Desde el último día 12, Brasil ha sido escenario de varias protestas

COMUNICACIÓN PÚBLICA DE LA CNTE SOBRE LAS MANIFESTACIONES POPULARES EN BRASIL
Desde el último día 12, Brasil ha sido escenario de varias protestas, organizadas principalmente
por la juventud, las cuales se iniciaron después del comunicado de reajuste en los precios del transporte
público en varias ciudades del país.
La actual dimensión de los actos muestra que el transporte público es solo uno de los ejes de las
movilizaciones. El pueblo en la calle, aun sin liderazgos tradicionales (ya sea de personas, o de entidades
organizadas) ha manifestado contrariedad con los gastos públicos en la construcción de estadios para el
Mundial de Fútbol de 2014, y con la histórica e insuficiente inversión pública en educación y salud, con
el fisiologismo y la corrupción política en los tres ámbitos de la federación (Unión, Estados y
Municipios), con la falta de democracia participativa, que permita la consulta pública periódica a la
sociedad sobre temas relevantes, como la destinación del 100% de las riquezas del petróleo para la
educación pública.
La CNTE es solidaria con la pauta justa y urgente presentada por la mayoría de los integrantes de
esos movimientos de protesta, pero está contra actos de vandalismo, violencia, saqueos y depredaciones
del patrimonio público e histórico, siguiendo la propia orientación de la mayor parte de los manifestantes
que intenta impedir esas acciones durante las movilizaciones.
Reconocemos muchas de las insatisfacciones populares (inclusive porque ellas constituyen
pautas permanentes de la clase trabajadora, especialmente de los trabajadores/as de la educación) pero
creemos que el Estado Democrático, en el actual contexto de la civilización, debe ser preservado por la
sociedad brasileña, sin riesgos de retrocesos que marcaron la historia de Brasil y del continente
latinoamericano.
En ese sentido, la CNTE considera como pauta prioritaria para la sociedad brasileña la reforma
política, capaz de fortalecer a los partidos (convirtiéndolos efectivamente en representantes de los
diferentes segmentos de la sociedad) y de ampliar la democracia participativa en el país. La desconfianza
y el rechazo de los jóvenes manifestantes contra la política (marca registrada en los actos por el país)
expresa la urgencia de esta agenda para el Congreso Nacional.
Como consecuencia de la reforma política, la juventud y el conjunto de la sociedad brasileña
deben exigir reformas estructurales para consolidar el actual proceso de desarrollo inclusivo y con
oportunidades para todos, lo que abarca la reforma tributaria, que priorice la progresividad de los
impuestos sobre la renta, más acceso de los jóvenes a la escuela, a la universidad y al empleo, la garantía
de salud, transporte, seguridad y vivienda, entre otras políticas públicas previstas en la Constitución
Federal.
La CNTE entiende, también, que las actuales reivindicaciones ocurren en un momento de
consolidación de las estructuras democráticas en Brasil y, consecuentemente, de una mayor
concientización y libertad de expresión del pueblo brasileño. Pero se deben superar las prácticas
políticas anacrónicas, impuestas por las oligarquías que todavía dominan el Congreso Nacional y gran
parte de los poderes en los estados y municipios, para calificar la política y convertirla en el principal
espacio de disputa para los jóvenes, los trabajadores y la sociedad en general.
Finalmente, es necesario tener cuidado con los oportunistas, especialmente con los grandes
medios de comunicación (patrocinadores del Golpe Militar de 1964 junto con sectores de la burguesía
nacional), pues ya están intentando vincular las protestas populares a acciones contra actores políticos
reconocidos por haber promovido políticas públicas emancipadoras y de promoción de la ciudadanía en
el país, con el claro propósito de confundir a la opinión pública y así sacar provecho en favor de sectores
retrógrados que intentan volver al Poder a cualquier costo. Y si eso ocurre, las protestas por más avances
sociales estarán seriamente comprometidas.
São Paulo, 20 de junio de 2013
Dirección Ejecutiva de la CNTE