MESA TEMATICA Nº 1: CENTRO HISTORICO INFORME

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MESA TEMATICA Nº 1: CENTRO HISTORICO
INFORME PRELIMINAR
El objetivo de este primer documento es proponer un marco de referencia para que el
debate pueda alcanzar resultados concretos desde la diversidad de perspectivas e intereses que
representan cada uno de los miembros de la mesa a la hora de formular un modelo para el
desarrollo del centro histórico de la ciudad.
La programación de los trabajos que se ha remitido, prevee una secuencia en la que
las sucesivas aportaciones y la puesta en común de las mismas debe permitir la redacción de
un documento orientativo para la Oficina del Plan en el que figurarán además aquellas
opiniones o sugerencias pertinentes que no hayan alcanzado el consenso de la mesa.
El documento de criterios, objetivos y contenidos, Metaplan, enuncia principios
generales como la necesidad de compatibilizar la recuperación del centro histórico con la
conservación urbanística y arquitectónica.
El nuevo plan, debe valorar la política y los instrumentos de protección desarrollados
hasta ahora, Planes Especiales y Catálogos, e incorporar los apoyos a la rehabilitación de la
Junta de Andalucía, Areas de Rehabilitación Concertada y la experiencia de la Gerencia
Municipal desarrollada a través de la Ordenanza Municipal de ayudas a la rehabilitación
privada.
El centro histórico requiere determinaciones de ordenación urbana además de las de
protección y debe entenderse como un conjunto dotado de estructura interna y con identidad
propia en el ámbito general de la ciudad.
El centro histórico y el Conjunto Histórico declarado son realidades diferentes pues el
segundo es sólo un ámbito administrativo para la aplicación de la legislación de protección del
patrimonio inmueble.
La evolución cultural de una ciudad genera soluciones constructivas y espaciales que
expresan un modo de habitar específico así como las trazas y los vacíos urbanos denotan una
forma de entender el espacio público hasta constituir una seña de identidad. El patrimonio
arquitectónico y urbano no se encuentra localizado exclusivamente en las áreas más antiguas
de la ciudad. De hecho hay fragmentos urbanos como la Ciudad Jardín o Heliópolis y
arquitecturas derivadas del racionalismo que gozan de la misma necesidad de protección.
El objeto del debate que se designa habitualmente como centro histórico se asimila a
la ciudad intramuros pues los principales arrabales históricos, Triana, San Bernardo y
Macarena ofrecen situaciones muy diversas. El primero es una entidad urbana autónoma con
identidad propia y problemas específicos. San Bernardo se ha diluido en su entorno a partir del
soterramiento del ferrocarril y del arrabal de la Macarena apenas queda la traza.
La ciudad intramuros es una estructura urbana en declive que apenas supera los
55.000 hab. y el 10 % de la superficie de una aglomeración urbana que utiliza el topónimo
Sevilla. En el ámbito de la incipiente entidad metropolitana, la vieja ciudad ha dejado de ser lo
que era y debe definirse lo que va a ser.
La posibilidad de seguir entendiendo la ciudad intramuros como una única entidad no
parece pertinente pues implica tratar de manera global una estructura compleja y
particularmente heterogénea. Es necesario un análisis previo y específico que permita
identificar y caracterizar las partes de tal forma que la relación con la aglomeración no tiene
porqué hacerse desde la perspectiva de una sola entidad. El proceso de formación de la
estructura urbana es suficientemente conocido y permite proponer ámbitos de estudio que
sirvan de soporte a la tarea de identificar en la actualidad los elementos que componen la
ciudad intramuros, siempre que se establezca a priori la orientación con la que se debe hacer.
La ordenación urbana de la Sevilla metropolitana pasa por asignar un papel al centro
histórico así como proponer para él un modelo de desarrollo. El sector más antiguo de la ciudad
tiene perfiles propios: desde su valor como patrimonio arquitectónico y urbano, como
contenedor de tradiciones vivas, hasta como hábitat, pues incorpora espacios urbanos, tipos
arquitectónicos y lenguajes específicos que no aparecen en el resto de la aglomeración urbana.
Ordenar significa para el área intramuros establecer criterios y acciones que garanticen que ese
fragmento de la aglomeración funcione (o tienda a hacerlo) de forma armoniosa. Y ello trae
consigo que, antes de todo, su vecindario y sus usuarios disfruten de estándares urbanos
equivalente a los del resto de la ciudad.
Es necesario debatir acerca del significado de los fragmentos con identidad propia que
aparecen englobados en la línea del centro histórico. Hay que distinguir acerca de la política
de usos y papeles atribuibles a cada fragmento en función de una visión global, de un equilibrio
entre valores patrimonializables, una capacidad de acogida y el desarrollo sostenible. El tráfico,
el aparcamiento, los criterios de usos no pueden ser considerados como valores autónomos,
como sistemas en sí mismos.
El objetivo de la mesa es proponer un modelo que oriente cómo se realiza la diagnosis
de su estado actual en razón al conocimiento pormenorizado de la distribución espacial de
usos, del estado de conservación de las viviendas, de los déficits de equipamiento, del tráfico
y, especialmente un balance detallado de la normativa de protección aplicada.
Los diagnósticos basados en los parámetros cuantitativos de la información urbanística
habitual una vez desagregados por partes deberán acompañarse de estudios monográficos
acerca de los valores de patrimonio cultural presentes en cada área. En Sevilla, el patrimonio
arqueológico, urbano y arquitectónico va unido a un diversificado patrimonio inmaterial que
ofrece rasgos diferenciales de una parte a otra de la ciudad. La diversidad que hoy aún pervive
debe ser preservada en tanto que forma de identidad pues es determinante para los modelos
de desarrollo que puedan establecerse.
La accesibilidad y la demanda de aparcamiento de residentes, comerciantes,
funcionarios o turistas no será una cuestión genérica y homogénea: dependerá de las opciones
adoptadas en cada parte de la ciudad. La misma observación procede para los déficit de
dotación de equipamiento o limitación a los usos terciarios.
El modelo pasa por un reconocimiento de la heterogeneidad actual y la redefinición de
la estructura con arreglo a los valores dominantes en el momento actual. Hay que ordenar
(prescribir transformaciones) un organismo en transición. Las estructuras residenciales del Norte
que incluyen trazas y elementos del s. XIII en adelante son el sostén de una vitalidad que se
apoya en una base demográfica suficiente como para mantener dichas trazas y sus elementos
singulares. Mientras el Sur, origen fundacional de la ciudad vinculado a los poderes y al río y
consolidado cualitativamente por la expansión de 1929, apenas dispone de tejido social y es
de hecho un residuo de la centralidad terciaria de antaño y sobre todo un conjunto monumental
de alto valor turístico.
La elaboración de un proyecto de futuro que conlleva un pronunciamiento sobre la base
de su heterogeneidad podría apoyarse en el reconocimiento de un área monumental, un
conjunto de barrios y un sistema central formado por la Cartuja, la Dársena junto con el
cuadrante Suroeste del centro histórico y el Plan Delicias. Los objetivos de planeamiento
podrían resumirse en: reequipar y hacer habitables los barrios tradicionales en la medida que
constituyen el patrimonio irrepetible de las formas de la vida urbana, incluso la rehabilitación
de unidades vecinales históricas en tanto que su puesta en valor patrimonial implica las propias
estructuras sociales. Adecuación del conjunto monumental existente como recurso turístico de
nivel básico y reconversión funcional para las actividades terciarias y comerciales obsoletas.
Las aportaciones y los intereses manifestados por los participantes de la mesa
permitirán, junto a estas notas preliminares, elaborar un documento analítico que sirva de base
al debate previsto para el próximo día 2 de Febrero
Sevilla, 15 de Enero de 2001
Fdo.: Pablo Diáñez Rubio
Coordinador
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