Los derechos humanos de las etnias indígenas en Colombia

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DERECHOS
Y
VA L O R E S
LOS DeHUMANOS
Los derechos
DE LAS humanos
ETNIAS
de las
INDÍGENAS
etnias indígenas
EN COLOMBIA
en Colombia
Un acercamiento desde el multiculturalismo y los
derechos colectivos*
Javier Ignacio Niño Cubillos**
"Parecería que lleváramos en nuestra sangre la herencia de la resistencia contra la muerte y la discriminación, porque estamos desapareciendo
vertiginosamente. Con todo y ello seguiremos en nuestro empeño de lucha
y resistencia, pero sin armas criminales, enarbolando la vida, la dignidad y el
orgullo de ser quienes somos: hijos de las entrañas de esta tierra, forjados
para la convivencia multicultural".
JESÚS ENRIQUE PIÑACUÉACHICUÉ2
El análisis de los mecanismos de protección de los derechos humanos
de los pueblos indígenas exige un desarrollo epistemológico que permita
reconocer su carácter pluriétnico y multicultural. Invita a una reflexión de las
posturas occidentales del individualismo liberal y de los derechos colectivos
en relación con los DH. Este desarrollo normativo parte de un momento
histórico específico y plantea el carácter ambiguo de la globalización, ya que
la homogenización cultural necesaria para la permeabilidad de los mercados
factura la emergencia de los pueblos indígenas en defensa de sus identidades.
*
Este artículo es un avance de la investigación Comisión de los derechos humanos en los pueblos indígenas,
correspondiente a la línea de investigación en Derechos Humanos, desarrollada en la Facultad de Derecho de la
Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá.
* * Docente - investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada. Politólogo con opción en
estudios latinoamericanos, y antropólogo de la Universidad de Los Andes. Especialista en periodismo socio – económico.
Magíster en estudios amerindios y candidato a Ph.D en relaciones internacionales de la Universidad Complutense de
Madrid (España). Conferencista en derechos humanos y derecho internacional humanitario.
2
Senador de la República, electo mediante la vía de la jurisdicción ordinaria, no por la Circunscripción Especial
Indígena. Esta cita fue tomada de la columna “...Y seguimos resistiendo” publicada por el periódico El Tiempo, el día
9 de agosto de 2005.
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RESUMEN
133
Este escenario se ilustra desde
distintas aristas del caso colombiano,
comenzando con el limbo legal de la
Jurisdicción Especial Indígena hasta
la manera diferenciada como las
comunidades indígenas responden
al conflicto armado o demandan
políticas públicas que garanticen sus
derechos.
described situation can be seen in
Colombia trough the legal limbo
Indigenous
Communities
Jurisdiction and is the way
indigenous communities react to the
internal armed conflict or demand
public policies that guarantee its
rights.
KEY WORDS:
PALABRAS CLAVE:
Etnias indígenas, multiculturalismo,
identidad
cultural,
pluriétnico, derechos colectivos,
derechos humanos, derecho
internacional humanitario, políticas
públicas, nación, pueblo, estado y
globalización.
ABSTRACT
REVISTA DERECHOS Y VALORES
The analysis of indigenous
communities
Human
Rights
protection
demands
an
epistemological development to
recognize indigenous communities’
multicultural and multi-ethnic
character. It invites to examine the
western thought in relation to liberal
individualism and collective rights
related to Human Rights.
134
This legal development begins
from a specific historical moment
and proposes the ambiguous
character of globalization, because
the necessary cultural standardization
to allow markets permeation plays an
adverse role against the indigenous
communities’ cultural identities. The
Indigenous communities,
multiculturalism, cultural identity,
multi-ethnic, collective rights, Human
Rights, international humanitarian
law, public policies, nation, people,
state and globalization.
manera diferenciada como las
comunidades indígenas responden
al conflicto armado o demandan
políticas públicas que garanticen sus
derechos.
Introducción
Elementos epistemológicos
de los derechos étnicos
El propósito de este artículo
consiste en sugerir algunos
elementos epistemológicos que
deben ser tenidos en cuenta en la
implementación de un marco de
acción para la protección de los
derechos humanos de los pueblos
indígenas. Por lo tanto, se hará
referencia a concepciones como el
multiculturalismo, la relación entre
DERECHOS
universalismo y relativismo cultural,
derechos colectivos y la jurisdicción
especial indígena.
En primer lugar, se debe tener
en cuenta el contexto en el cual se
plantea la defensa de estas etnias. Lo
que nos remite a dos aspectos
fundamentales: la dinámica del
conflicto armado en Colombia y el
"empoderamiento"
de
estas
comunidades, como elementos
mínimos para plantear el marco para
la enunciación de políticas públicas
que garanticen el desarrollo integral
de la población indígena, tópico que
nos remite a una ampliación de la
concepción del ejercicio individual
de los derechos humanos hacia una
perspectiva colectiva.
En segundo lugar, se debe resaltar el carácter diferenciado de cada
etnia y su distinta interrelación con el
medio en que se desenvuelve la
cotidianidad de sus miembros. Es
decir, en contextos de guerra o de
paz, frente a la ejecución de
megaproyectos en sus territorios o
afectados por acciones delictivas
como el narcotráfico. En otras palabras, cada etnia enfrenta problemas
distintos y los aborda de manera diferenciada desde cada cosmovisión
cultural, lo cual desde el Estado hace
mucho
más
compleja
la
implementación de políticas públicas. Aunque depende con la óptica
con que se trate el tema, porque tanto el principio de autonomía, como
la autodeterminación o la participa-
Y
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ción en la toma de las decisiones que
afecten o interesen a los indígenas
son un punto de partida para el
relacionamiento entre el Estado y sus
comunidades, así como en la
corresponsabilidad para solucionar
las problemáticas que vulneran los
derechos de los indígenas o el conjunto de los colombianos.
En tercer lugar, la satisfacción
de las demandas de los indígenas se
deben desarrollar bajo la esfera del
Estado social de derecho, lo que conlleva el desarrollo legal del
multiculturalismo y la plurietnicidad
del pueblo colombiano producto del
reconocimiento que se hace en la
Constitución Política, ya que se fundamenta en la existencia de múltiples
nacionesal interior del territorio colombiano, como es el caso de las
etnias indígenas. Igualmente ocurre
con la reglamentación de la Jurisdicción Especial Indígena, que como se
enunció en el punto anterior, la postura desde las diferentes etnias frente a este instrumento es muy variada , existen sectores indígenas que
la solicitan frente a otros que la consideran negativa porque coarta su autonomía.
Por último, a manera de conclusión se ilustrará el análisis enunciado de manera casuística y resaltaremos la importancia que tiene el tema
abordado en este escrito como línea
de investigación, principalmente porque se hace cada vez más importante en la agenda internacional de los
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derechos humanos. Para desarrollar
lo anotado, se hará referencia de
manera explicativa a tres etnias indígenas y a dos derechos colectivos
para ejemplificarel marco conceptual
propuesto.
I. La diversidad cultural y el
resurgimiento de los pueblos
indígenas
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Las comunidades indígenas se
han convertido en actores de primer
orden en el mundo contemporáneo.
En los últimos años los derechos
consuetudinarios de los indígenas
han recibido un reconocimiento legal a nivel internacional y en muchas
Constituciones Políticas en el orden
nacional. Además, se han creado
marcos jurídicos especiales atendiendo a la diversidad cultural; de
este modo actualmete existen instituciones exclusivas para su atención
o que implementan programas de
discriminación positiva a fovor de los
indigenas.
136
Del mismo modo, en el contexto geopolítico colombiano los vincula a temas como el conflicto armado, los derechos humanos, proyectos de infraestructura o a zonas de
grandes reservas ecológicas. En
este último aspecto el creciente
tema ambiental a nivel global ha empezado a valorar el manejo de los
recursos ambientales por parte de
los indígenas y su capacidad para
hacer sostenibles sus comunidades
con el medio ambiente.
Factores como el interés global
por preservar la diversidad cultural,
su respeto por la ecología o su postura pacífica frente al conflicto armado colombiano los ha hecho
merecedores de varios premios
como el Príncipe de Asturias 2002
(España) a favor de la preservación
de sus idiomas ancestrales o el otorgado por Naciones Unidas en 2004
que reconoce la sostenibilidad ambiental de comunidades indígenas
en el Cauca. Así mismo existen programas nacionales e internacionales
en apoyo a su "empodera-miento", a
favor del respeto de sus derechos o
de inversión y cooperación en el desarrollo de sus comunidades.
Según la Dirección de Etnias del
Ministerio del Interior y Justicia a
2005 la población indígena en Colombia asciende a 785,356 habitantes, los cuales son miembros de 84
pueblos y habitan en la mayoría de
los departamentos y municipios del
país. Este primer dato nos remite al
porcentaje de población indígena en
relación al conjunto de habitantes residentes en el país.
Seguramente el Censo de 2005
planteará una cifra más real pero se
presupone no superará el 2 por ciento de los colombianos. Este aspecto
demográfico es importante para los
análisis en la materia. Si se compara
con el número de indígenas en otros
países del continente, en Ecuador,
por ejemplo, el porcentaje de etnias
indígenas puede superar 50 por
DERECHOS
ciento del conjunto poblacional,
constituyendo un grupo de interés
importante en agremiaciones como
la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador CONAIE, lo
que explica fenómenos sociales
como el carácter estratégico que
constituye establecer una alianza entre estos sectores indígenas con partidos políticos, coalición que puede
permitir el acceso, la permanencia o
la salida del Presidente de la República, como ha ocurrido con los tres
últimos mandatarios, dependiendo
del grado de apoyo que brinden las
asociaciones indígenas. El caso de
Bolivia no es menos representativo:
el líder indígena Evo Morales es el
más firme candidato a la presidencia
de este país y fortalecería el eje socialista en la región, junto a los presidentes Hugo Chávez, Luis Ignacio
Lula Da Silva y Ernesto Kirtchner. Por
otra parte, en la mayoría de países
centroamericanos aunque los indígenas no poseen ante sus gobiernos la
influencia de los dos países
suramericanos citados, las diferentes
etnias constituyen un alto porcentaje de su población.
Paradójicamente pese a su número en Colombia, los indígenas han
alcanzado de manera enunciativa
mayores derechos en relación con
los países mencionados. Una primera explicación corresponde a que es
más fácil otorgar beneficios a una
cantidad más reducida de habitantes,
como ocurre en nuestro país, en que
la población indígena es menor al
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dos por ciento de la población total
y en relación con la ciudadanía este
porcentaje es inferior, ya que gran
parte de los indígenas carecen de
cedulación, un factor más que infringe sus derechos.
Por otro lado, una segunda explicación de la aparición de los derechos de los indígenas en la legislación en la mayoría de los países, es
producto de las modas temáticas o
de impacto mediático a nivel internacional; este tópico posibilita el surgimiento de derechos de acuerdo
con la problemática que se considere por parte de la alta burocracia
mundial como urgente o estratégica,
lo cual no quiere decir que la solución a estos problemas sociales dé
espera. Lo que se quiere criticar en
este aspecto es el modo arbitrario
como surge uno u otra problemática
social que necesita ser resuelta.
A modo de explicación, un año
se enarbola este tema como el de la
equidad de género, al siguiente
como el de la preservación de la tierra y el medio ambiente, luego en
contra de la pornografía infantil, posteriormente el de la escasez del agua,
más adelante el de los derechos de
los indígenas y así sucesivamente. Lo
realmente preocupante es que los
recursos internacionales para afrontar estas inequidades o reflejos de la
injusticia social se van dirigiendo al
tema enunciado por cortos periodos,
impidiendo el desarrollo de políticas
de Estado. Respecto al tercer sector
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ocurre lo mismo: muchos proyectos
no pueden continuarse porque los
recursos varían de acuerdo con la
prioridad temática de las agencias
cooperantes y no de acuerdo con las
necesidades de las comunidades. La
crítica sugerida desde luego afecta a
la población indígena, porque cuando hacían parte prioritaria de la agenda internacional se les prometió tierras, derechos, recursos, etc., que
ahora son incumplidos por que no se
corresponden con el interés principal de los gobiernos ni de la financiación internacional o de la cooperación con el desarrollo.
138
A este punto del análisis es importante resaltar que los derechos
humanos de las poblaciones indígenas deben ser atendidos desde su diversidad cultural, teniendo en cuenta el respeto por sus tradiciones y
cosmología. Esta aparente obviedad
no lo es para muchos de los funcionarios nacionales e internacionales
preocupados por los modelos de
progreso occidentales, a los que se
les dificulta comprender estas particularidades, algunos las pueden considerar como una variable poco relevante que encarece un proyecto o
incluso lo obstaculiza, ésta dificiencia
ha llevado a agudizar las
problematicas que afectan a los pueblos indigenas, así como que surjan
asignaturas que estudian este hecho
como la que mide el impacto de "los
problemas antropológicos del desarrollo".
En este orden de ideas, la óptica antropológica nos conduce a la
visión colectiva de los derechos humanos de los pueblos indígenas, que
es fundamental para su cumplimiento, por que lo que permite su existencia como nación es la cultura
como vehículo que le hace posible
generación tras generación trasmitir
valores, pautas de comportamiento,
conocimientos ancestrales, su lengua, etc., elementos constitutivos de
la diferencia etnica.
Si se desea mirar desde otro
punto de vista, el sustento sagrado del
territorio es también un derecho colectivo que puede ser complejo de
comprender desde la postura occidental, lo cual no quiere decir que de
la tierra se haga un mal uso, sino todo
lo contrario, pues el concebirla como
madre, como génesis de la vida humana, ha llevado a los indígenas a que
se los considere como guardianes del
medio ambiente o a ser reconocidos
como defensores de la ecología, que
es una ciencia occidental
II. Las etnias indígenas: un
acercamiento al contexto
colombiano
A lo anterior se suma la perspectiva indígena de la conmemoración de los quinientos años de la llegada de los europeos al continente
americano, lo cual generó un sentimiento de culpa y un malestar en la
DERECHOS
conciencia mediática de los rectores
de la agenda mundial. Las Naciones
Unidas declararon el año de los pueblos indígenas, y se creó como día
conmemorativo el 9 de agosto. Se le
otorgó, además, el premio Nobel de
Paz a la indígena guatemalteca
Rigoberta Menchú, etc.
Pero este reconocimiento a los
temas indígenas empezó a transformarse en menos de dos años de su
irrupción. Sucesos mundiales como
el inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por
sus siglas en inglés) el primero de
enero de 1994, puso al descubierto
otro tema de la globalización, la resistencia de los pueblos indígenas;
ese mismo día irrumpió en la Sierra
Lacandona en Chiapas, México, una
guerrilla indígena, el ejército zapatista
de liberación nacional EZLN en cabe3
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za del subcomandante Marcos. A diferencia de otras guerrillas en el continente, no invocó frente a sus reivindicaciones las ideas marxistas,
leninistas, castristas, guevaristas,
maoístas, de la teología de la liberación, etc., sino la internet, la poesía
de los indígenas tzotzil o tzeltal3 y
apeló a la búsqueda de presencia de
personas de los países industrializados para que con su permanencia en sus comunidades sirvieran de
escudos humanos o mecanismos de
denuncia.
Este sólo tópico nos remite a
mirar el escenario colombiano y a estudiar la actitud que han tomado algunas, no todas, las comunidades indígenas frente al Tratado de Libre
Comercio que está negociando Colombia con los Estados Unidos. Este
es un aspecto que denota la emer-
En la región donde habitan estas poblaciones indígenas mexicanas el índice de desarrollo humano (IDH) es el más bajo
del país. En primer lugar, en la Montaña de Guerrero, con cerca de 160 mil personas, seguida por los Altos de Chiapas,
con casi 150 mil, y la región denominada Cuicatlán-Zongolica, con poco más de 86 mil habitantes. Estas regiones
concentran, a su vez, el mayor numero de municipios con menor IDH. En relación con la mortalidad infantil, la
totalidad de los municipios presentan valores muy altos, cercanos a 50 defunciones de menores de un año por cada mil
nacidos vivos. En relación aconlos servicios de salud, 87.6 por ciento de la población no son derechohabientes. No
obstante, entre las diferentes regiones en que se inscriben estos 50 municipios se destaca la región Costa y Sierra Sur
de Oaxaca, en donde 98.2 por ciento de la población no tienen acceso a servicios de salud. En relación con los
indicadores educativos, 53.6 por ciento de la población mayor de 15 años que habitan en estos municipios son
analfabetas. Incluso, algunos municipios alcanzan proporciones superiores a 70 por ciento de su población. Con
respecto de los indicadores de instrucción escolar, casi 50 por ciento de los mayores de 15 años en esos municipios
carecen de cualquier instrucción. La población en estos municipios que logró terminar la primaria representa 15.6 por
ciento de los mayores de 15 años, mientras que sólo 3.5 por ciento lograron terminar la secundaria. De los niños de 6
a 14 años, poco más de 23 por ciento no asisten a la escuela; entre las regiones con promedios superiores se destacan
Selva Lacandona y Altos de Chiapas, con 37.4 y 28.5 por ciento, respectivamente, seguidos de la Mixteca de Oaxaca,
donde casi 25 por ciento de los niños en edad escolar no asisten a la escuela. En relación con la información sobre las
actividades productivas,se destaca que aun cuando 99.2 por ciento de la población económicamente activa se declararon
ocupados, 46 por ciento no reciben ingresos por su trabajo. En los municipios de la Mixteca, más de 70 por ciento de
la población ocupada no recibe ingresos, lo que resulta casi 9 veces superior al promedio nacional (8.4 por ciento). En
diversos municipios de la Montaña de Guerrero (Acatepec, Metlatónoc y Atlixtac), 80 por ciento de su población
ocupada no reciben ingresos, y Santa Cruz Zenzontepec en la Costa y Sierra Sur de Oaxaca, cuyo indicador alcanza a
86.1 por ciento de su población ocupada. De la misma forma, la población ocupada que recibe menos de un salario
mínimo representa 33.4 por ciento para los 50 municipios; se destacan los Altos de Chiapas, donde más de 50 por
ciento de la población se ubican en esta categoría, mientras que en el país sólo 12.3 por ciento de la población ocupada
reciben menos de un salario mínimo mensual. Tomado de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos
indígenas de México http://cdi.gob.mx/index.php?id_seccion=989
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140
gencia de grupos indígenas que plantean posturas variadas frente a sus
derechos e incluso frente a temas nacionales. Esta visualización de los grupos indígenas como actores políticos
y población que demanda políticas
públicas del Estado colombiano ha
generado que a nivel nacional e internacional se creen entidades que traten específicamente sus asuntos.
des Fundamentales de los Indígenas
2004, señaló que las violaciones a los
Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario en la población indígena alcanza magnitudes
preocupantes. A continuación citaremos algunas partes de este documento para tener una visión del contexto en que se desarrolla la vida de
la población indígena en Colombia.
En Colombia, como desarrollo
de la Constitución Nacional, se creó
la Dirección de Etnias del Ministerio
del Interior y Justicia, la Defensoria
Delegada para las Comunidades Indígenas, las Circunscripciones Especiales Indígenas, la Comisión de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas4, para citar sólo algunas en
el ámbito nacional. Igual relevancia
tienen instituciones internacionales
como la Relatoría Especial sobre la
situación de los Derechos Humanos
y las Libertades Fundamentales de
los Indígenas, adscrita a la Comisión
de Derechos Humanos del Consejo
Económico y Social de Naciones
Unidas.
"En el año 2003, más de 100
miembros y autoridades indígenas
fueron asesinados, siendo el pueblo
kankuamo de la Sierra Nevada de
Santa Marta uno de los más
afectados por masacres y asesinatos
selectivos. El 12 por ciento de los
desplazados en el país son indígenas
y constituye la causa principal del
flujo de refugiados indígenas
colombianos en países limítrofes
como Brasil, Ecuador, Panamá, Perú
y Venezuela. Al menos doce pueblos
indígenas en el Amazonas están a
punto de extinguirse a consecuencia
del conflicto armado, los cultivos
ilícitos, la destrucción del medio
ambiente, los intereses económicos
en sus territorios, ocasionando que
40 por ciento de los pueblos
indígenas amazónicos están en alto
riesgo de extinción. Por otra parte,
los niveles de desarrollo humano de
las mujeres indígenas en cuanto a
educación, nutrición, salud entre
En este sentido, para tener una
aproximación al caso colombiano, el
informe del Relator Especial de Naciones
Unidas,
Rodolfo
Estavenhagen, Sobre la Situación de
los Derechos Humanos y las Liberta4
Vale la pena anotar el Ministro de Defensa, el Ministro del Interior y Justicia, El Consejero Presidencial para los DH,
el Fiscal General de la Nación, el Procurador General de la Nación, el Defensor del Pueblo o el Defensor delegado para
las comunidades Indígenas, los Senadores Indígenas, los Exconstituyentes Indígenas, el Director o la Directora de
Etnias y los representantes de las asociaciones Indígenas. Del mismo modo, es importante subrayar que la Comisión
de Derechos Humanos se encuentra adscrita al Ministerio del Interior y Justicia. Además, participa de los objetivos
misionales de la Dirección de Etnias.
DERECHOS
muchos otros derechos, están por
debajo de los de los hombres
indígenas y de la población no
indígena en general. Al menos 60 por
ciento de las mujeres en situación de
desplazamiento no tienen acceso a
los servicios de salud, a lo que valdría
añadir que estos derechos deben ser
suministrados atendiendo su
identidad cultural, es decir, etnosalud
o etnoeducación para citar sólo dos
casos. En cuanto a la niñez indígena,
el reclutamiento por parte de los
grupos armados ilegales es otra
amenaza para su cultura y su
existencia".
Para atender esta situación se
creó con anterioridad la Comisión de
Derechos Humanos de los Pueblos
Indígenas. En referencia al informe
del Doctor Stavenhagen, en su Misión
a Colombia entre el 8 y el 17 de
marzo de 2004, El relator mismo
señaló que: "en el transcurso de los
últimos años se han producido
avances constitucionales en
Colombia
en
materia
de
reconocimiento de los derechos de
los pueblos indígenas. Sin embargo,
todavía existen grandes retos que
debe enfrentar la nación en la
protección y promoción efectiva de
los derechos humanos y libertades
fundamentales de los indígenas. La
brecha
existente
entre
la
constitucionalidad, la efectiva
5
Y
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aplicación de las normas y la
funcionalidad institucional hace que
los adelantos establecidos en la
Constitución del 1991 se hayan visto
limitados".
Este diagnóstico nos remite a la
formulación de un marco teórico
para establecer políticas públicas que
garanticen los derechos de los
pueblos indígenas. Un primer aporte
en este sentido lo puede constituir
Bernardo Kliksberg con su
concepción del "Estado inteligente";
o Ricardo Uvalle desde la idea de un
"Estado socialmente necesario". Así
como, la contribución en esta área de
Ángel Ginestar, quien anota que la
Administración Pública, desde una
concepción funcional, expresa que
su objetivo primario desde la acción,
no es la realización de actividades,
sino más bien la satisfacción de las
necesidades5.
En consecuencia, a partir de los
autores citados, las funciones de la
administración pública se pueden
resumir en: brindar servicios,
resolver problemas y satisfacer
necesidades. Pero esta visión
administrativista
debe
ser
complementada con una actitud
multicultural, en que se estudien las
interrelaciones que se establecen
entre las etnias indígenas, sus
autoridades tradicionales, las
GINESTAR, Ángel. Universidad de Buenos Aires y Centro Interamericano de Tributación y Administración Financiera
de la Organización de los Estados Americanos (CITAF-OEA). Mendoza, Argentina, (Marzo de 1998): 469-494.
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asociaciones que las agrupan, para
poder implementar una mirada
multidisci-plinaria
desde
la
administración pública y del aparato
burocrático que diseña políticas
públicas que buscan garantizar los
DH y el DIH de estas comunidades; a
este nivel es primordial indicar en
referencia a Colombia: hay asesores
de las instituciones que cuentan con
formación en distintas áreas de las
ciencias humanas y los cargos
directivos tienen presencia de
miembros de las etnias, aunque no
de carácter representativo en
relación con los 84 pueblos
indígenas.
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Por lo tanto, es fundamental incorporar el aporte de todas las etnías
indígenas y de las asociaciones que
las agrupan, en complemento a la
aplicación o reglamentación de la legislación nacional6 e internacional7 vigente desde una perspectiva
multicultural8, pluriétnica9 y que ten-
142
ga en cuenta los saberes tradicionales. Se resalta como se mencionó
anteriormente atendiendo a la concepción de los Derechos Humanos
como derechos colectivos10. Del mismo modo, se debe correlacionar la
importancia que cumple la autonomía11, en especial jurídica al plantear
la necesidad de reglamentar la Jurisdicción Especial Indígena12, para que
se constituya en un instrumento garante de derechos desde la perspectiva del "empoderamiento" indígena,
que reconozca como resultado la utilización de una dinámica participativa
en la toma de decisiones con el concurso de los indígenas y sus
agremiaciones, así como la garantía
de los DH y del DIH desde una concepción que incluya la visión
relativista y los aportes universalistas
que son aceptados por las autoridades tradicionales y que preserven la
identidad atendiendo principios
constitucionales y la interpretación
jurisprudencial.
6
GÓMEZ VARGAS, John Harold, Legislación Indígena Colombiana, COAMA, GAIA Amazonas, DANIDA, Bogotá,
2002.
7
COLCIENCIAS, BANCO MUNDIAL, UNIÓN EUROPEA, COAMA, Derechos de los Pueblos Indígenas en las
Constituciones de América Latina, Disloque Editores, 1996.
8
FAJARDO, Luis Alfonso y GAMBOA Juan Carlos , Multiculturalismo y Derechos Humanos. Documentos ESAP,
Bogotá, 1998.
9
ZAMBRANO, Carlos Vladimir, Antropología y Derechos Humanos, Memorias del VI Congreso de Derechos Humanos.
Universidad de Los Andes, Bogotá, 1992.
1 0 REY CANTOR Ernesto y RODRÍGUEZ RUÍZ, Carolina, Las Generaciones de Derechos Humanos, Catedra Gerardo
Molina, Universidad Libre. Bogotá, 2005.
1 1 JIMENO SANTOYO, Gladis, CORREA, Hernán Dario y VÁSQUEZ LUNA, Miguel, Hacia el reconocimientyo de los
derechos de los pueblos indígenas. Dirección General de Asuntos Indígenas, Ministerio del Interior, 1998.
1 2 SÁNCHEZ BOTERO, Esther y JARAMILLO SIERRA, Isabel Cristina, La Jurisdicción Especial Indígena, Procuraduría
General de la Nación. Bogotá 2002.
DERECHOS
III. La jurisdicción especial
indígena y el ordenamiento
del territorio nacional
El ordenamiento territorial de la
jurisdicción puede verse desde dos
caras antagónicas, por una parte
puede fundamentar los principios de
autonomía y autodeterminación y
por otras puede significar procesos
de asimilación al ordenamiento
estatal. Se parte del reconocimiento
de la función de hacer justicia de
manera tradicional por las
autoridades indígenas dentro de su
resguardo. En este orden de ideas,
la hipótesis que se quiere plantear en
este análisis parte de la manera en
que el Estado genera un
reconocimiento a las etnias
indígenas como una manera de
integrar en la diferencia proyectos de
reasimilación cultural de la sociedad
mayoritaria. Por eso faculta a las
etnias para desarrollar su derecho
propio de acuerdo con la manera
tradicional dando igual valía a los
fallos que emiten sus autoridades
tradicionales,
lo
que
automáticamente les da la condición
a sus autoridades tradicionales de
autoridades judiciales iguales que los
del orden nacional.
Es importante aclarar que cada
etnia constituye una nación diferente,
por lo cual sería equivocado hacer un
paralelo comparativo entre la
jurisdicción nacional y las
comunidades indígenas de manera
homogenizante, del mismo modo
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VA L O R E S
que el estudio de expresiones de la
identidad propia se hace necesario
realizarlo a nivel de culturas
específicas,
incluso
entre
subculturas, de acuerdo con cada
manifestación específica.
Desde el ámbito legal, son
numerosas las sentencias en que ha
fallado la Corte Constitucional, en las
que ha tenido que interpretar fallos
de autoridades tradicionales y en
donde se recalca la supremacía
constitucional. Esta política de poder
extender el poder jurisdiccional ante
las autoridades indígenas delega la
acción judicial de los individuos en
las comunidades, pero por otra
parte, ha permitido articular
mediante nuevas instituciones a las
comunidades indígenas y crear
interlocutores, por ejemplo, para la
negociación de macroproyectos en
sus territorios.
Es conveniente citar como
antecedente principal la Constitución
Política de 1991 que consagró en el
artículo 246: "las autoridades de los
pueblos indígenas podrán ejercer
funciones jurisdiccionales dentro de su
ámbito territorial, de conformidad con
sus propias normas y procedimientos,
siempre que no sean contrarios a la
Constitución y las leyes de la
República. La ley establecerá las
formas de coordinación de esta
jurisdicción especial con el sistema
judicial nacional". En este sentido vale
citar "que el pueblo (indígena) puede
ser autónomo, siempre y cuando se
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respeten los mínimos jurídicos
impuestos para todo colombiano, sin
distinción de etnia, raza o cultura,
puesto que de ninguna manera se
pueden quebrantar"13.
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Sin embargo, existe un lento
desarrollo de la jurisdicción especial
indígena, principalmente por la falta
de reconocimiento a la diferencia
cultural, lo cual ha sido uno de los
factores que ha permitido que se
cometan graves violaciones a los
derechos de los indígenas y a sus
comunidades. Es de anotar que esta
relación tiene consecuencias evidentes como son los errores en la aplicación de la administración de justicia a los indígenas y constituyen una
violación a los derechos consagrados en el ordenamiento legal nacional y que son reconocidos constitucionalmente en la jurisdicción especial indígena. En este sentido el reconocimiento cultural y al pluralismo
jurídico en la administración de justicia a los indígenas requiere el conocimiento de la existencia de dos sistemas legales que deben reconocerse y complementarse (La jurisdicción
especial indígena y el ordenamiento nacional).
144
Por lo tanto, es necesario exponer las diferencias que existen entre
la jurisdicción ordinaria en Colombia
y las demás jurisdicciones, ya que de
hecho representan visiones culturales distintas frente a un mismo hecho.
Antes de examinar otras concepciones es necesario anotar que el derecho propio de los indígenas es reconocido por la Constitución Política de
Colombia, los tratados internacionales suscritos por el estado colombiano como el Tratado que ratifica el
Convenio 169 de la OIT y la legislación nacional. Que las decisiones tomadas por las autoridades tradicionales y el cabildo gobernador constituyen de conformidad con el ordenamiento jurídico nacional, una Autoridad Pública de carácter especial.
Este reconocimiento se puede
comprender como una fase de incorporación al proyecto nacional, en este
caso articulado a la identidad legal
del Estado y a la globalización del derecho. Los indígenas y sus instituciones, al ser reconocidos como parte
de la nación, transforman el contenido de la Administración Pública que
cambia la concepción de identidad
estatal hegemónica pero no su proyecto de disciplinamiento y control
social, pese a la existencia de pluralidad de naciones y culturas14.
Así mismo la incorporación de
la jurisdicción especial indígena a la
normatividad colombiana bajo la su-
1 3 SÁNCHEZ BOTERO, Esther; JARAMILLO SIERRA, Isabel Cristina; “La Jurisdicción Especial Indígena”; Instituto
de estudios del Ministerio Público; Procuraduría General de la Nación; primera edición, Santa Fe de Bogotá, Febrero de
2000.
1 4 Row, William y Vivian Schelling (1991). Memoria y modernidad. Cultura Popular en América Latina. México:
Grijalbo, 1993. pp. 222.
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premacía constitucional, enmarca los
parámetros generales a los cuales se
debe ceñir la regulación e interpretación de todo lo concerniente a este
ámbito legal. Esto obliga al conocimiento de la justicia ordinaria y de un
relacionamiento con ella por parte de
las autoridades indígenas; de este
cruce de fronteras y la vinculación
del adentro y del afuera en un marco
que requiere conocimiento y reciprocidad y que es producto de la
necesidad de hibridez en el pensamiento y el análisis de las múltiples
formas de poder y resistencia, se
genera un impacto continuado del
poder hegemónico sobre otras sociedades, así como los efectos
discursivos invasivos de control y
reordenamiento15.
De este modo es importante
subrayar que el artículo 246 de la
Carta Constitucional Colombiana, en
concordancia con los artículos 86 y
287, precisan que el ejercicio de la
función jurisdiccional por parte de
las autoridades de los territorios indígenas se ejercerá "dentro del ámbito de su territorio de conformidad
con sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a la Constitución y las leyes
de la República. La Ley establecerá
las formas de coordinación de esta
jurisdicción especial con el sistema
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nacional". Esta normatividad se fundamenta por lo dispuesto en el artículo 116 respecto de las otras autoridades y personas habilitadas por la
Carta Política para administrar justicia16. Esta determinación del contexto permite mantener la superioridad
jerárquica de la Constitución como
ordenamiento legal en Colombia,
aunque deja claro que respeta la particularidad cultural de cada grupo étnico. A lo que cabe anotar que cada
etnia tiene un sistema jurídico propio
como rasgo singular o diferenciado
de su cultura.
Sin embargo, en la actualidad a
los indígenas les son reconocidos derechos ciudadanos matizados de autonomía cultural. Vale preguntarnos
¿entonces por qué se accede a la reivindicación de sus derechos? Será
porque la temática de las naciones,
los nacionalismos y las identidades
nacionales en América Latina se ven
afectados por la presencia cada vez
mayor de corporaciones multinacionales y de las riquezas inexploradas
industrialmente en sus territorios.
Para ello tuvieron que crear
interlocutores de negociación, incomprensiblemente extraídos de
los movimientos sociales que reivindicaban la identidad indígena y de las
"minorías" y, que hoy ofrecen un espacio de concertación brindando al
1 5 Slater, David (2001). “Repensar la espacialidad de los movimientos sociales: fronteras, cultura y política en la era
global”, Escobar, Arturo et al., eds. (2001). Política cultural & cultura política. Una nueva mirada sobre los movimientos
sociales latinoamericanos. Bogotá: ICANH; Taurus. Pp. 434 -435.
1 6 Sentencia T-254, M. P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ.
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mundo posmoderno latinoamericano una visión de plurinaciones y de
identidades etnizadas17.
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Este discurso descrito en la legislación nacional y como ente regulador en la jurisprudencia constitucional18, posibilita que los miembros de
las comunidades indígenas tengan
derecho a ser juzgados por sus propias autoridades, a las que, a su vez,
se les concedió la facultad para administrar justicia en el campo penal,
es decir, se les otorgó jurisdicción, la
cual se aborda no desde la perspectiva de que el indígena es inimputable
- lo que sería despectivo y
discriminatorio - sino en el marco de
una sociedad multiétnica y
multicultural, donde el reconocimiento de las diferencias contribuye al desarrollo de los principios constitucionales de dignidad humana, pluralismo y protección de minorías19.
146
Por lo tanto la Constitución resalta los cuatro elementos centrales
de la jurisdicción indígena: la posibilidad de que existan autoridades judiciales propias de los pueblos indígenas; la potestad de éstos para establecer normas y procedimientos
propios; la competencia del legislador para señalar la forma de coordinación con el sistema judicial nacional, y la sujeción de dicha jurisdicción
y normas a la Constitución y la ley.
Se señala que puede tratarse de todas las normas constitucionales y legales, pues de lo contrario el reconocimiento constitucional a la diversidad cultural y la consiguiente autonomía no serían más que un formalismo20; sin embargo, tanto la legislación como la jurisprudencia en ningún apartado desconocen la supremacía constitucional en el territorio
nacional, incluidos los territorios indígenas.
1 7 Radcliffe, Sarah y Sallie Westwood (1996). Rehaciendo la nación. Lugar, identidad y política en América Latina. Quito:
Abya-Yala, 1999. pp. 18 - 22.
1 8 Sentencias C-139 de 1996, T-349 de 1996 y T-496 de 1996, M. P. CARLOS GAVIRIA DÍAZ.
1 9 HERNÁN DARÍO BENÍTEZ. Tratamiento jurídico-penal indígena colombiano. ¿Inimputabilidad o inculpabilidad?,
Bogotá, Temis, 1998, p.119.
2 0 BERNAL CUÉLLAR, Jaime y MONTEALEGRE LYNETT, Eduardo. El Proceso Penal. Universidad Externado de
Colombia. 2002, Bogotá, Colombia. Pág. 109.}
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CONCLUSIÓN
Una primera conclusión de la temática abordada nos remite a la amplia
diversidad cultural existente en Colombia, que está aún más presente dentro de las etnias indígenas. Cada una de las 84 naciones existentes en el país
tienen rasgos culturales tan distintos que deben ser comprendidos desde la
diferencia en su interrelación con la sociedad mayoritaria. Para ejemplificar
lo anotado traeremos a colación tres etnias que viven en el territorio colombiano y analizaremos muy someramente su relación con el conflicto armado.
El segundo grupo lo constituye la etnia Paez del Cauca. Los paeces son
uno de los pueblos indígenas más importantes del país. Según el DANE la
etnia está compuesta por 118.845 personas, que representan 16.93 por ciento de la población indígena nacional. Aunque la mayoría de resguardos se
ubican en el Cauca, la historia reciente demuestra que los Paeces han ido
expandiendo su territorio y hoy se hallan colonias en Valle, Putumayo y
Caquetá. Los Paeces hablan la lengua Paez (Nasa Yuwe), aunque por el fuerte
proceso de aculturación hablan también muy bien el español. Este grupo ha
sido reconocido con varios premios internacionales por el desarrollo de proyectos productivos que atienden el respeto al medio ambiente y preservan
sus tradiciones culturales; tienen, además, un alto nivel de "empoderamiento"
el cual les ha permitido el rescate de gobernadores indígenas secuestrados
por las guerrillas, acceder a derechos otorgados por la legislación colombiana e internacional o tomar actitudes pacíficas de resistencia ante los grupos
armados al margen de la ley.
El último grupo que relacionaremos es el de los Kankuamos, etnia localizada en la vertiente suroriental de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la
parte correspondiente al Guatapurí. Su población comprende cerca de 15.000
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La primera comunidad que consideraremos es la Ticuna del Amazonas, que se ubica sobre los ríos Vaupés, Papurí y Paca, en la frontera con el
Brasil. Además, cuenta con asentamientos en el departamento del Guaviare
en las zonas de Lagos del Dorado, Barranquillita y La Yuquera. El pueblo
Ticuna es uno de los más numerosos de la región del Amazonas; se calcula
que el número de personas de toda la etnia está por el orden de las 6.837
personas y su lengua pertenece a la familia lingüística Ticuna Oriental. Por su
ubicación en el territorio nacional esta etnia no se encuentra afectada por la
presencia de grupos armados. Sin embargo, en años anteriores su territorio
constituyó una ruta de salida de narcóticos que actualmente se encuentra
erradicada, lo que le permite a esta comunidad un contexto pacífico.
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personas. Su lengua es la Sánha que pertenece a la familia lingüística Chibcha.
Esta etnia ha sido una de las más afectadas por el conflicto armado colombiano. Principalmente por el asesinato selectivo de sus líderes, aumentando así su vulnerabilidad.
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En estas breves referencias se puede extraer una segunda conclusión:
las poblaciones indígenas son afectadas de diversa manera por el conflicto
armado y responden de manera diferenciada ante los grupos armados ilegales, lo que obliga a un tratamiento determinado para cada comunidad, lo
cual no impide la implementación de una política pública coherente para los
pueblos indígenas, que como se ha resaltado a lo largo de este artículo debe
diseñarse desde un tratamiento diferenciado, atendiendo al interés de las
agremiaciones indígenas que buscan desarrollar posturas comunes en la
defensa de sus derechos, lo que es diferente al establecimiento de un consenso institucional de sus necesidades. En lo que hay que hacer un especial
énfasis es en la orientación que deben implementar las entidades gubernamentales para aunar esfuerzos que permitan la implementación de una política de Estado en esta materia.
148
Igualmente, deben atender este criterio de derechos humanos como el
derecho a la participación previsto en el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo, el cual plantea que antes de que el gobierno, o una
corporación privada tome una decisión que afecte a los pueblos indígenas,
se debe consultar e incluso concertar o desistir si los indígenas se oponen a
las acciones que involucren y afecten a estas etnias o a sus territorios. Este
último precepto nos remite al derecho a la tierra, que en cada comunidad es
asumido como un principio básico para su existencia como pueblo; por lo
tanto, la expresión de estos derechos contempla un carácter colectivo, y
desde esta postura debe ser asumida la protección de los derechos de los
pueblos indígenas. Sin embargo, este es un tema muy complejo, porque
habría sectores que defenderían desde el juicio de las mayorías los intereses de la sociedad colombiana en su conjunto. A lo que vale anotar que ninguna cultura es inferior o más valiosa que otra, y que lo fundamental es su
preservación, es decir de las personas que la viven, máxime si se encuentran en proceso de extinción como lo señala el Senador Jesús Piñacué.
Académicamente el tema no ha sido explorado en profundidad, por lo
que se hace necesario en Colombia, por ejemplo, un desarrollo investigativo
que evalúe la funcionalidad institucional de la Comisión de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas respecto a la defensa de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario en relación con las etnias Indí-
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genas. Por lo tanto, se debe hacer un diagnóstico y proponer una
reformulación de las políticas públicas dirigidas a la población indígena colombiana. Además, es importante subrayar que el tema de los Derechos
Humanos y el Derecho Internacional Humanitario con respecto a los Pueblos
Indígenas está en el primer orden de las agendas de los Organismos Internacionales, conjuntamente, desde el ámbito de las ciencias sociales y del Derecho.
El estudio del mundo indígena en su amplía diversidad y su relación
con el Estado es una línea de investigación poco explorada y muy poco desarrollada desde la Institucionalidad Estatal. Quizás el campo más trabajado
hasta el momento es el relacionado con la Jurisdicción Especial Indígena,
pero las diferentes posturas de las comunidades, así como la carencia de su
reglamentación lo convierten en un tema altamente especulativo, a excepción de los avances que ha realizado la Corte Constitucional en su jurisprudencia.
Pese a las falencias en conjunto citadas, que se verán todavía en un
trasfondo exótico y que guarda estrecha relación con el campo de los derechos ligados a la dignidad humana, éste es un tema principal del Nuevo Orden Mundial que llevará a Colombia en el corto plazo a plantear soluciones
de largo aliento; basta con ver los noticieros o leer los periódicos para reconocer a simple vista la magnitud de la cuestión indígena.
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