Los problemas de salud propios del varón

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Los problemas de salud propios del varón
“LOS AÑOS DIFÍCILES”
Un gran porcentaje de hombres españoles
confiesa que nunca o casi nunca se hace una
revisión médica. Las excusas que argumentan son
muchas y variadas: la falta de tiempo, el miedo a
las pruebas… Pero lo cierto es que los expertos
consideran que no es preciso tener síntomas de
una enfermedad para acudir a un especialista.
El diagnóstico precoz es importante para prevenir
algunas patologías que aparecen en el varón a
partir de una determinada edad. MUFACE y el
Sistema Nacional de Salud garantizan todas las
prestaciones preventivas necesarias para que la
población masculina alcance un envejecimiento
saludable.
En la última Encuesta Nacional de Salud del
Ministerio de Sanidad y Consumo, un 75,1 de los
hombres (frente al 65% de las mujeres) declaró
tener un excelente o buen estado de salud.
Seguramente uno de ellos es Javier G. Agüero. Tiene
53 años, es funcionario y no recuerda cuándo fue la
última vez que se hizo una revisión médica.
“Principalmente por miedo a la exploración”, afirma.
Como él piensan otros muchos miles de españoles, que se muestran reacios a visitar la
consulta del urólogo, a pesar de que los especialistas recomiendan acudir periódicamente a
partir de los 50. “El miedo a la exploración es un mito, pero también una realidad, en
especial cuando se trata de revisar la próstata”, asegura el urólogo Luis López-Fando, del
Hospital Ramón y Cajal. “Nadie quiere hacerse el tacto rectal. Pero ya no se revisa como
antes, hemos cambiado y los urólogos jóvenes preferimos el decúbito supino, de forma que
el paciente te ve y se favorece, además, la relación médico-paciente”.
Y es que prácticamente todas las patologías específicas del varón tienen que ver con el
sistema reproductor. Desde que nacen y durante los primeros meses, los niños deben
someterse a un seguimiento exhaustivo por parte de los pediatras para detectar
precozmente patologías o problemas testiculares del tipo de la criptorquidia (cuando los
testículos no están ubicados en la bolsa escrotal), que incide en el 3,4% de los recién
nacidos y que puede tener consecuencias no deseadas en la edad adulta si no se trata a
tiempo. De hecho, un 10% de los cánceres de testículos en los varones entre 20 y 40 años
tiene su precedente en esta patología.
Precisamente el cáncer de testículos es el más frecuente del adulto joven. Cada año se
producen 3-6 nuevos casos por cada 100.000 hombres. Si es detectado precozmente, puede
ser una enfermedad con muchísimas posibilidades de curación. “Por eso es muy importante
enseñar a los niños y a los jóvenes a realizarse autoexploraciones para detectar temprano
cualquier anomalía, porque puede haber patologías benignas, pero no siempre es así”,
apunta el doctor López-Fando.
La próstata y sus problemas
A partir de los 50 años es cuando se producen en el varón las patologías más características.
Ésta es la edad en la que se empieza a desarrollar la hiperplasia benigna de próstata (HBP).
Un proceso no canceroso de crecimiento de esta glándula masculina, que restringe el flujo
de la orina. Los datos muestran que afecta a uno de cada cuatro hombres de 50 años, a la
mitad de varones mayores de 60 y casi al 80-90% de los mayores de 80 años.
El diagnóstico de la HPB en sus etapas más tempranas puede disminuir el riesgo de
desarrollar complicaciones futuras. Aunque en un principio puede mermar la calidad de vida
del varón, una vez detectada, la HPB puede controlarse mediante tratamiento médico para
evitar los síntomas o, en los casos más graves, recurriendo a un procedimiento quirúrgico.
Esta glándula es también la causante del cáncer más frecuente en los varones de la Unión
Europea. En España, el cáncer de próstata supone la tercera causa más común de muerte en
los hombres de todas las edades. Aunque es menos habitual antes de los 50 años y existen
factores genéticos que influyen en su desarrollo, en general se desconoce todavía el motivo
que lo desencadena.
Los expertos dicen que uno de cada seis hombres será diagnosticado de cáncer de próstata
a lo largo de su vida, pero sólo uno de cada 32 morirá por esta enfermedad. En España tiene
una incidencia de unos 30 casos nuevos al año por cada 100.000 habitantes y se estima que
aumentará un 50% en los próximos 25 años. Al tratarse de una patología que no presenta
síntomas iniciales, los urólogos recomiendan un diagnóstico precoz e insisten en la
necesidad de realizar controles médicos rutinarios a partir de los 50 años.
La infertilidad es otro de los problemas más comunes en el varón. En España, entre el 10 y
el 15% de las parejas encuentran dificultades para tener hijos. Un reciente estudio de la
Sociedad Española de Urología señala que el hombre es responsable del 40% de los casos.
Las causas de la esterilidad masculina están relacionadas con la producción de
espermatozoides e intervienen tanto factores hormonales como testiculares (inflamación,
infección, temperatura, ausencia de testículos). Existen estudios que indican, además, que la
exposición a la radiación, o el empleo de pesticidas o de sustancias tóxicas utilizadas en la
industria son, junto al tabaquismo, factores que pueden contribuir al deterioro del semen,
aunque los urólogos no se atreven a determinar en qué medida.
Disfunción eréctil y andropausia
Los varones mayores de 40 años se encuentran entre los más propensos a padecer
disfunción eréctil, una patología muy frecuente entre la población masculina. Muchas veces
es un síntoma de aviso de otras enfermedades que aún no se han manifestado, como
diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, etc. También conocida como impotencia sexual, se
cura en el 90% de los casos en los que se sigue un tratamiento adecuado. El hombre que
padece esta patología puede pensar que el suyo es un problema aislado, pero nada más
lejos de la realidad, ya que el 30% de los españoles de entre 40 y 70 años padece algún tipo
de impotencia.
Son muchas las enfermedades y hábitos tóxicos que pueden producir disfunción eréctil. Sin
duda, la edad es un factor de riesgo claro, pero tampoco es una consecuencia inevitable de
la misma. El consumo de tabaco puede estar en el origen de un gran número de casos. La
falta de ejercicio físico regular, el sedentarismo y el estrés laboral, así como el consumo de
drogas (cocaína, heroína, etc,) se encuentran también entre sus causas. Está demostrado,
además, que los factores psicológicos están detrás de entre el 30 y el 50% de las
disfunciones eréctiles.
Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado –bajo supervisión médica– pueden poner
solución a este trastorno, que afecta sensiblemente a las relaciones de pareja y al bienestar
personal del varón que lo sufre. El 90% de los que acuden al especialista con este síndrome
consiguen superar los problemas de erección.
Otra consecuencia también de la edad es la andropausia, el equivalente masculino de la
menopausia en la mujer. En ambos casos se produce por un déficit hormonal. A partir de los
45-50 años, la falta de testosterona en el varón provoca una serie de trastorno graduales en
su cuerpo, que van acompañados de cambios de actitud y estado de ánimo, de fatiga,
pérdida de energía, impulso sexual y agilidad física.
En España, se calcula que uno de cada cinco varones adultos mayores de 45 años tiene
síntomas característicos de niveles bajos de testosterona. En concreto, afecta a un 10% de
los varones de entre 50 y 60 años y al 35% de los mayores de 80 años. A pesar de este
importante número de afectados, un alto porcentaje de ellos no consulta este problema con
su médico. Este trastorno puede tratarse con terapias hormonales que ayudan a recuperar el
nivel de testosterona y que actualmente están financiadas por la Seguridad Social y también
por Muface. “Hoy en día, tanto la disfunción eréctil como el déficit de testosterona tienen
solución y mejoran la calidad de vida del varón”, apostilla el doctor López-Fando.
Pero, además, los expertos dicen que, junto a la prevención y al diagnóstico precoz, hacen
falta otros requisitos, como llevar una vida sana, comer adecuadamente, no fumar y evitar
el sedentarismo. Sólo así el varón podrá superar con buena salud los 77 años, que es la
esperanza de vida actual de la población masculina española.
M. Fernández
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