¡Vacaciones! ¿Qué hacer para que los niños lean?

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¡Vacaciones! ¿Qué hacer para que los niños lean?
Es muy antiguo el cuento: en vacaciones, una niña le dice a su mamá que está
aburrida… Y la mamá responde, enfática: ¡entonces lee! La otra historia, que asumimos
hoy sería una rareza… es “el castigo” que daban
algunos colegios a alumnos que tenían mal
comportamiento en clases: ¡a la biblioteca! En el
primer caso, una imposición que procura romper
el tedio, pero que no tiene argumento ni
estímulo; en el segundo, los libros – la biblioteca asociados al castigo.
Axioma: si los padres leen, los hijos serán
lectores. El comportamiento de los padres, lo
que los niños ven a diario, es fundamental para
las actitudes y los valores de los niños, para su
comportamiento. Y lo que los padres muestran
cotidianamente, en la casa, en el automóvil, en el supermercado… son más importantes
que los discursos que puedan dar a sus hijos sobre principios y valores.
El estudio de la Fundación La Fuente – Adimark (2010), revela que - en Chile -, algo
más de la mitad de los encuestados se declara “no lector”. La Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos, convocó a especialistas que podrían ayudar a superar la situación,
aportando ideas para generar en Chile “lectores activos”. Aquí describimos algunas ideas y
proyectos:
•
Susana Allori, de Argentina, sostiene que es importante que la gente disponga de
libros y tenga acceso a bibliotecas, pero, “hay que capacitar a los bibliotecarios o
encargados de los libros… para que se adueñen de la necesidad de promover la
lectura, ofrecer libros y formar lectores”. Enfatiza la importancia de los mediadores
que ofrezcan o presenten “situaciones de lectura que permitan el encuentro entre
un lector y un libro apropiado”.
Síntesis: un nuevo enfoque para rescatar a las bibliotecas de su soledad.
•
Otro ámbito propiciado por Susana Allori es el préstamo de libros en las Ferias
Libres. “El casero del libro” ha tenido inusitado éxito en varios países y es un
modelo replicable: los libros se prestan a los sectores más desfavorecidos en las
ferias libres, todos los fines de semana. La gente percibe que es mucho más
vulnerable si no tiene capacidad crítica; la incultura es un sometimiento adicional a
la pobreza… ¡Nos hace más pobres!
Síntesis: salir al encuentro de lectores potenciales, privilegiando los sectores más
modestos.
•
Fernando Juárez, de España, afirma que… como las bibliotecas se van quedando
desiertas los bibliotecarios deben usar las redes sociales para comunicarse con los
usuarios. Juárez no le tiene miedo a la red: “lectura no es solo aquello que se
hacen en el papel; también, lo que se hace a través de la web”. Facebook, twitter,
son sitios que recomienda Juárez para hacer “un esfuerzo de socialización y
encuentro entre libros y lectores potenciales”.
Síntesis: promover la lectura usando la red y los recursos tecnológicos
disponibles.
•
Carmen Bravo, de Colombia, apunta a “la familia que lee”. Cuenta los logros de
sus cinco Centros de Lectura para Familias, con cerca de 20.000 afiliados en
Bogotá. Los centros, en su mayoría, acogen a familias de escasos recursos.
Incentivan la lectura de padres e hijos a través de actividades recreativas y
artísticas. Y, advierte Carmen Bravo, “les mostramos a los padres cómo sus hijos
ganan en desarrollo, creatividad y entusiasmo, cuando leen con ellos… Los niños
tienen entre 0 y 6 años.
Síntesis: promover la lectura en familia.
¿Y qué hacer en la escuela?
•
Teresa Colomer, doctora en Ciencias de la Educación y profesora de la Universidad
Autónoma de Barcelona, autora del libro “Andar entre libros. La lectura literaria en
la escuela”, da algunas recomendaciones:
o Lectura autónoma de los niños: deben tener horas de prácticas de la lectura. A leer
se aprende leyendo. Se debe tener tiempo para leer literatura infantil y juvenil;
o Lectura compartida: a pesar de que los libros son para disfrutar en solitario, hay
que crear rutinas donde se pueda compartir, comentar y recomendar un libro;
o Lectura guiada: a los niños les gusta que se les enseñe las cosas que ellos no habían
visto;
o La literatura es más que una asignatura: si se está aprendiendo una época
histórica, siempre habrá un libro que complemente lo aprendido.
Síntesis: la escuela es un agente básico para promover, aprender y degustar la
lectura, pero… ¡con estrategias adecuadas!
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