UNIVERSIDAD DEL MAR SEDE IQUIQUE [Seleccionar fecha] FISIOPATOLOGIA CARDIACA “Insuficiencia cardiaca” EQUIPO DE TRABAJO - Marivett González - Cristián Valdivia - Verónica Marttell - Marcela Contreras - Carolina Cordero - Arturo Robles - Romina Quilamán - Patricia Sariego INDICE Introducción 3 Generalidades del Aparato Circulatorio 4 Descripción y etiología de la insuficiencia cardiaca (IC) 6 Clasificación de la IC 7 Cuadro clínico (signos y síntomas) 9 Diagnóstico 13 Tratamiento 16 Algoritmo de manejo de la insuficiencia cardiaca 18 Conclusión 19 Bibliografía 20 2 INTRODUCCIÓN La insuficiencia cardíaca (IC) constituye actualmente un importante problema de salud pública, por ejemplo, en países desarrollados, la prevalencia e incidencia de esta enfermedad ha aumentado en forma progresiva. La IC se considera actualmente un prototipo de enfermedad crónica que afecta principalmente a pacientes ancianos, que demandan habitualmente una atención multidisciplinaria de distintos profesionales de la salud. Por otra parte, la IC es uno de los síndromes cardiovasculares que más interés ha despertado en las últimas décadas debido a su elevada y creciente prevalencia, a los altos índices de hospitalización, invalidez y mortalidad y a los enormes costos que ocasiona al sistema de salud. Todo esto, asociado con el escaso acceso a la atención de salud por parte de amplios sectores de la población, lo cual hace esperar un crecimiento epidémico de la IC. En nuestro país no existe información sobre las características de los pacientes hospitalizados por IC. Con el propósito de dar respuesta a estas interrogantes, la Sociedad Chilena de Cardiología constituyó, el año 2001, un grupo de trabajo en IC que, entre otros objetivos, se propuso analizar las características clínicas, tratamiento y evolución intrahospitalaria de los pacientes ingresados en hospitales chilenos con el diagnóstico de IC descompensada. Esta información ha contribuido a conocer la realidad nacional e identificar aquellos aspectos concretos de nuestra práctica clínica susceptibles de mejorar. Desde enero de 2002, en 14 centros chilenos, se recolectó información de pacientes hospitalizados por IC, lo cual indica que en Chile, la hospitalización por IC ocurre en una población de edad avanzada, siendo las principales etiologías la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria, con una alta proporción de pacientes mayores de 60 años, un leve predominio de sexo masculino y una elevada concomitancia de otras enfermedades. 3 GENERALIDADES DEL APARATO CIRCULATORIO El corazón está trabajando desde que comienza la vida en el vientre materno, y lo sigue haciendo por mucho tiempo más, hasta el último día. Para que bombee sangre hacia todo el cuerpo, el corazón debe contraerse y relajarse rítmicamente. Los movimientos de contracción se llaman movimientos sistólicos, y los de relajación, movimientos diastólicos. El recorrido de la sangre comienza en el ventrículo izquierdo del corazón, cargada de oxígeno, y se extiende por la arteria aorta y sus ramas arteriales hasta el sistema capilar, donde se forman las venas que contienen sangre pobre en oxígeno. Desembocan en una de las dos venas cavas (superior e inferior) que drenan en la aurícula derecha del corazón. La sangre pobre en oxígeno parte desde el ventrículo derecho del corazón por la arteria pulmonar que se bifurca en sendos troncos para cada uno de ambos pulmones. En los capilares alveolares pulmonares la sangre se oxigena a través de un proceso conocido como hematosis y se reconduce por las cuatro venas pulmonares que drenan la sangre rica en oxígeno, en la aurícula izquierda del corazón. 4 El corazón recibe mensajes del cuerpo que le informa cuándo bombear más o menos sangre, dependiendo de las necesidades de una persona. Cuando estamos durmiendo, bombea lo suficiente para proporcionar las menores cantidades de oxígeno requeridas por nuestro cuerpo en reposo. Cuando estamos realizando ejercicios o tenemos miedo, el corazón bombea más rápido para obtener más oxígeno para nuestros cuerpos. El corazón tiene cuatro cámaras que están rodeadas por paredes musculares gruesas. Se encuentra entre los pulmones y apenas a la izquierda de la mitad de la cavidad torácica. La parte inferior del corazón se divide en dos cámaras, denominadas ventrículos derecho e izquierdo, que expulsan la sangre del corazón. Una pared conocida como tabique intraventricular, divide los ventrículos. La parte superior del corazón está formada por las otras dos cámaras del corazón, denominadas aurícula derecha e izquierda. Las aurículas derechas e izquierdas reciben la sangre que ingresa al corazón. Una pared denominada tabique interauricular, divide las aurículas que están separadas de los ventrículos por las válvulas aurículo-ventriculares. La válvula tricúspide separa la aurícula derecha del ventrículo derecho y la válvula mitral separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo. Otras dos válvulas cardíacas separan los ventrículos y los grandes vasos sanguíneos que transportan la sangre que sale del corazón. Estas válvulas se denominan válvula pulmonar, que separa el ventrículo derecho de la arteria pulmonar que lleva a los pulmones, y válvula aórtica, que separa el ventrículo izquierdo de la aorta, el vaso sanguíneo más grande del cuerpo. Los trastornos del aparato cardiovascular son comunes en la actualidad y más del 2% de población chilena posee algún tipo de problema cardíaco. Pero los problemas cardiovasculares no sólo afectan a los ancianos; muchos problemas cardíacos y del aparato circulatorio también afectan a adolescentes. Los trastornos del corazón y circulatorios se agrupan en dos categorías: congénitos, lo que significa que los problemas estaban ya presentes al nacer y adquiridos, que significa que los problemas se desarrollaron en algún momento durante la infancia o la adolescencia. 5 DESCRIPCION Y ETIOLOGIA DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA (IC) La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome fisiopatológico, que resulta de cualquier trastorno, bien sea estructural o funcional del corazón, que cause la incapacidad de éste de llenar o bombear sangre en los volúmenes adecuados para satisfacer las demandas del metabolismo tisular o, si lo logra, lo hace a expensas de una elevación crónica de la presión de llenado ventricular. La insuficiencia cardíaca es una afección crónica y prolongada, aunque algunas veces se puede presentar repentinamente. La enfermedad puede afectar únicamente el lado derecho o el lado izquierdo del corazón y se denominan insuficiencia cardíaca derecha o izquierda respectivamente. Con mucha frecuencia, ambos lados del corazón resultan comprometidos. La insuficiencia cardíaca ocurre cuando se presentan los siguientes cambios: El miocardio no puede bombear o expulsar muy bien la sangre fuera del corazón y se denomina insuficiencia cardíaca sistólica. Los músculos del corazón están rígidos y no se llenan con sangre fácilmente. Esto se denomina insuficiencia cardíaca diastólica. Ambos problemas significan que el corazón ya no puede bombear suficiente sangre oxigenada al resto del cuerpo, sobre todo cuando un individuo cualquiera hace ejercicio o está activo. A medida que se pierde la acción de bombeo del corazón, la sangre puede represarse en otras áreas del cuerpo, produciendo congestión en los pulmones, el hígado, el tracto gastrointestinal, al igual que en los brazos y las piernas. Como resultado, hay una falta de oxígeno y nutrición a órganos, lo cual les causa daño y reduce su capacidad para funcionar adecuadamente. Quizás la causa más común de insuficiencia cardíaca es la arteriopatía coronaria, un estrechamiento de los pequeños vasos sanguíneos que suministran sangre y oxígeno al corazón. La cardiopatía isquémica y la hipertensión arterial (HTA) son responsables, de forma aislada o combinada, del 70% de los casos de IC crónica. A estas causas principales les siguen en orden de frecuencia las lesiones valvulares o congénitas (10%) y las miocardiopatías (10%). El otro 10% corresponde a: arritmias, trastornos de la conducción, estados que cursan con alto gasto cardiaco (anemia, sepsis, tirotoxicosis, Paget), fármacos (algunos quimioterápicos), toxinas (alcohol, cocaína), enfermedades infiltrativas (sarcoidosis, amiloidosis), etc. 6 CLASIFICACION DE LA IC La IC puede clasificarse de muy diferentes formas, más descriptivas que diagnósticas, dependiendo del criterio utilizado. Según el tipo de presentación clínica puede clasificarse en IC de nueva aparición, IC transitoria (aparece durante un periodo limitado de tiempo) e IC crónica, que es persistente y con el tiempo llega a hacerse refractaria a los tratamientos (IC terminal). Según la alteración inicial de la función del músculo cardiaco puede clasificarse en IC sistólica, en la que el fenómeno primario es la disminución del gasto cardíaco por deterioro de la función contráctil y en IC con la fracción de eyección (FE) conservada, antes llamada diastólica y en la que, como su nombre indica, la FE está conservada (>40-50%). Sin embargo, en la mayoría de los pacientes con IC hay evidencia de disfunción sistólica y diastólica, tanto en reposo como durante el ejercicio. La IC diastólica y la sistólica no deben considerarse entidades separadas (ESC, 2008). Ambas clasificaciones tienen relativamente poca importancia a la hora de diseñar un esquema de estudio y tratamiento escalonado del paciente con IC. El manejo de la IC se realiza en función de la gravedad, para lo que se utilizan dos clasificaciones: Clasificación funcional de la New York Heart Association (NYHA): Establece cuatro categorías en base a como la IC afecta a la actividad física del paciente. La clasificación funcional tiene un importante valor pronóstico y se utiliza como criterio decisivo en la elección de determinadas intervenciones terapéuticas, tanto médicas como quirúrgicas. La evaluación periódica de la clase funcional permite seguir la evolución y la respuesta al tratamiento. Clasificación de la American College of Cardiology/American Heart Association (ACC/AHA): describe distintos grados de IC basados en cambios estructurales y síntomas. El estadio A en el que no hay aún síntomas ni se conoce cardiopatía estructural ni funcional, nos permite dirigir nuestro esfuerzo hacía la prevención de la IC en pacientes de riesgo como diabéticos o hipertensos. 7 Clasificación de la IC según la gravedad (ACC/AHA, NYHA). ACC/AHA NYHA Estadio A Pacientes asintomáticos con alto Clase I riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, sin anomalía estructural o funcional identificada. Pacientes sin limitación de la actividad física normal. Estadio B Pacientes asintomáticos con Clase II enfermedad cardiaca estructural claramente relacionada con insuficiencia cardiaca. Pacientes con ligera limitación de la actividad física. Estadio C Pacientes con insuficiencia Clase III cardiaca sintomática asociada a enfermedad estructural subyacente. Pacientes con limitación de la física; cualquier física provoca la de los síntomas. acusada actividad actividad aparición Estadio D Pacientes con enfermedad Clase IV Pacientes con síntomas de cardiaca estructural avanzada y insuficiencia cardiaca en síntomas acusados de reposo. insuficiencia cardiaca en reposo a pesar de tratamiento médico máximo. En sus lineamientos de 2001, el American College of Cardiology y el American Heart Association, trabajando conjuntamente, presentaron cuatro estadios de la insuficiencia cardíaca, relacionados con la evolución y progreso de la enfermedad. La clasificación funcional clásica de la insuficiencia cardíaca es producida por la New York Heart Association (NYHA). Este sistema de puntuación documenta la severidad de los síntomas en un paciente cualquiera con insuficiencia cardíaca, y puede ser usado para evaluar la respuesta al tratamiento aplicado, de estar el paciente en una etapa terapéutica. Aunque su uso es muy amplio, la puntuación de la NYHA no es fielmente reproducible de un individuo a otro y no es útil para predecir con certeza la cantidad de la limitación a la actividad física de cada paciente con insuficiencia cardíaca crónica (ICC), es decir, la distancia de caminatas o el grado de tolerancia al ejercicio en las evaluaciones formales. La NYHA define cuatro clases de IC, sobre la base de la valoración subjetiva que hace el médico durante la anamnesis (interrogatorio), fundamentado sobre la presencia y severidad de la disnea. 8 CUADRO CLINICO (SIGNOS Y SINTOMAS) La IC puede ser una enfermedad que no presente síntomas durante mucho tiempo. Aun así, los síntomas predominantes son: Cansancio anormal por esfuerzos que antes no lo causaban. La sangre no llega adecuadamente a los músculos y se provoca una situación de fatiga muscular. Respiración fatigosa por estancamiento de los líquidos en los alvéolos de los pulmones. Incluso al estar acostado se puede presentar una sensación de ahogo que obliga a levantarse y dormir sentado. Tos seca y persistente motivada por la retención de líquido en los pulmones o por el tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión (B-bloqueadores). Es este último caso, el especialista puede valorar un cambio de tratamiento. La reducción del flujo sanguíneo al cerebro puede provocar sensaciones de mareo, confusión, mente en blanco y breves pérdidas de conciencia. 9 La IC puede provocar que el flujo de sangre a los riñones no sea suficiente, y se produzca retención de líquidos. Esta hinchazón suele localizarse en las piernas, los tobillos o el abdomen. Disnea de esfuerzo y mala tolerancia al ejercicio por fatiga. La insuficiencia cardiaca es un síndrome clínico en el que los pacientes presentan las siguientes características: Síntomas típicos de insuficiencia cardiaca (Falta de aire en reposo o durante el ejercicio, fatiga, cansancio, inflamación de tobillos). Signos típicos de insuficiencia cardiaca (Taquicardia, taquipnea, estertores pulmonares, derrame pleural, elevación de la presión yugular venosa, edema periférico, hepatomegalia). Evidencia objetiva de una anomalía estructural o funcional del corazón en reposo (Cardiomegalia, tercer sonido, soplos cardiacos, anomalías electrocardiográficas, concentraciones elevadas de péptidos natriuréticos). En general los síntomas y signos de la I.C. derivan de los siguientes trastornos fisiopatológicos: Aumento de las presiones venocapilares pulmonares y sistémicas, Limitación y redistribución del gasto cardíaco; Hiperactividad simpática; Hiperactividad del sistema Renina - Angiotensina - Aldosterona; Aumento de la volemia y del Na total. Los siguientes son los principales síntomas de insuficiencia cardíaca: Disnea Es el síntoma más característico de la insuficiencia cardíaca pero puede estar presente en muchas otras patologías. La definimos como una "sensación de dificultad respiratoria". Los pacientes la describen como "falta de aire", "ahogo", "agitamiento", "cansancio", etc. Se debe al aumento del trabajo respiratorio, que puede tener muchas causas: aumento de la resistencia al flujo aéreo, trastornos de la mecánica respiratoria, aumento de los estímulos del centro respiratorio, etc. En la insuficiencia cardíaca el factor más importante es el aumento del contenido de líquido intersticial pulmonar, debido a hipertensión de aurícula izquierda, lo que produce aumento de la rigidez 10 pulmonar y del trabajo respiratorio. Además, en casos más avanzados puede haber compromiso de las masas musculares intercostales y disminución del flujo sanguíneo muscular, lo que produce agotamiento muscular precoz. Habitualmente no se observa déficit de la saturación de oxígeno y sólo discretos grados de hiperventilación. El grado de Disnea permite clasificar la insuficiencia cardíaca, según la magnitud del esfuerzo que la desencadena, en 4 grados de compromiso funcional: (Criterios de la New York Heart Assoc.) Capacidad Funcional I= Existe patología cardíaca, pero los esfuerzos físicos sólo producen una disnea fisiológica. Sin limitación funcional. Capacidad Funcional II= Aparece disnea con esfuerzos moderados y se acompaña de una limitación funcional leve/moderada. Capacidad Funcional III= Aparece disnea con esfuerzos menores, produciendo una limitación funcional importante. Capacidad Funcional IV= Hay disnea de reposo o con esfuerzos mínimos. Limitación funcional máxima. Ortopnea Es la aparición de disnea en decúbito dorsal, que lleva al paciente a sentarse en su cama. Se debe a que la hipertensión capilar pulmonar aumenta en la posición de decúbito, al aumentar el volumen sanguíneo pulmonar. También influye el hecho de que la mecánica ventilatoria es menos eficiente en esa posición. Disnea Paroxística Nocturna Son crisis de disnea durante el sueño, que obligan al paciente a tomar la posición ortopneica. Se explica por varios factores: disminución de la actividad del centro respiratorio durante el sueño, aumento del volumen sanguíneo y de la presión de capilar pulmonar en decúbito y que se acentúa por reabsorción de edemas durante la noche, mecánica respiratoria más pobre, disminución del tono simpático, etc. Puede presentarse como tos nocturna y ocasionalmente como episodios de broncoespasmo ("asma cardíaca ") debido a edema bronquiolar. Edema pulmonar agudo Es la expresión más grave de la hipertensión capilar pulmonar. Se acompaña de extravasación de sangre hacia los alvéolos y eventualmente hacia los bronquios, produciéndose hemoptisis. Habitualmente se asocia a un deterioro del intercambio gaseoso, con hipoxemia y gran aumento del trabajo respiratorio. Es una situación clínica que tiende a su agravación y puede producir la muerte del paciente, por hipoxia y agotamiento respiratorio, en pocas horas. 11 Edema periférico Normalmente es de predominio vespertino y tiende a disminuir o desaparecer durante la noche. Se ubica en las zonas de decúbito: región pretibial en sujetos ambulatorios o región sacra en pacientes en cama. Su origen es multifactorial, siendo los más importantes los aumentos de la presión venosa, del Na total y de la volemia. Nicturia Es el aumento de la diuresis nocturna, que se explica por reabsorción de edemas. Fatigabilidad. Este síntoma es más inespecífico que la disnea. Se atribuye a disminución de la perfusión muscular y a la atrofia muscular por reposo, lo que determina fatiga muscular precoz. Palpitaciones Es la percepción del latido del corazón y se puede presentar en situaciones normales. El paciente con insuficiencia cardíaca suele relatar que junto con la disnea nota latidos cardíacos más rápidos. Anorexia y malestar epigástrico Suelen presentarse en los pacientes con congestión visceral por hipertensión venosa. 12 DIAGNOSTICO Los síntomas y signos de la IC son la clave para la detección precoz de la enfermedad, pero la sospecha clínica debe ser complementada con la evidencia objetiva de una anormalidad estructural o funcional del corazón. El diagnóstico debe contemplar la búsqueda de factores etiológicos, precipitantes y pronósticos. En la anamnesis puede haber disnea de esfuerzo, disnea paroxística nocturna, tos nocturna, anorexia, pérdida de peso y nicturia. Deben valorarse además aspectos relacionados con la sexualidad (puede haber disfunciones), el estado mental (en ocasiones aparece confusión y somnolencia), la capacidad laboral (la intolerancia al esfuerzo puede impedir el desarrollo de actividades) y los trastornos del sueño, incluso preguntar por consumo de tabaco y alcohol. Se debe revisar la toma de medicamentos que pueden exacerbar síntomas de una IC o provocar alteraciones cardiacas. En síntesis, el especialista debiera realizar una detallada historia clínica: Factores de riesgo cardiovascular en el paciente. Antecedentes de cardiopatía isquémica. Hipertensión o diabetes. Antecedentes familiares de miocardiopatías o enfermedades valvulares. Infecciones recientes. Síntomas relacionados con la tolerancia al esfuerzo. Hinchazón. Alteraciones del ritmo cardiaco. Exploración física para comprobar la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Auscultación cardiaca y pulmonar. Exploración abdominal. En la exploración física podemos encontrar: Edema de los miembros inferiores. Ingurgitación yugular. Estertores. Cardiomegalia. Edema agudo de pulmón. Ritmo de galope (3º y 4º ruido). Hepatomegalia. Reflujo hepato-yugular. Derrame pleural. Taquicardia. Aspecto piel (cianosis, sudoración). 13 Distensión y dolor abdominal. Hemoptisis. En algunos casos serán necesarias pruebas complementarias, como los rayos X, el ecocardiograma o la prueba de esfuerzo. Por tanto, en todo paciente con sospecha de IC no diagnosticada con anterioridad se deben realizar las siguientes pruebas: Electrocardiograma (ECG): Los cambios electrocardiográficos son frecuentes en los pacientes con sospecha de IC, de forma que si el ECG es completamente normal debemos replantearnos el diagnóstico. Radiografía de tórax (Rx): Es útil para detectar cardiomegalia, congestión pulmonar o derrame pleural. Puede evidenciar la presencia de enfermedad o infección pulmonar que podría causar o contribuir a la disnea. Análisis de sangre y orina: Debe incluir hemograma y bioquímica básica (glucemia, función renal, función hepática, perfil lipídico, iones y proteinograma), hemoglobina glicosilada, hormonas tiroideas y sedimento urinario. El estudio de otras pruebas más específicas estará indicado en función de los hallazgos del estudio clínico. Los péptidos natriuréticos (ANP y BNP): se producen en las células del miocardio y lo hacen en mayor o menor cantidad en función de las presiones intracavitarias de aurículas y ventrículos. El aumento en sangre constituye un signo 14 indirecto de aumento de presión en las cavidades cardíacas por lo que puede ser un indicador de IC, entre otras causas. Ecocardiograma: Es una técnica no invasiva y segura que proporciona información muy fiable sobre la anatomía cardiaca, movilidad de las paredes y función valvular. Es una prueba rutinaria en la evaluación de la IC ya que permite diagnosticar anomalías estructurales y funcionales. Resonancia Magnética Nuclear (RNM): Es una alternativa a la ecocardiografía en los casos en los que ésta proporciona imágenes de baja calidad y en los casos en los que el estudio del tejido miocárdico sea muy importante, como en las miocarditis o la enfermedad infiltrativa. 15 TRATAMIENTO Existen tratamientos eficaces para retrasar la progresión de la IC, mejorar la calidad de vida, la capacidad de esfuerzo y prolongar la supervivencia. Los diuréticos mejoran los síntomas congestivos y rebajan la hinchazón o la congestión pulmonar. Los fármacos vasodilatadores (como los nitratos o los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina) reducen la carga con la que debe trabajar el corazón, aumentan su rendimiento y rebajan la tensión arterial. Los betabloqueantes disminuyen las pulsaciones. La digoxina está indicada en pacientes con fibrilación auricular. En todo caso, el enfoque inicial de cualquier tratamiento para la IC siempre debe controlar la hipertensión o la diabetes y recuperar el caudal de riego sanguíneo. Tipos de medicamentos se usan comúnmente para tratar la insuficiencia cardiaca: Inhibidores de la ECA. Los inhibidores de la enzima convertidor de angiotensina, ECA ayudan a dilatar sus arterias y a disminuir su presión arterial (sanguínea) mejorando el flujo de sangre. Diuréticos. Los diuréticos con frecuencia se describen como "píldoras de agua" puesto que éstos le hacen orinar con más frecuencia y ayudan a que no se acumule líquido dentro de su cuerpo. Éstos también pueden disminuir la cantidad de líquido que se acumula dentro de sus pulmones lo cual le ayuda a respirar mejor. Bloqueadores beta (o beta bloqueantes). Los bloqueadores beta pueden disminuir la presión arterial y desacelerar un latido del corazón que está acelerado. Estos también pueden ayudar a prevenir algunos problemas relacionados con el ritmo cardiaco. Digoxina. La digoxina, también conocida como digitalis, ayuda a que el corazón bombee mejor fortaleciendo las contracciones del corazón También es importante mencionar que algunas recomendaciones generales constituyen una parte importante del tratamiento al contribuir de forma eficaz en la estabilidad clínica del paciente y en la mejora de su calidad de vida. Entre los aspectos de carácter general destacan los siguientes: 16 Educación del paciente y su familia: Los profesionales de salud deben proporcionar información clara, práctica y sencilla al paciente y su familia sobre la IC. El conocimiento de la enfermedad y su tratamiento es fundamental para favorecer el autocontrol. Ejercicio físico: La actividad física diaria, regular y moderada en los pacientes con IC estable mejora su capacidad funcional. Sólo en los episodios de descompensación se aconseja el reposo durante los primeros días e iniciar la deambulación tan pronto como sea posible. Dieta e ingesta de líquidos: Se recomienda la restricción de la ingesta de sal en la IC sintomática para prevenir la retención de líquidos. La restricción hídrica no está indicada en pacientes con síntomas leves. Si la sintomatología es moderada se debe restringir a 1.5 l/día. En pacientes con IC avanzada e hiponatremia, se debe limitar más. Reducir la obesidad es otro objetivo fundamental. Tabaco y alcohol: El consumo de tabaco y alcohol aumenta el riesgo de múltiples reingresos hospitalarios. Actividad sexual: Hay poca evidencia sobre la influencia de la actividad sexual en los pacientes con síntomas leves o moderados. Se ha observado un ligero aumento de riesgo de descompensación causado por la actividad sexual. Vacunas: contra la gripe. Se considerará la vacuna contra el neumococo y la vacuna anual 17 ALGORITMO DE MANEJO DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA 18 CONCLUSIÓN A pesar de conocerse la Insuficiencia Cardiaca (IC) desde hace muchos años, su prevalencia sigue aumentando y su mortalidad poco ha cambiado, en contraste con otras frecuentes enfermedades cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica (CI) y la hipertensión arterial (HTA), de aparente surgimiento o reconocimiento más recientes, en las cuales sí se ha logrado disminuir la mortalidad. Sin embargo, en los últimos 20 años se ha avanzado aceleradamente en el conocimiento fisiopatológico, diagnóstico y sobre todo terapéutico, de este complejo síndrome que hemos presentado de forma resumida y actualizada. La IC se interpreta actualmente como un síndrome que implica disfunción cardiaca que produce mala perfusión de órganos periféricos en relación con la demanda metabólica de los mismos, como consecuencia de trastornos funcionales o estructurales que afectan, de forma primaria o secundaria, la capacidad del corazón para llenarse o vaciarse adecuadamente. Recientemente se ha dado a conocer una nueva clasificación de este síndrome reconociendo que hay factores de riesgo para su desarrollo, que tiene fases asintomáticas y sintomáticas y que existen intervenciones terapéuticas que pueden disminuir la morbilidad y la mortalidad en cada una de ellas reconocidas en cuatro estadios según el American College of Cardiology y el American Heart Association. La clasificación funcional de la New York Heart Association (NYHA) es un útil predictor de supervivencia y los incluye en algunas de estas cuatro clases que pueden variar dentro de un mismo individuo con el tratamiento o la evolución de la enfermedad. Detectar y valorar los signos y síntomas de la insuficiencia cardíaca, y actuar con rapidez en los momentos críticos es fundamental en el accionar de enfermería, pero, después de la crisis también es importante instruir al paciente sobre la importancia de respetar rigurosamente las indicaciones médicas, la práctica progresiva de ejercicio bajo control, el cumplimiento de la dieta y la restricción de líquidos. Además, enseñarle a reconocer los signos y síntomas para que pueda requerir ayuda cuando lo considere necesario. Puesto que la población sigue envejeciendo y aumentan las expectativas de vida, lo más probable es que también vaya en aumento el número de personas con esta patología. La experta valoración y actividades de enfermería pueden ayudar a que los años en los que el paciente deba convivir con la enfermedad sean lo más felices y productivos posibles. 19 BIBLIOGRAFIA Fisiopatología Médica: Una introducción a la medicina clínica Autor: Stephen J. McPhee – William F. Ganong Quinta Edición en Español Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V. Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular Web: http://www.sochicar.cl/ Sociedad Chilena de Enfermería en Cardiología y Cirugía Cardiovascular Web: http://www.sociedadenfermeriaencardiologia.cl/ Guía de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) Diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardiaca aguda y crónica (2008). Versión corregida 03/03/2010 Volumen 61, Número 12, Diciembre 2008 Departamento de Estadísticas e Información de Salud Ministerio de Salud de Chile Web: http://deis.minsal.cl/index.asp 20