MONOGRAFÍA DE NEUROCIENCIAS : Emociones, empatía y neuronas espejo. Alumna: Barral, Karina Elizabeth. Debido a la gran dificultad de adaptación al estilo de vida imperante y a la necesidad de lograr un mayor conocimiento, comprensión, dominio, respeto por uno mismo y los otros, es que veo necesario estudiar determinados valores y obtener conocimiento de cómo controlar las emociones y ponernos en el lugar de otros. En mi tarea docente pude observar que una educación orientada al conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, se transforma en un método efectivo para el crecimiento individual, la resolución de conflictos y el desarrollo de valores, factores esenciales para alcanzar el éxito y la felicidad personal y grupal. Para comprender al ser humano es necesario tener presente que no podemos ser tomados y comprendidos de forma aislada, sino que se tiene que tener en cuenta nuestro cuerpo, nuestro cerebro, nuestra mente y el medio ambiente. Es decir, que nuestras experiencias personales, emociones y vivencias repercuten en nuestro cuerpo, en nuestra mente y por ende en nuestra toma de decisiones y en nuestros aprendizajes. Nuestro cerebro está formado por millones y millones de neuronas cuyas propiedades más importantes son: Su capacidad de transmitir señales eléctricas generadas por ellas mismas a otras neuronas. La de transmitir las señales generadas por las otras neuronas que van dirigidas hacia ella. A su vez se las puede clasificar en dos tipos básicos: Estimuladoras (Generan estímulos) Inhibidoras.(Bloquean estímulos) Las neuronas hicieron su aparición en los seres multicelulares hace unos 600 millones de años atrás y fueron las encargadas de lograr una conexión rápida entre las distintas partes de estos organismos primitivos. Eran sólo fibras nerviosas sueltas tal como todavía se las puede encontrar en los pólipos marinos. Tuvieron que pasar muchos millones de años para que las neuronas descubrieran la ventaja de trabajar juntas. La SINAPSIS es una interacción o comunicación entre dos neuronas. Su actividad es esencial para explicar prácticamente todas las acciones del cerebro (desde las más sencillas, como ordenar a los músculos que se contraigan y se relajen en forma coordinada para llevar a cabo un simple movimiento, hasta las áreas más complicadas intelectuales, pasando también por las funciones que originan, controlan y modulan las emociones). Llevando el estudio del cerebro y el funcionamiento de las neuronas a nuestra práctica docente, para poder comprender el aprendizaje de los niños y sus dificultades, he llegado a la conclusión de que cuando se genera un clima agradable, seguro y se capta la atención de los niños, el aprendizaje está asegurado. Cualquier cambio en el comportamiento que pueda generarse con el conocimiento y la práctica de las experiencias de vida, son denominados aprendizaje. Todos estos cambios producen modificaciones en el cerebro. Esto nos hace repensar la educación teniendo en cuenta los distintos tipos de aprendizaje: El implícito, el niño puede aprender sin saber que está aprendiendo (no gasta energía). El explícito, es un aprendizaje voluntario, la atención es selectiva y sostenida (gasta altísimos niveles de energía) El aprendizaje emocional, es indeleble y selectivo, no se borra y condiciona el futuro de nuestras vidas. Como somos una unidad indivisible. UCCM (unidad, cuerpo, cerebro y mente) relacionados íntegramente con nuestro entorno, podemos deducir que nuestro aprendizaje será facilitado o limitado por diferentes factores: La biología del cerebro de cada uno. Las experiencias de vida personales. Las experiencias de vida de otras personas. El tiempo histórico en el que nos toca vivir. El entorno en el que vivimos (empobrecido o enriquecido). Es muy importante que tanto docentes y alumnos conozcan las dificultades que tiene aprender y qué significa enseñar. El aprendizaje se divide en diferentes etapas: ignorar, conocer, comprender y saber utilizar el conocimiento prácticamente. Durante todo el proceso de aprendizaje, los alumnos deben sortear diferentes obstáculos o enemigos: el aburrimiento, la falta de dopamina, la falta de interés, ansiedad, el preguntar sin recibir la respuesta adecuada, el exceso de dopamina, o un profesor apático y no comprometido con lo que quiere transmitir. Sin embargo, hay muchos factores que facilitan el aprendizaje: tener un estado emocional positivo, estar dentro de un medio ambiente enriquecido, un lugar conocido y seguro, encontrarle sentido a lo que se está aprendiendo, y un educador que los incentive a superar desafíos y que inspire tranquilidad y confianza, interesado no sólo en enseñar, sino en escuchar a sus alumnos. Los estímulos son sumamente importantes, un estímulo inicial excita una neurona, está neurona luego excita a la segunda. Ambas neuronas excitan a otras para ir formando una red. Finalmente las neuronas quedarán fuertemente conectadas. Armar redes es parte del proceso de aprendizaje como lo es también el integrar la información para que ésta no quede en islas separadas. Como ya dijimos el aprendizaje depende de cada alumno o persona. Siempre debemos tener en cuenta el ritmo personal de aprendizaje, si tiene conocimiento previo sobre el tema y si puede relacionar, si tiene sentido para él, cómo es su estado emocional en el momento en que uno pretende enseñarle algo, si está realmente motivado, y la capacidad de recibir la cantidad de información que está manejando en un período de tiempo, como así también sus horas de descanso, dieta, etc. Los alumnos necesitan comprenderse a sí mismos, lograr un mayor conocimiento y dominio a la hora de organizarse y estudiar y también de relacionarse con los demás. Necesitan ser conscientes de la importancia del respeto por ellos mismos, por los demás y por su propio cuerpo. Aprender a dominar sus reacciones y sus impulsos por sí mismos. Todo lo que aprendemos llega a nuestro cerebro a través de los sentidos y es procesado, almacenado y activado a través de una serie de eventos eléctricos y químicos. El cerebro no puede procesar los millones de bits de información sensorial que lo bombardean por segundo. Para eso existe una serie de filtros que protegen al cerebro de una sobrecarga de información focalizando la atención sólo en información sensorial crítica para la supervivencia es decir lo que necesita en ese momento. Los educadores podemos utilizar estrategias compatibles con el cerebro: la novedad, la sorpresa, la predicción, la anticipación positiva, los intereses individuales. Las estrategias compatibles con el cerebro habilitan a los alumnos a responder a los estímulos del entorno de la mejor manera posible y a convertir esa información en conocimiento adquirido. El registro de los estímulos sensoriales está fuertemente influenciado por los estados emocionales del niño. Cuando el cerebro percibe amenaza, la atención puede verse afectada. Nuestro cerebro es el mismo que el de hace tantos años atrás, preparado para responder a los desafíos que representaba la vida en aquellos tiempos. Provisto de herramientas para dar respuestas automáticas a estímulos inmediatos. Ante situaciones muy peligrosas las respuestas podían ser sólo dos, ataque o huida. Esto nos lleva a responder a estímulos sociales y psicológicos de igual modo que si no quisiera comer un león. Para los animales el demarcado y cuidado del territorio es necesario para su supervivencia. En nuestro caso, podemos decir que el territorio humano es también sinónimo de casa, auto, trabajo, efectos personales, familiar, pareja, identidad y cosas tan abstractas como una idea. Las opiniones, creencias, paradigmas y valores, son también considerados territorio, a los que se defiende tanto o más que los mencionados en primer término. La amígdala cerebral es una estructura con forma de dos almendras que actúan en ambos lados del tálamo y en el extremo inferior del hipocampo se la relaciona con la memoria emocional y con las respuestas de ataque y huida. Cuando un alumno siente amenaza en el entorno, su amígdala se enciende y se ubica en modo supervivencia, así permite que la información no pase a las áreas corticales superiores necesarias para el aprendizaje cognitivo ejecutivo. Las respuestas físicas que acompañan a las respuestas de ataque o huida son: aumento del signo cardíaco, aumento de la presión arterial, aumento del ritmo respiratorio, aumento de la fuerza muscular, y disminución o anulación de las funciones del lóbulo prefrontal. Los lóbulos prefrontales son la computadora dentro de la computadora, son el área más evolucionada en nuestro cerebro y el hogar de la autoconciencia. Son los responsables de nuestra inteligencia emocional, tanto a nivel personal como social. Una persona puede ser brillante a nivel intelectual y, a la vez, un fracaso a nivel emocional o viceversa. Ambas capacidades deben ser entrenadas y desarrolladas con diferente información y estrategias. Para no activar el modo supervivencia, en el contexto del aula, ésta debe ser ordenada, limpia, con elementos que sean agradables y conocidos, que despierten una pertenencia al lugar. El docente debe ser asociado al placer por el aprendizaje, a superar desafíos y un ser humano que inspira seguridad. Las sorpresas y novedades pueden ser desde muy simples hasta más elaboradas pero sirven para captar la atención de los niños. Los cambios en la voz, cambios visuales, movimiento del docente o lugar de las cosas, variables en los tamaños, exploración utilizando diferentes sentidos, activarán el área del SARA, que es el centro de atención y alerta del cerebro. Las exigencias y el cansancio agotan la capacidad de autocontrol de nuestro cerebro. Si durante el día tenemos muchas situaciones que exigen su aplicación, es común que nos cueste e incluso no logremos actuar calmos en circunstancias que lo requieran. Al estar cada día más demandado por distintas actividades e incluso por nuestras propias exigencias o las del medio ambiente, llegamos a un punto en donde nuestra capacidad de autocontrol se ve disminuida. De este modo, sin desearlo, terminamos, por ejemplo, comiendo más de lo debido o discutiendo sin sentido. Algunos tips a tener en cuenta: Antes de una reunión debemos descansar y reponer energías. Si tuvimos un día con intensa actividad mental o física, no resultará fácil resistirnos a las tentaciones. Si estamos muy exigidos o cansados, será más fácil que podamos perder la paciencia. Si deseamos comenzar, a hacer cambios debemos tener presente el contar con energía para cumplir con las metas propuestas. Debemos aprender a detectar contextos en donde nuestro autocontrol disminuye y aceptar que en el mismo nuestra capacidad de toma de decisiones acertadas también lo hace. Tener presente que si sometemos a otros a un nivel de exigencia muy alta o por encima de lo que un individuo puede en determinado momento o situación, su autocontrol se verá disminuido. En el ámbito educativo es bueno conocer si los alumnos han descansado correctamente o si la materia anterior o el grupo de compañeros exigió demasiado autocontrol. Tener presente el realizar tareas que permitan a la UCCM (unidad, cuerpo, cerebro, mente), reponerse y con ella su capacidad de autocontrol. En el ámbito laboral, se debe tener muy en cuenta el nivel de agotamiento o energía con que cuenta su equipo para hacer propuestas, se deben realizar tareas que permitan a los miembros del mismo reponerse. El estado de relajación es el medio natural para la reposición de energía. Toda tensión emocional se traduce en una contracción muscular superficial o profunda y en un cambio de varios sistemas del organismo, preparándolo para dar una respuesta. Cuando la UCCM sufre de falta de relajación o reflejo de relajación y descanso, disminuye su rendimiento en general. Debemos tener presente que la aplicación voluntaria de la relajación debe ser un proceso que resulte de la comprensión de la importancia que tiene la misma para la salud de la UCCM. La capacidad de crear estados emocionales constructivos es uno de los pilares de una vida feliz y trascendente. Un ejercicio excelente de hacer, al final de cada día, pensar situaciones positivas, que nos hayan sucedido y en las cuales nuestra intervención haya sido importante. La discriminación produce una disminución del rendimiento cognitivo en quien lo sufre. Los prejuicios incapacitantes en el contexto social en donde la persona se desempeña, ya sea educativamente o laboralmente, contaminarían sus cerebros y determinarían sus fracasos, pues muchos son vulnerables a estos estímulos y llegan a dudar de sus habilidades, poniendo en tela de juicio su talento, con el consecuente deterioro del sentido de su propia capacidad. Por lo tanto, es necesario atender y erradicar todo signo discriminatorio en el aula permitiendo que cada alumno pueda hacer uso de sus capacidades, valorando sus progresos para que construyan una imagen positiva de sí mismos. Las emociones son muy importantes para nuestra especie. La educación emocional es necesaria para poder hacerlas conscientes y modelarlas; de hecho, el neurólogo Antonio Damasio expresa: “una emoción negativa puede neutralizarse con otra positiva muy fuerte fomentada desde la razón”. El optimismo se enseña y nos permite ser felices. A todos nos han dicho alguna vez que sonreír es bueno, ya que lograremos que las personas con las que interactuemos nos devuelvan también una sonrisa. Los seres humanos nos comunicamos no solo con palabras, sino también a través de nuestro lenguaje corporal y gestual. Podemos leer en los rostros de los otros, sus emociones y estados de ánimo, saber si están enojados, alegres, tristes, o sorprendidos. Sin embargo existe una expresión que nos puede hacer confundir cuando la vemos. Esta expresión es la sonrisa ya que cuando alguien la manifiesta, nos lleva a interpretar que la persona que tenemos enfrente esta alegre o feliz, no obstante todos sabemos que cada vez que dibujamos una sonrisa en nuestro rostro, no siempre se debe a que estemos alegres. En algunos casos, la sonrisa solo refleja cortesía y en otras situaciones permite ocultar timidez o sentimientos negativos. A grandes rasgos se puede decir, que existen dos tipos de sonrisas, la sonrisa social y la verdadera. Tan importante son los rostros para nuestra especie que contamos con áreas especializadas para la lectura de los mismos. El ideal es generar en cada día de nuestra vida contextos y espacios, donde la sonrisa sincera se manifieste naturalmente. Un modo de hacerlo es recordando que a través de las neuronas en espejo, contagiamos emociones y que nuestra sonrisa activara en el cerebro de los otros emociones positivas. Las neuronas espejo fueron descubiertas por el equipo del Dr. Giacomo Rizzolatti, en 1996 en una investigación realizada con primates. En su principio se consideró que se trataba de una imitación motor, pero las investigaciones actuales indican que estas neuronas contribuyen a hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los otros. Este grupo de neuronas se activan cuando un sujeto observa lo que hace otro. Los circuitos activados son los mismos que los de la persona que lleva adelante la acción y le permite sentirlos como propios el cerebro. Las emociones positivas activan mucho más las neuronas espejo que las negativas. Pero no debemos olvidar que las emociones negativas también son contagiosas y que tienen un mayor tiempo de duración en nuestra UCCM. La opinión negativa de los otros influye en nuestra visión positiva sobre algo y aumenta la negatividad. Se sabe que las emociones son contagiosas: si alguien entra a un espacio en donde la gente está feliz y se incorpora al grupo, acabará sintiéndose más feliz, porque existe esta transmisión de emociones de una persona a otra. Cada mañana, al empezar el día, tal vez deberíamos preguntarnos ¿cómo deseo activar las neuronas espejo de las personas con las que voy a interactuar? De este modo, es posible que reflexionemos y nos demos cuenta que con una simple sonrisa ya estaremos haciendo un gran cambio. Por ello debemos tener muy presente que las emociones positivas promueven la interacción grupal y contribuyen a desarrollar nuestra capacidad empática. Conocer la base biológica de la empatía es fundamental para un líder, y un docente es un gran líder. Pero la pregunta más difícil es: ¿Es realmente posible ponerse en el lugar del otro? Para lograrlo: Se debe tener presente que hay que ver y aprender del otro, detenerse a imaginar qué siente. Tener presente, que si nuestro cerebro está comprometido con una situación propia que considere importante, no puede dedicarse a evaluar qué sienten los otros. Disminuir las situaciones de estrés, pues éste reduce notablemente la capacidad empática y de integración entre las personas. Comprender que quienes no han pasado, experimentado o aprendido socialmente, una situación o sentimiento semejante a lo que le sucede o siente otro, tendrá una menor capacidad de imaginar y lograr un proceso deductivo de “ toma de perspectiva” correcto. Para ello, se deben crear espacios de charlas y comunicación distendidas y coloquiales que permitan aprender de cómo sienten otros. El escuchar de forma apacible y serena historias de vida de otras personas, enriquecen nuestra perspectiva emocional y la de nuestros alumnos. Gracias a las neuronas espejo, nos sentimos bien cuando las personas que nos rodean están bien, y nos sentimos mal cuando las personas que nos rodean están mal. En esta medida, resulta lógico que nuestra conducta esté orientada, por lo general, a evitar lastimar a otras personas; excepto cuando claramente deseamos hacerlo, pues contamos con mecanismos neuronales que nos permiten identificar claramente si nuestros actos generan disgusto en los demás. Cuando nuestros actos afectan a los demás, se generan disgusto y malestar propio, por lo cual nos conduce a abandonar el acto que está generando el disgusto en los demás. En el incorrecto funcionamiento de las neuronas espejo nace la posibilidad de hacer daño a otras personas sin que esto reporte malestar. Desde temprana edad aprendemos a reconocer que otras personas tienen emociones y sentimientos similares a los nuestros. Nuestras conductas y acciones activan los cerebros de las demás personas y sus neuronas en espejo. Esto debe hacernos reflexionar sobre lo importante que somos para los otros y el valor que cada uno de nosotros tiene para su grupo familiar, laboral, de amigos y la sociedad a la que pertenece. Tal vez esto nos ayude a tener presente el actuar de un modo más trascendente en cada uno de los ámbitos en donde nos manejamos. Bibliografía: Clases del curso de “Capacitación docente en Neurociencias”. Enseñando y aprendiendo a ser optimistas. Nse. Prof. Alejandra del Fabro. El cerebro empático. Nse. Marita Castro. Neuronas espejo o especulares. Nse. Marita Castro. Artículo Neurociencias: Una sonrisa nos resulta atractiva, aunque no sea sincera. Nse. Marita Castro. Videos: Neuronas espejo y empatía: http://www.youtube.com/watch?v=09EwTBukLyY La empatía: http://www.youtube.com/watch?v=XHGzwUFxC-w La cadena de la empatía: http://www.youtube.com/watch?v=m7ph7SKXKMM