Categorías y funciones Las palabras o grupos de

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Categorías y funciones
Las palabras o grupos de palabras poseen unas determinadas
características; es decir, pertenecen a una determinada categoría gramatical.
Por ejemplo, la palabra mesa es un sustantivo.
En español existen nueve clases de palabras: Sustantivos, adjetivos,
determinativos, pronombres, verbos, adverbios, preposiciones, conjunciones,
interjecciones.
1. EL SUSTANTIVO
Clase de palabra, también llamada nombre, que designa o nombra
seres, objetos e ideas (águila, piedra, timidez) y tiene implícitas las nociones de
género y número. Sintácticamente cumple la función de núcleo del sintagma
nominal (SN): El primer día festivo; El navegante audaz.
Los sustantivos sirven para designar personas, animales, cosas, ideas...
Se caracterizan porque pueden combinarse con artículos (el niño), posesivos
(mi niño), demostrativos (este niño), indefinidos (algunos niños), numerales
(tres niños) y adjetivos (bonito niño).
Los sustantivos son palabras variables, es decir, tienen morfemas
desinenciales o flexivos que expresan género y número.
1.1 El género de los sustantivos
El género es un morfema asociado al sustantivo, que expresa una
oposición real entre masculino y femenino cuando el sustantivo se refiere a
seres sexuados.
En los demás casos el género es arbitrario, razón por la cual en un
mismo sustantivo difiere, a veces, de unas lenguas a otras (español: la nariz;
francés: le nez; catalán: el nas).
Todos los sustantivos se adscriben a uno u otro género.
Los sustantivos son de género masculino si admiten la anteposición del
artículo el (los) y femeninos si exigen la (las).
el pendiente, el litoral, el poeta (género masculino)
la cárcel, la nieve, la mano (género femenino)
El género de los sustantivos que designan seres sexuados se especifica
de las siguientes maneras:
a) con las terminaciones -o, -e, 0 para el masculino, y la terminación -a para
el femenino: gato/a, sastre/a, monje/a, león/a
(En los últimos años han sido aceptadas formaciones femeninas de
sustantivos que designan profesiones antes sólo ejercidas por
hombres: jueza, ministra, abogada, médica...)
b) con las terminaciones -iz, -isa, -esa, -ina para algunos femeninos:
actr-iz, poet-isa, baron-esa, hero-ína
c) mediante la alternancia de los artículos el/la: el mártir / la mártir; el
cantante / la cantante
d) con distintos morfemas léxicos: caballo / yegua; yerno / nuera; cordero /
oveja; hombre / mujer
e) añadiendo «macho» o «hembra» al sustantivo, si la misma palabra
designa indistintamente ambos sexos: pantera macho / pantera hembra,
buitre macho / buitre hembra
*Sin embargo, en los ejemplos anteriores pantera iría precedido del
artículo la, y buitre del artículo el, sin que corresponda el género
gramatical a una diferencia sexual.
La tendencia general de la lengua es formar
femeninos en -a.
los masculinos en -o y los
La alternancia de género del sustantivo (-o/-a) expresa en ocasiones
aspectos de la realidad que no corresponden a diferenciación sexual alguna.
Así, entre jarro/jarra, barco/barca o cesto/cesta la diferencia de género
responde a una diferencia en la forma o en el tamaño del objeto. También
se marca por este procedimiento la diferencia entre el instrumento y su
usuario, como la batería/el batería; o la distinción entre el árbol y su fruto:
avellano/avellana; naranjo/naranja.
Algunos sustantivos femeninos en -a, como banca o médica, adquieren
significado plural: banca, conjunto de bancos; médica, asociación o colectivo
de médicos.
Los sustantivos mar, calor y algún otro admiten los artículos el y
indistintamente: el mar / la mar; el calor / la calor.
la
IMPORTANTE
Fíjese en las siguientes expresiones: el niño guapo / la niña guapa.
El sustantivo niño es masculino, por eso las palabras que lo acompañan (el
artículo el y el adjetivo guapo) van también en masculino. En el caso de niña
ocurre lo mismo con el género femenino.
1.2 El número de los sustantivos
El morfema de número expresa la oposición singular / plural, es decir,
entre una unidad o varias unidades de una misma clase.
El singular es el número no marcado y la ausencia de marca (0) se
interpreta como singular. Las terminaciones -s y -es expresan plural: gato/-s;
dios/-es
El plural se forma:
a) añadiendo la terminación -s a la palabra en singular, si ésta acaba en vocal
átona: mano-s, mesa-s, pájaro-s
b) añadiendo la terminación -es si la palabra en singular acaba en
consonante: cinturón-es, temor-es, farol-es
*Se exceptúan algunos cultismos como desiderátum, cuyo plural se forma
añadiendo sólo -s: desiderátums, en sustitución de la forma culta desiderata.
Otros permanecen invariables en plural, por ejemplo: el memorándum I los
memorándum; el déficit I los déficit.
c) En los sustantivos acabados en vocal tónica, según uno de los dos
procedimientos descritos.
Así, de café, menú, sofá se obtienen los plurales cafés, menús, sofás (sin
embargo, los plurales de tabú y ñandú son tabúes y ñandúes). En cambio,
rubí, alhelí o jabalí presentan dos formas para el plural: rubís-rubíes, alhelísalhelíes, jabalís-jabalíes.
Actualmente es más frecuente la formación del plural en -s: esquís, bisturís,
pirulís, etc.
d) en las palabras extranjeras terminadas en consonante, añadiendo
indistintamente -s o -es: club / clubs, clubes; eslogan / eslogans, eslóganes
e) anteponiendo la forma plural del artículo a los sustantivos invariables en
género y número que en singular terminan en -s y en sílaba átona: el lunes /
los lunes; la crisis / las crisis; el análisis / los análisis; la tesis / las tesis
Algunos nombres designan de forma singular un conjunto de seres:
familia, ejército, armada, enjambre, docena; son los llamados colectivos. El
caso contrario es el de los nombres que designan en forma plural un solo
objeto: tenazas, tijeras, pinzas, gafas, pantalones. Estas palabras sólo
pueden ser usadas en plural, aunque en el habla común a veces se utilizan
en singular: el pantalón, la tijera.
Asimismo, hay sustantivos que se usan únicamente en plural (las nupcias,
las afueras, los plácemes, etc.), mientras que otros sólo presentan la forma
singular (el caos, la sed, el cénit, el zodiaco, etc.)
La oposición de número adquiere su sentido pleno cuando el sustantivo
designa realidades contables (libros, chaquetas, religiones, países). Algunos
sustantivos abstractos o de materia, que designan realidades no contables,
matizan o varían su significado en plural: la maldad (abstracto) / las
maldades (concreto); el amor (abstracto) / los amores (concreto); el aceite
(no contable) / los aceites (contable)
*Excepcionalmente, algunos nombres propios pueden usarse en
plural, como: Las dos Españas, las Marías.
Observa los siguientes sustantivos: libro / libros mesa / mesas. Como
ves, un sustantivo puede designar una sola realidad (libro, mesa) o varias
realidades (libros, mesas). En el primer caso hablamos de número singular, en
el segundo caso de número plural.
1.3 Clases de sustantivos
Los sustantivos se dividen en varias clases:
a) Sustantivos comunes / propios:
comunes: nombran un ser u objeto sin diferenciarlo de los de su
misma clase: perro, pueblo, lago, monte
propios: nombran a un ser u objeto diferenciándolo de los de
su misma clase. Los nombres geográficos se llaman topónimos:
Jaén, Guadalhorce, Formentera
Los nombres de personas son los antropónimos: Alejandro, Irene,
Trinidad
b) Sustantivos concretos / abstractos:
concretos: designan objetos materiales perceptibles por los
sentidos: ruido, pájaro, aroma, vino
abstractos: designan conceptos inmateriales, no perceptibles por
los sentidos sino por la inteligencia o la imaginación, puesto que carecen de
existencia independiente: fealdad, envidia, amor, cobardía, atrevimiento
c) Sustantivos individuales / colectivos:
individuales: designan en singular a un solo individuo u objeto: peón,
cabra, roble, pez
colectivos: designan en singular a varios individuos u objetos:
peonada, rebaño, robledo, banco
d) Sustantivos contables / no contables:
contables: designan seres u objetos cuantificables: pollo, nuez, vaso
no contables: designan realidades que pueden ser medidas, pero no
cuantificadas: yeso, aceite, leche
Estas oposiciones no son excluyentes, sino complementarias. Así, por
ejemplo, el sustantivo jabalí es concreto, común, individual y contable. En
cambio, melancolía es abstracto, común, individual e incontable.
1.4. La sustantivación
Es el proceso mediante el cual palabras de otras categorías
gramaticales funcionan sintácticamente como un sustantivo. Puede
sustantivarse cualquier categoría gramatical.
a) Un adjetivo:
Mi novia es la morena.
Compré estas dos corbatas: la roja es para mí, la azul para Miguel.
b) Un adverbio:
Javier tiene sus más y sus menos.
Vivo alegremente, el mañana no me preocupa.
c) Una conjunción o preposición:
Tus peros me incomodan.
Discutiremos los pros y los contras de su propuesta.
d) Una interjección:
Se oyó un ¡Oh! de sorpresa.
Se murió sin decir ni un ¡ay!
e) Una proposición:
El que está junto a la puerta te dará el impreso.
No quiero seguir trabajando.
f) Un verbo:
Soy un fue, y un será, y un es cansado.
En mis cuentas el debe supera al haber.
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g) Un sintagma preposicional:
La del manojo de rosas es una zarzuela.
Llegaron los de Cuenca.
En algunos casos la sustantivación queda fijada en la lengua y recibe la
denominación de lexicalizada o permanente:
los imperdibles, los pagarés, el pésame, un nomeolvides, un correveidile
Como se observa en los ejemplos anteriores, la sustantivación se efectúa por
medio del artículo o de otros determinantes
Un caso especial es la sustantivación de adjetivos con el artículo
neutro lo, que adquieren así significado abstracto: lo bueno, lo útil, lo
curioso..., son expresiones sustantivas equivalentes a los nombres
abstractos la bondad, la utilidad, la curiosidad.
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