Los Re-Cuerdos Sentada en una esquina, con la percepción adormecida a causa de una pregunta lejana al supuesto conocimiento universal donde reposaba todo su ser y se mantenía estable. Todo se desboronaba y la realidad volvía a un estado inicial, recuperaba su virginidad, (solo las preguntas sin respuestas estimulan el caos y ese es el verdadero estado de la realidad. El caos es la verdadera realidad), la información la penetraba y ella lo sentía, era la primera vez que sentía el placer de percibir, de nuevo ordenaba la información y la moldeaba a la forma de sus sentidos, era una niña de nuevo, una niña consciente. Una pregunta con aroma a enigma, inalterable. Información descifrada por la no información, accesible pero inaccesible al acceder a ella. Su estructura era única y compleja, resultado de tener como base la contradicción. Ella obtenía material de la realidad y luego pensaba en una posible respuesta, pero luego de un prolongado tiempo comprendió la contradicción y encontró el obstáculo, fatal y absurdo de no poder diseccionar sus propias palabras a causa de encontrar a su pensamiento como el mayor y único obstáculo, su pensamiento cicatrizaba sin haberse curado, infectándose con su propia nutrición. La infección en su mente aumentaba en cuanto ella percibía y luego pensaba, no percibir era la única forma de encontrar el antídoto, solo la respuesta la podría curar. La desintegración interna aumentaba, el lenguaje se desbordaba y sumergía su significado hasta ahogarlo. La información perdía sus rutas habituales, todo el conocimiento saltaba aleatoriamente de un lugar a otro, su existencia temporal desaparecía por completo a causa del desorden informático en su mente. A veces vivía con fragmentos de su vida pasada, otras mezclaba la información presente con la pasada, la imaginada con la real y en uno de esos saltos su mente se ubicó en una circunstancia del pasado; cuando tuvo una reflexión mientras se miraba en el espejo, (solo que esta vez no la recordó sino la vivió, como si jamás le hubiera ocurrido), ella se miraba pero se sentía intimidada, no se encontraba en el reflejo, en ese momento la extraña sensación la llevó al concluir que ella miraba su reflejo pero su reflejo no la miraba a ella. Reacciono y entendió; “el ser que percibe refleja a un ser que no percibe”, con esta frase su mente reactivo de nuevo los flujos de transporte y la información renovó su circulación, encontrando en las nuevas rutas una estrategia muy atractiva para acercarse a la respuesta buscada. Se levanto de la esquina y se dirigió a buscar los objetos necesarios para la elaboración de su estrategia, ya con estos, se ubicó en el cuarto de una de todas las casas abandonadas y se dispuso a materializar su idea. Los manipulo y altero su función, los junto y los modifico, todos ya no eran todos, ahora eran uno, un único objeto con un único fin. Miro el objeto y se sintió creadora, no lo toco, al menos mientras que lo observo, termino de complacerse y lo toco, con gran ambición. Se las coloco, eran enormes, con simples modificaciones que en su simpleza eran contundentes. No tenían lentes, habían sido remplazados por unos espejos, los cuales quedaban a una distancia prudente, alrededor un papel traslucido las cubría, para evitar la oscuridad. Esas modificaciones, simples y un poco inocentes las habían transformado totalmente, ya no eran unas simples gafas, ahora eran un objeto nuevo con una función única, para un único ser; al menos eso era lo que pensaba y le pronosticaba a su creación. Abrió los ojos y lo único que veía era el reflejo de sus ojos flotando en un espacio blanco. No pensaba mucho, o tal vez si lo hacía pero no era consciente de eso. Solo observaba y presentía. Todo lo que la rodeaba continuaba igual, pero ella ya no estaba segura de estar como alguna vez estuvo. Miraba el reflejo de su mirada y ya no se sentía tan tranquila, se sentía observada. Ahora desconocía esos ojos que en un principio de parecieron hermosos. Ese reflejo ya no era ella, ese reflejo era un nuevo ser, un ser que ella misma había creado con la ignorancia de su intimidad. Tal vez era un juego mental, un ser psicológico que existía por su propia demencia. El cambio aumentaba, como aumentaba su miedo, producto del temor de encontrar el fin buscado sin poder controlar sus consecuencias. Ya no podía retroceder, su control se desvanecía por sus propios movimientos, ya no tenia control, lo perdió cuando se sintió controlada. Obedecía con impulsos involuntarios, era esclava de movimientos no deseados, ejecutaba cosas que no pensaba y lo que pensaba no lo podía ejecutar. Cuando fue consciente de lo sucedido, recordó la pregunta; “¿Como es la nada?” Pensó en ello y suspiro, estaba muy cerca de encontrar la respuesta y entendía lo que ello implicaba. Presintió las consecuencias y decidió pensar en otras cosas, se quito las gafas y las arrojó, sin importar que fueran su creación. Respiro, trato de sentir muchas cosas a la vez, abrió sus ojos que conocían su inevitable destino, se movió un poco, sabía que era la última vez que lo haría por su propia voluntad. Trato de hacer muchas cosas en los escasos segundos que le quedaban, pero no hizo lo suficiente, el momento llego y antes de ser el reflejo de su reflejo, giro su cabeza a la ventana para percibir el mundo por última vez…