!POR FAVOR, LEA ATENTAMENTE ESTA NOTA! La morriña – una pequeña guía para los padres de niños que participan en campamentos de Fundación par los Niños Suizos en el Extranjero (FNSE) La morriña Un campamento constituye una estructura muy especial. Mucha gente, con las más diversas experiencias y orígenes, se encuentra para convivir durante dos semanas. Los niños y jóvenes que están lejos de su hogar echan de menos su entorno. Su hogar es un sistema que conocen y en el que, por lo general, saben lo que hay que hacer. La vida en el campamento suele ser muy distinta: mucha gente, noches más cortas, una rutina inusual, un nuevo entorno. Es normal que se sientan inseguros. Prácticamente todo el que haya ido a un campamento, ha tenido esa sensación. El gran paso en el desarrollo sería el superar la morriña y poder disfrutar en su mayor parte de la vida en el campamento. El proceso de separación El primer viaje sin los padres es un elemento importante en el proceso de separación entre los padres y los hijos que refuerza la autonomía de los niños. Para muchos padres es la primera vez que están sin sus hijos por un periodo prolongado de tiempo. Esto puede resultar difícil. Lo importante es que los padres confíen en que sus hijos sabrán imponerse y adaptarse al nuevo entorno. De este modo darán seguridad y apoyarán a sus hijos, puesto que los niños perciben esta confianza. ¿Qué hacen los monitores cuando le entra a un niño la morriña? Para hacer que el niño supere la morriña, los monitores hacen lo posible por integrar al niño en el grupo y ofrecer un programa entretenido y emocionante que le distraiga. ¿Qué pueden hacer los padres? Hable con su hijo sobre el campamento. Prepárelo en la medida de lo posible para afrontar imprevistos. Haga el equipaje con su hijo para que éste sepa lo que lleva y para compartir la alegría anticipada. En la mayoría de los casos, la morriña desaparece al cabo de entre uno y tres días de aclimatación, puesto que la capacidad de adaptación de los niños es enorme y su curiosidad y ganas de hacer cosas superan su inseguridad. Los padres deben intentar reducir el contacto entre el niño y su casa a un mínimo (máximo dos llamadas por campamento), ya que se sabe por experiencia que los niños que hablan con frecuencia por teléfono o mantienen contacto por SMS con sus padres y hermanos tienen más problemas para avenirse a la vida en el campamento. Última solución: irse a casa Si la morriña es muy fuerte, los padres, junto con el equipo de monitores, deben encontrar una solución factible para todos. A un niño sólo se le envía a casa cuando no halla ninguna otra opción. Cuando un miembro del grupo deja el campamento antes de tiempo, esto provoca también inseguridad y tristeza en el resto del grupo. Además, se considera que la morriña es contagiosa: Si se le permite a un niño que se vaya, esto reaviva la morriña en los otros niños sin motivo. No le prometa a su hijo que lo recogerá como última opción, de lo contrario el niño se concentrará en esa posibilidad. El „venir a recogerlo si no queda otro remedio” puede expresar de forma implícita que los padres no creen que su hijo sea capaz de valerse por sí mismo, por lo que el niño tampoco lo creerá. Fundación para los Niños Suizos en el Extranjero (FNSE), Alpenstrasse 26, CH-3006 Bern, Suiza, Tel. +41 (0)31 356 61 16, Fax : +41 (0)31 356 61 01, email: [email protected] !POR FAVOR, LEA ATENTAMENTE ESTA NOTA! La morriña – una pequeña guía para los padres de niños que participan en campamentos de Fundación par los Niños Suizos en el Extranjero (FNSE) La morriña Un campamento constituye una estructura muy especial. Mucha gente, con las más diversas experiencias y orígenes, se encuentra para convivir durante dos semanas. Los niños y jóvenes que están lejos de su hogar echan de menos su entorno. Su hogar es un sistema que conocen y en el que, por lo general, saben lo que hay que hacer. La vida en el campamento suele ser muy distinta: mucha gente, noches más cortas, una rutina inusual, un nuevo entorno. Es normal que se sientan inseguros. Prácticamente todo el que haya ido a un campamento, ha tenido esa sensación. El gran paso en el desarrollo sería el superar la morriña y poder disfrutar en su mayor parte de la vida en el campamento. El proceso de separación El primer viaje sin los padres es un elemento importante en el proceso de separación entre los padres y los hijos que refuerza la autonomía de los niños. Para muchos padres es la primera vez que están sin sus hijos por un periodo prolongado de tiempo. Esto puede resultar difícil. Lo importante es que los padres confíen en que sus hijos sabrán imponerse y adaptarse al nuevo entorno. De este modo darán seguridad y apoyarán a sus hijos, puesto que los niños perciben esta confianza. ¿Qué hacen los monitores cuando le entra a un niño la morriña? Para hacer que el niño supere la morriña, los monitores hacen lo posible por integrar al niño en el grupo y ofrecer un programa entretenido y emocionante que le distraiga. ¿Qué pueden hacer los padres? Hable con su hijo sobre el campamento. Prepárelo en la medida de lo posible para afrontar imprevistos. Haga el equipaje con su hijo para que éste sepa lo que lleva y para compartir la alegría anticipada. En la mayoría de los casos, la morriña desaparece al cabo de entre uno y tres días de aclimatación, puesto que la capacidad de adaptación de los niños es enorme y su curiosidad y ganas de hacer cosas superan su inseguridad. Los padres deben intentar reducir el contacto entre el niño y su casa a un mínimo (máximo dos llamadas por campamento), ya que se sabe por experiencia que los niños que hablan con frecuencia por teléfono o mantienen contacto por SMS con sus padres y hermanos tienen más problemas para avenirse a la vida en el campamento. Última solución: irse a casa Si la morriña es muy fuerte, los padres, junto con el equipo de monitores, deben encontrar una solución factible para todos. A un niño sólo se le envía a casa cuando no halla ninguna otra opción. Cuando un miembro del grupo deja el campamento antes de tiempo, esto provoca también inseguridad y tristeza en el resto del grupo. Además, se considera que la morriña es contagiosa: Si se le permite a un niño que se vaya, esto reaviva la morriña en los otros niños sin motivo. No le prometa a su hijo que lo recogerá como última opción, de lo contrario el niño se concentrará en esa posibilidad. El „venir a recogerlo si no queda otro remedio” puede expresar de forma implícita que los padres no creen que su hijo sea capaz de valerse por sí mismo, por lo que el niño tampoco lo creerá. Fundación para los Niños Suizos en el Extranjero (FNSE), Alpenstrasse 26, CH-3006 Bern, Suiza, Tel. +41 (0)31 356 61 16, Fax : +41 (0)31 356 61 01, email: [email protected]