Por dónde empezar, no sé, tanto que agradecer a no pocas

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Por dónde empezar, no sé, tanto que agradecer a no pocas personas. Tanto sacrificio, y tanto apoyo cuando más lo necesitaba… Parece ser que por fin, esto se termina, y es que compaginar trabajo y estudios nunca ha sido cosa fácil, sobre todo después de que naciera Pablo, el cual requería de todo el cariño y atención que su padre le pudiera dar. Pero bueno, aquí estamos, parece que el objetivo marcado mucho tiempo atrás se ha convertido en realidad. Atrás quedan jornadas maratonianas de estudio hasta las tantas de la madrugada después de volver del trabajo, fines de semana robados a la familia para hacer esos problemas que no daba tiempo a hacer durante la semana, vacaciones sacrificadas para sacar asignaturas en septiembre, esos viajes en los que no pude acompañar a Agi, con el único objetivo de intentar sacar tiempo de donde no lo había… Como se suele decir, ”todo lo que merece la pena en la vida, cuesta trabajo conseguirlo”, y yo estoy totalmente de acuerdo con este pensamiento. Dejados atrás los malos momentos ( y los buenos, que también los ha habido), mi satisfacción es plena, y mi certeza de que el esfuerzo ha merecido la pena es total. Afortunadamente, he estado bien acompañado en este camino, y siempre ha habido alguien a mi lado para ayudarme y para animarme. De ellos quiero acordarme en este momento, ya que, puesto que han sido partícipes de mis penas, es de justicia que yo comparta ahora con ellos mi alegría. En primer lugar quisiera acordarme de mi tutor, Antonio Luque, a pesar de que no nos conocíamos de antes y de las pocas veces que nos hemos visto, su forma de ser es digna de agradecer. Gracias por haberme dado la oportunidad de colaborar contigo y de facilitarme al máximo posible la elaboración de este Proyecto. Muchas gracias por tu accesibilidad y tus consejos. Por favor, no cambies. Me acuerdo de mi gran amigo José de Córdoba, que conocí al retomar la carrera después de un periodo de desánimo en el que estuve a punto de tirar la toalla, y de su novia Amelia, a la que conocí más tarde. Los dos buenas personas donde las haya. Sin sus apuntes, explicaciones y consejos, llegar hasta aquí, simplemente hubiera sido imposible. Gracias de todo corazón a los dos. De Don Santiago Morón, siempre mi jefe y mi amigo. Su constante insistencia en que llegara hasta el final en estos estudios era un revulsivo para no perder la confianza en mí mismo y no caer en el desánimo. Muchísimas gracias por haberme siempre apoyado, Santiago. Como no podía ser de otra manera de mis hermanos: Carlos Alberto y Daniel Jorge. Por ayudarme tanto en esta recta final, en la que tanto os he necesitado, y en la que habéis respondido con creces a mis expectativas. Ahora os digo que este Proyecto hubiera sido imposible sin vuestra ayuda. Mil millones de gracias Hermanos. Con lo pequeñito que eres, y ya robándote tiempo. Cómo me puedo olvidar de ti, Pablo. Gracias por haber sido comprensivo conmigo cuando no he podido jugar contigo, ni prestarte la atención adecuada. Cuando no he podido salir contigo y con mamá a dar un paseíto por el parque, o no he podido acompañaros a escuchar misa. Y perdona cuando de más pequeñito llorabas y llorabas y me ponía nervioso con tu llanto. Claro, no comprendías que papá tenía que concentrarse para estudiar, y papá no comprendía tampoco que su hijo quería que le prestara más atención. Prometo compensártelo mi vidita. Por supuesto de mi mujer, Agi, que ha vivido conmigo el día a día durante todo este tiempo, que se ha sacrificado conmigo, aguantando mi mal humor cuando las cosas no salían, y ha soportado llevar sola el peso de la casa para que yo pudiera conseguir mi objetivo. Hoy, más que nunca, mi logro es de los dos a partes iguales. Decirte simplemente gracias es un insulto para reconocer tu ayuda. TE QUIERO KOCHANIE MOJE, AHORA Y SIEMPRE. Por último quiero acordarme de mi madre. Aunque ya no podré compartir contigo la alegría de haber llegado hasta aquí, tú eres la responsable absoluta de que esto esté ocurriendo, porque tuyo fue el impulso y el ánimo para que esto empezara y continuara hasta el final. Tú me hiciste creer que esto podría ocurrir, borrando de mi mente la palabra “imposible” por la frase “David, hay que hacerlo”. No has podido ver el desenlace, pero estoy seguro que estés donde estés, hoy te sentirías orgullosa de adónde he llegado. Muchas, muchísimas gracias mamá, por haberme enseñado todos los valores que me han ayudado en esta ocasión a terminar esta carrera, y en la vida a ser la persona que soy; MAMÁ, TE LO DEBO TODO. No estoy seguro, pero es muy posible que no estén todos los que son, pero sí los más importantes. A los que en estos momentos no recuerdo, pero que con toda certeza me echaron una mano en algún momento, también quiero agradecerles haberme ayudado, en la medida de sus posibilidades, a haber llegado hasta aquí. A todos vosotros os quiero dedicar este Proyecto Fin de Carrera, culminación de un trabajo, de no poco tiempo y esfuerzo, y agradeceros nuevamente, con toda sinceridad, que hayáis confiado en mí siempre. Espero no decepcionaros…nunca. Sevilla a 29 de octubre de 2013 
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