foro por otra escuela MANIFIESTO DEL “FORO POR OTRA ESCUELA” [Este Foro surgió tras la celebración del Ciclo de Conferencias “Otra Escuela”, desarrollado en el Centro de Profesorado de Sevilla, entre el 17 y el 25 de marzo de 2003 y en el que intervinieron como conferenciantes: Ángel I. Pérez Gómez, Antonio Viñao, Jurjo Torres, Michael W. Apple, Rafael Feito y Rafael Porlán. El Manifiesto se elaboró, en reuniones posteriores, a partir de las conclusiones obtenidas de dichas conferencias] Conscientes de la responsabilidad que los profesores y profesoras, así como los demás agentes educativos, tenemos en relación con la actual situación de la educación y con su desarrollo futuro, quienes nos adherimos a este Foro consideramos que es necesaria “otra escuela” y que es posible su consecución. Desde este supuesto, expresamos nuestro compromiso en la lucha por un cambio profundo de la educación, compromiso que concretamos, fundamentalmente, en tres aspectos: 1º: un debate crítico y riguroso de los temas educativos y la difusión de las ideas obtenidas; 2º: una toma de posición progresista y bien fundamentada en relación con aquellas decisiones y situaciones que afecten al sistema educativo; 3º: un esfuerzo continuado por conocer, apoyar y difundir aquellas experiencias educativas que puedan contribuir al desarrollo de modelos alternativos a una escuela y a una sociedad gestionadas según la lógica del pensamiento único dominante. ES NECESARIA “OTRA ESCUELA” La escuela que tenemos hunde sus raíces en la sociedad decimonónica y por lo tanto no sirve ya para la sociedad del siglo XXI. Necesitamos una escuela diferente, “otra escuela”: esa otra escuela necesita otro mundo, y ese otro mundo se crea con otra escuela. Este planteamiento debería ser asunto no sólo de los profesionales más directamente implicados en la enseñanza sino de toda la sociedad. Habría que fomentar, por tanto, de forma permanente un debate social en torno al sentido y a las funciones de la escuela, un debate tendente a desentrañar las contradicciones de la escuela y de la sociedad capitalistas y a buscar alternativas posibles. Esa otra escuela que necesitamos podríamos caracterizarla, de manera deseable pero realista, mediante algunos rasgos como los que siguen: a. Una escuela integradora y diversa: Aunque el problema de la compensación de las desigualdades no es un problema escolar sino social, la escuela juega un determinado papel en el desarrollo de una igualdad de oportunidades, en el sentido de proporcionar a quienes en ella se forman oportunidades de valor equivalente. Por lo 1 foro por otra escuela tanto, se enfrenta al reto de admitir la diversidad, pero evitando la desigualdad. En ese sentido, pensamos que pueden ser compatibles la idea de comprehensividad y la idea de diversidad. b. Una escuela que integre conocimiento, afectos, experiencias y actuación: En la actual escuela los alumnos y alumnas reciben grandes cantidades de información desde muy distintas fuentes, información que no siempre se convierte en conocimiento relevante, mientras que de forma implícita van adquiriendo, también, otros muchos conocimientos y valores. En todo caso, el déficit del alumnado en la actualidad no es tanto cognitivo como, sobre todo, afectivo y práctico. Habría que proporcionarles, en ese sentido, la posibilidad de que reconstruyan su afectividad, su comportamiento, de que tengan en el contexto escolar experiencias verdaderamente ricas, de que comprueben la posibilidad de vincular sus aprendizajes a su intervención en la realidad. En ese sentido, el aprendizaje escolar no puede quedarse en ser meramente significativo, sino que tiene que ser, además, relevante desde el punto de vista de las opciones educativas por las que luchamos. La escuela tendría que ser concebida, por tanto, como “una vivencia que reconstruye la cultura”. c. Un escuela en la que se trabaje un currículum centrado en problemas relevantes: Habría que superar la obsesión -tradicional en el sistema escolar- por determinar un currículum cerrado, acotado, organizado en torno a temas, y trabajar, más bien, en la construcción de un currículum mucho más flexible, más autónomo, organizado en torno a “problemas sociales y ambientales relevantes”, que prepare a los alumnos y alumnas para afrontar mejor las incertidumbres del mundo en el que vivimos y para participar en la transformación de ese mundo. d. Una escuela con una gran flexibilidad en los espacios, en los tiempos, en los grupos y en las actividades: Habría que organizar la vida escolar de una forma mucho más flexible, realista y centrada en las finalidades que la actual educación requiere. En ese sentido, habría que eliminar las barreras que dificultan que los centros puedan llegar a ser verdaderos contextos de aprendizaje. Ello implica la ruptura con tradiciones muy consolidadas relativas a la organización y uso de los espacios y los tiempos escolares, a la estructura de los grupos de alumnos y al desarrollo de las actividades. En ese sentido habría que romper también las barreras existentes entre las actividades estrictamente académicas y las de tipo cultural, social, etc. A este respecto es necesario compatibilizar las ideas y planteamientos del profesorado y de las familias, así como establecer espacios de colaboración entre los centros escolares y otras instancias sociales, especialmente los ayuntamientos. 2 foro por otra escuela e. Una escuela pública de calidad: Ante la violenta irrupción de la lógica del mercado, disfrazada de calidad, en el campo de la educación, es necesario recuperar el concepto de “escuela pública”, que, sin perjuicio de adaptarse a las nuevas necesidades sociales, tiene que seguir siendo un servicio básico fundamental, con una verdadera calidad educativa. Ello exige la concienciación y el esfuerzo de todos los agentes educativos, empezando por la administración, que ha de garantizar la existencia de esa escuela pública de calidad. EL CAMINO HACIA “OTRA ESCUELA” En el camino hacia esa otra escuela posible tendrán que producirse una serie de cambios decisivos, a los que pretendemos contribuir con nuestro compromiso de reflexión y de actuación. Algunos principios y orientaciones que pueden guiarnos en ese camino son los siguientes: a. Cambios asumidos y con visión estratégica: Los cambios en la escuela no se pueden imponer, sino que tienen que ser aceptados de modo gradual, asumidos por quienes estén implicados en los mismos. Asimismo, habría que contemplar esos cambios con un carácter estratégico, pensando más en el medio y largo plazo, situándolos más allá de los vaivenes políticos o de las generalizaciones que se propongan por vía legal. b. Radicalidad en las ideas y realismo en las prácticas: A partir de un planteamiento estratégico del cambio, habría que aprender a combinar adecuadamente la radicalidad de las ideas, de los principios y de las visiones alternativas con el realismo de prácticas innovadoras posibles y satisfactorias, sin caer en el autoengaño ni en la culpa y manteniendo, en todo caso, un compromiso firme de actuación política frente a las potentes estrategias neoliberales y neoconservadoras que dominan el panorama educativo y social. En ese sentido se podría ir construyendo, por parte de los profesores y profesoras, un conocimiento práctico profesional de carácter genuino, que superara los estereotipos y las rutinas profesionales habituales y abriera el camino hacia un modelo profesional basado en la idea de investigación crítica. c. Teoría y práctica, conocimiento y compromiso: Para cambiar la escuela hay que superar el prejuicio de que la teoría se halla en el extremo contrario de la práctica: la teoría, cuando es utilizada como instrumento de reflexión e interpretación, en absoluto está separada de la práctica, sino que mantiene con ella una sólida relación de colaboración. Para comprender mejor las realidades educativas e intervenir en ellas hay que recorrer continuamente (en ambos sentidos) el camino que va de la una a la 3 foro por otra escuela otra. Por ello es necesaria la reflexión sobre el conocimiento que se maneja en la educación; es más, la reflexión epistemológica resulta indispensable en la formación del profesorado. En parecido sentido, el compromiso con la intervención para transformar la educación no puede estar separado del conocimiento, que nos proporciona perspectivas y análisis indispensables para orientar esa intervención. Desde este supuesto, el cambio de la escuela y el cambio de la sociedad se relacionan estrechamente. d. Otro modelo de relación entre el profesorado: Frente a la actuación individualista y frente a la tendencia a refugiarse dentro de las paredes del aula, es necesario promover nuevos modelos de relación entre los profesionales de la enseñanza. En esa línea habría que ir tejiendo redes de colectivos -y redes de experiencias escolaresque compartan la visión y el deseo de construir otra escuela, organizando adecuadamente la resistencia frente al actual modelo escolar hegemónico. Se trataría de redes flexibles, con muchas conexiones, en las que podrían darse distintos grados de implicación. Habría que cuidar, en ese sentido, los nudos de las redes, que podrían ser tanto grupos con un funcionamiento cohesionado y un grado de compromiso fuerte como también, por ejemplo, centros en los que se estén desarrollando experiencias de interés educativo. Internet puede ser, a este respecto, un mecanismo excelente para ayudar a superar los obstáculos espaciales y temporales, al facilitar la cercanía, la simultaneidad y la pertenencia. e. Otro modelo de formación de profesores: La formación inicial y la formación permanente del profesorado se deberían estructurar en torno al trabajo sobre “problemas prácticos profesionales”. Habría que definir bien esos problemas relevantes y poner en práctica estrategias de trabajo en torno a ellos, utilizando las experiencias de interés para fundamentar nuevos pasos en los procesos formativos de otros colegas. Concretamente, habría que garantizar la formación del profesorado novel en el contexto de una red de profesoras y profesores innovadores dispuestos a ejercer esta tutoría de una forma comprometida. Ello consolidaría la lucha por la transformación de la educación según los planteamientos estratégicos expresados. 4