecen como deben resolverse los problemas.
Los valores y normas cognitivas a las que hay que ajustarse para la ciencia progrese y
sea aceptado algo como científico.
Los métodos aceptables de investigación.
Los hábitos científicos.
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Según Kuhn la ciencia ha pasado por periodos de ciencia normal y ciencia
revolucionaria. En los periodos de ciencia normal la comunidad científica acepta y
trabaja bajo el paraguas de un paradigma, y el desarrollo científico se parecería mucho
al que establece la concepción heredada. Pero ocurre en ese periodo surgen anomalías,
es decir, problemas para los que no es fácil encontrar una solución dentro del
paradigma. La comunidad científica se esfuerza por resolverlos, pero cuando estos se
convierten en enigmas, es decir, por más que se parten la cabeza no hay forma de
buscarles una solución satisfactoria, comienzan los periodos de ciencia revolucionaria, o
una revolución científica. El acuerdo se rompe en la comunidad científica, es la época
del todo vale, y poco a poco van apareciendo paradigmas rivales, que compiten entre si,
y con el viejo paradigma. Finalmente uno de ellos es aceptado por la comunidad
científica y volvemos a un periodo de ciencia normal.
Un par de cosas sobre los paradigmas científicos:
a. los paradigmas son inconmensurables, es decir, no pueden ser comparados desde
una perspectiva neutral, sólo lo podemos hacer desde uno de los paradigmas, pero al
hacerlo así hemos de tener en cuenta que nuestra interpretación de los hechos, de lo que
se debe hacer etc. esta marcada por nuestro paradigma.
b. Lo que determina sustitución de un paradigma es el acuerdo entre la comunidad
científica, la convención, o dicho de otra manera una teoría será científica o más
científica dependiendo de lo digan los científicos en un momento dado. Es decir,
dependerá más de factores sociológicos y psicológicos que factores racionales.
Algunos autores posteriores a Kuhn, como I. Lákatos, han intentado “meter” la
racionalidad en la cuestión crucial de la elección de los paradigmas. Así se puede
afirmar por ejemplo que no se aceptará un nuevo paradigma si no: explica lo que el
anterior, y algo más; incluye nuevas predicciones de hechos; es público (en el sentido
que vimos cuando hablamos de las características de la ciencia). Además también se
suele decir que aunque los valores sociales marcan la elección de un paradigma, hay una
cierta racionalidad en ellos, pues unos permitirán una vida, progreso social… mejor que
otros y estos serán los que se impongan.
Decíamos que el conocimiento era una creencia verdadera, pero ¿qué es la
verdad?, ¿Cómo se obtiene?, ¿Cómo podemos estar seguros de haberla encontrado?
Para empezar el concepto se puede entender de dos maneras:
a. Propiedad de los hechos u objetos: Siendo así equivale a auténtico, real; y su
contrario, la falsedad, sería lo aparente, irreal. Así es como lo entendían los griegos, y
pensaban que los objetos tenían cualidades que nos permitían reconocerlos como reales
o verdaderos. La búsqueda de la verdad consistiría en un desvelamiento, (o
desenmascaramiento), separar lo aparente, lo ilusorio, de lo real. Esto permanecería
oculto y sería una labor de la razón, como la que nos permite distinguir entre una
moneda falsa y otra auténtica, o saber cual es el movimiento real del sol.
b. Propiedad de las proposiciones: Una proposición (o enunciado) es una
oración descriptiva que tiene la propiedad de ser verdadera o falsa. Hay dos tipos de
proposiciones:
- Las formales: No dicen nada acerca de la realidad, no se refieren a hechos,
simplemente expresan relaciones entre conceptos, que pueden ser lógicas o matemáticas
(por ejemplo: “La suma de los ángulos de un triángulo cualquiera es igual a 180º”
Expresa una relación entre el concepto triángulo y el concepto ángulo). En estas la
verdad consiste en la coherencia, es decir que no sean contradictorias con otras
proposiciones del sistema y/o que se puedan deducir de otras que se sabe que son
verdaderas.
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Las empíricas: Son aquellas que se refieren a hechos (p. Ej. “El
Hierro está al
Oeste de Gran canaria”). En este caso hay varias formas de entender en que consiste esa
propiedad que deben de tener las proposiciones para ser verdaderas:
- Correspondencia: Consiste en que la proposición (su
significado) sea una copia del hecho que describe. Por ej. “ Tú
estas en clase” sería verdadera si se da el hecho que enuncia,
es decir tu estás en clase, y falsa si no fuese así, por ej. tu
estuvieses viendo O.T.. Sin embargo parece que esto no está
tan claro, sino que se acepta simplemente que haya una
adecuación, correspondencia entre la proposición y el hecho
(por ejemplo: Cuando digo que las proposiciones “Esta mesa
es verde” o “ Esta es compacta”, son verdaderas, quiero decir
que ocurre que la mesa es irradiada por ondas de luz y esta las
refleja con una longitud de onda que el sistema perceptivo
humano interpreta como color verde, o que la mesa tiene tal
estructura molecular que yo la capto como si no tuviera
espacios vacíos.
- Coherencia: Similar a lo que dijimos para las formales, salvo
que ahora no hablamos de sistema sino de teoría. P. Ej. Sería
falso afirmar que la bombilla se enciende en el momento en
que yo aprieto el interruptor, ya que sería contradictoria con la
teoría de Einstein, según la cual existe una velocidad máxima
de transmisión; la de la luz y por tanto requiere un tiempo
entre que aprieto y se enciende la luz.
- Éxito: Una proposición es verdadera si es útil, si nos permite
explicar la realidad, o resolver los problemas de forma
satisfactoria. A la postura filosófica que considera que no sólo
una proposición, sino una teoría, o hipótesis es verdadera si es
útil, o mientras sea útil, se la denomina pragmatismo.
-
VERDAD Y CERTEZA
No hay que confundir verdad con certeza, la primera es una propiedad de las
proposiciones, que tal como la hemos definido es objetiva, mientras que la segunda es
una propiedad, o más bien estado de quien la contempla, y que consiste en estar seguro
de su verdad. Ahora bien, ¿cómo saber que una proposición es verdadera? Muchos
han argumentado que el criterio es la evidencia, es decir que estés completamente
seguro de que es verdadera: Pero claro, como ya vimos en la unidad dos, estar
completamente seguros que sea de una forma (verdadero) no nos garantiza que sea de
una forma (verdadero). Nos queda, como vimos, el criterio de la intersubjetividad,
pero esto como recordarás no era más que una subjetividad compartida. Hoy en día
solemos considerar que algo es verdadero si la comunidad científica está de acuerdo en
que así es, y con esto entramos en las relaciones conocimiento – sociedad:
Todo conocimiento es una construcción social en dos sentidos: Por un lado la
mayor parte del conocimiento que podemos adquirir es un herencia social, forma parte
de la cultura que nos es trasmitida (entre otras cosas todo lo que has aprendido en la
escuela), y los nuevos conocimientos pasan a engrosar la cultura a la que pertenezcan
sus creadores. Por otro lado nada surge de la nada, y nosotros (incluidos los científicos),
somos capaces de resolver problemas, ver y descubrir cosas en función de lo que
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sepamos y de nuestros intereses, pero esto último depende de la sociedad en que
vivamos y del proceso de socialización que hayamos vivido.
Todo esto es muy importante tenerlo en cuenta pues las repercusiones sociales
del conocimiento son enormes, por ejemplo, ya los chinos se dieron cuenta de esto hace
milenios y decidieron no dar a conocer el proceso de fabricación de la seda, hoy en día
los países ricos son los dueños de la tecnología, el conocimiento de los metales fue lo
que propició la victoria de los conquistadores sobre los aborígenes canarios, … Las
repercusiones del conocimiento no se limitan al dominio de los avances científico
técnicos, a pesar de ser fundamentales en todos los ámbitos de la vida humana, sino que
son también importantes a la hora de fijarnos metas, y de actuar en general. Por ello
también desde siempre, pero mucho más en la actualidad es importante tener un control
sobre el conocimiento socialmente disponible. En este sentido se habla de manipulación
del conocimiento, y de ideología (representación de la realidad, que incluye formas de
valorar los hechos, formas de percibir los, de explicarlos,…). Ver “Chomsky para
principiantes” y, cuando caiga en tus manos, cualquiera de los libros de Eduardo
Galeano.
POSTURAS ANTE LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO:
Otra cuestión bastante importante y relacionada con el tema es la de la
posibilidad de conocimiento. En este punto vamos a distinguir dos apartados, por un
lado la de las concepciones acerca del progreso de la ciencia, que ya hemos visto en la
primera unidad del bloque, y la de las diferentes posturas filosóficas respecto de la
posibilidad del conocimiento relacionadas con el tema de la los criterios de verdad.
Tradicionalmente se suelen distinguir las siguientes posturas:
Dogmatismo: Los que defienden esta postura creen que es posible obtener un
conocimiento seguro y universal y tener absoluta certeza de ello, en este sentido sería
posible ir ampliando progresivamente nuestros conocimientos, de manera que la
construcción del conocimiento sería similar a la de un edificio sin peligro de aluminosis
: Un ejemplo de filósofo dogmático es Descartes, que pensaba que con un método
adecuado era posible. A veces, caso de Kant, se aplica el término dógmatico para
calificar aquellas posturas, o teorías que se elaboraran sin haber hecho un análisis previo
de las capacidades humanas para producirlas o sostenerlas. Cuando Kant acusaba a
Descartes y al racionalismo de dogmáticos se refería a esto.
Escepticismo: Los que defienden esta postura creen que no es posible el
conocimiento. Las razones que se suelen dar son bastante variadas, y además se puede
mantener sobre cualquier tipo de conocimiento, o sobre una parte de la “realidad”. Una
postura un poco menos radical, y más o menos aceptada dentro del ámbito científico es
la de que si se pueden obtener conocimientos pero no seguros e indiscutibles y
definitivos, sino que todo es revisable (algo así como, es verdadero hasta que no se
demuestre lo contrario, cosa que es posible), a esta postura se la suele denominar
criticismo.
Relativismo: Los que defienden esta postura niegan la existencia de verdades
absolutas, válidas en sí mismas independientemente de tiempo y lugar. Toda verdad
depende de un contexto, o dicho de otra forma, es válida dentro de un contexto.
Perspectivismo: Desde esta postura se afirma al igual que en el relativismo, que
la verdad depende de un contexto o perspectiva, pero a diferencia del anterior afirma
que es posible encontrar verdades universalmente válidas, absolutas, y cada perspectiva
no vendría a ser sino la visión de una parte del todo.
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Breve historia de “la filosofía y el problema de la verdad”:
Los sofistas, allá por el siglo V a C., ante la diversidad de posturas morales,
religiosas, políticas, filosóficas habían defendido el “todo vale”, no hay verdades,
dioses, normas, formas políticas, leyes… universales, necesarias, auténticas, válidas
para todos: Lo bueno, lo malo, lo verdadero, lo correcto … dependerá de los gustos, los
acuerdos … de las personas.
Platón sin embargo no estaba dispuesto a pasar por esto. Si todo vale, depende
de lo que digan en momento determinado, significa que no hay nada bueno, verdadero,
auténtico en sí mismo. No habría nada de verdad bueno, auténtico. Platón pensaba que
existen esencias, independientes, universales, necesarias, inmutables, que nos
permitirían saber que es algo (de verdad). Claro que a cada cual le puede parecer que
algo sea de formas contradictorias y cambiantes (bueno, malo…); Pero una cosa es
como me parece, que opino de algo, y otra muy distinta es como es, que sé de algo. A
esas esencias, a lo que las cosas de verdad son lo llamará Platón ideas. Por ejemplo yo
(tu) soy hombre (mujer), pero que significa ser hombre (mujer), en que consiste ser
hombre (ser mujer). No es algo que perciba a través de los sentidos, pues lo que yo veo
delante del espejo es a Jos (Mª José), algo que además se me presenta diferente cada vez
que lo veo, y sin embargo puedo decir he aquí un hombre (mujer). ¿Por qué lo puedo
decir, por que puedo estar seguro?: Por qué se que es ser hombre, no este ni aquel, algo
de lo que yo sería una copia, un ejemplo, y de lo que yo no agoto su significado, su ser.
Algo que es permanente (si se que es “ser hombre”, es algo de lo que puedo hablar
aunque no existiera ninguno concreto). Por ello Platón considerará que lo que las cosas
son “de verdad” no es algo captable por lo sentidos, sino por la razón, y además tiene
que ser eterno, válido necesaria y universalmente. Dicho de otra forma las cosas
concretas cambian, pero si cambian dejen de ser lo que eran, llegan ser lo que antes no
eran, pero, ¿Sería posible conocer lo que las cosas son, hablar ellas con verdad, si todo
cambiase continuamente?
Platón distinguía así un mundo verdadero (el de las ideas) y un mundo aparente
(el de las cosas concretas). Tienes pues aquí una concepción de la verdad (metafísica u
ontológica) referida a las cosas, entendida como lo auténtico, lo real, lo que no falla.
Aristóteles, un discípulo de Platón, considerará que lo que existen de “verdad”
son lo individuos concretos, no son los elementos de un mundo verdadero, sino que solo
aparecen se dan en cada ser concreto, no son más que la forma que tiene cada ser y que
hace que sea lo que es. Cada individuo concreto, yo por ejemplo, no es más que una
materia con una forma (la de hombre).
De Aristóteles no interesa, sin embargo, ahora, su concepción de verdad como
propiedad de una proposición: “Decir de lo que es que no es, o de lo no es que es, es
falso; decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero”. Osea, la
verdad consistiría en la adecuación entre lo que decimos y lo que la cosa es, entre
lenguaje y realidad, entre las palabras y las esencias. Ahora bien como descubrimos esa
adecuación? En principio por la experiencia. Observar repetidas veces que al acercar la
mano al fuego no quemamos, no lleva a poder afirmar como verdadero “el fuego
quema”. Eso si en última instancia será la razón la que nos lleve a descubrir la causa de
que el fuego queme, y por consiguiente de nuestra quemadura.
¿Hay algo más que nos oriente en esa búsqueda? Si: el principio de no contradicción. Aristóteles dirá: “Es imposible que un mismo atributo se dé y no se dé
simultáneamente en el mismo sujeto y en mismo sentido”. ¿Por qué?: Por que la
realidad no puede ser contradictoria, si lo fuese el conocimiento sería imposible.
Platón y Aristóteles presuponían que existía un algo permanente (ideas o
formas), permanente y no contradictorio en las cosas mismas, y también que las
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palabras tienen un significado propio que, en última instancia, no puede ser algo
diferente de lo que ese algo es. Por ello todo lo que podamos decir con verdad de una
cosa está ya en la idea, forma (esencia): Lo que las cosas son no depende de lo que
nosotros digamos, sino a la inversa. Sin embargo a finales de la edad media se
consolidando lo que afirmaba Aristóteles: “Lo que existe es los individuos concretos”,
hasta llegar a la afirmación (nominalismo) de que las palabras no se refieren a ninguna
esencia anterior e independiente de la operación de nombrar, sino que no más que una
forma cómoda de referirme a un conjunto de cosas distintas sin tener que nombrarlas a
todas y cada una. Pero entonces, ¿Si no tengo acceso a una realidad estable permanente
como sé que lo que digo es verdad? Es todo incierto.
Descartes va a poner en cuestión todas sus ideas, (entendidas ahora no como lo
que las cosas son sino como las representaciones mentales que tenemos de las cosas),
para ver si hay algo de lo que no podamos dudar. Es decir hay cosas de la que no
estamos seguros por que no las hemos analizado suficientemente, pero ¿hay cosas de las
que no pueda dudar aunque quiera, aunque las haya tratado de poner en cuestión? Dicho
de otra forma: ¿Podemos tener certezas absolutas, incuestionables?
Lo primero que pone en cuestión son las ideas que proceden de los sentidos, ya
que hemos visto más de una vez que nos han engañado, y por lo tanto no podemos estar
seguros de ellas. Descartes sigue poniendo en duda sus ideas hasta que llega a la que
considera incuestionable: Con toda seguridad existe un sujeto con sus pensamientos
(ideas). Es decir, es indudable que mientras duda existe un sujeto con sus dudas.
Vale, pero, ¿no puedo descubrir más verdades? Desde luego que no recurriendo
a la experiencia, no sólo por que no haya engañado más de una vez, sino por que yo no
puedo “salir de mi” para comparar mis ideas con la realidad misma. Descartes afirma
que en nosotros mismos se encuentran ideas innatas, es decir que estaban en lamente
desde siempre, aunque no haya reparado en ellas, como “pienso luego existo”, Ideas
que se me aparecen como claras y distintas, que se me imponen sin lugar a dudas. Ya,
pero ¿Cómo sé que aquello que no ofrece dudas, y no se debe a mi falta de cuidado, es
verdadero? ¿Cómo sé que verdad y certeza coinciden? ¿Es la evidencia un criterio de
verdad?
Llegados a este punto Descartes recurre a Dios, utilizando entre otros en
argumento ontológico. (Dios es el ser (infinitamente) perfecto. Lo que existe es más
perfecto que lo que no existe (tendría el fallo de no existir). Por lo tanto Dios
necesariamente tiene que existir, ya que sino no sería el ser (infinitamente) perfecto)
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