10" JORNADAS - 70-77,1996 La mano reumatoide. Etiopatogenia de las deformidades y su tratamiento DR. A. LLUCH HOMEDES. lnstitut Kaplan. Barcelona 1. Sinovitis tendinosas Consideraciones generales. Los tendones se hallan recubiertos por una membrana sinovial únicamente cuando transcurren por el interior de compartimientos osteofibrosos, con la finalidad de facilitarles su nutrición y deslizamiento. En la mano existen tres túneles osteofibrosos. En el dorso, el formado por el retináculo extensor y los extremos distales del cúbito y radio, el cual está subdividido en seis compartimientos que estabilizan a los distintos tendones extensores de la muñeca y los dedos. En la cara palmar existen dos túneles osteofibrosos, por cuyo interior transcurren los tendones flexo res de los dedos. A nivel de la muñeca existe el túnel carpiano, formado por los huesos del carpo y el retináculo flexor. Por su interior transcurren el nervio mediano y los nueve tendones flexores de los dedos. A nivel de los dedos los tendones transcurren por el interior de otro túnel, formado por la vaina tendinosa y las falanges. 1.1. Sinovitis de los tendones extensores. A nivel de la muñeca. Tal como se ha comentado anteriormente, únicamente se puede presentar una tenosinovitis de los extensores a nivel del retináculo extensor. A nivel de los dedos, el aparato extensor no está recubierto de tejido sinovial, por lo que sus lesiones serán secundarias a sinovitis articulares, bien de las metacarpofalángicas o de las interfalá ng icas. A nivel de la muñeca, la sinovitis de los extensores es muy frecuente y fácil de diagnosticar debido a su localización subcutánea. La sinovitis tendinosa a dicho nivel es relativamente bien tolerada por el enfermo, por cuanto los tendones extensores, a diferencia de los flexores, requieren un menor recorrido y menor fuerza de tracción para realizar la extensión de los dedos. Conviene recordar que los tendones extensores únicamente realizan la extensión de las articulaciones metacarpofalángicas, y muchos enfermos presentan una movilidad disminuida de las mismas .. Rupturas de los tendones extensores La complicación más grave de una sinovitis a dicho nivel es la ruptura tendinosa. 70 Dicha ruptura se producirá por causas biológicas y mecánicas. El tendón se debilitará por el efecto destructivo local de la sinovitis y por la isquemia tendinosa secundaria al colapso vascular, este último como consecuencia de un aumento de volumen y presión en el interior de las paredes inextensibles de dichos compartimientos. El factor mecánico será el más importante, como consecuencia de la fricción del tendón contra prominencias óseas. Es por ello que las rupturas tendinosas se presentan principalmente cuando existe una deformidad de la muñeca. En estas circunstancias ,el carpo, y la mano en general, se desplaza hacia la palma y el lado cubital, produciéndose una fricción entre los tendones extensores de los dedos y la cabeza del cúbito que se desplaza hacia el dorso. Ello explica que las rupturas tendinosas se presenten de manera progresiva comenzando por los dedos más cubitales. El extensor propio del meñique es el que se rompe con mayor facilidad, pero su ruptura pasa desapercibida al poderse realizar la extensión del dedo con el extensor común. Raramente se produci rán rupturas de todos los tendones extensores de los dedos. Si un enfermo presenta una pérdida de la extensión de todos los dedos, uno debe pensar también en la posibilidad de que se haya producido una lesión por compresión del nervio interóseo posterior en la región proximal del antebrazo. Lo podremos averiguar realizando una maniobra de tenodesis. Si los tendones están intactos, como es el caso de la parálisis, las articulaciones metacarpofalángicas se extenderán al flexi onar la muñeca. Por el contrario, en el caso de una r~ptura tendinosa, las articulaciones metacarpofalángicas siempre estarán en la misma posición de flexión, independientemente de la posición de flexión o extensión de la muñeca. El tendón extensor largo del pulgar también se rompe con cierta frecuencia, aunque su diagnóstico puede pasar desapercibido. La manera de explorarlo es solicitando al enfermo que realize la retropulsión del pulgar (p.e.: levantar el pulgar del plano d~una mesa, con la palma apoyada sobre la misma), pero no la extensión de la articúlación interfalángica, ya esta que puede realizarse mediante la contracción de la musculatura intrínseca tenar, pues también se inserta en el aparato extensor del pulgar. En otros casos, la articulación interfalángica puede que esté permanentemente en hiperextensión por una deformidad en boutonniere del pulgar, lo cual también dificultaría el diagnóstico. Los tendones extensores del carpo también pueden romperse en aquellos casos con gran deformidad de la muñeca, la cual puede estar flexionada, luxada anteriormente y rígida, lo cual dificultará su diagnóstico. © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Sería más correcto utilizar el término enfermedad reumatoide que el de artritis reumatoide, ya que las lesiones extrarticulares pueden ser bastante graves e incapacitantes para algunos enfermos. De todas maneras, el tejido sinovial es la vícti· ma preferente de esta enfermedad, produciéndose una hipertrofia del mismo que podría definirse como "oncogénica", por cuanto se comporta como un tumor, destru· yendo las estructuras vecinas: ligamentos, cartílago articular, hueso subcondral y ten· dones. La sinovitis hipertrófica de la artritis reumatoide ocasionará una destrucción de las estructuras cápsula-ligamentosas, por las acciones mecánica, enzimática eisquemiante del tejido sinovial intraarticular a tensión. Ello ocasionará una pérdida de la estabili· dad articular, instaurándose de manera progresiva una deformidad articular en el sen· tido de las fuerzas dominantes sobre la misma. La sinovitis también producirá una destrucción del cartílago articular, ocasionando dolor y disminución de la movilidad articular. En algún caso puede incluso presentarse una anquilosis ósea, produciéndose la curación de la artritis al desaparecer la sinovitis con el reposo articular. Finalmente, deben tenerse en cuenta los efectos destructivos sobre los tendones principalmente del aparato extensor del dedo, puesto que las destrucciones tendinosas en el dorso de los dedos no son secundarias a sinovitis tendinosas, sino articulares. Conviene recordar que únicamentese presentará una sinovitis tendinosa en el interior de los compartimientos osteofibrosos, que es el único lugar en donde los tendones están recubiertos por una membrana sinovial . Se describirán a continuación los distintos tipos de sinovitis que se pueden presentar en la mano, así como las deformidades resultantes y su tratamiento. 1.2. Sinovitis de los tendones flexores. Una sinovitis de los tendones flexores puede presentarse a nivel de la muñeca o a nivel de los dedos. 1,2, 1, A nivel de la muñeca. Síndrome del túnel carpiano. Una hipertrofia sinovial en el interior del túnel carpiano producirá una compresión del nervio mediano, con su característica sintomatología. De todas maneras, en los enfermos reumáticos, la presentación de un síndrome del túnel carpiano es mucho menos frecuente de lo que cabría esperar. Ello puede explicarse por el hecho de haberse producido un aumento adaptativo del volumen carpiano como consecuencia de la acción colagenolítica de los enzimas sinoviales sobre el retináculo flexor y los ligamentos intercarpianos. 1.2.2. A nivel de los dedos. Deformidad en cuello de cisne. A nivel de los dedos, la sinovitis de los flexores es más frecuente y con mayores repercusiones clínicas de lo que se podría suponer. El diagnóstico clínico se realizará al apreciarse un engrosamiento sinovial en toda la longitud de la cara palmar del dedo, pero principalmente en su porción más proximal. El enfermo tendrá dolor y dificultad para flexionar /as articulaciones interfalángicas. La existencia de una flexión pasiva completa de estas articulaciones descartará un origen articular de la pérdida de flexión de los dedos. La tenosinovitis de los flexores dentro de la vaina digital ocasionará una dificultad para su deslizamiento, motivo por el cual el enfermo buscará una sustitución funci o- X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA La mano reumatoide. Etiopatogenia de las deformidades y su tratamiento 2. Sinovitis articulares Las casi treinta articulaciones de la mano pueden afectarse por la enfermedad, pero con mayor frecuencia la radio-cubital distal, la radio-escafo-semilunar y las metacarpofalángicas. Una sinovitis articular ocasionará dolor y, como consecuencia, pérdida de la fuerza, hipotrofia muscular y osteoporosis por desuso. Con el transcurso del tiempo, la sinovitis articular tendrá un efecto destructivo local sobre las estructuras capsulo-ligamentosas, el cartílago articular y los tendones extensores. Destrucción capsulo-ligamentosa Los ligamentos se debilitarán por las acciones mecánica, enzimática e isquemiante del tejido sinovial intraarticular a tensión. Como consecuencia de esta pérdida de estabilidad articular, las articulaciones se deformarán en el sentido de las fuerzas dominantes. Destrucción del cartílago hialino La destrucción del cartílago articular ocasionará dolor al intentar la movilidad arti· cular, por lo que progresivamente se presentará una pérdida de movilidad articular y anquilosis fibrosa. En otros casos, la destrucción del cartílago puede ser total eincluso acompañarse de destrucción del hueso subcondral, propiciándose el que se produzca la unión entre los dos extremos óseos denunados de cartílago si la articulación se mantiene inmóvil el tiempo suficiente. Con la anquilosis ósea, curiosamente, debido al «reposo» articular se producirá la curación por desaparición de la sinovitis. Destrucción del aparato extensor Es importante recordar que las destrucciones tendinosas en el dorso de los dedos no son secundarias a sinovitis tendinosas, sino a sinovitis articulares. 2.1. Sinovitis de las articulares de la muñeca. La superficie articular distal del radio está inclinada unos 23° en sentido cubital y unos 10° en sentido palmar, lo que propicia a que el carpo tienda a deslizarse en los sentidos cubital y palmar. A este desplazamiento se oponen los ligamentos radiocarpianos, que para ello tienen sus fibras dispuestas en un sentido oblicuo, desde proximal y radial hasta distal y cubital. La sinovitis articular destruirá alos ligamentos y como consecuencia el carpo se irá desplazando en sentido palmar y cubital. La articulación radio-carpiana se afecta con mayor frecuencia que la intercarpiana. Es muy frecuente la sinovitis de la articulación radio-cubital distal, que se manifestará inicialmente por dolor al realizar la pronación y, principalmente la supinación del antebrazo. Con el transcurso del tiempo ocasionará la destrucción de los ligamentos estabilizadores entre el cúbito y el radio, produciéndose un desplazamiento progresivo hacia el dorso del extremo distal del cúbito. El desplazamiento dorsal del cúbito en relación con el radio parece mayor de lo que realmente es, por cuanto la mano se deforma en el sentido inverso: el carpo se desplaza anteriormente y se supina. Se menciona con frecuencia que los metacarpianos, o sea el carpo y la mano, se desvían hacia el lado radial cuando existe una afectación de la muñeca, lo cual es erróneo. Cuando únicamente está afectada la muñeca, los metacarpianos siempre se desvían hacia el lado cubital, lo cual es una posición antiálgica que se observa con cualquier otro tipo de sinovitis, por ejemplo las traumáticas, probablemente porque esta posición es más confortable, al permitir un mayor volumen intraarticular. Los metacarpianos se desviarán hacia el lado radial únicamente cuando los dedos estén desviados hacia el lado cubital por afectación de las articulaciones metacarpofalángicas. Se trata de una deformidad volicional, creada por el propio enfermo con la finalidad de alinear a los dedos con el eje longitudinal del antebrazo, obteniendo con ello unos beneficios estético y funcional. 2. 2. Sinovitis de las articulaciones metacarpofalangicas. Deformidades: subluxación palmar y desviación cubital de los dedos. Los músculos interóseos, ellumbrical, el flexor superficial y el flexor profundo del dedo transmiten grandes fuerzas sobre la base de la falange proximal, que tienden a desplazarla en el sentido palmar. Es por ello, que los ligamentos colaterales de las articulaciones MF's presentan una disposición oblicua desde el dorso de la cabeza del metacarpiano hasta la cara palmar de la base de la falange proximal. Una sinovitis de la articulación MF ocasionará una destrucción de los ligamentos colaterales, a consecuencia de lo cual las falanges proximales tenderán a subluxarse en el sentido palmar, pudiendo llegar a luxarse completarl)ente. El tendón extensor se halla estabilizado en el dorso de la articulación MF mediante unas expansiones aponeuróticas que transcurren a ambos lados de la cabeza del metacarpiano hasta insertarse en el ligamento palmar de la articulación. Estas expansiones aponeuróticas, que se conocen por el nombre de bandeletas sagitales, permiten el deslizamiento del tendón en los tentidos proximal y distal, a la vez que lo estabilizan en el centro del dorso de la cabeza del metacarpiano, principalmente cuando se realiza la flexión de los dedos. La sinovitis también debilitará a las bandeletas sagitales, lo que permitirá una mayor subluxación palmar de la falange proximal. En muchos casos, las falanges proximales también se desviarán hacia el lado cubital, debido a que en circunstancias normales las fuerzas que tienden a desviar los dedos hacia el lado cubital son más importantes que las que lo hacen en el sentido radial. Estas fuerzas de desviación cubital de los dedos son principalmente la gravedad y la presión lateral del pulgar (fuerzas extrínsecas). La prueba de ello es que en personas de edad avanzada se puede observar de una manera natural una tendencia hacia la desviación cubital de los dedos a nivel de las articulaciones MF's, principalmente del índice y medio. De todas maneras, el factor más importante para que se desvíen los dedos hacia el lado cubital es la subluxación del tendón extensor en el lado cubital de la cabeza del metacarpiano, como consecuencia de una elongación de la bandeleta sagital radial, que lo estabiliza en el dorso de la cabeza del metacarpiano. Cuando se produce una luxación cubital del tendón extensor, se añadirá una fuerza de desviación X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 71 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. nal, utilizando para ello la musculatura intrínseca. En estas circunstancias, podrá flexionar los dedos de una manera indolora anivel de las articulaciones metacarpofalángicas mediante la contracción de los músculos interóseos y lumbricales. Desafortunadamente, la musculatura intrínseca tiene un efecto extensor a nivel de la articulación interfalangica proximal, por lo que su uso continuado conducirá al desarrollo de una deformidad en cuello de cisne. Se producirá una hiperextensión de la articulación IFP, porque su ligamento palmar se habrá deteriorado al estar en contacto directo con la sinovial hipertrófica de los flexores. En otros casos, una ruptura espontánea del tendón flexor superficial será otro factor responsable de la hiperextensión articular. La deformidad en cuello de cisne se define como una hiperextensión de la articulación IFP con una hiperflexión secundaria de la IFD. La hiperextensión de la IFP relaja al aparato extensor distal y permite que la articulación IFD se flexione más de lo normal, por la tracción del tendón flexor profundo. Rupturas de los tendones flexores Los tendones flexores de los dedos pueden romperse en el interior del túnel carpiano por fricción con los huesos del carpo deformados. Logicamente no serán los tendones superficiales, por estar alejados de las superficies óseas, sino los profundos, y en particular el flexor largo del pulgar. La ruptura de este último puede pasar desapercibida por cuanto muchos enfermos presentan una alteración funcional de la articulación interfalángica del pulgar. A nivel de los dedos, las rupturas tendinosas no se producen por fricción ósea sino más bien por destrucción sinovítica. El tendón flexor superficial se divide en dos bandeletas a nivel de la palma de la mano, que se insertarán en la falange media, permitiendo que entre ellas transcurra y emerja el tendón flexor profundo, que se insertará en la falange distal. El flexor superficial se rompe con mayor frecuencia que el profundo, ya que su grosor disminuye por la mitad al dividirse en dos bandeletas, aumentando en cambio su superficie, lo cual propiciará que esté rodeado por una mayor cantidad de tejido sinovial, que acabará destruyéndolo. La mayoría de rupturas del tendón flexor superficial pasan desapercibidas, por cuanto se mantiene la flexión digital con el flexor profundo. ¿Como se diagnostica una ruptura tendinosa? Se solicita al enfermo que flexione los dedos, y se observa si puede flexionar las falanges distales. Si la falange distal se flexiona, significa que el flexor profundo está intacto, cuya fuerza puede comprobarse intentando extender la articulación interfalángica distal durante la contracción muscular. Deben explorarse sucesivamente todas las articulaciones interfalangicas distales. A continuación, solicitaremos al enfermo que extienda todos los dedos y los mantendremos en extensión completa con nuestra mano. Dejamos libre al dedo anular y le solicitamos que lo flexione, lo cual podrá hacer únicamente con el flexor superficial, ya que se trata de un músculo independiente para cada dedo. El flexor profundo es un músculo único para todos los dedos, y por tanto no podrá flexionar al dedo anular si mantenemos los restantes dedos en extensión. Con un dedo de nuestra otra mano podremos comprobar que la fuerza de flexión se transmite a la articulación interfalángica proximal, pero no a la distal. A continuación se exploran los dedos medio y meñique. En muchas personas, el flexor superficial del meñique no es independiente, y se contrae simultáneamente con el dedo anular, lo cual debe tenerse en cuenta antes de diagnosticar una ruptura del mismo en estos casos. Con menor fre-. cuencia puede existir una agenesia del flexor superficial del dedo meñique. Finalmente se explora al dedo índice, cuyo flexor profundo puede ser independiente del resto de los dedos y dificultar con ello la exploración del flexor superficial. Con nuestra otra mano podremos comprobar la fuerza de flexión en cada una de las articulaciones interfalángicas del índice, y deducir de esta manera cual es el músculo funcionante. DR. A. LLUCH HOMEDES 2. 3. Sinovitis de las articul¡¡ciones interfalangicas proximales. Deformidades: Deformidad en ojal, ((boutonnieren o((button·holen. Las articulaciones interfalángicas proximales están dotadas de unos gruesos ligamentos colaterales que les confieren estabilidad en los sentidos radial y cubital, ya que a diferencia de las articulaciones metacarpofalángicas no poseen musculatura interósea que las estabilice dinámicamente en los sentidos laterales. También poseen un grueso ligamento palmar que evita su hiperextensión. La sinovitis de la articulación IFP tenderá a hipertrofiarse hacia el dorso, que es el punto de menor resistencia mecánica, produciendo una atenuación de la bandeleta central del aparato extensor, por lo que se irá perdiendo progresivamente la extensión activa de dicha articulación. Si bien inicialmente, la extensión articular se mantiene por la acción de las bandeletas laterales, con el transcurso del tiempo y al aumentar la flexión articular, se irán desplazando lateral y volarmente, agravando la contractura en flexión. Debido a que los cóndilos de la falange proximal acaban protruyendo entre las bandeletas laterales, a dicha deformidad se la conoce como deformidad en ojal, «boutonniere» o «button-holen. Todo el aparato extensor se desplazará proximalmente, presentándose de una manera progresiva una hiperextensión de la IFD por tracción de las bandeletas laterales sobre la falange distal. La deformidad en boutonniere es secundaria a una lesión del aparato extensor, que se caracteriza por una flexión de la articulación interfalángica proximal y una hiperextensión de la interfalángica distal. Para que la deformidad sea considerada como un boutonniere debe existir una extensión o hiperextensión de la articula- 72 ción IFD. Una contractura en flexión de la articulación IFP, sin lesión del aparato extensor, nunca producirá una hiperextensión de la interfalángica distal. En ambos casos, puede observarse una hiperextensión de la articulación metacarpofalángica, pero esto no debe considerarse como parte de la deformidad, sino una posición que adopta el enfermo para intentar compensar la flexión de la IFP y poder alinear el extremo del dedo con los restantes. La deformidad en boutonniere puede clasificarse en tres estadios evolutivos: 1. Deformidad corregible (total o parcialmente). En estos casos existirá una elongación de la bandeleta central y el inicio de una subluxación palmar de las bandeletas laterales 2. Deformidad no corregible. Las bandeletas laterales se han desplazado palmares al eje de rotación articular, siendo imposible su re locación dorsal ya que los ligamentos retinaculares transversos se habrán remodelado en una posición acortada. Posteriormente se producirá una remodelación de las estructuras capsulares palmares y de la vaina de los tendones flexores, todo lo cual impedirá que se pueda corregir pasivamente la flexión articular 3. Deformidad con destrucción articular. Son los casos más graves, en los que la sinovitis ha ocasionado además una destrucción de la superficie articular de la interfalángica proximal. Tratamiento. El tratamiento de las deformidades en boutonniere es difícil y tiene sus riesgos. Ello crea al cirujano el siguiente dilema: 1. El tratamiento quirúrgico de las deformidades iniciales puede empeorar la fun ción del dedo, por cuanto al reparar el aparato extensor se mejorará la extensión, pero fácilmente se puede producir una pérdida de la flexión articular. El enfermo no estará nada contento con este resultado, ya que prefiere perder los últimos 30° de extensión, que los últimos 30° de flexión. 2. Las deformidades graves son difíciles de corregir quirúrgicamente. Es por ello que uno debe ser cauteloso antes de decidirse areparar una deformidad en boutonniere, ya que dicha deformidad produce poca incapacidad funcional para el enfermo, ya que le permite la flexión de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas proximales en su totalidad, con lo que tiene garantizada la presión de objetos. Creo que debe considerarse un tratamiento quirúrgico en presencia de una sinovitis de la articulación IFP que no responda al tratamiento farmacológico, ya que al realizar una sinovectomía articular, además de la reparación del aparato extensor si fuese preciso, se evitará el que continué empeorando la deformidad. Todos los enfermos que inicien una deformidad en boutonniere deberían inmovilizarse las articulaciones interfalángicas proximales en extensión durante las noches o el mayor período de tiempo posible, incluso durante el día, ya que se trata de la única lesión tendinosa que es progresiva y autoacelerante. A diferencia de la rotura de un tendón extensor o flexor de un dedo, que ocasionará una pérdida de función articular súbita, y que permanecerá inalterada con el transcurso del tiempo, en el caso de la ruptura de la bandeleta central del aparato extensor la deformidad irá empeorando progresivamente, a veces incluso después de que la sinovitis articular hubiese desaparecido. La hiperextensión de la articulación IFD, puede ser tanto o más invalidante que la pérdida de extensión de la IFP, principalmente en los dedos anular y meñique, por cuanto se perderá la capacidad de presión de objetos. El tratamiento de la hiperextensión de la articulación IFD se realizará mediante sección del tendón extensor distal, y en algunos casos también de la cápsula dorsal y de los ligamentos retinaculares oblicuos de Landsmeer. En aquellos casos de larga evolución, la piel dorsal se habrá remodelado en una posición acortada, lo que nos obligará a realizar una plastia o bien un injerto cutáneo quE permitan la flexión de la IFD. Cuando la articulación IFP está destruida sólo caben dos posibilidades o bien realizar una artroplastia o una artrodesis. Las artroplastias no son recomendables en los dedos índice y medio, por cuanto en estos dedos se debe sacrificar la movilidad articular por la estabilidad lateral; ya que su función, principalmente del dedo índice, es la manipulación de objetos con el dedo pulgar. Unicamente en los dedos anular y meñique está indicado el realizar una artroplastia articular que permita la presión de los objetos. Como norma general, en las deformidades en boutonniere graves es recomendable el realizar una artrodesis, mejorando la posición de flexión articular. La posición de artrodesis articular debe ser discutida con el enfermo de acuerdo con sus deseos de obtener un mayor grado de función o un mejor resultado estético. Para una función ideal se requiere el artrodesar las articulaciones interfalángicas de los dedos en una flexión progresiva desde el dedo índice al dedo meñique. El dedo índice se artrodesaría en una posición de flexión de unos 30°, mientras que la articulación IFP del dedo meñique se artrodesaría en una flexión de 60°. X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. cubital de los dedos, la cual aumentará de manera ostensible la desviación cubital de los mismos, principalmente de los dedos meñique y anular (fuerzas intrínsecas), deformidad más frecuente en las manos reumáticas. Inicialmente, el enfermo podrá mantener los dedos en extensión activa después de haber alineado pasivamente las falanges proximales con los metacarpianos, ya que con dicha maniobra consigue corregir la luxación tendinosa. Con el transcurso del tiempo, la bandeleta sagital del lado cubital se remodelará en una posición acortada y no será posible la recolocación del tendón en el dorso de la cabeza del metacarpiano. En estos casos, el tendón extensor será inefectivo como extensor y únicamente tendrá u~a acción de desviación cubital del dedo. En casos más avanzados, el tendón se desplazará palmar al eje de rotación de la articulación metacarpofalángica, de tal manera que el enfermo incluso flexionará más la articulación metacarpofalángica cuando intente realizar la extensión de la misma, principalmente de los dedos meñique y anular, lo que erróneamente puede hacernos pensar en que se ha producido una ruptura tendinosa. La sinovitis articular, además de la destrucción cápsula-ligamentosa antes descrita, producirá una destrucción del cartílago articular e incluso del hueso subcondral en algunos enfermos. Es paradójico observar que en muchas articulaciones completamente luxadas (artritis luxante), probablemente secundarias a una sinovitis aguda con rápida destrucción cápsuloligamentosa, el cartílago articular está mejor conservado que en aquellas articulaciones con menor deformidad. En casos de evolución más lenta, se producirá una menor destrucción de las estructuras capsulo-ligamentosas, conservándose una mejor función y estabilidad articular a expensas de un mayor deterioro progresivo de las superficies articulares (artritis artrósica ). En otros casos, el tejido sinovial ocasionará una gran destrucción ósea (artritis mutilante). Tratamiento . En presencia de una sinovitis de las articulaciones metacarpofalángicas que no responda al tratamiento farmacológico, estará indicada una sinovectomía quirúrgica para evitar que se produzca una destrucción de las estructuras articulares. Cuando se ha producido una destrucción articular, únicamente caben 2 posibilidades: la artrodesis o la artroplastia. La artrodesis de las articulaciones MF's no es recomendable, por cuanto es muy invalidante. La artroplastia es la técnica de elección, siendo los implantes flexibles de silicona (Silastic) los más indicados para el uso en manos reumatoideas, ya que los huesos poróticos de estos enfermos no ofrecen una buena tolerancia a los implantes metálicos cementados. La función de un implante flexible es la de actuar de espaciador entre los extremos óseos de la nueva articulación, a la vez que mantener una alineación articu lar. De esta manera se puede iniciar una movilización postoperatoria precoz que permita la formación de una nueva estructura cápsula ligamentosa «dirigida>>en el plano de la movilidad articular. Por tanto, es muy importante el equilibrar las fuerzas musculares sobre la articulación intervenida, para evitar una recidiva de la deformidad preoperatoria. De ello se deduce que cuanto menor sea la deformidad articular, técnicamente más fácil y con resultados más predictibles será la intervención quirúrgica. 2. 4. Sinovitis de las articulaciones interfalangicas distales. Deformidades: dedo en martillo. Una sinovitis de la articulación IFD, al igual que en la IFP, producirá una elongación progresiva del tendón extensor. Las deformidades de dedo en martillo en la mano reumática son relativamente infrecuentes, debido a que la incidencia de sinovitis en las articulaciones interfalángicas distales es menor que en otras localizaciones, como son las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas proximales. En este último caso se produciría una deformidad en boutonnibre, lo que colocaría a la articulación interfalángica distal en extensión y por tanto protegiendo al tendón extensor de una posible lesión en el caso de coexistir una artritis de la articulación interfalángica distal. Por otra parte, no es infrecuente el observar deformidades en flexión de la articulación interfalángica distal como una deformidad asociada a un cuello de cisne. Las deformidades de las articulaciones interfalángicas acostumbran a presentarse en el sentido inverso, en la proximal y en la distal respectivamente, siguiendo la teoría del colapso en zig-zag descrita por Landsmeer. Así pues, una flexión de la interfalángica proximal, producirá una hiperextensión de la distal (deformidad en boutonniere). y una hiperextensión de la articulación IFP producirá una flexión de la IFD (deformidad en cuello de cisne). Tratamiento. La deformidad de dedo en martillo puede tratarse quirúrgicamente mediante la plicatura del tendón extensor distal elongado, pero ello requiere una inmovilización postoperatoria prolongada y un período de removilización cuidadoso para recuperar la flexión articular sin que se produzca una nueva elongación de la plicatura tendinosa. Es por ello que en raras ocasiones estará indicado el reconstruir el tendón extensor de un dedo en martillo en una artritis reumatoide. También puede ocurrir que la articulación esté destruida por la sinovitis o que exista una deformidad no corregible pasivamente, en cuyos casos no existe otra alternativa que el realizar una artrodesis en una posición funcional. Las articulaciones interfalángicas distales de los dedos índice y medio deben artrodesarse en extensión completa, mientras que las de los dedos anular y meñique en moderada flexión. Deformidades del pulgar El pulgar puede deformarse por rupturas tendinosas o por sinovitis articulares. El pulgar posee tres articulaciones, y según el grado de afectación de cada una de ellas se producirá un tipo de deformidad distinto. Una sinovitis de la articulación trapecio-metacarpiana producirá una destrucción ligamentosa, principalmente del ligamento oblicuo anterior, con la consiguiente subluxación radial del metacarpiano sobre el trapecio. Esta articulación será dolorosa y el enfermo procurará no utilizarla, instaurándose de manera progresiva una contractura en aducción del metacarpiano. Para compensar la pérdida de abducción del pulgar se producirá una hiperextensión de la articulación metacarpo-falángica, sobretodo en aquellos casos en que una sinovitis a dicho nivel ocasione una atenuación del ligamento palmar. Haciendo un símil con los dedos trifalángicos, a dicha deformidad se la conoce como en cuello de cisne. Lo más frecuente es la sinovitis de la articulación metacarpo-falángica. En estos casos se producirá una atenuación del aparato extensor con la consiguiente pérdida progresiva de la extensión articular. El desplazamiento proximal del aparato extensor ocasionará una hiperextensión de la articulación interfalángica, produciéndose una deformidad conocida por el nombre de boutonniere. En otros casos, la sinovitis puede deteriorar a los ligamentos colaterales, produciéndose inestabilidades y deformidades en el sentido lateral, generalmente por rotura del ligamento colateral cubital, deformidad conocida como gamekeeper's thumb (pulgar del guarda de caza). La articulación interfalángica del pulgar se afecta con menor frecuencia, aunque siempre más que la IFD de los dedos. Curiosamente, la deformidad en martillo es rara en el pulgar, produciéndose casi siempre inestabilidades laterales o deformidades en hiperextensión. La "típica" deformidad reumatoide No existe una típica deformidad reumatoide, áunque debe reconocerse que existen algunas que son más frecuentes que las otras. Este comentario viene al caso porque no debe esperarse a que se presente lo que se podría llamar la «deformidad típica>> para el diagnóstico de la enfermedad. Un mismo enfermo puede presentar distintas deformidades en las dos manos e incluso en los diferentes dedos de una misma mano. El tipo de deformidad dependerá mucho de la localización inicial, intensidad y duración de la sinovitis; de tal manera que el inicio de una deformidad condicionará la aparición de otras. Veamos unos cuantos ejemplos: 1. En el pulgar, la sinovitis de la articulación MF es muy frecuente, produciéndose una deformidad en flexión de la misma, que obligará al enfermo a separar el metacarpiano para poder manipular objetos. Cuando el metacarpiano se abduce, la articulación T-MC es más estable y queda protejida. Es por este motivo que se presentan menos problemas en la articulación T-MC de las enfermas con artritis reumatoide que en la población normal, en quienes la artrosis T-MC es relativamente frecuente. 2. Es difícil que se presente una sinovitis simultánea de las articulaciones IFP e IFD. Cuando se afecta la articulación IFP se produce una deformidad en boutonnere, perdiéndose de manera progresiva la flexión de la articulación IFD, lo cual protejerá al tendón extensor distal, a la vez que se curará de su posible sinovitis gracias al reposo articular. 3. Cuando existe una tenosinovitis de los flexores a nivel de la vaina digital, difícilmente se presentará una sinovitis a nivel de la articulación IFP, por cuanto estará en reposo al no poder flexionarse la misma. 4. Si los dedos se desvían hacia el lado cubital, la muñeca tenderá a compensar la deformidad desviándose hacia el lado radial, empeorando asu vez la deformidad digital. Por el contrario, si la sinovitis comienza en la muñeca esta se desviará hacia el lado cubital, y la desviación cubital de los dedos, si la hubiese, será menor. 5. Una deformidad grave de las MF's protejerá en cierto modo la deformidad en las IF'S Generalidades sobre el tratamiento quirúrgico Es muy importante el eliminar la sinovitis, para evitar sus efectos destructivos locales. Si ello no se consigue con mediante medios farmacológicos, fisioterápicos y ortésicos, deben utilizarse métodos quirúrgicos. 1. Sinovectomías tendinosas. La sinovectomía de los tendinosa es técnicamente fácil de realizar y evitará posibles rupturas tendinosas en el futuro, principalmente de los tendones extensores anivel de la muñeca. La sinovectomía de los flexo res anivel de la vaina digital estará indicada en aquellas personas que presenten dolor y dificultad para flexionar activamente las articulaciones interfalángicas, conservando la flexión pasiva de las mismas. Sin entrar en detalles técnicos, conviene tener en cuenta lo siguiente: - la sinovectomía debe realizarse en todos los dedos afectados en el mismo acto quirúrgico -deben conservarse las poleas anulares de la vaina tendinosa - deben liberarse las adherencias existentes entre el flexor superficial y el pro fundo, para conseguir la flexión de la articulación IFD -debe evitarse la extirpación del tendón flexor superficial, aunque esté grave mente invadido por el proceso sinovítico, para que no se agrave la tendencia a la hiperextensión de la articulación IFP (deformidad en cuello de cisne) 2. Reparaciones tendinosas. Cuando se ha producido la ruptura de un tendón extensor de los dedos en el dorso de la muñeca, la sutura término-terminal no es factible ni aconsejable, debido a que los extremos tendinosos se hallan gravemente lesionados. En estos casos, es aconsejable el practicar una sutura término-lateral del cabo tendinoso distal a los tendones extensores vecinos funcionantes. Así. al compartir un origen muscular común (extensor digitorum communis) la extensión digital se realizará igualmente, aunque con una fuerza ligeramente disminuida, lo cual es suficiente en todos los casos, por cuanto únicamente se necesita poder extender los dedos contra la gravedad y contrarrestar la tensión viscoelástica de la musculatura flexora. En el caso de existir una ruptura de todos los tendones extensores de los dedos, no cabría otra posibilidad que ((motorizar» los cabos distales mediante otro músculo funcionante (transferencia tendinosa). En estos casos, pueden utilizarse flexores superficiales de los dedos, obteniéndose un buen resultado funcional por tratarse de músculos independientes y potentes. La ruptura del tendón extensor largo del pulgar puede paliarse mediante la transferencia del tendón extensor propio del índice. Las rupturas de los flexores de los dedos son más difíciles de solucionar, y casi siempre se utilizarán injertos tendinosos para sustituir al tendón que se haya roto. X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 73 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. La mano reumatoide. Etiopatogenia de las deformidades y su tratamiento DR. A. LLUCH HOMEDES 3. Sinovectomías articulares. La sinovectomía quirúrgica también estará indicada cuando fracasen las otras modalidades terapéuticas. Será efectiva únicamente en los estadios iniciales, en los que todavía no se haya destruido el cartílago articular. La destrucción capsulo-ligamentosa no es una contraindicación para la sinovectomía, ya que las lesiones capsulares son susceptibles de reparación. Por el contrario, si la superficie articular está destruida, únicamente caben dos posibilidades: la artroplastia o la artrodesis. Técnicamente es dificil el realizar una sinovectomía completa de algunas articulaciones, por lo que no es improbable la recidiva de las mismas. Esta circunstancia no debe considerarse como una contraindicación quirúrgica, por cuanto las ventajas superan a los posibles perjuicios . La sinovectomía de las articulaciones metacarpofalángicas es más efectiva que la de las interfalángicas. Durante la misma intervención se aprovechará para realizar cualquier reparación tendinosa que sea necesaria. Centralizar el tendón extensor en el dorso de las articulaciones metacarpofalángicas, y reconstruir la bandeleta central en el dorso de las interfalángicas. La sinovectomía de la articulación radio-cubital distal es también muy efectiva. progresiva, y las articulaciones vecinas pueden resultar alteradas en el futuro. Unicamente las articulaciones metacarpofalángica del pulgar, las interfalángicas distales de los dedos y las interfalángicas proximales de los dedos índice y medio pueden artrodesarse sin ocasionar una pérdida funcional significativa. Conclusiones Deformidad en garra La metacarpofalángica es tá en hiperextensión, mientras q ue las interfalángicas se hallan ligeramente flexionadas Además de la flexión de la IFP, debe existir una hiperextensión De la IFD Deformidad en martillo La única alteración es la pérdida de extensión de la IFD Además de la flexión de la IFD, Existe una hiperextensión de la IFP 4. Artroplastias. Las artroplastias pueden ser de exéresis, de interposición o de implante. Hoy en día, los mejores resultados se obtienen realizando artroplastias de implante. Los implantes flexibles de silicona (Silastic) son los más indicados para el uso en manos reumatoideas, ya que los huesos poróticos de estos enfermos no ofrecen una buena tclerancia a los implantes metálicos cementados. La función de un implante es la de actuar de espaciador entre los extremos óseos de la nueva articulación, a la vez que mantener una alineación articular. De esta manera, se puede iniciar una movilización postoperatoria precoz que permita la formación de una nueva estructura capsuloligamentosa «dirigida» en el plano de la movilidad articular. Por ello, es muy importante el restaurar el equilibrio de las fuerzas musculares sobre la articulación intervenida, para evitar una recidiva de la deformidad preoperatoria. Ello se consigue mediante alargamientos, plicaturas, relocaciones o transferencias tendinosas, según el tipo de lesión existente. Para obtener un buen resultado funcional, el tipo de implante elegido es probablemente menos importante que la técnica quirúrgica, el adecuado tratamiento postoperatorio y la motivación y características biológicas del propio. Algunos de los implantes de silicona pueden fracturarse después de un uso prolongado, pero principalmente en aquellas articulaciones con una movilidad anormal o excesiva. Otra posible complicación es la presentación de granulomas a cuerpo extraño por fragmentos de silicona que se liberan por abrasión de su superficie contra el hueso (conocido como siliconitis o sinovitis a silicona). Estas posibles complicaciones han disminuido sensiblemente desde que se colocan unas fundas de Titanio (grommets) entre el hueso y el implante, para proteger a este último de la fricción directa contra el hueso. 5. Artrodesis. 74 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Las artrodesis tienen pocas indicaciones en la mano reumatoidea, ya que se trata de un proceso poliarticular en el que las articulaciones vecinas no pueden compensar la pérdida de función de la articulación artrodesada. Incluso en el caso de iniciarse de forma monoarticular, debe evitarse la artrodesis, pues se trata de una enfermedad El tratamiento farmacológico de la enfermedad reumatoide ha mejorado mucho durante los últimos años, hasta el punto de crear fundadas expectativas de curación para la mayoría de los pacientes. El tratamiento quirúrgico nunca lo reemplazará, y únicamente ocupará el vacío creado en aquellos casos que no respondan al tratamiento médico. El tratamiento quirúrgico de la mano reumatoide ha experimentado un salto cualitativo equiparable al tratamiento farmacológico, pero a mi entender, su potencial terapéutico se infrautiliza. Pienso que algunas de las causas son las siguientes: 1. Las deformidades se presentan de una manera lenta, casi imperceptible a la observación cotidiana del enfermo. Los enfermos casi siempre acuden al cirujano cuando se presenta una deformidad brusca, como p.e. una ruptura del tendón extensor del dedo meñique. Curiosamente, la pérdida de función que le puede ocasionar la ruptura tendinosa es mucho menor que la que le ocasiona la gran deformidad de las articulaciones de la muñeca, las cuales han sido además las causantes de la ruptura tendinosa. Si a dicho enfermo le hubiesen aparecido las mismas o incluso menores deformidades en la muñeca, de la noche a la mañana siguiente, no tendría casi tiempo de vestirse para poder acudir al servicio de urgencias más cercano. 2. Las deformidades en las manos ocasionan poco dolor. En las extremidades inferiores la manifestación dolorosa es más importante, lo que obliga al enfermo a solicitar ayuda médica, aceptando incluso el tratamiento quirúrgico si ello fuese necesario. En cambio, en las manos el dolor es menor que la progresiva pérdida funcional, a la cual se adaptan con resignación. 3. Persiste el convencimiento erróneo de que la cirugía no puede mejorar la función . Puede ser que ello fuese cierto en el pasado, pero hoy en día el tratamiento quirúrgico puede ofrecer a estos pacientes la desaparición del dolor y la mejoría de la función, con un resultado estético muy aceptable. A modo de conclusión, conviene recordar que el correcto tratamiento de la mano reumatoidea debe ser multidisciplinario, debiendo participar armónicamente el internista reumatólogo, el rehabilitador funcional, el técnico protésico, el cirujano y el resto de personal para médico. Pero tampoco debemos olvidar al enfermo, cuya colaboración es imprescindible para que los resultados del tratamiento sean los deseados. Es por ello que conviene tenerle informado de la características progresivas, poliarticulares y sistémicas de su enfermedad, para que participe con el equipo médico en el control evolutivo y en el tratamiento de su enfermedad reumática . Deformidad en boutonniere Deformidad en cuello de cisne X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA La mano reumatoide. Etiopatogenia de las deformidades y su tratamiento '6 .. ·:···· .· El aparato extensor lo forman el tendón extensor y los tendones de los músculos intrínsecos (lnteróseos y lumbrical) u .:.z:zn: t:r::~ · da ~" ........ , ~ l El aparto extensor se divide en tres bandeletas: una central y dos laterales. La central extiende la IFP, y las laterales extienden la IFD, pero también ayudan a extender la IFP Las bandeletas laterales se mueven hacia los lados de la IFP cuando esta se flexiona, permitiendo su flexión . Estos movimientos son «controlados» por el ligamento triangular en el dorso y los ligamentos retinaculares. Transversos en la cara palmar En la deformidad en boutonniere la bandeleta central se ha elongado y las bandeletas laterales se han desplazado volarmente al eje de rotación de la IFP, -agravando la contractura en flexión de la misma. Por otra parte, el desplazamiento proximal del aparato extensor producirá una hiperextensión de la IFD Dibujo esquemático de la MF Unicamente el tendón extensor, con sus bandeletas sagitales, y el ligamento colateral controlan el desplazamiento palmar de la falange proximal X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 75 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. El aparato extensor de los dedos tiene forma triangular, con la base a nivel de la MF y el vértice en la IFD © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DR. A. LLUCH HOMEDES Los músculos intrínsecos y los flexores extrínsecos (superficial y profundo) generan grandes fuerzas que tienden a desplazar palmarmente a la falange proximal En presencia de una sinovitis de la MF, el ligamento colateral y las bandeletas sagitales se debilitan, desplazándose la falange proximal en sentido palmar Las fuerzas extensoras y flexoras están más equilibradas, y el ligamento colateral no requiere la dirección tan oblicua que presenta en la MF En presencia de una sinovitis se debilitará en primer lugar el aparato extensor (pérdida de extensión) y solo más adelante los ligamentos colaterales (subluxación palmas de la falange media) La sinovitis de los Aexores dificultará que el enfermo flexione las interfalángicas Con la ayuda de la musculatura intrínseca podrá flexionar los dedos a nivel de las MF's Con el transcurso del tiempo, la musculatura intrínseca producirá una hiperextensión de la IFP, cuyo ligamento palmar se verá debilitado por la sinovitis (deformidad en cuello de cisne) 76 X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA La mano reumatoide. Etiopatogenia de las deformidades y su tratamiento Grado 1. osteoporosis Grado 11 destrucción cartílago Grado 111 destrucción ósea Grado IV anquilosis ósea En el año 1974, Larsen realizó su Tesis Doctoral en el Rheumatism Foundation Hospital de Heinola (Finlandia) sobre un método radiológico de valoración de las deformidades {Larsen A, Dale K, Eek M: Roentgenographic evaluation of rheumatoid arthritis and related conditions by standard reference films Acta Radio! (Dia,q) 1977: 18: 481-491) Grado O sin cambios Grado 1 ligeros cambios Grado 11 inicio de destrucción f _JJ Grado 111 destrucción moderada Grado IV destrucción severa Grado V cambios mutilantes En el año 1992, Simmen propuso una clasificación para las deformidades de la muñeca, basada en el tipo de deformidad más que el grado de deformidad (Simmen BR, Huber H: The rheumatoid wrist: a new classificetion releted to the type of the natural course and its consequences for surgical therapy. The wrist in rheumotoid orthritis. Simmen BR, Hagena FW (eds). Basel: Karger. 1992, vo/17: 13-25). Grupo 1: anquilosis. Grupo 11: artrosis. Grupo 111: desintegración. Pienso que es más importante, desde el punto de vista terapéutico, el clasificar las deformidades por el tipo de destrucción más que por el grado de destrucción (lo cual debe ser una subvaloración posterior). La clasificación propuesta por Simmen se puede ampliar de la siguiente manera: Grado 1 anquilosis Grado 11 artrosis {destrucción cartílago) X JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA Grado 111 luxación (destrucción ligamentosa) 77 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. La primera clasificación la realizo Steinbrocker en el año 1949, bajo los auspicios de la American Rheumatism Association (Steinbrocker O. Traeger CH, Battarman RC: Therapeutic criteria in rheumatoid arthritis. JAMA 1949; 140: 639-642)