Bibliografía_La vecindad civil en la Reforma del Código Civil

Anuncio
1 1 _- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ­
Administración local (en este apart ado de Haciendas local es con regulación semejante a la ge­
neral ) y la solució n dada a la cuesti6 n pendiente de la participaci ón de las entidades locales
navarras en los tributos del Estado que no so n exaccionados por Nava rra .
Dentro de esta segunda parte, es preci so hacer referen cia a la nue va regul aci6n de la
Jun ta Arbitral que ve limitado su objeto a fin de no entrometerse en la juri sdicción del Tribunal
Con stitu ci onal. Además su co mpos ición ha suf rido mod ificaciones , estando ahora formada por
nueve miembros, cuatro de cada parte (Adminis tración del Es tado y de Navarra) y presid ida por
un Mag istrado del Tribunal Supremo. Su pro cedimient o se aj ustará a la Ley de Proced imiento
Administrativo y sus decisi ones son recurribles ante la Sala de lo Contencioso-administrativo del
Tribunal Suprem o. Por cierto, persiste la Comisi6n Coordinadora regul ada en el Títul o m de la
ley. integrada paritariarnente por seis rep resentantes del Estado y otros seis de Na varra.
La te rcera parte se refiere a la aportac ión económica de Na varra a las cargas generales
del Estado, que J.1. DEL B URGO cal ifica , j unto a la armonización fiscal , de " núcl eo ese nc ial del
Convenio Econ ómico" (pág. 89). Para ello, desde los p rincipi os de autonomía fiscal de Navarra
y de solidaridad, explica el método de determinación de la aportación . que se cifra finalmente,
tras tene rse en cuenta las últimas tran sfer enci as de Educació n, Insalud e Inserso, y los cálculos
de lV A, arm oni zación e ingresos de la Seguridad Soci al en un esfuerzo financiero net o de 22.600
mill one s de pesetas en 1990 (pág. 94 ). Queda clara la vigenc ia indefin ida del Conve nio, a pesar
del cálculo quinquenal del cupo contributivo que deber á se r aju stado co nfo rme a las f órmulas
polinómica s rec ogidas en la ley .
4. En el tercer gran apartado hay que incluir los textos legales del Convenio de 1969 y
de 1990 que se han incorp orado al fina l de la obra. Estim o que ha sido un acie rto no lim itarse
exclusivamen te a la transcri pción del nuevo Con ven io de 1990 y haber ad icionado el texto de
1969 y sus re formas, lo que permite -ade rnás de la opo rtunidad dc tener reun idas estas normas­
un es tudio comparativ o que facilita observar las novedades introducidas.
5. En fin , J.l. DEL B URGO ha reali zado un ex ame n some ro , pero pau sado, del nuevo Con­
venio Eco nómi co de 1990 entre Navarra y el Es tado. No se limita a ex plicar sus imp ortantes
no vedades (p or eje mplo el criterio único de resid enci a a efec tos del LR .P.F. ) sino tambi én
o frece, aunque sea brevemente, una con ce pción global del sistema financie ro de Navarra que -no
se olvide- es parte medul ar del régim en foral. De ahí, y además a falta de estud ios más ampli os
y/o más parti cul ares a los que abre ca mino , que se a de todo punt o recome ndabl e s u le ctura,
habida cuenta de que el libro trata sobre una ley que afecta no s610 a la vida institucional de
Navarra sino al día a día de la actividad soc ial, indu str ial, econ ómica de los ciudada nos y de las
empresas de Navarra.
M ARTf N M ª R AZQ UIN LLZARR AGA
DURÁN RIVACOBA, R AMÓN, La vecindad civil en la Reforma del Código Civil por Ley de
15 de oc/ubre de 1990 , Universidad Nacional de Edu cación a Distancia , Madrid, 1990 , 69 pág i­
nas.
El Profesor DURÁN Rl VACOB A ha publi cado es ta mo nografía objet o de recensión poco tiem­
po después de la pr omulgaci6n de la Ley de 15 de Octubre de 1990 de ref orma del Código
Civil , en aplicación del principio de no discrimin ación por razón de sexo . En primer lugar con­
viene destacar que el autor no se lim ita al análisis de los precept os reformados , sino que tam­
bién exami na los antecede ntes de la reforma y las normas registrale s que inciden en la mate ria;
finalmen te, corno anexo. incl uye el texto de la ley y de las propu estas legislati vas previa s.
Como cuesti ón inicial, el autor resalta la naturaleza de norma de conflicto de los art ícu­
los modi ficado s en cuanto determ inan la vecindad civil corres pondiente a los suje tos y, por es ta
vía, la legislación civi l foral o co mú n aplicable . Esta remi sión hasta ahora era discrim inat oria
por raz6n de sexo y, por tanto , inconstitu cional. Debid o a e llo, como af irma Durán Rivacob a,
nos encon tram os ante una reform a neces aria en tant o ajusta una serie de precep tos del Código
Civil al prin cip io constitucional de igu aldad entre los cóny uges. Reforma, no obs tante, tardía lo
que a j uicio del aut or , obedece prin cip alm ente a la politi zaci ón exis tente en la elabo ració n de las
leyes. Sin embargo, es te retra so qu izá más se deb ió a los reparos en aborda r una reform a que
traería cons igo graves probl em as a la hora de determ inar el régimen econ ómi co del matrim oni o
- -
-- - -
-
-
-
-
-
-
r'
\
-----------------,...----- ­
o la vecin dad civil de los hijos.
Como ante cedentes del texto definitivo destacan do s Proposiciones de Ley del grupo par­
lamentari o soci alista, una del Congreso y otra del Senado, respectivame nte de 1985 y de 1989 y
e l Proy ecto de Nuev o T ítulo Preliminar de la Comisión General de Codificac ión.
A co ntinuac ión, el profesor DURÁN Rrv ACOBA estudia detallad amente el artículo 14 CC,
haciend o especi al hincapié en sus apartados 3º y 4º al haber sido intens amente mod ificados por
la reforma legi slativa. Tra s afirmar la existenci a de un cierto par alelismo entr e este precept o y
las norm as de nacion alidad en su red acción de 1982 en el que lueg o insiste al hablar de la crisi s
del prin cipi o de unidad famili ar , el aná lisis se inicia con una clasificación de los criteri os de
atribución de la veci ndad c ivil que prevé el artículo c itado :
A) Ius sanguinis combinado con posibl es opcion es de los padre s o el interesado .
B) Opci ón del interesado a través del matrimonio.
C) lus soli, como crite rio residual.
En lo que concierne al ius sanguinis se centra en uno de los principales problema s que
ha planteado la nueva regulació n: la vec indad civil de hijos de padres con veci ndad diferen te.
Real iza una valorac ión personal no exe nta de crí tica de las diferent es solucio nes previstas en el­
artículo l 4.3.1. CC : cr iterio de preferencia en el tiempo, ius soli y vecindad común. 'En es te
sentido considera a l primer criterio reiterativo de l pr incip io de que, por regla genera l, los hij os
sig uen la veci ndad civi l de los padres e, igualmente, incorrectame nte ubicado porq ue a pesar de
tener ún icamente cab ida en el mismo los supuestos de filiac ión no m atrim on ial, sin embargo
aparece como criterio prioritario, obliga ndo en el caso de determ inación conjunta de la filiación
(matri mo nial o adoptiva) por ambos proge nitores a acud ir al cr iterio de l ius soli que, a j uicio
del autor, se limita a repet ir lo expresado en el párrafo 6° del artíc ulo 14 Ce. Por últim o, cuando
resulte inapli cable es te cri terio por haber nacido la perso na c uya veci ndad se discute, en el ex­
tranjero o lugar desconocid o, entra rá en funcionam iento como cr iterio sup leto rio de seg undo
grado la vec indad com ún, solució n seg ura aunque injusta para los Derec hos Forales; buena prueb a
de ello es la reciente interposición con tra es ta ley de un recurso de incon stitu cionali dad por la
Diput ación Gene ral de Aragón.
En el párrafo siguiente y como una excepci ón a estos criteri os legales, el Código per­
mite , dentro de las facultades de la patria potestad, a los padres optar de mutuo acuerdo res­
pecto de la vecindad del hijo. No obs tante, DURÁN R ¡VACOBA co ns idera que e l Códi go deb erí a
haber contemplado es ta opció n po r los padres como sol ución básica y los criterios legales co mo
la excepción. Es dec ir que sólo se dc berfa acud ir a los criterios lega les en defecto de acuerdo, o
en s u caso, de resolución jud icial resolv iendo la falta de acuerdo (por aplic ación del artíc ulo 156
C), so lució n que ha sido pues ta en dud a por algunos autores .
Desd e un punto de vista práctico estima que sería co nveniente, dado e l breve plazo con­
cedido para realizar la opc ión, que el encarga do del Registro Civil se preocupase de informar a
los padres al inscribir el nacimiento.
También el Cód igo contempla la posib ilidad de opción po r el propio interesado a partir
de los ca torce años por sí mismo, o asistid o por su representante legal según haya cumplido o
no 18 años, en interpretación del autor que viene a identificar en este supuesto emanci pació n
con mayo ría de edad, cuando la emancipación se puede alcanzar por otras vías . Sin embargo, no
se le permite optar al men or de catorce años, a difer enc ia de lo q ue ocurr e en la nueva regula­
ción en materia de nac ionalidad.
Respect o de las disyunti vas de la opción, el autor considera más j ustifica ble la opció n
por la vecindad última de cualquiera de sus padres (" última " para DURÁN RI V ACOBA en el sentido
de vec indad perdida) que por la del lugar de nacimi ento, so lución que parece aminor ar, en cierto
modo, la ruptura de l principio de unidad familiar.
Por otra parte, el autor no ve obstáculo legal alguno a la pos ibilidad de l suje to ele cam ­
biar el sentido de su opción , s i bien dentro de l términ o prev isto por el Códi go Civi l; ello adem ás
consti tuiría un a forma de "suavizar" el tenor literal del pá rrafo ante rior aunque, en mi opinió n
podría ir en detrimen to de la seg uridad ju rídica.
A continuación dedica especial atención a dos tema s estrechamente relacionados: la reper­
.E1E�1�
- - - - - - - - - - - - - - - - - ­
cusi án actual del matrimonio en la veci ndad y la ruptura del prin cipio de unidad familiar .
A partir de la reforma y en aplicación del principio de no discriminac ión por razón de
sexo, la persona casada va a contar con dos alternativas: a) conservar su vecindad b) optar por
la vecindad del otro cónyuge; lo último conlleva en opinión del autor gran riesgo frente a ter­
ceros al no se ñalar el Código límites ni condicionami entos de ningún tipo salvo la ausencia de
separación legal o fáctica .
De todo lo ex puesto hasta ahor a DURÁN RIVACOB A deduce la "completa renun cia por
parte de la llueva regulación al princip io de unidad familiar , lo que, a mi entender , no es del
todo exacto desde el momento que se permite al sujeto optar por la vecindad de su cónyuge o al
hijo por la vecindad de su cónyuge o al hijo por la de sus padres. No debemo s olvidar , sin
embargo , los graves problemas que se van a derivar de la reforma y que pone de relieve DURÁN
Rrvxc oa-, en concreto el del régimen económico correspondient e a un matrimon io con diferente
vecindad civil. Este problema está resuelto poniendo en relación lo nuevos párrafos 2~ del artículo
9 CC y 3 ~ del artículo 16 CC; este último discrimin atorio con lo Derechos Forales aunque Dur án
Rivacoba lo intente j ustificar apelando a la seguridad juríd ica. Ahora bien, se trata de una solu­
ción aparente , al originarse algunas incert idumbre s expuestas por el autor con acierto como el
hecho de que sólo se tenga en cuenta el régimen supletorio común de los cónyuges cuando no
resulten aplicables los puntos de cone xión contemplados en el artículo 9.2. CC; o la supresión
del antiguo párrafo 3 ~ del artículo 9 CC (párrafo aplicable a la vecindad civ il por la vía del
artículo 16.1. CC) para DURÁN RIVACOBA sólo explicable como un olvido del legislador.
En lo referente a la adquisición de la vecindad por residencia no se ha introducido ninguna
modificación importante . En consecuencia , siguen distinguiéndose dos posibilid ades: dos años de
residencia continuada y voluntad expresa del interesad o o bien, diez años de residencia conti­
nuada y no voluntad en contrario. Como única innovación se separa el último inciso que esta­
blece la no necesidad de reiteración de ambas declaraciones; si bien el autor lo entiende referido
exc lusivamente a la declaración de querer conservar la vecindad prevía. Por otra parte, la ca­
pacidad exigida para estas declaracion es se regula en e l artículo 225 del Reglamento del Regis­
tro Civil que Durán Rivacoba interpreta en un sentido amplio al incluir los supuestos de may­
ores de catorce años y de incapaces asistidos por su representante legal, de igual forma que el
nuevo sistema les permit e optar por la vecindad del lugar de nacimiento : esto último, en mi
opinión, no parece deducirse del temor literal de dicho precepto; otra cosa dife rente es la necesi­
dad de reforma del mismo.
Seguidamente y en a base los plazos previstos por los nuevos artículos para la adquisi­
ción de la vecindad civil por opción o residencia , pone de relieve el mantenimiento por la re­
forma de la distinción entre las categorías de vecindad civil y administrativa (esta última , deri­
vada del Estado de las Autonomías que consagra la Constitución) línea de la que se separa la
nueva Compila ción de Derecho Civil de Baleares de 28 de junio de 1990 en su artículo 2 ~.
Concluye el análisis del articulo 14 CC con una breve mención a su último párrafo rela­
tivo al ius soli que interpreta como crit erio supletorio de último grado y a la necesidad de
mantener la prevalencia del ius sa nguinis sobre el ius soli.
DURÁN Rtvxconx Finaliza su estudio refiriéndose a las normas reg istrales sobre vecindad
como son las relativ as a las declaraciones de opción y de adquisición de la vecindad por re­
sidencia y a la escasa eficacia publicitaria del registro Civil en este tema, lo que se suple de
algún modo con las declaraci ones con valor de presunci ón iuris tantum que prevé la legislación
reg istral.
Por últim o, como valoración crítica, decir que sin perju icio de algunas discrepancias, se
trata de una monografía interesante en tanto constituye el primer estudio detallado de las conse­
cue ncias de esta reforma en materia de vecindad civil , consecuencias que se prev én bastante
problemát icas dada la complejidad de la nueva regulación .
AU RORA LÓPEZ AZCONA
TOMAs RAMÓN FERNÁNDEZ, Arb itrariedad y discrecional idad , Cuadernos Cívitas, Cfvitas,
Madrid, 1991, pp. 144.
l . El presente opúsculo del profesor
T OMÁS
RAN6N FERNÁNDEZ está j ustificado,
11 0
sólo
Descargar