Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-1064/10) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA Su profundo pesar por el fallecimiento del sacerdote Atilio Rosso, fundador de la ONG “Movimiento Los Sin Techo”, el pasado 23 de abril, en la ciudad de Santa Fé, provincia del mismo nombre. Carlos A. Reutemann. – FUNDAMENTOS Señor Presidente Por estos días, la ciudad de Santa Fe y la provincia, están de luto por la pérdida de un gran hombre, de un gran ejemplo de persona. El padre Atilio Rosso fue un eterno luchador por la igualdad entre los hombres, un abanderado de la solidaridad constante y una voz a escuchar siempre. Fue un ejemplo de persona, ya que su gran misión fue trabajar diariamente para lograr una sociedad más justa, con mayor inclusión social. El fallecimiento del padre Atilio conmocionó a la ciudad de Santa Fe. Todos conocían su obra, que tenazmente realizó, con una voluntad absoluta, por años, todos los días, golpeando puertas por los pobres, por los sin techo que el cuidaba a través de la organización que el mismo fundó. El “Movimiento Los Sin Techo” fue creada como eje del desarrollo integral y la participación comunitaria del sector marginado de la ciudad de Santa Fe. La fundación fue creada en el año 1985 y desde entonces ha desarrollado distintas iniciativas tendientes a encontrar respuestas a los problemas estructurales de los más pobres. Al igual que otros curas argentinos, Rosso tuvo una fuerte participación política y social en las zonas más vulnerables del ejido urbano santafesino y es por ello que esa ciudad no parece querer resignarse a la pérdida de una personalidad única. El padre Atilio Rosso tuvo siempre dos preocupaciones que fueron siempre sus líneas de trabajo: la juventud y los pobres. Con una actitud incomparable levantó aulas y escuelas, dispensarios para atención de la mujer embarazada, viviendas para los más humildes, barrios enteros con casitas para que las familias tuvieran su primer techo. Su obsesión era convertir ranchos en casas. Atilio Rosso trabajaba con los pobres y para los pobres. Les enseñaba, y la gente trabajaba por su bienestar. Su obra está viva y seguirá seguramente viva en Santa Fe. Salud y educación fueron muy importantes en su trabajo con los más necesitados para elevarlos, dignificarlos desde la fe. Quiero rendir homenaje a este ejemplo de hombre. Un cura extraordinario, como pocos, que trabajó incansablemente por el prójimo; un hombre que tanto hizo, a lo largo de su vida, por los más humildes. El padre Atilio Rosso murió el viernes pasado, tenía 80 años. Sus últimas palabras fueron, “Ya me voy con Dios”. Por todo ello, señor Presidente, solicito de mis pares que me acompañen en este proyecto de declaración. Carlos A. Reutemann. -