Madeleine Dion Stout BIENVENIDA CREE Buenas noches. A todos los que están aquí conmigo, los seres del mundo físico y vivo, plantas, animales y personas. Deseo agradecer a la Universidad Nacional de Colombia, Dirección Académica, Facultad de Derecho e Instituto de Genética por su amable invitación para participar en la sesión inaugural de esta noche. Traigo sinceros saludos de las Naciones Indígenas de Canadá, y les felicito por el duro trabajo que ustedes han invertido para que esta cátedra Jorge Eliécer Gaitan sea una realidad y les deseo el mayor éxito. Cuando esté en casa, Vancouver, pensaré en los lugares, sonidos y personas especiales en Bogotá y de otros lugares que he tenido el privilegio de visitar en este hermoso país, Colombia. EN ELOGIO DE NUESTROS ANCESTROS En Canadá, las personas Indígenas que reciben el honor de hablar en reuniones como esta, se presentan por sus nombres tradicionales. Conservando este protocolo, humildemente les presento mi nombre Cree. Yo soy keteskwew que significa Mujer Ancestral o Niña con Espíritu Ancestral. Mi nombre tradicional me recuerda a los Abuelos que me bendijeron con ese nombre en mi infancia. Ellos escogieron este nombre para ayudarme a llevar mis roles y responsabilidades con dedicación y permanente renovación. Los Abuelos todavía practican esta tradición por la suerte de los niños con quienes debemos mantenernos comprometidos al más profundo nivel. Estos niños son suyos y míos. En Canadá, también es nuestra costumbre reconocer a la gente del territorio al que nos invitan. Por lo tanto, permítame expresar mi más sincera gratitud al Pueblo Muisca, a sus ancestros por acogerme en su territorio tradicional en el día de hoy. Como ya lo he mencionado, en mi lengua tradicional, estoy muy complacida de estar en esta mesa inaugural en honor de “Gaitán, uno de los ancestros más queridos de su país”. Nosotros, los Pueblos Indígenas de Canadá, valoramos a nuestros ancestros. Nosotros creemos que ellos nunca se han ido de nosotros porque sus espíritus están por siempre enraizados en los ríos y océanos, los animales y la vegetación, y la tierra, el sol, la luna y las estrellas, los arcoíris y la Aurora Boreal, y todos los otros seres animados e inanimados. Nosotros también creemos que nuestros ancestros continúan guiándonos y enseñándonos con su ejemplo y su tradición oral incluso después de su transformación final. Para una persona Cree, ver los arcoíris es ser testigo de las vidas que han sido vividas. A este respecto, los Crees damos a los arcoíris dos nombres: pesimwayapiyah y kimowanapiyah. El primero significa manantiales de vida solar mientras que el segundo significa manantiales de vida de lluvia. Pesimwayapiyah y kimowanapiyah son prismas fugaces pero a la vez son metáforas duraderas por las vidas vividas. Ellas son la una en la otra y no la mitad de dos entidades. Ellas son creadas iguales aunque ellas no son las mismas. Pesimwayapiyah, manantiales de vida solar nos mantiene unidos a nivel profundo. Kimowanapiyah, manantiales de vida de lluvia alberga momentos pasados a través del conocimiento que llevamos en nuestras células. En resumen, nuestros ancestros como Gaitán son muy importantes para nosotros porque ellos nos vinculan en parentesco; ellos resumen el cosmos y representan enigmas incesantes del universo. Esto lo hacen ellos sobre nuestro ciclo de vida y sobre nuestra diversidad. Ahora voy a compartir algunas experiencias de los Pueblos Indígenas de Canadá dentro del tema que se trabajará en esta Cátedra denominada Pueblos Indígenas en los Estados Contemporáneos. Para hacer esto, voy a analizar nuestra relación con el estado canadiense en tres áreas clave – cultura, comunidad y capacidad, comenzando con una breve presentación de nuestro perfil demográfico. CONTANDO LA POBLACIÓN INDÍGENA EN CANADA La constitución de 1982 reconoció tres grupos distintos de pueblos Indígenas en Canadá – Inuit, Métis e Indios, estos últimos ahora más comúnmente denominados Primeras Naciones. En 1996, el estado canadiense estableció el Día Nacional Indígena, ahora celebrado cada año el 21 de junio. Por su parte, la estadística oficial de Canadá muestra datos científicos actuales e información sobre las tendencias de la población canadiense, incluyendo datos relacionados con los Pueblos Indígenas. No es necesario decir que estos datos siempre son cifras muertas. En 2006, Estadística de Canadá mostró que el total de la población era 31.241.000 de los cuales 3.8% eran pueblos Indígenas, esto es, 1.200.000. De este total, 700.000 se identifican a sí mismos como Primeras Naciones, 400.000 como Métis y 50.000 como Inuit. Notoriamente, el porcentaje de personas Métis se ha incrementado en 90.9% de 1996 a 2006, mostrando como muchos más canadienses se auto identifican como personas Indígenas en años recientes. Hay 3 territorios del Norte y 10 estados en Canadá. La mayor concentración de pueblos indígenas está en los territorios del Norte y en los estados centrales de Saskatchewan, Alberta y Manitoba. Las estadísticas en 2006 muestran que nuestra población es joven, creciente y móvil. Una tercera parte de nuestra población era menor de 14 años; uno de cada 5 se había trasladado durante el año anterior y 50% vivía en áreas urbanas. Nuestras altas tasas de urbanización son un recuerdo constante de la expansión urbana caótica de las ciudades en todo el mundo. Cualquier discusión profunda sobre los pueblos indígenas en los estados modernos debe empezar por criticar la relocalización de personas Indígenas en las formaciones ciudad-estado. En Canadá, las áreas urbanas como Toronto, Vancouver y Montreal son ahora efectivamente ciudad-estado en las cuales las cifras de migración están teniendo registros sin precedentes. Una vez allí, muchos de nosotros perdemos nuestro sentido de identidad, familia, comunidad y nación en la medida en que caemos en drogadicción, falta de vivienda y problemas de salud mental. El estado canadiense está respondiendo a esta situación en una forma mixta. De un lado, la fuerza de policía en Saskatchewan es acusada de tirar jóvenes borrachos miembros de las Primeras Naciones en campos abiertos donde los jóvenes se congelan hasta morir. Los así llamado Paseos por la Contemplación de las Estrellas han ocupado ampliamente los medios de información canadienses. De otro lado, la fuerza de policía en Ottawa y el Centro de Salud Indígena Wabano están trabajando sobre asuntos de interés común en una forma proactiva y cooperativa. Ahora, en esta parte de mi intervención voy a referirme a otro asunto controversial. Se trata de nuestra identidad, lo que somos y lo que decimos que somos. Aunque la constitución canadiense nos ha descrito en la historia como un pueblo Indígena, nos resistimos a esta forma de nombrarnos porque ello nos homogeniza y porque descarta nuestra diversidad cultural, política y socioeconómica. Nosotros también resistimos e insistimos en nuestros nombres correctos Primeras Naciones, Métis e Inuit - para evitar el enfoque pan-indígena que el estado canadiense ha tratado de aplicar. Estos términos son ahora más aceptados y comúnmente usados por el estado canadiense, pero no dejan de plantear retos prácticos y de política pública propia. RESPONDIENDO A LOS SACRIFICIOS CULTURALES Y ERRORES DEL PROGRESO Hoy estamos luchando por ganar el lugar al que tenemos derecho en la sociedad canadiense y preservar al mismo tiempo nuestros valores culturales, creencias, ceremonias y rituales. Esta tensión con frecuencia se manifiesta en lo que sirve de base para la toma de decisiones. Mientras nuestra evidencia se basa en nuestras historias, experiencias y sabiduría, el estado se basa en datos estadísticos, información y conocimiento. Permítame compartir una historia para ilustrar como nuestros sueños, intuiciones y enseñanzas espirituales continúan ubicándonos más en nuestras realidades que lo que el estado hace. Yo participé en una consagración ecuménica de un nuevo cementerio en el territorio de mi comunidad hace algunos años porque el que existía no tenía más espacio disponible. Cuando los abuelos empezaron a tocar los tambores y a cantar, mi mamá que tenía 83 años entonces, miro hacía las tres águilas que estaban volando en círculo sobre nosotros y dijo: “moyah manah niyah nimiweymowak okik” es decir, “No me gustan éstas águilas”. El comentario de mi madre me pareció un sacrilegio particularmente porque el águila era un icono sagrado para ella y nuestro pueblo. Sin embargo, no dije nada a pesar de la tormenta interna que su comentario me había producido. Seis meses más tarde mi hermano fue la primera persona en ser enterrada en el nuevo cementerio. Su esposa y mi mama lo fueron luego en muy poco tiempo. Al paso de los años, he reflexionado sobre este hecho en busca de otras enseñanzas. La intuición de mi mama sobre el poder siniestro de las águilas ciertamente me ha enseñado que el poder tiene muchos lados, de modo que es importante llevarlo y dirigirlo con mucho cuidado. Aunque nuestra historia y cultura son críticas para nuestra supervivencia estamos dolorosamente conscientes de cuan riesgoso es que el estado se limite a vernos como seres culturales. Si esta idea llegara alguna vez a institucionalizarse, nadie tendría que preocuparse por el resto de lo que somos, ni siquiera nosotros. Nuestras aspiraciones económicas, sociales y políticas se afectarían aún mas predisponiéndonos a incluso mayor kitimakissona, una palabra Cree que significa pobrezas que de muchas formas lleva a diferentes patologías. Como suele suceder, algunas veces se dice que los indígenas somos un “regalo” para Canadá; se refieren a nosotros como “nuestros pueblos indígenas”. Tenemos problemas con este lenguaje porque con él se reduce la fortaleza de nuestro estatus como minoría. Las decisiones que se basan en evidencia en Canadá promueven mejores conceptos, mejores prácticas y lecciones aprendidas en todas las iniciativas que apoya, incluyendo aquellas relacionadas con los Pueblos Indígenas. Con el fin profundizar el conocimiento de las culturas de los Pueblos Indígenas, tres conceptos – continuidad cultural, competencia cultural y seguridad cultural - se consideran generalmente mejores conceptos por el estado canadiense con la única salvedad de que el énfasis en la seguridad cultural tenga en cuenta los desequilibrios de poder, la discriminación institucional, la autodeterminación y la descolonización. Continuidad cultural, con el significado de orientación futura, fue acuñado en un estudio sobre la tasa de suicidios en comunidades de las Primeras Naciones en la Colombia Británica donde las comunidades con alguna forma de autogobierno; procesos de reclamación de tierras y avanzada educación registraron menores tasas de suicidio1. Competencia cultural es un proceso consciente que implica autoconciencia, entendimiento, aceptación, respeto y la aplicación de habilidades propias durante cualquier intercambio cultural2. Seguridad cultural es un término desarrollado y definido por la difunta Dra. Irihapeti Ramsdem, una enfermera Maori, en 1992. Para ella, “Una práctica cultural insegura es cualquier acción que disminuye o le quita poder a la cultura identidad y bienestar de un individuo.3” Continuidad cultural, competencia cultural y seguridad cultural son indefectiblemente mejores conceptos pero creemos que nuestros lenguajes moribundos y nuestros conceptos indígenas será la verdadera prueba para nuestra sobrevivencia cultural. 1 Chandler & Lalonde. “Cultural Continuity as a Hedge Against Suicide in Canada’s First Nations” http://web.uvic.ca/~lalonde/manuscripts/1998TransCultural.pdf 2 See Purnell, L.D. & Paulanka, B.J., 1998 in Transcultural Health Care quoted in Pam Lusk, Holst P. in “Occupational Health Nursing with Navajo Workers: Providing Culturally Competent Care, January 2001, Vol 49. No. 1, AAOHN Journal. 3 Ver Dianne Wepa, “Cultural Safety in Aotearoa New Zealand”, 2005, prefacio. En 2006, Estadística de Canadá registró 150.000 hablantes de Ojibwa y Cree, y 29.000 Inuktitut hablantes. Estas 3 lenguas son las que tienen mayor probabilidad de sobrevivir en el futuro cercano. No obstante, el gobierno canadiense terminó un programa de lenguaje4 que podría haber ayudado a revivir algunos de las otras 53 lenguas habladas todavía por los Pueblos Indígenas, aunque en muy pequeños números. ABORDANDO COMUNIDADES EN CRISIS La globalización es comúnmente vista como una extensión de la colonización. Los efectos netos de estas fuerzas sobre nuestras comunidades en sus territorios han sido social, económica, política y culturalmente devastadores. Las tierras donde fuimos reubicados durante el proceso de colonización son conocidas legalmente como reservas Indias. Pero nosotros los llamamos iskonkanah que significa “sobrados”. Mi sobrino Jimmy, un verdadero intelectual orgánico que vive en una reserva indígena cerca a la mía, compartió la siguiente historia conmigo hace poco tiempo. Un hombre de negocios no-indígena firmo un contrato de arriendo con los líderes de la reserva para utilizar la tierra para agricultura en la reserva. Pagó a cada residente 2,000 dólares canadienses por año, un salario de hambre en Canadá. Procedió a contratar mujeres no-indígenas y no residentes de la reserva para limpiar la tierra arrendada de rocas y raíces. Con esto, les quitó a las personas Cree locales una oportunidad para complementar su bajos ingresos. Este hombre de negocios aró sobre un sendero carreteable que la comunidad conocía como “taskam highway” que significa “corta vía a la autopista”. El borró este sendero que tenía en la reserva de mi sobrino un espacio y un lugar cargado de significado para generaciones, destruyendo efectivamente las memorias de la gente local Cree. 4 “Cree losing words - Culture Elder says native language will be lost in future generations” Jessica Kiunga, The Prince Albert Daily Herald. http://www.paherald.sk.ca/index.cfm?sid=31353&sc=4 Al final, los agricultores Indígenas desempleados protestaron en las oficinas del Jefe y del Consejo en una manifestación y ocupación organizada. Oma kanipostama poki kawwtapitiamah! Nosotros defendemos lo que ocupamos! Muchas de nuestras comunidades están en crisis hoy porque hemos experimentado numerosas promesas incumplidas y hemos perdido confianza en el liderazgo a nivel local y estatal. Sabemos de primera mano que cuando la confianza se rompe, naciones, comunidades y familias enteras pueden colapsar bajo el peso de la violencia, la corrupción, la pobreza, el abuso de las drogas y los suicidios. El problema es que nuestra respuesta a los desequilibrios de poder y a la opresión son, con frecuencia, patologizados y criminalizados. Por ejemplo, el estado canadiense difícilmente admitiría el alcoholismo en nuestras comunidades como nuestra forma más antigua de protesta. Sexismo, racismo y clasismo son culpables de la ruptura de nuestras comunidades siendo los niños, jóvenes, mujeres y abuelos los que sufren la peor parte. Las mujeres indígenas en Canadá han luchado con fuerza contra la discriminación y la marginalización por décadas y, gracias a nuestro activismo, hemos mejorado a pesar de la adversidad. Todavía muchas de nosotras somos víctimas. Debido a que 500 mujeres Indígenas fueron asesinadas o simplemente desaparecidas durante las pasadas décadas, el gobierno canadiense ahora promueve la “campaña de las hermanas en espíritu” que es coordinada por la Asociación de Mujeres Indígenas de Canadá (NWAC, siglas en inglés). NWAC es una de las cinco organizaciones Indígenas políticamente representativa de Canadá. Hace pocos meses se termino un juicio extraordinario relacionado con las llamadas Mujeres Desaparecidas en el que un criador de cerdos en el área de Vancouver fue sentenciado por varios de los asesinatos. Antes de eso, los cuerpos de al menos 30 mujeres Indígenas fueron encontrados en la oprobiosa “autopista de las lágrimas”, un tramo de alrededor de 720 Km. de la autopista en el norte de Colombia Británica. No fue sino hasta que una mujer no-indígena corrió con la misma suerte que el estado canadiense tomó acciones serias. Reducir las disparidades en nuestras comunidades requerirá voluntad y acción política. Pero también sabemos que un repentino flujo de dinero en nuestras comunidades puede ser dañino para nuestro bienestar. La que sucede en la reserva de la comunidad Hobbema requiere ser mencionado. Bajo cerco durante los últimos meses, nuestros medios de comunicación nacional han estado reportando las violentas y mortales guerras de drogas que se han presentado en la que otrora fuera una comunidad Cree rica en recursos. A la vez que Canadá no apoyó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en septiembre 13 de 2007, todas los otras actividades parlamentarias fueron interrumpidas en la Casa de los Comunes en junio 11 de este año, el día que el Primer Ministro Steven Harper declaró una Excusa histórica para los 80.000 sobrevivientes de los internados o escuelas de las misiones. Durante muchos años, hemos denunciado públicamente las inefables atrocidades que sufrimos algunos de nosotros en las escuelas de las misiones religiosas y del estado. Destacamos las graves faltas de estas instituciones porque al final nos convirtieron en extranjeros en nuestra propia casa y tierra nativa, agredieron directamente a nuestros niños y padres, y dañaron inmensamente nuestra salud mental. Pero nuestra crítica más grande es contra el trauma intergeneracional que produjeron. El aspecto más importante de la Excusa fue bien recibida por los líderes indígenas, los sobrevivientes, las familias y las comunidades, tanto en el procedimiento como en su intención. Otro desarrollo positivo es la compensación financiera que el gobierno canadiense está dando a los sobrevivientes por los errores cometidos contra nosotros en los internados de las misiones. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación con un periodo de 5 años y con el apoyo del gobierno de Canadá, está apenas comenzando su trabajo para desenterrar estas equivocaciones y reconciliar los conflictos que han crecido entre las Naciones Indígenas y los Canadienses. Con ocasión de la Excusa, los gobiernos provinciales y territoriales están de nuevo presionando al gobierno canadiense para revivir el Acuerdo de Kelowna de 2005 a partir del cual millones de dólares fluirían para apoyar la educación, el empleo, las condiciones de vida de los Pueblos Indígenas de Canadá. El sentido general es que de otra manera la Excusa serán palabras vacías. REDUCIENDO LAS BRECHAS EN LA CAPACIDAD DE COMPARTIR El compartir el conocimiento y el fortalecimiento de capacidades tienen que ir de la mano si es que vamos a dejar de ser marginales en Canadá pero diferentes barreras estructurales siempre se cruzan en el camino. En Canadá, las Naciones Indígenas tradicionalmente compartieron su conocimiento a través de la tradición oral y fortalecieron sus capacidades aprendiendo por vía de ejemplo. Compartir el conocimiento era menos una cuestión de capturar y catalogar lo que nosotros sabíamos y más un asunto de respetar lo conocido, aprender de los sabedores y participar integralmente en el aprendizaje. La infancia era cuando empezaba todo el proceso. Mi abuelo fue mi más querida compañía y el maestro más influyente cuando yo era una niña. Un día, lo ví construir meticulosamente una puerta con sus manos, silbando mientras trabajaba. Un domingo de pascuas en la mañana él me levanto con mis hermanos muy temprano para mirar el sol pasar a través de la puerta que él había construido. El había marcado los puntos por donde los primeros rayos de luz entraban esa mañana hasta la pared de nuestra humilde cocina. Bellas marcas de lápiz con inscripciones en letras Cree mostraban su comunión con el sol ese verano junto con nuestro viaje comunitario de esperanza hacía el futuro. Mi abuelo también nos contó numerosas leyendas e historias educativas y formativas en noches de invierno. Nuestro ineluctable vínculo con el planeta era uno de sus mensajes principales. Sin embargo, las historias y leyendas de mi abuelo están siendo rápidamente reemplazadas por cuentos y libros de historia convencionales y foráneos que se apoyan en la erudición, no en el conocimiento tradicional. Ahora tenemos que adaptarnos a una economía global basada en el conocimiento en la que la investigación es fundamental y prácticamente todos los trabajadores potenciales son puestos en acción. La investigación, una de las más poderosas herramientas del estado canadiense, es una nueva arena de lucha entre el estado y las naciones indígenas. Los Pueblos Indígenas en Canadá han señalado que nosotros somos investigados hasta por la muerte, no por la vida, y que nuestro conocimiento es pobremente integrado en los proyectos de investigación. Sin embargo, nuestra resistencia a la investigación ha sido fundamentalmente política, una posición que ha encontrado expresión a través de los principios de propiedad, control, acceso y posesión (OCAP, por sus siglas en inglés)5 Estos 4 principios, desarrollados por la Primeras Naciones como una reacción política y afirmación de autodeterminación y autogobierno en investigación6, han creado mucha controversia en la comunidad de investigadores indígena y no-indígena. OCAP se explica brevemente así: •Propiedad: una comunidad o grupo posee información en forma cole ctiva y también en forma personal •Control: las comunidades tienen el derecho a buscar control sobre todos los aspectos del proceso de investigación. •Acceso: las comunidades deben tener acceso a la información/datos acerca de ellos mismos, independiente de donde esté almacenada esa información. 5 See Schnarch, Brian, Ownership, Control, Access and Possession (OCAP) or Self-Determination Applied to Research: A Critical Analysis of Contemporary First Nations Research and Some Options for First Nations Communities, First Nations Centre, NAHO, n.d. http://16016.vws.magma.ca/firstnations/english/pdf/OCAP5.pdf 6 See the Royal Commission on Aboriginal Peoples, http://www.ainc-inac.gc.ca/ch/rcap/sg/ska5e_e.html • Posesión: es el control físico real de los datos por parte de las comunidades y el mecanismo por el cual la propiedad puede ser afirmada y protegida legalmente. El Instituto Canadiense de Investigación en Salud (CIHR, por sus siglas en inglés)7 , la agencia del gobierno de Canadá que financia investigación en salud, tomó los principios OCAP en cuenta en la reciente publicación del CIHR Guías para la Investigación en Salud que Involucre Indígenas 8. El Instituto sobre la Salud de los Pueblos Indígenas (IAPH, por sus siglas en inglés) uno de los 13 institutos de investigación en CIHR9, lideró este proceso. La resiliencia entre los Pueblos Indígenas es una prioridad de investigación en Canadá. En teoría, resiliencia es con frecuencia definido como la capacidad de recuperarse de la adversidad y poseer adecuadas condiciones de vida a pesar del sufrimiento emocional, mental o físico10. Mason Dhurie, un investigador Maori de Nueva Zelanda, ha acuñado el término resiliencia indígena para darle base al reto indígena de ser reconfigurado desde una búsqueda de realización antes que como una explicación del fracaso11. Si bien estamos de acuerdo en que la resiliencia debería ser un punto central para compartir capacidad, no podemos acogerla completamente antes de que examinemos sus diversas formas en detalle. A esta altura, nosotros solo podemos aceptar la resiliencia que asegure nuestro futuro y lo mismo que rechazar la resiliencia que promueve nuestra derrota. Por ejemplo, hemos llegado demasiado lejos convenciendo al estado canadiense en la necesidad de integrar los poderes sanadores de nuestras ceremonias y tradiciones en los programas comunitarios y en la práctica. 7 http://www.cihr-irsc.gc.ca/e/27171.html http://www.cihr-irsc.gc.ca/e/29339.html 9 http://www.cihr-irsc.gc.ca/e/8668.html 10 See Aboriginal People, Resilience and the Residential School Legacy. 2003. by Madeleine Dion Stout and Gregory Kipling www.ahf.ca/pages/download/28_46 11 See Lump Sum Payments Compensation Research Project: The Circle Rechecks Itself by Madeleine Dion Stout and Rick Harp www.ahf.ca/pages/download/28_13247 8 Porque la colaboración y las alianzas son bases del estado canadiense, nosotros ahora trabajamos con el sector público (el gobierno a todos los niveles), el sector voluntario (ONGs Indígenas y no Indígenas, incluyendo universidades) y crecientemente con el sector privado. Una buena capacidad de compartir requiere que todos las partes se comprometan con la plena consulta, el diálogo saludable, la rendición de cuentas recíprocas y un intercambio productivo de conocimiento, todos los cuales son todavía puntos de conflicto entre las Naciones Indígenas y el estado canadiense. CONCLUSION En conclusión, las Naciones Indígenas en Canadá están experimentando: 1. Un estado contemporáneo cambiante 2. Un modelo político de reconocimiento y asimilación 3. Relaciones y necesidad de confianza, justicia social y autodeterminación 4. Caminos alternativos para el desarrollo a nivel colectivo e individual Hai hai. Muchas gracias. Les deseo a todos ustedes Pesimwayapiyah, manantiales de vida solar.