LOS LOLLARDOS I.INTRODUCCIÓN Los cambios políticos y

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LOS LOLLARDOS
I.INTRODUCCIÓN
Los cambios políticos y sociales que tendrán lugar durante los siglos XIV y XV
tendrán una consecuencia clara, la aparición de movimientos heterodoxos que
constituirán una amenaza tanto para el poder terrenal como para el eclesiástico
y en esto, Inglaterra no va a ser una excepción.
Los movimientos anticlericales cada vez eran más violentos dando lugar a
desordenes sociales. La respuesta de la Iglesia hacia ellos fue la persecución,
el anatema y, en muchos casos, la hoguera.
II.LOS LOLLARDOS
El término “lollardo” se aplicó a los seguidores de John Wyclif. Aparece, en un
principio con un matiz despectivo, queriendo resaltar su excesivo puritanismo.
Las ideas de Wyclif tuvieron una gran repercusión en la sociedad inglesa del
siglo XIV, sobretodo tras los acontecimientos que se desarrollarán entre 1381 y
1383.
Los partidarios de Wyclif eran un reducido grupo de hombres, con una gran
preparación intelectual, ya que contactarán con él en Oxford y que se
encargarán de que sus últimas ideas y más radicales llegasen a la masa
popular.
Sus seguidores más conocidos son: Nicolás Hereford, Felipe Repton, Juan
Aston y Juan Purvey. Los tres primeros contactaron con sus ideas en Oxford y
el cuarto era su secretario personal, éste fue su mayor seguidor y su más
ferviente defensor.
Junto a ellos también existieron otros personajes, menos notorios pero muy
importantes, ya que se dedicarán a la predicación y a las tareas de
evangelización.
Los que mejor se conocen son Richard Wyche, sacerdote de Heresford y que
tendrá contacto con Oldcastle, futuro dirigente del movimiento y William
Thorpe quien extenderá las ideas del movimiento por toda Inglaterra.
El segundo grupo lollardo, los propagandistas, estuvo formado por el bajo clero
que se adhirieron a este movimiento por las condiciones de malestar en que se
encontraban con la Iglesia. A pesar de que las condiciones del bajo clero
durante la Baja Edad Media habían sido muy precarias, en este momento su
situación va a empeorar, ya que la disociación existente entre el clero
beneficiario y el clero sin beneficio se incrementará notablemente.
El bajo clero va a tener poco que ver con el alto y en las revueltas campesinas
de 1381, éstos actuaran como verdaderos agitadores.
Una de las diversas facciones, existentes entre ellos, destacará por su
anticlericalismo, y entre sus reivindicaciones destacan:
-
-
Rechazan la jerarquía de la Iglesia.
Piden la redistribución de la riqueza que el resto del clero disfrutaba y
que tan en contra estaba de los ideales cristianos primitivos. La riqueza
debía ser disfrutada por todo el mundo, no sólo por unos pocos
privilegiados.
Criticaban a las órdenes mendicantes y al alto clero.
Quizás por ser un clero poco preparado intelectualmente estaban más abiertos
a la llegada de ideas innovadoras.
Este clero, junto a los predicadores laicos, hizo que el lollardismo tuviese una
gran difusión por todo el país, pero también lo alejaron de los centros
universitarios.
William Swinderby, predicador muy eficaz, encontrará en el lollardismo un gran
atractivo y aportará al movimiento la habilidad de la denuncia y el poder de la
retórica. Implantará la herejía en Leicester, en Coventry y en Hertfordshire
occidental, donde el movimiento lollardo encontrará un gran apoyo, ya no sólo
de las capas sociales menos favorecidas, sino también en las altas, como la
nobleza, quien se preocupará de su protección. Su actividad predicadora
terminará a finales del siglo XIV.
Dentro de la siguiente centuria encontramos diferentes núcleos de lollardos con
sus dirigentes, como Guillermo y su grupo de lollardos de Essex, John
Brettenham en Colcester, William Ederick en Midlands, William Sawtry en
Norfolk, que será el primer lollardo que morirá en la hoguera acusado de
herejía.
Dentro del movimiento lollardo también tendrán un papel importante los
predicadores laicos entre los que destaca William Smith, quien se ocupará de
los asuntos relacionados con el culto y las prácticas religiosas.
Pero entre todos estos grupos destaca el de los Caballeros Lollardos. Este
grupo es interesante por su rareza, ya que estaba constituido por caballeros
adscritos al lollardismo. Quizás esto se deba a interés personales, pues si se
llevaba a cabo la desamortización de las tierras eclesiásticas, éstas podían
pasar a manos de la nobleza.
De cualquier forma, el movimiento lollardo no siguió creciendo y a partir de
1382, será bastante difícil encontrar seguidores del lollardismo.
Todo lo contrario ocurría con el alto clero, ya que sus conocimientos de
teología, escolástica, de filosofía cristiana y latina, aunque no de filosofía
griega, hacía imposible que pudiesen admitir unas ideas que no se ajustaban al
dogma de la Iglesia, haciendo de ellos un grupo cerrado que vivirán de
espaldas a los cambios políticos, económicos, intelectuales y religiosos que
caracterizarán periodo histórico.
III. LA REVUELTA DE 1381
Desde finales del siglo XIII, antes de producirse las grandes agitaciones que
sacudirán el siglo XIV, el deterioro del orden socio-político y económico era
notorio.
En Inglaterra, a comienzos del siglo XIV, el campesinado recurrirá, cada vez
más a la conspiración contra el poder temporal y poco a poco irán formando un
grupo unitario para afrontar, de una forma más igualitaria, la lucha que se
estaba fraguando.
La epidemia de peste tendrá su reflejo en tres ámbitos relacionados entre sí:
-
La demografía: La población quedó diezmada tras la gran epidemia de
peste que azotará toda Europa desde 1347 hasta el final del s. XIV.
En el ámbito laboral: Falta gente para trabajar y roturar las tierras las
tierras.
Económico: Los productos de primera necesidad, los alimentos, cada
vez son más escasos y esta escasez hace que los precios suban, fruto
de la mayor demanda que se produce. A sí mismo también los salarios
sufrieron fuertes subidas debido a la falta de mano de obra.
En toda Europa, los soberanos tomarán medidas para que no se produzcan
subidas salariales y para ello se obligará a trabajar más horas, se congelarán
los salarios y los precios de los productos.
Todas estas medidas tuvieron como consecuencia que el peso de los
impuestos iba a recaer sobre los más pobres.
De nada sirvieron las medidas tomadas por el Rey Eduardo III para intentar
solucionar el problema del trabajo y de los salarios en el Estatuto de los
Trabajadores ingleses de 1351.
La aprobación de este estatuto por el parlamento inglés, compuesto
mayoritariamente por terratenientes, hará que las relaciones sociales
empeorasen, aumentando el descontento y la tensión. El fruto de estos factores
será la revuelta de los trabajadores de 1381.
Dentro de los movimientos populares que se desarrollarán durante los siglos
XIV y XV, el inglés será el único que tendrá carácter nacional.
Si el estatuto es el primer motivo de descontento social, el segundo será la
presión fiscal.
En 1380, el Parlamento inglés va a introducir una nueva tasa fiscal, el Poll Tax,
por el cual cada hombre y mujer mayor de 14 años tendrá el deber de tributar
un chelín, lo que supone un incremento en tres veces la tributación establecida
en 1377, que era de un groat (cuatro denarios) por cabeza. Esto era una
barbaridad dada la situación de crisis económica en que la sociedad vivía tras
las secuelas de la epidemia de peste y la Guerra de los Cien años.
Este impuesto se aplicaba en función de la composición de la comunidad,
siendo el mínimo un chelín, para los más pobres y más gravoso para los ricos,
así había personas que debían pagar hasta 60 libras.
Pero esta situación de justicia no durará mucho tiempo. Las irregularidades
cometidas en la tributación cada vez serán más patentes y notorias. Ante estos
abusos, el campesinado se enfrentará a la autoridad y el primer condado que
se levanta en rebelión es el de Essex dirigidos por Wat Tyler, quienes tomarán
la ciudad de Canterbury y liberarán la predicador John Ball, apresado por orden
del Obispo de esta ciudad. Este predicador aportará a este movimiento de
agitación social el elemento milenarista e igualitario.
En cuanto a la ideología de este movimiento propugnan:
-
la comunidad de bienes, basándose en el primitivo estado de igualdad
cristiano.
La jerarquización de la sociedad es algo impuesto, pues todos venimos
de los mismos padres primigenios, Adán y Eva.
La servidumbre es algo contrario a Dios, ya que es algo inventado por el
hombre. Para poder salir de ella hay que eliminar a aquellos que la
ejercen, los grandes señores.
Para que la rebelión fuese efectiva debía extenderse por toda Inglaterra, no se
podía quedar circunscrita, solamente, a los condados de Essex y Kent, debían
marchar hasta Londres, sede del poder político.
La marcha hacia Londres tiene lugar a principios de Junio y las gentes que
acompañaron a Wat Tyler y a John Ball, amenazaron con tomar el castillo, si el
rey no escuchaba sus reivindicaciones y esto es lo que, en última instancia,
ocurrió. Las masas campesinas entraron en el castillo y originaron una
auténtica matanza. Ante este giro de los acontecimientos, el rey convoca una
reunión con los dirigentes de la revuelta en Smithfield.
En esta reunión los campesinos pedían:
-
la abolición de la servidumbre.
Todos los colonos deben ser libres y pagarán un censo igualitario. Un
groat por acre de tierra.
Se deben suprimir todas las restricciones impuestas a la libertad de
comprar y vender.
Se pide una amnistía general.
Todo parece que está discurriendo con normalidad, pero para su sorpresa el
rey, Ricardo II, se enfrenta a ellos teniendo como consecuencia la derrota de
los sublevados, la muerte de Wat Tyler y la ejecución de John Ball, entre otros.
La importancia de esta revuelta estará situada en la abolición de la servidumbre
en Inglaterra.
IV. LA IDEOLOGÍA DEL LOLLARDISMO
El atractivo de este movimiento reside en su ideología. En todos sus escritos
encontramos una característica común, es la invitación que se hace a sus
seguidores a la lectura, para aprender por sí mismos y en este proceso de
aprendizaje estará implícita la relación directa con el Espíritu Santo, inspirando
una conducta recta al lector.
En cuanto a la predicación, consistirá en el principal método de captación de
nuevos conversos.
Para llevar a cabo esta labor y hacerla de una forma coherente será
imprescindible la traducción de la Biblia al inglés, para que pueda ser entendida
e interpretada por la mayoría de los fieles, ya que las Sagradas Escrituras
constituirán la autoridad que regirá a este movimiento.
La traducción de la Biblia a la lengua vulgar de cada país había sido una idea
desarrollada, anteriormente por Wyclif y que, posteriormente, aplicará el
movimiento husita.
Tras la predicación vendrá la siembra de ideas a todos los niveles y para ello
aprovecharán cualquier método, desde los círculos familiares hasta las
relaciones comerciales.
En este momento, tanto en Inglaterra como en el resto de Europa hay un auge
del movimiento devocional y esto a los lollardos les disgustaba, ya que no eran
amigos del simbolismo y del misterio, pues con esto lo único que se conseguía
es dar un carácter mágico a unas realidades que eran fundamentales. En este
punto seguían las enseñanzas de Wyclif, quien era partidario de un desarrollo
racional de la fe.
Con esto consiguieron dar paso al escepticismo, en cuanto a lo referente a los
Santos y sus milagros, la veneración de las imágenes, las peregrinaciones y la
negación de la transmutación en el sacramento de la Eucaristía, negando la
presencia de Cristo en ella.
Los lollardos también tuvieron un papel muy importante en el desarrollo del
anticlericalismo en Inglaterra. Siempre recelaron de la Iglesia y de ellos recibirá
las críticas más duras, denunciando la relajación de costumbres, las
debilidades que la invadían, el deseo de poder y riquezas, realidades que la
alejaban del cristianismo primitivo.
Ellos creían en el pecado y de lo que éste supone. Invitan a todos los fieles al
arrepentimiento y la Iglesia, con su comportamiento, era pecadora a todos los
niveles.
Las ideas lollardas se verán favorecidas, en este momento, por el afán de
reforma de la Iglesia católica que durará casi toda la Baja Edad Media.
V. LA AUTORIDAD Y SU REACCIÓN
Las reacciones a este movimiento fueron diferentes. Las autoridades
eclesiásticas tuvieron grandes satisfacciones, ya que lograron que la mayoría
de sus ideas fueran declaradas heréticas y la depuración del centro
universitario de Oxford en 1382.
En cuanto al poder temporal, los dirigentes de este movimiento se verán
desamparados, sobre todo cuando Juan de Gante se desentienda de ellos
cuando son condenados a morir en la hoguera por Courtenay.
A pesar de ello el lollardismo siguió su expansión y esto se debe a dos
razones:
- Los obispos no pudieron secundar, de una forma tajante, la oposición que
estaba siendo llevada a cabo por Courtenay.
-En Inglaterra no existía un aparato de represión que fuera realmente eficaz
y que estuviera totalmente coordinado.
En cuanto al comportamiento del laicado, en un principio, prevaleció el miedo a
la rebelión, miedo que se fue disipando cuando estuvieron en juego sus
intereses políticos. Por ello, Courtenay aprovechará el periodo posterior a la
revuelta de 1381 para recrudecer su ataque contra el lollardismo.
En la Cámara de los Comunes, el problema que la herejía lollarda era visto
desde dos perspectivas contrapuestas:
-
-
Por un lado, el laicado, estaba en contra del poder y las riquezas que
detentaba la Iglesia, y por este motivo no iba a favorecer un incremento
de la misma.
Por otro, tenían miedo, ya que el Estado y las propiedades estaban
amenazadas por el lollardismo.
Quizás estos motivos puedan explicar el gran desinterés que mostraron, en
algunos momentos, por la represión que se estaba llevando a cabo.
VI. EL LEVANTAMIENTO DE OLDCASTLE EN 1414
Oldcastle era un lollardo declarado y esto le había causado abundantes
problemas con el poder temporal, personificado en su amigo Enrique V,
adversario de la herejía. Pero Oldcastle tenía una posición social privilegiada
por matrimonio, además había sido una gran ayuda para Enrique IV en las
campañas contra los galeses y era amigo personal del Príncipe de Gales,
Enrique, circunstancias que lo protegerán durante mucho tiempo.
En 1313 es declarado hereje y condenado por ello, pero logra escapar y es en
este momento cuando la revuelta comenzará a tomar forma, no como una idea
sino como una realidad.
La revuelta constituirá el punto crucial entre las relaciones del lollardismo y el
Estado. Querían imponer la reforma lollarda a través de:
-
la eliminación de las cúpulas de poder, o sea el Rey, la nobleza y el alto
clero.
Pedían la desamortización de la Iglesia mediante la confiscación de
todos sus bienes.
La reacción del poder temporal y el eclesiástico no se hizo esperar. El
movimiento lollardo se vio privado tanto del apoyo de la nobleza como de la
mayoría de sus seguidores.
Además tendrá dos consecuencias:
-
-
Cuando el movimiento y la revuelta fueron sofocados, el poder de la
Inquisición se acentuó sobre ellos, produciéndose una oleada de
persecuciones que perdurarán hasta mediados del siglo XV.
A partir de este momento, el lollardismo permanecerá en el anonimato y
la clandestinidad
Oldcastle fue condenado por hereje en 1417 y quemado en la hoguera.
En 1431 hubo otro intento de revuelta, queriendo emular a la producida en
1414, pero también será reprimida. Después de ésta no se volverá producir
otro alzamiento en el seno del lollardismo.
A pesar de todo esto, el movimiento lollardo tiene una gran perduración en el
tiempo. Las persecuciones sistemáticas a las que fueron sometidos, no
pudieron erradicarlos, de un modo definitivo y el lollardismo sobrevivirá para
introducirse en el protestantismo posteriormente.
Quizás esta supervivencia se deba a dos razones:
-
La primera está vinculada con los intereses del episcopado inglés.
La segunda reside en los caracteres intrínsecos de la herejía y sus
componentes.
En cuanto a las creencias lollardas tardías, los fracasos que supusieron los
levantamientos de 1414 y 1431, hicieron que el lollardismo perdiese todo su
atractivo para aquellos que aun estando fuera del movimiento simpatizaban con
sus reivindicaciones y sus ideas.
A pesar de renunciar a los conflictos en nombre de su fe, el lollardismo
perdurará en el tiempo gracias a sus ideas, las cuales constituirán su sustento.
Entre estas ideas, por su importancia, debemos destacar el papel que
desempeñaron las Sagradas Escrituras, ya que por infalibilidad tenían la misión
de sustituir a la autoridad eclesiástica.
En cuanto a las teorías sobre la Iglesia, esa Iglesia que en este momento les
perseguía, era la del Anticristo. Para ellos la verdadera Iglesia seguía siendo la
constituida por la comunidad de los fieles.
El lollardismo se reitera en la no creencia en las prácticas religiosas ortodoxas,
como la veneración de las imágenes, las peregrinaciones, el sacramento de la
eucaristía, la transmutación… siguiendo con fidelidad el lollardismo primitivo,
basado, en gran parte, en las ideas de Wyclif.
VII. BIBLIOGRAFÍA
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