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Delito de Daños
El delito de daños tiene dinámica comisiva totalmente distinta de los delitos que se han
visto hasta ahora.
En los delitos contra el patrimonio, siempre hay un beneficio, hay un ánimo de lucro, alguien se
beneficia, alguien incorpora en su patrimonio una cosa mueble ajena o no mueble, pero en todo
caso, siempre se actúa con ánimo de lucro.
El delito de daños tiene la peculiaridad de que aquí el ánimo de lucro no este presente. El delito
de daños se recoge en el artículo 263 del Código Penal:
Artículo 263.
El que causare daños en propiedad ajena no comprendidos en otros títulos de este Código, será
castigado con la pena de multa de seis a 24 meses, atendidas la condición económica de la víctima y la
cuantía del daño, si éste excediera de 400 euros.
Redacción vigente hasta la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se
modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, el 1 de octubre de 2004: El que causare
daños en propiedad ajena no comprendidos en otros títulos de este Código, será castigado con la pena de
multa de seis a veinticuatro meses, atendidas la condición económica de la víctima y la cuantía del daño,
si éste excediera de cincuenta mil pesetas.
Lo peculiar del ánimo de lucro es que aquí el ánimo de lucro no está presente, no se produce un
traspaso de un bien, de un patrimonio a otro, por tanto, no se produce un incremento patrimonial,
nadie se beneficia, puede haber un beneficio indirecto, pero en principio no hay un beneficio, lo
que hay, es la causación de un perjuicio en un patrimonio ajeno.
¿Cómo se comete un delito de daños?: Destruyendo, estropeando, inutilizando, una cosa
mueble o inmueble ajenos. El código no especifica más, de manera que cualquiera que se la vía
elegida, si es idónea para inutilizar la cosa, para perjudicarla, para estropearla, para destruirla, se
encaja en el delito de daños.
Se pueden producir las situaciones más singulares. El delito de daños lo produce aquel que coge
un martillo y causa múltiples desperfectos en un vehículo ajeno. Hay otras formas, por ejemplo, se ha
condenado a la persona que simplemente abrió la puerta de un corral donde habían guardados animales y
éstos se marcharon, se condenó como un delito de daños ya que el patrimonio del propietario sufrió
un menoscabo significativo del valor que dichos animales. Como se ve, no implica un
enriquecimiento directo para el sujeto activo, puede beneficiarse, pero no de manera directa,
incluso el delito de daños, lejos de perjudicar puede beneficiar al titular del bien.
Por lo dicho, decimos que a veces el delito de daños produce paradójicamente un beneficio.
Lo que cuenta a la hora de determinar la existencia de este delito es que se produzca un perjuicio,
que pueda contabilizarse económicamente en el patrimonio ajeno, aún cuando indirectamente
pueda representar una ventaja a medio plazo o largo plazo, siempre que en el momento la cosa
tenga un valor económico y se le haga objeto de esos perjuicios.
Hay que recordar que en el delito de robo con fuerza en las cosas, la fuerza era la que se
aplicaba para conseguir acceder al lugar en que se encontraba la cosa que se quería sustraer, una
forma de llegar ahí es destruir o romper un puerta, o una ventana o una pared, obviamente ahí hay
unos daños, ahora bien, ¿es un delito de daños? en ese caso no hay un delito de daños puesto que
esa fractura de ventanas, de armario, de pared, ya esta contemplada en el tipo de robo con fuerza
en las cosas, ello ya está considerado valorados en el delito de robo con fuerza en las cosas y
precisamente su concurrencia determina que el hecho se castigue como robo y no como hurto. Por
lo tanto, no hay un delito de daños independiente como consecuencia del que se ha causado en
una puerta, una ventana, un armario, un mueble etc., lo que ocurre, es que el daño causado si que
se valora a la hora de la responsabilidad, es decir, de fijar la responsabilidad, pero no se valora
para apreciar la concurrencia con el robo de un delito de daños.
Este es un delito de que admite la comisión por imprudencia; Articulo 267 del Código
Civil; la particularidad es que sólo puede castigarse penalmente, si la cuantía del perjuicio o de los
daños, supera los 80.000 euros.
Artículo 267.
Los daños causados por imprudencia grave en cuantía superior a 80.000 euros, serán castigados con la
pena de multa de tres a nueve meses, atendiendo a la importancia de los mismos.
Las infracciones a que se refiere este artículo sólo serán perseguibles previa denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal. El Ministerio Fiscal también podrá denunciar cuando aquélla sea
menor de edad, incapaz o una persona desvalida.
En estos casos, el perdón de la persona agraviada o de su representante legal extinguirá la pena o la
acción penal, sin perjuicio de lo dispuesto en el segundo párrafo del número 4º del artículo 130 de este
Código.
Redacción vigente hasta la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se
modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, el 1 de octubre de 2004: Los daños
causados por imprudencia grave en cuantía superior a diez millones de pesetas, serán castigados con la pena de
multa de tres a nueve meses, atendiendo a la importancia de los mismos.
Las infracciones a que se refiere este artículo sólo serán perseguibles previa denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal. El Ministerio Fiscal también podrá denunciar cuando aquélla sea menor de edad, incapaz o una
persona desvalida.
En estos casos, el perdón de la persona agraviada o de su representante legal extinguirá la pena o la acción penal, sin
perjuicio de lo dispuesto en el segundo párrafo del número 4º del artículo 130 de este Código.
El artículo 268 del Código Penal contiene una exención personal de la responsabilidad.
Artículo 268.
1. Están exentos de responsabilidad criminal y sujetos únicamente a la civil los cónyuges que no
estuvieren separados legalmente o de hecho o en proceso judicial de separación, divorcio o nulidad de su
matrimonio y los ascendientes, descendientes y hermanos por naturaleza o por adopción, así como los
afines en primer grado si viviesen juntos, por los delitos patrimoniales que se causaren entre sí, siempre
que no concurra violencia o intimidación.
2. Esta disposición no es aplicable a los extraños que participaren en el delito.
Este artículo determina la exención de responsabilidad cuando la persona sea cónyuge, que no
estén separados, ascendientes, descendientes, hermanos por naturaleza o por adopción, afines de
primer grado, siempre que no concurra violencia o intimidación.
De manera que por los delitos patrimoniales que se han visto; en el robo como se exige la violencia o
intimidación no entraría en juego esta causa de exención de responsabilidad, pero el hurto sí.
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