ABRUMADO “y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),” 2Pedro 2:7-8 ABRUMAR según el Diccionario significa: Agobiar con un peso grave. Preocupar gravemente. Producir asombro o admiración. NEFANDO significa: Aquello de lo cual no se puede hablar sin repugnancia u horror. AFLIGIR, significa: Causar molestia o sufrimiento físico. Causar tristeza o angustia moral. Preocupar, inquietar. Sentir sufrimiento físico o pesadumbre moral. INICUO significa: Malvado, injusto. HECHO significa: Acción u obra. Cosa que sucede. Es decir, cuando Lot cuando veía y oía lo que sucedida en Sodoma, aquello de lo cual no se puede hablar sin repugnancia u horror, se agobiaba y preocupaba gravemente, padecía molestia y sufrimiento físico, tristeza, angustia y pesadumbre moral por las acciones malvadas e injustas que sucedían a su alrededor. Tu cuando ves y oyes el periódico, la radio, el internet y los noticieros, cuando ves y oyes las conductas y palabras pecaminosas que se producen a tu alrededor, cuando oyes acerca de homicidios, adulterios, divorcios, matrimonios entre personas del mismo sexo, abortos, eutanasia, niños abandonados, pornografía, violaciones, guerras, robos, envidias, codicias etc., ¿SIENTES LO MISMO QUE LOT?. Porque si el pecado de los hombres de este mundo no te abruma y ni aflige como le ocurrió a Lot, lo estas tolerando y, con el tiempo, de la tolerancia se pasa al consentimiento y, luego, del consentimiento a la aprobación y, posteriormente, muchas veces, a la participación. De esa manera satanás, la serpiente astuta, engaña al mundo. El corazón se vuelve duro e insensible al pecado. Lo deja muchas veces de percibir como tal o como no “tan” grave, lo cual es lo mismo. Resultando igualmente grave, como todo lo anterior, la indiferencia del cristiano al pecado que lo rodea y su consecuente apatía e indolencia de predicar a Cristo y las Escrituras, y llamar a los hombres al arrepentimiento al confrontarlos con su pecado y, así, hacen que el pecado continúe prosperando y, de alguna manera, se hace copartícipes de la nefanda conducta de los hombres inicuos, al quedarse callados. Analiza tu corazón y hazte una pregunta: ¿Qué estás haciendo para que el pecado no siga avanzando en el mundo que te rodea? Mira lo que dice el siguiente pasaje del libro de Romanos, que resulta nada más ni nada menos que un retrato exacto de lo que estamos viviendo el día de hoy en este siglo XXI: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:18-32 El Señor viene pronto ya que, sin duda, estamos como en los días de Sodoma.