LA FORMACIÓN DEL PENSAMENTO MARXISTA •

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LA FORMACIÓN DEL PENSAMENTO MARXISTA
Marx es heredero de tres corrientes de pensamiento :
• una tradición alemana : la filosofía de Hegel y sus tres epígonos, que conoció en sus años universitarios.
• una tradición francesa : el socialismo utópico, descendiente del pensamiento ilustrado, que Marx conoció en
su exilio de París.
• una tradición inglesa : la economía clásica, que estudió profundamente en el British Museum durante los
años londinenses. Paralelamente fue un analista perspicaz de la realidad social de su tiempo y estuvo atento
a los cambios históricos, políticos, científicos y artísticos que se iban produciendo en el mundo. Ya en
París, pero sobretodo en Inglaterra, comprendió la nueva situación del obrero industrial.
1.− La filosofía hegeliana.
Marx conoció la filosofía hegeliana a través de los epígonos : las llamadas derecha e izquierda hegelianas.
La derecha hegeliana hacía una lectura cristiana, teológica, de Hegel para hacerlo compatible con la existencia
de un Dios personal y un alma inmortal. De esta manera contribuyeron a justificar la forma de sociedad y de
Estado existente (la sociedad industrial y el estado burgués en la forma más reaccionaria de Prusia) como
racionales, ya que todo lo real es racional. Pertenecen a la derecha hegeliana Strauss y la escuela de Tubinga,
que impulsaron la exégesis bíblica y la renovación en la interpretación histórica del cristianismo, Rosenkranz,
Prantl, etc.
La izquierda hegeliana tomó los elementos críticos y dialécticos de la filosofía de Hegel, tanto en su dirección
política como religiosa. La realidad presente es únicamente un estado transitorio de la realidad que ha de ser
críticamente superado. Pero su crítica se situaba en la línea de la Ilustración, incapaz de llegar a la raíz última
de los problemas, a las causas materiales de la situación criticada. Pertenecen a la izquierda hegeliana : Bauer,
Stirner, Ruge y, sobretodo, Feuerbach.
• Marx crítico del hegelianismo
Marx se sitúa contra la derecha y contra la izquierda hegelianas. Contra la derecha, y contra Hegel que la
posibilitaba, porque la idea de que todo lo real es racional y todo lo que es racional es real permitía considerar
la situación presente (real) y todo lo que sucede como racional, como aquello que tiene que ser ; exhorta a
aceptar la historia de la humanidad y sus concreciones ahora y aquí como manifestaciones de la razón,
haciendo irracional cualquier intento de transformarlas.
Marx se sitúa contra la izquierda, a pesar de la simpatía que sentía por algunos de sus partidarios, sobretodo
por Feuerbach, porque le parecía insuficiente la crítica de la religión y la crítica política. Según Marx,
únicamente era una crítica académica y se movía a nivel teórico. Marx consideró un buen punto de partida el
análisis de la religión desde el hombre, tal y como Feuerbach lo hace : Dios es la esencia de el hombre
hipostasiada. Pero es sólo un análisis, carece de dimensión práctica. Además, el pensamiento de Feuerbach
pierde en buena parte la dialéctica : la realidad es escindida, contradictoria, y en ella hay los elementos
transformadores que es necesario potenciar. Marx quiere un pensamiento capaz de explicar las cosas y de
criticarlas para descubrir sus causas materiales y orientar el cambio. Marx siempre conservará de Hegel el
aspecto dialéctico, la necesidad de pensar la contradicción como motor de la historia.
1.2.− El concepto de alienación
En el periodo de formación, cuando intenta clarificarse ante Hegel y el hegelianismo, Marx usa el concepto de
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alienación. Éste era un concepto corriente en el idealismo alemán y sobretodo en Hegel : el espíritu que sale
de sí mismo y que se objetiva en la historia, en los productos de la cultura. También Feuerbach, en su crítica a
la religión, usa el concepto de autoalienación : el hombre sale de sí mismo y se objetiva en una Idea (Dios)
que siente como extraña.
Marx, en los Manuscritos económico−filosóficos de 1844, no editados hasta 1932, usa el concepto para
aproximarse a la realidad social, y se centra en la alienación económica como causa de toda alienación. Este
concepto será posteriormente abandonado.
¿Qué se entiende por alienación ? El hombre en sus acciones y en su vivir se exterioriza y se objetiva en
aquello que hace. En el trabajo, que es lo más específico del hombre, transmite al objeto que produce una
parte de sí mismo, se aliena (de alius : otro) en el objeto. El objeto del trabajo es, de esta manera, obra suya.
Mientras el hombre es productor y consumidor de los propios productos, se reconoce en estos y, al
consumirlos, es superada la alienación que se había producido.
Por contra, en la sociedad capitalista, esto no sucede. Sino que el producto del trabajo no pertenece a aquél
que lo ha hecho, sino a otro. Y por este motivo se convierte en extraño. La escisión, surgida por la acción de
un sujeto sobre un objeto, no se cierra : el objeto producido se afronta al productor como un poder alieno. Esta
es la situación de alienación : el hombre se pierde a sí mismo en el objeto producido mediante el trabajo. El
hombre no se realiza en el trabajo, sino que se desrealiza, se convierte en cosa entre otras cosas (mercaderías).
El hombre se convierte en mercadería y como tal es tratado. De esta manera aparece la deshumanización del
hombre y la pérdida de su libertad. Como consecuencia de la alienación económica, aparecen otras que
dependen de ella : la social, la política, la ideológica, la religiosa...
La alienación, tal como se sucede en la sociedad capitalista, no es algo natural, sino una consecuencia
histórica de una estructuración social y económica concreta. Por eso, hace falta superar la situación de
alienación mediante una adecuada teoría de la sociedad y de la historia, que permita transformar esta realidad
social para que al hombre le sea posible realizarse libremente.
2.− El socialismo utópico.
En la primera mitad del siglo XIX se desarrollaron las doctrinas socialistas (especialmente en Francia : Saint−
Simon, Cabet, Fourier). Este socialismo traducía el desengaño popular ante las conquistas de la Revolución
Francesa. Las capas populares parisinas veían como los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, con
Napoleón y la Restauración, se legalizaban, pero sin ninguna repercusión en su vida cotidiana. Es más, en
nombre de aquellos ideales y del progreso, la burguesía llevaba la revolución industrial inglesa al continente,
con lo que los herederos de la Revolución se habían ido convirtiendo en asalariados. Veían que sus ideales
revolucionarios se habían realizado únicamente para una clase social, la burguesía, y no para toda la sociedad.
2.1.− Marx, crítico del socialismo utópico.
Según Marx, la crítica de los socialistas utópicos contra el sistema era ideal, abstracta ; en sus métodos no
respondían a la nueva situación social, tenían un carácter romántico : pretendían continuar con los grupos de
conspiradores, contra el Estado, mientras la realidad económica y social (el sistema de producción burguesa)
se mantenía intacto.
Marx y Engels calificaron de utópicos estos socialistas, porque son incapaces de llevar a cabo sus ideales.
Según Marx y Engels, hace falta analizar la realidad de la sociedad industrial del momento, no desde el punto
de vista abstracto, sino concreto, con el fin de captar en su funcionamiento las contradicciones internas. Esta
compresión debe hacer posible introducirse en el movimiento real de la historia e influir eficazmente en sus
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tendencias progresivas. Es lo que Marx y Engels llamaron el paso al socialismo científico que, aprovechando
los factores reales, dirige la sociedad hacia el socialismo.
2.2.− La situación del obrero industrial.
Lo más característico de la sociedad industrial de la primera mitad del siglo XIX es la introducción de la
maquinaria en el proceso de producción. Esto significó una revolución industrial, que comportó una serie de
cambios en la organización del trabajo y en los hábitos sociales y laborales.
El maquinismo tenía un carácter ambivalente. Pensado con criterios de la Ilustración, la máquina era un bien
social, una nueva aplicación de la razón, que tenía que ser causa de progreso y bienestar y, en última instancia,
de libertad. Y así lo presentaban los ideólogos del a sociedad industrial. Pero este planteamiento era
puramente abstracto. La realidad de los hechos, que Marx conoció en París, era diametralmente opuesta. El
maquinismo producía el enriquecimiento de algunos, los capitalistas, y una situación dramática de miseria
para el obrero : jornadas de trabajo agotadoras de 14 o más horas, trabajo de mujeres y niños, prohibición de
asociaciones obreras en nombre de la libertad, salarios de hambruna, libre contratación, desnutrición, falta de
higiene, paro, condiciones de trabajo ínfimas, etc.
El trabajo, que tenía que ser una fuente de bienestar y libertad, Marx lo vio los años 40 del siglo XIX como
una fuente de esclavitud y empobrecimiento general. Será en el mundo del trabajo y la producción donde
Marx verá situadas las contradicciones fundamentales de la sociedad, y se dedicará a estudiar economía
política para poder descubrir su entrellado y dirigir la transformación social.
3.− LA ECONOMÍA CLÁSICA
Des estudio de los economistas clásicos (Adam Smith, David Ricardo), Marx extrajo un bagaje conceptual
para la elaboración de su propia teoría. Muy pronto se convenció de la unidad del proceso económico, así
como de su carácter colectivo, común ; en efecto, el ciclo económico se lleva a cabo gracias al esfuerzo de
toda la sociedad y, en especial, de los trabajadores.
Los economistas clásicos hablaban de tres factores que confluían en el proceso económico como fuentes de
riqueza y bienestar : la naturaleza, el trabajo y el capital. Marx afirmó que la única fuente de riqueza es el
trabajo : la naturaleza y el capital quedan en un segundo plano ; la naturaleza porque se deja dominar
fácilmente por el hombre y sus técnicas ; el capital porque no es sino trabajo acumulado no consumido.
3.1.− Marx, crítico de los economistas clásicos.
Marx sacó todas las consecuencias de los análisis de los economistas clásicos y desenmascaró los aspectos
ideológicos y falseadores de la realidad.
En efecto, el carácter colectivo, común, del proceso productivo confirmaba la validez del socialismo, ya que
este reivindica la propiedad común de los medios de producción. Como el trabajo es necesariamente social, se
sigue que la propiedad de los bienes del trabajo también debe de serlo.
Pero en la sociedad de la época, el trabajo colectivo no genera una riqueza común (la riqueza de las naciones
economistas) sino que genera riqueza para unos cuantos y esclavitud para la mayoría. Marx quiso profundizar
en la economía clásica para descubrir la causa de la contradicción entre la realidad social y lo que expresan los
economistas. El error de éstos, según Marx, consiste en declarar naturales las leyes de la economía (por
ejemplo, que el obrero estaba condenado a no superar el salario de subsistencia o que el trabajo estaba sujeto a
la ley de la oferta y la demanda). Según la economía clásica, el proceso de producción era naturalmente así, y
no podía ser de otra manera. La posición natural y coherente era simplemente aceptar la realidad de las cosas.
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Marx rechazó esta conclusión y replicó que las leyes de que habla el economista son históricas, valen para una
época, la capitalista, pero no valen para siempre. Si fueran leyes naturales, querría decir que la miseria de la
mayoría es necesariamente perenne, y no hay razones para que sea realmente así.
EL ANÁLISIS MARXISTA DE LA REALIDAD SOCIAL
• ¿QUÉ ES EL HOMBRE ?
Marx y Engels escribieron en la Ideología alemana I, 2 : La primera premisa de toda existencia y también, por
tanto, de toda historia, es que los hombres se encuentren para hacer historia, en condiciones de poder vivir.
Eso sí, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más. El primer
hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción de estas
necesidades, es decir, la producción de la vida material misma...
Así pues, lo que diferencia al hombre de los otros seres vivos no es el pensamiento, sino el trabajo, la
producción de los propios medios de subsistencia. Y dice inmediatamente a continuación del texto citado : La
satisfacción de esta primera necesidad, la acción de satisfacerla y la adquisición de la instrumentaria necesaria
para esto conduce a nuevas necesidades. El hombre, a través de trabajo, produce aquello que le exige la
satisfacción de sus necesidades, pero éstas, una vez satisfechas, se reproducen y amplia, y hace falta reiniciar
el proceso. El encadenamiento de necesidades, trabajo y satisfacción de las necesidades significa que el
hombre, según una expresión muy gráfica de Marx y Engels, produce la propia vida al producir aquello que
exige su existencia.
Paralelamente a la producción de la propia vida, el hombre produce la vida del otro a través de la procreación,
con la cual cosa nace la primera relación social, es decir, la relación entre hombre y mujer, entre padres e
hijos, la familia en una palabra.
2.− EL TRABAJO
¿En qué consiste el trabajo mediante el cual el hombre se produce a sí mismo ? Por trabajo hay que entender
una actividad humana que, mediante instrumentos, transforma la naturaleza en productos capaces de satisfacer
determinadas necesidades. Gracias al trabajo nace una doble relación :
• una relación natural (del hombre con la naturaleza) que hace que éste se autoreproduzca ; es una relación
primaria y base natural de todas las relaciones interhumanas, es decir, de la vida social ;
• se establece también una relación social, en el sentido de que se instauran formas de cooperación entre
diversos individuos, sea de forma voluntaria o no, para conseguir determinados fines.
El trabajo es la actividad específicamente humana. Por él se crea riqueza en las sociedades, y es el
desencadenante del proceso económico y del proceso histórico en general.
2.1.− Productos e instrumentos de trabajo.
Los productos del trabajo humano se caracterizan por el hecho de tener incorporado un valor de uso, es decir,
son capaces, en principio, de satisfacer una necesidad humana. Respecto a los instrumentos o medios de
trabajo, Marx se refiere a todo aquello que el hombre interpone entre él y la naturaleza en vistas de
transformarla en un producto.
Los medios de trabajo tienen una gran importancia porque son de los factores que determinan la forma que se
lleva a cabo el proceso de trabajo y producción, y permiten distinguir las diversas etapas de la evolución
histórica y social.
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Se puede decir que el hecho de trabajar es natural y permanente, se ha dado siempre desde que el hombre ha
emergido del mundo animal y seguramente el hombre lo continuará haciendo ; en cambio, la manera de
trabajar depende del tipo de herramientas o instrumentos, y así es un hecho histórico, variable, atado a cada
período de la sociedad. Por esta razón, Marx dice que para caracterizar una época económica no interesa lo
que se hace, sino cómo se hace.
3.− MODOS DE PRODUCCIÓN.
El cómo se hace el trabajo determina los diferentes modos de producción históricamente dados. Un modo de
producción se caracteriza por las relaciones sociales de producción y la clase de fuerzas productivas. Las
fuerzas productivas son los trabajadores y los instrumentos de trabajo. Por relaciones sociales de producción
hay que entender las diversas funciones que ejercen los que intervienen en la producción (funciones más
complejas como más diversificada sea la división técnica del trabajo), y las relaciones sociales de los hombres
con los hombres, fundamentalmente relaciones de propiedad.
El concepto de modo de producción es un esquema, un modelo teórico, que permite pensar la realidad social
de un momento dado como un todo donde las partes, instancias o niveles sociales, tienen unas relaciones de
dependencia o determinación. Por ejemplo, el nivel político (sistema de partidos, organización del Estado)
depende de el económico, es decir, éste determina a aquél.
Marx habla de diversos modos de producción (el antiguo, el esclavista, el feudal...) con pinceladas
retrospectivas precisas, pero su objeto de interés y la tasca a que dedicará toda su vida intelectual es la
descripción del modo de producción capitalista.
EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA
En agosto de 1867 se publicó el primer volumen de El Capital (único que se publicará en vida de Marx). Esta
obra es un análisis de los mecanismos de funcionamiento de la sociedad capitalista del momento. Marx se ha
dedicado a hacer una radiografía exhaustiva del modo de producción capitalista tomando como modelo
Inglaterra, donde ha conseguido el grado más elevado de desarrollo.
El capitalismo se caracteriza porque sus fuerzas productivas son capitalistas y porque en su sí se dan unas
relaciones capitalistas de producción. Esquematizando mucho, podemos decir que la propiedad privada de los
medios de producción es el hecho más característico de las relaciones capitalistas de producción, y las fuerzas
productivas específicas del capitalismo son el obrero industrial y la máquina. Eso sí, la organización industrial
del trabajo exige grandes instalaciones y enormes inversiones, es decir, hacen falta grandes capitales.
1.− Análisis de la mercancía.
La riqueza de las sociedades donde domina el modo de producción capitalista aparece como un colosal arsenal
de mercancías y cada mercancía como su forma elemental. Son las primeras palabras del libro primero de El
Capital.
Las mercancías, entonces, son los productos característicos del capitalismo ; como todo producto del trabajo,
tienen un valor de uso, pero eso no es específico de las mercancías, sino que su especificidad es el hecho de
tener incorporado otro tipo de valor, el valor de cambio :unas mercancías o unas cantidades de mercancías son
cambiables por otras. Esto es posible porque todas las mercancías llevan asociada alguna cosa que es
interpretable en términos de equivalencia.
Porque tienen un valor de uso, las mercancías son compradas por los consumidores. Porque tienen un valor de
cambio, la producción se especializa y se diversifica y, sobretodo, es vendida en el mercado.
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Lo que tienen en común todas las mercancías y lo que las hace equivalentes, es el trabajo, o mejor dicho, la
cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlos. Cada mercancía materializa en su seno
una cantidad de tiempo de trabajo. Una de estas mercancías funciona como un término de comparación de las
otras : el dinero. Porque todas las mercancías son equivalentes si tienen el mismo tiempo de trabajo
incorporado, son comparables a una mercancía concreta, el oro−dinero.
2.− El trabajo como mercancía.
Entre el arsenal de mercancías de la sociedad capitalista, hay también el trabajo (o mejor dicho, la fuerza de
trabajo o energía física gastada en la producción). La fuerza de trabajo, como mercancía que es, se compra y
se vende en el mercado de trabajo, tiene un valor de uso y un valor de cambio. Por su valor de uso, la fuerza
de trabajo es comprada por el empresario (capitalista) para ser consumida en el proceso de producción ;
porque tiene un valor de cambio, la fuerza de trabajo es vendida por su propietario ( el obrero libre), que la
permuta por otras mercancías.
Hay que observar esta mercancía especial que es la fuerza de trabajo, ya que en su especificidad esta el núcleo
y el secreto del modo de producción capitalista.
2.1.− La plusvalía.
La mercancía fuerza de trabajo vale, como todas las demás, según la cantidad de trabajo socialmente necesario
para producirla. El obrero, en la jornada laboral, gasta (vende) una cantidad de energía o fuerza de trabajo y a
cambio recibe un salario. El capitalista ha comprado esta energía y la consume, pero es un consumo especial,
porque incorpora aquella energía a las demás mercancías.
En este intercambio, ¿qué hechos se han producido ? Des de la perspectiva del obrero, este ha dado x cantidad
de la mercadería−fuerza de trabajo y ha recibido unas mercaderías equivalentes en forma de salario ; desde la
perspectiva del capitalista, por un lado ha dado una cosa equivalente a lo que ha recibido (salario = cantidad
de fuerza de trabajo), pero eso que ha recibido lo ha incorporado a los otros productos del trabajo, y estos
valen más de lo que ha pagado por ellos. La diferencia se llama plusvalía.
No sería justo afirmar que el capitalista estafa al obrero : según la teoría del valor de Ricardo, a quien Marx
sigue, la fuerza de trabajo vale lo que cuesta regenerarla y reproducirla, y eso (a pesar de las oscilaciones del
mercado : ley de la oferta y la demanda), lo recibe realmente el trabajador. Lo que sucede es que lo necesario
para producir esta regeneración es menor que la fuerza de trabajo gastada por el obrero en su jornada laboral.
Este es, según Marx, todo el secreto del capitalismo : el capital son plusvalías acumuladas ; y las plusvalías
son únicamente trabajo cristalizado y no consumido.
2.2.− Las clases sociales
En el análisis del capital se descubre la esencia del sistema, pero también el origen de sus contradicciones :
mientras la producción es fundamentalmente social, la apropiación del producto es privada. La existencia de
la plusvalía y la forma privada de su apropiación indican donde reside la escisión principal de clases de la
sociedad capitalista.
En efecto, una clase es un grupo social que se define por la función que lleva a cabo en la estructura
económica de un modo de producción determinado. Al final del volumen tercero de El Capital, Marx delimita
las clases sociales de mundo capitalista en función d ella procedencia de las rentas de los grupos sociales :
rentas del trabajo, rentas del capital, rentas de la tierra...
Entre las clases sociales hay antagonismos, contradicciones. En el capitalismo, como también a nivel de
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producción, la contradicción central es la de la producción social y la apropiación privada ; a nivel de clases ,
la contradicción más importante es entre los propietarios privados d ellos medios de producción (capitalistas)
y los productores de capital pero que no son los propietarios (obreros).
LAS INSTANCIAS DEL MODO DE PRODUCCIÓN
1.− La estructura económica
Por lo que se ha dicho hasta ahora, parece claro que el factor determinante de un modo de producción es el
económico, lo que Marx llama estructura económica, y como tal entiende las relaciones de producción a que
corresponde un estado determinado de desarrollo de las fuerzas productivas.
La estructura económica es la base, el fundamento real a partir del cual hay que explicar todos los otros
estratos de la vida social : sobre la estructura económica descansan las sobre−estructuras jurídico−política e
ideológica.
2.− La sobre−estructura jurídico−política.
Está constituida por un conjunto de instituciones y códigos normativos que tienen la finalidad de organizar el
funcionamiento de la sociedad global y de cada una de sus parcelas.
El Estado es, en las sociedades de clases, el instrumento aglutinante de aquellas instituciones y códigos
normativos. El Estado es la única instancia que tiene derecho a la violencia y la ejerce legítimamente. El
Estado tiene dos funciones primordiales :
• la función administrativa, de organización de la sociedad civil ;
• la función coercitiva, la represión de los individuos y grupos que surgen del orden establecido.
En la evolución histórica, el Estado , tanto en el aspecto burocrático−admistrativo como en el aspecto
coercitivo, se ha ido complicando cada vez más, paralelamente a la profundización de la división social del
trabajo. Sólo hay que pensar en los ejércitos modernos, las fuerzas policiales, los sistemas legales, los
tribunales de justicia, las formas de organización política y sindical.
3.− La sobre−estructura ideológica.
Marx y Engels, en la Ideología alemana, I, S, afirman : A partir de este momento (el hombre que con su
trabajo se produce y reproduce) la consciencia puede imaginarse verdaderamente que es algo más y algo
diferente que la consciencia de la práctica existente, que representa realmente alguna cosa sin representar nada
real. A partir de este momento la consciencia es capaz de emanciparse del mundo y pasar a la formación de la
teoría pura, teología, filosofía, moral puras.... Estas formas puras constituyen la ideología o sobre−estructura
ideológica a que Marx y Engels se refieren en muchos textos y que engloba las concepciones del mundo, las
filosofías, las religiones, las formas artísticas, los sistemas morales, etc.
3.1.− La ideología como falsa consciencia.
La ideología es una forma concreta en que los hombres se representan la propia acción dentro del orden social
en que viven ; la ideología es la consciencia social de los hombres, es decir, lo que piensan que son y creen
que han de ser, no lo que realmente son.
¿Dónde tiene su origen la consciencia de los individuos ? En la vida práctica, en las relaciones de los hombres
con la naturaleza y los otros hombres ; eso sí, estas relaciones son sociales y el modo de organización social
depende, es determinado, en última instancia, por las relaciones de producción, por la estructura económica.
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Cuando se dice determinación en última instancia se quiere significar que no es una determinación mecánica
en el sentido que, dada una estructura económica, se ha de manifestar una única forma de consciencia social
(una ideología democrático−liberal y una ideología fascista responden a una misma estructura económica),
sino que las ideologías son relativamente autónomas y pueden influir en las otras instancias sociales.
Así pues, toda ideología refleja en cierta manera la estructura económica de la sociedad ; pero la imagen que
da no es un reflejo nítido, sino una imagen borrosa.
¿Por qué la ideología da una imagen falsa de uno mismo y de la sociedad ? Porqué la ideología es un elemento
de cohesión social y con ella se evitan conflictos o se aminoran las discrepancias ; toda ideología tiende a
frenar los cambios sociales, o a justificar y mantener la situación de un momento dado imposibilitando el
pleno desarrollo de las fuerzas productivas. Por esta razón se explica que toda ideología pretenda tener validez
más allá de las condiciones materiales que la generaron.
Toda realidad social se sujeta a dos fuerzas contrapuestas : por un lado tiende a mantenerse y a reproducirse
de forma idéntica ; por el otro se sujeta a una evolución, a una transformación interna. Las ideologías tienen
también este doble papel : como ideología dominante es un elemento de permanencia del statuquo, pero en
una sociedad surgen ideologías marginales que expresan la necesidad de cambio social.
3.2.− Ideología y clases sociales.
Las ideologías se relacionan con las clases sociales. En una sociedad escindida en clases, donde hay intereses
contrapuestos, la ideología dominante en la sociedad es la de la clase dominante, aunque se presente como
consciencia de toda la sociedad. La ideología dominante expresa aquello que quiere ser y piensa que es la
clase dominante.
No se debe identificar simplemente ideología con visión errónea de la realidad ; tampoco no se debe reducir
exclusivamente a un sistema de valores reaccionarios. Ciertamente tiene a ver con las dos cosas, pero es más :
toda ideología posee elementos cognoscitivos auténticos, pero son parciales ; hay aspectos del sistema
ideológico de una determinada formación social que expresan la dirección transformadora que existe en su sí.
Lo que caracteriza toda ideología globalmente es su pretensión de validez absoluta, más allá de la etapa
histórica en que se ha generado, su pretensión de intemporalidad.
EL CAMBIO HISTÓRICO COMO CONCEPCIÓN MATERIALISTA DE LA HISTÓRIA.
Del pensamiento de Marx se ha dicho muchas veces que comporta una nueva concepción de la historia. El
análisis del presente (el capitalismo liberal del siglo XKX en Inglaterra) le ha permitido descubrir su génesis y
las tendencias hacia el futuro.
A pesar de que no se pueden trasladar mecánicamente unas categorías sociales, aptas para explicar una etapa
histórica a otra etapa, Marx ha hecho incursiones en otros momentos históricos y ha hecho referencias al
futuro. Hay que tener presente que Marx no era un profeta o un visionario. Quería comprender el presente,
influir en él y orientar el proceso histórico. Con estas cautelas se puede desglosar la concepción marxista de la
historia.
La historia o proceso histórico no es arbitrario, sino que hay un principio rector o ley interna subyacente a las
sociedades que las lleva a su evolución, a su desarrollo, al cambio histórico.
Este proceso histórico podría sintetizarse así : La historia no la hacen los humanos como seres dotados de
consciencia y voluntad ; los cambios sociales e históricos no son debidos fundamentalmente a los ideales de
los individuos (Con palabras de Marx no es la consciencia de los hombres quien determina la realidad) :
tampoco la hacen, la historia, los grandes hombres, los reyes o los príncipes. Al contrario, el motor de la
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historia es que el hombre, como tal, tiene necesidades materiales y no las puede satisfacer de forma inmediata
y, por eso, se ve obligado a apañárselas para producir los medios que necesita para aquella satisfacción.
Pero cuando salimos de una mera economía de subsistencia, cuando se crea un mínimo excedente de
producción (no se consume todo lo que se produce), comienza a haber una división social entre los que se
apropian de este excedente y sus productores, entre los que se apropian del trabajo de otros y los expropiados.
Nacen así las clases antagónicas de la sociedad : La historia de la sociedad hasta ahora es la historia de luchas
de clases. Hombre libre y esclavo, patricio y plebeyo, señor y vasallo, en una palabra, opresores y oprimidos,
han estado en un antagonismo constante, han sostenido una lucha ininterrumpida... que acababa cada vez con
una transformación revolucionaria de toda la sociedad.... K. Marx, Manifiesto del partido comunista. I
La historia es una sucesión de etapas en cada una de las cuales encontramos un modo de producción, tal y
como ha estado caracterizado.
El motor del cambio histórico (el paso de un modo de producción a otro) es la contradicción fundamental que
hay en el sí de una formación social entre las relaciones de producción, formas de propiedad, y el grado de
desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando la situación se hace insostenible, entonces, se produce la
ruptura, la revolución social....
BIBLIOGRAFÍA
Para hacer este trabajo he recojido información de :
• Diccionario Enciclopédico Espasa
• Libro de texto de cou Noesis
• Librito de preparación de autores de cara a selectividad, sobre Marx.
• Libro Breve historia de la filosofía, de Justus Hartnack.
• Libro Iniciació a la història de la filosofia, de Antoni Baig, Llàtzer Bria, Salvador Codina, Miquel
Montserral, Evelio Moreno y Josep Pedrals
• Internet.
DIFERENCIAS CON OTROS FILOSOFOS
Entre los que escucharon a Schelling, estuvo también Friedrich Engels (1820− 1895). Engels no es quizá tan
conocido como su amigo Karl Marx (1818−1883) ; sin embargo, desempeñó un papel esencial en la
formulación teórica del o que hoy se llama Marxismo. Engels habló de la dialéctica del materialismo,
expresión que se convirtió más tarde en materialismo dialéctico. La palabra dialéctico muestra la dependencia
de la filosofía hegeliana, mientras que la palabra materialismo indica la diferencia respecto a ella. La palabra
materialismo indica que es una teoría que afirma que sólo existen objetos materiales. Mantener que esto es lo
opuesto a lo que mantiene Hegel es, desde luego, solamente correcto si Hegel es interpretado de un modo
determinado. Es cierto que Hegel habla del espíritu del mundo ; pero, como hemos visto, este espíritu del
mundo no es la causa eficiente de lo que ocurre. Es la causa formal, o expresado en un lenguaje más moderno,
la ley con cuya ayuda entendemos lo que sucede y ocurre, o ha sucedido o ha ocurrido. Si aceptamos esta
interpretación, no hay nada en Hegel que haga imposible una interpretación materialista. Marx, sin embargo,
interpreta a Hegel de otro modo, como hicieron muchos otros. Dijo que el sistema filosófico de Hegel estaba
cabeza abajo y, consecuentemente, debía dársele la vuelta.
Marx afirma que la evolución de la Historia se debe a causas materiales y no a un espíritu del mundo. Estas
causas materiales son de naturaleza económica. Los diferentes modos de producción, aplicados a un periodo
particular, implican una forma particular de división de clases y, consecuentemente, también una forma
particular de conflicto de clases ; y es este conflicto de clases la fuerza directriz de la Historia. Cuando Marx
habla de causas, habla de causas eficientes (deseos, necesidades y pasiones) que mueven al hombre a
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producir, y de causas materiales (en un sentido aristotélico), esto es, de las posibilidades que existen para
producir. Los esquimales, los árabes y los daneses viven bajo diferentes circunstancias (diferentes causas
materiales) y, por tanto, tendrán diferentes modos de producción. Pero en ningún sitio habla Marx de causa
formal. A pesar de lo que él mismo cree, por tanto, no le dio la vuelta a Hegel.
El marxismo se llama dialéctico porque tanto Engels como Karl Marx, supusieron que la Naturaleza y la
Historia están sujetas a la lógica dialéctica. El curso de la historia es dialéctico, lo cual es decir que es
explicable con ayuda del esquema dialéctico de Hegel. Los modos de producción crean oposiciones : la
relación amo−esclavo es sometida al desarrollo dialéctico. El desarrollo se produce desde la dependencia d
ellos esclavos con respecto a sus amos, hasta lo puesto, es decir, hasta la dependencia del amo con respecto al
esclavo. El esclavo, por tanto, se hace consciente de su propio poder. Tanto la sociedad feudal como la
sociedad industrial eran explicables por los modos de producción y ambas eran expresiones de conflictos de
clases. Así pues, una clase está determinada por los modos de producción.
Otra importante característica hegeliana en el marxismo es el uso de los conceptos de cantidad y cualidad.
Hegel intenta mostrar que con un aumento gradual de cantidad no se produce ningún aumento correspondiente
de cualidad. Sólo si los cambios en cantidad han alcanzado cierto grado, ocurrirá un cambio de cualidad. Los
cambios de cualidad no ocurren gradualmente sino, por decirlo así, de repente. Si, por ejemplo, se cambia la
temperatura del agua, sólo tienen lugar cambios cuantitativos ; la temperatura aumenta o desciende de modo
continuo. Pero en cierto momento tiene lugar un cambio cualitativo. Cuando la temperatura del agua ha
alcanzado el punto de congelación cambia a un estado radicalmente nuevo ; de ser fluido cambia a sólido. O,
si la temperatura del agua aumenta y ha alcanzado el punto de ebullición, el salto cualitativo es de ser fluido a
ser vapor.
Si se entiende a Hegel como si hablara acerca de la realidad y no de conceptos (y Engels y Marx tomaron
ontológicamente a Hegel) esto se debe, entre otras cosas, al hecho de que Hegel empleaba lo que los
positivistas lógicos llamaban el modo material del habla en lugar del modo formal del habla. Con el modo
material del habla, hablamos como si lo hiciéramos acerca de hechos empíricos, es decir, como si habláramos
de la realidad ; sin embargo, un análisis más profundo demuestra que lo que realmente hacemos es hablar de
hechos lógico−sintácticos.
Engels y Marx tomaron ontológicamente la dialéctica hegeliana. Supusieron que la realidad, la Naturaleza y
también la Historia son dialécticas. En cuanto a la Historia esto significa, en primero lugar, que pueden ocurrir
ciertos cambios graduales sin que ocurran cambios cualitativos. Pero cuando los cambios cuantitativos hayan
alcanzado cierto grado, se expresarán cualitativamente y se creará un nuevo periodo, una nueva sociedad. Esta
nueva sociedad puede concebirse como síntesis. La sociedad industrial (la sociedad burguesa) constituye la
presuposición para la síntesis final, la sociedad sin clases. Esto ocurrirá cuando se niegue el poder de la
burguesía y se transfiera al proletariado. Cuando el proletariado se imponga, estará abierto el camino para la
sociedad sin clases.
Según Marx, no hay ningún espíritu del mundo cuya libertad sea la meta de la Historia ; no obstante, la
Historia tiene una meta ; el desarrollo dialéctico de la Historia tiene una última síntesis, la sociedad sin clases ;
con ello el desarrollo dialéctico de la historia ha concluido. Mientras que no hay escatología en la filosofía de
Hegel, el marxismo es escatológico.
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