A y S, tomo 29, pág. 28 - Poder Judicial de la Provincia de Santa

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Previsional. Aportes simultáneos. Cómputo. Renuncia. Cese
A y S, tomo 29, pág. 28/37
En la ciudad de Santa Fe, a los 26 días del mes de junio del
año dos mil doce, se reunieron en acuerdo los señores Jueces de la
Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 1, doctores Luis Alberto
De Mattia y Federico José Lisa, con la presidencia del titular doctor
Alfredo Gabriel Palacios, a fin de dictar sentencia en los autos
caratulados “VACCA, Mabel María Ramona contra PROVINCIA DE SANTA FE
sobre RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO” (Expte. C.C.A.1 n° 255, año
2004). Se resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones:
PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso,
¿es
procedente?;
TERCERA:
en
consecuencia,
¿qué
resolución
corresponde dictar?. Asimismo, se emitieron los votos en el orden que
realizaron el estudio de la causa, o sea doctores Lisa, De Mattia y
Palacios.
A la primera cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
I.1. La señora Mabel María Ramona Vacca promueve recurso
contencioso administrativo contra la Provincia de Santa Fe, por
denegación presunta de la solicitud de recálculo y consiguiente
reajuste de haberes en su monto, con retroactividades a la fecha de
otorgamiento de la prestación (1.3.1998) e intereses correspondientes
a la fecha de efectivo pago.
Al efecto relata que obtuvo el beneficio de jubilación
ordinaria mediate resolución 4897/97 -desde el 1.3.1998- de la Caja
de Jubilaciones y Pensiones de la Provincia, en base al cargo de
maestra de grado y un año de servicios simultáneos; que el 28.7.1998
reclamó el reconocimiento de los 5 años de servicios simultáneos
prestado en el cargo de bibliotecaria (considerándose los haberes
como hora cátedra) desempeñados en la Escuela de Enseñanza Media N°
447; que por resolución 2717/99 se determinó un nuevo haber
jubilatorio pero sólo considerándose 3 años de antigüedad; y que
continuó la vía recursiva (que describe) que agotó, dice, por
denegación presunta.
Expresa que los agravios se circunscriben a tres aspectos
fundamentales: en primer lugar, la simultaneidad del cargo de
Bibliotecaria por los períodos 21.4.1993 al 28.2.1998, considerada
sólo por tres años (hasta el “19.7.1996” -sic- y no hasta el cese
acaecido el 28.2.1998; en segundo lugar, la bonificación por
antigüedad, la que, como consecuencia de lo anterior, debe corregirse
ya que al cese contaba con 59 años y 8 meses de edad (art. 11,
párrafo I, inciso b, y párrafo VI, última parte, de la ley 6915); y,
en tercer lugar, la no consideración de los servicios desempeñados en
la Escuela del Buen Pastor N° 2007 de Santa Fe.
Por último, desarrolla las razones por las cuales considera
equitativo que se haga lugar a un plus por desvalorización monetaria,
según el C.E.R., costo de vida, tasa activa fijada por el Banco
Nación o por un criterio similar que esa Cámara estime conveniente; y
plantea, en subsidio, la declaración de inconstitucionalidad de las
leyes 23.928 y 25.561, y la del decreto 214/02.
Solicita, en suma, se declare procedente el recurso; con
costas.
2. Declarada la admisibilidad del recurso (f. 21), comparece la
Provincia (f. 30) y contesta la demanda (fs. 33/38 vto.).
Luego de una detallada negativa argumenta en torno a la
improcedencia del recurso.
En ese orden, refiere a que el haber de la actora ya fue
reajustado en razón de los tres años de servicios simultáneos
reconocidos
con
posterioridad
al
otorgamiento
del
beneficio
(resolución 2717/99); que no consta en las actuaciones que le
correspondan cinco años de servicios simultáneos; y que, por ello,
corresponde rechazar esa pretensión y lo reclamado en concepto de
supuestas retroactividades.
Para el caso de que se declare procedente el recurso, deja
planteado en relación a los intereses, que deberán computarse desde
la fecha del reclamo administrativo y no por los períodos mensuales
anteriores no alcanzados por el instituto de la prescripción
liberatoria; y que el sub lite se encuadra en las previsiones de la
ley 11.373 y 11.696, y los decretos reglamentarios respectivos, por
lo que los montos que eventualmente estuviera condenada a pagar se
efectivizarán de acuerdo con las previsiones de esa normativa legal y
reglamentaria.
En cuanto a lo peticionado por la actora en orden al plus por
desvalorización monetaria, recuerda que ello está prohibido por las
leyes 23.928 y 25.561, lo que -a su juicio- no lesiona el plexo
constitucional.
En ese orden, refiere a que esas normas se fundamentan en una
situación de emergencia pública grave; y, con cita de fallos, que
pretensiones
similares
han
sido
rechazadas
por
prestigiosa
jurisprudencia.
Agrega que tampoco puede aceptarse lo pretendido en relación al
C.E.R., el cual sólo resulta aplicable a las obligaciones de dar
sumas de dinero de cualquier causa u origen expresadas en dólares
estadounidenses u otra moneda extranjera.
Solicita, en consecuencia, el rechazo del recurso, con costas,
Abierta la causa a prueba (f. 41), y producida la que consta en
el expediente, alegan las partes sobre el mérito de la causa (fs.
115/116 vto. y fs. 118/121).
Dictada la providencia de autos (f. 124), y rechazado el
planteo de caducidad de instancia formulado por la demandada (fs.
137/142 vto.; A. y S. T. 21, pág. 267), queda la presente causa en
estado de ser resuelta.
3. De conformidad al artículo 23, inciso a), de la ley 11.330
corresponde emitir pronunciamiento sobre la admisibilidad del recuso.
Al respecto, no se han invocado, ni se advierten, razones que
autoricen a apartarse del auto obrante a foja 21 (A. y S. T. 1, pág.
2).
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores De
Mattia y Palacios coincidieron con lo expresado por el señor Juez de
Cámara doctor Lisa, y votaron en igual sentido.
A la segunda cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
II. Conforme surge del relato efectuado al tratar la cuestión
anterior, la actora solicita el reajuste de su haber computándose
cinco años de servicios simultáneos (en vez de los tres reconocidos
por la Administración); la pertinente bonificación por antigüedad; y
los servicios que habría prestado en la Escuela del Buen Pastor N°
2007 de Santa Fe.
1. Este último tramo de la pretensión corresponde
rechazarlo
en razón de que no han sido acreditados los servicios invocados.
En ese sentido, el Servicio Provincial de Enseñanza Privada
informó que de acuerdo con los datos existentes en dicha área la
señora Vacca no revista en establecimientos educativos de su
dependencia (f. 67); que no existe Institución Educativa con número
de registro de establecimiento identificada como Escuela Particular
N° 2007 “El Buen Pastor” (f. 121); y que no obran antecedentes en
registros informáticos de la Provincia ni de establecimiento de
gestión privada ni de gestión pública con ese número (f. 132).
Tales informes no fueron objetados por la actora, quien, por lo
demás, al alegar no insiste en este aspecto de la pretensión, a la
que limita a que se ordene que se le “reconozcan los cinco años de
servicios simultáneos como bibliotecaria y por ende la mayor
bonificación por antigüedad [...]” (f. 116 vto.).
2. Y entiendo que tampoco puede prosperar el recurso en cuanto
referido
al
pretendido
cómputo
de
cinco
años
de
servicios
simultáneos, y la consecuente bonificación por antigüedad.
Es que si bien -ya en sede administrativa (fs. 27, 35, expte.
adm. 15101-0041690-4-)- se probó que el cese efectivo de la
recurrente como Bibliotecaria fue el 28.2.1998 (f. 54 de autos), el
cómputo cuestionado, en cuanto practicado sólo hasta el 14.6.1996
(fecha de la renuncia; f. 20, expte. adm. cit.), recibe suficiente
apoyo normativo del artículo 75 de la ley 6915, de aplicación al caso
de la actora, quien se acogió expresamente a la opción prevista en
ese artículo, consistente en continuar prestando sus tareas con
posterioridad a la renuncia formulada a fin de acogerse a los
beneficio de esa ley (f. 20, expte. adm. cit.).
En efecto, tal como se informa a foja 87 de autos, “no puede
computarse la simultaneidad del cargo de Bibliotecaria hasta el cese
efectivo, 28.2.1998, ya que la titular de autos optó por el artículo
75 de la ley 6915, a la última fecha de vigencia de dicha ley,
19.7.1996; por lo expuesto los servicios simultáneos, según el
artículo 75, incs. 4 y 6 de la ley 6915 deben ser contados a la fecha
de presentación de la renuncia”.
De conformidad a esas disposiciones “la situación de revista
que se tendrá en cuenta a los efectos previstos en los artículos 14,
22 y 73 apartado 5), será aquella en que se encuentre el agente al
momento de presentar su renuncia, cualquiera sea la que tenga cuando
se le acuerde el beneficio jubilatorio” (inciso 4); debiendo, quienes
ejercieran la mencionada opción del artículo 75, “efectuar los
aportes por los servicios que presenten con posterioridad a la fecha
de presentación de la renuncia”, sin derecho “a reclamar a la Caja la
devolución de suma alguna por los aportes realizados [...]” (inciso
6).
Pues bien, no sólo que la actora no se ha hecho cargo de esas
expresas disposiciones normativas, sino que nada dijo en torno al
cómputo efectuado por la Caja en relación al cargo de Maestra de
Grado; cómputo este que -sin objeciones de su parte- también se
extendió hasta el 14.6.1996 (f. 45, expte. adm. cit.), a pesar de que
el cese efectivo en ese cargo igualmente se había producido el
28.2.1998 (f. 27, expte. adm. cit.).
Corresponde, pues, rechazar el recurso interpuesto, lo que
-aclaro- de ningún modo supone desconocer los principios que campean
en la materia (recientemente recordados por el Alto Tribunal local,
A. y S. T. 238, pág. 239), los que, sin embargo, no podrían
razonablemente autorizar -en supuestos como el de autos- al
desconocimiento de expresas normas legales aplicables por voluntaria
opción de la propia beneficiaria.
De todos modos, propongo que las costas sean impuestas en el
orden en que fueron causadas.
En efecto, si bien la actora nada dijo en torno a la norma
legal que en definitiva otorga sustento al cómputo efectuado por la
Administración, nada dijo tampoco la demandada al respecto, ni en
sede administrativa ni al contestar la demanda.
Es más, a foja 8 del expediente administrativo 01601-0050958-3,
la Dirección General de Seguridad Social dispuso que, una vez
recabados los informes allí mencionados, se oficiara a la Caja “a fin
de que realice el cómputo y monto correspondientes ‘con’ lo solicita
la recurrente” (sic).
En suma, la actora pudo razonablemente considerar que tenía
razón bastante para interponer y sostener el recurso contencioso
administrativo.
Así voto.
A la misma cuestión, el señor Juez de Cámara doctor De Mattia
dijo:
Aun cuando coincido con el rechazo al que arriba el colega
señor Juez de Cámara Lisa respecto del apartado II.1., precedente, en
razón de la falta de acreditación de los servicios que se invocan
prestados en la -denominada- “Escuela Privada nº 2007 ‘Buen Pastor’”;
en lo que concierne al cómputo de los servicios simultáneos y de la
antigüedad que demanda la actora, corresponde, por contrario a lo
propiciado, de acuerdo a los siguientes argumentos y el alcance que
desarrollo, declarar su procedencia.
Para decidir en ese sentido, cabe preliminarmente destacar
respecto del beneficio previsional concedido a favor de Vacca que
entonces el artículo 11 de la ley 6915 prescribía que “[l]os montos
de las prestaciones establecidas en el artículo anterior se
determinarán en base al promedio de las remuneraciones actualizadas
percibidas en los últimos ciento veinte (120) meses con aportes
inmediatamente anteriores a la fecha de cesación del afiliado en toda
actividad” (primer párrafo), y que “[e]l monto de la jubilación, en
el caso de servicios en relación de dependencia simultáneos con el
mismo tipo de servicios... se determinará de la siguiente forma: al
sueldo o promedio de sueldos del cargo o cargos se le adicionará el
3,33%
del
sueldo
de
los
otros
cargos,
por
cada
año
de
simultaneidad... [l]a simultaneidad, para ser considerada, debe
haberse producido con el cargo o cargos por el que se opte, en cuyo
caso, se considerará la totalidad de los servicios simultáneos...”
(Ap. VI, segundo y tercer párrafos; respectivamente).
En tanto, que producto de la modificación introducida por la
ley 12.464 (B.O. 28.9.2005) el artículo 11 establece ahora que “[l]os
montos de las prestaciones establecidas en el artículo anterior se
determinarán en base al promedio mensual de la suma de las
remuneraciones actualizadas percibidas por el afiliado por servicios
con aportes, sucesivos y/o simultáneos, prestados en este u otro
régimen adherido al sistema de reciprocidad jubilatoria, durante el
período de ciento veinte (120) meses inmediatamente anteriores a la
fecha de cese”, agregando que “[s]i durante el período que se toma
en cuenta para determinar el haber, se computaran servicios prestados
en otros regímenes, se equipararán las remuneraciones percibidas en
ellos, a las del cargo de mayor similitud -en su cuantía- de los
comprendidos en la administración pública provincial, a la misma
fecha en que se devengaron”, y que “[t]anto las remuneraciones de los
cargos que correspondan por la equiparación expresada en el párrafo
anterior, como las percibidas con afiliación a este régimen, serán
actualizadas conforme a los montos que se perciban por dichos cargos
a la fecha del cese”.
También, que en el artículo 75 de la ley 6915 [sin
modificaciones por la ley 12.464] se establece que: “[l]os afiliados
que renuncien a fin de acogerse a los beneficios de esta ley y
mientras dure el trámite de su jubilación, podrán continuar
desempeñando
sus
tareas
con
percepción
de
los
haberes
correspondientes, una vez vencido el término de treinta días
establecido en el artículo 5 inciso j) de la Ley 6385...” (inciso 1).
Asimismo -y contradictoriamente, a mi criterio-, que “[l]a
situación de revista que se tendrá en cuenta a los efectos previstos
en los artículos 14, 22 y 73 apartado 5), será aquélla que se
encuentre el agente al momento de presentar su renuncia, cualquiera
sea la que tenga cuando se le acuerde el beneficio jubilatorio”
(inciso 4); y
que: “[q]uienes se acojan al beneficio de este
artículo, deberán efectuar los aportes por los servicios que presten
con posterioridad a la fecha de presentación de la renuncia y en
forma ininterrumpida y no dará derecho a reclamar a la Caja la
devolución de suma alguna por los aportes realizados, ni por parte de
los afiliados ni de los empleadores” (inciso 6; respectivamente).
Así, en primer lugar, de lo prescripto en el artículo 11 (ib.),
puede interpretarse la integralidad con la cual se determinan las
prestaciones previsionales, comprendiendo como base para determinar
ese haber el promedio mensual de la suma de las remuneraciones
actualizadas percibidas por el afiliado por servicios con aportes
sucesivos o simultáneos, prestados -como es al caso- en el régimen
local, durante el período fijado al efecto.
En segundo lugar, despejado el anterior aspecto, se observa que
el artículo 75 establece en sus incisos 4) y 6) (ib.), y -como
adelanto- de manera contradictoria, que a fin del acogimiento a la
jubilación se tendrá en cuenta la situación de revista que ostente el
agente al momento de la renuncia, y cualquiera sea la que tenga al
serle acordado el beneficio; y, además, que para la hipótesis que el
agente continúe desempeñando sus tareas, lo hará percibiendo las
remuneraciones atinentes al cargo con las deducciones de los aportes
legales (de jubilación, entre otro) hasta el efectivo cese de
actividades, y sin poder reclamar a la Caja la “devolución” de suma
alguna por ese concepto.
Esa deductible controversia plantea la necesidad de ponderar
los derechos e intereses intervenidos, y en ese marco aparece
entonces que la anunciada determinación de la “situación de revista”
al tiempo de la “renuncia” del pretensor colisiona con la siguiente
consideración de “los servicios que se presten con posterioridad”,
hasta el acuerdo del beneficio, que resultan reconocidos, remunerados
y
sometidos a los descuentos legales (de jubilación, entre otro),
mientras que se impide al agente -y a “los empleadores”- a reclamar a
la Caja la “devolución” de esos aportes.
Es decir, la norma prohíbe la restitución [en el caso, a favor
de Vacca] de esas sumas retenidas, y percibidas en principio por la
Caja de Jubilaciones y Pensiones; mas, en cambio, no prescribe -ni
corresponde hacer que la ley prohíba lo que no prohíbe- la exclusión
del cómputo de aquellos aportes futuros o que siguen a la renuncia,
con la finalidad de determinar el haber base, y en fin, a que se
impida sean considerados en relación a los ajustes del haber
calculado antes del cese efectivo de las actividades laborativas del
beneficiario (la cursiva me pertenece).
Es que la facticidad precedente -el pago de los salarios al
agente y la retención de aportes destinados a la Caja- alcanza una
condición onerosa y generadora de mutuos deberes y de derechos entre
las partes, cuya dimensión, como es al caso, determina la presencia
de una categoría fundamental por el rol que ocupan en el sistema
jurídico y el aseguramiento que recibe de que sus contenidos
esenciales cobren significado en todas las áreas del derecho;
concepto que sintetiza las posturas que visualizan al sistema
jurídico concretando esos derechos o, por oposición, lo hacen sólo
como garantías restringidas y puntuales (vid. Alexis, Robert; Tres
escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los
principios, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2003, págs.
36/37).
Así el aspecto a considerar es la dimensión de aquellos
derechos fundamentales [de la seguridad social, de propiedad] y la
posibilidad que sean restringidos de prevalecer la norma de grada
inferior -en el caso: el artículo 75, inciso 4) de la ley 6915,
determinativo del desconocimiento del derecho adquirido y sus
connotaciones-, de lo cual se sigue inexorable el examen del
conflicto normativo, cuya dilucidación sólo es posible, como enseña
la doctrina, si existe una cláusula de excepción a una de las dos
normas o, en su defecto, si se declara la invalidez de una de ellas
(cfr. Dworkin, Ronald; Los derechos en serio, Ariel, Barcelona, 1989,
págs. 74 y ss.).
Para el caso se debe indicar en lo que atañe a la materia
administrativa, como acontece en la práctica constitucional -y sin
que se patentice el propiciamiento de aquellos remedios en razón de
la indisponibilidad de excepciones o la innecesariedad de declarar la
inconstitucionalidad de la norma en crisis [artículo 75, inciso 4),
ley 6915], por lo explicitado precedentemente-, que a fin de
encontrar un equilibrio entre la ponderación y la restricción, se
recurre al principio de la proporcionalidad, originado en el mandato
de la máxima realización posible en relación con las posibilidades
jurídicas, lo cual implica que cuando mayor es el grado de
incumplimiento, tanto mayor debe ser la importancia del cumplimiento
del otro.
Habrá
que
señalar
que
el
anunciado
criterio
de
la
proporcionalidad
impera
en
la
materia
previsional
y
ello
fundamentalmente -entre otros principios que integran el sistema
previsional de reparto- en relación al volumen de aportación
obligatorio a cada agente y potencial beneficiario, de tal forma que
sí se le exigen aportes en las condiciones legales analizadas en el
sub judice, luego la exclusión pretendida por la Administración no
encuentra justificación jurídica.
En efecto, la Caja recibió esos mayores aportes, simultáneos,
provenientes de las tareas de “bibliotecaria” prestadas por Vacca, y
por ende, contrajo el deber de computarlos en el beneficio debido a
la beneficiaria; lo cual, vale poner de relieve, la Administración
computó parcialmente hasta el 14.6.1996
(fecha de la renuncia de
aquélla; fs. 27, 35, expte. 15101-0041690-4).
Por cierto, esos mayores aportes, y los derechos irrenunciables
que dimanan, quedan expulsados de la renuncia formulada por la
actora, y so pena de beneficiar sin legitimidad a la Caja, si así no
aconteciera, deben ser objeto de cómputos hasta la fecha de efectivo
cese, es decir, el 28.2.1998 (f. 54).
Esa correspondencia, fundada semejantemente en minoría en
“Didier” (AyS. 9:474; 11.9.2007) y “Aravena” (AyS. 11:446; 4.2.2008),
y que predomina [entiendo] en el fallo anulatorio de
la Corte
Suprema de Justicia Provincial dictado en “Aravena” (A. y S. T. 238,
p. 239), a los que remito ad eventum y en lo pertinente, se encaminan
a preservar derechos que gozan de la garantía constitucional de
inviolavilidad de la propiedad, y, por lo demás, sin que el
pretendido
reajuste
configure
una
modificación
del
status
jubilatorio.
En suma, se trata de una cuestión de cuantía, y que fuera de
esa implicancia (que no es menor) no concierne exclusivamente a la
situación jurídica constitutiva de la relación previsional, en la
cual, como se sabe, el valor económico del haber de jubilación se
determina -y se moviliza- con base en el sueldo atinente a las
funciones del cargo o tareas efectivamente cumplidas por el agente en
actividad, y de las que emanan los aportes jubilatorios.
Vale decir que la norma vigente cuando la actora accede al
beneficio previsional -ley 6915, con las modificaciones de la
ley
11.373- y modificada por la actual ley 12.464 (artículo 11, in fine),
si bien no resulta mayormente relevante, explicita -en mi criteriocon mayor precisión la situación aquí examinada, lo cual no puede ser
descartado.
Con lo adelantado, es necesario precisar que habrá de
desestimarse la “desvalorización monetaria” e “intereses [según la]
tasa activa” demandadas (ap. VI.; fs. 14vto./15), y ello en razón de
que esa solicitud contraviene el marco instituido en la ley 23.928 y
sus modificatorias (leyes 25.445, 25.561), el cual se mantiene
vigente tras la sanción de la ley 26.739 (B.O. 27.3.2012);
remitiendo, brevitatis causae, y en lo pertinente, a los fundamentos
y a las citas dadas en las causas “Ghisolfo”, (AyS. 20:172),
“Marchetto” (AyS. 28:48), entre otros.
Por último, con lo expuesto, basta para acoger la pretensión de
la actora limitada al período entre su renuncia destinada al
acogimiento del beneficio jubilatorio, de fecha 14.6.1996, y el
efectivo cese de actividades producido en fecha 28.2.1998, con más
los intereses legales fijados según los usos legales vigentes, y
discriminados supra.
Las costas, y de acuerdo al éxito obtenido (artículo 24, ley
11.330, y artículos 252 y ccs., Código Procesal Civil y Comercial),
corresponde sean impuestas el 70% a cargo de la demandada, y el 30% a
cargo de la actora: y diferir la regulación de honorarios a la
liquidación que se deberá practicar.
Así voto.
A la misma cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Palacios
expresó similares fundamentos a los vertidos por el señor Juez de
Cámara doctor Lisa, y así votó.
A la tercera cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Lisa
dijo:
Atento el resultado obtenido al tratar la cuestión anterior,
corresponde rechazar el recurso interpuesto; costas por su orden.
Diferir la regulación de los honorarios profesionales hasta tanto se
formulen las estimaciones pertinentes.
Así voto.
A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores De
Mattia y Palacios dijeron que la resolución que correspondía adoptar
era la propuesta por el señor Juez de Cámara doctor Lisa, y así
votaron.
En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Cámara
de lo Contencioso Administrativo Nº 1 RESOLVIÓ: Rechazar el recurso
interpuesto; costas por su orden. Diferir la regulación de los
honorarios profesionales hasta tanto se formulen las estimaciones
pertinentes.
Registrarlo y hacerlo saber.
Con lo que concluyó el acto, firmando los señores Jueces de
Cámara por ante mí, doy fe.
Fdo. DE MATTIA. (En duisidencia) PALACIOS. LISA. Di Mari (Sec)
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