La Ventaja Competitiva Basada en la Estrategia de Perfeccionamiento Operacional de los Recursos Humanos: el Caso de una Red De Supermercados en Brasil Autoria: Valmir Emil Hoffmann Resumen La competencia constituye uno de los retos prioritarios de las empresas. Las empresas han tenido que desarrollar ventajas competitivas buscando en sus recursos tanto dentro como fuera de la organización. Dentro de los recursos aquellos relacionados con las personas y el conocimiento han venido a considerarse como críticos. En este contexto, un de los recursos más importantes que la empresa puede acceder es el conocimiento de le gente que trabaja con ella. En este artículo es presentado el caso de un supermercado que ha desarrollado una estrategia de mejora del servicio prestado al cliente a través de un programa de entrenamiento de su personal. Su foco ha sido el entrenamiento de personas que tienen contacto directo con el cliente, pero principalmente con el nivel de los gerentes, a fin de buscar la consolidación de los entrenamientos realizados. Son presentadas todas las fases que ese proceso ocupó especificándolas más detalladamente. Al final, se señala que el proceso generó beneficios en términos de atención al cliente (productos), de distribución, promoción, posicionamiento y precio. Introducción Partiendo de la competitividad como reto básico de las empresas en el momento actual, la literatura estratégica ha sufrido un cambio importante en su forma de analizar los factores que llevan a su consecución y sostenimiento. Si en la década de los ochenta las estrategias porterianas (Porter,1980, 1985) podían considerarse dominantes, la década de los noventa ha presenciado el florecimiento de nuevos enfoques que han vuelto la mirada hacia el interior de la organización empresarial. Frente a la búsqueda de las ventajas competitivas en las imperfecciones de los mercados de outputs, a partir de las estrategias empresariales básicas, las nuevas perspectivas basadas en los recursos (Wernelfelt, 1986; Barney, 1986, 1991) y sus posteriores desarrollos, como las capacidades dinámicas (Teece et al., 1997) y las perspectivas basadas en el conocimiento (Grant, 1996, Nonaka y Taechiu, 1999) han relacionado la ventaja competitiva en los recursos que posee y controla la empresa. Dentro de estos recursos son aquellos intangibles, basado en el conocimiento los que presentan las condiciones para ser considerados estratégicos y por lo tanto posible generados de rentas para las empresas. Por otra parte tal como señalan Prahalad y Hamel,1994, la cuestión clave para la consecución de la ventaja competitiva más que en el contenido de la estrategia esta en el proceso, en el como se desarrolla. Esto autores sitúan las fuentes de la ventaja competitiva a partir del marco de la cinco Ps del marketing. Considerando las dos ideas anteriormente propuestas nuestro trabajo ha analizado el impacto de los programas de formación de los recursos humanos en la mejora de la atención a los clientes. Dentro de una perspectivo del conocimiento, la formación es un elemento clave dentro de las interacciones entre conocimiento explícito y táctico. Por otro lado las personas son el nivel básico para la creación y diseminación del propio conocimiento. Nuestro trabajo se ha basado en el estudio del caso de una red de supermercados brasileños, y ha centrado su atención en el impacto de la implantación de programas de formación sobre la competitividad de la empresa. Hemos estructurado el contenido del trabajo en los siguientes puntos: en primer lugar, los desarrollos teóricos que constituyen nuestro marco teóricos de referencia para pasar a 1 describir el caso estudiado y sus resultados. EL final del trabajo exponemos las conclusiones más relevantes del mismo. Marco Teórico La competitividad es, actualmente, uno de los principales temas de discusión tanto en nivel teórico cuanto empírico. Desde el punto de vista teórico distintos autores, entre ellos Day y Rebeistein (1999); Porter (1999), destacan que la competencia se ha incrementado significativamente. Como una de las consecuencias naturales de ese incremento está la reacción de las empresas que están en el mercado frente a aquellas que quieren entrar, implementando estrategias más eficaces y con niveles de riesgo más bajos i. Desde un punto de vista más empírico, las discusiones se centran en qué hacer para desarrollar alternativas. Orssatto y Hoffmann (1998) afirman que las empresas dedicaron la mayor parte de su tiempo en los últimos diez años en la búsqueda de nuevos instrumentos de gestión que incrementasen la productividad y eficiencia. Esta fue una de las maneras en que ellas reaccionaron. Otras maneras, también muy empleadas fueron las fusiones, joint ventures y adquisiciones, en una búsqueda clara de ganancias de escala, desde un punto de vista más tecnológico, de conocimientos y de distribución que de producción en si misma. Ese fue el caso de la industria automovilística que sólo en los últimos cinco años ha alterado completamente el orden de la competencia, en nivel mundial ii. Sin embargo las discusiones no se han establecido solamente en este ámbito. Los gobiernos igualmente han demostrado su preocupación por la competitividad de sus economías. Por una parte esto se debe a lo que representa la competitividad para una determinada industria en nivel mundial. O sea, para las economías nacionales eso significa empleo y consecuentemente el mantenimiento de niveles de consumo y renta nacionales, lo que se puede interpretar también como estabilidad del status quo del desarrollo local iii. De una manera más colectiva, la competitividad de una industria puede significar su seguridad con relación a parcelas de mercado o al mantenimiento de una marca nacional o regional iv. Algunas iniciativas bastante concretas en este sentido son relatadas por Molina (1998). Este autor destaca que uno de los recursos que acabaron por ser compartidos por empresas pertenecientes a una determinada industria fue justamente el desarrollo de una marca propia. Hasta ahora se planteó la competitividad en términos de sus efectos en tres esferas concretas: las empresas, la industria y el gobierno. Sin embargo hace falta concretar un poco más el concepto genérico de competitividad. Pero tal generalización resulta controvertida en la literatura v. La comprensión del concepto, de hecho deriva de determinadas características que posee la competitividad. Como escribe Molina (1997), el concepto de competitividad es dinámico, ya que la empresa o industria tiene que mostrar su superioridad a lo largo del tiempo y de manera sostenida; comparativo ya que se tiene que comparar con otras empresas; complejo por la dificultad de aislar factores y por la ausencia de criterios claros para medición y también relativo a la percepción que de ella tengan cada uno de los grupos de intereses internos de la empresa o industria. Se podría añadir a esas características el carácter temporal e inestable, ya que una mayor competitividad sólo existe mientras exista la fuente de ventaja que la sostiene o la eficacia de la estrategia que la explota. De manera genérica se puede resumir el concepto de competitividad como el reconocimiento del mercado a través de ampliación y/o mantenimiento de una determinada cuota por parte de una empresa o industria. Una empresa o industria es más competitiva que otra siempre que logra crecer o mantener posiciones, siempre que otras lo estén perdiendo. 2 Una cuestión clave en el tema de la competitividad es cómo se lograrla. Al comienzo de este trabajo se ha visto que las empresas han emprendido unas y otras acciones, más centradas a la producción que cualquier otra medida. O sea, como escriben Prahalad y Hamel (1994), las organizaciones en ese periodo se han olvidado de las estrategias. Superada esa fase las empresas nuevamente tienen que buscar fuentes que puedan generar competitividad. Se puede entender que entre esas fuentes estarían las cinco Ps de marketing (price, product, place, promotion and positioning): producto, precio, distribución, promoción y posicionamiento. En cada una de esas Ps, la posibilidad de la empresa y la propia industria de generar alguna ventaja es relativa al mercado de actuación y de su actuación en ese mercado. En cuanto al producto, las fuentes estarían relacionadas con la mejora de los proyectos de producto, la inversión en I+D o en la búsqueda de informaciones más precisas de las tendencias de consumo. O sea, especialmente en dos polos – información de mercado y transformación de esas informaciones en acciones. Obviamente esas ventajas logradas a partir de las informaciones pueden también ser alcanzadas por los competidores, pero que un competidor busque las mismas informaciones y encuentre para ellas un mismo destino parece ser algo poco probable. Lo que sí parece más lógico es que, por efecto imitación, los competidores pasen a utilizar las mismas estrategias con lo que no habría ventaja. Un caso distinto se refiere al desarrollo de marcas propias, como en el caso de industrias, que establecen las marcas de denominación de origen, muy comunes en alimentos, y ahora también en otros productos, como textiles o cerámica vi. Con relación al precio la fuente ampliamente utilizada para obtener una ventaja competitiva es el enfoque en costes. Con costes más bajos, una empresa o industria puede ofrecer al mercado precios más bajos, por productos similares. Cabe resaltar que de hecho los productos deben preservar sus características con relación a aquél que quieren sustituir. O sea, para que la ventaja sea interesante para la empresa, las características que posibilitan la presencia del producto en el mercado deben quedar preservadas. Por supuesto algunas de ellas no se pueden imitar, como, por ejemplo, las marcas, pero se puede desarrollar marcas igualmente consideradas. Así la estrategia basada en los precios debe permitir que el producto no pierda cualidades frente a su competidor pues en este caso habría una pérdida de mercado y no una ventaja sobre él. Las ventajas atribuidas a la distribución se centran en tres ejes: las formas electrónicas alternativas, las telecomunicaciones y la proximidad con los clientes. Cuanto a las formas alternativas, las más importantes son aquellas relacionadas al uso del comercio electrónico. El comercio electrónico tiene crecido rápidamente en los mercados más desarrollados (Aragonés, 1997). Es cierto que ese procedimiento puede en parte estar motivo por deseo natural de algunas sociedades, más que otras, de experimentar algo novedoso. También es cierto que para que esa modalidad de comercio se expanda más, una asignatura pendiente es la cuestión de la seguridad de los datos. En este momento las telecomunicaciones se muestran un tanto más seguras y atienden distintos objetivos estratégicos de las empresas. Aquí se considera aquellas acciones más centradas en el telemarketing, excluidas el comercio electrónico que ya se ha hablado anteriormente. Son aquellos proyectos implantados por empresas, utilizando principalmente medios telefónicos y de fax para ir de encuentro a sus clientes. Los más comunes son las centrales de recepción de llamadas con cobro revertido. Esa estrategia suele ser más efectiva cuando el mercado de actuación de la empresa es muy disperso; los costes de localización de equipo de ventas son altos y el producto es conocido o asimilable por el mercado. En un proyecto implementado en una empresa por uno de los autores de este artículo, el resultado se transformó en mayores ventas justamente por que se cumplían las tres condiciones anteriores. 3 La aproximación con clientes puede transformarse en una ventaja significativa para determinados negocio, como se verá más adelante. Principalmente cuando se trata del sector de servicios, de venta de bienes de consumo y de aquellas ventas que la diferencia de conocimiento entre lo es necesario saber para poder comprar y lo que el consumidor sabe, es grande. En todos estos casos la aproximación puede significar quedarse en el mercado o salir de él. Hay que añadir a eso la propia prestación de servicio, cuando se compra un producto y por alguna razón es necesario volver a contactar la empresa. La promoción puede generar ventajas a partir de su optimización y ella, se acredita, significa direccionalidad, objetividad y flexibilidad. La promoción debe ser dirigida al público más segmentado. Los costes que significan hoy anunciar en los medios de comunicación pueden ampliar demasiado la presión sobre los precios. Así, saber dónde está el público y cómo comunicarse con ese público parece una condición sine qua non para alcanzar niveles óptimos con la promoción de productos. La objetividad de la promoción de los productos está relacionada con el hecho de que las personas ahora tienen menos tiempo y a la vez son asediadas por un nivel mayor de empresas y productos. O sea, que el tiempo disponible por las personas es un factor importante en relación con las jornadas de trabajo, los tiempos gastados en transportes y el ocio. Por tal motivo las empresas se disputan las franjas horarias en las que también se reciben muchas otras comunicaciones. Así, se abre espacio para aquellas comunicaciones que justamente sean más flexibles, y que tengan un coeficiente de creatividad mayor. Es de allí que aparece la necesidad de que más y más se aporte medios y mensajes alternativos, capaces de juntar las dos perspectivas anteriores (direccionalidad y objetividad), de una manera creativa. La última de las Ps, el posicionamiento puede generar una ventaja competitiva siempre que esté establecido de manera sólida en el mercado vii. Los signos y también los conceptos que constituyen los posicionamientos son significativos para el mercado ya que comunican en si mismos un mensaje al mercado. Como escribe Fernández (1993), la empresa tiene que buscar internamente las fuentes de su ventaja competitiva. Aunque que no sea necesariamente así, ya que la empresa puede tener fuentes externas, como el concepto existente de estrategia colectiva (Astley & Fombrun, 1983), sin duda que los recursos que la empresa posee juegan un papel importante en el establecimiento de algunas ventajas viii. Los recursos para que tengan un papel importante tienen que ser valiosos, raros, difíciles de imitar y de difícil reposición (Barney, 1986, 1991). La competitividad se produce por el desarrollo de ventajas competitivas. Y estas por estrategias organizativas establecidas de acuerdo con las configuraciones del mercado y de los recursos disponibles por parte de las empresas. O sea, a través de los recursos que ella misma tiene: capital, trabajo, tecnología, conocimiento en distintos niveles ix. Quizá el recurso más importante es el recurso humano y el conocimiento incorporado a él. Aunque esta conceptualización de las personas como un recurso, no parece ser ni correcto ni apropiado, cabe hablar en función, principalmente, del conocimiento que las personas aportan a la organización y que entonces sí es un recurso. Distintos autores (Nonaka y Tacheiu, 1995, Grant, 1996, Senge, 1995; Drucker, 1994) dejan claro que el conocimiento es un recursos imprescindible para que la organización logre éxitos en el mercado. Al parecer, para acumularlo es necesario que el grupo de individuos que actúa en la empresa sea desarrollado, siempre hasta al punto máximo, a través tanto de formación formal, como de otros tipos de estímulos. Como conocimiento no sólo se está refiriendo a operaciones concretas en una cadena de operación, junto a una máquina. También se está hablado del conocimiento de la clientela, como una especie de archivo histórico de gustos, preferencias, necesidades y deseos. Este tipo 4 de conocimiento será tanto más importante cuanto fuera el contacto directo de los operadores con el cliente. El caso que se presenta a continuación resulta ejemplificador de esto. El Caso Estudiado La empresa estudiada es un supermercado con seis sucursales. Su actuación se centra en el sur de Brasil, en el Estado de Santa Catarina. La empresa tiene cerca de sesenta años y centra sus actividades a la venta al por menor. Su facturación anual media en los últimos años es de US$100.000.000,00 y viene presentando pequeños incrementos. Esos incrementos se deben a dos factores principales: la sofisticación del consumo, con la compra de productos con mayor valor añadido, por parte dos consumidores y también con pequeñas elevaciones en la participación en el mercado. Actualmente posee 83% del mercado local. Estos son datos relevantes, considerando que el crecimiento poblacional en esa región es pequeño. Sus principales productos son en el área de alimentación y limpieza. Hasta ahora la empresa no optó por ofrecer otros productos como electrodomésticos, o neumáticos, como sus competidores, pues esto implicaría en un cambio en su estrategia de formación. En la época que se ha desarrollado la estrategia de formación (1997-1999) que se va a aclarar a continuación, la empresa tenía cerca de 430 trabajadores, en todos los niveles. Participaron del proyecto de formación cerca de 200 personas. Es importante percibir que algunos trabajadores participaron de más de un módulo. Problemas planteados Entre los problemas más serios con que la empresa debió enfrentarse era la alta rotación funcional. Es sabido que ninguna política de mejora de la mano de obra puede funcionar si hay alta rotación, ya que no se llega a tener una curva de aprendizaje. El ideal es que se invierta en las personas y ellas se queden para aplicar aquello que han aprendido. Pero eso no era posible pues buena parte de la mano de obra se trasladaba en un espacio de tiempo reducido, en función de que el mercado ofrecía mejores opciones de trabajo y además mejores condiciones salariales y, notariamente, de horario. Un de los temas que afectan directamente la calidad de vida en el trabajo, apuntado por Walton (1973) es el horario adecuado. Ese concepto, todavía es un poco subjetivo. En el caso de este supermercado, que opera de las ocho a las veintiuna horas, entre semana y en domingos, la filial de guardia opera de las ocho a las doce horas, todos los trabajadores cumplen una jornada de 44 horas semanales, con pagos de extras para las sobre jornadas. Para el mercado local el horario era apropiado, pero no así para los trabajadores. Eso creaba algunas dificultades, como, por ejemplo, para seguir con estudios y o para se integrarse socialmente, ya que la gran mayoría de los demás establecimientos comerciales e industriales de la ciudad permanecían cerrados a partir del sábado por la tarde x. El problema de los horarios estaba intrínsecamente conectado a la baja escolaridad. Su personal provenía de las capas más humildes de la población y muchos no tenían ni siquiera un nivel mínimo de estudios. Por ese motivo, muchos trabajadores estaban desde hacia bastante tiempo, lo que permitía una continuidad y un desprecio por todo lo que significaba novedoso, en términos de estudio. Estos dos aspectos fueron paulatinamente creando una cultura reacia al cambio, con fuertes resistencias. Muchas de esas resistencias venían de los escalafones más altos y por lo tanto más influyentes, lo que convertía el cambio en una tarea nada fácil. Había muchos paradigmas negativos entre los trabajadores, que también contribuyeron para el sostenimiento de un estado negativo de cosas: centralización de poder, de saber hacer, de comunicación, etc. 5 Entre los rasgos culturales más importantes estaba la ubicación del negocio. El supermercado está situado en una región que hasta muy poco tiempo ha sido eminentemente industrial xi. El modelo de gestión predominante era la producción fordistaxii. El supermercado se desarrolló en medio a esa configuración organizativa, creando un número muy expresivo de controles y de concentraciones de poder. Además, la figura de uno de los fundadores, aunque ya había muerto hacia más de cinco años, continuaba suscitando respeto y un temor reverencial que resultaban prejudiciales xiii. Operacionalización de la estrategia de formación Con los retos planteados, el programa de formación tendría que adaptarse para lograr mejores resultados. Para ello, se adoptaron distintas estrategias: diferentes niveles de información, numerosas horas de formación, objetivos para cada grupo funcional; y adaptación de contenidos a cada tipo de público. Los niveles de información diferenciados se deben principalmente a que, por el hecho de que en el nivel de gerente las decisiones que se tienen que tomar son más complejas y exigen más información. Además, el entrenamiento de los directivos iba a provocar un cambio considerable, ya que muy comúnmente ellos no corrían riesgo alguno. Lo que se pretendían era dar más autonomía. Sin embargo, para que esa autonomía resultase positiva para toda la empresa, sería necesario que los directivos aprendiesen a tomar decisiones. Claro que para ello, no se quería desarrollar decisiones solamente basadas en intuición sino también en información. Las diferencias en cantidades de horas suministradas fueron debidas a los cambios que se efectuaron en los programas, pues no se podría ejecutar programas tan desiguales sin alteraciones significativas de las horas de entrenamiento. Los objetivos eran distintos para cada grupo, aunque se podría decir que el objetivo genérico era el cambio de comportamiento que se buscaba a través de la implementación de una estrategia compleja de servicio al público. Los gerentes tenían como objetivo de entrenamiento una mejora en las tomas de decisiones y también la promoción o mantenimiento de la estrategia implementada. La formación de los demás trabajadores estaba centrada en los aspectos más sencillos, como ser la atención al público, los objetivos personales de cada consumidor, las idiosincrasias y la comunicación interpersonal. Los contenidos acompañaron esos cambios. Las dinámicas eran distintas: en cuanto que para los empleados generales se impartía una actividad más lúdica, para los gerentes las actividades exigían más esfuerzo intelectual. De modo general, el entrenamiento siguió el esquema presentado en la Figura 1. Primer Módulo: era el módulo que trataba exclusivamente de las técnicas relacionales de atención al público. El objetivo principal era propiciar conocimiento de organización del trabajo y de relaciones interpersonales que permitirían a los asistentes un desempeño superior en la ejecución de sus tareas. Consistía en 15 horas de entrenamiento; estaba concentrado en una única semana; las estrategias didácticas empleadas eran más lúdicas y el contenido más explícito. Fueron entrenadas cerca de 180 personas. Figura 1: Esquema Modular de Formación Aplicada 1º. Módulo: Entrenamiento Básico 2º. Módulo: Entrenamiento para a toma de decisión 3º. Módulo Entrenamiento para la gestión del cambio y 6 Segundo módulo: en este módulo se concentraba la cuestión del liderazgo, del trabajo en equipo, en la gestión de conflictos. El objetivo era auxiliar a los líderes en distintos niveles directivos intermediarios para la manutención del proceso y en el desarrollo de una nueva forma de trabajo. Estaba establecido en treinta horas y en dos etapas: una primera de 18 horas, donde los contenidos eran impartidos y una segunda posteriormente, con 12 horas para evaluar la aplicabilidad de los contenidos en cada caso. Los encuentros eran alternados para facilitar la consecución de tareas individuales a desarrollar. En este módulo se aplicaron técnicas más sofisticadas, con análisis de casos y textos, y posicionamiento personal delante de la necesidad de toma de decisión, siendo el número de personas entrenadas: 45. Tercer módulo: este módulo abordó las cuestiones más estratégicas. Su objetivo era esencialmente desarrollar la capacidad de pensamiento estratégico y de planificación en los directivos superiores. En un total de cuatro horas por semana, durante diez semanas, permitió un nivel de profundidad grande. Por consiguiente, la metodología de enseñanza aplicada era más reflexiva, obligando a mayores estudios y lecturas por parte de los asistentes. Quince personas participaran de esta etapa. Resultados Alcanzados Los resultados alcanzados fueron significativos en todos los niveles. Lo que se buscaba y se logró era un cambio significativo de comportamiento que permitiera a la empresa consolidar su posición en el mercado. El éxito logrado estaba basado en algunas premisas importantes: - Proyecto de medio/largo plazo; - Disposición directiva para hacerlo; - Combate a la resistencia, por actitudes; - Formas variadas de entrenamiento; - Adaptación de los contenidos a cada nivel de empleados; - Permanencia de todo el grupo a lo largo del proyecto. El proyecto se extendió por tres años. En ese período fue posible, incluso, reorientar las previsiones iniciales, para posibles y necesarios cambios de sentido. Ahora mismo ya se habla de continuidad del proyecto, en función de un reciclaje de los conocimientos aplicados. Otro punto relevante fue la disposición de los directores generales para la ejecución del proyecto. La dirección general de la empresa estaba realmente buscando un cambio de comportamiento que fuera percibido por el mercado, que no consistiera simplemente en cambiar de uniforme. Se buscaba que los clientes percibieron que los saludos hechos por los trabajadores eran sinceros y no simplemente mecánicos. El combate a la resistencia, normal en estos tipos de casos ocurrió de manera más efectiva, por la actitudes. Como prácticamente todos los niveles fueron entrenados y la discusión fue muy larga e importante, las actitudes positivas empezaran a surgir. En poco tiempo los focos de resistencia ya habían disminuido, a pesar de que un grupo siguió resistiendo. Ese grupo de directivos fue alejado del proceso, no por la empresa sino por su propia iniciativa, al estar en desacuerdo con las nuevas directrices, lo que permitió una reorganización directiva importante. Con esa reorganización fue posible ofrecer a los nuevos y ahora ya entrenados gerentes la solidificación de las nuevas directrices empresariales. 7 Las formas variadas de entrenamiento para cada nivel, estableciendo objetivos específicos convergentes al genérico y la vez conectados con la realidad de cada grupo permitió que cada resultado parcial integrase los logros totales. A todo eso se debe sumar la permanencia del grupo que fue entrenado hasta el final del proyecto. Las reacciones de rechazo de algunos gerentes que se explicitaron fueron más fuertes al final, lo que permitió que el grupo alcanzara un nivel de conocimiento interesante. Quizá si el rechazo hubiera pasado mientras se realizaba el entrenamiento, los resultados podrían haber sido distintos. Partiendo de estas consideraciones sobre las premisas de los buenos resultados, se realizará un abordaje de los resultados alcanzados por la empresa, en términos de las cinco Ps. La Figura 2 provee un resumen de esos resultados. De manera general se pueden evaluar los resultados de la estrategia de entrenamiento empleada sobre las cinco Ps de la empresa estudiada. Sobre los productos, considerando que la empresa es comercial y entendiéndose la prestación de servicios como un complemento del propio producto, hubo un impacto grande sobre ellos. La asistencia al cliente fue ampliada y pasó a estar presente en todo momento que se hiciera necesario xiv. Figura 2: resultados alcanzados con la estrategia de entrenamiento Producto: más servicios Distribución: conocimiento de nuevos medios Promoción más creatividad Posicionamiento: foco en tradición Precio: alineamiento al mercado En la distribución el impacto no fue más modesto. O sea, que no se alteró la forma de distribución en sí, pero la empresa tomó conocimiento de formas alternativas que podrían a auxiliarla en el futuro. La promoción pasó a estar más centrada al objetivo genérico de la empresa. Las acciones se volvieron más creativas, saliendo de los tradicionales sorteos, las promociones televisivas, etc., para llegar más próximas del cliente, como las promociones de la rosa en el día de la madre, la foto de la familia en Navidades, o la oferta de bebidas típicas en la Fiesta de San Juan. O sea, algo más personalizado y afectivo. El posicionamiento pasó a explotar más la tradición que tiene la red de supermercados junto a su público. Los nuevos competidores aunque puedan llegar a tener también una estrategia de atención desarrollada, tienen en su contra que llegaron mucho después a la región, haciendo con que la empresa pueda explotar la ventaja de estar con la comunidad desde mucho tiempo antes. En el caso del precio, su estrategia acompañó un alineamiento con el mercado. Hoy tiene el precio medio más bajo, con mejores servicios, algo que es difícil de lograr a corto plazo. La empresa tenía un precio más alto, pero la fuerza de la competencia la obligó a alinearse, al mismo tiempo que buscó desarrollar otras ventajas. 8 Conclusiones Como se ha visto al inicio de este texto, la competencia se está incrementando en muchos niveles. Eso ocurre tanto para las grandes empresa como para las pequeñas; para las grandes naciones industrializadas como para los países en desarrollo; afecta a todos y sus implicaciones extrapolan los impactos económicos, reflejándose también en los niveles social, político y cultural. Como respuesta a estos retos, las empresas están desarrollando estrategias que puedan crear ventajas competitivas dentro de las posibilidades, de largo plazo. Considerando los factores como la imitación y la compra de tecnología, esas ventajas tienen que estar basadas dentro de recursos que sean exclusivos y raros lo máximo posible para la empresa. O sea, que buena parte de las ventajas de la empresa tienen que estar basadas en aquellos recursos que sólo ella posee. Dentro de esos recursos, podría destacarse su personal. Las personas son únicas y constituyen para una organización su fuente de éxito a largo plazo, por la capacidad reflexiva y creativa. Así, las ventajas que estuvieran basadas en las personas, más que en cualquier otro activo, pueden significar consolidación de una posición en el mercado. En el caso estudiado, la empresa desarrolló un programa de entrenamiento en distintos niveles, que dado su perspectiva de largo plazo y su objetivo de cambio organizativo, difícilmente puede ser imitada. El resultado, fue la mejoría de la atención de su personal, que pasó a ser a la vez un recurso raro para la organización. Ahora mismo, si se diera el caso de que un competidor decida emplear una misma estrategia o similar, llevará de dos a tres años para estar donde hoy está la empresa. Como su estrategia tiene mantenimiento constante, ella, a su turno, siempre estará delante de sus competidores. El reflejo de su estrategia puede ser notado en distintos niveles. En primero lugar en la consolidación de su posición de mercado. El concepto que su marca posee es muy significativo, en términos de calidad en prestación de servicios. En segundo lugar, también consolida su posición de pionera. O sea, ha sido la primera empresa en desarrollar una estrategia capaz de mejorar el nivel de la prestación de servicio al cliente, en distintos niveles. Pero al parecer, el cambio organizativo puede ser el reflejo más evidente de la estrategia empleada. Las personas cambiaron, y con las personas, la empresa. Cambió la estructura organizativa, se amplió la flexibilidad y la capacidad rápida de respuesta en el momento que se hace necesaria. Por último, la visión de largo plazo, con la dirección estratégico común posibilita a la empresa la confección de estrategias pensadas para dar resultados también a largo plazo. Claro que esto implica que la ventaja conquistada puede resultar efímera si el proceso se interrumpe, pero los costes de mantenimiento resultan más bajos y la efectividad de una estrategia basada en perfeccionamiento de la mano de obra está garantizada a largo plazo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ARAGONES, R. 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Esa idea es corroborada por Porter (1991). ii También es el caso de la industria química (Rhone-Pulenc y Hoescht); siderúrgica (Vodafone Airtouch y Mannesmann) y distribución comercial (Promodes y Carrefour), para citar algunos otros ejemplos (Granell, 2000). iii Tal vez los resultados prácticamente nulos de la cumbre de la OMC en Seattle sean reflejo de la baja disposición de unos y otros países de alteraren discursos y permitir una mayor afluencia de capitales y mercancías. El caso más evidente de ese tipo de comportamiento está relacionado con la propia UE y los subsidios a la agroindustria. iv La existencia de una marca nacional significa en la práctica el establecimiento de un recurso intangible y la vez inimitable, atendiendo a dos perspectivas importantes relacionadas a la importancia de los recursos. Véase por ejemplo (Barney, 1991). v Al parecer la falta de unanimidad es una característica común del conocimiento relacionado a la estrategia organizativa y la propia Teoría de la Organización. vi Respecto a textiles ver Hoffmann (1990). Respecto a cerámica véase: Molina (1997). vii Porter (1996) explica como operacionalizar los posicionamientos para lograr ese objetivo. viii Bresser (1988) escribe que es muy difícil compatibilizar una estrategia colectiva con una estrategia individual. Para el autor, invariablemente la empresa acaba por elegir una de ellas. ix Como ya se ha señalado en diversos casos estudiados, al menos algunas fuentes y recursos que generan las ventajas competitivas de una empresa están fuera de ella. Véase por ejemplo los trabajos de Julien (1993); Brusco (1993); Schmitz (1993) y Kristensen (1993). x Hay que aclarar que la comida en Brasil es entre 12:00 y 13:00 horas. Por lo tanto después de este horario ya se considerada el inicio de la tarde, hasta las 18:00, cuando empieza la noche. xi A partir de la segunda mitad de los ochenta se desarrolló un fuerte comercio basado en artículos de vestuario. xii Algunas empresas ya están presentando modelos más flexibles, incluso para hacer frente a los problemas oriundas de ese estilo, como es la alienación. xiii En términos de cultura organizativa, se puede llamar ese fenómeno de culto al héroe (Freitas, 1991). xiv A estos momentos Jan Carlson llama de horas de la verdad (ver Carlson, J. Horas da verdade, s.f.). 11