MITOS Y LEYENDAS BUIN

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MITOS Y LEYENDAS BUIN
Leyenda calle Maipú.
Cada cierto tiempo en las noches oscuras, sin luna y cerca de la
media noche, en la calle Maipú que era el limite sur del pueblo de
BUIN, ocurre un fenómeno especial, se escucha el llanto de una
mujer, llanto que comienza en la entrada de la calle San Martín,
cerca de la Plazuela de BUIN.
Se hace anunciar por el lamento de los perros que van aullando de
cuadra en cuadra la acompañan hasta el canal que pasa por la Villa
Rengifo y el fundo Pontigo camino a los Salinas.
Dicen que es una mujer que perdió a su hijo que cayo a un rió y que
lo busca en aquellos lugares donde el agua corre, esa es la razón por
la cual al llegar al lugar del canal el llanto se pierde.
Esta historia se cuenta desde muchos años a pesar de que han
aumentado las casa del sector aun sobrecoge escuchar a los perros
aullar en la noche acompañado del triste lamento de la madre.
Leyenda del Molino
.
Cerca del año 1953, un invierno lluvioso, se desbordo el rio
Angostura, estuvo a punto de llevarse el molino y parte del
pueblo de Valdivia de Paine. La gente , los Católicos,
sacaron la Virgen de la iglesia para que el rió se retirara y el
dueño del molino que era dueño de una mina de oro le ofreció
una corona del preciado metal a la virgen en un tiempo
determinado, si el rió se retiraba de ahí.
El rió milagrosamente se retiro pero la corona prometida
nunca llego.
Apenas se cumplió el plazo determinado , ocurrió algo
extraño la mina La Librera, que producía bastante oro,
desde ese momento fue perdiendo sus hermosas vetas hasta
que ya no convino mas seguir explotándola. Hoy la mina se
encuentra abandonada en un cerro de Valdivia de Paine.
Los que aventuran entrar en ella por las tardes aseguran que
se ve la sombra de una hermosa virgen con una gran corona
en su frente.
El tue tue
El tue tue es un brujo que recorre los lugares eriazos del
campo de nuestra comuna. Es una cabeza con alas de quien
está en trance y sale a vagar. Si alguien lo ve de noche nunca
debe mirarlo, pues el aparecerá al otro día en su casa a la
hora de almuerzo transformado en un pordiosero. Si usted le
niega comida el “Tue Tue” lo maldecirá...
La llorona
La mujer de blanco que lloraba junto al río Maipo, o los
canales de nuestra comuna, se dice que lo hace porque su hijo
fue arrebatado de sus brazos a muy corta edad. La llorona
en noches de verano lleva hipnotiza con su llanto a hombres
solos que en altas horas de la madrugada deambulan a sus
trabajos. Se dice que los encanta y que al otro día ellos
amanecen junto al rio sin pantalones. Se sabe que
antiguamente en los bajos del diablo, cuando el Club bajos de
Matte tenía una gran actividad, en las noches la llorona se
paraba tras los sauces a esperar algún parroquiano que salía
medio cucarro del bar “El chundo”.
El diablo
Este es el más famoso mito de nuestra zona. El diablo o
“cachuo” como lo llaman en el campo suele aparecer en las
noches tormentosas, cuando hay mucho viento y el ruido de
los arboles parece ser una guerra entre las nubes y la noche.
Se dice que el diablo viaja en una carreta tirada por un
feroces perros negros a la caza de un alma que se quiera
vender por dinero o fama. En nuestra comuna existen
muchas personas que en largas noches lo han invocado para
pedirles sus favores, hombres y mujeres que desesperados por
deudas han intentado hablar con el. Otros envalentonados
han querido retarlo e inventados triquiñuelas para
engañarlo. Se dice que en Buin muchos tiene pacto con el
diablo y que él en noches frias se sienta cerca de los canales,
fumando cigarros en hoja de choclo, para esperar el día de la
muerte de estos. Ahí pagan con su alma los favores que el
diablo les dio en vida.
Las argollas de la Virgen
Hace muchos años en el pueblo de Valdivia de Paine en una
noche de San Juan, unos ociosos jóvenes invocaron a todos
los males del pueblo (llorona, diablo, duende, tue tue, etc. )
Ellos lo hicieron por curiosidad y para saber si existían
verdaderamente.Cuando estos espíritus comenzaron a
manifestarse no supieron que hacer. Un sacerdote les dijo
que la única manera de que se fueran era encerrándolos en
una tumba a los pies de la virgen. Entonces los jóvenes lo
hicieron y enterraron todos los males en la tumba, pero
quedaron afuera dos manillas de oro las que servían para
abrir la tumba.
Desde entonces, todas las noches de San Juan, las argillas
brillan como el sol, tratando de levantar la tapa de la tumba,
la que se remece como si temblara fuertemente.En Valdivia
de Paine, entre Las Pataguas y Lo Chacón se siente un
extraño ruido. Se dice que son estas almas que bajo la tierra
buscan un lugar por a donde salir.
La piedra de la Rengifo
Fue una noche, muy tarde en la población La Rengifo, unos
niños estaban jugando contentos en una Plazuela. En medio
de su jugarreta, se dice que se les apareció “La llorona”. Los
niños salieron corriendo, pero uno se quedó haciéndose el
valiente y desafiando con gritos y groserías.
Se dice que “La llorona “ lo castigó convirtiéndolo en piedra.
La piedra se encuentra en la Plazuela y tiene forma de niño
agazapado con los brazos cruzados . “La llorona” se aparece
todos los días, cerca de las doce de la noche. Los vecinos de
las casas más cercanas la escuchan y un frío les recorre el
cuerpo.
Ningún niño se atreve a salir tarde por esa Plazuela. Ellos
ya saben que “La llorona” ronda por allí buscando a su hijo y
observando acual se va a robar...
La carroza de Aculeo
En los años nuevos muchos buinenses y paininos se
congregan en la rivera de la “Laguna de Aculeo” para
observar al hombre de la carreta de oro. Se dice que en fechas
de año nuevo se le ve aparecer por las aguas verdosas de la
laguna, y con una carreta tirada por dos caballos lleva tras
de si una inmensa fortuna, quitada a los españoles de hace
cinco siglos atrás. La carreta está conducida por un mapuche
que en dura batalla les arrebató este tesoro a los españoles y
arrancó. No quedando más remedio que entrar a la laguna se
interno con todos los tesoros. Algunas personas en año nuevo
han visto esta carreta y han logrado arrebatarle alguna
pieza de oro con la cual han comprado un trozo de tierra
cerca de la laguna.
El viejo del saco
El viejo del saco es un viejo que recorre las calles de las
localidades de Buin con un saco negro, mirando y
observando a los niños que se portan mal y que andan
callejeando. Se dice que el viejo los cocina y se los come.
El viejo del saco vive en el río Maipo y en las noches de luna
llena transita por el sector poniente de la comuna, es decir,
entre Maipo y Viluco. Se dice que espera a sus presas en la
“Vuelta de Arena” y sobre todo ataca a los que pasan a gran
velocidad por ahí.
En cambio sube hasta Alto Jahuel en las noches oscuras.
Camina por el camino Padre Hurtado y se adentra hasta la
población Santa Rita y regresa hasta Paula Jara Quemada
en busca de los niños más porfiados.
El hombre chancho
El hombre chancho es una persona que tiene cuerpo de
hombre y cabeza de Chancho. Ser dice que le gusta
andar en las poblaciones y localidades recorriendo en
verano, a la hora en que los vecinos están durmiendo la
siesta. Su aspecto se debe a que un hombre muy malo se
acostó con una chancha y el fue la única criatura que
salió del vientre de la chancha. Él busca a su padre
desde entonces, nadie sabe donde vive y que come. Solo
que toca el timbre entre las dos y tres de la tarde en los
veranos tórridos de la comarca del Maipo.
El pacto del fundo “La Cartón”
Don Moisés Herrera, dueño de la viña La Cartón y propietario de la única
fabrica de cartón de los alrededores, se dice que hizo pacto con el diablo. Su
historia se remonta a una época, donde habían pocas fabricas de cartón y lo
producía muy bien. Se dice que en una noche tormentosa se le apareció el
diablo para canjear su alma por fortuna.
Él que no era superticioso se mató de la risa y le siguió el juego al cachuo. Al
final de la vida vendría a cobrarle su alma. Don moisés trabajaba duro en
su empresa y una tarde aparecieron en su propiedad los dueños de la
papelera y le preguntaron cuanto cartón producía. El les contó que era
muchísimo y que tenía muy buenos trabajadores en su empresa. Al instante
estos señores sacaron muchos fajos de dinero y le ofrecieron a don Moisés
todo lo que pidiera a cambio de que nunca más produjera cartón. Don
Moisés aceptóy desde entonces solo produjo vinos. Buenos vinos, como el
famoso “guapo”, que cuando se tomaba una copa, ya no volvía por otra.
Don Moisés fue un hombre bueno y trabajó hasta sus últimos días, pero le
preocupaba lo que decía la gente que el tenía pacto con el diablo. El cachuo
le había dicho que vendría una sola vez a buscarlo. El anticipándose a esto
decidió engañar al diablo, haciéndose pasar por muerto. Organizó un velorio
y en la medianoche cuando la luna estaba dormida tras los cerros de Maipo.
Apareció para llevarse su alma. Pero al abrir el ataúd, don Moisés estaba
con un gran crucifijo en su pecho y más despierto que el diablo. Le dijo que
se había equivocado de fecha y que no volviera más.
Los túneles de Santa Rita
Existe un túnel que une las bodegas de Cal y canto de
la Viña santa Rita y la Estación de trenes de Buin. Se
dice que por este túnel arrancaron de la casa patronal
de la familia Jara Quemada los patriotas del ejercito
Realista en la colonia de nuestra Historia. Los
patriotas en sus corceles viajaron a mucha prisa
sorteando en su camino numerosos peligros de este
tiene. Ruidos de un demonio, vampiros, arañas
gigantes y otras están en medio de este túnel.
Se dice que cierta vez unos jóvenes de la ciudad
entraron al famoso túnel y se encontraron de pronto
ante un paisaje insólito. Era una playa de mar con un
gran cielo azul. En el agua grandes peces espadas
peleando con tiburones y aves mitológicas lanzaban
fuego sobre este cielo celeste.
Se dice que los jóvenes salieron aterrados de allí y
tapiaron con una gran piedra la entrada al lugar.
Desde entonces ha sido inútil la búsqueda de la
entrada.
Viña Santa Rita
Fundada en 1880 por don Domingo Fernández
Concha y está instalada en la hacienda de Alto Jahuel,
en el sector precordillerano de Paine. En dicha
hacienda alojó Bernardo O’Higgins luego del "desastre
de Rancagua" y sus bodegas sirvieron de refugio a
Manuel Rodríguez en una de sus correrías.
La casa Patronal se impone en medio de un parque de
40 hectáreas donde los centenarios árboles cautivan la
mirada de sus visitantes. A ella se le suma su
restaurante, también declarado Monumento Nacional,
y lleva el nombre de Doña Paula, en honor a Paula
Jaraquemada, mujer que en la época de la
Independencia dio refugio al general Bernardo
O’Higgins y 120 de sus soldados, acto que dio nombre a
uno de sus reconocidos vinos.
Al igual que Santa Carolina, esta viña ha obtenido
importantes premios internacionales como el mejor
Cabernet Sauvignon del mundo en las Olimpiadas
Gault-Millau, en Francia, en 1987, y el Gran Premio
Categoría Cepaje 1988 y 1990 del Concours
International des Vins et Spiritueux, en Montreal,
Canadá.
TOUR: Acceso a 700 metros al norte de Alto Jahuel.
Reservación con 2 días de anticipación al teléfono (2)
3622520. Las visitas son de martes a viernes (10:30,
11:30, 12:15, 15:00 y 16:00 horas) y el sábado y el
domingo (a las 12:30 y 15:30 horas). Muestra el
completo proceso productivo y la guarda en las bodegas
de Cal y canto. Termina con una degustación en la casa
Paula Jaraquemada, donde hay venta de vinos y un
restaurante.
Casa patronal
Viñedos
Viñedos
Viñedos
Historia
BREVE RESEÑA HISTÓRICA
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POR LA RUTA DEL VINO
Hablar de Chile, de su historia y de su cultura, es hablar del
vino, de su calidad, su buen sabor, del blanco y el tinto, y de
sus premios en el ámbito internacional. Entre la Cordillera
de los Andes y el Océano Pacífico surgen fértiles valles
donde los viñedos encuentran un lugar ideal para crecer.
Si bien fueron los españoles los que en la época de La
Conquista (siglo XVI) introdujeron esta bebida, fue en La
Colonia donde comenzó la actividad vitivinícola como tal,
siendo sus primeros precursores Francisco de Aguirre, en
Copiapó y La Serena, y el jesuita Francisco de Carabantes,
quien introdujo el primer cepaje en nuestro país.
Durante el siglo XVII el aumento notable del cultivo y
producción de vinos, comprado por el Cabildo de Santiago
para fines religiosos, provocó que la corona española no
mirara con buenos ojos esta competencia desde un reducto de
su propio reino con la producción de vinos hispana. A raíz de
esto, se dictaron durante varios decretos prohibiendo la
plantación de nuevos viñedos e incluso se impusieron
algunos impuestos por mantenerlos.
Pese a ello, los connacionales continuaron plantando viñas
hasta que la orden fue levantada en 1678.
Hoy existen en nuestro país 88 viñas repartidas entre el valle
del Maipo (San Felipe) y el valle central (Linares), entre las
que destacan por su antigüedad y calidad:
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