Emigración de recursos humanos calificados y

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Sistema Económico
Latinoamericano y del Caribe
Latin American and Caribbean
Economic System
Sistema Econômico
Latino-Americano e do Caribe
Système Economique
Latinoaméricain et Caribéen
Emigración de recursos humanos calificados
y consecuencias económicas y sociales para
el desarrollo de América Latina y el Caribe:
Perspectiva de la OIM Misión Ecuador
Alejandro Guidi, Jefe de la Misión de la OIM en Ecuador
Reunión Regional: “La Emigración de Recursos Humanos Calificados
desde Países de América Latina y el Caribe”
Caracas, Venezuela
17 y 18 de Junio de 2009
SP/RR-ERHCPALC/Di N° 11-09
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Emigración de recursos humanos calificados y consecuencias
económicas y sociales para el desarrollo de América Latina y el
Caribe: perspectiva de la OIM Misión Ecuador
Alejandro Guidi
Jefe de Misión OIM Ecuador
La migración de recursos humanos calificados, tanto por sus capacidades, conocimientos,
habilidades y experticias profesionales ha sido un tema recurrente en la historia mundial.
De hecho, se conoce que el conocimiento ha circulado y ha sido difundido gracias a estos
excepcionales viajeros calificados. Es así que a través de la historia, se ha producido el
intercambio de científicos y pensadores en diversas épocas, los que con la difusión de sus
conocimientos, han contribuido al desarrollo de localidades, en particular y de la
humanidad, en general.
Sin embargo, de acuerdo a varios académicos, no es sino en los años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial cuando el valor que representan los recursos humanos
calificados para el desarrollo de un país adquiere fuerza. Con este fin, algunos países
europeos y Estados Unidos, empezaron a dar pasos importantes para fomentar el
desarrollo de los centros de educación superior, así como la creación de centros de
investigación. De acuerdo a Pellegrino (2002), es aquí cuando el conocimiento adquiere
un puesto fundamental en la sociedad, a la vez que se relaciona más directamente con la
producción y pone en evidencia que el aumentar la disponibilidad de personas con altas
calificaciones se convierte en un factor fundamental de la “riqueza de las naciones”.
Es así que los países desarrollados desde esta época fijan su atención en la necesidad de
contar con profesionales calificados tanto de países en desarrollo como desarrollados a
través de lo que, posteriormente se llamará “migración selectiva”, dando lugar a la
creación del concepto de " brain drain" o "fuga de cerebros". Este concepto otorga a este
proceso una noción de valor y tiene su origen en la emigración que se dio en esta época
por parte de médicos de Inglaterra hacia Estados Unidos. En este sentido, cabe destacar
que la “fuga de cerebros” no es un fenómeno migratorio masivo sino que es más bien
selectivo.
Por su parte, es a partir de 1950 que en América Latina y el Caribe como región, pasa de
ser una zona predominantemente de inmigración y se convierte en una de emigración,
en la que aparecen dos patrones superpuestos de migración internacional. El primer
patrón corresponde a un incremento sustancial de las migraciones intra-regionales, las
que se llevan a cabo por los crecientes desequilibrios económicos, las agudas diferencias
en densidades poblacionales y recursos naturales, así como por las variables
circunstancias políticas existentes entre países vecinos. La existencia de una cultura
común, límites fronterizos con poco control así como las mejoras en el transporte y las
comunicaciones fueron circunstancias que adicionalmente fomentaron los crecientes
flujos intrarregionales desde esta época (Myers, 1998).
Estos fueron los casos de Argentina, Venezuela, Costa Rica y México; países que se
convirtieron en receptores de los primeros grandes flujos fronterizos, los que en su
mayoría fueron de recursos humanos no calificados. Estos flujos han ido variando a
través del tiempo, teniendo una relación directa con las condiciones políticas, económicas
y sociales específicas que han tenido estos países desde mediados del siglo XIX.
MISION EN ECUADOR
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P.O.Box 17-17-1658 Quito – Ecuador • E-mail: [email protected]
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El segundo patrón fue aquel que ocurrió en los años 70, donde a diferencia del primero,
se caracterizó por la emigración de personas calificadas a países industrializados
incluyendo países europeos, Estados Unidos, Australia y Canadá, y en menor medida
hacia países de la región. Esta mano de obra calificada que incluía a profesionales,
científicos, académicos y empresarios, provenía en su mayoría de la región del Cono Sur
debido a las dictaduras militares que experimentaron en esa época Argentina, Chile y
Uruguay.
Actualmente, los procesos de liberalización de bienes, capitales y servicios en una
economía mundial crecientemente interdependiente, han ido de la mano del desarrollo de
las comunicaciones y transportes, los que permiten que se cuente con una gran variedad
de modalidades migratorias. Muchas veces estas personas traen consigo diferentes
competencias profesionales y personales, las que representan un alto valor añadido y
fomentan y fortalecen la producción del conocimiento y la inversión en el desarrollo de la
ciencia y tecnología como factores que incrementan la productividad y ventaja
comparativa de los países desarrollados, consecuentemente, contribuyendo a mejorar su
desarrollo económico y social.
Se conoce que alrededor del 10% de todas las personas altamente calificadas del mundo
en desarrollo vive ya sea en América del Norte o Europa. Específicamente, pese a que
Europa ha incrementado su porcentaje de población no comunitaria altamente calificada,
se conoce que Estados Unidos y Canadá son todavía los países receptores de
trabajadores altamente calificados provenientes de países en desarrollo. Es así que entre
los años 1990 y 2000 el 65% de la población mundial con educación superior nacida en
el extranjero, se radicó en estos dos países (World Migration Report- Managing Labour
Mobility in the Evolving Global Economy, IOM 2008, p. 61).
Recientemente, información obtenida de censos nacionales ha revelado que la migración
calificada está efectivamente creciendo, e indica también la existencia de relaciones
complejas entre los principales países de origen y aquellos de destino. La migración de
estudiantes también ha comenzado a ser estudiada en los últimos años, la que muestra
un incremento marcado, y es muy probable que ésta influencie el volumen futuro,
composición y destino de la migración de recursos humanos altamente calificados en los
próximos años (Ibid, p. 50-53).
Con respecto a la emigración de profesionales y técnicos provenientes de América Latina
y el Caribe hacia países desarrollados y Estados Unidos principalmente, ha tendido a
incrementarse durante lo que va del siglo XXI, con ciertas fluctuaciones dependiendo del
país específico de origen. Es este tipo de emigración de capital humano calificado
proveniente de América Latina y el Caribe es la que concierne a la discusión del día de
hoy y sobre la cual se realizará un análisis con respecto a las consecuencias económicas
y sociales de este fenómeno para la región, así como de la perspectiva de la OIM en
torno al tema.
Sin embargo, antes de empezar con el análisis de las consecuencias de esta migración
selectiva, cabe primero preguntarnos cómo se define a una persona altamente calificada
y qué factores motivan o impulsan su migración hacia países desarrollados?
Justamente, en la literatura existente con respecto al tema, no está claramente definido
quienes serían estas personas calificadas o más aún, altamente calificadas. Alguna parte
de la literatura incluye a científicos e ingenieros dentro de esta definición, mientras que
existen definiciones más amplias que abarcan a todos los profesionales y técnicos, e
incluso en algunos casos a los obreros calificados (Pellegrini 2001, p. 25). El indicador
lógico de esta definición apuntaría al nivel de educación adquirida o al tipo de ocupación.
Adicionalmente, en muchos casos, los datos disponibles limitan la definición a utilizarse
con el propósito de análisis.
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De manera que la definición más básica de recursos humanos calificados tiende a
referirse a personas con educación superior, es decir, a personas adultas que han
completado formalmente la educación universitaria y obtenido un título o licenciatura.
Esta también constituye la estadística más fácilmente disponible y por defecto, la medida
más ampliamente estudiada de la movilidad de personas calificadas.
La Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, la que posee una de la más
completa información con respecto al “stock” de científicos e ingenieros, tiende a
enfocarse en información obtenida de personas con títulos de doctorado. Adicionalmente,
el Manual sobre las Medición de los Recursos Humanos de 1995, más conocido como el
“Manual de Canberra”, es una respuesta al trabajo tanto de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como de la Comisión Europea para
obtener información estandarizada sobre recursos humanos dedicados a la ciencia y
tecnología. Pese a que esta herramienta posee uno de los lineamientos más detallados
para la realización de comparaciones de estadísticas internacionales, su enfoque en
ciencia y tecnología limita su utilidad general.
Con respecto a las motivaciones para la emigración de personas calificadas, éstas pueden
ser clasificadas de manera general entre migraciones forzadas; es decir, aquellas
motivadas por la violencia existente en su país de origen o debido a una represión de
tipo político por un lado y por otro, a las migraciones motivadas por razones económicas
o laborales. En América Latina, se conoce que una causa importante por la que
profesionales, académicos e intelectuales migraron de su país de origen durante los años
70, fue principalmente por la violencia y la privación de libertad de expresión que
experimentaban sus países, envueltos en dictaduras y regímenes totalitarios (Pellegrino
2001).
En lo que concierne a las migraciones motivadas por razones económicas y de mejores
prospectos profesionales y condiciones de vida en general, algunos profesionales han
emigrado en el marco de acceder a la entrada al mercado laboral internacional, ya sea a
través de la ocupación de diferentes posiciones dentro de organismos internacionales o
por medio de las compañías multinacionales a las que pertenecen.
Con respecto a profesionales calificados provenientes del medio académico y de la
investigación, de acuerdo a Pellegrino, existen tres grandes factores que motivan su
migración: 1) las diferencias salariales; 2) la disponibilidad de infraestructura para el
trabajo, incluyendo bibliotecas, laboratorios, etc. y 3) la valoración social de las
profesiones de investigación y desarrollo en el medio en que están insertas (Pellegrino
2002, p 54-56).
Por otro lado, es importante señalar que el concepto de fuga de cerebros en su inicio no
ha tomado en cuenta la duración de las estadías de los emigrantes calificados en el
extranjero sino que, hasta cierto punto, el concepto ha tenido un carácter estático, ya
que asume el establecimiento definitivo de una persona de un país a otro. Cuando se
conoce que las migraciones internacionales en realidad son fenómenos complejos que
dependen de las motivaciones y condiciones individuales por las cuales un profesional
emigra, estas emigraciones pueden ser definitivas en el caso de residir un espacio con
intenciones de quedarse de manera permanente, o pueden ser transitorias en casos de
traslados temporales, estacionales y de duraciones variables (Ibid, 28).
Relacionado a la duración de estas estadías y a la creencia de que efectivamente se
pueden generar efectos favorables de este tipo de migraciones tanto para los países de
origen como los de recepción, es que la discusión sobre “fuga de cerebros” ha sido
reemplazada paulatinamente por conceptos que buscan efectos más positivos para los
países de origen de esta migración, incluyendo aquellas propuestas para estimular la
circulación e intercambio de cerebros (“brain circulation” y “brain exchange”
respectivamente).
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Con respecto a las consecuencias económicas de la fuga de cerebros, desde 1967 en que
se empezó a analizar este fenómeno en el marco de una reunión científica que se dió en
Lausana, dos corrientes económicas, con ideologías contrapuestas han analizado los
efectos de la emigración de capital humano calificado: aquéllos conocidos como los
nacionalistas por un lado, y los internacionalistas por el otro. Adicionalmente, durante
esta época también surge la posición de los economistas defensores del estructuralismo,
orientación económica desarrollada desde América Latina a mediados del siglo XIX y
fomentada por Raul Prebisch de la CEPAL, la que colocaba a las estructuras sociales en
primer plano para poder comprender el comportamiento de los agentes económicos.
Para los economistas de la corriente internacionalista o liberales, la migración de
personas altamente calificadas representa una situación favorable tanto para el país de
origen como para el país de destino, observando las bondades económicas de este tipo
de movimientos migratorios. Esta corriente económica argumenta que al ser los
trabajadores calificados parte del factor de producción trabajo, éstos forman parte
también de las leyes económicas que determinan la “localización óptima de los recursos
entre distintas economías” (Pellegrino 2001, 18). De manera que la movilidad del capital
humano para los economistas internacionalistas se rige por las reglas del “laissez faire”
liberal de no intervenir en estos fenómenos y dejar que las acciones económicas de los
individuos basadas en su propio interés produzcan los mejores resultados.
En contraposición a la posición liberal, los economistas nacionalistas y estructuralistas,
consideran al capital humano como un elemento indispensable para el desarrollo
económico de un país. Estos economistas cuestionan los beneficios y el supuesto
desarrollo que la migración de personas calificadas brinda a las economías de los países
de origen, ya que sin estos recursos calificados, estos países no podrán elevar su nivel
mínimo de productividad para crecer y desarrollar su economía (ibid, 15). Para ellos, este
no es un intercambio justo ni equitativo y consideran que los países de expulsión salen
en desventaja. Para contrarrestar y disminuir los efectos de lo que consideran como un
deterioro en los términos de intercambio, los economistas nacionalistas proponen
intervenir y regular el libre movimiento mientras que los estructuralistas plantean poner
en marcha políticas de intervención económica que impulsen la industrialización y la
búsqueda del desarrollo autónomo de los países menos desarrollados.
Resulta importante reflexionar sobre estas dos visiones económicas opuestas y
parcializadas sobre los posibles beneficios y probables pérdidas para los países de
expulsión de recursos humanos calificados. Cabe señalar que hoy en día el concepto de
fuga de cerebros está siendo nuevamente revisado y analizado. De tal manera que
actualmente, se argumenta que una fuga de cerebros solamente se da cuando existe una
clara evidencia que los flujos migratorios de personas calificadas han tenido
consecuencias adversas para la economía de origen (World Migration Report IOM 2008Managing Labour Mobility in the Evolving Global Economy, p. 62). De manera que de
acuerdo a esta definición, la posición de economistas nacionalistas y estructuralistas
podría ser efectivamente la visión más acertada en cuanto a los efectos económicos
negativos de la fuga de cerebro para los países de origen. Adicionalmente, se conoce que
los impactos más adversos están comúnmente asociados con la emigración permanente
de personas calificadas y no con aquella realizada de manera temporal.
Con respecto a los impactos sociales de la migración de profesionales altamente
calificados, cuando estos representan un gran porcentaje de la población
económicamente activa del país de expulsión, como se da en muchos casos de países
África sub-sahariana (región que cuenta con la mayor escasez de profesionales de la
salud) y del Caribe, esta migración hace difícil contar con suficientes profesionales que
trabajen en áreas claves de desarrollo y bienestar en la sociedad de origen como el
sector de la salud, ingeniería, ciencia y tecnología.
Adicionalmente, se conocen casos de migrantes calificados que no siempre logran
insertarse en un mercado de trabajo adecuado o correspondiente a su nivel de estudios y
conocimientos en los países de destino. Por otro lado, cuando si pueden insertarse en
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empleos dentro de su profesión y nivel de estudios, estos migrantes pagan un costo
social alto en el país de destino, al enfrentar discriminación de género, racial, de clase;
son sujetos a cargas laborales fuertes, aislamiento y separación de sus hijos y familias,
particularmente cuando la reunificación familiar no es posible en el país de destino. Este
ha sido el caso de mujeres profesionales de la salud que migran a países desarrollados
en busca de mejores oportunidades profesionales y de vida (ibid, p. 70-71).
Por otro lado, algunos expertos en el tema como Docquier (2005), indican que un
porcentaje de aproximadamente 5-10% de emigración de profesionales y técnicos es
necesario por parte de los países de origen, con el fin de que éstos se vean beneficiados
y “conectados” con la economía global. Estos migrantes altamente calificados pueden reinvertir capital económico y humano en sus países de origen, contribuyendo así al
desarrollo de los mismos. Tasas más altas de emigración calificada pueden ir en
detrimento del desarrollo local de los países de origen, característica que
lamentablemente no es descomunal para muchos países caribeños y africanos.
En lo que respecta a los intentos de cuantificar la migración calificada proveniente de
América Latina y el Caribe en países desarrollados, ha significado una tarea compleja
debido al estado actual en que se encuentra la información estadística de los países de la
región. Sin embargo, de acuerdo al banco de datos del proyecto IMILA del Centro
Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) de la CEPAL, que recoge datos de
los censos de los países de la región durante los años 80 y 90, se conoce que además de
la migración de personas que concentran sus actividades en sectores de baja calificación,
la migración de América Latina y el Caribe a Estados Unidos, también ha estado
caracterizada por personas altamente calificadas, aunque en una proporción menor de
aquella proveniente de Europa y Asia. De todas maneras, como Pellegrino (2002) indica,
se puede observar que en los casos de migrantes provenientes de Argentina, Venezuela
y Chile, el porcentaje de personas con doctorado supera la media de la población
extranjera en los Estados Unidos. Si se incluye a Paraguay, Perú, Uruguay, Bolivia,
Panamá y Cuba, éstos superan la media correspondiente a la población nativa de los
Estados Unidos.
Otro estudio realizado por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, acrónimo en inglés)
de Estados Unidos con respecto a las personas con títulos en ciencia y tecnología,
residentes en Estados Unidos demuestra que para 1997, México encabeza la lista de los
once países latinoamericanos con el mayor número de inmigrantes con títulos en ciencia
y tecnología, con 35,000 personas. En la lista se encuentran, además de México y de
acuerdo a la cantidad de personas con estos títulos profesionales residentes en Estados
Unidos: Jamaica, Colombia, Argentina, Perú, Brasil, Venezuela, Ecuador, República
Dominicana, Haití y Chile (N.S.F Science & Engineering Indicators, 2000).
Con respecto a migraciones intra-regionales de profesionales, para 1990 los ciudadanos
colombianos representaban el mayor número de emigrantes profesionales de la región,
residiendo en Venezuela. También ha sido cuantitativamente importante la presencia de
técnicos y profesionales uruguayos, chilenos y paraguayos en Argentina durante los años
90 (Pellegrino 2002).
Analizando brevemente el caso de Ecuador, éste ha sido un país históricamente
caracterizado por las migraciones internacionales. De acuerdo al informe de Desarrollo
Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo del 2001, se estima que
un promedio de 200 000 profesionales ecuatorianos han salido del país para buscar
mejores condiciones de vida en países como España, Chile, Colombia y Estados Unidos.
De acuerdo a la publicación de FLACSO y el Fondo de Población de las Naciones Unidas,
Ecuador, la migración internacional en cifras-2008, durante las décadas de los 70 y 80,
hubo un importante flujo migratorio de ecuatorianos hacia Canadá, específicamente a la
ciudad de Toronto. Por otro lado, el último censo de población realizado en el año 2001,
denota claramente los principales destinos migratorios de los ecuatorianos desde ésta
época hasta la actualidad: España, Estados Unidos e Italia, los que fueron motivados por
6
la grave crisis
Adicionalmente,
ecuatorianos en
(FLACSO/UNFPA
socioeconómica y política que sufrió Ecuador a fines de 1999.
cabe notar que existe una población cada vez más creciente de
Inglaterra y Alemania que el censo poblacional del 2001 no demuestra
2008, 31).
Con respecto a la migración intra-regional, los destinos principales de la migración
ecuatoriana han sido Venezuela y Chile. En el caso de Venezuela, la migración
ecuatoriana se da como una respuesta a la demanda de mano de obra calificada para
trabajar en el sector petrolero y empresarial que requería cubrir este país. Por otro lado,
en el caso de Chile, una cantidad importante de profesionales ecuatorianos de la salud,
especialmente médicos, han emigrado en base al Convenio bilateral que mantienen
ambos países que reconoce el título de los doctores ecuatorianos en Chile de manera casi
automática (Convenio Andrés Bello), para dedicarse a la provisión de atención primaria.
De acuerdo a datos del Colegio Médico de Chile para el año 2000 habrían ingresado al
país 850 médicos ecuatorianos, cifra superior a la cantidad de médicos graduados en las
universidades de Chile para ese año (Organización Panamericana de la Salud, Migración
de Recursos Humanos en Salud-Subregión Andina 2006, p. 96-98).
Adicionalmente, en los últimos años también ha crecido la migración estudiantil de
ecuatorianos hacia Argentina. A diferencia de otros países de la región, Ecuador no posee
una emigración fronteriza sustancial hacia los países vecinos de Colombia y Perú
(FLACSO-UNFPA 2008, 31).
Con respecto al trabajo de OIM-Ecuador, con el propósito de recopilar datos destacados
sobre políticas migratorias, actores claves, organizaciones públicas y privadas que
implementan proyectos en beneficio de los migrantes; divulgar el marco de protección y
estado de los migrantes dentro y fuera del país, en julio 2006 la OIM realizó el
levantamiento de información para la elaboración del perfil migratorio del Ecuador. En
noviembre 2008 este documento fue actualizado, configurando el panorama del estado
actual de la movilidad humana del Ecuador.
El documento aborda diferentes aspectos de la migración en el Ecuador: flujos
migratorios y sus impactos, inmigración, emigración, marco legal e institucional,
programas y proyectos que desarrollan varias organizaciones en beneficio de los
migrantes, conclusiones y recomendaciones. Además recopila los datos estadísticos
oficiales disponibles sobre cada una de estas temáticas.
Con respecto al complejo tema de la emigración de recursos humanos calificados, OIM
cree que la migración de manera ordenada y en condiciones humanas puede beneficiar
tanto a la persona migrante como a la sociedad que los acoge. De manera que la
migración de trabajo puede tener un potencial enorme para los países en ambos
extremos del espectro de la migración. Para los países de origen, además de la
posibilidad de proporcionar cierto alivio al desempleo y de absorber un aumento en la
mano de obra, estas migraciones pueden proporcionar una forma de apoyo al desarrollo,
especialmente a través de las remesas, transferencia de conocimientos y creación de
redes de negocio y comercio.
Para los países de destino que enfrentan escasez de mano de obra, la inmigración
calificada puede aligerar la escasez de mano de obra en ciertos sectores profesionales y
técnicos, facilitar la movilidad ocupacional y sumarse a las reservas de capital humano de
los países de destino. En el contexto de los cambios demográficos, la migración de
trabajo puede ayudar a los países de destino a mantener sus niveles de población
activa. La demografía y las necesidades cambiantes del mercado de trabajo en muchos
países industrializados presionarán a los gobiernos para que consideren enfoques más
abiertos con respecto a la migración de trabajo.
El nivel hasta el cual estos flujos migratorios benefician tanto a países de expulsión como
aquellos de acogida, dependerá del desarrollo e implementación de políticas apropiadas
que busquen optimizar el beneficio y minimizar el costo de la migración calificada. Para
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ser efectivas, estas políticas deben ser desarrolladas tanto en países de origen como en
aquéllos de destino, y a través de procesos de cooperación cercana entre países de
origen y destino.
En este sentido, existen al menos tres áreas de políticas gubernamentales las cuales
tienen el potencial de generar un ambiente regulatorio que beneficie a países de origen:
1) la adopción de políticas multilaterales y bilaterales para armonizar políticas
migratorias; 2) el manejo de la migración de retorno, la que es conocida por tener la
capacidad de generar beneficios significativos para los países de origen y 3) fomentar la
transferencia de conocimiento y remesas de parte de las diásporas. Un cuarto enfoque,
que consiste en restringir este tipo de flujos ha sido propuesto algunas veces, sin
embargo, este no se considera una opción viable ya que vulnera los derechos humanos,
incluyendo el derecho humano de dejar el propio país de origen, y dado la realidad de las
migraciones laborales contemporáneas, no es una estrategia efectiva.
Con respecto a la primera área, se conoce que la puesta en marcha de convenios
bilaterales y multilaterales es una de las mejores maneras de manejar el intercambio de
trabajadores, especialmente, cuando una escasez crónica de trabajadoras en países de
destino, puede ser empatada con un excedente de trabajadores calificados en estas
áreas en el país de origen. Este tipo de convenios, aunque no necesariamente relativo a
emigrantes altamente calificados, ya se ha dado en el caso de los flujos migratorios entre
Ecuador y España, a través del “Acuerdo Relativo a la Regulación y Ordenación de los
Flujos Migratorios”, firmado entre Ecuador y España en mayo de 2001. En el marco de
este acuerdo, OIM-Ecuador proporcionó asistencia técnica al Ministerio de Relaciones
Exteriores en la selección y transporte a España de los ecuatorianos reclutados a través
de la Unidad Técnica de Selección de Trabajadores Migratorios (UTSTM), hoy conocida
como Unidad de Verificación y Control (UVC), completamente a cargo del mencionado
ministerio.
Adicionalmente, gracias a la experiencia de la Unidad Técnica de Selección de
Trabajadores Migrantes –UTSTM- y del Gobierno ecuatoriano en la ejecución de
proyectos de migración laboral, Ecuador ha sido seleccionado entre los cinco países
(Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras y México) para la ejecución del proyecto
“Creando oportunidades de trabajo para trabajadores extranjeros temporales y sus
comunidades: innovación en la construcción de capacidades y transferencia de
conocimientos a América Latina.”
Este proyecto será implementado por la Fundación Canadiense para las Américas
(FOCAL), las misiones de IOM en los países seleccionados, la Fundación Canadiense para
Educación para la Economía, la Asociación de la Comunidad de Universidades
Canadienses y Conexión Internacional. El objetivo de este proyecto es apoyar a los
trabajadores latinoamericanos a reinvertir en sus propias comunidades, iniciando
pequeños negocios, invirtiendo en un proyecto social o aplicando a nuevos conocimientos
en el mercado laboral local, después de haber finalizado su contrato temporal de trabajo
en Canadá.
Pese a que es un gran reto el encontrar un balance apropiado de políticas y estructuras
que protejan los derechos de migrantes altamente calificados, favorezcan tanto a los
países de destino como de expulsión, lo que se necesita en términos amplios es contar
con las condiciones necesarias en los países de destino que permitan la contratación ética
de trabajadores, la prevención de prácticas de explotación, la facilitación del movimiento
de tales trabajadores, el fomentar la conexión y mantener redes de re-vinculación de los
emigrantes calificados con sus países de origen, así como crear opciones atractivas para
el retorno. Este tipo de programas llama a una cercana cooperación entre países de
origen y destino, ya su efectividad depende en gran medida de su promoción y soporte
desde las políticas nacionales y bilaterales.
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